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T3 Muerte Celular y Neoplasia

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PATOLOGÍA

TRABAJO 3: APOPTOSIS, NECROSIS Y


NEOPLASIAS

BOJORGES ALMARAZ EFRÉN

GRUPO BE04M

TRIMESTRE 22I
Apoptosis
La apoptosis es la muerte celular programada, controlada genéticamente, que ocurre en
un organismo vivo, y que controla numerosos mecanismos fisiológicos, adaptativos y
patológicos. También se le ha denominado como muerte celular por suicidio y fue descrita
por Kerr en 1972. Esta forma de muerte celular produce la destrucción de células durante
la embriogénesis permitiendo el desarrollo y la maduración normal de los tejidos que se
están formando.
Está genéticamente determinada y tiene gran importancia biológica. Es un proceso activo
en la regulación del tamaño y modelación de los órganos durante la morfogénesis y en la
remoción de células infectadas o genéticamente dañadas, cuya presencia pondría en
peligro al organismo.
La apoptosis comienza con la activación de unas proteínas llamadas caspasas, que
producen una cascada proteolítica que culmina con la hidrólisis de proteínas estructurales
y de enzimas reparadoras de ADN y con la activación de enzimas hidrolíticas como las
endonucleasas.
Es un proceso ordenado, con una
serie de fases: disminución del
volumen celular y pérdida de las
características de adhesión,
degradación de proteínas y
fragmentación del ADN,
condensación cromatínica,
aparición de burbujas en
superficie, fragmentación del
núcleo, formación de los cuerpos
apoptóticos (rodeados de membrana) y fagocitosis de estos cuerpos apoptóticos por
macrófagos.
La detección de ligandos inductores de muerte, ácidos nucleicos, ROS, mediadores
inflamatorios, toxinas y fármacos, entre otras sustancias, activa mecanismos que llevan a
la célula a su propia destrucción. Estos ligandos pueden aumentar su concentración como
consecuencia de un daño tisular que produzca la muerte de otras células, lo cual lleva a la
liberación de su contenido al espacio
extracelular. Una vez que la célula entra
en apoptosis induce la activación de
caspasas, que son proteasas con un
residuo de cisteína (C) que fragmentan
proteínas inmediatamente después de los
residuos de aspartato (Asp). Las
caspasas provocan el colapso de los
componentes subcelulares, la
condensación y fragmentación del ADN y
la disminución del tamaño celular y
nuclear. En este tipo de muerte, la
integridad de la membrana plasmática se
mantiene intacta hasta que comienza la
formación de cuerpos apoptóticos, cuya
función es contener el material celular y
evitar que éste actúe como
desencadenante de la muerte de otras células. Una vez finalizada la apoptosis, otras
células especializadas fagocitan los cuerpos apoptóticos.
Se han identificado tres vías que pueden conducir a la apoptosis. La primera se activa de
manera extrínseca mediante la detección de ligandos endógenos como el factor de
necrosis tumoral (TNF), el ligando Fas (FasL) o el ligando inductor de apoptosis
relacionado al TNF (TRIAL). La activación de receptores de muerte (TNFR, Fas o DR5)
induce la activación de la caspasa 8. La segunda vía se activa de manera intrínseca por
estímulos no dependientes de un receptor. La radiación o la hipoxia, por ejemplo,
producen la apertura del poro de permeabilidad mitocondrial (MPT). La desregulación
mitocondrial a su vez induce la liberación de proteínas proapoptóticas como el citocromo
C y la proteína Smac/DIABLO que activan a otro tipo de caspasa, la caspasa 9. La
tercera vía se produce por señales provenientes de linfocitos T citotóxicos. La activación
de receptores de muerte celular programada como PD-1 (programmed cell death protein
1) induce la liberación de perforinas y granzimas que actúan sobre células infectadas con
virus o células tumorales.
Las tres vías antes mencionadas convergen
en la activación de la caspasa 3, una enzima
que produce la fragmentación del ADN, la
degradación de proteínas del citoesqueleto,
la formación de cuerpos apoptóticos y la
expresión de ligandos que inducen el
reclutamiento de células con capacidad
fagocítica.
Apoptosis en situaciones fisiológicas
La muerte por apoptosis es un fenómeno normal que permite eliminar las células que ya
no se necesitan y mantener un número estable de diversas poblaciones en los tejidos. Es
importante en las siguientes situaciones fisiológicas:
-La destrucción celular programada durante la embriogénesis, que incluye la implantación,
organogenia, involución durante el desarrollo y metamorfosis.
-La involución de tejidos dependientes de
hormonas cuando se produce una falta de las
mismas, como la degradación de las células
endometriales durante el ciclo menstrual.
-La pérdida celular en poblaciones celulares en
proliferación, como los linfocitos inmaduros que
no expresan receptores antigénicos útiles en la
médula ósea y el timo.
-La eliminación de los linfocitos autorreactivos potencialmente lesivos, bien antes o
después de que completen su maduración para prevenir las reacciones frente a los tejidos
propios.
Apoptosis en situaciones patológicas
La apoptosis elimina las células dañadas sin posibilidades de reparación sin inducir una
