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Tarea Academica 1 - Jara v1.4

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Trazando un Rumbo hacia la Erradicación de la Minería Ilegal: Un Esfuerzo Colectivo por la Seguridad y la

Justicia.
En Pataz, provincia de La Libertad, Perú, enfrenta actualmente una crisis causada por la minería ilegal. Esta
práctica ilegal ha desencadenado una escalada de violencia y terrorismo, con atentados que han cobrado la
vida de 14 civiles y 15 heridos. A pesar de la declaración de estado de emergencia por parte del gobierno
para combatir la minería ilegal y las actividades criminales asociadas, la violencia persiste. La actividad
minera en Pataz, que históricamente ha sido una importante fuente de empleo, se ha convertido en un foco
de conflictos debido a la presencia de grupos delictivos que operan coludidos con mineros ilegales. Estos
grupos utilizan la violencia como un medio para controlar la zona y proteger sus intereses económicos ilícitos.
La falta de infraestructura básica y servicios públicos adecuados en la región agrava aún más la situación. A
pesar de recibir ingresos significativos por parte de las empresas mineras establecidas en la zona, los
residentes de Pataz carecen de carreteras en buenas condiciones, comisarías operativas y centros de salud
adecuados. Además, la inacción del Congreso de la República ha contribuido al problema al derogar leyes
destinadas a combatir la minería ilegal. La falta de voluntad política y la posible complicidad de algunos
legisladores con los intereses de los mineros ilegales han obstaculizado los esfuerzos para abordar esta
crisis. (Infobae 2014)
Ante este contexto, surge la siguiente pregunta controversial: ¿Consideran que es ético obligar a las personas
a tomar medidas coercitivas contra la minería ilegal para proteger a las comunidades y los recursos naturales
en riesgo?
Desde mi punto de vista, considero que la implementación de medidas coercitivas extraordinarias para frenar
la escalada descontrolada de la minería ilegal sí es un acto ético. A continuación, detallare mis razones
enfocadas en dos temas éticos clave: la libertad y responsabilidad como la ética de mínimos y máximos;
estos aspectos servirán para respaldar mi postura.

En segundo lugar, considero que la implementación de medidas coercitivas extraordinarias para frenar la
escalada descontrolada de la minería ilegal sí es un acto ético, ya que tiene como principal objetivo proteger
el bien común de las personas dentro de nuestra sociedad Por un lado, es importante resaltar que imponer
una medida dentro de un contexto de emergencia y violencia como el que se vive en Pataz es válido desde el
punto de vista ético, porque en este tipo de circunstancias la vida de muchas personas se encuentra en juego,
tal como lo menciona Fernando Savater en sus reflexiones sobre la ética y la responsabilidad social dentro de
la obra "El valor de elegir" (1991): “En momentos de crisis y peligro, es necesario sacrificar ciertas libertades
individuales en aras del bienestar común y la supervivencia de la sociedad", "En situaciones difíciles, la
libertad individual debe ceder ante la necesidad de proteger la vida y el bienestar de la comunidad en su
conjunto". De hecho, con esta explicación, la ética de mínimos y máximos quiere dar a entender que, en
situaciones extremas como la que enfrenta Pataz debido a la minería ilegal, es imperativo tomar medidas
coercitivas para proteger la integridad y el bienestar de la población. La implementación de estas medidas no
solo busca detener la violencia y los crímenes asociados con la minería ilegal, sino también garantizar el
respeto y la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos afectados. En este sentido, es ético
la adopción de acciones contundentes para abordar un problema que amenaza la vida y la seguridad de la
comunidad en su conjunto.

