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E
l domingo 9 de noviembre de 2003 se llevó a cabo la jornada electo-
ral en la República de Guatemala, para elegir al quinto presidente
de la llamada «Nueva era democrática», que se inició en 1986 al
concluir un largo período de regímenes militares, con el ascenso al poder
del candidato civil democristiano Vinicio Cerezo.
Para tal efecto, el Tribunal Supremo Electoral organizó y desarrolló el
pro- ceso electoral, con un padrón de 5,073,282 ciudadanos, que fueron
convoca- dos a votar en 8,885 mesas receptoras, instaladas en los 331
municipios, ubica- dos en los 22 departamentos que integran el territorio
nacional.
Debe advertirse que el Tribunal Supremo Electoral, según lo dispone el
inciso b) del artículo 127 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, tiene la
atribución y obligación de: «Convocar y organizar los procesos electorales; de-
clarar el resultado y la validez de las elecciones o, en su caso, la nulidad parcial o
total de las mismas y adjudicar los cargos de elección popular, notificando a
los ciudadanos la declaratoria de su elección».
Dentro de ese contexto electoral, un aspecto muy controvertido fue
el registro de la candidatura del general retirado José Efraín Ríos Montt,
de 77 años, originario de Huehuetenango, Departamento del mismo nom-
bre, postulado por el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), partido
político fundado en 1990.
El señor Ríos Montt fue presidente de facto entre 1982 y 1983, me-
diante un golpe de Estado que tuvo lugar en medio de una de las crisis más
difíciles de la guerra civil guatemalteca, que afectó de manera significativa
a la población rural e indígena.
Posteriormente, en 1999, fue elegido diputado y más tarde presidente
del Congreso, cargo que desempeñó hasta que en julio de 2003 hizo públi-
ca su pretensión a la candidatura presidencial, lo que provocó una polémica
nacional de enorme magnitud, dada su cuestionada actividad pública, pero
sobre todo, porque el artículo 186 de la Constitución Política prohíbe expre-
JUSTICIA ELECTORAL 1
Sección
1
Ríos Montt, Amparo, Corte Suprema de Justicia Constituida en Tribunal de Amparo. Resolución del 4 de julio del año dos mil tres. http:/
/www.organismo.gob.gt/es/Noticias/casasoriosmontt.htm., p. 20.
2 AÑO 2004/NÚMERO
Elecciones de Guatemala en
artículo 18, inciso a), enfatiza la redacción para que se refiera a cualquier orden y
tiempo, a fin de proteger con eficacia el Estado de Derecho.
En ese orden de ideas, se consideró que la voluntad de los constituyen-
tes era resguardar a la Constitución y al sistema político del país, tanto de
quienes ya habían atentado contra el orden público, como de aquellos que
lo intentaran en el futuro, por lo que la prohibición del artículo 186 cons-
titucional se debe considerar como una norma de eficacia inmediata aplica-
ble en cualquier tiempo.
Se hizo resaltar, por parte de la Corte, que la protección al orden
constitucional se puede observar en todas las constituciones que ha tenido
el país en su vida independiente, es decir, las de 1824 (artículo 211), la de
1879 (artículo 104), la de 1945 (artículo 211) y la actual de 1985 (artículo 21
transitorio), por lo cual, cuando la disposición vigente establece: «...el que
haya alterado el orden constitucional...», 2 no se refiere a una u otra
constitución en particular, sino al sistema político de gobierno
constitucionalista que se inició con la independencia del país y que aún
permanece; luego, en el tiempo, no tiene límites y se debe considerar apli-
cable en el pasado y en el futuro.
En cuanto a lo invocado por el agraviado en materia de convenciones
internacionales, debe aclararse que la misma Corte Suprema de Guatema-
la, con base en el numeral 2, del artículo 32 de la Convención Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, ha manifestado que: «Los dere-
chos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la
seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común en una socie-
dad democrática» .3
Por lo mismo, la Corte se manifestó en el sentido de que no es del caso
aducir violaciones a instrumentos internacionales signados por Guatema-
la, toda vez que no se finca tal prohibición en razones de raza, género,
religión, etc., lo que sería abiertamente atentatorio de los derechos huma-
nos, además de que las disposiciones de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos no tienen preeminencia sobre la Constitución Políti-
ca de la República.
