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Met Valor Im Ambient

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METODOLOGIA PARA LA VALORACION ECONOMICA

DE LOS BIENES AMBIENTALES.

2.1 Características de los métodos para el cálculo económico


de los bienes ambientales.

La valoración monetaria indica el valor en términos de dinero, de las


magnitudes físicas y psíquicas obtenidas en la evaluación de los agentes
medioambientales, por cuanto es parte de la evaluación. El objetivo de los
métodos de valoración monetaria es estimar las variaciones del bienestar,
producto del cambio de los patrones de calidad en el medio ambiente. La
valoración es un complemento de la evaluación de las políticas
medioambientales, puesto que es necesario la cuantificación de las unidades
físicas en unidades monetarias, para efectos de homogeneización y permitir
expresar los cálculos en términos económicos. La metodología de
cuantificación debe seguir ciertas pautas enmarcadas por principios éticos y
morales.

El problema práctico de la valoración económica es el de obtener estimados


creíbles en un contexto en el que no existen mercados para los bienes en
cuestión. Esta discusión es importante para los países en vías de desarrollo,
que por lo general son los que tienen la mayor riqueza en recursos naturales y
diversidad biológica. La discusión práctica en estos países entre desarrollo y
ambiente usualmente asigna una baja prioridad al ambiente y los recursos
naturales. Se piensa que destinar recursos para proteger la biodiversidad, sería
como gastar en un bien de lujo cuando la malnutrición y el desempleo son
problemas más apremiantes. (Villegas, 2003).

Una dificultad presente en la gestión de recursos medioambientales es la ausencia


de mercados que asignen un valor económico a sus funciones.

Existen una clasificación según el modo de proceder en la valoración,


separando la valoración en dos metodologías: métodos directos y métodos
indirectos, los cuales se detallan a continuación:
2.1.1 Métodos Directos de Valoración Monetaria.

Los métodos directos son aquellos que obtienen el valor monetario, de las
disposiciones a pagar por un bien medioambiental o de la petición de
indemnización que pide un ser humano frente a la afección de su medio, por
un agente externo.

No efectúa comparaciones con las unidades físicas, se lleva a cabo dentro de


mercados reales y también dentro de mercados hipotéticos, a través de
simulaciones y encuestas directas sobre los afectados.

Ciertas características en el impacto ambiental, como por ejemplo, la ubicación


del fenómeno, el tiempo de duración, la cantidad de afectados, etc. impiden
utilizar el mercado como una fuente de información, siendo necesario
preguntar a los implicados (mediante encuestas y test) acerca de los cambios
que estos esperan (ex ante), o por los cambios ya producidos (ex post), en
cuanto a su bienestar y calidad de vida.

Los principales y más comunes métodos directos se explican a continuación:

Método del coste de desplazamiento: Cuando sucede una afección tal que
el lugar donde se reside se vuelve inhabitable, será necesario trasladarse a
otro lugar mejor, este traslado trae una serie de costos para los seres
humanos. Este método requiere de un gran número de datos, los cuales son
mayormente difíciles de recopilar y analizar, por otro lado las variables
seleccionadas pueden no satisfacer las expectativas trazadas.

Este método parte de una relación entre un bien público y otro privado, se
fundamenta en que a mayores costos privados esté dispuesto a soportar el
agente económico (ser humano) para disfrutar de un bien público, mayor será
el valor que tendrá el mencionado bien para el agente económico. Si fuera el
caso que el aprovechamiento del bien público fuera gratuito, en este caso se
deberá tener en cuenta los costos privados para poder acceder al bien público,
de este modo se considera el valor de los bienes y servicios privados, que el
agente económico esta dispuesto a pagar para acceder al bien público.
Método de variación en el precio de los bienes: Este método se basa en la
relación entre los precios de los bienes de mercado (muebles e inmuebles) y la
calidad ambiental del lugar donde se encuentran (calidad de aire, pureza del
agua, ruidos, paisaje urbano, etc.).

Como regla general se sabe que los precios de los bienes son mayores en las
zonas donde la calidad ambiental es mayor, por tanto si se tuviera dos bienes
inmuebles exactamente iguales, ubicados en distintas zonas, la diferencia
entre el precio que la gente estaría dispuesto a pagar por cada uno, indicaría el
valor monetario atribuido a la calidad medioambiental de cada zona.

Sin embargo, este método no considera otros agentes como son los costos de
mudanza, y mucho menos la cuantificación de factores relacionados con la
vecindad y la costumbre de frecuentar lugares aledaños a la vivienda; otros
factores como los agentes patológicos orgánicos, no pueden ser detectados
por los afectados, por tanto este método solo puede brindar información acerca
de los agentes que pueden ser percibidos por los ciudadanos afectados.

Método de valoración contingente: Este método se basa en encuestas


acerca del precio máximo que están dispuestos a pagar los ciudadanos, por
una “mejora” en el medio ambiente, o también, acerca de cuál sería el precio
mínimo que aceptarían como compensación para soportar determinada
situación nociva.