En tal sentido, la implementación de medidas contra la minería ilegal en algunos lugares concretos de nuestro
país no debería considerarse como un atentado contra la libertad y los derechos humanos siempre que estas
medidas estén respaldadas por un marco legal sólido, y se implementen de manera proporcional y
transparente. Una cita que resume uno de los temas recurrentes en su filosofía política y ética de Sabater
dice: “es necesario establecer límites a la libertad individual para garantizar la seguridad y el orden en la
sociedad", aquí se plantea un tema interesante sobre hasta qué punto se deben establecer límites a la
libertad individual en aras de la seguridad y el orden. Por un lado, la libertad individual es un valor
fundamental en muchas sociedades democráticas, ya que permite a las personas desarrollarse plenamente y
perseguir sus propios intereses sin interferencia indebida del Estado o de otros individuos. Sin embargo,
también es cierto que, en algunas circunstancias, especialmente en situaciones de riesgo para la seguridad
pública o cuando los derechos de una persona interfieren con los derechos de otros, pueden ser necesarios
ciertos límites a esa libertad. El debate sobre dónde trazar la línea entre la libertad individual y la seguridad
pública es complejo y puede variar según el contexto cultural, político y legal de cada sociedad. Algunos
argumentarían que los límites a la libertad individual deben ser mínimos y justificados con cuidado para evitar
abusos de poder por parte del Estado, mientras que otros pueden sostener que ciertas restricciones son
necesarias para proteger a la sociedad en su conjunto.
En este contexto, es fundamental reconocer que la implementación de medidas coercitivas por parte del
Estado implica una restricción temporal de nuestra libertad individual en aras del bienestar colectivo. Si bien
estas restricciones pueden generar incomodidad y descontento en la población, es importante comprender
que su cumplimiento es crucial para hacer frente a la crisis debido a la minería ilegal. Al acatar estas medidas
como sociedad, demostramos un compromiso colectivo con la seguridad y el orden en nuestra comunidad. Si
bien estas restricciones pueden limitar nuestra libertad de elección durante un período determinado, su
propósito es salvaguardar la integridad y el bienestar de todos los ciudadanos frente a una situación crítica de
emergencia y violencia. Por lo tanto, en lugar de resistirnos a estas restricciones momentáneas, es esencial
colaborar con las autoridades y respetar las políticas de seguridad ciudadana implementadas. Solo así
podremos contribuir efectivamente a la reducción de la violencia y la protección de los habitantes de Pataz.
Por ello, resulta relevante fijarnos bien en lo que hacemos al momento de actuar o decidir qué camino tomar,
ello puede tener un impacto positivo o negativo en los demás; Por ejemplo, los mineros ilegales que han sido
beneficiados por los recientes cambios en la formalización de su actividad en Pataz han emprendido acciones
consideradas como terroristas sobre infraestructura de la minería legal y han invadido zonas que antes no
controlaban o explotaban, donde opera la minería formal. Estos trabajadores informales, junto con
delincuentes, atacan tanto infraestructura pública como privada, creyendo erróneamente que se les va a
quitar su trabajo. Sin embargo, es importante destacar que su libertad de trabajo está sujeta a ley.

