Exposición Desarrollo
Exposición Desarrollo
Exposición Desarrollo
El “desarrollo” implica, básicamente, diferenciación celular, con adquisición de nuevas funciones, unido al
incremento de la estructura, tanto orgánica como funcional, a través de un proceso de maduración.
Crecimiento es, pues, una noción eminentemente anatómica, y desarrollo, un elemento fundamentalmente
fisiológico. El primero es un fenómeno cuantitativo, el segundo, un proceso cualitativo. "El uno es ser, el
otro es hacer".
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO.
Genéticos
Ambientales (nutrición, enfermedad, clima)
Psicológicos
Económicosociales
DESARROLLO PSICOMOTOR.
El recién nacido es un sujeto inmaduro desde el punto de vista de funcionamiento de su sistema nervioso.
En esta etapa son frecuentes las respuestas generalizadas reflejas. Los arcos reflejos intrínsecos y los
sistemas de conducción nerviosa a través de los niveles mesencefálicos se hallan intactos y operantes al
nacimiento. Los reflejos, cuya respuesta se observa de modo más regular, son los correspondientes al tallo
cerebral o a la médula espinal, los cuales no están inhibidos o solo modificados de manera parcial por el
control de las estructuras suprasegmentarias. Los hemisferios cerebrales ejercen alguna influencia, ya que
pueden detectarse signos de lesión supraseg mentaria en el recién nacido. El recién nacido normal realiza
la mayoría de las funciones básicas características del sistema nervioso más maduro, aunque en forma
incompleta o limitada. Cierra los ojos a la luz y tiene débil reflejo pupilar. Puede ver, presentando nistagmo
optoquinético, el campo visual es estrecho y la visión binocular y de color son limitadas. El gusto está
presente. Oye, una vez aireadas las trompas. La función laberíntica está presente. Puede estornudar,
bostezar, toser, tener hipo o eructar. Llora como respuesta al estímulo doloroso. En decúbito prono mueve
la cabeza hacia un lado y la levanta y realiza movimientos con los cuatro miembros. A la exploración clínica
es posible detectar la presencia de un grupo de reflejos que revelan la inmadurez de su sistema nervioso.
A medida que pasa el tiempo estos reflejos van desapareciendo, lo que denota un progreso en la
maduración, y su persistencia, más allá del tiempo previsto, debe hacer sospechar anormalidad. Al mismo
tiempo que los reflejos de inmadurez van desapareciendo, nuevas funciones van siendo adquiridas por el
niño. Su progreso normal se realiza, pues, en dos vertientes: desaparición de reflejos de inmadurez, por
una parte, y aparición progresiva de nuevas funciones, por la otra.
Reflejos del recién nacido.
Numeramos a continuación los reflejos descritos para un recién nacido normal:
1. Respiratorio.
2. De succión.
3. De deglución.
4. De búsqueda (cardinal o rooting). También ligado a la alimentación (desaparece al año).
5. De Moro o del "abrazo".
6. De marcha o stepping.
7. De Magnus o tónico del cuello ("donde mira estira").
8. De prensión (desaparece a los 6 meses).
9. De Babinski (desaparece a los 2 años).
Los primeros tres arriba relacionados son básicos para el mantenimiento de la vida desde el momento del
nacimiento. Los reflejos 5, 6 y 7 son también importantes y desaparecen normalmente a los 4 o 5 meses.
Otros reflejos, como el de incurvación del tronco y el alargamiento cruzado, de Thoma, desaparecen muy
precozmente, alrededor de los 2 a 3 meses de edad. El desarrollo del sistema nervioso sigue también un
curso cefalocaudal. Esto lo hemos representado en forma de planos descendentes comprendidos por cada
mes de vida del niño.
Siguiendo este esquema, las etapas de desarrollo psicomotor son:
1. Recién nacido. El plano más superior pasa por los hemisferios cerebrales a los 0 meses. Denota que a esa
edad es un ser reflejo, eminentemente subcortical.
