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Revision de Medida 2

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Ciudadano:

Juez CUARTO de Control del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción


Judicial del Estado Guárico con Sede en Calabozo.
Su Despacho.

Yo, ANGEL JURADO ZAVARCE, venezolano, mayor de edad, soltero, abogado en ejercicio
inscrito en el Instituto de Previsió n Social del Abogado bajo el N° 149.973, identificado
con la cédula de identidad N° V-17.316.806, con domicilio procesal en las oficinas N° 3,
4 y 5 del Centro Comercial Las Delicias, ubicado en la Avenida Las Delicias, Urbanizació n
El Viñ edo, Valencia, Estado Carabobo; actuando en este acto en mi condició n de
defensor del ciudadano PABLO AURE SANCHEZ, venezolano, mayor de edad, titular de
la cédula de identidad Nº V-5.208.546, de este domicilio, ante su competente autoridad
ocurro de conformidad con el artículo 250 del Có digo Orgá nico Procesal Penal para
solicitar sean examinadas las medidas impuestas a mi defendido en los términos
siguientes:
DE LOS ANTECEDENTES DEL PRESENTE CASO

Cursa por ante este despacho la causa seguida al ciudadano PABLO AURE SANCHEZ, en
la cual el día 26 de junio de 2104, este Tribunal 4to de Control, dictó auto mediante el
cual impuso las medidas cautelares sustitutivas de libertad de conformidad con lo
establecido en el artículo 242, ordinales 3°, 4° y 9°, relativas a presentació n cada quince
(15) días por ante la Oficina de Alguacilazgo de este Circuito Judicial Penal, prohibició n
de salida del estado Carabobo y del país sin autorizació n previa del tribunal, y
prohibició n de comunicarse de manera instigante al odio.

DE LA NECESIDAD DE LA REVISIÓN

el objeto de la presente solicitud radica en los efectos que tienen las medidas impuestas,
siendo limitan gravemente los derechos de mi defendido, así como el desempeñ o de sus
funciones como profesor universitario y Secretario de la Universidad de Carabobo,
labores y cargos que desempeñ a segú n se desprende de la constancia acompañ ada a este
escrito marcada “A”, donde se demuestra el cargo de profesor titular y a dedicació n
exclusiva de la Universidad, y del Acta de Proclamació n y Juramentació n de las
Autoridades Rectorales marcada “B” en la cual se demuestra el cargo de secretario que
desempeñ a.
Ahora bien, de la propia naturaleza del cargo que desempeñ a mi defendido se
desprende la necesidad de la revocació n de las medidas cautelares impuestas o al menos
se decreten su sustitució n por otras menos gravosas y limitantes de sus derechos, toda
vez que como Secretario tiene atribuciones que actualmente bajo el régimen al cual se
encuentra sometido no las puede cumplir.
De conformidad con la Resolució n mediante la cual se aprueban como parte
integrante del reglamento interno del consejo nacional de universidades, las normas y el
organigrama que en ella se especifican publicada en Gaceta Oficial N° 37.000 de fecha 20
de Junio de 2003, acompañ ada marcada “C”, forma parte lo denominado Nú cleos de
Secretaría, de acuerdo con el artículo 16 de dicha resolució n, lo que concatenado con el
Reglamento del Nú cleo de Secretarios del Consejo Nacional de Universidades que se
compañ a marcado “D”, implica la necesidad de la asistencia de mi defendido a las
sesiones de este ó rgano, todo ello de conformidad con el artículo 6, del reglamento,
obligació n con la cual no podrá cumplir derivado de las medidas a las que se encuentra
sometido.
Ademá s de ello, la Universidad de Carabobo tiene Nú cleos, fuera del Estado, hechos
que son pú blicos y notorios, sin embargo, a los efectos de demostrarlo consignamos
marcado “E”, el Manual de Organizació n de la Comisionaduría del Rector Nú cleo Aragua,
Versió n N° 02, y marcado “F”, el Manual de Organizació n de la Comisionaduría del Rector
Nú cleo Aragua, Versió n N° 01.
En base a lo anterior, si bien es cierto que el asiento principal de la Universidad se
encuentra radicado en esta ciudad de Valencia; esta institució n cuenta con Nú cleos y
Extensiones esparcidos en el territorio nacional, asimismo los compromisos de mi
defendido en condició n de Secretario le imponen trasladarse a distintas ciudades de la
Repú blica, para representar como Autoridad Universitaria a dicha casa de estudios (UC).
Entre las competencias que le corresponden a la Secretaría, se encuentra la de suplir
las faltas temporales del Vicerrector Administrativo, ejercer la Secretaria del Consejo
Universitario y dar a conocer las resoluciones, refrendar la firma del rector en títulos,
diplomas, decretos y resoluciones expedidos por la Universidad, expedir y certificar los
documentos emanados de la misma, cumplir las funciones que le sean asignadas por el
Rector o por el Consejo Universitario, entre otros, tal como lo establece el artículo 40 de
la Ley de Universidades. Por tal razó n, solicito a este Tribunal reconsidere las medidas
tomadas y con ello no se afecte el normal desenvolvimiento de la Institució n
Universitaria.
Aunado a lo anterior, la situació n del ejercicio vigente del cargo pú blico que ocupa
mi defendido, el cual inexorablemente requiere del ejercicio de la representació n de la
Universidad de Carabobo en espacios má s extensos del estado Carabobo, inclusive asistir
a congresos o representaciones institucionales fuera del territorio nacional; y en razó n
de la consideració n especial del principio de juzgamiento en libertad y de la
excepcionalidad de las medidas cautelares, principios de los cuales se desprende, que la
privació n se aplicará como medida de última instancia y necesidad, reconociendo que
la libertad sin de restricció n es un estado del ser humano inquebrantable.

