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Pablo Gutiérrez Álvarez

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Pablo Gutiérrez Álvarez

Compendio histórico-artístico sobre Semana Santa:


Ritos, tradiciones y devociones

María del Amor Rodríguez Miranda, Isaac Palomino Ruiz


y José Antonio Díaz Gómez (Coords.)

ISBN: 978-84-697-6703-0
Depósito Legal: CO 2340-2017
Pp.: 205-221
Representación de iconos en la imaginería contemporánea

La elección de este tema parte de una reivindicación acerca de la actual producción


de escultura religiosa de tradición barroca, siendo una rama de la escultura que en la
actualidad goza de una amplia producción se acerca a unos patrones artísticos
contemporáneos en muchos de sus aspectos aunque es atacada desde varios puntos
dentro de las comunidades y las críticas artísticas.

El tema en concreto, la representación contemporánea de los iconos en la imaginería,


es un tema que pasa desapercibido en la investigación y sobre el cual no se encuentra
una amplia bibliografía ni estudios con un alto rigor investigador. Por ese motivo,
este trabajo pretende abrir una vía por la cual poder profundizar en esta disciplina,
que lejos de desaparecer, sigue manteniéndose viva y goza de una fuerte demanda,
presentando de algún modo a la imaginería como una disciplina artística
contemporánea a tener en cuenta.

En primer lugar es necesario dejar claros una serie de conceptos en los cuales la
imaginería se articula. Entre ellos hay que enfatizar sobre el concepto imagen, que es
y el poder que tiene de comunicación sobre un receptor, la asociación de un discurso
ligado estrechamente a una representación bidimensional o tridimensional y como
la sociedad contemporánea, quizá más que nunca, hace uso de ella en medios de
comunicación o redes sociales llegando a sintetizar un mensaje en una sola imagen
y poder comunicar todo un discurso en unos pocos segundos. Estas nuevas vías de
comunicación han ampliado el espectro de receptores de este tipo de obras llegando
a más gente y convirtiéndose en un fenómeno de masas en algunos casos rompiendo
con los viejos localismos asociados a las escuelas1.

Del mismo modo habría que dejar claros los conceptos de signo, símbolo e icono
como los motores fundamentales de la comunicación a través de la imagen, siendo
estos los elementos menos alterados a lo largo de la historia para la representación
de pasajes bíblicos.

Dentro de la representación de iconos nos encontramos que, del mismo modo,


evolucionan de acuerdo a los conocimientos que en cada época van apareciendo.
Siguiendo con él a lo largo de la historia del arte, y de un modo un poco más
concreto, en el arte religioso occidental, principalmente a partir de la edad media, la

1
FERNÁNDEZ PARADAS, A. R. (Coord.). Escultura Barroca Española. Entre el Barroco y el siglo XXI.
Antequera, Editorial Exlibric, Vol. 1, 2016, p. 380.

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imagen funciona como un medio de conocimiento que ilustra lo que por otro lado, a
través de la palabra escrita, leía, o en muchos casos simplemente como oyente,
catequizaba a una población mayoritariamente analfabeta.

Este tipo de representaciones fue evolucionando de una forma paralela a los


desarrollos artísticos en cada periodo histórico adaptándose a los nuevos cánones o
las tendencias representativas de cada tiempo o lugar, formando parte de la evolución
de la historia del arte. El buen ejemplo que ilustra esta evolución sería la
representación del icono del Pantocrátor, como Cristo todopoderoso en su trono
celestial, y la interpretación que hace Michelangelo en la capilla Sixtina de este
mismo icono en el juicio final. (Fig. 1)

Fig 1: El juicio final, Michelangelo Buonarotti 1533-1541. Capilla sixtina, Basílica de San Pedro del
Vaticano, Roma. Foto: http://socialessanjose3.blogspot.com.es/2011/03/el-juicio-final-miguel-
angel.html.