reacción en el anfitrión, con el fin de limitar los daños colaterales en los tejidos. La muerte
por apoptosis es responsable de la pérdida de las células en distintos estados
patológicos:
-Muerte celular en tumores, más frecuentemente durante la regresión pero también en los
tumores de crecimiento activo.
-Lesiones del DNA: La radiación, los fármacos antineoplásicos citotóxicos y la hipoxia
pueden causar lesión. Es en el DNA, bien de forma directa o mediante la producción de
radicales libres.
-Acumulación de proteínas mal plegadas: La acumulación excesiva de estas proteínas en
el RE determina una situación llamada estrés del RE, que culmina en la muerte celular por
apoptosis.
-Muerte celular en algunas infecciones: sobre todo de tipo viral, en la que la pérdida de
células infectadas se debe sobre todo a apoptosis inducida por el virus (como en VIH) o
por la respuesta inmunitaria del anfitrión (como en la hepatitis viral).
La disminución en la apoptosis favorece la
proliferación celular en diferentes tipos de
cáncer y en patologías como el síndrome
linfoproliferativo autoinmune, una
enfermedad poco frecuente que aumenta el
riesgo de desarrollar linfoma en las
personas que la padecen. También, si
disminuye la apoptosis puede presentarse
una proliferación de sinoviocitos, que son
las células que se producen en las membranas sinoviales de las articulaciones. Esto es
relevante porque el aumento descontrolado de sinoviocitos contribuye a la destrucción de
hueso y cartílago en la artritis reumatoide. En osteoartritis, la muerte de los condrocitos se
da principalmente por apoptosis. A este tipo particular de muerte se le denomina
condroptosis. El incremento en la apoptosis neuronal está involucrado en el desarrollo de
enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Necrosis
La necrosis es un tipo de muerte accidental,
o no programada, que ocurre cuando
factores externos superan las condiciones
fisiológicas del tejido y someten a la célula
a un estrés excesivo e incontrolable.
Ejemplos de estos factores son el calor, el
frío, los estímulos mecánicos, varias
sustancias químicas, la hipoxia, la radiación
ionizante y la irradiación ultravioleta. En
algunos casos, la necrosis puede disolver el
tejido muerto, pero en otras ocasiones el tejido mantiene su arquitectura normal y los
cambios celulares pueden observarse únicamente a nivel microscópico. Cuando una
célula se encuentra en estado necrótico presenta hinchamiento de orgánulos, dilatación
del retículo endoplásmático, ruptura temprana de la membrana plasmática y liberación
explosiva del contenido citoplasmático al espacio extracelular.
La necrosis puede definirse como la muerte celular patológica reconocible por los signos
morfológicos de la necrofanerosis. Estos son: en el
citoplasma, hipereosinofilia y pérdida de la
estructura normal; en el núcleo, picnosis, cariolisis o
cariorrexis. La picnosis es la retracción del núcleo
con condensación de la cromatina; la cariolisis, la
disolución del núcleo; la cariorrexis, la
fragmentación del núcleo en trozos con cromatina
condensada. Las alteraciones del citoplasma y
núcleo son coexistentes. La picnosis, cariolisis y
cariorrexis no constituyen etapas de la alteración
nuclear; representan, aparentemente, formas
distintas de reacción.
La muerte celular necrótica es un
proceso pasivo que no requiere
síntesis de proteínas y emplea
una cantidad mínima de energía.
Se caracteriza por el aumento en
el calcio intracelular (Ca2+), la
disfunción mitocondrial, el
aumento en las especies reactivas
de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés) y la proteólisis inducida por calpainas y
catepsinas. Las calpainas son enzimas proteolíticas que tienen una cisteína en su sitio
catalítico (por lo que también se les llama cisteína-peptidasas), no son lisosomales, y su
actividad depende de calcio. Las catepsinas (del griego kathepsin, digerir) son proteasas
que requieren un medio ligeramente ácido para funcionar.
Ocurre necrosis en situaciones patológicas, cuando la célula es sometida a una lesión
que origina daño severo de las membranas. La lesión de la membrana plasmática altera
la capacidad de mantener la homeostasis, ingresan a la célula agua e iones
extracelulares, las estructuras citoplasmáticas aumentan su volumen (presentan edema,
ver más adelante) y terminan por romperse, liberando en el medio intra y extracelular
enzimas lisosómicas y otras substancias.
En diversos escenarios clínicos la necrosis se
reporta como resultado de trauma, isquemia o
daño tisular. Otros reportes indican que este
tipo de muerte se presenta en padecimientos
neurodegenerativos como la enfermedad de
Alzheimer, la enfermedad de Huntington, la
enfermedad de Parkinson y la esclerosis
lateral amiotrófica.
Además, se sabe que el estado inflamatorio
que produce y propicia el crecimiento de tumores en diversos tipos de cáncer tales como
el de mama, el colorrectal o el osteosarcoma, entre otros. Un ejemplo particular donde se
observa el proceso necrótico es en la fascitis necrosante de la piel que se caracteriza por
la destrucción rápida del tejido y toxicidad sistémica