Debo establecer que de conformidad con el ordenamiento jurídico vigente en esta


materia y los criterios de las Salas Constitucional y Penal del Tribunal Supremo de
Justicia se hace procedente el examen, la revisió n y la imposició n de medidas que no
afecten el desarrollo de las funciones de mi defendido, todo ello en virtud de la
afirmació n de libertad que rige como principio de nuestro sistema penal de conformidad
con el artículo 9, que implica la aplicació n restrictiva de este tipo de medidas.

DE LOS FUNDAMENTOS DE DERECHO

Ahora bien, para la imposició n de medidas menos gravosas tal y como establece la
ley adjetiva, es necesaria la concurrencia de los requisitos exigidos por el artículo 236 del
có digo adjetivo, toda vez que el artículo 242 establece:

“Artículo 242. Siempre que los supuestos que motivan la privación judicial
preventiva de libertad puedan ser razonablemente satisfechos con la aplicación de
otra medida menos gravosa para el imputado o imputada, el tribunal competente,
de oficio o a solicitud del Ministerio Público o del imputado o imputada, deberá
imponerle en su lugar, mediante resolución motivada, algunas de las medidas siguientes:

1. La detención domiciliaria en su propio domicilio o en custodia de otra persona, sin


vigilancia alguna o con la que el tribunal ordene.

2. La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución


determinada, la que informará regularmente al tribunal.

3. La presentación periódica ante el tribunal o la autoridad que aquel designe.

4. La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual reside o del
ámbito territorial que fije el tribunal.

5. La prohibición de concurrir a determinadas reuniones o lugares.

6. La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que no se afecte el


derecho de defensa.

7. El abandono inmediato del domicilio si se trata de agresiones a mujeres, niños o niñas, o


de delitos sexuales, cuando la víctima conviva con el imputado o imputada.

8. La prestación de una caución económica adecuada, de posible cumplimiento por el


propio imputado o imputada, o por otra persona, atendiendo al principio de
proporcionalidad, mediante depósito de dinero, valores, fianza de dos o más personas
idóneas, o garantías reales.
9. Cualquier otra medida preventiva o cautelar que el tribunal, mediante auto razonado,
estime procedente o necesaria.

En caso de que el imputado o imputada se encuentre sujeto a una medida cautelar


sustitutiva previa, el tribunal deberá evaluar la entidad del nuevo delito cometido, la
conducta predelictual del imputado o imputada y la magnitud del daño, a los efectos de
otorgar o no una nueva medida cautelar sustitutiva. En ningún caso podrán concederse al
imputado o imputada, de manera contemporánea tres o más medidas cautelares
sustitutivas”.

