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Acervo de la BIblioteca Jurídica Virtual

www.juridicas.unam.mx

LAS ELECCIONES DE GUATEMALA EN 2003


Y EL REGISTRO DE LA PLANILLA DEL
FRENTE R EPUBLICANO G UATEMALTECO
Sentencias del Tribunal Supremo Electoral
Expediente No. 0695-2003 de trece de junio de dos mil tres.
Corte Suprema de Justicia constituida en tribunal de Amparo,
de cuatro de julio de dos mil tres.
Corte de constitucionalidad expediente No. 1089-2003
de catorce de julio de dos mil tres.

E
l domingo 9 de noviembre de 2003 se llevó a cabo la jornada electo-
ral en la República de Guatemala, para elegir al quinto presidente
de la llamada «Nueva era democrática», que se inició en 1986 al
concluir un largo período de regímenes militares, con el ascenso al poder
del candidato civil democristiano Vinicio Cerezo.
Para tal efecto, el Tribunal Supremo Electoral organizó y desarrolló el
pro- ceso electoral, con un padrón de 5,073,282 ciudadanos, que fueron
convoca- dos a votar en 8,885 mesas receptoras, instaladas en los 331
municipios, ubica- dos en los 22 departamentos que integran el territorio
nacional.
Debe advertirse que el Tribunal Supremo Electoral, según lo dispone el
inciso b) del artículo 127 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, tiene la
atribución y obligación de: «Convocar y organizar los procesos electorales; de-
clarar el resultado y la validez de las elecciones o, en su caso, la nulidad parcial o
total de las mismas y adjudicar los cargos de elección popular, notificando a
los ciudadanos la declaratoria de su elección».
Dentro de ese contexto electoral, un aspecto muy controvertido fue
el registro de la candidatura del general retirado José Efraín Ríos Montt,
de 77 años, originario de Huehuetenango, Departamento del mismo nom-
bre, postulado por el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), partido
político fundado en 1990.
El señor Ríos Montt fue presidente de facto entre 1982 y 1983, me-
diante un golpe de Estado que tuvo lugar en medio de una de las crisis más
difíciles de la guerra civil guatemalteca, que afectó de manera significativa
a la población rural e indígena.
Posteriormente, en 1999, fue elegido diputado y más tarde presidente
del Congreso, cargo que desempeñó hasta que en julio de 2003 hizo públi-
ca su pretensión a la candidatura presidencial, lo que provocó una polémica
nacional de enorme magnitud, dada su cuestionada actividad pública, pero
sobre todo, porque el artículo 186 de la Constitución Política prohíbe expre-

JUSTICIA ELECTORAL 1
Sección

samente aspirar al cargo de presidente de la República a cualquier jefe de un


golpe de Estado; al respecto el ordenamiento en cuestión expresa:
«Prohibiciones para optar a los cargos de presidente o vicepresidente de la
República. No podrán optar al cargo de Presidente o Vicepresidente de la
República: a) El caudillo ni los jefes de un golpe de Estado, revolución armada o
movimiento similar, que haya alterado el orden constitucional, ni quienes como
consecuencia de tales hechos asuman la Jefa- tura de Gobierno».
En tal virtud, dado el interés que tiene conocer los medios de impug-
nación que en su momento ejerció el aspirante mencionado, así como los
razonamientos y fundamentos que las autoridades manifestaron en sus respec-
tivas resoluciones, la Sección documental de este número de la revista Justicia
Electoral reproduce la resolución del Tribunal Supremo Electoral de Guate-
mala, de 12 de junio de 2003, que declara sin lugar el recurso de nulidad
interpuesto por el ciudadano José Efraín Ríos Montt, en nombre propio y
en representación del partido Frente Republicano Guatemalteco, en contra
de la resolución de la Dirección General del Registro de Ciudadanos, del
mismo Tribunal Supremo Electoral, que deniega la inscripción de la planilla
del citado partido político, con los nombres de José Efraín Ríos Montt,
para presidente, y Edín Raymundo Barrientos, como vicepresidente.
Cabe aclarar, que ante la confirmación del Tribunal Supremo Electo-
ral, el señor Ríos Montt interpuso un amparo, que fue resuelto el 4 de
julio de 2003, por la Corte Suprema de Justicia constituida en Tribunal
de Amparo. En este caso, el quejoso consideró como violaciones de la
autoridad responsable, los derechos y deberes cívicos y políticos del postu-
lante, el derecho de elegir y ser electo, optar a cargos públicos, libertad e
igualdad, así como el derecho del partido político para participar en ac-
tividades políticas, el derecho de soberanía y determinación del pueblo de
Guatemala a proponer candidatos y el principio de irretroactividad de la ley.
En consecuencia, adujo, no solo la normación constitucional y legal
aplicable, sino también documentos supranacionales, como la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos.
La Corte Suprema de Justicia analizó cada punto de la litis planteada;
incluso argumentó la interpretación gramatical del vocablo «haya», utiliza-
do por la Constitución Política en «pretérito perfecto», con lo cual, según el
quejoso, su aplicación debe ser a futuro, es decir, a partir de la vigencia del
nuevo orden constitucional y no en «forma retroactiva». La Corte conside-
ró en este sentido, vinculado a la no retroactividad de la ley, que en una
interpretación sistemática y funcional, «La intelección es que la disposición
regula situaciones pro futuro, pero que tienen su antecedente en hechos ocu-
rridos con anterioridad, como también sucede con otras condiciones previs-
tas en la misma Constitución...»,1 además de que la prohibición aludida ha
fungido históricamente en el sistema constitucional del país, si bien ahora el