El proceso consiste en tomar muestras representativas de una localidad, luego


se procede a agrupar los que son homogéneos entre sí, tomando en cuenta
consideraciones como el estrato social, edad, sexo, nivel económico, nivel de
educación, zona de residencia, etc.

La principal ventaja de este método está en la valoración directa que los


ciudadanos hacen acerca de sus preferencias, sin embargo puede perder
credibilidad si estas preferencias se ven afectadas por la influencia de los
productores de bienes, o también por otros ciudadanos consumidores de
bienes.
2.1.2 Métodos Indirectos de Valoración Monetaria.

Los métodos indirectos emplean una estructura en la que se establece la


relación “dosis – efecto”, en donde se determina valores físicos para la
contaminación, para luego proceder a hacer una valoración monetaria.

Estos métodos permiten estimar el valor de los efectos de los impactos sobre
la salud y el confort del ser humano, y los demás seres vivos, así como de los
factores abióticos y la depreciación de los bienes materiales transformados por
el ser humano.

Los principales y más comunes métodos indirectos se explican a continuación:

Método de los costes de prevención (costos evitados): Este procedimiento


parte del supuesto de que los costos de prevención de daños ambientales son
asumidos por toda la sociedad, por lo cual brinda un indicador del valor del
bien examinado. La confiabilidad de este método se ve afectado porque los
costos de prevención de daños ambientales dependen de valoraciones
individuales o sociales, concientización de la sociedad, capacidad negociadora
de grupos, cuestiones presupuéstales, etc.

Método en función de daños: Consiste en la evaluación del conjunto de


perjuicios físicos causados por un determinado agente; la traducción en
términos monetarios se lleva a cabo evaluando el costo de las pérdidas en
recursos materiales (destrucción de viviendas, inutilización de instalaciones,
mobiliario afectado, y demás daños materiales), utilizando para ello el precio
del mercado. También se toma en cuenta los costos producidos por
enfermedades (medicamentos, tratamiento hospitalario) e incapacidad para
trabajar.

Hauwermeiren (1998) expone algunos ejemplos sobre cómo los economistas han
tratado de adjudicar valores monetarios a los bienes medio ambientales; los
métodos ideados son:
1. Métodos de la preferencia relevada:
Con este método se analiza el comportamiento del consumidor con respecto a
bienes asociados con el medio ambiente y a partir de dicho comportamiento se
busca inferir un valor para este último, como ejemplo expone:
a) el caso de los precios de vivienda de igual tamaño, situación,
etcétera; pero con diferentes niveles de calidad del aire, ruido y
calidad visual.

Es posible aislar el valor que los compradores dan a las características


del medio ambiente. Es lo que se llama precios hedónicos.
b) Riesgos y salarios.
Comparan el salario de trabajadores similares con diferentes niveles de
peligro, para identificar como valoran los trabajadores la salud laboral y los
riesgos de accidentes.

c) costo de viaje
Se pretendo descubrir el valor monetario de áreas recreacionales,
investigando que distancia los visitantes están dispuestos a recorrer, cuanto
están dispuestos a pagar por la visita, cuanto tiempo están dispuestos a
emplear en el viaje.

2. Método de preferencia hipotética:


Cuando no existe ningún bien asociado cuya demanda pudiera revelar las
preferencias de la gente, se usa el método de preferencia hipotética.

a) la valoración contingente.
Usa encuestas para preguntarles a las personas cuanto estarían dispuestos
a pagar para asegurar una determinada mejora del medio ambiente o cuanto
aceptarían en compensación por la perdida de un aspecto valiosa de este.

b) la preferencia expresa.
Aquí el cuestionario describe varias situaciones alternativas posibles. Se les
pide a los encuestados ordenar jerárquicamente las alternativas. Al varias la
combinación de atributos en las diferentes opciones, es posible descubrir la
parte del precio que los encuestados estarían dispuestos a pagar para evitar
el impacto ambiental determinado.

3. Método del costo alternativo:


Este método no intenta medir la disposición a pagar sino que mide el costo de
reparar el daño ambiental que ocasiones un proyecto. El mismo no mide
realmente el valor medioambiental y además, un proyecto de reparación no
puede pretender reemplazar las características medioambientales originales
que se han perdido.

En cuanto a las metodologías de valoración económica de los servicios


ambientales estas se pueden clasificar en directas e indirectas siendo ejemplos de
la primera el Método de Valoración de Precios Hedónicos, el Método de Costo de
Viaje, el Método de Costos Evitados e Inducidos.

En cuanto al método directo está el Método de Valoración Contingente. Los


métodos indirectos buscan relacionar un bien ambiental con un bien mercadeable
y a partir de dichas relaciones poder estimar los cambios en los precios del bien
mercadeable que obedece a cambios en la cantidad y/o calidad del bien ambiental
con el que está relacionado. A través de los resultados obtenidos se puede estimar
el valor que posee el bien o servicio ambiental.