De la transcripció n anterior se desprende que las medidas menos gravosas implican que
existan los requisitos del artículo 236, que establece lo siguiente:

“Artículo 236. El Juez o Jueza de Control, a solicitud del Ministerio Público, podrá decretar
la privación preventiva de libertad del imputado o imputada siempre que se acredite la
existencia de:

1. Un hecho punible que merezca pena privativa de libertad y cuya acción penal no se
encuentre evidentemente prescrita.

2. Fundados elementos de convicción para estimar que el imputado o imputada ha sido


autor o autora, o partícipe en la comisión de un hecho punible.

3. Una presunción razonable, por la apreciación de las circunstancias del caso


particular, de peligro de fuga o de obstaculización en la búsqueda de la verdad
respecto de un acto concreto de investigación…”.
Con respecto a los dos primeros requisitos omitiremos realizar alegatos derivado de
que se encuentra en curso la Fase de Investigació n y los mismos será n presentados ante
el Ministerio Pú blico, resolviendo destinar nuestros planteamientos en base al tercer
requisito.
Ahora bien, con respecto al peligro de fuga son varios los elementos mediante los
cuales el juez puede apreciar o desestimar si existe o no, siendo en este caso
contundentes los elementos que desacreditan su existencia, toda vez que mi defendido
siempre ha cumplido y ha tenido la voluntad de someterse al procedimiento penal del
cual es objeto y para muestra se presentó cuando fue dictada orden de aprehensió n en su
contra, demostrando que no existe de su parte ningú n tipo de rebeldía o contumacia
hacia el proceso, y su actitud ha sido prueba de todo lo contrario, es decir, de su deseo de
colaborar con el desarrollo del mismo en aras de obtener una decisió n sin dilaciones
indebidas, que demuestre su inocencia, como corolario de lo anterior el Có digo Orgá nico
Procesal Penal en su artículo 237, establece:

“Art. 237. Peligro de Fuga. Para decidir acerca del Peligro de fuga se tendrán en cuentan
especialmente, las siguientes circunstancias:

1. Arraigo en el País, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento


de la familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades para abandonar
definitivamente el país o permanecer oculto;
2. La pena que Podría llegarse a imponer en el caso;
3. La magnitud del daño causado;
4. El comportamiento del imputado durante el proceso, o en otro proceso
anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse a la persecución
penal;
5. La conducta pre delictual del imputado.

Parágrafo Primero: Se presume el peligro de fuga en casos de hechos punibles con penas
privativas de libertad, cuyo término máximo sea igual o superior a diez años.

En este supuesto, el fiscal del Ministerio Público, y siempre que concurran las
circunstancias del artículo 250, deberá solicitar la Medida de Privación Judicial Preventiva
de Libertad. A todo evento, El Juez podrá, de acuerdo a las circunstancias, que deberá
explicar razonadamente, rechazar la petición fiscal e imponer al imputado una medida
cautelar sustitutiva. La decisión que se dicte podrá ser apelada por el fiscal o la víctima, se
haya o no querellado, dentro de los cinco días siguientes a su publicación.

Parágrafo Segundo: la falsedad, la falsedad, la falta de información o de actualización del


domicilio del imputado constituirán presunción de fuga, y motivaran la revocatoria, de
oficio a petición de parte, de la medida cautelar sustitutiva que hubiere sido dictada al
imputado”.
De lo anterior se desprende la inexistencia del peligro de fuga, basá ndonos en la
sentencia de LA SALA DE CASACIÓN PENAL: sentencia Nº 295, de 29 de junio de
2006, expediente Nº A06-0252:

“Del Articulo Transcrito se infiere, que estas circunstancias ni pueden evaluarse de