TIPOS DE NECROSIS
1. Necrosis de coagulación. Este tipo de necrosis es típico de la hipoxia inducida por
isquemia mantenida, como ocurre en tejidos privados de suministro de sangre por
oclusión arterial en circulación terminal, o infartos de la mayoría de los tejidos y órganos, a
excepción del infarto cerebral. También se observa en tumores malignos de crecimiento
rápido. Se conocen, además, dos variedades de necrosis de coagulación: la necrosis de
caseificación y la necrosis cérea o de Zenke.
Necrosis de caseificación: es una forma de necrosis típica de la tuberculosis exudativa.
El término caseoso deriva del aspecto macroscópico del tejido, el cual es blando y
blanquecino, parecido al queso “caseum”.
Necrosis cérea: tiene aspectos morfológicos similares a la cera, con focos amarillentos
opacos y homogéneos. La lesión se observa en la musculatura esquelética en
enfermedades infecciosas como la difteria.
2. Necrosis de licuefacción. Es un tipo de necrosis
frecuente de encontrar en los infartos cerebrales). Se trata
de una necrosis con digestión muy rápida de los tejidos,
debido a una actividad enzimática lisosomal e hidrolítica intensa que licua al tejido
afectado.
3. Esteatonecrosis o necrosis grasa. Afecta
específicamente al tejido adiposo,
comúnmente por pancreatitis o traumatismo.
Las características de este tipo de necrosis
están determinadas por la presencia de
triglicéridos en el tejido adiposo. El proceso
comienza cuando enzimas digestivas,
normalmente encontradas solo en los
conductos pancreáticos y en el intestino, son
liberadas desde las células acinares pancreáticas dañadas hacia el espacio extracelular.

4. Necrosis fibrinoidea. Se produce


especialmente en la pared de los vasos
arteriales dañados, en los cuales la insudación y
acumulación de proteínas plasmáticas produce
una intensa eosinofilia del área alterada. Este
tipo de necrosis es característico de
enfermedades tales como la poliarteritis nodosa,
lupus eritematoso diseminado y enfermedad
reumática.

5. Gangrena. La gangrena es una forma


particular de necrosis, condicionada por
microorganismos que actúan sobre algunas
proteínas, especialmente la hemoglobina, lo
que le da el color característico a los tejidos.
Se reconoce una gangrena isquémica y una
gangrena infecciosa. La gangrena isquémica
afecta la piel y tejidos blandos de las
extremidades inferiores debido a necrosis
isquémica, especialmente por obstrucción
arterial por ateroesclerosis y trombosis. En la
gangrena seca no hay sobreinfección bacteriana y se produce desecación de la piel
comprometida, la cual tiene un aspecto momificado, seco, acartonado y negruzco en un
área bien delimitada que señala el nivel de la arteria afectada.

