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Nuevos Paradigmas

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DIPLOMADO EN POLITICAS

PÚBLICAS Y TECNOLOGIAS
ADMINISTRATIVAS EN LA
SEGURIDAD

MODULO 3: POLITICAS EN MATERIA


DE SEGURIDAD PÚBLICA

TITULO DEL TRABAJO: NUEVOS


PARADIGMAS DE SEGURIDAD
NACIONAL, INTERIOR Y PÚBLICA EN
MÉXICO

NOMBRE DEL ALUMNO:


ANAY DAZA CAMPOS

FECHA: 12 DE ABRIL DEL 2024


Se han incrementado los problemas que pretendían combatir y a eso se
desprende la necesidad de crear nuevos paradigmas de seguridad nacional,
interior y pública que permitan sustentar estrategias de recuperación de la paz,
restablecimiento de la seguridad pública, prevención del delito, procuración e
impartición de justicia, restablecimiento del estado de derecho y reinserción de
infractores.
En lo que se refiere a la seguridad pública, la prevención, la procuración e
impartición de justicia y el trato oficial a delincuentes presuntos o sentenciados, es
necesario abandonar el autoritarismo y la violencia y avanzar a una perspectiva de
respeto a las libertades y los derechos humanos. En lugar de ampliar el catálogo
de las prohibiciones vigentes, incrementar las sanciones y construir nuevas
cárceles, es necesario ensanchar la soberanía de los individuos y de las
colectividades, edificar escuelas y hospitales y diseñar sistemas eficaces de
reinserción para los infractores.
Para hacer realidad estos propósitos y cumplir con la justa exigencia social de vivir
en un país pacífico, seguro, sujeto al imperio de la legalidad y arbitrado por la
justicia, se ha elaborado este Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024 en el
que se enuncia un paradigma de seguridad pública radicalmente distinto al que ha
sido aplicado en los sexenios anteriores. Con la convicción de que la violencia, la
inseguridad, la impunidad y la violación regular a los derechos humanos que
padece el país es el síntoma de una crisis más profunda, resulta obligado
mencionar en este documento, como elementos necesarios para restablecer el
estado de derecho y reorientar el combate a la delincuencia, el combate a la
corrupción y las políticas sociales de bienestar del próximo gobierno federal, los
procesos de pacificación por los que se deberá transitar, los recursos a
mecanismos de justicia transicional, una nueva práctica penitenciaria, la
regeneración ética de la sociedad, la reformulación del papel de las Fuerzas
Armadas en la seguridad pública, así como las reformas legales que serán
necesarias para poner en práctica este plan.

1. Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia


Si se pretende resolver exitosamente los fenómenos de delincuencia, la
delincuencia común y la delincuencia organizada, es indispensable erradicar la
corrupción de la administración pública en todos sus ámbitos. Es indiscutible que
la impunidad florece gracias a la corrupción y que ésta termina desarticulando todo
esfuerzo del Estado en el combate al delito. La supresión de las prácticas
corruptas, que es el propósito más relevante del próximo gobierno, tendrá, por sí
misma, un efecto positivo en la reducción de los índices delictivos. Debe impedirse
por todos los medios legales la asociación entre delincuencia y autoridad. Además
de proponer las reformas legales necesarias para tipificar la corrupción como
delito grave y sin libertad bajo fianza y proponer la Ley Federal de Combate de
Conflictos de Interés, prohibir las adjudicaciones directas, investigar y clausurar las
empresas fantasma, establecer la obligatoriedad de las declaraciones patrimonial,
fiscal y de intereses de todos los servidores públicos, eliminar el fuero de altos
funcionarios, fomentar la colaboración internacional tendiente a erradicar los
paraísos fiscales, monitorear en línea y en tiempo real el dinero para adquisiciones
y realizar verificaciones obligatorias de los precios de mercado antes de cualquier
adquisición.
Por otra parte, se buscará que las diferencias de salarios entre un ministerio
público federal, un policía federal y un juez federal, actualmente abismales, sean
mínimas, dependiendo del rango y los niveles.

2. Garantizar empleo, educación, salud y bienestar


La generación de fuentes de empleo, el cumplimiento del derecho a la educación
para todos los jóvenes del país que deseen ingresar a los ciclos superiores, la
inversión en salud y los programas de desarrollo económico en distintas zonas del
país atacarán las causas profundas del auge delictivo, reducirán en forma
significativa la base social que haya podido generar la criminalidad y restablecerán
la confianza de los individuos en el colectivo. La reducción de la pobreza, la
marginación y la desintegración familiar y social ofrecerá una base perdurable
para disminuir la comisión de delitos de toda clase.
Además de los programas de desarrollo y de bienestar sectoriales, regionales y
coyunturales ya expuestos en diversas ocasiones (Jóvenes Construyendo el
Futuro, creación de Escuelas Universitarias, Pensión Universal para Adultos
Mayores, cobertura universal de salud para todos, reforestación, modernización y
ampliación de la red carretera, Zona Especial de la Frontera Norte, construcción
del Tren Maya, Corredor Transístmico, reconstrucción, entre otros) es necesario
que el 6 gobierno fortalezca el sector social de la economía (cooperativas, talleres
familiares, micro empresas) en la producción agropecuaria, la industria, el
comercio y los servicios y auspiciar su surgimiento en los ramos de la energía y
las telecomunicaciones.

