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Vida de San Martin

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José de San Martín

FAMILIA:

(José Francisco de San Martín y Matorras; Yapeyú, hoy San Martín, Corrientes, Argentina, 1778 -
Boulogne-sur-Mer, Francia, 1850) Héroe de la independencia americana, libertador de Chile y Perú.

Hijo de Juan de San Martín, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, el pequeño José
Francisco se crió en el seno de una familia española que no tardó en preferir volver a su país a quedarse
en aquellos turbulentos estados coloniales. En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia
a la ciudad española de Cádiz ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de
Málaga.Comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de
Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar
en el Regimiento de Murcia.Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de
España y participó en las batallas de Bailén y La Albuera.en 1787 ingresó en el Seminario de Nobles de
Madrid, donde aprendió retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés, latín, dibujo y
música.
Con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel, y luego de una escala en
Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias Unidas
del Río de la Plata.8Se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo (que hoy lleva
su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo.9Más tarde se le encargó la
jefatura del Ejército del Norte, en reemplazo del general Manuel Belgrano.10 Allí concibió su plan
continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana
solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a
mantener el sistema colonial en América

José de San Martín fue el menor de cinco hermanos:


María Elena (18 de agosto de 1771),
Manuel Tadeo (28 de octubre de 1772),
Juan Fermín (5 de febrero de 1774), nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción de la parroquia de
Las Víboras; y Justo Rufino (1776), nacido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.

En España todos los hermanos siguieron la carrera militar y mantuvieron escaso contacto entre ellos. Sin
embargo, José de San Martín mantuvo contacto epistolar con ellos, así como con María Elena. Es posible
que, ya exiliado en Europa, San Martín no supiera que su hermano Juan Fermín, muerto en Manila,
hubiera tenido hijos, de modo que supuso que la única descendiente de sus hermanos era Petronila
González Menchaca, la hija de María Elena.
El 18 de agosto de 1793, Justo Rufino de San Martín solicitó ingresar en el ejército español y fue
admitido en el Real Cuerpo de Guardias de Corps el 9 de enero de 1795. Más tarde se incorporó al
Regimiento de Caballería Húsares de Aragón, con el grado de capitán. Tomó parte en la Guerra de
Independencia y participó en importantes hechos de esta. Cuando José de San Martín se exilió, Justo lo
acompañó en Bruselas y en París en distintas ocasiones entre 1824 y 1832. Falleció en Madrid en 1832.

Su esposa e hija:

María de los Remedios de Escalada nació en Buenos Aires, el 20 de noviembre de 1797, hija de Antonio
José de Escalada y Tomasa de la Quintana y Aoiz. Su familia era rica y prestigiosa y estaba vinculada a la
causa patriota.

Contrajo matrimonio con José de San Martín en Buenos Aires, el 12 de noviembre de 1812, cuando tenía
14 años de edad. La influencia de su familia fue fundamental para la creación del Regimiento de
Granaderos a Caballo. Más adelante, ya en Mendoza, Remedios de Escalada fue la fundadora de la Liga
Patriótica de Mujeres, con el objetivo de colaborar con el naciente Ejército de los Andes. Para ello, entre
otros gestos, donó todas sus joyas.
Falleció en Buenos Aires el 3 de agosto de 1823. Antes de embarcar rumbo a Europa en 1824, su marido
le hizo construir un sepulcro en el Cementerio de La Recoleta, cuyo epitafio reza: «Aquí descansa
Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín»
Mercedes Tomasa San Martín y Escalada fue la única hija de San Martín. Nació en Mendoza, el 24 de
agosto de 181633 y falleció en Brunoy (Francia), el 28 de febrero de 1875.

Mercedes Tomasa San Martín y Escalada fue la única hija de San Martín. Nació en Mendoza, el 24 de
agosto de 181633 y falleció en Brunoy (Francia), el 28 de febrero de 1875.
En la década de 1830, San Martín se exilió permanentemente en París, acompañado por su hija. Debido
a las convulsiones revolucionarias, la familia decidió trasladarse a un pueblo más retirado, Boulogne-sur-
Mer. Allí enfermaron ambos de cólera y fueron atendidos por el médico y diplomático argentino Mariano
Severo Balcarce, quien ese mismo año contrajo matrimonio con Mercedes. Tuvo dos hijas: Josefa
Dominga Balcarce y María Mercedes Balcarce.Luego de la muerte de su padre, y con el retiro de Balcarce
de la diplomacia, la familia se mudó a Brunoy, cerca de París. Mercedes falleció allí a la edad de 58 años.
En 1951, su cuerpo, como el de su esposo y su hija mayor, fueron repatriados y yacen en la actualidad en
el mausoleo de la basílica de San Francisco, en Mendoza.

