Boad1687 09es
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44/20
Doc. 54
24 febrero 2020 PETICIÓN 1687-09
Original: español INFORME DE ADMISIBILIDAD
Citar como: CIDH, Informe No. 44/20. Admisibilidad. Maria Elena Blanco Quintanilla de
Estenssoro. Bolivia. 24 de febrero de 2020.
www.cidh.org
I. DATOS DE LA PETICIÓN
José Antonio Rivera Santivañez, Wilman Ruperto Durán Ribera, Oficina Jurídica
Parte peticionaria
para la Mujer
Presunta víctima María Elena Blanco Quintanilla de Estenssoro
Estado denunciado Bolivia
Artículos 8 (garantías judiciales), 9 (principio de legalidad y retroactividad) y
25 (protección judicial) de la Convención Americana sobre Derechos
Derechos invocados
Humanos 1 , en relación con sus artículos 1.1 (obligación de respetar los
derechos) y 2 (deber de adoptar disposiciones de derecho interno)
II. TRÁMITE ANTE LA CIDH 2
Recepción de la petición 28 de diciembre de 2009
Información adicional recibida
3 de enero y 1 de junio de 2010
en la etapa de estudio
Notificación de la petición 8 de abril de 2013
Primera respuesta del Estado 11 de julio de 2013
Observaciones adicionales de la
8 de octubre de 2013 y 5 de octubre de 2016
parte peticionaria
Observaciones adicionales del 1 de septiembre de 2016, 23 de julio, 29 de agosto, 26 de octubre y 21 de
Estado noviembre de 2016
III. COMPETENCIA
Ratione personae Sí
Ratione loci Sí
Ratione temporis Sí
Sí, Convención Americana (depósito del instrumento de ratificación el 19 de
Ratione materiae
julio de 1979)
IV. DUPLICACIÓN DE PROCEDIMIENTOS Y COSA JUZGADA INTERNACIONAL,
CARACTERIZACIÓN, AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS INTERNOS Y PLAZO DE PRESENTACIÓN
Duplicación y cosa juzgada
No
internacional
Artículos 8 (garantías judiciales), 9 (principio de legalidad y retroactividad)
25 (protección judicial) de la Convención, en relación con sus artículos 1.1
Derechos admitidos
(obligación de respetar los derechos) y 2 (deber de adoptar disposiciones de
derecho interno)
Agotamiento de recursos o
Si, en los términos de la sección VI
procedencia de una excepción
Presentación dentro de plazo Si, en los términos de la sección VI
V. RESUMEN DE LOS HECHOS ALEGADOS
1. Los peticionarios alegan la violación a los derechos humanos de María Elena Blanco
Quintanilla de Estenssoro (en adelante “la presunta víctima”), debido a irregularidades cometidas en el marco
de un proceso penal en el que fue acusada por el delito de estafa, y que duró desde 1995 hasta 2009. Los
peticionarios señalan que la señora Blanco Quintanilla actualmente tiene 71 años y se encuentra muy delicada
de salud.
2. Los peticionarios indican que la presunta víctima fue contratada por el Banco de Cochabamba
S.A., para desempeñar las funciones de Gerente General, cargo que desempeñó a partir del 1 de febrero de 1990
hasta el 16 de diciembre de 1994. Posteriormente, el 14 de abril de 1995, el Superintendente de Bancos y
Entidades Financieras inició una acción penal en contra del presidente y miembros del directorio del Banco de
Cochabamba S.A, incluyendo a la presunta víctima, e incriminándoles en los delitos de asociación delictuosa,
1
falsedad ideológica, falsificación de documento privado, supresión o destrucción de documento privado, uso de
instrumento falsificado, estafa y apropiación indebida conforme Código Penal vigente al momento de los
hechos 3.