Lo que no deben darse son disposiciones atentatorias a la dignidad de
las personas, pero los estados tienen el legítimo derecho de establecer los
requisitos para aspirar a un cargo de elección popular, como sucede en
aquellos países que aceptan la reelección; por lo mismo Guatemala, que ha
sufrido innumerables golpes de Estado en su vida independiente, procura
ahora con mayor rigor impedir, a quienes participaron o participen en ese
tipo de atentados a la gobernabilidad del país, ser candidatos a la presiden-
cia o vicepresidencia nacionales.
Es de advertirse, que en esta resolución resultan muy importantes los
argumentos de la Corte de Constitucionalidad en lo que toca a que la
Convención Americana sobre Derechos Humanos no prevalece sobre el
orden constitucional local.
2
Ídem, p. 26.
3
Ídem, p. 27.
JUSTICIA 13
Sección
13 AÑO 2004/NÚMERO
Elecciones de Guatemala en
JUSTICIA 13
Sección
4
Ídem, pp. 59 y 60.
5
Ídem, p. 61.
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Elecciones de Guatemala en
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Coalición integrada por el Partido Patriota, el Movimiento Reformador y el Partido Solidaridad Nacional.
JUSTICIA 14
Sección
EXPEDIENTE N° 0695-2003
RESOLUCIÓN N° 0095-2003
P
ara resolver se tiene a la vista el Recurso de Revisión interpuesto
por el señor José Efraín Ríos Montt en nombre propio y en repre
sentación del Partido Político Frente Republicano Guatemalteco
(FRG), en contra de la resolución número cero cero noventa y tres guión
dos mil tres (0093-2003), dictada el doce de junio del año en curso en el
expediente número cero seiscientos noventa y cinco guión dos mil tres
(0695-2003) y
CONSIDERANDO:
El artículo 247 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Reforma-
do por el artículo 66 del Decreto número 74-87 del Congreso de la Re-
pública), establece: «Del recurso de revisión. Contra las resoluciones del
Tribunal Supremo Electoral procede el recurso de revisión, el cual debe-
rá interponerse ante el mismo dentro de los tres días hábiles siguientes a
la notificación que se haga al afectado; y será resuelto dentro del término
de tres días siguientes al de su presentación, el que podrá ampliarse si fuere
necesario en dos días más, a efecto de poder recabar cualquier clase de pruebas
pertinentes.» Del estudio del memorial que contiene el recurso de revisión
que se resuelve, así como del expediente respectivo y la resolución número
cero cero noventa y tres guión dos mil tres (0093-2003) mediante la cual este
Tribunal declaró sin lugar el recurso de nulidad cuya revisión se solicita; se
llega a la conclusión de que tanto los argumentos como las normas jurídi-
cas en que se apoya el presentado, son los mismos por lo que las razones
que sirvieron de fundamento para declarar sin lugar el citado recurso
de nulidad, se mantienen, no existiendo ningún motivo que pudiese servir
de fundamento a este tribunal para cambiar su criterio, y es por ello que la
revisión planteada debe correr la misma suerte del recurso de nulidad que
se impugna. Sin embargo, este Tribunal se ve precisado a puntualizar lo
siguiente: a) En lo que se refiere a la interpretación del artículo 15 de la
Constitución Política de la República, la resolución que rechaza el recurso
de nulidad no se funda en doctrina legal de la Corte de Constitucionalidad
como afirma equivocadamente el recurrente (folio dos del memorial que
contiene el recurso de revisión), este Tribunal, lo que dice textualmente es
que «Analizada la resolución que se impugna de nulidad y los argumentos
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Elecciones de Guatemala en
POR TANTO:
JUSTICIA 14
Sección
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