Las batallas mas importantes:


Estas fueron las batallas de San Lorenzo, Maipú, Chacabuco y Cancha Rayada ;
Batalla de San Lorenzo. 3 de febrero de 1.813
Es tal vez, la batalla sanmartiniana que tenemos más presente, en buena parte gracias a la
Marcha, en parte gracias a la leyenda de Juan Bautista Cabral, aquel «Soldado heroico», al que
se le atribuye haberle salvado la vida al General, antes que el enemigo lo matara con su
bayoneta. .Como el ejército de José Rondeau había sitiado Montevideo, los españoles tenían
que salir al mar para abastecerse. Solían arrancar desde Montevideo en dirección al Paraná,
donde robaban ganado. Una expedición compuesta de once embarcaciones realistas que había
salido de Montevideo fue seguida por tierra por el Regimiento de Granadores a Caballo de San
Martín , al frente de 125 hombres.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron y esperaron a a los realistas cerca de la posta de San
Lorenzo, a 26 kilómetros al norte del Rosario. Allí existe el convento de San Carlos, donde
encerró San Martín a sus granaderos para que los realistas no advirtieran su presencia. Cuando
los españoles desembarcaron, los granaderos los persiguieron obligándolos a huir. Algunos se
tiraron al río desde la barranca y murieron ahogados. En la persecución rodó el caballo de San
Martín. Y entonces llegó un soldado realista, y entonces (dice la leyenda) llegó Cabral, y la vida.
Batalla de Chacabuco. 12 de febrero de 1.817:
Las columnas que habían cruzado los Andes por el camino de los Patos se reunieron con las que
cruzaron por el camino de Uspallata. San Martín resolvió atacar en la madrugada del 12. Con el
fin de emplear una táctica de pinzas por el frente y la retaguardia, se dividieron a los hombres
disponibles en dos: una división al mando de Miguel Estanislao Soler debía atacar por el oeste.
La otra, al mando de Bernardo O’Higgins, debía atacar por el este.Fue una victoria resonante:
los patriotas tuvieron 2 bajas y 120 heridos, los realistas sufrieron más de 600 bajas, la captura
de 500 prisioneros, 1000 fusiles, 5 piezas de artillería, 1 bandera y muchas municiones. La
recuperación de Chile de manos realistas quedó a un paso. Todavía faltaba la batalla de Maipú.
Batalla de Cancha Rayada. 19 de marzo de 1.818:
Fue la mayor derrota militar que tuvo San Martín. Por eso se la llamó, también, Desastre de
Cancha Rayada.
El ejército aliado argentino-chileno, con una tropa de 8.000 hombres, perseguía a los realistas
poren la ciudad de Talca. En la noche del 18 de marzo de 1.818, mientras el ejército aliado
acampaba para pasar la noche, los realistas cayeron de sorpresa sobre los aliados. El General
Juan Gregorio de Las Heras pudo salvar su división de 3 000 hombres. San Martín logró
movilizar a sus hombres hacia una posición en la cual las tropas patriotas respondían el fuego.
Al final de la batalla, los patriotas lograron retirarse con 120 muertos, 300 heridos y 2000
dispersos. Los realistas sufrieron cerca de 200 muertos y heridos.
Batalla de Maipú. 5 de abril de 1.818:
La batalla de Maipú sucedió en el valle del Maipo, entre las fuerzas patriotas argentino-chilenas
y las realistas, y prácticamente decidió la independencia de Chile. Se enfrentaron el ejército
realista (de 5.300 hombres y 12 piezas de artillería), bajo las órdenes de Mariano Osorio, contra
el ejército patriota (4.900 hombres y 21 piezas de artillería), al mando del general José de San
Martín.
San Martín atacó el centro y la derecha de los españoles, mientras que Las Heras comandó el
ataque desde otro cerro. El General realista Mariano Osorio, creyéndolo todo perdido se retiró a
cambio de protección. Ordóñez nunca se resignó a perder la batalla, pero el bombnardeo
constante lo llevó a rendirse.La batalla tuvo su propio momento mítico: el famoso «abrazo de
Maipú» entre San Martín y O’Higgins, en el que O’Higgins le dice a San Martín “¡Gloría al
salvador de Chile!” y San Martín le respondió “General: Chile no olvidará al ilustre inválido que
se presenta herido en el campo de batalla”.Los patriotas perdieron alrededor de .000 hombres
entre muertos y heridos. Los españoles, en cambio, sufrieron más de 2.000 muertos y 2.400
prisioneros, y buena parte de su armamento.
El Cruce de los Andes:
El 17 de enero de 1817 se oficializó como la fecha de partida de la campaña libertadora del Ejército de
los Andes. Hace mención a una carta del 13 de enero de 1817 donde el General San Martín le comenta a
su amigo y confidente, Tomás Guido, la salida de la vanguardia de la columna principal de la expedición
más recordada y fundante de nuestra historia: el Cruce de los Andes. Si bien el General San Martín no
fue el primero en cruzar los Andes -en 1811 lo había hecho el Coronel Manuel Dorrego-, sí lo fue como
parte de la estrategia militar de liberación que San Martín comenzó a planificar durante los tiempos en
que estuvo al frente del Ejercito del Norte.