NEOPLASIAS
Se considera como neoplasia a una masa anormal de tejido que crece más que los tejidos
vecinos, sin coordinación con el tejido normal, sin propósito ninguno, que es autónoma, y
que puede consumir a su anfitrión. Las neoplasias son conocidas también como tumores
(de tumor: bulto).
Las tres características principales
de los tumores es que forman una
masa anormal de células, poseen
un crecimiento independiente,
excesivo y sin control y tienen la
capacidad de sobrevivir incluso
después de desaparecer la causa
que lo provocó. En las neoplasias
es muy importante que se pierdan
las capacidades de respuesta a los
controles normales del crecimiento
ya que las células tumorales continúan proliferando de forma indiferente, en apariencia, a
las influencias reguladoras que controlan el crecimiento normal de las células. Los
tumores no son totalmente independientes ya que dependen del huésped para nutrirse e
irrigarse. Así podemos observar como células de tejidos normales compiten con las
neoplasias por elementos porque estas últimas también necesitan satisfacer sus
necesidades metabólicas.
La oncología es la ciencia que estudia los
tumores y esta misma ciencia los diferencia
en neoplasias benignas o malignas según el
comportamiento clínico que posean: Los
tumores benignos son aquellos cuyas
características microscópicas y
macroscópicas no son graves, es decir, el
tumor se encuentra en una zona bien
localizado y se puede curar mediante una
extirpación quirúrgica puesto que no ha
dado lugar a implantes secundarios. Pero en
ocasiones este tipo de neoplasias no solo
provocan tumefacción sino también pueden dar lugar a enfermedades graves. En cambio
los tumores malignos son aquellos que se pueden infiltrar en estructuras adyacentes
destruyéndolas o propagarse a lugares lejanos dando lugar a implantes secundarios
(metástasis) y ocasionando así una muerte casi segura.
Todas las neoplasias poseen dos importantes componentes que son el parénquima
(formado por células transformadas o neoplásicas) y el estroma de sostén (formado por
vasos sanguíneos y tejido conjuntivo que procede del huésped por lo que no es
neoplásico). El comportamiento biológico y el nombre que recibe cada neoplasia vienen
determinados por el parénquima mientras que la irrigación y el mantenimiento del
crecimiento de las células parenquimatosas lo aporta el estroma.
TUMORES BENIGNOS
El nombre se forma al unir el sufijo -oma al tipo de
células de las que procede la neoplasia. Encontramos
como ejemplo el fibroma que es un tumor benigno del tejido fibroso o el condroma que es
un tumor benigno del tejido cartilaginoso.
En cambio en las neoplasias de tejidos epiteliales observamos una nomenclatura muy
diferente y más complicada. Se pueden clasificar tanto según la función de sus células de
origen como el patrón macroscópico y microscópico que posean. Por ejemplo:
Los adenomas son neoplasias epiteliales benignas que producen patrones glandulares o
que derivan de glándulas. Los papilomas son aquellas que se ven sobre cualquier
superficie y son capaces de adoptar una imagen micro y macroscópicamente digitiforme
(papiloma de colon).
Los pólipos son tumores que forman una estructura visible a simple vista al proyectarse
sobre una superficie mucosa (pólipo intestinal).
TUMORES MALIGNOS (CÁNCERES)
La nomenclatura de estas neoplasias es
muy similar a la de los tumores benignos
pero incluye algunas adiciones y
excepciones.
Un sarcoma es una neoplasia maligna
que aparece tanto en tejidos
mesenquimatosos como en derivados de
éstos. Por ejemplo un cáncer en un tejido
fibroso es un fibrosarcoma y un condrosarcoma es una neoplasia maligna formada por
condrocitos. Los sarcomas se clasifican según el tipo de célula de la que proceden, es
decir, según su histogenia.
Los carcinomas son cánceres de origen epitelial y los epitelios que hay en el organismo
proceden de las tres capas germinales por tanto, un cáncer en el revestimiento epitelial
del intestino (endodermo), uno en la piel (ectodermo) o uno en el epitelio de los túbulos
renales (mesodermo) serán carcinomas.
NEOPLASIAS COMPUESTAS POR UN TIPO DE CÉLULAS
Tumores de tejido conjuntivo y derivados: Fibroma -
Tumor benigno en tejido fibroso. Fibrosarcoma - Tumor
maligno en tejido fibroso. Lipoma - Tumor benigno en el
tejido adiposo. Liposarcoma - Tumor maligno en el tejido
adiposo. Condroma - Tumor benigno en tejido
cartilaginoso. Condrosarcoma - Tumor maligno en tejido
cartilaginoso. Osteoma - Tumor benigno en el tejido óseo.
Osteosarcoma - Tumor maligno en el tejido óseo.