2. Lactante:
a) Al mes de edad (plano que pasa al nivel de los ojos) el niño ya es capaz de fijar la vista por corto tiempo
en una luz u objeto brillante que se mueva en su campo visual: adopta postura tónica.
b) A los 2 meses (plano que pasa al nivel de la boca) el niño comienza a sonreír espontáneamente y, además,
comienza a vocalizar e inicia el gorjeo.
c) Al los 3 meses (la línea pasa ya por la base del cuello), cuando se le incorpora tirando por ambos brazos,
ya tiene el control del cuello y la cabeza no cae hacia atrás. Cuando se le mantiene en posición erecta
sostiene brevemente la cabeza en posición vertical, sin caer a los lados. El control del cuello hace también
que cuando se pasa una luz frente del niño y esta se escapa de su campo visual, este ya puede girar la cabeza
y el cuello en un arco de 180º, para mantener el objeto dentro de su campo visual, por encima del plano de
la mesa.
d) A los 4 meses (el plano de la línea pasa por la mano que se ha colocado con el puño cerrado al nivel de
la línea media) puede juntar ambas manos en centro, cosa que no podía hacer antes. Ya ha desaparecido el
reflejo de prehensión, y la coordinación de la vista y la mano le permiten asir un objeto puesto a su alcance,
siempre que se le facilite la maniobra. Sin embargo, no hay pinza digital. El nivel 4 se vincula con el nivel 2:
se lleva la mano a la boca.
e) A los 5 meses (plano que pasa ahora por la cintura pélvica) puede girar sobre su abdomen, por lo que,
en ocasiones, ocurren caídas de la cuna sin barandas a partir de esta edad. Primero gira de prono a supino
y luego a la inversa. Ya desde el mes anterior puede extender ambos brazos y separa cabeza y tórax del
plano de la cama. Se interesa porque lo mantengan sentado en el regazo. Sostiene firmemente la cabeza.
f) A los 6 meses (plano que pasa por las articulaciones coxofemorales) el niño se mantiene sentado y se
apoya hacia delante sobre sus brazos. Todavía no hay lordosis: la columna forma un arco completo
cervicodorsolumbar.
g) A los 7 meses (plano que pasa por la otra mano en su base) la prensión se hace entre el pulgar y la palma
de la mano. Además, inclina todo el cuerpo para alcanzar un objeto y lo transfiere de una mano a otra.
h) A los 8 meses (plano pasa un poco más abajo, por la unión del pulgar y el índice) comienza a aparecer la
pinza digital. Puede realizar, entre el pulgar y el índice la prensión de una pequeña bolita de azúcar y apoyar
la mano en su borde cubital.
i) A los 9 meses (línea que pasa por la mitad del muslo) ya su fuerza muscular en ambos muslos y cintura
pélvica lo capacitan para sentarse solo.
j) A los 10 meses (plano que pasa por las rodillas) el niño gatea.
k) A los 11 meses (línea que pasa por la parte posterior de ambos pies) el niño se para sujeto.
l) A los 12 meses (siguiente plano), da pasos con apoyo.
3. Transicional:
a) A los 14 meces, ya camina sin apoyo (y a los 24, corre).
b) A los 15 meses, sube escaleras asido de una mano y corre con el cuerpo rígido; puede construir una torre
de 3 a 4 cubos. Comienza a alimentarse solo usando cucharita.
c) A los 2 años, se señala la nariz, boca y ojos, construye frases de tres palabras.
d) A los 3 años da su apellido y sexo, se alimenta ya solo, copia una cruz, se abrocha y sube escaleras sin
apoyo.
e) A los 4 es capaz de realiza juegos en cooperación con otros niños. Repite frases, nombra objetos de
memoria y baja las escaleras sin asirse.
f) A los 5 dibuja copiando un cuadrado; conoce los colores primarios; hace juegos de competición. Define
los objetos por su uso.
g) A los 6 años puede copiar un triángulo, diferencia entre mañana y tarde, derecha e izquierda.
h) A los 7 años es capaz de copiar un rombo y se sabe los días de la semana.
i) A los 8 años, cuenta a la inversa desde 20 a 1, dice la hora hasta los cuartos; realiza juego sujeto a reglas.
j) A los 9 años repite los meses del año en su orden, da cambio para monedas y lee por propia iniciativa.
k) A los 10 años escribe cartas cortas y hace trabajo creador simple.