1
Ríos Montt, Amparo, Corte Suprema de Justicia Constituida en Tribunal de Amparo. Resolución del 4 de julio del año dos mil tres. http:/
/www.organismo.gob.gt/es/Noticias/casasoriosmontt.htm., p. 20.

2 AÑO 2004/NÚMERO
Elecciones de Guatemala en

artículo 18, inciso a), enfatiza la redacción para que se refiera a cualquier orden y
tiempo, a fin de proteger con eficacia el Estado de Derecho.
En ese orden de ideas, se consideró que la voluntad de los constituyen-
tes era resguardar a la Constitución y al sistema político del país, tanto de
quienes ya habían atentado contra el orden público, como de aquellos que
lo intentaran en el futuro, por lo que la prohibición del artículo 186 cons-
titucional se debe considerar como una norma de eficacia inmediata aplica-
ble en cualquier tiempo.
Se hizo resaltar, por parte de la Corte, que la protección al orden
constitucional se puede observar en todas las constituciones que ha tenido
el país en su vida independiente, es decir, las de 1824 (artículo 211), la de
1879 (artículo 104), la de 1945 (artículo 211) y la actual de 1985 (artículo 21
transitorio), por lo cual, cuando la disposición vigente establece: «...el que
haya alterado el orden constitucional...», 2 no se refiere a una u otra
constitución en particular, sino al sistema político de gobierno
constitucionalista que se inició con la independencia del país y que aún
permanece; luego, en el tiempo, no tiene límites y se debe considerar apli-
cable en el pasado y en el futuro.
En cuanto a lo invocado por el agraviado en materia de convenciones
internacionales, debe aclararse que la misma Corte Suprema de Guatema-
la, con base en el numeral 2, del artículo 32 de la Convención Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, ha manifestado que: «Los dere-
chos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la
seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común en una socie-
dad democrática» .3
Por lo mismo, la Corte se manifestó en el sentido de que no es del caso
aducir violaciones a instrumentos internacionales signados por Guatema-
la, toda vez que no se finca tal prohibición en razones de raza, género,
religión, etc., lo que sería abiertamente atentatorio de los derechos huma-
nos, además de que las disposiciones de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos no tienen preeminencia sobre la Constitución Políti-
ca de la República.
Lo que no deben darse son disposiciones atentatorias a la dignidad de
las personas, pero los estados tienen el legítimo derecho de establecer los
requisitos para aspirar a un cargo de elección popular, como sucede en
aquellos países que aceptan la reelección; por lo mismo Guatemala, que ha
sufrido innumerables golpes de Estado en su vida independiente, procura
ahora con mayor rigor impedir, a quienes participaron o participen en ese
tipo de atentados a la gobernabilidad del país, ser candidatos a la presiden-
cia o vicepresidencia nacionales.
Es de advertirse, que en esta resolución resultan muy importantes los
argumentos de la Corte de Constitucionalidad en lo que toca a que la
Convención Americana sobre Derechos Humanos no prevalece sobre el
orden constitucional local.

2
Ídem, p. 26.
3
Ídem, p. 27.

