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Comparación Kant y Platón

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COMPARACIÓN ENTRE LOS SISTEMAS FILOSÓFICOS DE KANT Y PLATÓN

La filosofía kantiana va a suponer una síntesis, y a la misma vez superación, de las principales
perspectivas y corrientes filosóficas que han protagonizado visiones antagónicas sobre la estructura
de la realidad y el conocimiento desde prácticamente el origen de la reflexión filosófica. Estas
“visiones antagónicas” han postulado, por un lado, una visión idealista (racionalista) del
conocimiento y la realidad en el caso de la filosofía platónica o cartesiana y que se han enfrentado a
las posiciones realistas o empiristas de Aristóteles, Locke o Hume. Para unos, los racionalistas o
idealistas, el conocimiento dependía del sujeto y su posibilidad de acceso y construcción y
conocimiento de ideas, dejando de lado los sentidos al tildarlos de engañosos e inexactos. Para los
otros, los empiristas, la experiencia será el único origen del conocimiento criticando la visión idealista
tachándola de irreal e incomprobable.

La filosofía kantiana, que como ya he señalado, supone un intento de síntesis y superación de estas
visiones filosóficas y por ello podría ser comparada con cualquiera de las corrientes citadas. Sin
embargo, por la importancia que ha tenido a lo largo de la Historia de la Filosofía y su influencia en
la modernidad filosófica voy a realizar mi comparación con la filosofía platónica.

El sistema filosófico platónico surge como respuesta al relativismo y el escepticismo sofista de la


época clásica ateniense. Frente a esta postura que defendía la imposibilidad de juicios objetivos y
universales Platón postuló la posibilidad de un conocimiento verdadero. Para ello, su sistema se apoya
en su teoría de las ideas que dividía el mundo en una realidad física, aparente y cambiante, y una ideal,
genuina y auténtica. La primera proporcionará un conocimiento limitado y de un bajo grado que
Platón denomina Doxa. La segunda proporcionará un grado elevado de conocimiento que el pensador
ateniense identificará con la ciencia.

Vamos a encontrar aquí una de las primeras diferencias con el sistema kantiano. Para el pensador
prusiano la ciencia está compuesta por juicios objetivos y universales que sirven para ampliar nuestro
conocimiento y que no dependen de la experiencia. Estos juicios son los sintéticos y a priori, pero a
diferencia del ideal de conocimiento platónico, estos no están apoyados en ideas externas al sujeto.
Ese tipo de juicios permiten que avance mi conocimiento y no necesitan ser comprobados
empíricamente pero Kant, a diferencia de Platón, no va a cuestionar la existencia del mundo físico
sino que se apoya en él para iniciar el proceso de conocimiento. Lo que si pone en entredicho es el
límite de las facultades humanas para conocerlo. En definitiva, conocemos lo que podemos conocer
a partir de nuestras categorías y nuestra sensibilidad, esto es, el aspecto “fenoménico” de lo real pero
la realidad nouménica, lo que el objeto es en sí, queda fuera de nuestra experiencia posible. En este
sentido la filosofía platónica sí que postula la posibilidad del conocimiento de esta verdadera esencia
de las cosas por medio de la relación intelectual del alma con las ideas.

En este mismo sentido, para Platón, el conocimiento empírico es sólo una oportunidad para iniciar el
proceso de reminiscencia y llegar al verdadero conocimiento ideal que ya se halla en nuestra alma.
Kant parte del hecho de que el conocimiento surge con la experiencia ya que su máxima que expresa
que “nada hay en el entendimiento que antes no haya estado en los sentidos, excepto el entendimiento
mismo” expone que todo conocimiento comienza con la experiencia. Sin embargo, Kant postula
también la existencia de una estructura cognoscitiva previa a cualquier conocimiento (categorías y
formas a priori de la sensibilidad) que hacen pivotar el conocimiento sobre el sujeto y no sobre el
objeto como en el caso platónico.

Para Kant, a diferencia de Platón, las ideas no poseen una existencia externa al sujeto. Platón defiende
que estas habitan en un mundo separado del mundo físico y que, como hemos señalado, va a suponer
la verdadera realidad y esencia de los físico. Para el conocimiento de este mundo Platón se ve obligado
a defender un dualismo antropológico que le lleva a defender la existencia del alma como piedra
angular de su sistema filosófico. Sin embargo, Kant sin negar explícitamente la existencia del alma,
tampoco va a postular de forma tajante un dualismo antropológico al estilo platónico. Para el pensador
ilustrado nuestra realidad mental, postulada desde el racionalismo como origen y garantía del
conocimiento, no demuestra la existencia del alma. Esta va a suponer uno de los postulados de la
razón práctica y sólo podemos plantear la necesidad de su existencia desde la reflexión moral. En
definitiva, es imposible para el sistema kantiano aceptar la existencia incuestionable del alma y usarla
como causa y origen de nuestro conocimiento.

Desde un punto de vista ético las diferencias entre ambos pensadores no llegan a ser extremas. Kant
va a tildar a la mayoría de sistemas éticos anteriores al suyo de materiales y heterónomos, ofreciendo
en su propuesta una ética formal y autónoma. El intelectualismo moral platónico coincide con él en
el hecho de no presentar una serie de leyes o normas sino un criterio de acción basado, en el caso de
Platón, en la idea del Bien y en el de Kant, en el imperativo categórico. Ambos sistemas postulan una
ética vacía de contenido y dependiente del individuo que juzga y ejecuta la acción. La diferencia
fundamental entre ambas propuestas va a residir en el carácter aristocrático del intelectualismo
platónico, esto es, solo aquellos en los que el alma dominante sea el alma racional llegarán a la
excelencia moral. Para Kant la facultad de razonar y utilizar nuestra razón práctica posee un carácter
universal aunque ambos coinciden en la imposibilidad de un juicio ético infalible.

En el plano político de estos pensadores si vamos a encontrar grandes diferencias. Para Platón, la
Polis debe gestionarse apoyándose en un principio aristocrático, pero no de sangre o nacimiento, sino
intelectual. Sólo aquellos individuos que alcancen un alto grado de conocimiento podrán participar
en el gobierno. Kant aboga por una democracia cosmopolita que integre en los espacios
institucionales y sociales un uso público de la razón. Kant añade, tal y como hemos podido ver en el
texto, la separación iglesia y estado así como la obligación del individuo de seguir las normas del
estado y de realizar un uso público y crítico de la razón. Para Kant, hay una diferencia en el uso
público y privado de la razón que no existe en la propuesta platónica. El pensador prusiano abogará
por una democracia ilustrada, si así pudiéramos definirla, frente al intelectualismo aristocrático
platónico.

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