Desarrollo del lenguaje y del control de los esfínteres.
Lenguaje.
Los logros del niño en el desarrollo del lenguaje durante los primeros 2 años de vida se expresan por etapas.
Control esfinteriano.
El control del esfínter anal puede realizarse con entrenamiento apropiado (sin compulsión) entre 1 y 2
años de edad. El control del esfínter vesical puede ejercerse durante el día después de los 3 años y en el día
y la noche después de los 5. Muchos niños, sin embargo, realizan su control mucho antes; estos son los
límites para considerar el diagnóstico de enuresis (ver Cap.17), aunque existen variaciones según factores
culturales. El test de Denver (DDST) es útil como elemento de screening o tamizaje para detectar posibles
desviaciones de la norma.
Desarrollo dentario.
La manera más sencilla de seguir el desarrollo dentario es simplemente la de contar el número y tipo de
piezas que han brotado, y compararlas con la erupción observada en un grupo de niños normales.
La dentición decidual, transitoria o de "leche", hace su erupción por lo general entre los 6 meses y los 2
años y medio de edad. Así, pues, puede ser utilizada como índice de madurez biológica del niño. La
dentición permanente o segunda dentición puede ser verificada entre los 6 y los 13 años. De los 2 a los 6
años y de los 13 en adelante, brinda poca o ninguna información en la evaluación del desarrollo dentario,
con la excepción de los casos de inusitado retardo.
El órden de aparición de la dentición decidual es: incisivos centrales inferiores a los 6 meses y los
superioresa los 7½ meses; laterales inferiores a los 7 meses y los superiores a los 9; los caninos inferiores
brotan a los 16 meses y los superiores a los 18; el primer molar infe rior, a los 12 y el superior a los 14
meses, así como el segundo pre molar inferior brota a los 20 y el superior a los 24.
La mudanza se produce a partir de los 6 años prácticamente en el mismo orden en que aparecieron y se
completa alrededor de los 11 años.
La dentición transitoria o de leche es un elemento relativamente pobre en la evaluación del crecimiento,
ya que es muy independiente de otros fenómenos que estiman la madurez. Por ejemplo, no hay diferencias
entre varones y hembras, contrario a los que sucede en la maduración ósea, más precoz en las niñas; el
brote dentario también es más temprano en ellas.
La dentición permanente se comporta de la siguiente manera: incisivos centrales inferiores brotan entre
los 6 y 7 años y los superiores superiores, entre los 7 y 8; los incisivos laterales inferiores entre los 7 y 8
años y los superiores de los 8 a 9; los caninos inferiores surgen a la edad de 9 a 10 años y los superiores
entre los 11 y 12; aparecen entonces la primera bicúspide inferior entre los 10 y 12 años y superior a los
10 o 11; la segunda bicúspide brota a 11 o 12 años y la superior entre los 10 y 12 años; los primeros
molares, tanto los superiores como los inferiores, surgen de los 6 a 7 años y los segundos molares lo hacen
entre los 11 y 13, los inferiores y de 12 a 13 los superiores; aparecen, además, los terceros molares de los
17 a loa 21 años. O sea, la dentición definitiva tiene 32 piezas, a diferencia de la decidual, que es de 20.
Generalmente los dientes permanentes salen primero en las hembras, sobre todo determinadas piezas
dentarias. Hoy se realizan investigaciones sobre el desarrollo dentario antes del brote, mediante estudio
radiográfico panorámico de las piezas no brotadas dentro de los maxila res. Sin embargo, hay
relativamente poca correlación entre el desarrollo dentario y la madurez sexual, al contrario del desarrollo
óseo, mucho más vinculado a esta.
