José de San Martín
José de San Martín
José de San Martín
Familia[editar]
Padres[editar]
El padre de José de San Martín, Juan de San Martín,23 hijo de Andrés de San Martín e Isidora
Gómez, había nacido en la villa de Cervatos de la Cueza, en la actual provincia de Palencia, en
España, y era teniente gobernador del departamento. Sirvió como militar a la Corona española
y en 1774 fue nombrado gobernador del Departamento Yapeyú, parte de la Gobernación de las
Misiones Guaraníes, creada para administrar las treinta misiones jesuíticas guaraníes, luego de
que la orden fuera expulsada de América por Carlos III en 1767, con sede en la reducción de
Yapeyú.2425
Su madre, Gregoria Matorras del Ser, hija de Domingo Matorras y María del Ser, también había
nacido en la provincia de Palencia, el 12 de marzo de 1738, concretamente en Paredes de
Nava. Era prima hermana de Jerónimo Matorras, gobernador y capitán general del Tucumán.
Juan de San Martín contrajo nupcias con Gregoria Matorras por poder ―fue representado por
el capitán de dragones Juan Francisco de Somalo― el 1 de octubre de 1770, con las
bendiciones del obispo de Buenos Aires, Manuel Antonio de la Torre. Poco después se
trasladaron a Calera de las Vacas (actualmente Calera de las Huérfanas, en Uruguay), como
administrador de la estancia jesuítica, y allí nacieron tres de sus hijos. Al cesar en ese cargo
fue designado teniente gobernador de Yapeyú, cargo que asumió en 1775; sus otros dos hijos
nacieron en ese lugar, siendo José el menor de ellos. Juan de San Martín organizó el cuerpo
militar de naturales guaraníes, compuesto por 550 hombres, destinado a contener los avances
portugueses y las incursiones de los indígenas charrúas. En 1779, Juan de San Martín
ascendió al grado de capitán del ejército real; poco después Gregoria Matorras volvió a Buenos
Aires con sus cinco hijos y se reunió allí con su esposo en 1781. En abril de 1784, Juan de San
Martín y su familia llegaron a Cádiz. Falleció el 4 de diciembre de 1796 en Málaga. Sus restos
fueron trasladados al cementerio de La Recoleta en Buenos Aires.
Desde la muerte de su esposo, Gregoria Matorras recibió una modesta pensión y vivió
acompañada por su hija María Elena y su nieta Petronila. Murió en Orense (Galicia), el 1 de
junio de 1813.
Nacimiento[editar]
Restos de la casa natal de José de San
Martín, en la reducción de Yapeyú.
Declarada monumento histórico nacional.
Nació el 25 de febrero de 1778
en Yapeyú, una ex misión jesuítica situada
a orillas del río Uruguay en el Gobierno de
las Misiones Guaraníes del Virreinato del
Río de la Plata, en la actual provincia
argentina de Corrientes.25
Desde pequeño presentó grandes dotes militares y actitud de mando, sus
diversiones favoritas iban con cantos de guerras, voces de mando y la
tendencia a destacarse en la carrera de sus ascendientes.26
Hay autores que afirman que a la edad de seis años concurrió a una escuela
en Buenos Aires, donde aprendió a leer y escribir.26
Hermanos[editar]
José de San Martín fue el menor de cinco hermanos:
Estadía en Europa
En 1781, cuando José de San Martín tenía tres años, la familia se trasladó de
Yapeyú a Buenos Aires. Luego se mudaron a España, embarcando rumbo
a Cádiz el 6 de diciembre de 1783 a bordo de la fragata Santa Balbina, pues su
padre había sido destinado a Málaga.6 Aunque otras fuentes biográficas fechan
este viaje cuando San Martín tenía ocho años de edad, en el año 1786. 26
José comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la
Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Allí
aprendió castellano, latín, francés, alemán, baile, dibujo, poética,
esgrima, retórica, matemática, historia y geografía.26
Los demás hermanos varones también siguieron la carrera militar, pero solo
José volvería a América.36
Carrera militar en el Ejército Español[editar]
Ese año fundó la Biblioteca Nacional del Perú, a la que donó su colección de
libros,77 y creó la Orden del Sol, hoy llamada Orden El Sol del Perú.78
Fundó la Sociedad Patriótica, formada por 40 ciudadanos peruanos, a quienes
consideró los más ilustrados entre los decididos por la causa independentista.
