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Del Libro Crear o Morir

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DEL LIBRO CREAR O MORIR

(Capítulo 1)

por Amanda María Rodríguez Estrada

Se define como Silicon Valley (Valle del Silicio), al parque tecnológico ubicado en
California, en donde se localizan una gran cantidad de industrias que desarrollan
dispositivos informáticos o semiconductores cuyo material base en su mayoría es el
elemento silicio, tal es el caso de Apple Inc., eBay, Google, Intel entre otras.

Con la finalidad de descubrir el secreto del éxito de este complejo tecnológico, el


autor se dedicó a realizar una investigación a fondo, a través de entrevistas a diferentes
personajes, cuya creatividad e innovación los han llevado a la realización e implementación
de sus ideas.

En el caso de Viveck Wadhwa, que es vicepresidente académico de investigación e


innovación de la Singularity University, comentó que el secreto del éxito está en la gente,
es decir, que las mentes creativas se sienten atraídas por un ambiente de aceptación hacia
la diversidad cultural, de etnia y hasta sexual, ambiente que prevalece en Silicon Valley.
Esta diversidad se ve y se traduce como ciudades multiculturales. Asimismo, se puede
observar que la riqueza no se encuentra en los recursos o incentivos económicos, sino en
el talento de la gente. Lo que sí es importante, es que todo ese talento, esté respaldado
por buenos sistemas educativos.

Uno de los obstáculos para que se den este tipo de comunidades en los países
latinoamericanos, es la burocracia, que impide en la mayoría de los casos la innovación.

Existen tantos trámites que dificultan la apertura de una nueva unidad de negocio o
de una nueva empresa, que las personas terminan por desechar la idea o mudarse a otro
lugar o país donde este tipo de trámites sean menores o se cuente con mayor flexibilidad
para dar inicio a la implementación de sus ideas.

Por otro lado Richard Florida, en su libro El ascenso de la clase creativa, comenta
que las mentes creativas son las que atraerán a las empresas en el futuro y no así las
empresas a los talentos, como se ha venido manejando hasta hace algunos años.
Asimismo, Florida que actualmente es profesor y director del Martin Prosperity Institute en
la Rotman School of Management, en la Universidad de Toronto y también dirige una
empresa privada de consultoría, la Creative Class Group, comenta que la creatividad es un
“proceso social”, es decir, que la gente con la que competimos, colaboramos y
aprendemos hacen que existan los más grandes avances en esas comunidades creativas.

De hecho, durante todo el capítulo se menciona que las mentes creativas o


innovadoras tienden a juntarse en lugares fuera de los estándares de las organizaciones,
como en cafés, librerías o restaurantes. En estos lugares ocurre el proceso social y
comparten ideas, dan soluciones a algunos problemas, a pesar de no conocerse.
De acuerdo con Oppenheimer, Florida dice (Crear o Morir, p. 12):

“Llegué a la conclusión un tanto controversial de que los lugares más propicios para la
innovación son aquellos en donde florecen las artes, las nuevas expresiones musicales,
donde hay una gran población gay, donde hay buena cocina, además de universidades que
pueden transformar la creatividad en innovación”

Esto se maneja como preámbulo, para considerar que existen lugares en


Latinoamérica con las características para albergar creatividad y que a su vez florezca la
innovación, ya que se cuentan con algunas Universidades que pudieran destacar, aunque
actualmente no figuren entre las mejores del mundo. Tenemos el caso de México, Brasil o
Argentina por ejemplo.

Es importante destacar que según Florida, los lugares donde florece la innovación
“tienden a glorificar el talento, más que el dinero” (Crear o Morir, p. 12). La gente aprende
de sus fracasos y es reconocida por lo que saben hacer bien, más que por lo que tienen,
como en el caso de Steve Jobs (Padre del primer ordenador personal y fundador de Apple
Computer), Bill Gates (Empresario, informático y filántropo estadounidense, cofundador de
la empresa de software Microsoft junto con Paul Allen) o Mark Zuckerberg (Programador,
filántropo y empresario estadounidense conocido por ser el creador de Facebook).

Como un referente en el mundo del futuro, la consigna de las empresas será crear o
morir, refiriéndose a que las diferentes organizaciones deberán tener la flexibilidad de
innovar para satisfacer la demanda de la sociedad, de hacer o fabricar nuevos productos
que cumplan o excedan las expectativas de la misma.

Como ejemplo de un producto innovador, tenemos las impresoras 3D, mismas que
se dieron a conocer de forma comercial en 2013, gracias a la mención que hizo el
presidente de Estados Unidos en ese momento, Barack Obama, en uno de sus discursos
como un invento realmente innovador que podría revolucionar la forma en cómo se
fabrican las cosas. Es un hecho que desde antes este tipo de impresoras de un mayor
tamaño ya eran utilizadas en la industria manufacturera, para la elaboración de algunas
piezas de automóviles y algunas otras refacciones.