En condiciones patológicas, tales como las endocri nopatías, la relación entre la madurez dental y otros
patrones de maduración puede perturbarse. En el hipotiroidismo, tanto la erupción dentaria, como la
madurez intrínseca del diente, se encuentran retardadas, pero en la pubertad precoz hay un desarrollo
temprano, tanto de la maduración sexual como esquelética, y permanece sin efectuarse el desarrollo
dentario.
Desarrollo Óseo.
La madurez ósea constituye el indicador más utilizado en la valoración del proceso biológico del
crecimiento ydesarrollo, y se puede determinar por la observación del esqueleto a través de su estudio
mediante los rayos X.
Todo hueso comienza con un centro primario de osificación y atraviesa varias etapas de crecimiento y se
moldea en el área osificada. En ocasiones se desarrollan una o más epífisis o centros secundarios de
osificación, y alcanzan la edad adulta cuando las epífisis se sueldan al cuerpo principal del hueso. Estos
cambios pueden observarse fácilmente mediante la radiografía, que distinguen el área osificada (radiopaca
por su contenido en calcio) del área cartilaginosa (radiotransparente).
La serie de etapas por las que pasan los distintos centros de osificación y epífisis es constante para cada
persona, y la madurez del esqueleto o edad ósea se estima de acuerdo con el número de centros presentes
y el grado de desarrollo de cada uno de ellos. Se distribuyen simétricamente a ambos lados del cuerpo.
Se han utilizado distintas zonas del esqueleto para evaluar el desarrollo óseo, pero la más representativa
es la región de la mano y el carpo (convencionalmente la izquierda), por tres razones fundamentales: la
pequeña cantidad de radiaciones necesarias, su alejamiento del área de las gónadas y la gran cantidad de
huesos en distintas etapas de maduración que comprende, lo que suministra gran información.
La edad del esqueleto se obtiene por comparación de la radiografía del paciente con un grupo patrón, ya
sea por el método de atlas con las radiografías, o bien por el examen minucioso de cada hueso, a los que se
les asigna una puntuación, según el grado de madurez del estadio en cuestión. Hace algunos años
desarrollamos para la docencia la aplicación de un esquema que permite, ante un caso práctico, analizar el
desarrollo óseo a partir del orden promedio en que ocurre la osificación de los huesos del carpo en el niño.
Crecimiento y desarrollo en la adolescencia.
Aun antes de producirse los estímulos hipotalámicos que desencadenan las crisis hormonales y los cambios
físi-cos que ellas determinan, existen diferencias entre indivi-duos según el sexo, lo que constituye el
dimorfismo sexual.
En los primeros años de la vida hay muy poca diferencia en las dimensiones corporales en los individuos
de sexo diferente. Las niñas exhiben mayor madurez, o sea, están más cerca de su dimensión adulta que los
varones a cualquier edad. Pero como mujeres, son de menor tamaño que los hombres. Los preadolescentes
son prácticamente de dimensiones similares. Sin embargo, algunas pequeñas diferencias entre los sexos
son evidentes, incluso desde la niñez. El antebrazo del varón es más largo que el de la hembra, ya desde el
período fetal. En las niñas, con frecuencia, el segundo dedo de la mano es más largo que el cuarto del varón.
El estirón puberal ocurre en niños con independencia del sexo, pero la edad en que tiene lugar, así como
su duración e intensidad varía entre los varones y las hembras. Estas últimas comienzan este proceso
alrededor de los 11 o 12 años, edad en que los varones todavía están creciendo a ritmo lento: en esta etapa,
las niñas de igual edad son, por lo general, más altas que los varones. Más tarde, sin embargo, el crecimiento
de las niñas se hace más lento, y entonces los varones comienzan su estirón que resulta ser más intenso y
prolongado, por lo que terminan siendo más altos. Así, las diferencias en el tiempo y la magnitud del estirón
puberal originan contrastes en el tamaño entre los sujetos de sexos diferentes.
