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Roma Imperial3.

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Roma Imperial

Contexto sociocultural de la roma imperial

En un principio Roma fue una ciudad-estado monárquica. La sociedad romana


estaba dividida entre los patricios, los clientes, los plebeyos y los esclavos. Los
patricios eran los más poderosos, grandes propietarios de tierras. Eran los únicos
“ciudadanos” romanos, podían votar y ser elegidos para cargos públicos y
religiosos. Los clientes eran extranjeros que se ponían bajo la protección de un
patricio, recibiendo ayuda económica y protección judicial. El cliente pagaba estos
servicios con trabajo y participando en la guerra junto a su protector. Los plebeyos
eran los miembros de la plebe (el pueblo). Este grupo social estaba constituido por
los extranjeros y los clientes que habían dejado de gozar de la protección de los
patricios. Eran hombres libres pero no ciudadanos. Estaban excluidos de la vida
política y religiosa y les estaba prohibido casarse con miembros del patriciado. Los
esclavos eran prisioneros de guerra. Se dedicaban a las tareas más pesadas y
carecían de todo derecho.

La República romana dominaba una vasta extensión de tierra con enormes


recursos naturales y humanos. La economía en la antigua Roma se mantuvo
concentrada en la agricultura y el comercio, como actividades principales. A
cambio de poseer y explotar las tierras, la población pagaba impuestos al Estado.
En la economía de la Antigua Roma, la agricultura estaba valorada como una
actividad prestigiosa, pues dicha civilización tenía como origen a una sociedad
agrícola y ganadera. La producción artesanal era muy variada y prácticamente
todos los trabajos de edificación de locales les eran encargados a los artesanos de
la ciudad. La actividad minera fue de gran importancia como fuente de recursos
para la Antigua Roma. Así, de la Galia se obtenía el hierro, mientras que las minas
de Britania aportaban cobre y las minas de Pangeo (Grecia) ofrecían oro. El
mármol se conseguía de las minas de la Isla de Paros y del Pentélico.

Descubrimiento de la cultura etrusca.

La civilización etrusca floreció en el centro de Italia entre los siglos VIII y III a. C.
Una cultura que fue famosa en la antigüedad por sus ricos recursos minerales y
por ser una de las principales potencias comerciales del Mediterráneo. Gran parte
de su cultura e incluso de su historia fue borrada o asimilada dentro la historia de
su conquistadora, Roma. La cultura etrusca influyó decisivamente en algunos
aspectos del arte romano. El arte etrusco es reconocido por ser figurativo y estar
relacionado con los rituales funerarios; inspirado de los modelos de arte oriental de
Egipto El comercio fue una de sus actividades económicas más importantes. A
través del Mediterráneo comerciaron con cerámicas, objetos de lujo y minerales,
especialmente hierro, gracias a que eran grandes navegantes. Tuvieron un
sistema de escritura compuesto por caracteres griegos.

Roma como mayor urbe de la antigüedad

La historia de Roma se remonta al siglo VIII a. C., cuando un grupo de pastores y


agricultores se estableció en una colina cercana al río Tíber. Con el tiempo, esta
pequeña comunidad creció y se expandió hasta convertirse en una gran ciudad-
estado.

Durante los siguientes siglos, Roma se expandió por todo el Mediterráneo,


conquistando territorios y convirtiéndose en una de las potencias más importantes
del mundo antiguo.

La ciudad de Roma es considerada una de las urbes más importantes de la


antigüedad. Su legado cultural, arquitectónico y político ha influido en la historia
mundial hasta nuestros días. Desde la fundación de la ciudad en el siglo VIII a. C.,
pasando por su época de expansión y dominio del Mediterráneo, hasta su caída
en el siglo V d.C., Roma ha sido una ciudad clave en la historia de la humanidad.

Su patrimonio arquitectónico es uno de los más ricos del mundo. El Coliseo, el


Foro Romano, el Panteón, el Arco de Constantino, la Basílica de San Pedro, son
solo algunos ejemplos de la grandeza de esta ciudad. Además, la influencia de la
cultura romana se puede apreciar en todo el mundo occidental, desde la lengua
hasta la religión, pasando por la literatura, el arte y la filosofía.

Características propias de la cultura romana en la arquitectura y en la


pintura.

La cultura romana se caracterizó por su gran influencia en la arquitectura y la


pintura. La arquitectura romana se distinguió por su uso de materiales duraderos
como el mármol y el hormigón, así como por su énfasis en la simetría y la
proporción. La pintura romana, por otro lado, se centró en temas históricos y
mitológicos y se caracterizó por su uso de colores brillantes y contrastantes.