manera aislada, sino analizando pormenorizadamente, los diversos elementos
presentes en el proceso, que indiquen un peligro real de fuga, y así evitar vulnerar
los principios de la afirmación y el estado de libertad, establecidos en los artículos 9
y 243 del COPP”.
Ahora bien, de conformidad con las circunstancias exigidas por el legislador para
considerarse sobre el mismo y que como establece la anterior sentencia no pueden ser
considerados de manera aislada, se debe llegar a la conclusió n de que en este caso no
existe y se encuentra totalmente probado en autos, en principio porque mi defendido
tiene plenamente comprobado su arraigo en el país determinado en principio por su
residencia habitual, su pú blica ocupació n y lugar de trabajo, la cual consta en autos, al
igual que el asiento de su familia, que se encuentra en el territorio del país, tal y como se
desprende de su comportamiento durante este proceso.
En segundo lugar, se encuentra en este caso la circunstancia del comportamiento de
mi defendido durante el proceso, que ha sido el de someterse al mismo y de cumplir con
las medidas que fuesen impuestas en su contra, ¿Qué muestra má s clara de presentarse
cuando fue dictada una orden de aprehensió n?, este hecho demuestra totalmente la
inexistencia del peligro de fuga.
En tercer lugar, igualmente debe ser tomada en cuenta la conducta predelictual de
mi defendido, que no tiene ningú n tipo de antecedente penal ni siquiera antecedentes
policiales, de lo que se desprende que siempre ha sido un ciudadano de buena conducta,
acatando las normas y respetando los preceptos establecidos por nuestro ordenamiento
jurídico.
En consecuencia, siendo que una medida esencialmente se justifica por la
necesidad de asegurar el proceso, específicamente, garantizar sus resultados y la
estabilidad en su tramitació n, en el caso de mi defendido, el ciudadano PABLO AURE
SANCHEZ, suficientemente identificado en autos, existen elementos en las actas
procesales que dan fe del arraigo (y que no hay consiguientemente peligro de fuga),
ademá s del cumplimiento intachable por parte del mismo de las medidas a las cuales fue
impuesto en un principio por el tribunal, lo que demuestra su voluntad de someterse al
proceso y que implica ademá s que la finalidad del proceso se encuentra asegurada, toda
vez que de su comportamiento se desprende lo innecesario de la aplicació n de estas
medidas tan severas y que de alguna forma limitan su libertad personal y el desarrollo
del cargo que ocupa en la Universidad de Carabobo, si bien no se encuentra privado de
libertad en un centro de reclusió n, estas son medidas que le imponen obligaciones y
deberes, por lo que deben ser igualmente consideradas como medidas de coerció n
personal.
Tampoco hay peligro de obstaculizació n para averiguar la verdad pues no existen
elementos que determinen el riesgo de que mi defendido destruya, modifique, oculte o
falsifique elementos de convicció n, o de que influirá para que sujetos relacionados con el
caso informen falsamente o se comporten de manera desleal o reticente, o induzca a
otros a realizar esos comportamientos, poniendo en peligro la investigació n, la verdad de
los hechos y la realizació n de la justicia.
Ahora bien tal y como lo establecen la Jurisprudencia y las normas del Có digo Orgá nico
Procesal Penal antes enunciadas, es necesaria la presencia de los mismos requisitos de la
medida privativa de libertad para poder imponer una medida menos gravosa o de las
llamadas medidas cautelares sustitutivas, por lo que en este caso la inexistencia del
tercer requisito de necesaria concurrencia como lo es el peligro de fuga o la
obstaculizació n de la investigació n, es necesario que este Tribunal revise las medidas de
las cuales fue impuesto mi defendido en un primer momento y sean revocadas, toda vez
que las medidas cautelares se hayan sujetas al principio REBUS SIC STANTIBUS, segú n
el cual será procedente el mantenimiento de las medidas cautelares cualquiera sea su
especie siempre y cuando no hayan variado las circunstancias que dieron lugar a su
aplicació n, siendo que en este caso esas circunstancias han variados por la inexistencia
del peligro de fuga y de obstaculizació n, también deben variar las condiciones en las
cuales mi defendido se encuentra sometido a este procedimiento y se hace procedente
la revocación por parte de este tribunal de las medidas anteriormente enunciadas,
o en el peor de los casos, la modificación de las mismas. De estos diversos elementos
jurídicos de orden sustantivo y procesal, han determinado la necesidad de revisar la
decisió n tomada en la Audiencia De Presentació n De Imputado.

PETITORIO

Por los fundamentos de hecho y derecho antes expuestos, solicitamos a este Tribunal
revoque las medidas dictadas en la audiencia de presentació n de Imputado o en su
defecto aplique alguna que no afecte el desenvolvimiento de mi defendido en el ejercicio
de su cargo, como por ejemplo: estar atento a los llamados del Tribunal y de la Fiscalía
del Ministerio Pú blico.
Es Justicia, en Valencia a la fecha de su presentació n.

ANGEL JURADO ZAVARCE

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