En el renacimiento, hay una fuerte evolución de la representación del cuerpo


humano en pro del naturalismo, consecuencia en gran parte de los estudios
anatómicos y del conocimiento del cuerpo humano de un modo mucho más
consciente y menos intuitivo. Esta evolución también se hace eco en la imaginería
con la llegada de escultores italianos como Juan de Juni o Pietro Torrigiano, quienes
introducen y adaptan la evolución artística que se estaba produciendo en Italia y con

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Representación de iconos en la imaginería contemporánea

la aparición de grabados que servían como modelos y que ampliaban la expansión


de esos conocimientos.

A modo de ejemplo, cabe destacar lo anecdótico de la representación de los soldados


romanos a lo largo de la historia, representando su atuendo en muchos casos tal y
como la sociedad de su tiempo entendía a un soldado, en algunos casos con la
vestimenta típica de los tercios de Flandes, muy común en la producción de Gregorio
Fernández y no como hoy en día sabemos que vestían realmente las legiones
romanas, más concretamente las ubicadas en la zona de palestina durante el s. I, las
cuales utilizaban la lorica segmentata, conocimiento que tenemos hoy en día gracias a
los estudios arqueológicos del s. XIX, y que se comienza a aplicar en las imágenes
como consecuencia de un avance documental en ese aspecto en concreto. (Fig. 2)

Fig. 2: Soldados romanos, Juan Manuel Miñarro Lopez, 1982. Fervorosa Hermandad Sacramental y
Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono, Nuestro Padre Jesús de la
Humildad y Nuestra Señora de los Dolores Coronada, Sevilla. Foto: ABC Andalucia
(http://sevilla.abc.es/20090327/sevilla-semana-santa/minarro-viste-romanos-cerrro-
200903271552.html).

Dentro de esta evolución tanto artística, como la ampliación de conocimientos


aplicados a la representación escultórica, nos encontramos con un barroco teatral en

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Pablo Gutiérrez Álvarez

continua búsqueda del realismo y de la mayor veracidad posible en la imagen. Hoy


en día, ese realismo escultórico que el barroco alcanzó en su tiempo se puede
entender como algo obsoleto pudiendo llegar a perder en un alto grado la veracidad
y el impacto visual que tuvo sobre la sociedad de su tiempo. La fotografía y el cine
principalmente han evolucionado el concepto de lo verosímil, hablando en términos
de representación objetiva y en lo que a escultura se refiere encontramos artistas
contemporáneos como Ron Mueck, como el más reconocido escultor foto-realista,
quien ha llevado la representación naturalista a un extremo dando mayor veracidad
y proponiendo un modelo representativo a la imaginería actual.

Dando un salto importante en el tiempo, llegamos a una época de vanguardia en la


que la representación de pasajes religiosos de desliga de la tradición escultórica y se
vincula directamente a las nuevas tendencias como en el caso de la escultura de El
profeta de Pablo Gargallo. Pero si bien el tema religioso parece no ser el hilo
conductor en el que definir la imaginería, nos encontramos con otros ejemplos de
escultura policromada y con un fuerte impacto naturalista, como el Busto de Nefertiti
o la obra de Bruno Walpoth, tampoco son suficientes para considerarlos de la misma
manera. De este modo, hay una cierta tendencia durante el s. XX de seguir ciertos
principios de otros movimientos artísticos pero ligados de una forma más fuerte a los
conceptos propios de la imaginería. Ahí nos encontramos con acercamientos al
cubismo o al expresionismo y a otro tipo de representaciones que buscan dotar a las
nuevas representaciones de modernidad, negando en algunos casos la ortodoxia y el
academicismo que dicha disciplina había implantado en su desarrollo a partir del
renacimiento.