JUSTICIA 13
Sección

Tampoco la Corte estuvo de acuerdo con el quejoso respecto a que se


violaron sus derechos de igualdad, consignados en el artículo 4 de la Cons-
titución Nacional, dado que todos los candidatos fueron registrados bajo
los mismos criterios de requisitos e impedimentos.
De igual forma, no aceptó los argumentos del demandante en el senti-
do de que se conculcaban sus deberes y derechos cívicos, contenidos en los
artículos 135 y 136 constitucionales, en cuanto a elegir y ser electo y optar
a cargos públicos, los que se le impiden al negarle su registro como candi-
dato. A tal posición se le contradice con el argumento de que el ejercicio de
sus deberes y derechos está supeditado a la observancia de requisitos que la
propia Constitución establece.
En lo que hace a la supuesta afectación al partido Frente Republicano
Guatemalteco para participar en actividades políticas, se le responde al
agraviado con la observación de que se impide el registro de los candidatos
por no cubrir los requisitos de elegibilidad correspondientes, lo que sin
embargo, deja al partido en posibilidad de participar en la pugna electoral,
si postula a otros candidatos que sí los cumplan, como ya ha sucedido en
elecciones anteriores.
Finalmente, por lo que toca al derecho de soberanía y libre determina-
ción del pueblo de Guatemala, tampoco cabe considerarlas violadas en el
caso en estudio, puesto que, precisamente en ejercicio de su soberanía,
Guatemala dispuso esa limitante a fin de preservar el orden público-jurídi-
co, vulnerado muchas veces a lo largo de su historia, por incruentos golpes
de Estado.
Con razonamientos de este tenor, concluye la resolución respectiva,
deniega, por notoriamente improcedente, el amparo en comento; condena
igualmente a costas al postulante e impone a los abogados participantes
una multa de 1,000 quetzales. Cabe aclarar que el amparo provisional no
se otorgó y que, como terceros interesados, comparecieron 17 partidos
políticos.
En este expediente obra engrosado un voto particular disidente del
magistrado vocal XIII de la Corte Suprema de Justicia, Hilario Roderico
Pineda Sánchez, quien hace un análisis histórico constitucional, concluye
para votar en contra de la resolución, el que para la procedencia de la
prohibición establecida en el inciso a) del artículo 186 de la Constitución
Política de la República de Guatemala, independientemente de que se pro-
duzca un golpe de Estado, revolución armada o movimiento similar, y de
que como consecuencia del tales hechos, se asuma la jefatura del gobierno,
debe obligatoriamente ocurrir que se haya alterado con ello el orden cons-
titucional, lo que según el magistrado vocal, no ocurrió con el gobierno
surgido el 22 de marzo de 1982.
A raíz de habérsele denegado el amparo aludido se interpuso la apela-
ción, de acuerdo con el inciso c) del artículo 272 de la Constitución Políti-
ca de la República de Guatemala, que contiene las facultades de la Corte de
Constitucionalidad para conocer de este tipo de apelaciones, con lo cual se
integró el expediente 1089-2003, que fue resuelto el 14 de julio de 2003.
Como el agraviado presentó en esta tercera vía impugnativa argumentos
similares a los vertidos anteriormente, la Corte de Constitucionalidad conside-