2.2 Método de Valoración Contingente.


El método de Valoración Contingente por su parte busca estimar el valor
económico de los bienes y servicios ambientales a través de una encuesta directa
dirigida a la población que hace uso de ellos y a partir de cuyos resultados se
pueda derivar tanto el valor de uso como el valor de existencia del flujo de
servicios en cuestión.

La aplicación de dichas metodologías hoy día está cobrando una importancia


creciente, dada la necesidad de incorporar dentro de las decisiones económicas la
consideración del impacto sobre el medio ambiente. Los procesos de degradación
ambiental a nivel global, en términos generales, y a nivel local, particularmente,
exigen que el enunciado de conseguir un Desarrollo Sustentable pase de la simple
manifestación de "buenas voluntades" para constituirse en acciones concretas que
logren asegurar la capacidad de sustentación económica del medio ambiente. En
función de ello, proporcionar estimaciones acerca de los impactos económicos
sobre el medio ambiente a los agentes que toman decisiones económicas es el
punto de partida para lograr que dichas decisiones se adapten de mejor manera a
los postulados ambientalistas y, tanto o mas importante aún, a los beneficios
económicos y sociales de las generaciones actuales y futuras.

Una de las aplicaciones de los métodos de valoración económica del ambiente


está en determinar el valor de los servicios proporcionados por los parques
naturales a la población y, más específicamente, a la población que acude a estas
áreas de esparcimiento.

Dentro de las razones para las visitas están la búsqueda del disfrute de todos los
beneficios que en general se ofrecen como lo son: tranquilidad, vistas del paisaje,
aire y agua descontaminados, desarrollo de actividades deportivas e investigativas,
etc. Básicamente se busca obtener una estimación, lo más cercana posible a la
realidad, acerca de la máxima disposición a pagar (MDAP) por obtener un
beneficio (o evitar un daño), como la visita a un parque natural, o la mínima
disposición a ser compensado (MDAC) por aceptar un daño (o renunciar a un
beneficio) como el sacrificar una playa al construir una fabrica contaminante en sus
alrededores.

En ese sentido, el desarrollo de dichas metodologías debe orientarse a ampliar la


obtención de la información necesaria no solamente a partir de la población
directamente beneficiada (o afectada) como podría ser los visitantes de un parque
natural. Es importante incluir también a la población que se beneficia menos
directamente de, por ejemplo, el mismo parque, como pueden ser los habitantes
de una ciudad aledaña al mismo que sin estar interesados en visitarlo disfrutan del
aire menos contaminado que el ambiente natural del parque les proporciona.

Los modelos basados en esta metodología asumen, como veremos, que los
consumidores son capaces de manifestar su disposición a pagar por un flujo de
servicios ambiental en un mercado hipotético. Como hemos señalado, para una
playa, por ejemplo, los consumidores valoran atributos cualitativos como la calidad
de aire, la congestión en el área, la calidad del agua y la visibilidad que se tenga
del paisaje. Igualmente, es posible obtener información sobre los valores de opción
y de existencia que los consumidores le otorgan al bien ambiental.
La idea que fundamenta el concepto de valores de opción y de existencia es que
las personas le adjudican valores monetarios a los recursos naturales que son
independientes del uso presente que ellos realicen de estos recursos.

Existen varias razones que motivan esta idea: una está relacionada con las
opciones de preservar los recursos para el uso futuro, otra con la posibilidad de
legar los recursos naturales a las generaciones venideras y otra simplemente
como una actitud altruista hacia el uso que otras personas hagan del recurso
determinado.

Para obtener estimaciones de estos valores es necesario emplear el método de


Valoración Contingente (MVC).

El método de valoración contingente (MVC) intenta averiguar, a través de la


pregunta directa, la valoración que otorgan las personas a los cambios en el
bienestar que les produce la modificación en las condiciones de oferta de un bien
ambiental.
Básicamente, se les pregunta a las personas lo que estarían dispuestos a pagar
por un beneficio y/o lo que estarían dispuestos a recibir a modo de compensación
por tolerar un costo. El proceso de preguntar puede hacerse a través de una
encuesta directa. Lo que se busca son valoraciones personales de los
encuestados frente al crecimiento o la reducción de la cantidad de un bien dado.
Este método puede verificarse mediante técnicas estadísticas de selección de
muestras y/o ecuación de regresión múltiple que explique cómo la variación de
DAP depende o no de la edad, genero, nivel de ingresos, nivel de educación, etc.

El método de valoración contingente (MVC) usa un enfoque directo: básicamente


pregunta a las personas lo que estarían dispuestos a pagar por un beneficio y/o lo
que estarían dispuestos a recibir, a modo de compensación, por tolerar un coste.
Este proceso de "preguntar" puede hacerse, bien a través de una encuesta directa,
bien mediante técnicas experimentales en las que los encuestados responden a
varios estímulos en condiciones de "laboratorio".

