Clase 1
Clase 1
Clase 1
Introducción a la neuropsicología
Como afirma Kandel (1996), la Neurociencia surge con el objetivo de entrelazar los distintos
estratos que conforman la realidad humana, desde la neurobiología molecular hasta la
cognición, permitiendo que podamos entender qué nos hace ser lo que somos.
Se puede definir la Neurociencia como el ámbito interdisciplinar que estudia diversos
aspectos del sistema nervioso: anatomía, funcionamiento, patología, desarrollo, genética,
farmacología y química, con el objetivo último de comprender en profundidad los procesos
cognitivos y el comportamiento del ser humano (Mora y Sanguinetti, 1996)
1. Historia y conceptos
Durante la primera mitad del siglo XX la Neuropsicología tuvo una orientación mecanicista y
estática, prestando mayor interés a la localización de la lesión cerebral mediante pruebas
neuropsicológicas. Es comprensible que la práctica de la Neuropsicología en sus inicios
tuviera este sentido, ya que su nacimiento se gestó a partir de la Neurología, por lo que se
resultaba prioritaria la evaluación del daño cerebral, postergando el estudio la conducta. Se
prestaba poca atención al estudio de los procesos cognitivos alterados como consecuencia
del daño en el sistema nervioso, y aún menos a la preparación de programas de
rehabilitación cognitiva de las funciones cerebrales que habían resultado dañadas.
Las primeras funciones que realizaba el neuropsicólogo consistían en la localización del daño
cerebral, determinando el grado de “organicidad cerebral” mediante pruebas psicológicas.
El objetivo de la Neuropsicología inicialmente era profundizar en el estudio del cerebro,
adscribiendo a la conducta un papel secundario ya que a lo sumo se interesaba en la
búsqueda de una posible relación entre una lesión cerebral en un Área circunscrita y el
deterioro que pudiera producirse en una prueba psicológica concreta.
Está inspirada en la idea de que los procesos psicológicos pueden investigarse observando
cómo se descomponen los distintos elementos de las capacidades mentales tras un daño
cerebral.
Para lograr sus objetivos, se basa en las observaciones cuidadosas del comportamiento que
exhiben las personas con lesiones cerebrales, pero también se guía por el marco teórico que
proporciona la Neurociencia cognitiva.
Para la Neuropsicología Cognitiva la actividad mental es un sistema representacional que
funciona mediante un sistema computacional capaz de manipular y procesar la información
por lo que el estudio de los procesos es el elemento más importante.
Se interesa más por la lógica de los procesos mentales que por el estudio de las correlaciones
neuronales de dichos procesos.
En segundo lugar se interesa por todos los cambios que acompañan a la lesión cerebral en la
esfera conativa, atendiendo a los cambios en la personalidad y en la motivación, ya que la
Neuropsicología Cognitiva no sólo se preocupa por las alteraciones cognitivas derivadas del
daño cerebral, sino también por las distintas alteraciones psicopatológicas que son
consecuencia sobreañadida del daño cerebral.
Los órganos receptores, las áreas sensoriales y las vía nerviosas que salen del SPI se
denominan componentes periféricos, mientras que el SPI es el componente central, que
media entre la representación de entrada y la de salida. La Neuropsicología Cognitiva se
ocupa únicamente del estudio de los componentes centrales (SPI), la naturaleza de las
representaciones que entran en ellos y el devenir de estas representaciones a lo largo de su
recorrido por los componentes pertinentes hasta que, en su caso, se genera la
representación de salida, que contiene el programa motor. También se interesa por las
posibles alteraciones que pueden sufrir los procesadores como consecuencia del daño
cerebral, así como de las consecuencias que estas alteraciones ejercen sobre las
representaciones procesadas por ellos. Por tanto, la Neuropsicología Cognitiva únicamente
se ocupa por el estudio de las alteraciones de conducta de naturaleza central, mientras que
las alteraciones de conducta de naturaleza periférica son el objeto de estudio de otras
disciplinas. La Neuropsicología Cognitiva excluye de su objeto de estudio aquellas funciones
psíquicas que no forman parte del SPI, como la regulación de la ingesta alimentaria o la
sexualidad.