13 AÑO 2004/NÚMERO
Elecciones de Guatemala en

ró que el quid iuris sometido a su consideración se reduce a dos aspectos funda-


mentales:
1. Determinar si fue aplicado con efecto retroactivo el precepto del
artículo 187 constitucional.
2. Resolver si procede o no aplicarle al quejoso la prohibición del re-
ferido artículo y, por lo mismo, confirmar la negativa de su registro, como
candidato.
En estas consideraciones la Corte manifestó que el artículo 15 de la
propia Constitución prohíbe la retroactividad de la ley, salvo en materia
penal cuando favorezca al reo; lo mismo dispone el artículo 7 de la Ley del
Organismo Judicial; tales disposiciones tienen un amplio sustento doctri-
nal que la sentencia sintetiza.
Debe aclararse que el artículo 21 transitorio de la Constitución Política
contiene un criterio de protección del orden público con carácter de futu-
ro, y que este mismo criterio futurista se refleja al crear órganos de defensa
constitucional como son: el Tribunal Supremo Electoral, el Procurador
de los Derechos Humanos y la misma Corte de Constitucionalidad, así
como también al formarse procedimientos que aseguran la permanencia
del Estado de Derecho.
Por todo lo cual, la prohibición del inciso a) del artículo 186 constitu-
cional, escrita en pretérito perfecto, debe considerarse aplicable a situacio-
nes o hechos ocurridos dentro del orden constitucional vigente, es decir, a
partir de 1986, lo cual es coherente con lo dispuesto en el artículo 15 de la
misma Constitución, respecto al principio de irretroactividad de la norma
jurídica; lo anterior también concuerda con lo dispuesto en el artículo 21
transitorio ya aludido; todo ello además se vincula al principio de que las
normas deben regir para el presente y para el futuro, nunca para el preté-
rito. También aclara la Corte de Constitucionalidad que la Carta Supre-
ma, en su artículo 44, se pronuncia por la defensa de los derechos huma-
nos, y en el 46, deja claro que en ese rubro, los tratados y convenciones
aceptados y ratificados por Guatemala prevalecen sobre el derecho inter-
no, y al respecto apoya su argumento con la mención de diversas disposi-
ciones de carácter internacional.
La Corte también hizo referencia a la resolución tomada por la Comi-
sión Interamericana de Derechos Humanos de 12 de octubre de 1943, or-
ganismo al cual recurrió entonces el señor Ríos Montt, alegó violaciones a
sus derechos humanos, por una negativa similar para ser registrado como
candidato a la presidencia de la República de su país; se sabe que la Comi-
sión no aceptó los razonamientos presentados por el denunciante.
En este caso, la Corte de Constitucionalidad estimó que carece de rele-
vancia lo opinado por la Comisión, porque ésta debió haber verificado lo
dispuesto en la legislación guatemalteca y no el caso concreto de a quienes
privilegiaba o no su aplicación retroactiva.
Por todo ello y considerado lo dispuesto en materia jurídica, tanto
en el orden interno como en el internacional, «...no es válido aceptar que
por interpretación errónea el precepto contenido en el varias veces cita-
do artí culo 186, inciso a) de la Constitución, se produzca afectación al
derecho de José Efraín Ríos Montt, garantizado constitucionalmente, para

JUSTICIA 13
Sección

optar a su participación como candidato a la Presidencia de la República, esto


es, restringiéndole los derechos políticos de ser electo y acceder al ejercicio de
ese cargo público de elección popular».4
Con base en lo anterior, la misma Corte manifiesta que «ese derecho,
como todos los que ostentan el carácter de ser fundamentales, no deriva ni
depende de la voluntad de ninguna autoridad del Estado, que no lo crea,
sino que lo descubre; no lo otorga, sino que lo reconoce. Por consiguiente,
su vulneración o transgresión cercena los derechos y libertades fundamen-
tales de la persona humana. En vista de lo anterior, se arriba a la conclu-
sión de que el Director General del Registro de Ciudadanos, del Tribunal
Supremo Electoral, al resolver en el sentido en que lo hizo, produjo agra-
vio a los derechos fundamentales de José Efraín Ríos Montt, al impedirle
optar al cargo de presidente de la República, por elección popular; así
también al derecho del partido político Frente Republicano Guatemalte-
co, de inscribir en el citado Registro la planilla que conforman la persona
mencionada y de Edín Raymundo Barreitos (único apellido), quien opta
al cargo de vicepresidente de la República. Debido a que tal conculcación
permaneció luego de que fuera sometido el asunto a conocimiento del
Tribunal Supremo Electoral, que en sucesivas oportunidades declaró sin
lugar los recursos de nulidad y revisión que fueron interpuestos con el
objeto de dejar sin efecto aquel acto contrario a preceptos constituciona-
les, procede otorgar el amparo solicitado. Para ese efecto se revocará la
sentencia que dictó la Corte Suprema de Justicia, en calidad del Tribunal
de Amparo, y se dictará la que corresponde».5
Por todos estos razonamientos, la Corte de Constitucionalidad resol-
vió: con lugar el recurso de apelación; revocar la sentencia dictada por la
Corte Suprema de Justicia constituida en Tribunal de Amparo; en conse-
cuencia, otorgar al ciudadano José Efraín Ríos Montt y al partido político
Frente Republicano Guatemalteco, el registro respectivo; y al Tribunal
Supremo Electoral y a la Dirección del Registro General de Ciudadanos,
dar cumplimiento a la sentencia que obliga el registro de la planilla, dentro
de los tres días siguientes a aquel en que reciba los antecedentes del caso y
su correspondiente ejecutoria, con el apercibimiento de que, en caso de
incumplimiento, se le impondrá a cada uno de los miembros que integran
ese cuerpo colegiado, la multa de 4,000 quetzales, sin perjuicio de deducir
las responsabilidades civiles y penales en que incurrieran.
En esta resolución se encuentran engrosados los siguientes votos:
1. El voto razonado del magistrado Juan Francisco Flores Juárez, en
calidad de disidente, que en su inciso D) manifiesta «Considero, con toda
convicción, que la sentencia de la que disiento ha violado groseramente el
principio de supremacía constitucional, eludiendo, en atención a argumentos
falaces, la observancia de la proscripción incluida en el artículo 186, inciso
a) para los caudillos o jefes de un golpe de Estado, supuesto en el que a mi
juicio, se sitúa indefectiblemente el amparista».

