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Mito

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Mito:

Definir qué es un mito (del griego, muthos) no es, desde luego, tarea fácil. Una definición entregada por la
Real Academia de la Lengua, señala que el mito es una “narración maravillosa situada fuera del tiempo
histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen
del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad.” Y agrega que es una “historia ficticia o personaje
literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal”.
A partir de esta definición, podemos agregar que los mitos son relatos que cuentan cómo se crearon los
cielos, de dónde provienen los vientos o cómo nacen los propios dioses; los mitos nos transportan a un
tiempo sagrado distinto al nuestro, más abierto a los hombres como su propio horizonte. Para el
estructuralista Claude Lévi-Strauss, “un mito es percibido como tal por cualquier lector en todo el mundo”,
lo que nos proporciona una primera aproximación: el mito es una clase de relato, caracterizada
normalmente por tratar temas fabulosos o ficticios sobre dioses y héroes de un pasado remoto, cuya
temporalidad es radicalmente distinta a la de la historia.

Otro autor comenta lo siguiente:


Los hombres primitivos se encontraron ante el cosmos y sus fenómenos sin los conocimientos que hoy día
poseemos para explicarlos científicamente. El ser humano, la tierra, el sol, la lluvia, el rayo y el trueno, el
anochecer y el amanecer, la primavera y el invierno, el día y la noche, el frío y el calor, la vida y la muerte,
las plantas, los animales … todos eran enormes interrogantes que les causaban admiración y, a veces,
espanto, miedo y hasta terror. La magnificencia de estos fenómenos los deslumbraba, y, cuando la
naturaleza se enfurecía y desataba su violencia, el pánico se adueñaba de sus espíritus. Los arcaicos
necesitaban con urgencia encontrar respuestas a sus infinitos interrogantes, fue entonces cuando el ser
humano comenzó a crear símbolos, a inventar dioses, a tejer historias; y es aquí cuando surge la
mitología, y los dioses cohabitan con los humanos, y juntos hacen la historia, la ciencia, el arte, hasta el
amor.
Los dioses llegaron para quedarse. Los humanos primitivos poblaron con su mente e imaginación la tierra
de dioses, en torno a los cuales iban urdiendo historias de amor y de violencia, en ellos buscaban la razón
de ser de todo lo existente, y en ellos proyectaban sus propios temores y alegrías. Los mitos constituyeron
para los arcaicos la razón de su existencia y la explicación del cosmos y sus fenómenos. Con razón se
llamó a los mitos símbolos fecundadores.
El mito surge, pues, en el encuentro del ser humano con su medio, hábitat, que no entiende y menos
comprende, su propio ser incluido, el misterio de la vida: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a
dónde vamos?; ¿cómo y cuándo surgió el bien y el mal y qué explicación tienen?1

Los mitos y su función


El mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en el
que el mundo no tenía aún su forma actual. Los acontecimientos de la naturaleza que se repiten
periódicamente se explican como consecuencia de los sucesos narrados en el mito (por ejemplo, en la
mitología griega el ciclo de las estaciones se explica a partir del rapto de Persfone). Sin embargo, no todos
los mitos se refieren a un tiempo “primero”, también pueden abordar sucesos acontecidos después del
origen, pero que destacan por su importancia y por los cambios que trajeron.
Existen mitos religiosos (como el nacimiento de los dioses), políticos (como la fundación de Roma) o sobre
temas particulares (por qué el maíz se convirtió en el principal alimento de un pueblo, como sucedió con
los pueblos prehispánicos de México). Para Malinowski los mitos son narraciones fundamentales, en tanto
que responden a las preguntas básicas de la existencia humana: razón para existir, razón de lo que lo
rodea.

Función del mito


Las funciones de los mitos son múltiples. No obstante, en general, se puede aceptar tres funciones
esenciales: explicativa, de significado y pragmática. La función explicativa se refiere a que los mitos
explican, justifican o desarrollan el origen, razón de ser y causa de algún aspecto de la vida social o
individual, por ejemplo, el mito griego que narra cómo se originó el mundo del “Caos” o el Génesis que
comenta el nacimiento de la mujer de la costilla de un hombre. La función pragmática del mito implica que
los mitos son la base de ciertas estructuras sociales y acciones, así, un mito puede marcar una línea
genealógica y determinar quiénes pueden gobernar o no. Gracias a esta función, los mitos especifican y
justifican por qué una situación es de una manera determinada y no de otra. La función de significado se
refiere a que los mitos no son sólo historias que brindan explicaciones o justificaciones políticas, también
otorgan un consuelo, objetivo de vida o calma a los individuos, así sucede con mitos que hablan de la
muerte, el sufrimiento o la victoria, por lo tanto, los mitos no son historias alejadas de la persona, sino que
funcionan como un asidero existencial, un motivo, de acuerdo al psicoanalista estadounidense, Rollo May.
Las tres funciones se suelen combinar de manera constante.