En la actualidad, la representación escultórica de los iconos religiosos sigue haciendo


uso de los conocimientos para llegar a un mayor grado de credibilidad, si bien en
nuestros días podrían ser a un nivel mucho mayor de lo que en épocas pasadas
pudieron tener los artistas. En este caso nos encontramos con uno de los mejores
ejemplos que tenemos en la actualidad en donde el estudio científico y los
conocimientos se convierten en una herramienta de creación artística, este es caso
del Cristo de la Universidad que tallara Juan Manuel Miñarro, basándose en los
estudios que el equipo español de sindonología realizara sobre la reliquia de la
Síndone de Turín. A su vez, hay que sumarle los conocimientos anatómicos
desarrollados en su tesis doctoral sobre la anatomía del crucificado, lo que

210
Representación de iconos en la imaginería contemporánea

proporciona unos recursos artísticos al escultor que lo sitúan a un nivel superior en


cuanto a recursos científicos objetivos, debido entre otras cosas a los avances en estas
investigaciones, a los artistas del renacimiento y barroco. Si bien somos conscientes
del nivel de estudio anatómico que alcanzaron algunos artistas como Leonardo Da
Vinci o Michelangelo, y la representación de algunos aspectos tanatológicos que ya
en su momento Gregorio Fernández utilizó en la representación de Cristo muerto,
gozando en la actualidad de un gran rigor forense en la representación y
conocimiento de esta. En el libro Signos de la muerte en los crucificados de Sevilla 2.
Encontramos un estudio sobre esos aspectos forenses que de alguna forma han fueron
representados en la iconografía del crucificado desde el punto de vista médico y
siguiendo en todo momento unos patrones de medicina legal tales como el rigor
mortis, la facies hipocrática, las livideces cadavéricas entre otros demostrando que en
épocas pasadas existía una intención por parte de los escultores de representar esa
verdad partiendo, no tanto de un estudio científico, sino de la observación. (Fig. 3)

Fig. 3: Cristo de los Valderas, Gregorio Fernández 1634, Iglesia de San Marcelo, León. Foto: Pablo
Lanchares.

2
LIBROS: DELGADO ROIG, J. Los signos de la muerte en los crucificados de Sevilla. Sevilla, Editorial
Castillejo, 1951.

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Pablo Gutiérrez Álvarez

En cuanto a la parte estética nos encontramos, en la actualidad, con varias corrientes.


Si bien parece que desde la primera etapa de la edad media hasta la actualidad, el
desarrollo plástico sigue una línea unidireccional, nos encontramos que el barroco
establece una serie de cánones y una estética muy definida sobre la que se asienta la
producción de imágenes en los siglos posteriores y parece no sufrir una evolución tan
fuerte hasta la actualidad. No sólo en cuanto a técnicas y a estilos sino que los
modelos iconográficos se establecen. Lo que cambia en muchos casos a partir del s.
XVII son los cánones de belleza, entendidos desde el tono de piel, la proporción de
grasa corporal o simplemente la relación de bellezas estipuladas socialmente para el
hombre y para la mujer. Hemos pasado por varios iconos de la belleza, en la primera
mitad del s. XX nos encontramos con ejemplos como Paul Newman o Marlon
Brando como dos de los exponentes de la belleza masculina, dos rostros varoniles de
miradas profundas e inquietantes, fuertes mentones y pelos acaracolados, o en el caso
de la belleza femenina bellezas del tipo de Mariline Monroe o Elizabeth Taylor,
representando la feminidad más absoluta de su tiempo. En la actualidad los cánones
evolucionan y el concepto de belleza podría verse representado por figuras como
Cristiano Ronaldo o Leonardo DiCaprio, como las bellezas masculinas y Bellonce o
Rihanna como ejemplos de belleza femenina.