4
Ídem, pp. 59 y 60.
5
Ídem, p. 61.

14 AÑO 2004/NÚMERO
Elecciones de Guatemala en

1. Voto razonado, disidente, del magistrado Rodolfo Rohrmoser


Valdeavellano.
2. Voto disidente del magistrado Carlos Enrique Reynoso Gil.
Como datos adicionales, cabe mencionar que en las elecciones aludidas
se efectuó una segunda vuelta el domingo 28 de diciembre de 2003, en
donde resultó vencedor el candidato Óscar José Rafael Berguer Perdomo,
de 57 años de edad, nacido en la ciudad de Guatemala, candidato de la
Gran Alianza Nacional (GANA),6 quien obtuvo el 54.3% del total de los
votos emitidos. El señor Berguer fue alcalde en la misma ciudad capital de
1990 a 1999 y su labor como director del Fondo Nacional para la Paz le
atrajo la simpatía del electorado. Fueron 11 los candidatos presidenciales y
votaron 2,300,469 ciudadanos en esa segunda vuelta, en la que se presenta-
ron a contender el partido GANA y el UNE, Unidad Nacional de la Esperan-
za, con su candidato presidencial Álvaro Colom Caballeros.
La Constitución actual fue promulgada el 31 de mayo de 1985, pero
entró en vigor el 14 enero de 1986 y fue reformada en 1994, además de que
estuvo suspendida del 25 de mayo al 5 de junio de 1993.
El nuevo presidente de la República de Guatemala y el vicepresidente
Eduardo Stein Barillas, asumieron sus altas investiduras el 14 de enero de
2004. El período presidencial es de cuatro años improrrogable, según lo
dispuesto por el artículo 184 de la Constitución Política de la República de
Guatemala.

6
Coalición integrada por el Partido Patriota, el Movimiento Reformador y el Partido Solidaridad Nacional.

JUSTICIA 14
Sección

EXPEDIENTE N° 0695-2003
RESOLUCIÓN N° 0095-2003

TRIBUNAL S UPREMO E LECTORAL


Guatemala, trece de junio de 2003

P
ara resolver se tiene a la vista el Recurso de Revisión interpuesto
por el señor José Efraín Ríos Montt en nombre propio y en repre
sentación del Partido Político Frente Republicano Guatemalteco
(FRG), en contra de la resolución número cero cero noventa y tres guión
dos mil tres (0093-2003), dictada el doce de junio del año en curso en el
expediente número cero seiscientos noventa y cinco guión dos mil tres
(0695-2003) y

CONSIDERANDO:
El artículo 247 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Reforma-
do por el artículo 66 del Decreto número 74-87 del Congreso de la Re-
pública), establece: «Del recurso de revisión. Contra las resoluciones del
Tribunal Supremo Electoral procede el recurso de revisión, el cual debe-
rá interponerse ante el mismo dentro de los tres días hábiles siguientes a
la notificación que se haga al afectado; y será resuelto dentro del término
de tres días siguientes al de su presentación, el que podrá ampliarse si fuere
necesario en dos días más, a efecto de poder recabar cualquier clase de pruebas
pertinentes.» Del estudio del memorial que contiene el recurso de revisión
que se resuelve, así como del expediente respectivo y la resolución número
cero cero noventa y tres guión dos mil tres (0093-2003) mediante la cual este
Tribunal declaró sin lugar el recurso de nulidad cuya revisión se solicita; se
llega a la conclusión de que tanto los argumentos como las normas jurídi-
cas en que se apoya el presentado, son los mismos por lo que las razones
que sirvieron de fundamento para declarar sin lugar el citado recurso
de nulidad, se mantienen, no existiendo ningún motivo que pudiese servir
de fundamento a este tribunal para cambiar su criterio, y es por ello que la
revisión planteada debe correr la misma suerte del recurso de nulidad que
se impugna. Sin embargo, este Tribunal se ve precisado a puntualizar lo
siguiente: a) En lo que se refiere a la interpretación del artículo 15 de la
Constitución Política de la República, la resolución que rechaza el recurso
de nulidad no se funda en doctrina legal de la Corte de Constitucionalidad
como afirma equivocadamente el recurrente (folio dos del memorial que
contiene el recurso de revisión), este Tribunal, lo que dice textualmente es
que «Analizada la resolución que se impugna de nulidad y los argumentos