Tumores derivados de endotelio y tejidos
relacionados: Hemangioma - Tumor benigno de vasos sanguineos. Angiosarcoma -
Tumor maligno en vasos sanguineos. Linfangioma - Tumor benigno de vasos linfáticos.
Linfangiosarcoma - Tumor maligno en vasos linfáticos. Meningioma - Tumor benigno de
las meninges. Meningioma agresivo - Tumor maligno en las meninges.
Tumores derivados de células sanguineas y
relacionados: Leucemias - Tumor maligno de
células hematopoyéticas. Linfomas - Tumor
maligno de tejido linfático. No existen tumores
benignos de este tipo.
Tumores derivados de tejidos epiteliales:
Papiloma pavimentoso - Tumor benigno del epitelio
pavimentoso. Adenoma, papiloma y cistoadenoma
- Tumor benigno del revestimiento epitelial de glándulas o conductos. Carcinoma
epidermoide - Tumor maligno del epitelio pavimentoso.
Para diferenciar entre malignos y benignos existen una serie de factores:
La diferenciación se refiere al grado en el que
las células neoplásicas se asemejan a las
células normales equivalentes, tanto
morfológica como funcionalmente; la falta de
diferenciación se llama anaplasia. Los tumores
bien diferenciados están compuestos de
células que se asemejan a células normales
maduras del tejido original de la neoplasia. Los
tumores pobremente diferenciados o
indiferenciados tienen células no especializadas de apariencia primitiva.). La célula
neoplásica es un tumor benigno de músculo liso se asemeja tanto a la célula normal que
puede ser imposible reconocerla como tumor al microscopio. Solo la agrupación de estas
células en forma de nódulo descubriría la lesión.
Las neoplasias malignas pueden ser diferenciadas o
indiferenciadas. Las compuestas por células
indiferenciadas son anaplásicas. La anaplasia significa
literalmente formación hacia atrás, implicando una
reversión hasta un nivel inferior. Sin embargo, no suele
haber diferenciación inversa de las células maduras
normales, sino que surgen de las células madre que
están presentes en todos los tejidos especializados. El
cáncer diferenciado evoluciona desde la maduración o
especialización de células indiferenciadas según
proliferan, mientras que los tumores indiferenciados
malignos derivan de la proliferación, sin maduración
completa, de las células transformadas.
La velocidad de crecimiento de un tumor está determinada por tres factores
fundamentales: el tiempo de duplicación de las células tumorales, la fracción de las
células tumorales que integran la masa replicante, y la velocidad a la que estas células se
desprendan y pierden de la lesión en crecimiento. Como los controles del ciclo celular
están alterados en la mayoría de los tumores, las células tumorales pueden estimularse
para entrar en ciclo más fácilmente y sin las restricciones usuales. Sin embargo, las
células en división no completan necesariamente el ciclo más rápidamente que las células
normales, llegando a ser más largo.
INVASIÓN O INFILTRACIÓN LOCAL
Los cánceres pueden invadir tejidos o
metastatizar mientras que los benignos no, ya
que poseen una cápsula fibrosa que les
separan del tejido normal que procede del
estroma de este. Esta cápsula se constituye a
medida que se van atrofiando las células. Pero
esto no es siempre así ya que nos podemos
encontrar tumores benignos sin cápsulas. Las
neoplasias malignas crecen por infiltración,
invasión, destrucción y penetración en el tejido adyacente y de manera continuada. Los
cánceres no tienen una cápsula bien definida pero sí prolongaciones que son las que
permiten la infiltración local. La metástasis es la característica que mejor permite
diferenciar entre tumores malignos o benignos seguida de la capacidad de invasión local.
TERATOMAS
Los teratomas tienen tejidos o células maduras o
inmaduros que representan una, dos o incluso las
tres capas germinales. Los teratomas derivan de
células totipotentes gónadales, es decir, células
pluripotenciales como las que están en el ovario y en
el testículo e incluso en raras ocasiones de restos
embrionarios que se encuentran en la línea media.
Como estas células tienen la capacidad de poderse diferenciar a cualquier otro tipo de
células de un organismo adulto pueden dar lugar a neoplasias que parecen trozos de
hueso, epitelio, grasa, músculo, nervio u otros tipos de tejidos. Es un teratoma benigno o
maduro si encontramos que los componentes están bien diferenciados o maduros y será
maligno si no están bien diferenciados. Un ejemplo de teratoma benigno es un quiste
dermoide y de teratoma maligno un teratocarcinoma.