Esos nuevos roles que adquiere el concepto propio de belleza en la actualidad


también tiene su eco en la representación escultórica de la imaginería llegando
incluso al trabajo presentado por Juan Antonio Sánchez López, Antonio Rafael
Fernández Paradas y José Alberto Ortiz Carmona3. El trabajo trata, en resumen, de
la tendencia de algunos escultores contemporáneos hacia una representación basada
en los cánones actuales de belleza, dotando a las imágenes procesionales de cierto
erotismo desde la perspectiva y el gusto Entre la postmodernidad y el homo-erotismo: La
imaginería procesional el siglo XXI y el neobarroco gay estereotipado de la tendencia
homosexual, rostros masculinos menos varoniles o rudos, la aplicación de elementos
absolutamente modernos, como el caso de piercings o tatuajes de influencia tribal o
asiática o la aplicación de tonos de piel más próximos al gusto actual basados en
tonos bronceados mediterráneos y maquillajes. (Fig. 4)

3
SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., FERNÉNDEZ PARADAS, A. R., ORTÍZ CARMONA, J. A. Entre la
postmodernidad y el homoerotísmo: La imaginería procesional el siglo XXI y el neobarroco gay. Málaga,
Editorial beática, 2013.

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Representación de iconos en la imaginería contemporánea

Fig. 4: Dolorosa afligidos, Francisco Romero Zafra, 2015. Icod de los vinos, Tenerife. Foto: Francisco
Romero Zafra.

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Pablo Gutiérrez Álvarez

En este punto, quizá es mas evidente en cuanto a los tratamientos pictóricos de


algunas imágenes enfrentando las imágenes comprendidas entre el s. XVI y XX con
las imágenes más contemporáneas de finales del s. XX y XXI. Las policromías
adquieren un tono de piel más bronceado en la actualidad que en otras épocas,
debido en parte a la percepción y las connotaciones sociales que ello implica
entendiendo esta evolución como un cambio en los cánones de belleza de la sociedad
de cada época y exportado a la imaginería. Del mismo modo y también de una forma
muy reconocible en algunas piezas, es la forma de policromar las cejas,
principalmente en las imágenes femeninas, puesto que por norma general, no tienen
un modelado volumétrico previo a la capa pictórica, de este modo, en muchas
imágenes antiguas, más aun cuando han sido restauradas y devueltas a una
policromía original, se observan cejas delimitadas, perfiladas y anchas, en contraste
con algunas tendencias actuales de policromar este elemento de un modo más sutil,
fundido y rebajando el grosor de las mismas, consecuencia de un canon actual en el
que las mujeres se arreglan y depilan las cejas.

Por otro lado existe otra tendencia representativa más ligada a la estética antigua del
renacimiento o del barroco. En algunos casos concretos, como el ejemplo del escultor
malagueño Jose María Ruiz Montes, quien aporta a algunas de sus obras un fuerte
aspecto renacentista, basado en la volumetría, las proporciones y las composiciones,
aunque, como es evidente, bajo la perspectiva de la modernidad.

Otra referencia directa al arte del barroco y la plástica que imperaba en aquella época
es el caso del grupo escultórico de la Coronación de espinas, obra de Darío Fernández
Parra, para Daimiel (Ciudad Real), trabajo terminado en el año 2015. En este caso
se observa de una forma evidente, a parte de ser una referencia reconocida por el
propio artista, una relación directa con el tratamiento tanto del color, como de las
facciones, incluso de la plástica en general con la obra de Velázquez El triunfo de Baco,
1629, conocida como Los borrachos, uno de los mayores exponentes del barroco
español. (Fig. 5)

Las referencias al barroco, dentro de la imaginería contemporánea son frecuentes y


recurrentes en muchos casos, bien desde el prisma de la tendencia estilística o
simplemente como modelos, desde los cuales interpretar y aportarles modernidad de
una forma muy moderada.

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Representación de iconos en la imaginería contemporánea

Fig. 5: Sayón burlón 1, Darío Fernández Parra, 2015, Iglesia de la Paz, Daimiel (Ciudad Real). Foto:
Darío Fernández Parra.