También se producen cambios en cuanto a forma. Antes de la pubertad, los hombros y las caderas son
aproximadamente de la misma anchura para los dos sexos, pero con los cambios en los adolescentes, los
hombros de los varones crecen mucho más en anchura que los de las hembras; mientras que las caderas
aumentan a ritmo similar, un poco mayor en las niñas. El resultado final es que en las caderas son casi de
la misma anchura en términos absolutos, pero los hombros de los varones son mucho más anchos que los
de las hembras.
En relación con la longitud del tronco, los hombres adultos tienen miembros inferiores más largos que las
mujeres. Este hecho se produce como resultado de un periodo de crecimiento prepuberal más largo, al
ocurrir el estirón puberal más tardíamente que en la hembra.
Recordemos que durante el crecimiento prepuberal, las piernas crecen más rápido que el resto del cuerpo,
con lo que se cumple lo ya dicho del gradiente cefalocaudal. Son también de magnitud diferente, según el
sexo, los cambios que ocurren en la composición del cuerpo. El desarrollo muscular es mucho mayor en el
varón que en la hembra y el incremento del tejido adiposo es todo lo contrario.
Ya señalamos que hay un aumento al nivel de los pliegues en los dos sexos, desde el nacimiento hasta
alrededor de los primeros 9 meses de la vida, para después decrecer y comenzar de nuevo a aumentar a
partir de los 6 u 8 años.
La mayoría de los niños incrementan de manera progresiva su tejido adiposo desde alrededor de los 8 años
hasta la adolescencia, pero el aumento del espesor de la grasa subcutánea disminuye en la misma medida
en que aumenta el crecimiento de la masa muscular. El aumento mínimo de la grasa coincide con el periodo
más intenso del estirón puberal.
El varón promedio en realidad adelgaza durante el estirón; mientras que la hembra continua engordando,
aunque a ritmo menor que antes o después del estirón. La distribución de la grasa subcutánea se mantiene
en la hembra, tanto en el tronco como en las extremidades; mientras que el varón, disminuye netamente
en estas últimas.
Pubertad en el varón.
Durante este proceso ocurre una aceleración en la velocidad del crecimiento (estirón puberal); aumentan
los testículos, el escroto y el pene; hay crecimiento del pelo en el pubis, cara, axilas y, más tarde, en otras
partes del cuerpo. Se produce un cambio en la forma del cuerpo por el diferente crecimiento de hombros y
caderas. La voz se hace más grave por el crecimiento de la laringe.
Estos cambios no ocurren a la misma edad en todos los individuos ni siguen necesariamente la misma
secuencia entre sí. La duración de los distintos estadios en cada individuo también varía.
Desarrollo de los genitales.
El desarrollo genital y el vello pubiano pueden ser clasificados en diferentes estadios, según Tañer.
En la mayoría de los hombres el vello pubiano se extiende más allá del patrón triangular de base superior,
pero esto ocurre algún tiempo después de haberse alcanzado el estadio 5. Pudiera considerarse como
estadio 6 y raras veces se alcanza antes de los 25 o 26 años.
El inicio del estirón de la pubertad puede comenzar tan temprano como a los 10 años y medio o ser tardío,
alrededor de los 16. El final del estirón en varones ocurre a los 14. Existe gran variabilidad en la ocurrencia
de estos hechos.
El aumento de los genitales puede comenzar nor malmente a cualquier edad después de los 9 años y
medio.
Un niño que no haya comenzado a desarrollar no puede ser considerado como anormal hasta que no tenga
más de los 13 años y medio. Sin embargo, en ocasiones hay niños que no comienzan su desarrollo hasta los
15 años y después siguen una evolución completamente normal.
Entre los 13 y 15 años es posible encontrar niños normales con estadio de desarrollo genital desde el
preadolescente (1) hasta el tipo adulto (5). El vello pubiano puede llegar al estadio adulto (5) en cualquier
edad entre los 13 y los 17 años y medio.
Algunos niños completan todo el proceso de desarrollo genital (del 2 al 5) en menos de 2 años, mientras
que otros demoran hasta 4 y medio.