Tipos de mitos
Se distinguen varias clases de mitos:
Mitos cosmogónicos: intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos y de
los que existe mayor cantidad. A menudo, se sitúa el origen de la tierra en un océano primigenio. A veces,
una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función determinante en esta creación; en este
caso, tales gigantes, que suelen ser semidioses, constituyen la primera población de la tierra.
Mitos teogónicos: relatan el origen de los dioses. Por ejemplo, Atenea surge armada de la cabeza de Zeus.
Mitos antropogénicos: narran la aparición del ser humano, quien puede ser creado a partir de cualquier
materia, viva (una planta, un animal) o inerte (polvo, lodo, arcilla, etc.). Los dioses le enseñan a vivir sobre
la tierra. Normalmente están vinculados a los mitos cosmogónicos.
Mitos etiológicos: explican el origen de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones.
Mitos morales: explican la existencia del bien y del mal.
Mitos fundacionales: cuentan cómo se fundaron las ciudades por voluntad de dioses. Un ejemplo es el de
la fundación de Roma por dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron amamantados por una loba.
Mitos escatológicos: anuncian el futuro, el fin del mundo. Siguen teniendo amplia audiencia. Estos mitos
comprenden dos clases principales, msegún el elemento que provoque la destrucción del mundo: el agua
o el fuego. A menudo están vinculados a la astrología. La inminencia del fin se anuncia por una mayor
frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales que aterrorizan a los humanos. El
clásico ejemplo es el ‘Apocalipsis’, considerado como tal por Bertrand Russell.

Leyendo mitos ajenos


El grupo humano que crea un mito, lo cuenta y escucha como un relato verdadero, sagrado, ejemplar y
significativo. Pero este valor sustancial se pierde cuando ese mito es relatado por otro grupo cultural,
porque ese otro grupo tiene sus propios mitos que explican las mismas cosas de otra manera. Por lo tanto,
los que no se adecuan a su forma de ver el mundo son tildados de invenciones, ficciones, mentiras y, en
algunos casos, se llega a destruirlos. La historia está llena de ejemplos en los que un grupo con más poder
aniquiló los textos fundamentales de otro. El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, fue quemado junto
con otros libros por los españoles por orden del obispo Diego de Landa. Años más tarde, el funcionario
narró esta quema de la siguiente forma: “Hallámosle gran número de libros… y porque no tenían cosa en
que no hubiese supersticiones y falsedades del demonio, se lo quemamos todo, lo cual… les dio mucha
pena.” Los mitos y otros textos Los mitos suelen confundirse con las leyendas, los cuentos populares e,
incluso, las anécdotas. Si bien para una cultura que “importa” esos relatos de otra, las diferencias entre
estas clases de textos son inexistentes, para los integrantes de la cultura que los creó los mitos son
narraciones orales que se distinguen del resto de los relatos por muchas razones… • Son sentidos como
sagrados y verdaderos. • No se relatan para entretener ni divertir, sino para transmitir un conocimiento
fundamental. • No se cuentan en cualquier momento, sino en ceremonias rituales como el casamiento, la
iniciación a la vida adulta, la muerte o en otros momentos muy especiales, porque los mitos se viven,
constituyen una experiencia religiosa. • Llevan a los oyentes a otro tiempo, el de los orígenes, el de los
seres sobrenaturales que participaron en la creación de todo lo que existe. • Explican cómo todas las
cosas comenzaron a existir: los astros, el agua, el fuego, la muerte, las enfermedades, el hombre y la
mujer, el amor, una montaña, una manera de trabajar… • Indican cómo interpretar el mundo: ¿Cuál es la
relación que existe entre los padres y los hijos, los esposos, los amigos? ¿Qué pasa después de que nos
morimos? ¿Por qué sale el sol cada día? ¿Cuándo se considera que un chico es adulto? ¿Cuáles son los
límites del poder de los hombres? ¿Cuál es el sentido de la existencia? • Son ejemplares, en otras
palabras, explican aspectos importantes de las relaciones sociales entre las personas contando cómo se
produjeron por primera vez la justicia, el matrimonio, la cocción de alimentos, el entierro de los muertos,
los sacrificios religiosos. • Esa interpretación del mundo es común a todo el grupo cultural. • No son relatos
aislados, sino que un mito forma parte, junto con otros, de un sistema mayor que se llama “mitología”.

Adaptado de: L. Otañi. y M. Gaspar, Cosmologías y paladines. Antología de mitos universales (en proceso de revisión).

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