Encontramos varios imagineros que producen una obra estrechamente relacionada


no sólo con los modelos, sino incluso con las técnicas y que, como puede resultar
evidente, llegan a unos resultados muy similares. Aquí encontramos artistas como

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Pablo Gutiérrez Álvarez

Miguel Ángel Tapia (Valladolid), quien bebe directamente de las fuentes del barroco
castellano más representativo, utilizando las mismas técnicas incluso la misma
variedad de madera que utilizaron los escultores del XVII en el círculo de Valladolid
e imprimiendo a sus obras un aspecto más propio de otra época, otro ejemplo sería
la escultora utrerana Encarnación Hurtado, cuya obra viaja hasta los modelos
andaluces de imaginería barroca, recordándonos a las obras de la Luisa Roldan o
Duque Cornejo, o el propio Francisco Buiza, un escultor que a pesar de su
extraordinaria producción, en ocasiones nos dejó obras dotadas de poca aportación
creativa aunque un elevado valor escultórico. Como ocurre con los evangelistas que
realizara para el paso del Cristo de la Salud de la Hermandad de los Gitanos de
Sevilla en los años 70, los cuales plásticamente están estrechamente ligados a los que
realizara en el s. XVII Antonio Ruiz Gijón para el paso del Cristo de la expiración
de la Hermandad del museo de Sevilla.

Estas reproducciones tan fieles de los modelos barrocos y que a su vez cuentan con
un bajo nivel de interpretación puede estar fundamentada en el valor que han
adquirido las obras antiguas, tanto escultóricamente, como en términos artísticos o
devocionales, las cuales lejos de haberse quedado obsoletas siguen siendo objeto de
culto y alcanzando precios muy elevados en subastas.

En un punto intermedio encontramos aquellas obras que han adquirido el valor


histórico del tiempo y un fuerte vínculo devocional pero, por el contrario, no se
adaptan al gusto contemporáneo, a las tendencias representativas o únicamente
pretenden mejorar su valor escultórico. Para alcanzar ese grado de conformismo en
ocasiones las obras son simplemente sustituidas o en el peor de los casos nos
encontramos con fuertes intervenciones sobre la integridad estética de la imagen,
negándola de cualquier valor histórico que pudiera tener y por supuesto de la
intención artística de su autor. El caso más conocido de este tipo de intervenciones y
que más parece haberse adaptado al gusto de su tiempo, a pesar que siempre se han
entendido como restauraciones necesarias por problemas de integridad, es el caso de
la Virgen de la Esperanza de Triana, Sevilla.

Siempre y cuando la imaginería siga un tejido comercial a partir del encargo y


teniendo en cuenta que los criterios que se toman a la hora de encargar las imágenes
no siempre cuentan con el valor de la obra original y única u obra de autor y teniendo
en cuenta que en la mayoría de las ocasiones el cliente que encarga una obra de arte

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Representación de iconos en la imaginería contemporánea

carece de formación artística o asesoramiento alguno sino más bien movido por el
gusto personal. Esto puede dar una pista sobre la reproducción de los modelos
barrocos en la actualidad, que aunque cuenten con un gran nivel escultórico le están
negando contemporaneidad a la imaginería de nuestro tiempo en términos creativos,
no así reflejando una realidad solapada o que en ocasiones no este del todo presente,
y es que el arte del barroco, los modelos y la plástica imperan sobre la creación de la
imaginería.

A razón de lo expresado anteriormente, cabe destacar un ejemplo fundamental que


ilustra sobre el caso contrario a esa imaginería de encargo, es el caso del escultor
palentino Melchor Gutiérrez Sanmartín. Entre las peculiaridades de este artista
encontramos que en varias de sus obras no trabaja bajo encargo y se permite la
libertad de transgredir cualquier barrera que pueda encontrarse en cuanto al arte
religioso. Este artista multidisciplinar nos presentaba un proyecto personal en la
década de 1990, La Virgen de los Reyes, (León) y el Cristo de la Esperanza (León), o la
imaginería secundaria del paso del Ecce-Homo (León) transgrediendo no sólo en la
representación artística sino también en los materiales, utilizando la resina de
poliéster como soporte escultórico de la obra sustituyendo a la madera. Este ejemplo
puede proponer otra línea de debate, puesto que es algo que se ha criticado de su obra
y le ha restado valor dentro de las propias instituciones. Pero si bien, el artista nos
propone un material nuevo, que dota de una estabilidad mayor que la madera, que
no sufre a los cambios de temperatura ni a la humedad, que abarata el precio y
aligera el peso, parece que todas estas razones no son suficientes para competir con
la nobleza de la madera como material, concepto por otro lado moderno y opuesto
al motivo real por el cual en la antigüedad se empezó a utilizar la madera como
soporte fundamental de la imaginería en lugar del bronce o la piedra, precisamente
por los mismos motivos económicos y funcionales que actualmente nos brinda el
poliéster. (Fig. 6)