El plan continental:

Para 1815, España estaba triunfando en su ofensiva para recuperar los territorios y hacerlos retornar al
absolutismo según los deseos del monarca Fernando VII. Luego de numerosos reveses para derrotar al
ejército realista, San Martín comprendió la dificultad de combatir en la zona del Alto Perú y que debía
ocuparse Lima para terminar la Guerra de la Independencia en forma definitiva.
Tras su experiencia en el Ejército del Norte y como resultado de las reuniones con Belgrano y Güemes,
San Martín comenzó a planificar la expedición libertadora de Argentina, Chile y Perú. Pensó en una
campaña independentista a escala continental, regional y local, donde las tres se articulaban a la
perfección. Cruzar la cordillera de los Andes, liberar Chile y desde allí, por medio de una operación
anfibia, avanzar por mar hacia Lima. Avanzando junto a Bernado O’Higgins (desde Cuyo a Chile) y
esperando contar con la ayuda de Simón Bolívar, el referente libertador de la Gran Colombia, se
anhelaba emancipar para siempre al territorio sudamericano del dominio realista.

La antesala del Cruce de los Andes:

En noviembre de 1813 se creó la Gobernación-Intendencia de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis),
hecho de gran importancia para los planes de San Martín, que tras renunciar como Comandante del
Ejército del Norte asumió Gobernador-Intendente en agosto de 1814, contando con el auxilio de
tenientes de gobernación en San Juan y San Luis mientras él residía en Mendoza junto a su esposa
Remedios de Escalada.
Con la campaña libertadora en mente, y con la misión de organizar la defensa ante un posible ataque
realista, San Martín se instaló en Mendoza por la cercanía con la cordillera, y por ser un territorio muy
bien organizado económica y logísticamente gracias a la actividad vitivinicultora. De a poco, la fisonomía
de la ciudad se fue modificando, pareciéndose cada vez más a un cuartel militar: se instalaron talleres de
artillería, almacenes de acopio de alimentos, fábricas de pólvora y campos de entrenamiento.
Durante su gobernación sucedió otro hito clave en la historia: la Declaración de la Independencia en
1816, de la que San Martín fue principal impulsor y sostén político y militar. Con apoyo del gobierno
central, San Martín puso en marcha su plan libertador y fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército.
La creación del Ejército de los Andes se conformó con parte del Ejército del Norte, del Litoral y con la
incorporación de civiles, gauchos, mestizos, esclavos libertos, indígenas y voluntarios de todas las clases
sociales, predominando los sectores populares. Todos recibieron adiestramiento militar en los cuarteles
del Campo de Plumerillo. La liberación de los esclavos varones entre 16 a 30 años para ser incorporados
al Ejército Libertador fue una acción revolucionaria. El 26 de enero de 1815 se estableció que “quedaban
libres con la única obligación de servir en el ejército hasta un año después de concluida la presente
guerra”.

Los preparativos de la expedición también significaron sacrificios y cambios en la vida cotidiana de la


ciudad. La sociedad mendocina realizó colectas de dinero donde aportaron desde un arriero hasta un
terrateniente; cedieron terrenos para la instrucción militar, se donaron materiales de construcción y los
carreros se ofrecieron para hacer traslados. Fueron donadas astas de las reses, las niñas y mujeres
cosieron ropas o se dedicaron junto a los niños y ancianos a las tareas de correo y acopio de materiales.
El ejército se abasteció, más que nada, gracias al compromiso y entrega del pueblo cuyano que colaboró
con convicción y donó hasta lo que no tenía para la campaña libertadora.

El Cruce de los Andes:


El plan de San Martín y sus colaboradores contemplaba dividir el ejército en seis columnas a lo largo de
más de mil kilómetros de ancho entre La Rioja y el sur de Mendoza. Las columnas ingresarían por seis
diferentes pasos y debián llegar de manera sincronizada a un punto en común, donde organizarían la
ofensiva para tomar la ciudad de Santiago de Chile.
El desafío era vencer las hostilidades de la naturaleza y al enemigo con un ejército numerosos: 4.000
soldados de combate, y unos 1.400 hombres destinados a otras tareas, como transporte, abastecimiento
y sanidad. Para transportar el material bélico se incluyeron 10.000 mulas y 1.600 caballos para peleas en
el llano; 600 reses en pie para ser faenadas en el camino. Entre el armamento llevaban 900 mil tiros de
fusil y carabinas, 2.000 balas de cañón a bala, 2.000 de metralla y 600 granadas.

