Identidad Profesional Docente Isabel Canton Mayo y
Identidad Profesional Docente Isabel Canton Mayo y
Identidad Profesional Docente Isabel Canton Mayo y
ISSN: 0719-6202
http://revistas.uv.cl/index.php/IEYA/index
marceloarancibia@uach.cl
El libro aquí reseñado “Identidad Profesional Docente”, coordinado por Isabel Cantón Mayo
y Maurice Tardif, reúne estudios y reflexiones desde diversos lugares y miradas. Lo cual se
constituye en un mérito pues dicha diversidad no se expresa para confundir al lector o
difuminar una perspectiva sobre este tema, más bien, nos permite comprender que con dicha
diversidad logramos aunar una perspectiva, reunir antecedentes, congregar posiciones, en
definitiva, entender que la Identidad Docente es un aspecto relevante para atender en
diferentes ámbitos y niveles educativos: políticos, gubernamentales, globales, locales,
escuelas, investigación, formación, etc. Léase entonces dicha diversidad como un valor de
este compendio.
Por otra parte, en un mundo convulsionado y con una profesión docente sitiada por una
opresora globalización neoliberal, un libro como éste viene a recordarnos que el Docente es
un humano, por tanto, un sujeto en construcción que depende de sus interrelaciones en
contextos situados. El recorrido por los diferentes capítulos nos adentra en esta
perspectivación del profesor como sujeto en permanente transformación, que posee una
identidad movible pero que a su vez persigue transformar la realidad que le configura. Esta
doble vía de querer transformar y ser transformado, sin duda lo sitúa como un ser que vive
contradicciones vitales no solo en tanto profesional si no también personal.
Hoy más que nunca urge levantar la perspectiva del profesor como un profesional que es
capaz de transformar sus contextos, tocar a sus estudiantes, generar momentos luminosos de
aprendizaje, que sustenta su práctica en un curriculum escolar muchas veces ideado por
“especialistas” que obliga a los maestros a supeditar sus idearios pedagógicos a la
implementación de actividades de aula poco significativas o bien descontextualizadas.
Asimismo, luego se les evalúa en función de logros estandarizados que buscan medir el
cumplimiento de dicho curriculum.
Un elemento destacado en gran parte de los estudios presentados en el libro, ponen acento en
que para un buen desempeño docente es sustancial tener programas de Formación Inicial (en
adelante FID) altamente exigentes y de calidad. Indudablemente, los sistemas educativos con
mejores resultados, comúnmente son selectivos con el acceso a la FID, entregan una
formación rigurosa, centrada en conocimientos disciplinarios y didácticos, ponen énfasis en
prácticas progresivas, procurando que los estudiantes desarrollen habilidades y competencias
mínimas para desplegarse en el aula escolar. Asimismo, destacan en formar profesionales
como prácticos reflexivos que construyan una identidad profesional que supere la visión
tradicional y no reproduzca prácticas naturalizadas.
En sintonía con lo anterior, la formación de profesores debe realizarse durante toda su larga
carrera, atendiendo no solo cuestiones técnicas, si no también humanas, dado el alto deterioro
de su salud y desgaste profesional. Por ejemplo, incluir en la formación continua jornadas de
cómo aprender de la experiencia y cómo construir conocimiento profesional, dentro de las
propias comunidades educativas. Puesto que, saber cuáles serán los contextos futuros de
ejercicio profesional en las escuelas es improbable, lo que hace casi imposible preparar a los
maestros para cada una de las contingencias a las que puede tener que enfrentarse en las
aulas.
Con todo el libro transita desde experiencias nacionales como las de Canadá, Francia, Chile
España y Suiza, así como por todos los niveles de la educación escolar: primaria, secundaria,
universitarios, profesores principiantes y con experiencia. Lo cual revela un exhaustivo y
completo panorama de la identidad profesional.
Inicia el libro con el capítulo de Tardif y Le Vasseur, quienes nos hablan de una identidad en
mutación, anclada en el contexto canadiense. Sin embargo, más allá de ser una constatación
y descripción de dicha realizad, los autores urgen atender la cuestión antes que “estalle” un
problema mayor traducido en los múltiples “roles” que debe cumplir el maestro.
El segundo capítulo de Isabel Cantón, construye una interesante ecuación entre calidad,
identidad, situaciones contextuales con indicadores de satisfacción, lo cual revela cierta
imposibilidad de relacionar la identidad profesional con la calidad, por razones que van desde
la polisemia conceptual hasta las diferencias contextuales que priman en los niveles de
satisfacción personal respecto de los desempeños profesionales.
El capítulo de Carlos Marcelo y Carmen Gallego, ante una pregunta existencial ¿quién soy
yo como maestro? invitan a generar procesos de construcción de identidad en profesores
José Tejeda, construye un concepto de identidad docente que incluye una identidad
profesional con otra laboral. Desde allí sea más conveniente hablar en plural de identidades
docentes dada su heterogénea configuración.
Por su parte, José Gairín invita a pensar el proceso de construcción de identidad docente
como una acción colectiva y colaborativa, por ello las comunidades educativas entendidas
como redes de creación y gestión del conocimiento coadyuvan a construir identidad a través
de procesos de reflexión colectiva.
El noveno capítulo escrito por Arias, Baelo y Cañon, está centrado en profesores de primaria
y se exhibe como una suerte de trayectoria profesional marcada por fases desde su formación
inicial hasta su jubilación construyendo su identidad a través de sus experiencias vidas en el
ejercicio de la su labor, por tanto, en permanente evolución.
El capítulo escrito por Danièle Périsset cierra el libro relatando cómo los planes de estudio
entendidos como proyecto político y social configuran una identidad profesional en la
formación de profesores. Para ello analiza el caso de la Alta Escuela Pedagógica de nivel
Universitario de Valais en Suiza.
Por último, esta recensión no ha tendido pretensión de exhaustividad, pues lo que busca es
invitar a leer el libro, luego de ello cada lector sacará sus propias conclusiones y de seguro
hallará otros sentidos y elementos destacados en cada uno de los capítulos.