Y es que en cuanto a la técnica sigue habiendo en la sociedad muchos prejuicios,


enfrentando a los dos extremos nos encontramos con dos de los escultores mas
veteranos y que mayor prestigio tienen en la ciudad de Sevilla, Luis Álvarez Duarte,
defensor de la talla en directo como procedimiento de creación artística para la
imaginería y de un modo diametralmente opuesto Juan Manuel Miñarro, quién está
apostando por la tecnología más vanguardista en 3D para llegar a una conclusión

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escultórica en el mismo material. Siendo ambos dos autores de alto nivel, aunque
diferente propuesta estética, se sigue poniendo en valor el trabajo manual por encima
de los apoyos técnicos que hoy en día están a disposición.

Fig. 6: Trono del paso Ecce-Homo, Melchor Gutiérrez Sanmartín, 1998. Cofradía del Dulce nombre de
Jesús nazareno, León. Foto: http://jhsleon.com/ecce-homo.

Otro campo importante a debatir serían las imágenes de vestir, puesto que es un
elemento postizo y cambiante o como definiera el profesor Alberto Oliver:
“assemblée” (ensamblaje), capaz de acercarse a los tiempos respetando la esencia de
la obra, principalmente en términos devocionales, puesto que en algunos casos, como
pueden ser las dolorosas, la parte escultórica se reduce, salvando las proporciones, a
cabeza y manos, lo que le otorga a la labor del vestidor un alto grado de
responsabilidad en cuanto a la plástica y la percepción de la obra.

Esta libertad para poder cambiar y adaptar las imágenes sin el sometimiento de una
talla completa está en los últimos años en el punto de mira de la investigación
histórica y uno de los mejores ejemplos por este tipo de estudios es el libro La virgen

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Representación de iconos en la imaginería contemporánea

de luto, indumentaria de las dolorosas castellanas4. Este estudio recoge la evoluvión del
traje de luto castellano y la aplicación de este a las dolorosas de vestir. Tal ha sido la
importancia de esta investigación que en la actualidad nos encontramos con
numerosas obras vestidas siguiendo los criterios, ya no solamente estéticos, sino
simbólicos y tradicionales en muchos casos. (Fig. 7)

Fig. 7: Virgen del rosario en sus misterios dolorosos. Atribuida al circulo de Roldán.
1586-1613. Capilla de Montesión, Sevilla. Foto: Francisco Santiago.

4
FERNANDEZ MERÍNO, E. La virgen de luto, indumentaria de las dolorosas castellanas. Madrid,
Editorial Visión libros, 2012.

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Pablo Gutiérrez Álvarez

En el caso contrario, encontramos que la imagineria contemporanea aporta en la


forma de vestir mucha modernidad en muchos casos, o bien por colores o por tejidos,
incluso en ocasiones con diseños ornamentales lejos de la tradición que imperan
sobre el común y en cualquier caso, en la mayoria de ellos lejos de una realidad teatral
sino más bien de un vestuario estereotipado basado necesariamente en rostrillos de
encaje y bordados en oro.