Uno de los mayores atractivos del MVC es obtener valoraciones que estén cerca
de lo que aparecería si existiera un mercado real. El mercado hipotético - el
encuestador, el cuestionario y el encuestado - debe, por tanto, ser tan parecido
como sea posible al mercado real.
La persona debe estar, por ejemplo, familiarizada con el bien en cuestión. Si el
bien es una mejora en el paisaje, esto puede lograrse mostrando al encuestado
fotografías del paisaje con y sin determinados niveles de contaminación. El
encuestado también debe estar familiarizado con los medios de pago hipotéticos,
digamos, un impuesto local o un cobro por entrada, que se conocen como el
vehículo de pago.

El encuestador sugiere la primera valoración - "la puja (precio) de partida" - y el


encuestado dice si estaría dispuesto o no a pagarlo. A esto le sigue un proceso
iterativo: el precio del punto de partida se incrementa para ver si la persona
seguiría estando de acuerdo en pagarlo y así hasta que el encuestado declara que
no está dispuesto a pagar el incremento adicional de la factura.

La última valoración aceptada, por tanto, es la máxima disposición a pagar


(MDAP). El proceso funciona a la inversa si el objetivo es obtener la disposición a
ser compensado (DAC): las valoraciones se reducen sistemáticamente hasta que
se llega a la mínima disposición a ser compensado del encuestado (MDAC).

El cuestionario

El cuestionario se diseña para hacer que las personas consideren y manifiesten su


MDAP (o su MDAC) por determinada característica del ambiente. Este cuestionario
tiene tres componentes esenciales:

1. Un planteamiento claro para que las personas conozcan exactamente lo que se


va a evaluar con relación a la característica o sitio ambiental.

2. Un conjunto de preguntas que hará una descripción del encuestado en formas


económicamente relevantes, por ejemplo, ingreso, ubicación de la residencia, edad
y utilización de bienes relacionados.

3. Una pregunta, o agrupación de preguntas, diseñada para deducir la DAP del


encuestado de acuerdo con las respuestas.
El propósito central del cuestionario consiste en deducir el cálculo de lo que valen
las características ambientales para los encuestados a partir de sus respuestas.
En términos económicos esto significa hacer que ellos den a conocer la cantidad
máxima que estarían dispuestos a pagar en vez de renunciar al beneficio referido.
Con el fin de obtener esa respuesta se han utilizado varias técnicas. La más obvia
consiste en solicitar abiertamente a las personas que suministren la cantidad, sin
iniciar o instigar por parte del entrevistador. Otros enfoques incluyen la utilización
de un juego de remate, en el cual el entrevistador comienza con una oferta en un
nivel bajo e incrementa progresivamente el valor hasta que el usuario indica que
ha llegado a su límite superior. De manera alternativa, el entrevistador podría
comenzar con una cifra alta y disminuirla hasta llegar al punto donde se encuentre
el valor de umbral del entrevistado.

El Modelo Logit

Para apreciar cómo se maneja esta metodología, consideremos el siguiente


modelo:

Yi = b1 + b2Xi + ui (1)

Donde X = ingreso familiar

Y = 1 si la familia esta dispuesta a pagar

= 0 si la familia no esta dispuesta a pagar.

Modelos como el de la anterior ecuación, que expresan la variable dicotómica Yi


como una función lineal de las variables explicativas Xi, se denominan modelos de
probabilidad lineal (MPL), puesto que E (Yi/Xi), la esperanza matemática
condicional de Yi dado Xi, puede interpretarse como la probabilidad condicional de
que el evento ocurra dado Xi. Es decir, Pr (Yi = 1|Xi). Por tanto, en el caso anterior
E (Yi|Xi) constituye la probabilidad de que una familia cuyo ingreso sea de Xi, esté
dispuesto a pagar por una mejora ambiental. Asumiendo que E (ui) = 0, como
siempre (para obtener los estimadores insesgados), obtenemos:

E (Yi|Xi) = b1 + b2Xi (2)

Siendo Pi = probabilidad de que Yi = 1 (es decir, que el evento ocurra) y


1 - Pi = probabilidad de que Yi = 0 (es decir, que el evento no ocurra).

Por tanto, por la definición de esperanza matemática, obtenemos:

E (Yi) = 0(1 - Pi) + 1(Pi) = Pi (3)

Comparando (2) con (3) podemos igualar:

E (Yi|Xi) = b1 + b2Xi = Pi (4)

Esto es, la esperanza condicional del modelo (1) puede interpretarse


efectivamente como la probabilidad condicional de Yi. Se debe dar la siguiente
restricción:

0 # E (Yi|Xi) # 1 (5)

Consideremos ahora la siguiente representación para la disposición a pagar:

Pi = E (Y = 1|Xi) = 1/1 + e- (b1 + b2Xi) (6)

Donde e es la conocida base del logaritmo natural. Para hacer la exposición más
sencilla, escribamos (6) como:

Pi = 1/1 + e-Zi (7)

Donde Zi = b1 + b2Xi.