Esta se enfrascó en discusiones sobre la forma más conveniente de gobernar,
entre la monarquía constitucional que apoyaba San Martín y defendían los
ministros Unanue y Monteagudo, y la república, que defendían Manuel Pérez
de Tudela y Mariano José de Arce. En apoyo a sus ideas monárquicas, envió a
García del Río y Diego Paroissien a Europa, a conseguir un príncipe de la Casa
de Sajonia-Coburgo-Gotha, para que reinara en el Perú. También debieron
contratar un empréstito para continuar la campaña militar.75
Estableció la libertad de comercio y la libertad de imprenta, pero no permitió
otro culto religioso que el católico. Expulsó a miles de españoles contrarios a la
independencia y confiscó sus bienes.76
Desde Ancón, y luego desde Lima, San Martín envió una serie de campañas
para incorporar al Protectorado al resto del Perú, pero algunos triunfos
parciales no pudieron evitar que el Virrey se hiciera fuerte en la Sierra y fijara
su capital en Cuzco; el Protector no tenía fuerzas para enfrentarlo con
probabilidades ciertas de triunfar.79
Durante su protectorado recibió una carta del general Antonio José de Sucre,
lugarteniente de Bolívar, para la campaña en el territorio de la Presidencia de
Quito (actual Ecuador), en el que reclamaba la incorporación a la misma
del batallón Numancia. A poco de desembarcar San Martín en territorio
peruano, se había pasado a sus filas. San Martín se negó a perder la excelente
unidad, y en su lugar envió una División Auxiliar al mando de Andrés de Santa
Cruz ―en su mayoría compuesta por tropas inexpertas― que participaron en
las batallas de Riobamba y Pichincha.80
Entrevista de Guayaquil entre José de San
Martín y Simón Bolívar.
Entre el 26 y 27 de julio de 1822, se realizó
la Entrevista de Guayaquil, donde se reunió
con Bolívar. El tema más importante fue la
liberación del Perú, principal baluarte realista
en Sudamérica. Tras una conversación
privada, cuyo contenido solo se puede
conjeturar, cedió a Bolívar la iniciativa y
conclusión de la campaña libertadora.81
Poco después decidió retirarse de todos los
cargos y volver a su país.
He convocado al Congreso para presentar ante él mi renuncia y retirarme a la vida privada con la
satisfacción de haber puesto a la causa de la libertad toda la honradez de mi espíritu y la convicción
de mi patriotismo. Dios, los hombres y la historia juzgarán mis actos públicos.
José de San Martín (carta a Bolívar. Lima, 10 de septiembre de 1822).82
El retiro[editar]
Así, junto con la repugnancia que le generaban las prácticas represivas del
gobierno rosista,89 San Martín continuó apoyando la política exterior del
dictador y su defensa de los intereses nacionales, y reaccionó con ira
al bloqueo armado impuesto sobre Buenos Aires por las fuerzas navales anglo-
francesas en 1845, como forma de «escoltar» una flota mercante por el río
Paraná para inaugurar el comercio directo con el interior.89 San Martín se
encontraba en Italia meridional cuando conoció la noticia y escribió a Rosas
para darle su apoyo en ese punto. Además no dudó en exponer sus opiniones
al público europeo, al tiempo que preveía que la intervención estaba
condenada al fracaso por la determinación del dictador, su control del territorio
y su capacidad para reunir a la población en contra de los extranjeros. El
bloqueo sólo tendría un impacto limitado, pues la mayor parte del pueblo vivía
de los propios recursos del país y no tenía necesidad de las importaciones
europeas. Durante 1846 el gobierno británico empezó a dar marcha atrás y
tomar medidas para mejorar las relaciones con Argentina. Cuando se levantó el
bloqueo en 1848, San Martín escribió a Rosas para felicitarle por su triunfo:
Lynch cita las palabras de San Martín al decir que el dictador había salvado:
«[...] el honor del país y presentando a todos los nuevos Estados americanos un modelo a seguir».90
San Martín a Rosas, Boulogne, 2 de noviembre de 1848
Años de despedida[editar]
Durante los años que duró su exilio, San Martín mantuvo contacto con sus
amigos en Buenos Aires, tratando de interiorizarse de lo que sucedía. En 1831
se radicó en Francia, en un suburbio de París.