Otro de los factores decisivos en la creación de imagenes, a parte del modelado,


composición y atuendos, es la policromía. Esta ha sufrido un fuerte desarrollo desde
que se comenzaran a policromar las imagenes. Contando con los referentes clásicos
de la Grecia antigua y los magnificos ejemplos de escultura Egipcia que nos han
llegado, entre muchos otros, la escultura religiosa cristiana tambien policromaba sus
imagenes, en España, concretamente existe mucha obra medieval en perfecto estado
de conservación donde podemos contemplar la delicadeza de las policromias, pero
no es hasta el renacimiento con la aparición del óleo cuando no sufre el cambio
importante llegando al punto mas fuerte de desarrollo en nuestro siglo de oro y
resumido por Pacheco en su Tratado sobre pintura y que perdura hasta la actualidad
sin practicamente ninguna evolución técnica importante.

Si bien la técnica durante el barroco, había evolucionado llevando a las obras a un


alto grado de realismo, estas cuestiones correspondian exclusivamente al gremio de
los pintores, los cuales tenian mayor destreza y conocimientos sobre la aplicación del
color que los propios escultores.

La policromia llegó a un punto, cuando desaparecen los gremios, en la que pasa a


ser una competencia propia del escultor. Esta forzosa adaptación puede darnos una
pista sobre la continuidad de la tendencia barroca y no la desaparición de la escultura
policromada como tal. Obviamente el nivel de las policromias baja
considerablemente durante parte del s. XIX y XX principalmente.

Actualmente hay una creciente evolución de las policomías en terminos de realismo.


La aparición de nuevos materiales en ocasiones son uno de los motivos pero
principalmente la influencia de algunas corrientes contemporaneas como son el foto-
realismo. El artista británico Ron Mueck, nos enseña en su obra las posibilidades de
la policromia desde el prisma de la realidad fotográfica, la cual en la actualidad se
presenta como un realismo visual imperante (que no psicológico). En la adaptación

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Representación de iconos en la imaginería contemporánea

de esta plástica y de este nuevo realismo fotográfico podemos poner como ejemplo
la obra de la Virgen y San Juan de Manuel Parra, la cual es necesario destacar que no
es una obra destinada al culto, donde desarrolla un nivel altísimo de foto-realismo.

A parte de la aportación técnica, y diferenciandola de la estética, que puede o no


segir las técnicas antiguas, vemos como en muchos casos son el eco de los actuales
canones de belleza sobre todo en lo que a tonos de piel se refiere como vimos
anteriormente cuando se abordo los cambios en los canones de belleza.

Por último y para que sirva de algun modo de conclusión final, es necesario
mencionar lo que en terminos artisticos conocemos como ”la marca artista”. Ese
concepto en el que, como espectadores, somo capaces de reconocer la obra de un
artista en concreto. Ese concurso de recursos que utiliza cada artista que le dotan de
personalidad y por lo que podemos diferenciar a Sorolla de Velazquez o a Pablo
Gargallo de Rodin.

Conocido popularmente como estilo, todos los elementos que hemos ido viendo a lo
largo de el desarrollo anterior, nos muestran como los grandes imagineros ponen en
orden todos sus criterios y nos encontramos con escultores dotados de una gran
personalidad, con ejemplos como Luis Álvarez Duarte, Juan Manuel Miñarro, Luis
Ortega Bru, Francisco Romero Zafra y una larga lista de escultores que han sabido
reuinir en su obra todos esos conceptos que en comunión adquieren personalidad y
contemporaneidad, ya que en el fondo los modelos y los iconos han quedado
perfectamente establecidos.

En la actualidad encontramos la representación de los iconos clásicos desde un


amplio abanico de posibilidades representativas y una creación libre y abierta a
nuevos campos, encontramos del mismo modo la adaptación de los modelos
barrocos al igual que un fuerte vinculo con las tendencias escultoricas o artisticas
contemporaneas casi en partes iguales y la presencia de los nuevos canones de belleza
en esta representación de iconos respetando casi en todos los casos de una forma
ortodoxa las técnicas y los materiales que nos ofrece la tradición y a la que no es
común separarse diametralmente si no más bien la imaginería sigue una linea
unidireccional.

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