La ecuación (7) representa lo que se conoce como función de distribución logística


(acumulativa).

Es fácil verificar que dado que Zi está comprendida entre - % hasta + %, Pi está
entre 0 y 1 y que Pi está relacionada en forma no lineal con Zi (es decir, Xi),
satisfaciendo así los requisitos considerados anteriormente. Pero parece que al
satisfacer estos requisitos hemos creado un problema de estimación, puesto que
Pi es no solamente no lineal en X sino también en las b, como puede apreciarse
claramente en (6). Esto significa que no podemos utilizar el procedimiento de
Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO) conocido para estimar los parámetros. Sin
embargo, este problema es más aparente que real, puesto que (6) es
intrínsecamente lineal, lo cual se puede demostrar de la siguiente manera.
Si Pi, la probabilidad de estar dispuesto a pagar, esta dada por (7), entonces, (1 -
Pi), la probabilidad de no estar dispuesto a pagar es:

1 - Pi = 1/ 1 + eZi (8)

Por tanto, podemos escribir:

Pi/1 - Pi = eZi (9)

Ahora bien Pi/1 - Pi sencillamente corresponde a la probabilidad de estar dispuesto


a pagar, o sea, la razón entre la probabilidad de que una familia esté dispuesta a
pagar y la probabilidad de que no esté dispuesta a pagar por la mejora ambiental.
Por tanto, si Pi = 0,8 esto significa que hay una razón de 4 a 1 a favor de que la
familia esté dispuesta a pagar. Ahora, si tomamos el logaritmo natural de (9)
obtenemos un resultado muy interesante:

Li = ln (Pi/1 - Pi) = Zi = bi + b2Xi (10)

Es decir, L, el logaritmo de la razón de las dos probabilidades, no solamente es


lineal en X sino (desde el punto de vista de la estimación) lineal también en los
parámetros. L se denomina el logit y, por tanto, recibe el nombre de modelo logit
para aquellos similares a (10). (Damodar N. Gujarati, 1992).

2.3 Método del Costo de Viaje.

Este método es utilizado para calcular el valor monetario de espacios naturales, el


cual, para su conservación implica unos costos monetarios y unos costos de
oportunidad (lo que se deja de ganar en la explotación para dejar el espacio como
reserva).
Para considerar un mejor cálculo de los bienes ambientales de esta empresa
dividiremos los bienes ambientales de la siguiente forma:
La respuesta que da la economía del medio ambiente es el concepto de Valor
Económico Total (VET).
El Valor Económico Total comprende el Valor de Uso (VU) y el Valor de No-Uso
(VNU) del recurso; y busca abarcar los valores que son monetarizables y los que
no lo son. (Manasinghe, 1993)
El Valor de Uso: Es aquel que se asocia a algún tipo de interacción entre el
hombre y el medio natural, y tiene que ver con el bienestar que tal uso proporciona
a los agentes económicos. Puede adquirir las tres formas siguientes:
1. El Valor de Uso Directo (VUD) corresponde al aprovechamiento más rentable, o
más común, o más frecuente del recurso. Es lo que en el yacimiento de cobre
puede dar en metal comercializable en alguna de sus fases de procesamiento, de
acuerdo a las demandas del mercado. Pero también puede incluir ciertos
subproductos como la chatarra, la escoria, los lodos, etc., considerados a menudo
como simples desechos sólidos, pero que pueden tener algún uso económico. O
ciertos gases potencialmente recuperables (como el SO2 para la producción de
ácido sulfúrico).
Debe anotarse que tal Uso Directo puede ser comercial o no-comercial. Muchos de
los usos alternativos pueden ser importantes, como las necesidades de
subsistencia de las comunidades locales, o para el deporte de montaña, o un valor
paisajístico excepcional, por ejemplo. No se restringe, pues, a aquello que significa
valor en términos de ganancia privada. Por otro lado, en los usos comerciales, esto
puede tener relevancia tanto para los mercados locales como para los
internacionales.
De todos modos, los valores comerciales son, en general, mucho más fáciles de
medir que los valores no-comerciales.