3. Pleno respeto y promoción de los derechos humanos


Una autoridad que pretenda imponer la ley por medios ilegales incurre en una
contradicción flagrante y pierde rápidamente el respeto y la credibilidad entre sus
gobernados. La infracción a los derechos de la población por parte del poder
público genera cinismo social, impulsa las conductas delictivas que se pretendía
combatir y siembra las semillas de la ingobernabilidad.
Es necesario, por ello, realizar las modificaciones legales pertinentes para tipificar
como delitos con sanción definida los incumplimientos de recomendaciones de las
comisiones Nacional y estatales de Derechos Humanos y garantizar la plena
independencia de las segundas con respecto a las autoridades estatales.
Se erradicará la represión y nadie será torturado, desaparecido o asesinado por
un cuerpo de seguridad del Estado. El nuevo gobierno no permitirá que se
cometan actos de impunidad desde el poder, y se investigará cualquier denuncia
de violación a los derechos humanos.

4. Regeneración ética de la sociedad


La crisis de valores y de convivencia que constituye uno de los componentes del
estallido de violencia y criminalidad se origina a su vez, en buena medida, en el
resentimiento social a causa de la pobreza, la marginación, la negación regular de
derechos básicos y la falta de horizontes de realización que se deriva de la
supresión de mecanismos de movilidad social. El estilo de vida inducido por la
cultura neoliberal y consumista, en el que lo fundamental es el dinero, lo material y
lo superfluo, ha generado frustración social, particularmente en los jóvenes.
La regeneración moral es al mismo tiempo un medio y un propósito de la Cuarta
Transformación. Más allá de encargar la redacción de una Constitución Moral que
proponga nuevas actitudes en la relación entre individuos y entre éstos y el
colectivo, además de enfatizar la cultura cívica y ética en los programas de estudio
y en la comunicación oficial, la regeneración ética será la intención ejemplificante
de un ejercicio de gobierno austero, honesto, transparente, incluyente, respetuoso
de las libertades, apegado a derecho, sensible a las necesidades de los más
débiles y vulnerables y pendiente en todo momento del interés superior; será,
asimismo, una convocatoria permanente a toda la sociedad para retomar
principios gregarios y remontar el grave deterioro del tejido social.

5. Reformular el combate a las drogas


Las prohibiciones actuales son tan discrecionales y arbitrarias que, se aplican a la
cocaína la mariguana, la heroína, las metanfetaminas y el ácido lisérgico, pero no
afectan la producción y la comercialización de alcohol, tabaco, bebidas con
contenido de taurina y cafeína y el consumo regulado o no de ciertos
antidepresivos y somníferos.
La alternativa inevitable es que el Estado renuncie a la pretensión de combatir las
adicciones mediante la persecución de las sustancias que las generan y se
dedique en una primera instancia a mantener bajo control las de quienes ya las
padecen mediante un seguimiento clínico y el suministro de dosis con prescripción
para, en un segundo paso, ofrecerles tratamientos de desintoxicación
personalizados.
La necesidad de cambiar de enfoque salta a la vista: la única posibilidad real de
reducir los niveles de consumo de drogas residen en reorientar de manera
negociada y bilateral los recursos actualmente destinados a combatir su trasiego y
aplicarlos en programas masivos, pero personalizados de reinserción y
desintoxicación.

6. Emprender la construcción de la paz


Como ha quedado claro en la Consulta Nacional y los Foros de Escucha para la
Construcción de la Paz y la Reconciliación Nacional, a la enorme mayoría de los
muertos, los lesionados, los torturados, los ausentes y los desplazados no se les
ha hecho justicia y los delitos correspondientes han quedado impunes. Las
políticas de violencia dejan, así, una enorme deuda social en materia de
procuración que debe ser saldada con mecanismos de justicia transicional y por
medio de los cauces institucionales ya existentes. En el caso de los desaparecidos
se llegará hasta lo humanamente posible para esclarecer su paradero y se
buscará la construcción de la paz y la reconciliación con base en la verdad, la
justicia, la reparación y la garantía de no repetición de los crímenes cometidos.
leyes especiales para poner fin a las confrontaciones armadas y posibilitar el
desarme y la entrega de los infractores, garantizando asimismo sus derechos y
ofreciéndoles reducciones de penas e incluso amnistías condicionadas al perdón
de personas y colectividades que hayan sido afectadas, y proponiéndoles un
cambio de vida.
 Procesos de desmovilización, desarme y reinserción
 El Consejo de Construcción de la Paz

7. Recuperación y dignificación de las cárceles


Es necesario recuperar el control de los penales de las mafias que se enseñorean
en ellos, combatir la corrupción de las autoridades carcelarias, establecer un
régimen de respeto a los derechos de los internos, separar a los imputados de los
sentenciados, garantizar que la cárcel no sea un doble castigo para las mujeres y
dignificar las condiciones de alojamiento, salud y alimentación de los reclusos,
todo ello en atención a recomendaciones de expertos nacionales e internacionales
y en estricto acatamiento a las resoluciones emitidas en años recientes por la
Comisión Nacional de Derechos Humanos. El hundir a los infractores en entornos
de descomposición y crueldad no es precisamente la mejor manera de impulsar su
reinserción.
8. Seguridad pública, seguridad nacional y paz

a) Repensar la seguridad nacional y reorientar a las Fuerzas Armadas


b) Creación de la Guardia Nacional
c) Coordinaciones Nacional, estatales y regionales
d) Lineamientos de operación

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