Los aviones no tripulados o drones, ya han sido utilizados con anterioridad con fines
bélicos, sin embargo, hoy estos ya son fabricados a gran escala y con fines comerciales
para que cualquier sector de la sociedad pueda hacer uso de estos, desde tomar
fotografías, llevar medicamentos, servicios de guardacostas, entregar pizza a domicilio o
modificar la forma de entregar paquetes y documentos. Jordi Muñoz es el cofundador de
3D Robotics, una de las mayores compañías de fabricación de drones de Estados Unidos
a bajo costo.

Por otro lado, podemos hablar de los autos que no requieren conductor, según Brad
Templeton, que trabaja actualmente para Google, es un auto que ofrece mayor seguridad
pues reducirá el número de muertes por accidentes automovilísticos hasta en un 90%. No
es sencillo y todavía no está del todo aprobado y existen muchos escépticos. Sin embargo
se sigue trabajando en los prototipos.
Otra innovación, son los materiales autosaneables o materiales inteligentes. Un
grupo de científicos de la Universidad de Stanford, han estado trabajando en algunos
polímeros flexibles que pueden ser utilizados para la fabricación de prótesis y armazones
para robots, estos materiales también son buenos conductores de la electricidad y
sensibles a la presión y al calor.

Es interesante destacar, que está surgiendo un nuevo ecosistema que se conoce


como “internet de las cosas”. Esto se refiere a que a través de microchips, las cosas
estarán interconectadas y tendrá consecuencias positivas: como sensores que avisarán si
alguna persona sufre un desmayo o accidente, los objetos avisarán del término de su vida
útil para que puedan ser reemplazados, detectar epidemias, determinar patrones de tráfico,
relojes que toman el pulso cardíaco y mandan información al médico tratante, reguladores
de luz, agua y otros servicios, sistemas de ahorro de energía, entre otros. Sin embargo,
existe la preocupación de que esta interconexión genere terrorismo cibernético, que las
computadoras sean hackeadas, que se cambien instrucciones sin previo aviso,
proliferación de información basura, etcétera. Las consecuencias pueden ser
devastadoras, pero como ha ocurrido en la actualidad, el internet ha conectado personas y
a pesar de los peligros, el avance no se ha detenido.

En cuanto a la educación, gracias a los avances tecnológicos cada vez aumenta


más la famosa educación en línea, se plantea que en el futuro las escuelas funcionarán
exactamente al revés que las actuales. Los niños estudiarán desde casa, esto se conoce
como flipped schools. Este tipo de escuelas ya están proliferando en Estados Unidos.
Según Oppenheimer, el New York Times señala: “Casi todos (los expertos) están de
acuerdo con la premisa de que la estrategia de invertir las clases, funciona”.

En resumen, existen dos corrientes, los “tecno-utópicos” y los “tecno-escépticos”.

Los primeros afirman que los adelantos tecnológicos son el principal motor para la
reducción de la pobreza y mejora por supuesto la calidad de vida de las personas (vivimos
más y mejor). Estos piensan que en la última década apenas se ha dado un pequeño
anticipo al progreso. Peter H. Diamandis (Actual presidente de Singularity University) y su
coautor Steven Kotler, en su libro Abundancia: el futuro es mejor de lo que usted cree,
afirma:

“está entrando ahora un periodo de transformación radical, en el que la tecnología tiene el


potencial de mejorar sustancialmente los niveles de vida promedio de cada hombre, mujer y
niño del planeta. Dentro de una generación seremos capaces de darles bienes y servicios
que en el pasado estaban reservados para unos pocos ricos a todos los que necesiten o los
deseen. La abundancia para todos está a nuestro alcance.”
(Crear o Morir, p. 27)

Los “tecno-escépticos” ven a Diamandis y a otros innovadores de la tecnología, solo


como vendedores de utopías. Estos argumentan que la mayoría de las tecnologías han
sido inventadas en los países ricos, obviamente para solucionar los problemas de los
países ricos. Asimismo, alertan sobre los peligros que traen consigo dichas tecnologías,
como el poder destructivo cuando cada persona pueda fabricar en casa un arma o bien
que los drones en lugar de entregar pizzas, entreguen bombas, como ejemplos.
El gran reto consiste en que las nuevas tecnologías sean utilizadas para el beneficio
del mayor número de gente posible.

Finalmente, se habla de un rezago en los avances tecnológicos en Latinoamérica,


pues es insignificante el número de patentes de nuevas innovaciones que se registran en
estos países. La OMPI, es la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, hace un
comparativo, Corea del Sur registra alrededor de 12,400 solicitudes de patentes
internacionales, mientras que América Latina y el Caribe apenas llegan a las 1,200 (México
con un total de 230 solicitudes). En Latinoamérica no hay una cultura para el registro de
patentes por parte de las universidades o de las empresas, también existe una total falta
de respeto a la propiedad intelectual.