3. El 2 de agosto de 1995 el Juez Décimo de Instrucción en lo Penal en el Distrito Judicial de La
Paz dictó el auto inicial de la instrucción y el 9 de enero de 1998, el auto final de instrucción, es decir, después
de transcurrido dos años y diez meses, e incumpliendo el plazo de 20 días establecido en el artículo 171 del
Código Penal 4 . Señalan que mediante el auto final de instrucción se decretó el procesamiento penal de los
imputados, entre ellos, el de la presunta víctima por los delitos de asociación delictuosa, falsedad material,
supresión y destrucción del documento, uso de instrumento falsificado y estafa. Aducen que la jueza entendió
que existían suficientes indicios de culpabilidad en la comisión de los delitos que le fueron imputados a la
presunta víctima en mérito a su condición de gerente general y miembro del Comité Nacional de Créditos del
ex-banco Cochabamba, infringiendo disposiciones expresas del Código de Comercio y la ley de Bancos y
Entidades Financieras, en tanto solicitó la aprobación de préstamos fraudulentos al directorio, con el agravante
de que conocía la ilegalidad de dichos actos. 5
4. Refieren que cuatro años después, el 18 de diciembre de 2002 el Juzgado Cuarto de Partido en
lo Penal del Distrito Judicial de La Paz dictó sentencia absolutoria a favor de la presunta víctima, concluyendo
que solo existía en su contra prueba semiplena, pero no emitió sentencia declarativa de inocencia. 6 Indican que
por considerar que la sentencia era lesiva a sus derechos, la presunta víctima la impugnó mediante recurso de
apelación y que igual recurso presentó el querellante. Así, el 12 de septiembre de 2003 el Tribunal de Apelación
resolvió confirmando la sentencia absolutoria y consideró infundado el recurso interpuesto por el querellante.
En consecuencia, el 10 de noviembre de 2003 la presunta víctima interpuso recursos de casación y nulidad por
considerar el auto agraviante a sus derechos, e iguales recursos presentó el querellante.
5. Precisan que mediante auto No 09/2009 de 22 de enero de 2009, la Sala Penal Primera de la
Corte Suprema de Justicia, declaró a la presunta víctima culpable de haber cometido el delito de estafa con
víctimas múltiples, condenándola a una pena de cinco años de reclusión en el Centro de Orientación Femenina
de la Ciudad de La Paz, más el pago del daño civil, costas al Estado y multa. Lo anterior bajo el fundamento que
de la prueba aportada se desprendía que la presunta víctima participó en las actividades dolosas efectuadas en
la administración del Banco de Cochabamba destinadas a conseguir importantes ventajas económicas a favor
de un grupo ligado al principal accionista de tal entidad bancaria en desmedro de los intereses patrimoniales
del público depositante y del Estado, conducta que subsumió en el tipo penal de estafa en relación con el
agravante de haber afectado víctimas múltiples, previsto y sancionado en el código penal.
6. Al respecto, los peticionarios afirman que el tipo penal de estafa con víctimas múltiples recién
fue incorporado al Código Penal mediante la Ley No 1768 del 10 de marzo de 1997, que los hechos ilícitos
imputados a la víctima en el proceso penal fueron asumidos en las gestiones 1991 a 1994, y que la acción penal
fue iniciada el 2 de agosto de 1995, antes de la promulgación de la referida ley, lo que significa que la corte
aplicó retroactivamente la ley. En este sentido, indican que el auto supremo de 22 de enero de 2009 constituye
una nueva sentencia de instancia –y no una revisión de lo decidido en las instancias inferiores- declarando a la
presunta víctima culpable de un delito que no pudo defenderse y sin que haya sido oída y juzgada previamente
respecto al delito por el que se la condenó, y por un proceso que debió ser declarado extinguido en virtud de
que habían pasado 13 años desde que el proceso se inició, es decir, el 2 de agosto de 1995.
7. Refieren que el 29 de mayo de 2009 presentaron una acción de amparo constitucional contra
los ministros de la Corte Suprema de Justicia que emitieron el auto supremo No 09/2009 por considerarlo
arbitrario e ilegal, solicitando su nulidad y la declaración de otro fallo debidamente fundamentado y motivado.
Indican que el 29 de junio de 2009, la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito de Chuquisaca declaró
improcedente la acción de amparo al considerar que en dicho recurso no puede realizarse una valoración de la
3 Delitos tipificados por los artículos 132, 198, 200, 202, 203, 335 y 345 del Código Penal aprobado mediante Decreto Ley No 10.426 de 23
de agosto de 1972.
4 El artículo 171 del Código Penal establece que “el término dentro del cual deberá quedar concluida la instrucción será de 20 días, que
prueba alguna sobre el hecho delictuoso; 2) cuando comprobada la consumación del hecho punible se demuestre en forma plena que no
fue el procesado quien lo cometió”.
2
prueba penal por no tratarse de una instancia jurisdiccional ordinaria y que la presunta víctima asumió defensa,
fue oída, juzgada y condenada en proceso penal, no existiendo vulneración al debido proceso y a la seguridad
jurídica. Asimismo, el Tribunal sostuvo que el amparo constitucional no procede contra las resoluciones
judiciales que por cualquier otro recurso puedan ser modificadas o suprimidas, como en este caso, en el cual la
presunta víctima debió haber hecho uso del recurso de revisión.