2. El Valor de Uso Indirecto (VUI) corresponde a las funciones ecológicas o


ecosistémicas, como lo plantean los autores Pearce et al ( ); Barbier et al ( ). Estas
funciones ecológicas cumplen un rol de regulador o de apoyo a las actividades
económicas que se asocian al recurso. La zona donde se ubica el yacimiento
puede ser, por ejemplo, parte del equilibrio del ecosistema de montaña; o parte de
un área de alto valor ecológico; o, en un área volcánica, servir de barrera de
contención de lavas.
El mayor problema con el Uso Indirecto es su casi total ausencia de los mercados,
por lo que es difícil darle valor y no se le considera normalmente en la toma de
decisiones económicas.
3. El Valor de Opción (VO) corresponde a lo que los individuos están dispuestos a
pagar para postergar el uso actual y permitir el uso futuro del recurso. Es decir, no
para usarlo hoy sino mañana, en cualquiera de las posibilidades señaladas. Es
algo así como un seguro, cuyo objetivo es precaverse ante un futuro incierto; pero
que contempla igual su uso.
Barbier et al (Barbier et al, 1997), habla también de Valor de Cuasi-Opción, para
hacer referencia al tema específico de la información, que puede ser útil hoy para
la planificación de desarrollos futuros. Esto se relaciona con los esfuerzos
continuos para mejorar las estimaciones de reservas de minerales.

El valor de opción está relacionado con la posibilidad de usar dichos bienes y


servicios en un período posterior, y el valor de existencia o intrínseco que surge a
partir de la consideración del valor del medio ambiente por el mero hecho de existir
para las generaciones actuales y futuras aunque no se use en el sistema
económico.

El Valor de No-Uso, que al revés del anterior no implica interacciones hombre-


medio, se asocia al valor intrínseco del medio ambiente, y puede adquirir las dos
formas siguientes:

1. El Valor de Existencia (VE) corresponde a lo que ciertos individuos, por razones


éticas, culturales o altruistas, están dispuestos a pagar para que no se utilice el
recurso ambiental, sin relación con usos actuales o futuros. En otras palabras, la
actitud de los amantes de las especies salvajes o nativas, de la belleza natural, de
la salvación de ecosistemas únicos (el desierto florido, o los campos de hielo, por
ejemplo).
2. El Valor de Legado (VL), para algunos es difícil de separar del anterior,
corresponde al deseo de ciertos individuos de mantener los recursos ambientales
sin tocar, para el uso de sus herederos y de las generaciones futuras. No hace
referencia a usos futuros definidos por esta generación, sino que deja la decisión
para las que vendrán.
Puesto en forma de ecuación, el Valor Económico Total (VET) queda entonces así:

VET = VU + VNU = (VUD + VUI + VO) + (VE + VL)


Donde:
VET = VALOR ECONOMICO TOTAL
VU = VALOR DE USO
VNU = VALOR DE NO USO
VUD = VALOR DE USO DIRECTO
VUI = VALOR DE USO INDIRECTO
VO = VALOR DE OPCION
VE = VALOR DE EXISTENCIA
VL = VALOR DE LEGADO

Esta es la ecuación que sintetiza los conceptos más aceptados para enfrentar la
valorización económica de los recursos naturales y los impactos ambientales, su
instrumentalización y su incorporación en la política de desarrollo y la toma de
decisiones. (Gómez, 1994).
VET= VUD+VUI+VO+VE

Donde:
VET: valor económico total.
VUD: valor de uso directo.
VUI: valor de uso indirecto.
VO: valor de opción.
VE: valor de existencia.

La valoración monetaria indica el valor en términos de dinero, de las magnitudes


físicas y psíquicas obtenidas en la evaluación de los agentes medioambientales,
por cuanto es parte de la evaluación. El objetivo de los métodos de valoración
monetaria es estimar las variaciones del bienestar, producto del cambio de los
patrones de calidad en el medio ambiente. La valoración es un complemento de
la evaluación de las políticas medioambientales, puesto que es necesario la
cuantificación de las unidades físicas en unidades monetarias, para efectos de
homogeneización y permitir expresar los cálculos en términos económicos. La
metodología de cuantificación debe seguir ciertas pautas enmarcadas por
principios éticos y morales.

Estos métodos son aplicables tanto a la valoración de los agentes y bienes


medioambientales, como a los efectos que originan ciertos agentes externos
produciendo impactos en el medio ambiente, siendo el efecto principal el de la
contaminación.
2.3.1 El enfoque del “Valor Económico Total” para la valoración de bienes ambientales.

Como se ha mencionado anteriormente un rasgo característico de muchos


bienes ambientales, es la multitud de beneficios que proporcionan, y muchos
de estos beneficios se pierden por el impacto ambiental de una actividad
económica. Algunos de estos beneficios están relacionados con el uso, directo
o indirecto, del bien ambiental, mientras que otros, cuya cuantificación es más
complicada, nada tienen que ver con su uso. Esta variedad de beneficios se
ven agregados en el concepto económico “valor económico total”, que es igual
a la suma del valor de uso real directo, el valor de uso indirecto, el valor de
opción y el valor de existencia.