14 AÑO 2004/NÚMERO
Elecciones de Guatemala en

del recurrente, a la luz de la doctrina expuesta por la Corte de


Constitucionalidad, la interpretación de la citada norma constitucional
(refiriéndose al artículo 15 de la Constitución), es correcta, puesto que el
Director General del Registro de Ciudadanos, al denegar la inscripción
del señor José Efraín Ríos Montt, como candidato del Partido Republi-
cano Guatemalteco, para el cargo de Presidente de la República, se apoyó,
según indica, en lo siguiente: …» Diferente es cuando un tribunal, para
resolver, está obligado a observar la doctrina legal, que como bien dice el
recurrente, es aquella que asienta la Corte de Constitucionalidad a través
de tres fallos contestes de la misma Corte, en el presente caso, este Tribu-
nal, cita, en la resolución de mérito, doctrina de la Corte de
Constitucionalidad, lo cual no está prohibido por ley alguna. b) En cuanto
al señalamiento que el recurrente hace respecto a que de acuerdo con el
artículo 121 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la primera de las
atribuciones de este Tribunal es velar por el fiel cumplimiento de la Cons-
titución, leyes y disposiciones que garanticen el derecho de organización
y participación política de los ciudadanos y que implica para sus funcio-
narios un deber la aplicación del artículo 141 de la Constitución, que se
refiere a la soberanía, la que radica en el pueblo, el que la delega para su
ejercicio. Precisamente esa delegación hecha por el pueblo a la Asamblea
Nacional Constituyente, es la que facultó a ésta, con el poder soberano de
que fue investida, a limitar el derecho de ser electos para el cargo de Presi-
dente de la República, a aquellos ciudadanos que tuviesen causa de
inelegibilidad; y es por dicha razón que el señor Director General del Re-
gistro de Ciudadanos denegó la inscripción del ciudadano José Efraín Ríos
Montt, como candidato a la Presidencia, postulado por el Partido Político
Frente Republicano Guatemalteco (FRG). Debe entonces mantenerse lo
resuelto por este tribunal en la resolución que se impugna.

POR TANTO:

Este Tribunal, con fundamento en lo considerado, artículos citados y


lo que para el efecto establecen los artículos 15, 46, 136, 175, 186 inciso a),
190, 204 y 223 de la Constitución Política de la República de Guatemala;
1º, 121, 125 incisos a), b), c) y m); 128, 129, 130, 131, 132, 144, 153, 193,
199, 216, 246 y 247 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Decreto 1-
85 de la Asamblea Nacional Constituyente y sus reformas); 19 y 24 del
Reglamento de la Ley Electoral, AL RESOLVER, DECLARA: SIN LU-
GAR el Recurso de Revisión interpuesto por el ciudadano José Efraín
Ríos Montt y en consecuencia confirma la resolución número cero cero
noventa y tres guión dos mil tres (0093-2003), dictada el doce de junio de
dos mil tres, en el expediente número cero seiscientos noventa y cinco
guión dos mil tres (0695-2003) de este Tribunal. Previa notificación a las
partes interesadas, y con certificación de lo resuelto, oportunamente de-
vuélvase los antecedentes al Órgano Electoral de su origen.

JUSTICIA 14
Sección

Lic. Óscar Edmundo Bolaños Parada, Presidente


Lic. Ángel Alfredo Figueroa, Vocal I
Lic. Roberto Aníbal Valenzuela Chinchilla,Vocal II
Lic. Raymundo Caz Tzub, Vocal III
Lic. Zoila Alicia Villela Villalobos, Vocal IV
Lic. Luis Guillermo Guerra Caravantes, Secretario General

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