En la arquitectura romana, los edificios eran grandes y majestuosos, con columnas


y arcos que daban una sensación de grandeza y poder. Los templos y anfiteatros
eran especialmente impresionantes, con detalles intrincados y esculturas
decorativas. En cuanto a la pintura, los artistas romanos solían utilizar técnicas de
fresco para crear murales en las paredes, con figuras humanas y animales
detalladas y realistas.
Obras más relevantes para la época.

1. El monumento principal de la Roma Antigua.

El Coliseo es el principal monumento de la Antigua Roma. En este anfiteatro se


dieron luchas de gladiadores, espectáculos de caza de animales salvajes y un
montón de barbaridades más. Tenía capacidad para 50.000 espectadores.

2. El Foro Romano
En el Foro Romano se desarrollaba la vida cotidiana de la Antigua Roma. Es por
eso que es uno de los monumentos de Roma más famosos. Aquí tenía lugar la
vida religiosa, comercial, política y social. Las ruinas que quedan del Foro Romano
son de templos, del Senado, de los baños públicos, de antiguas plazas.

3. La Fontana di Trevi, uno de los monumentos romanos más visitados.

La Fontana di Trevi es la fuente más monumental de Roma y una de las más


hermosas del mundo. La historia de esta fuente se remonta a los tiempos del
emperador Augusto. Según la leyenda, fue una misteriosa doncella la que indicó al
General Agripa el emplazamiento del manantial, en las afueras de Roma. Para
traer el agua a la ciudad, Agripa construyó un acueducto (terminado el año 19
a.C.), que en honor de aquella doncella se llamó Acqua Virgo.
4. El Panteón, uno de los más importantes de Roma.
El Panteón es uno de los monumentos de Roma más famosos. Fue construido en
el 118 d.C y es de planta circular. Lo curioso del Panteón es su cúpula abierta
(conocido como oculus) por la que entra el Sol o la lluvia.
El panteón fue el primer edificio clásico transformado en iglesia. En el año 608 el
emperador bizantino Focas (dueño de Roma en aquel momento) se lo ofreció al
Papa Bonifacio IV. De este modo, el antiguo templo dedicado “a todos los dioses
de Roma” se convirtió en la iglesia de Santa Maria ad martyres, dedicada a los
mártires de las persecuciones. Gran cantidad de huesos procedentes de todas las
Catacumbas de Roma fueron trasladados a esta nueva iglesia.

5. San Pedro del Vaticano.

La Basílica de San Pedro del Vaticano se levanta sobre la tumba del apóstol San
Pedro, ubicada en una necrópolis del siglo I. La primera basílica vaticana fue
construida por el emperador Constantino en el siglo IV, y estuvo en pie durante
más de 1.000 años, hasta que los Papas del Renacimiento la derribaron para
poder levantar la que hoy contemplamos.
6. Plaza Navona.
La característica forma alargada de Piazza Navona se debe al estadio de
Domiciano (de finales del siglo I), sobre cuyas ruinas se levantaron en la Edad
Media casas y palacios. Pero su gran transformación se acometió en época
barroca, por voluntad del papa Inocencio X Pamphili (+1655), que tenía en esta
plaza el palacio familiar (actual embajada de Brasil) y quiso convertirla en la plaza
más espectacular de la ciudad. Hoy es la plaza barroca de Roma por excelencia.

Su principal atracción es, sin duda, sus tres fuentes barrocas: la Fontana de
Neptuno, la Fontana de los Cuatro Ríos y la Fontana del Moro.

7. Las catacumbas de Roma.

Desde tiempos remotos, la ley romana prohibía enterrar a los muertos dentro de la
ciudad. Las necrópolis se situaban por ello fuera de los muros de la urbe, a lo
largo de las principales vías consulares que salían de Roma y ahí es donde se
encuentran hoy las catacumbas. Se utilizaron estas galerías subterráneas para
enterrar a la población. Las más importantes son las catacumbas de San Calixto,
San Sebastián y Domitila.
8. Las Termas de Caracalla
Las Termas de Caracalla son uno de los monumentos de Roma más antiguos que
se conservan. Se trata de un complejo termal que Caracalla mandó construir en el
año 217. La higiene era muy importante en aquellos tiempos, pero además de
bañarse, las termas eran un sitio lúdico donde venir a hacer deporte, pasear por
los jardines o leer en la biblioteca.

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