En segundo lugar, considero que la implementación de medidas coercitivas extraordinarias para frenar la
escalada descontrolada de la minería ilegal sí es un acto ético, ya que estas medidas son fundamentales para
salvaguardar la seguridad y el bienestar de los habitantes y trabajadores afectados por la actividad minera
ilegal, quienes enfrentan constantes violaciones de sus derechos.
Primero, es importante resaltar que en nuestra vida tenemos la opción abierta de laborar donde queramos, sin
embargo, si las actividades de la empresa en la que realizamos nuestra labores contribuyen a arruinar al
entorno, si laboramos en condiciones inadecuadas de trabajo y existen conflictos en la empresa que linda con
acciones consideradas con el terrorismo, este no es un lugar adecuado para trabajar, ya que nuestras
acciones no solo no serían negativas para uno mismo, sino perjudiciales contra los demás, nuestras acciones
deberían contribuir en favorecer el bien común y no afectar la dignidad de otros, tal como lo manifiesta
Savater en su ensayo "Ética para Amador" (1991) "La libertad de uno termina donde comienza la de los
demás; ser libres no es hacer lo que se nos antoje, sino lo que debemos, y la libertad no es sinónimo de
ausencia de límites, sino de asunción de responsabilidades", aquí Sabater nos recuerda que la libertad viene
acompañada de responsabilidad. Esto implica que, en ciertas ocasiones, la imposición de límites, como las
medidas coercitivas, puede ser necesaria para proteger los derechos y el bienestar de todos. En este caso, el
derecho a la seguridad y la vida de los trabajadores se superpone al derecho a la libertad individual de la
minería ilegal como empresa informal. Esto implica que, en situaciones donde la seguridad y la vida misma de
las personas se ven amenazadas por la actividad de la minería ilegal, es necesario priorizar la protección de
los derechos fundamentales por encima de la libertad individual de la empresa. En este sentido, la ejecución
de medidas coercitivas con posteriores regulaciones a la empresa minera informal, son éticamente
justificadas, ya que buscan preservar un derecho fundamental superior.
Segundo, podemos ver que los mineros ilegales están infringiendo la libertad y la seguridad de los
trabajadores formales de la mina a través de sus acciones, tales como la destrucción de su maquinaria e
infraestructura, la voladura de la torre de alta tensión que provee luz al pueblo. De hecho, Sabater en “Ética
para Amador” (1991) menciona, “Como todo el proyecto ético parte de la libertad, sin la cual no hay vida
buena que valga, el sistema político deseable tendrá que respetar al máximo o limitar mínimamente, como
prefieras las facetas públicas de la libertad humana: la libertad de reunirse o de separarse de otros, la de
expresar las opiniones [...], la de trabajar de acuerdo con la propia vocación o interés, la de intervenir en los
asuntos públicos, la de trasladarse o instalarse en un lugar, [...]. Abstenerse dictaduras, sobre todo las que son
«por nuestro bien» (o por «el bien común», que viene a ser lo mismo). Nuestro mayor bien -particular o
común- es ser libres. Desde luego, un régimen político que conceda la debida importancia a la libertad
insistirá también en la responsabilidad social de las acciones y omisiones de cada uno (digo omisiones
porque a veces se hace también no haciendo). Por regla general, cuanto menos responsable resulte cada
cual de sus méritos o fechorías (y se diga, por ejemplo, que son fruto de la «historia», la «sociedad
establecida», [...], el «demonio» o cosas así) menos libertad se está dispuesto a concederle. En los sistemas
políticos en que los individuos nunca son del todo «responsables», tampoco suelen serlo los gobernantes,
que siempre actúan movidos por las «necesidades» históricas o los imperativos de la «razón de Estado».
¡Cuidado con los políticos para quien todo el mundo es «víctima» de las circunstancias... o «culpable» de
ellas! “, Podemos entender de Sabater que la libertad es esencial para una vida buena y que cualquier
sistema político deseable debe respetar y proteger esta libertad. Sin embargo, también se destaca la
importancia de la responsabilidad social en las acciones y omisiones de cada individuo. En este sentido, los
mineros ilegales que están atacando a los trabajadores formales y causando daño a la infraestructura están
actuando en contra de los principios éticos de libertad y responsabilidad. Al no asumir la responsabilidad de
sus acciones y recurrir a la violencia para lograr sus objetivos, están socavando la libertad y el bienestar de
otros. Sabater nos advierte sobre los políticos que consideran a todos como "víctimas" de las circunstancias,
así que también podemos aplicar esta advertencia a los mineros ilegales que se ven a sí mismos como
víctimas de ciertas condiciones, pero que en realidad están violando los derechos y la libertad de otros
mediante sus acciones violentas. Es importante señalar que el contexto político también desempeña un papel
crucial en esta situación. El hecho de que el Congreso y los políticos hayan permitido que los mineros ilegales
se formalicen puede interpretarse como una falta de responsabilidad por parte de las autoridades. Esta falta
de acción puede contribuir a perpetuar la impunidad de los mineros ilegales y socavar aún más los principios
éticos de libertad y responsabilidad. En lugar de abordar el problema de manera integral y promover la justicia
y el cumplimiento de la ley, esta inacción puede alimentar un ciclo de violencia e irresponsabilidad que
perjudica tanto a los trabajadores formales como a la comunidad en general. En tales situaciones de escalada
de violencia y terrorismo por parte de grupos informales, la aplicación de medidas que restrinjan
temporalmente ciertas libertades podría considerarse éticamente justificada siempre y cuando se garanticen
ciertos mínimos éticos.
En conclusión, considero que la implementación de medidas coercitivas extraordinarias para frenar la
escalada descontrolada de la minería ilegal sí es un acto ético, porque tiene como principal objetivo proteger
el bien común de las personas dentro de nuestra sociedad y salvaguardar su seguridad y bienestar todos los
afectados por la actividad minera ilegal. De modo que, se deja entrever que obligar a las personas a acatar
medidas extraordinarias en un contexto crucial como la escalada de violencia en Pataz resulta necesario.
De esta manera, considero que también es importante que las autoridades informen correctamente las
medidas de emergencia temporales restrictivas sin comprometer los derechos humanos y garantizando
principios éticos fundamentales, esto debe llevar a cabo un análisis exhaustivo de la situación, asegurando la
legitimidad y legalidad de la medida, así como establecer mecanismos efectivos de supervisión y control. Es
esencial que la duración de la medida sea claramente definida y su aplicación esté sujeta a revisión periódica,
con el objetivo de restablecer la normalidad tan pronto como la situación de emergencia sea controlada.
Finalmente, también es esencial abordar las causas subyacentes de la violencia y trabajar en la construcción
de la paz y la justicia a largo plazo.

Referencias Bibliográficas
Infobae (06 Abr, 2024). Mineros ilegales siguen desangrando a Pataz: atentados y crímenes no cesan en esta
provincia de La Libertad. https://www.infobae.com/peru/2024/04/06/mineros-ilegales-siguen-desangrando-a-
pataz-atentados-y-crimenes-no-cesan-en-esta-provincia-de-la-libertad/
Savater, F. (1991). Ética para Amador. Ariel.
https://www.escatep.ipn.mx/assets/files/escatep/docs/Docencia/Lectura/Etica-Para-Amador.pdf

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