El 5 de enero se realizaron las ceremonias de partida de las tropas. Eligieron a la Virgen del Carmen de
Cuyo como Patrona y se enarboló la bandera del Ejército de los Andes con el diseño de una franja azul y
otra blanca. El 9 de enero comenzó el avance y entre el 12 y el 19 se inició el cruce las distintas
columnas.
El ejército atravesó la cordillera para reunirse las columnas, entre el 9 y 10 de febrero, en Curimón, valle
del Aconcagua. La sincronización del plan fue perfecta. El 12 de febrero de 1817, el Ejército de los Andes
realizó un ataque envolvente desde todos los ángulos sobre el ejército realista. La Batalla de Chacabuco
fue una victoria. El Ejército Libertador hizo una entrada triunfal en Santiago de Chile el 14 de febrero.
Después de la Batalla de Chacabuco, las tropas realistas se retiraron a esperar los refuerzos de un
ejército de auxilio enviado desde Perú. Una vez reorganizados, los realistas avanzaron hacia Santiago y el
19 de marzo de 1818 se produjo un revés en el Combate de Cancha Rayada y el ejército libertador fue
vencido.
A los diecisiete días llegó el desquite con la victoria final en la Batalla de Maipú, donde el ejército realista
fue derrotado en forma definitiva, quedando asegurada la independencia de Chile.
"Al ejército de los Andes queda para siempre la gloria de decir: en veinticuatro días hemos hecho la
campaña, pasamos las cordilleras más elevadas del globo, concluimos con los tiranos, y dimos la libertad
a Chile", dijo San Martín en Chile después del cruce.
Pero el Plan Contiental no había terminado. Quedaba otra hazaña heroica por resolver: derrotar la sede
del poderío realista en la ciudad de Lima e iniciar el proceso de liberación del Perú.

Las Máximas para mi hija:


José de San Martín escribió una lista de consejos para su hija Merceditas:

1-Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican. Stern90 ha dicho a
una mosca abriéndole la ventana para que saliese: «Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande
para nosotros dos».

2-Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.

3-Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.

4-Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.

5-Respeto sobre la propiedad ajena.

6-Acostumbrarla a guardar un secreto.

7-Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.

8-Dulzura con los criados, pobres y viejos.

9-Que hable poco y lo preciso.


10-Acostumbrarla a estar formal en la mesa.

11-Amor al aseo y desprecio al lujo.

12-Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

Testamento y muerte:
José de San Martín fechó su testamento ológrafo en París el 23 de enero de 1844, en el que deja
como única heredera a su hija.
Entre sus cláusulas establecía:
Que Mercedes otorgue a su tía María Elena una pensión hasta su fallecimiento.
Que a la muerte de María Elena le otorgue una pensión a la hija de esta, Petronila.
Que su sable corvo favorito, el de las batallas de Chacabuco y Maipú, fuera entregado al
gobernador porteño Juan Manuel de Rosas,83 «como una prueba de la satisfacción que, como
argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las
injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla».
Prohibió la realización de funerales y de acompañamientos hasta el cementerio, «pero sí
desearía que mi corazón fuese sepultado en Buenos Aires».
Declaraba como su primer título el de generalísimo del Ejército del Perú.
En marzo de 1848, al estallar la revolución en París, se trasladó a una habitación alquilada en la
ciudad costera de Boulogne-sur-Mer. Allí falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del
17 de agosto de 1850 en compañía de su hija, de su yerno y sus nietos.
Sus restos:
Se encuentran en el Mausoleo de San Martín en la Catedral de Buenos Aires.Su cuerpo fue
colocado en una capilla de la cripta de la Basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada
Concepción de Boulogne-sur-Mer y trasladado en 1861 a la bóveda de la familia González
Balcarce, ubicada en el cementerio de Brunoy.
Luego hubo varios intentos de repatriarlos, a los que se opuso su hija, quien como esposa del
embajador en Francia, prefería que permanecieran cerca de su residencia. A la muerte de
Mercedes San Martín en febrero de 1875 se activaron las gestiones y durante la presidencia de
Nicolás Avellaneda se creó la «Comisión encargada de la repatriación de los restos del
Libertador». La repatriación de los restos de José de San Martín se produjo el 28 de mayo de
1880, cuando fueron conducidos a Buenos Aires en el vapor transporte Villarino en su viaje
inaugural. Arribó en una masiva celebración pero en vísperas del estallido de la revolución de
1880.

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