El valor de uso real directo se deriva de la utilización tangible que se da a los


recursos naturales, como por ejemplo, el agua corriente de algún río, la madera
de un bosque o de una selva o los productos farmacéuticos o alimenticios que
de ellos pueden extraerse. Por su parte un valor de uso indirecto sería la
conservación de suelos y la recarga de acuíferos que proporciona un bosque,
el control biológico que ejerce cierta especie sobre otra o la generación de
nutrientes para pesquerías costeras por parte de manglares.

Los valores de uso futuro se dividen en dos tipos de valor el de opción y el de


cuasi-opción. El valor de opción trata básicamente de la expresión de una
preferencia, una disposición a pagar por la conservación de un ambiente frente
a alguna probabilidad de que el individuo se convierta en usuario del mismo en
algún momento futuro. Lo anterior implica que hay individuos dispuestos a
pagar el excedente del consumidor que reciben de un bien ambiental para su
conservación, este excedente del consumidor es el exceso de disposición a
pagar sobre lo que se especifica como costo para el individuo (ver gráfico 1) y
debido a que las decisiones se toman sobre la base de lo que se espera, se
puede decir que el excedente del consumidor relevante es el esperado (ECE),
que se define como el producto de multiplicar el cambio en el excedente del
consumidor obtenido con el consumo de dicho bien por la probabilidad de que
el bien no desparezca.
Sin embargo, dada la incertidumbre de la oferta, y dado el hecho de que a la
mayor parte de las personas no les gusta ni el riesgo ni la incertidumbre, un
individuo estaría dispuesto a pagar más del excedente del consumidor
esperado (ECE) para asegurar que podrá hacer uso del bien ambiental más
adelante. La disposición a pagar total se denomina precio de opción (PO) y
comprende el excedente del consumidor esperado más el valor de opción (VO),
donde este último es el pago adicional que se hace para asegurar la
disponibilidad futura del bien ambiental (Pearce y Turner, 1990):

PO = ECE + VO (1)

VO = PO - ECE (2)

Por su parte, el valor de cuasi-opción refleja el beneficio neto obtenido al


posponer una decisión, en espera de despejar parcial o totalmente la
incertidumbre mediante la obtención de una mayor información. Es como un
premio al riesgo que la gente estaría dispuesta a pagar para posponer una
actividad que si es llevada a cabo impedirá tomar una decisión mejor informada
en un momento posterior.
Fisher y Hanemann (1985) señalan que hay al menos dos vías por las que la
conservación de los recursos naturales puede aumentar el bienestar futuro de
los individuos. En primer lugar, a través de la conservación de las especies
animales y vegetales, se mantiene una información genética que, en el futuro,
puede ser de gran utilidad en alguna actividad socioeconómica. En segundo
lugar, es importante el mantenimiento de los distintos sistemas, ya que la
desaparición de ciertas especies o subsistemas puede poner en peligro la
propia consistencia del sistema global donde cada componente puede haber
desarrollado alguna característica que resulta imprescindible para el equilibrio
del conjunto (Johansson,1990).

Finalmente, el valor de existencia es un valor que se otorga a un bien ambiental


y que no está relacionado con ningún uso ni actual ni futuro del bien,
sencillamente se valora positivamente su mera existencia. Para determinarlo,
los economistas han sugerido una serie de valores que se atribuyen a algún
tipo de preocupación por otras personas u otros seres, entre ellos se encuentra
el valor legado, que se relaciona con la disposición a pagar por conservar el
medio ambiente para el beneficio de nuestros herederos o de las generaciones
futuras en general, el valor donación que corresponde a la disposición a pagar
por la conservación ambiental para el disfrute de una persona actual, como un
amigo o un pariente y el valor simpatía que corresponde a la disposición a
pagar por la conservación ambiental debido a la simpatía por las personas o los
animales, este motivo que conlleva a una valoración es más relevante para el
valor de existencia que los dos valores económicos anteriores, los cuales se
asemejan más a un valor de uso ya sea actual o futuro.

2.3.2 Aspectos éticos de la valoración económica.

El proceso de valoración económica es antropocéntrico, es decir, el valor a la


naturaleza, a los recursos naturales y al medio ambiente en general lo da su
relación con el ser humano, aunque muchas personas defienden que los
recursos naturales tienen valores propios y que este valor no es solo
determinado por las preferencias que los hombres tienen sobre ellos.
Sobre lo anterior, se aclara que la valoración de las personas por o contra los
cambios ambientales es llamado valor económico y consiste esencialmente en
determinar la curva de demanda para los bienes y servicios ambientales, por
otro lado existe la valoración implícita que reside en los bienes ambientales que
se conoce como valor intrínseco, el cual no es cuantificable, pero ha tratado de
ser incorporado en la valoración económica con los valores de existencia.

Algunos argumentan que la valoración de ecosistemas es imposible e


imprudente; que no se puede poner un valor en algo intangible como la vida
humana, la estética ambiental, o los beneficios ecológicos a largo plazo. Pero
de hecho, esto se hace todos los días, por ejemplo cuando se establecen
estándares (normas de construcción) para carreteras, puentes y vías alternas
para peatones, se esta valorando la vida humana, porque gastando más dinero
en las construcciones se salvarían vidas humanas.