Por tanto, una vez que el desarrollo genital se ha iniciado, el hecho de no completar la total madurez no
puede considerarse como anormal antes de que hayan transcurrido al menos 4 años y medio, cualquiera
que sea la edad del niño en cuestión.
En cuanto al vello pubiano, el tiempo mínimo que transcurre del estadio 2 al 5 es de 2 años y medio y el
máximo, 4 años.
El crecimiento del vello pubiano no se haya estrictamente vinculado al del desarrollo genital. Cualquier
niño puede estar en diferente estadio en relación con ambos procesos. También el periodo del estirón
coincide con diferentes grados de estadios de crecimiento del vello pubiano o desarrollo genital (Fig. 4.4).
En general, no debe considerarse como absolutamen te anormal un desarrollo genital precoz que ocurra
antes de los 9 años y medio, ni tardío, si ocurre después de los 15. Es sospechosa la aparición del vello
pubiano sin desarrollo genital, por lo poco común. Sin embargo, no es raro ver desarrollo genital hasta el
estadio 4 sin haber vello pubiano.
Es poco frecuente que los varones tengan el máximo estirón en estatura antes de que los genitales estén en
estadio 4, y cerca de 20 % no lo tienen hasta alcanzar el estadio 5.
En conclusión un niño de 14 o 15 años de edad con estatura baja, alrededor de 3 percentil, y un desarrollo
genital cercano al adulto será un hombre de muy pequeña estatura. Por el contrario, si el desarrollo genital
está comenzando (estadio 2) es probable que todavía no haya experimentado la etapa del estirón, y pasada
esta, se transforme en un adulto de estatura normal.
El vello axilar crece alrededor de dos años después de la aparición del vello pubiano, pero esto es bastante
irregular y a veces lo precede. El vello de la cara aparece al mismo tiempo que el axilar. Primero en el labio
supe rior, después en el inferior y lado lateral de la cara y al final, en la barbilla.
El crecimiento de la laringe comienza cuando está finalizando el crecimiento del pene. Aun en el varón hay
cambios mamarios. La areola aumenta en diámetro y toma un color más oscuro. Cerca de 30 % de los
varones experimentan un ligero crecimiento glandular a mitad del periodo de la adolescencia, que dura
alrededor de un año y desaparece de modo espontáneo.
El aumento puberal de la masa muscular lleva aparejado un aumento de la fortaleza física. A la vez, el
corazón y los pulmones se hacen mayores, no solo en términos absolutos, sino también en relación con el
resto del organismo. La presión arterial sistólica aumenta y la frecuencia cardiaca, en reposo, disminuye.
Al mismo tiempo, el in cremento en la concentración de hemoglobina hace que la sangre tenga mayor
capacidad para el transporte de oxígeno, aumentando a la vez la eficacia de los meca nismos
amortiguadores que permite más rápida neutralización de los metabolitos provenientes del ejercicio
muscular, tales como el ácido láctico. Estos cambios dan por resultado no solo mayor fuerza muscular, sino
también una capacidad para soportar por tiempo más prolongado un esfuerzo físico intenso.
Debido a ello, un niño que experimente con precoci dad los cambios puberales, no solo tiene un mayor
tamaño que los otros de su edad, sino también es más fuerte. Esto le da ventaja para superar a los demás
maduradores normales o tardíos en las competencias deportivas colegiales. Hay que advertirle, para evitar
futuras frustraciones, que esta ventaja es solo temporal. De la misma manera, a los maduradores tardíos
será preciso explicar que sus aparentes fracasos deportivos pudieran ser solo debidos a que no ha
experimentado dichos cambios.
Es importante que los profesores de educación física de las escuelas secundaria lo tengan en cuenta, ya
que los grupos de competencia no deberán organizarse por edad cronológica, sino por edad de maduración.
Puede que un individuo de 14 años sea físicamente todavía un niño con poca estatura y ningún desarrollo
genital, si es un madurador tardío, mientras que otro de la misma edad, si es un madurador precoz, ya sea
todo un hombre, con estadios genitales adultos y talla casi definitiva.
Pubertad en las hembras.