METÁSTASIS
Es la aparición de implantes secundarios lejanos al tumor primario. Si un tumor ha
generado metástasis entonces es maligno pero la capacidad de metastatizar de cada
cáncer es diferente; unos pueden poseer una gran capacidad invasiva pero no
metastática mientras que otros pueden metastatizar ya desde el inicio. Cuanto mayor sea
el tamaño del tumor primitivo mayor capacidad de metástasis. Pero esta regla no se
cumple siempre por lo que hay muchas excepciones.
Los tumores malignos pueden
migrar de tres formas diferentes:
1. Siembra de las cavidades
corporales - Se produce cuando
un tumor invade una cavidad
corporal. Un ejemplo sería el
carcinoma de colon que atraviesa
las paredes del intestino para
llegar hasta la cavidad peritoneal.
2. Propagación linfática - Es
habitual en carcinomas. En este
tipo se depende mucho de la
localización del tumor inicial y de
las vías linfáticas que haya en esa región. Las células pueden infiltrar todos los ganglios
hasta alcanzar el compartimento vascular, es decir, en ocasiones las células pueden
atravesar conductos linfáticos de los ganglios cercanos para llegar a otros más lejanos y
así producir metástasis. Como ejemplo está el carcinoma pulmonar que está en las vías
respiratorias el cual primero metastatiza a los ganglios regionales y posteriormente a los
ganglios traqueobronquiales y luego a los hiliares.
3. Propagación hematógena - Es muy habitual en los sarcomas. Es mucho más difícil
infiltrarse en arterias que en venas. Los implantes secundarios suelen encontrarse en los
pulmones y en el hígado cuando se da este tipo de migración.
RASGOS MORFOLÓGICOS DE LOS TUMORES
MALIGNOS
Pleomorfismo: son importantes variaciones de
forma y tamaño que son notables en muchas
células anaplasicas. Los núcleos son igual de
grandes que el citoplasma y además poseen
mucha cromatina dando lugar, en ocasiones a
células gigantes.
Anaplasia: es una pérdida de diferenciación
funcional o estructural de células normales, es
decir hay una falta de diferenciación de las células precursoras. Un rasgo fundamental de
la malignidad es la anaplasia por ello a muchos tumores malignos se les denomina a
veces tumores anaplásicos. Cuanto mayor sea la anaplasia, mayor posibilidades de
metástasis habrá.
Índice Mitótico: En tumores malignos es habitual que haya mitosis en regiones no
comunes del interior epitelial por lo que pueden aparecer en zonas basales o superficiales
de la piel. Las mitosis suelen ser abundantes y en ellas se pueden observar husos
múltiples con formas incluso tripolares y cuadripolares.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS GENERALES DE LOS PROCESOS NEOPLÁSICOS
En muchos casos de cáncer hay también
síndromes paraneoplásicos, es decir,
manifestaciones clínicas que se localizan en
regiones del organismo que no mantienen ninguna
relación de afectación directa con la neoplasia
maligna. Su origen está en algunas sustancias del
tumor maligno que ingresan en el torrente
sanguíneo provocando lesiones en órganos y
tejidos distantes aunque la neoplasia maligna no
se haya propagado a esos tejidos u órganos.

BIBLIOGRAFÍA
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