Así, el ejercicio de valorar los servicios que proporciona el capital natural se


puede establecer con la valoración marginal, la cual consiste en determinar los
impactos que los cambios relativamente pequeños en los servicios del
ecosistema producen en el bienestar humano. Estos cambios en los beneficios
o costos tienen un impacto en el bienestar humano a través de los mercados
establecidos o a través de las actividades de no mercado. Por ejemplo, los
arrecifes de coral proveen de hábitat a los peces, es así como cambios en la
cantidad o calidad del arrecife puede tener un impacto en los mercados de
pesquería comercial o en la pesca recreativa. Sin embargo, otros aspectos del
valor de los arrecifes de coral, como el buceo recreativo y la conservación de la
biodiversidad no pueden ser mostrados completamente en los mercados.

2.4 Método de los Costos Evitados o Inducidos.

El hecho de carecer de mercado no impide que los bienes ambientales estén


relacionados con bienes que sí lo tienen. Podemos analizar la posibilidad que el
bien ambiental esté relacionado con algún bien privado de una forma muy
concreta: entrando a formar parte con él, como sustitutivo, de una determinada
función de producción.
El problema de la sobreexplotación de los recursos naturales, sobre todo en los
países no desarrollados, es objeto de creciente y merecida atención. Aspectos
como la progresiva desertización y deforestación de regiones anteriormente
productivas, debido a una demanda no controlada de leña, combustible y pastos

Este trabajo nos llevará a notables conclusiones para probar así, si es factible este
método para el cálculo del valor económico, observando siempre las dificultades
que trae la explotación para las personas que viven cercanas a este lugar, como es
el caso de la Comunidad de los Mangos.

El método de costos evitados proporciona la estimación de un valor para los


recursos naturales basándose en los costos en que incurren las personas para
evitar los posibles daños causados por la pérdida de los servicios que prestan
dichos recursos.

Este método utiliza el valor del gasto en protección o el costo de las acciones
tomadas para evitar daños ambientales como una aproximación a la valoración
que da la sociedad a los flujos de servicios proporcionados por los
ecosistemas. Por ejemplo, si un bosque tiene la característica de proteger
contra inundaciones a una población, el valor económico de este bosque se
puede estimar por los costos que se evita la población al no ocurrir una
inundación o por los gastos que hace la población para proteger las
características del bosque que evitan las inundaciones.

Este método es muy utilizado cuando las instituciones no cuentan con un


presupuesto disponible para un estudio de valoración y están interesadas en
valorar un recurso natural que preste un servicio a la sociedad o los servicios
de los ecosistemas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este
método no proporciona una medida correcta del valor económico total. No
obstante, es de gran utilidad debido a que generalmente es mucho más fácil de
estimar que la disposición a pagar por la sociedad.
Aplicación del método.

El método de costos evitados se puede aplicar usando dos acercamientos, el


primero es utilizar la información sobre la pérdida potencial de bienes que
generaría en la sociedad la pérdida de los servicios que prestan los recursos
naturales, esto para estimar los costos que tendría que afrontar la sociedad, en
este caso el investigador estimaría, en pesos, los daños probables a los bienes
si los recursos no se restauran o se conservan.

Un segundo acercamiento sería determinar si la sociedad o los dueños de los


recursos han gastado dinero para proteger las características de los mismos,
estos gastos para evitar la pérdida de los servicios del ecosistema
proporcionan una estimación del valor de tales servicios.

A continuación se presentan las fórmulas utilizadas en cuantificar (calcular) el


aporte económico de cada bien ambiental analizado en este estudio. Estas fórmulas
permiten resumir los datos obtenidos previamente con estudios físicos y de
valoración económica.
Es importante recordar que todos los bienes y servicios que se han seleccionado
tienen datos físicos observables generados por el propio proyecto. Sin embargo, no
todos los bienes y servicios ambientales tienen un precio de mercado observable
por lo que se ha tenido que recurrir al uso de técnicas de valoración económica
para poder estimar su precio de mercado y de esta manera poder cuantificar su
valor económico.

 Agua potable

Donde:
Ya- Beneficio por el aprovechamiento del agua (S/año)
Pa- Precio de agua como consumo de agua en la producción (S/m3)
Qia- demanda de agua en el sector i - el sector domestico (m3/año)

 Madera
Ym- Beneficio por aprovechamiento de madera(S/año)
Pim- Precio de la madera de la especie i (S/m3)
Qim- Volumen de madera comercializado de la especie i (m3/año)

 Leña

YL- Beneficio del consumo de leña (S/año)


PiL - Precio promedio por i (S/ lb.) precio de la leña en el mercado o valor del
tiempo invertido en recolección de leña.
QiL -Demanda de especie i (lb./año)

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