8. Los peticionarios aducen que si bien es cierto que la acción de amparo constitucional es de
naturaleza subsidiaria, no es menos cierto que después del recurso de casación y nulidad no existe en el
régimen jurídico una vía legal ordinaria para lograr la protección inmediata y efectiva de los derechos de la
presunta víctima. Sostienen que si bien el recurso extraordinario de revisión se encuentra reconocido en la
legislación penal nacional, ello no se constituye como una vía inmediata de protección de los derechos humanos
ya que su procedencia se encuentra sujeta a causales tasadas que no incluyen la violación de derechos humanos
o derechos fundamentales sino que se tratan de cuestiones referidas a una estricta legalidad ordinaria, no
siendo un recurso efectivo e idóneo para resolver la presente controversia. 7
9. Señalan que el 29 de junio de 2009, la referida sentencia de amparo fue remitida de oficio al
Tribunal Constitucional para su revisión, el cual no se encontraba funcionando por haberse producido acefalía
definitiva en los cargos de todos sus magistrados y porque el Congreso Nacional no realizó las designaciones.
En consecuencia, los peticionarios informan que al momento de la presentación de petición, existían 4.965
expedientes acumulados en el Tribunal Constitucional para su resolución. Sin perjuicio de ello, indican que la
citada acción fue revisada el 3 de mayo de 2011 mediante sentencia 0623/2011-R, en la que se confirmó la
resolución No 206/2009 expedida por el tribunal de amparo, señalando que “no era evidente la lesión de
derechos fundamentales, pues el razonamiento efectuado por la Corte Suprema y la determinación adoptada
no puede ser arbitraria ni ilegal”.
10. Finalmente, informan que la sentencia condenatoria dictada por la Corte Suprema de Justicia
fue ejecutada pues la presunta víctima fue detenida en enero de 2014 en Santa Cruz.
11. En resumen, los peticionarios alegan que se violaron los derechos humanos de la presunta
víctima con base en los siguientes argumentos: (i) violación del principio de legalidad por atipicidad de la
conducta investigada y retroactividad de la ley aplicada; (ii) violación de las garantías del debido proceso, del
derecho a la defensa y el derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior ya que la presunta víctima no
pudo defenderse ni ser juzgada previamente respecto al delito por el que se la condenó; (iii) violación del
derecho a la comunicación previa y detallada a la inculpada de la comunicación formulada ya que los hechos
ilícitos por los que se la condenó, no le fueron comunicados de manera previa y detallada; (iv) violación del
plazo razonable en la duración del proceso ya que su sustanciación tuvo una duración de trece años y cinco
meses, de los que la Corte Suprema de Justicia se tomó más de cinco años en resolver el recurso de casación
cuando el proceso debía concluir dentro de treinta días 8; (v) indefensión por la imposibilidad de practicar
medidas de prueba ante la aplicación de un nuevo tipo penal; y (vi) violación del derecho a la protección judicial
por la denegación del amparo constitucional solicitado mediante el recurso planteado el 29 de mayo de 2009 y
toda vez que el órgano legislativo no cumplió con su obligación constitucional de designar magistrados del
Tribunal Constitucional a fin de resolver el recurso de revisión en tiempo y forma.
12. Por su parte, el Estado alega que es la intención de los peticionarios que la Comisión actúe
como una cuarta instancia, pues buscan una revisión en instancia internacional de cuestiones de jurisdicción
interna y que se valore la prueba presentada en el proceso penal doméstico seguido en contra de la presunta
víctima.
7 El artículo 421 del Código de Procesamiento Penal boliviano, establece como causales para la revisión de la sentencia, las siguientes: “1.
Cuando los hechos tenidos como fundamento de la sentencia resulten incompatibles con los establecidos por otra sentencia penal
ejecutoriada; 2. Cuando la sentencia impugnada se funda en prueba cuya falsedad se declaró en fallo posterior ejecutoriado; 3. Cuando la
sentencia condenatoria haya sido pronunciada o consecuencia de delitos propios de la función judicial, cuya existencia se haya declarado
en fallo posterior ejecutoriado; 4. Cuando después de la sentencia sobrevengan hechos nuevos, se descubran hechos preexistentes o existen
elementos de prueba que demuestren: a) Que el hecho no fue cometido; b) Que el condenado no fue autor o partícipe de la comisión del
delito o c) Que el hecho no sea punible. 5. Cuando corresponda aplicar retroactivamente una ley penal más benigna y 6. Cuando una
sentencia del Tribunal Constitucional tenga efecto derogatorio sobre el tipo o norma penal que fundó la condena”.