Se caracteriza por el estirón del crecimiento, el desarrollo de las mamas y vello pubiano, el inicio de la
menstruación (menarquia) y el desarrollo de la capacidad reproductora.
En un pequeño número de niñas (5 %) el estadio 4 no se presenta o pasa muy rápido, mientras que en
otras, nunca se alcanza el estadio 5 y persiste el 4 du rante la etapa adulta.
Los estadios para el vello pubiano en niñas son similares a los descritos para los varones (ver tabla 4.3),
solo que el vello comienza su aparición al nivel de los labios mayores.
El primer signo de pubertad, ya fuera desarrollo mamario o del vello pubiano, aparece entre los 8 y 13 años
en 95 % de las niñas. Algunas llegan al estadio 5 a la temprana edad de 12 años, mientras que otras no lo
hacen hasta los 19.
El intervalo entre la aparición del primer signo de pubertad y la completa madurez, puede oscilar desde 1
año y medio hasta 6. El estadio mamario del botón o estadio 2 puede transcurrir en unos 6 meses, pero en
algunas niñas permanecen en este hasta 2 años. El intervalo promedio en que transcurre el inicio del
desarrollo mamario y la aparición de la primera regla es alrededor de 2 o 3 años, pero cualquier intervalo
entre 5 meses y 5 años y medio está dentro de límites normales.
El desarrollo mamario y del vello pubiano no están íntimamente relacionados como por lo general se
piensa (Fig.4.5).
No siempre es anormal, aunque sí raro, que las mamas lleguen al estadio 4 sin que aparezca vello pubiano;
por otra parte, el vello pubiano puede alcanzar estadio 3 y aun 4 en niñas normales sin que todavía se
observe desarrollo mamario alguno.
Es en extremo raro que una niña tenga su primera menstruación antes de haber alcanzado el estadio
mamario 3. El 25 % de las niñas tiene su menarquia du rante el estadio 3, y 60 % la tiene en el estadio 4.
El 10 % restante no tiene la primera menstruación hasta que las mamas no han alcanzado completo
desarrollo.
Alrededor de 25 % de las niñas tienen un estirón de crecimiento durante el estadio 2 de desarrollo
mamario; mientras que 5 % lo tiene en el estadio 3. Por tanto, no debemos dar por seguro que porque una
niña tenga poco desarrollo mamario tiene todavía mucho tiempo para crecer; tres cuartas partes ya han
dado el estirón al terminar el estadio 3.
El único hecho de la pubertad que parece mantener relación estrecha con el estirón de la pubertad es la
menarquia. No se ha informado el caso de alguna niña normal que la experimente antes de haber realizado
el estirón puberal. Una vez pasado el periodo del incremento acelerado en estatura, la niña disminuye su
velocidad en crecimiento, y es entonces cuando esta aparece. Podemos afirmar, pues, que una niña
preocupada por su talla elevada, crecerá poco si ya experimentó su primera menstruación.
La menarquia señala un punto elevado en la madurez del desarrollo uterino, pero no es índice de una
capacidad reproductiva completa. Los primeros ciclos menstruales son a menudo anovulatorios, y hay un
periodo de infertilidad relativa que dura poco más de un año después del inicio de las menstruaciones.
REFLEJOS.
El desarrollo psicomotor hace parte del proceso multidimensional del desarrollo humano. El desarrollo se
inicia en la vida intrauterina y continúa con el desarrollo neuronal y psicomotor a lo largo de las etapas de
la vida, se ha estudiado que un factor que influye esto es la alimentación primeros años de vida, como en el
estudio del Grace que demostró que la lactancia materna exclusiva mayor de 6 meses tiene resultado
positivo en las habilidades motoras del niño (35). El desarrollo psicomotor se define como las habilidades
que desarrolla el niño durante toda la infancia debido a la maduración del sistema nervioso central y las
interacciones consigo mismo y el entorno, lo que conlleva un proceso constante de cambios en los corporal,
cognitivo y emocional, los cuales se observaran ciertos hitos básicos a cada edad del individuo.