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Capítulo 5 ELIBER SUAREZ

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Capítulo 5. Generalidades sobre las neurosis.


La neurosis: Trastorno que tiene una evolución crónica o recurrente, que no
produce una pérdida de contacto con la realidad como las psicosis y que se
manifiesta principalmente por la presencia de angustia o ansiedad. Se trata de
un rasgo caracterial que puede acompañar al sujeto durante toda su vida, de
gravedad muy variable, desde grados leves y controlables que son la mayoría
hasta situaciones gravemente incapacitantes que pueden llegar a precisar
hospitalización.

Para el psicoanalista Sigmund Freud, la psicosis obedece a causas externas,


es decir, es provocada por un conflicto entre el Yo y el mundo exterior, que
desencadena en el individuo delirios que constituyen la reconstrucción de la
parte de la realidad que resultó dolorosa para el sujeto. En este sentido, la
psicosis para Freud supone una pérdida de la realidad.
para Sigmund Freud, la neurosis se manifiesta en los individuos en forma de un
enorme caudal de angustia. El individuo sufre y siente temor por su presente y
futuro, desarrolla fobias y manías. Todo esto viene acompañado de una
ansiedad constante.
En el DSM-IV-TR el término de neurosis ha desaparecido y ha sido sustituido
por trastorno, mientras que en la CIE-10 se le ha hecho sinónimo del término
de trastorno de ansiedad.
El término neurosis fue acuñado por William Cullen para aquellas
enfermedades nerviosas que cursaban sin fiebre y sin lesiones de los órganos.
Desde el punto de vista psicoanalítico comprende muchas clases de
manifestaciones que aparecen como consecuencia de un conflicto entre los
impulsos instintivos reprimidos y el yo. Sería una afección psicógena
cuyos síntomas cumplen una función simbólica que pretende volver a poner en
escena un viejo conflicto infantil, siendo la manifestación neurótica el resultado
del compromiso posible entre el deseo y la defensa. Para protegerse de la
angustia, las personas recurren a mecanismos de defensa como la represión,
la proyección, la negación, la intelectualización y el desplazamiento, entre
otros, que se manifestarían como sentimientos de culpa, envidia, ira y
ansiedad, con más frecuencia y con mayor severidad que otros individuos.
Entre los principales autores que han desarrollado visiones sobre la neurosis se
encuentran: Freud, Lacan, y Melanie Klein
Freud aseguró que la diferencia más importante entre la neurosis y la psicosis
es que la neurosis es el resultado entre un conflicto entre el yo y e ello,
mientras que la psicosis es un conflicto entre el yo y el mundo exterior. El
psicótico pierde contacto con la realidad y recrea una realidad encerrada en su
delirio. Generalmente lo anterior va acompañado de alucinaciones, entendidas
como representaciones psíquicas que irrumpen desde el exterior y se imponen
como percepción. En otras palabras, el psicótico puede escuchar su propio
pensamiento y cree que le viene desde afuera; el sujeto literalmente habla con
su yo y lo siente como un tercero.
La ansiedad y la angustia son términos que solemos escuchar cuando sufrimos
un trastorno emocional, pero a veces nos es difícil entender sus diferencias o
qué tienen que ver con nosotros, ya que se manifiestan de forma muy similar
en nuestro organismo.
Podríamos matizar las diferencias entre ambas entendiendo que:
 La ansiedad es una respuesta emocional que responde a un mecanismo
de supervivencia ante una posible amenaza (lucha y huida).
 La angustia es una reacción de miedo intenso desproporcionado al
estímulo que lo provoca.
La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo
y que tiene una importante función básica de supervivencia ya que es un
sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una
amenaza. Cuando el cuerpo y la mente reaccionan a la amenaza, una persona
siente sensaciones físicas de ansiedad como la aceleración del ritmo cardíaco
y respiratorio, tensión muscular, manos sudorosas, malestar en el estómago
o temblor en manos y piernas.
Estas sensaciones son parte de la respuesta del cuerpo de “huir o luchar” y