8
Conforme Disposición Transitoria Tercera del Código de Procedimiento Penal.
3
13. Indica que en todo momento las instancias judiciales actuaron conforme a derecho,
respetando las garantías procesales de la imputada y el debido proceso. En este sentido, informa que de
acuerdo a los antecedentes presentados por los peticionarios, la presunta víctima hizo uso de su derecho a la
defensa y destaca que ella no se sometió voluntariamente al proceso sino que fue declarada en rebeldía y
contumaz a la ley. Sostiene que el auto supremo del 22 de enero de 2009 emitido por la Corte Suprema de
Justicia se basó en el principio de congruencia que impone a la actividad jurisdiccional la obligación de resolver
la controversia jurídica con fundamento en los hechos que han sido sometidos a juzgamiento en el proceso, no
estando condicionado por la calificación legal que pudo haber efectuado sobre tales hechos en la acusación.
Informa que el referido auto supremo, reconoció que los imputados, violando lo previsto en la Ley de Bancos y
Entidades Financieras, otorgaron alrededor de 46.2 millones de dólares de créditos vinculados e ilegales,
además de 5.6 millones por intereses devengados y que en virtud de dichos ilícitos, el Banco Central de Bolivia
tuvo que asumir las consecuencias de dicho daño, erogando dineros del erario público del Estado para la
devolución a la gran cantidad de ahorristas o víctimas múltiples. Sostiene que la reforma del Código penal
mediante Ley N° 1768/1997 no creó un nuevo tipo penal, sino que se refiere a un agravante del tipo penal de
la estafa que no fue impuesta a la sentencia condenatoria contra la presunta víctima. Frente a la denuncia de
que el Estado incumplió sus deberes previstos en el artículo 2 de la Convención, sostiene que se generaron
varias disposiciones legales para adecuar la normativa interna a las previsiones de la Convención Americana.
14. Alega que los recursos internos no se agotaron ya que, en el código de Procedimiento Penal
Boliviano, se regulan vías recursivas entre las que se encuentra el recurso de revisión el cual no fue interpuesto
por los peticionarios. Informa que en la vía constitucional, los procesados también pueden hacer uso de las
acciones de defensa como la Acción de Libertad y el Amparo Constitucional. Indica que el recurso de casación
debía ser apelado por medio del Recurso de Revisión y la Acción de Inconstitucionalidad por la supuesta
aplicación de la Ley N° 1768 del 10 de marzo de 1997 de manera retroactiva. Con respecto a la improcedencia
de la acción tutelar, informa que dicho recurso no forma parte de los procedimientos ordinarios ni es sustitutivo
de otros medios o recursos legales, por su carácter subsidiario.
VI. AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS INTERNOS Y PLAZO DE PRESENTACIÓN
15. Los peticionarios refieren que la última decisión judicial adoptada en el proceso penal seguido
contra la presunta víctima fue la dictada el 29 de junio de 2009. No obstante, solicitan la aplicación de las
excepciones previstas en el artículo 46.2.b y c. de la Convención Americana pues, por un lado el Tribunal
Constitucional no se encontraba desempeñando sus labores jurisdiccionales desde noviembre de 2007, y por
otro, aducen un retardo injustificado en la revisión del amparo constitucional. El Estado alega que los recursos
internos no fueron agotados ya que los peticionarios no interpusieron el recurso de revisión de sentencia, el
cual plantean como mecanismo idóneo de apelación en el proceso penal.
16. A este respecto, la Comisión ha sostenido anteriormente que si bien en algunos casos los
recursos extraordinarios pueden ser adecuados para enfrentar violaciones de derechos humanos, como normal
general los únicos recursos que son necesarios agotar son aquellos cuyas funciones, dentro del sistema jurídico,
son apropiados para brindar protección tendiente a remediar una infracción de determinado derecho legal. En
principio, se trata de recursos ordinarios y no extraordinarios 9. En el presente caso, la Comisión observa que
el recurso de revisión citado por el Estado, es un recurso extraordinario con causales taxativamente
establecidas, que procede contra sentencias ejecutoriadas y no se configura por lo tanto, en un recurso idóneo
que asegure la revisión o la doble conformidad de una sentencia condenatoria antes de ser definitiva 10, en el
caso particular el análisis del auto supremo No 09/2009 de 22 de enero de 2009 emitido por la Sala Penal
Primera de la Corte Suprema de Justicia que condenó a la señora Blanco Quintanilla. En consecuencia, el Estado
no puso a disponibilidad de la presunta víctima un recurso que permita amparar los derechos que se alegan
violados, lo cual, en términos del artículo 46.2.a de la Convención Americana, constituye una de las causales de
excepción a la regla de agotamiento de los recursos de jurisdicción interna.