Las alteraciones cognitivas que presenta una persona con daño cerebral se explican por la
Neuropsicología Cognitiva en términos de alteración en el procesamiento de la información,
considerando que un lesionado cerebral puede tener el problema en la entrada, durante el
procesamiento o en la salida.
2. RAMAS DE LA NEUROPSICOLOGÍA
La Neuropsicología clínica es parte de la ciencia. Por tanto, como en todas las especialidades
científicas se pretende generar estudios que mejoren las técnicas, intervenciones y
mecanismos de diagnóstico, a fin de desarrollar este campo de estudio a través del método
científico.
De forma similar al desarrollo del psicólogo clínico como un profesional con especial
experiencia psicométrica y psicoterapéutica en diversas áreas de la psicopatología, el
neuropsicólogo clínico es un profesional con una experiencia psicométrica y capacidad
diagnóstico que es aplicable a las disfunciones comportamentales asociados a los
disfunciones del sistema nervioso central.
Se pueden resumir en cinco las competencias que realizan los neuropsicólogos: evaluación,
intervención, prevención, investigación y orientación de las relaciones conducta-cerebro,
tanto en sujetos sanos como en los que han sufrido algún tipo de daño cerebral
El diagnóstico del daño cerebral fue la primera función realizada por los neuropsicólogos,
cuando se les pedía que valorasen el grado de organicidad cerebral.
• Inteligencia.
• Habilidades académicas.
• Accidentes vasculares.
• Dificultades de aprendizaje.
• Trastornos neuropsiquiátricos.
• Cuadros epilépticos.
• Demencia.
Por otra parte, resulta imprescindible la consideración de los factores personales de cada
paciente, ya que habitualmente las personas que han sufrido daño cerebral tienen un
rendimiento diferente en la vida real que en los exámenes neuropsicológicos (Marcos, 1994).
Este hecho sucede porque las escalas neuropsicológicas no dejan de ser, en última instancia,
artificios que permiten definir niveles de rendimiento de una forma más o menos
estandarizada, pero la idiosincrasia de cada persona con daño cerebral es diferente. La
evaluación neuropsicológica del daño cerebral adquiere una especial importancia en
aquellos casos en donde a pesar de existir un deterioro neurocognitivo, éste no puede ser
diagnosticado mediante técnicas neurológicas, neurofisiológicas o de neuroimagen
anatómica.
Numerosos ejemplos avalan la presencia de “falsos negativos” que a pesar de que ofrecen
una exploración neurológica normal, presentan déficit significativos en las pruebas de
evaluación neuropsicológica. Ciertas demencias en fase incipiente, determinadas lesiones
cerebrales sin repercusión neuroanatómica, trastornos del lenguaje, episodios de isquemia
transitoria o dificultades de aprendizaje son algunos ejemplos de cómo la exploración
neuropsicológica puede identificar alteraciones cognitivas con mayor precisión que otras
formas de evaluación médica.
Desde hace pocos años las aplicaciones informáticas son un recurso cada vez más utilizado
en el ámbito de la rehabilitación cognitiva, dadas sus numerosas ventajas. Es necesario
aplicar el principio de la validez ecológica a los programas de recuperación de daño cerebral,
desarrollando programas de rehabilitación cognitiva adaptados a cada sujeto. Hay que tener
en cuenta que existe una gran variabilidad interpersonal entre los sujetos que han sufrido
daño cerebral como consecuencia de distintas variables: personalidad previa, entorno
familiar, profesión, edad, estilo cognitivo, nivel socioprofesional, etc. Por esta razón, la
Neuropsicología debe desarrollar metodologías de intervención encaminadas a lograr la
restauración de las funciones psíquicas superiores deterioradas por la lesión cerebral del
modo más personalizado posible.
En el ámbito de la prevención primaria del daño cerebral las acciones en las que puede
Son varias las competencias que la Neuropsicología puede desarrollar en este apartado:
a) Orientación profesional al paciente que ha sufrido daño cerebral, identificando las áreas
cognitivas preservadas y no preservadas, lo que puede permitir la realización más efectiva
de una determinada actividad laboral.
c) Determinación del grado de incapacidad producido por lesiones del sistema nervioso.