Qué Verduras Se Pueden Congelar
Qué Verduras Se Pueden Congelar
Qué Verduras Se Pueden Congelar
Lo primero es saber cuáles son las que podemos congelar (que en general son aquellas que luego utilizaremos
para cocinarlas al horno o en guisos y salsas), porque no es recomendable pasar por este proceso de tan baja
temperatura a las que preferimos comer crudas en ensaladas o como guarnición -como lechugas, pepinos,
tomates y ajíes-. Esto es así porque ese frío las quema, provocando un cambio en su textura, olor y sabor y, lo más
importante, disminuyendo su valor nutricional.
Acelgas y espinacas: se pueden congelar crudas si luego las comeremos cocidas. Otra opción es blanquearlas
(pasarlas unos minutos por agua hirviendo y luego fría) y, otra, es cocinarlas en rellenos que luego usaremos para
empanadas, tartas, lasagnas, etc. Conservación máxima: 1 año.
Berenjenas y zucchinis: cortadas a la mitad o en trozos, las blanqueamos y, una vez frías, las guardamos.
Conservación máxima: 1 año.
Brócoli y coliflor: podemos congelarlo crudo. Es más práctico separar cada flor. También cocidos en agua o en
salsas y rellenos. Conservación máxima: 1 año el brócoli y 6 meses el coliflor.
Perejil: lavalo bien, cortá las hojas y guardalo en pequeñas bolsitas. Otra opción es picarlo bien chiquito y
enrollarlo en un papel metalizado apto para freezer, de manera de formar un tubito que luego podemos cortar en
rodajas a medida que necesitemos. Conservación máxima: 6 meses.
Cebollas y ajos: se pueden freezar en crudo, picado bien chiquito, fileteadas o en rodajas. Las podemos guardar
rehogadas o en salsa. Una ventaja es que, al congelarlas, eliminas el fuerte aroma que invade la heladera.
Conservación: máxima 6 meses.
Jengibre fresco: actualmente es común ver en casi todas las verdulerías de barrio esas raíces de formas raras y
gustito picantón que condimentan cada vez más los platos de nuestra cocina. La mejor forma de congelarlo es en
rodajas, en una bolsa hermética, o pelado y rallado para poder usarlo cada vez que necesitemos una pequeña
porción. Otra forma es machacarlo y ponerlo en una cubitera para utilizar dentro de una salsa o guiso sin
necesidad de descongelarlo previamente.
Arvejas y habas: retirar los granos del interior de las vainas, lavarlos bien, escurrirlos y secarlos. Luego guardarlos
en bolsas o recipientes herméticos.
Lentejas, garbanzos y porotos secos: se pueden congelar crudos, pero antes hay que dejarlas en remojo varias
horas, cambiando de tanto en tanto el agua. Luego escurrirlas, secarlas bien y ponelas en una bandeja sin que se
toquen. Tapar con film y guardar la bandeja un rato en el congelador. Cuando estén un poco congeladas podés
pasar las legumbres a una bolsa: de esa forma quedarán sueltas y podrás usar la cantidad que quieras.
Conservación máxima: 3 meses.
Choclo: una vez pelado, podemos congelarlos de 2 formas, que son cortado en ruedas o desgranarlos, raspando el
hueso con un cuchillo filoso para separar los granos.
Hay un grupo de “verduritas” que usamos en general para hacer sopa (zanahoria, zapallo, zapallito, apio, puerro,
etc.) y que también pueden ir al freezer. Se pueden cortar en daditos y rueditas para guardar en bolsitas. Cuando
queremos hacer sopa en esos días fríos de invierno, no necesitamos descongelarlas previamente.
El primer paso es pelarlas, retirarles las partes feas y lavarlas con abundante agua, varias veces. Luego hay que
secarlas muy bien. La forma más práctica para congelarlas es cortadas en trozos pequeños. En muchos casos es
una buena opción cocinarlas en salsas o rellenos. Siempre recordemos dejarlas enfriar antes de envasar y guardar.
Esta recomendación sirve para todos los alimentos.
Es clave racionarlas en las porciones que habitualmente usás, para que no tengas que descongelar todo el
paquete si solo precisás una pequeña cantidad para una comida. Conviene guardarlas en bolsas herméticas aptas
para congelador y/o freezer. Esto favorece la conservación. Para ocupar menos espacio, aplanar las bolsitas. Otra
opción es utilizar recipientes herméticos aptos para este fin. Si son cuadrados o rectangulares optimizar el espacio
de tu freezer o congelador. Algo muy importante es poner siempre la fecha de congelación.
Blanquear o escaldar: este proceso hace que se eliminen las enzimas y no pierdan sus propiedades. El proceso
consiste en poner las verduras durante unos minutos dentro de una olla con agua hirviendo (el tiempo dependerá
del tamaño y tipo de verdura), luego retirarlas y pasarlas a otra olla con agua bien fría para frenar la cocción. Una
vez que están bien frías, escurrirlas y envasarlas.
A las verduras de hojas, después de blanquearlas les ponemos unas gotas de limón o vinagre (hace que no
pierdan su color).
Para que las legumbres no se arruguen después de haber sido congeladas, déjalas enfriar en el agua de cocción.
Es importante saber que, al descongelar algunas frutas, pueden cambiar un poco su textura, por lo cual quizás no
sea una buena opción usarla en ensaladas de frutas, pero sí resultan geniales en la preparación de jugos, licuados,
salsas, postres y compotas
Frutos rojos: aquí entran gran variedad de frutas. Frutillas, cerezas, arándanos, moras, frambuesas. Se pueden
guardar con azúcar y unas gotas de limón para evitar la oxidación. Enteras o descarozadas. Conservación máxima
8 meses.
Manzanas y peras: cortadas en gajos o daditos, con azúcar, almíbar o en compotas. Conservación máxima 8
meses, en la primera opción, y 6 en compotas.
Duraznos, damascos y ciruelas: es mejor pelarlos, cortarlos a la mitad, descarozarlos y congelarlos con azúcar o
almíbar. Conservación 8 meses.
Bananas: la única forma que se pueden conservar es pisadas en puré con unas gotas de limón y azúcar.
Conservación 6 meses.
Paltas o aguacates: la mejor forma de conservarlas es pelarlas, quitarles el carozo, pisar la pulpa y guardar esa
pasta en una bolsa hermética. Rociarle unas gotas de limón para evitar la oxidación. Conservación 6 meses.
Higos: solo los podemos congelar cuando están a punto. No deben estar muy maduros ni machucados. Ponerlos
en una bandeja o recipiente hermético para que no se aplasten. Conservación 10 meses.
Naranjas, mandarinas y limones: los cítricos se pueden congelar como jugo exprimido o sin cascara ni semillas y
separadas en gajos. Conservación de 10 meses.
Algunas recomendaciones:
Tené en cuenta que es muy importante que todas las frutas que elijas para congelar estén en su punto junto,
porque este proceso frenará su maduración. En lo posible fijate que no estén manchadas ni golpeadas. Después
de lavarlas secarlas bien y quítale las semillas.