Según Oppenheimer, Carsten Fink (Crear o Morir, p. 29), afirma “el desafío de los
países latinoamericanos es crear un ecosistema en donde pueda florecer la innovación”.
Por lo tanto, se considera que no hay ninguna ciudad latinoamericana dentro de las
primeras 100 ciudades productoras de conocimiento científico en el mundo.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ocupa el lugar número 151


según el ranking hecho por la Universidad Jiao Tong de Shangai China. En otros rankings
no la nombran. Es claro que nuestro país como otros en Latinoamérica invierte
relativamente poco en investigación científica. Estamos produciendo demasiados filósofos,
sociólogos, psicólogos y poetas y muy pocos científicos e ingenieros. También se tiene un
rezago en la educación que se da a nivel primaria y secundaria, donde la calidad educativa
ha quedado cada vez más atrás de la del resto del mundo, como puede constatarse en los
resultados del a prueba internacional PISA, en donde se miden conocimientos de
matemáticas, ciencias y capacidad lectora.

La mayoría de los grandes innovadores científicos, tecnológicos y artísticos, fue el


resultado de un proceso colaborativo. Tal es el caso de Albert Einstein, Picasso, los
hermanos Orville y Wilbur Wright, Henry Ford, entre otros.

Para concluir, es necesario generar un ecosistema con una educación de calidad y


cultura de tolerancia al fracaso, empresas y universidades que inviertan en investigación y
desarrollo de nuevos productos, centros de estudios globalizados que atraigan talentos de
todos lados, interacción entre universidades y empresas, un ambiente económico que
propicie las inversiones de riesgo, legislaciones que fomenten la creación de nuevas
empresas y una concentración de mentes creativas en la misma ciudad.

En mi opinión, las empresas de forma general buscan incrementar su eficiencia a


partir del aumento de la productividad y esto puede llevarlas a realizar cambios sin control,
desmotivar al personal, inhibir la creatividad y por ende el fracaso en el logro de los
objetivos.

La alta dirección puede perder de vista a sus empleados y lo valioso que es contar
con un equipo de trabajo que resuelva y actúe en razón de su motivación para hacer las
cosas bien.

Un equipo motivado va a tender a generar ideas nuevas e innovadoras para la


resolución de problemas, para bajar costos o simplemente para realizar de forma armónica
su trabajo. Tal como se comenta en el libro, la parte más importante es una organización
es la gente.
En la medida que las organizaciones entiendan que el contar con una comunidad
motivada, en un ambiente que favorezca la creatividad e innovación, dará como resultado
una verdadera interacción entre los factores que intervienen para el aprendizaje, el trabajo
en equipo de forma cooperativa y colaborativa y finalmente la empresa se verá beneficiada
reduciendo costos, aumentando productividad, siendo más competitiva, logrando los
objetivos, entre otros.

Los avances tecnológicos han rebasado con mucho la capacidad de reacción de las
empresas, el mundo se globaliza y los cambios ocurren rápidamente. Las empresas y las
personas tienen que adaptarse a estos cambios para no quedar fuera o rezagados. En
este nuevo “ecosistema” de creatividad e innovación en materia de productos, servicios o
procesos, la gente como las empresas deben hacer uso de sus fuerzas y talentos, sacar
ventaja de ellos, pero sobre todo de la gente motivada.

Me gustó mucho la forma en cómo se abordan en el libro los conceptos de


creatividad e innovación, los ejemplos de las personas que han logrado destacar gracias a
esta nueva forma de pensar, aprovechando sus fracasos para seguir avanzando en la
mejora e implementación de las ideas.

Por mi profesión he tenido la oportunidad de desarrollar nuevos productos o bien


alguna innovación a los equipos médicos que se utilizan en el área hospitalaria, siendo
realmente satisfactorio el poder brindar mejoras para beneficiar a los usuarios primarios y
secundarios. En el área de educación, creo que la creatividad es fundamental para
despertar el interés en los alumnos sobre los temas que se incluyen en las diferentes
asignaturas.

“Silicon Valley, donde el fracaso es una experiencia de trabajo


que sufre la mayoría de los triunfadores”.
Andrés Oppenheimer

Referencias bibliográficas:

 Oppenheimer, A. (2014). ¡Crear o Morir! La esperanza de Latinoamérica y las cinco claves de


la Innovación. [ebook] New York: Vintage Española. Disponible en:
http://vamoseleste.com/img/biblioteca/Crear_o_Morir.Oppenheimer.pdf [Acceso 10 Jun.
2017].
 Biografiasyvidas.com. (2014). Biografías y Vidas .com. [en línea] disponible en:
https://www.biografiasyvidas.com/ [Acceso 10 Jun. 2017].

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