9CIDH, Informe No 161/17, Petición 29-07, Admisibilidad, Andy Williams Garcés Suárez y familia. Perú. 30 de noviembre de 2017, párr.
12.
10
CIDH, Informe No. 62/16. Petición 4449-02. Admisibilidad. Saulo Arboleda Gómez. Colombia. 6 de diciembre de 2016, párr. 28. CIDH,
Informe No. 33/14. Fondo. Caso 12.820. Manfred Amrhein y otros. Costa Rica. 4 de abril de 2014, párr. 203.
4
17. No obstante lo señalado, la CIDH observa que la presunta víctima, a los efectos de lograr que
su sentencia condenatoria fuera revisada y sus derechos restituidos a nivel interno, interpuso una acción de
amparo constitucional el 29 de mayo de 2009, sin obtener un resultado favorable. La Comisión nota que
inicialmente dicho recurso no pudo ser revisado por el Tribunal Constitucional, porque éste no se encontraba
en funcionamiento debido a la falta de designación de magistrados, y que sólo obtuvo una sentencia
constitucional que negó la tutela solicitada el 3 de mayo de 2011. La Comisión considera que, con dicho amparo,
el peticionario acudió a los mecanismos judiciales internos disponibles, ante la inexistencia de recursos idóneos
en el ordenamiento jurídico nacional. Por lo tanto, la Comisión concluye que en el presente caso es aplicable la
excepción al agotamiento de los recursos internos prevista en el artículo 46.2.a de la Convención Americana y
31.2.a del Reglamento.
18. Por último, se observa que la petición fue presentada a la CIDH el 28 de diciembre de 2009, y
la sentencia de 3 de mayo de 2011 que resolvió la acción de amparo constitucional intentada por la presunta
víctima extendiéndose sus efectos hasta el presente. Por lo tanto, en vista del contexto y las características del
presente caso, la Comisión considera que la petición fue presentada dentro de un plazo razonable y que debe
darse por satisfecho el requisito de admisibilidad referente al plazo de presentación.
VII. CARACTERIZACIÓN
19. En vista de los elementos de hecho y de derecho presentados por las partes y la naturaleza del
asunto puesto bajo su conocimiento, la CIDH considera que, de ser probados los hechos alegados relativos a
una posible vulneración del debido proceso; la eventual aplicación retroactiva de la Ley N° 1768 del 10 de
marzo de 1997, que reguló el delito de “estafa múltiple”; la presunta condena arbitraria en una sentencia
emitida por la Corte Suprema de Justicia sin una instancia de revisión; así como la alegada falta de protección
judicial por los hechos denunciados podrían caracterizar posibles violaciones de los artículos 8 (garantías
judiciales), 9 (principio de legalidad y retroactividad) y 25 (protección judicial) de la Convención Americana,
en relación con los artículos 1.1 y 2, en perjuicio de la presunta víctima.
20. En cuanto a los alegatos del Estado referidos a la fórmula de cuarta instancia, la Comisión
reitera que, según su mandato, sí es competente para declarar admisible una petición y fallar sobre el fondo
cuando esta se refiere a procesos internos que podrían ser violatorios de los derechos garantizados por la
Convención Americana como en el presente caso.
VIII. DECISIÓN
1. Declarar admisible la presente petición en relación con los artículos 8, 9 y 25 de la Convención
Americana, en relación con sus artículos 1.1 y 2.
2. Notificar a las partes la presente decisión; continuar con el análisis del fondo de la cuestión; y
publicar esta decisión e incluirla en su Informe Anual a la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos.
Aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a los 24 días del mes de febrero de
2020. (Firmado): Joel Hernández, Presidente; Antonia Urrrejola, Primera Vicepresidenta; Flávia Piovesan,
Segunda Vicepresidenta; Esmeralda E. Arosemena Bernal de Troitiño, Margarette May Macaulay, Julissa Mantilla
Falcón y Stuardo Ralón Orellana, Miembros de la Comisión.