Por esos años tuvo lugar su encuentro con su antiguo compañero de armas en
el ejército español, Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del
Guadalquivir, quien, convertido en un exitoso banquero, lo designó tutor de sus
hijos, con una buena paga. Tres años más tarde, gracias al dinero ahorrado
con este trabajo y a la venta de las fincas con que lo habían premiado el
Gobierno de Mendoza y el de Perú, se mudó a una casa que compró en la villa
de Grand Bourg, actualmente parte de la ciudad de Évry, departamento
de Essonne, a corta distancia de París.92
Recibió la visita de personajes americanos, en general
jóvenes románticos y liberales, exiliados de su país, como Juan Bautista
Alberdi (en 1843) y Domingo Faustino Sarmiento (entre 1845 y 1848), que viajó
a Europa por encargo del Gobierno de Chile y se encontró con San Martín en
varias oportunidades. Hasta sus últimos años mantuvo correspondencia con su
gran amigo Tomás Guido, quien lo mantenía informado sobre la situación en
América.84
Testamento y muerte[editar]
Testamento de San Martín
José de San Martín fechó su testamento
ológrafo en París el 23 de enero de 1844, en el
que deja como única heredera a su hija.84
Entre sus cláusulas establecía:
Controversias[editar]
Masonería[editar]
Monumento a San Martín en Santiago de Chile (primera estatua en el mundo
dedicada a él).5
Existen dos teorías en torno a la supuesta filiación masónica de San Martín,
que generaron polémicas durante varios años. Mientras diversos historiadores
afirman que en ningún momento ingresó en una logia masónica regularmente
constituida, hay otros que aseguran lo contrario. Entre los primeros, se
argumenta que la totalidad de las logias con las que mantuvo contacto a lo
largo de su vida, principalmente la Lautaro, no eran estrictamente masónicas,
sino que habrían sido únicamente grupos revolucionarios que tomaron como
base de su organización elementos y símbolos masónicos que serían
funcionales a su carácter de sociedad secreta.101Los documentos, no obstante,
demuestran que se trataría de una logia operativa, no en el sentido literalmente
constructivo como es el caso de las cofradías medievales, sino que ostentaría
objetivos revolucionarios.
Por su parte, el historiador Emilio J. Corbière, señala que San Martín dio sus
primeros pasos en la masonería iniciándose en la Logia Integridad de Cádiz y
luego pasó a formar parte de la Logia Caballeros Racionales N.º 3, donde el 6
de mayo de 18086 le fue otorgado el 3.º grado de la masonería simbólica,
accediendo de este modo al título de «maestro masón». Tras renunciar a su
carrera militar en España viajó a Inglaterra, donde se reunió con Carlos María
de Alvear, un reconocido miembro de la Logia Lautaro que trabajaba con la
Logia Flor de los Americanos. En una de las tenidas (o reuniones) se decidió
abatir columnas y regresar a suelo americano para llevar a cabo la campaña
que allí se habría gestado. Mientras tanto, Simón Bolívar era iniciado por
Francisco de Miranda. Al poco tiempo, San Martín, Alvear y José Matías
Zapiola obtenían el grado 5.º de la logia.102