están provocadas por un aumento de la producción de adrenalina y otras
sustancias químicas que preparan al cuerpo para escapar rápidamente del
peligro y pueden presentarse como síntomas leves o extremos.
La angustia por su parte, tiene un efecto de inmovilización ya que es un
sentimiento vinculado a situaciones de desesperación, donde la característica
principal es la pérdida de la capacidad de reaccionar ante una situación. La
persona es incapaz de buscar una solución al bloqueo que experimenta,
aumentando a su vez la inseguridad y el miedo por pérdida de autocontrol.
Cuando el miedo nos domina, nuestro corazón se desboca, nuestro cuerpo se
tensa y nuestro cerebro no funciona bien y ninguna de estas reacciones
permite que nos tratemos ni a nosotros mismos ni a los demás correctamente.
Capítulo 6: Depresión
En este capítulo hablaremos acerca de la depresión teniendo en cuenta que es
un trastorno del estado de ánimo, que se despierta frente a una pérdida o dolor.
Se manifiesta con síntomas físicos (dolor de cabeza, dolor de estómago,
disminución o pérdida de apetito, alteraciones del sueño, baja energía),
psicológicos (desinterés, tristeza, baja autoestima, pesimismo, auto reproches,
culpa, pena, pérdida de confianza en sí mismo, irritabilidad, poca paciencia,
enojo o ira); cognitivos (disminución en la capacidad de concentración, atención
y memoria, dificultad en la toma de decisiones, pensamientos negativos) y
conductuales (aislamiento, enlentecimiento, bajo rendimiento), etc.
La característica fundamental de la depresión es la tristeza y la pérdida de la
capacidad de disfrute antes las diversas actividades de la vida. La depresión
suele perdurar en el tiempo y altera negativamente otras aéreas de la vida.
Debemos diferenciar la tristeza normal, frente a un acontecimiento de la vida,
como ser una situación de pérdida, fracaso, desilusión (perdida de trabajo,
ruptura de pareja) etc. En donde esta emoción es pertinente y al cabo de un
tiempo disminuye, o bien desaparece al resolverse la situación que la causó.
En muchas ocasiones, la depresión suele comenzar como consecuencia de un
trastorno de ansiedad o un estrés prolongado en el tiempo.
En 1917 Freud, en su libro escrito Duelo y Melancolía, buscaba alguna
condición universal que pudiera subyacer detrás de las diferentes formas que
presenta la depresión. Consideró que la depresión es la reacción a la pérdida
de un objeto real o imaginario. Pero, ¿en qué consiste la especificidad de esta
reacción? En Inhibición, síntoma y angustia Freud enfatizó que la “insatisfacible
carga de anhelo” es un rasgo distintivo de la depresión.
La expresión “carga de anhelo” indica que la pérdida de objeto es acompañada
por la persistencia de un intenso deseo por él y, al mismo tiempo, por la
representación de que este deseo es irrealizable. El deseo puede consistir,
entre muchos otros, en deseos de apego (es decir, de presencia física del
objeto, de compartir estados emocionales con él, de fusionarse con él), o en
deseos de sentirse seguro, o en deseos relacionados con el bienestar del
objeto, o en deseos narcisistas de omnipotencia, o en deseos de satisfacción
pulsional, o de experimentar bajos niveles de tensión mental y física, o en
deseos de dominar los impulsos y de poseer control sobre la propia mente, etc.
De acuerdo con la extensa investigación de Sidney Blatt sobre tipos
caracterológicos introyectivos y anaclíticos, los deseos pueden ser clasificados
en dos categorías principales: por un lado, deseos de autodefinición, de
autonomía, de ser agente activo de las propias acciones, de control, de
autovaloración (en las personalidades introyectivas) y, por otro lado, en deseos
de relación, de estar contacto con otras personas, con sus diferentes variantes
(en personalidades anaclíticas).
Blatt ha demostrado, basado en investigaciones empíricas, que las
personalidades introyectivas y anaclíticas están predispuesta a diferentes
patologías, son vulnerables a diferentes contingencias, y responden también de
manera diferente a varias formas de diferentes circunstancias pueden ayudar a
desencadenar la depresión.

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