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Estrés

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Acta de Investigación Psicológica -

Psychological Research Records


ISSN: 2007-4832
actapsicologicaunam@gmail.com
Universidad Nacional Autónoma de
México
México

Hernández Altamirano, Sheila Viridiana; Gutiérrez Lara, Mariana


Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes en la Infancia
Acta de Investigación Psicológica - Psychological Research Records, vol. 2, núm. 2,
agosto, 2012, pp. 687-698
Universidad Nacional Autónoma de México
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=358933341007

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
ACTA DE INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA, 2012, 2 (2), 687 - 698

Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes en la Infancia

Sheila Viridiana Hernández Altamirano1 & Mariana Gutiérrez Lara2


Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

El afrontamiento es una variable mediadora de la adaptación y de los eventos estresantes de la vida


diaria de un individuo. En el caso del infante le permite lidiar con los cambios físicos, psicológicos, familiares,
sociales y académicos típicos de su edad. El objetivo de esta investigación fue identificar los estilos de
afrontamiento utilizados por niños de 10 a 13 años de edad ante eventos estresantes. Para ello se realizó un
estudio descriptivo en el cual los estilos de afrontamiento fueron evaluados a través del “Cuestionario de
Estrés y Afrontamiento” (Verduzco, 2004) el cuál esta integrado por 33 reactivos que describen situaciones de
tensión, en las áreas escolar, familiar y social. La muestra a la cual fue aplicada el cuestionario estuvo
conformada por 251 niños y niñas de 10 a 13 años de edad (M =11 años, DE=.74), que se encontraban en
quinto y sexto año de primaria. Para cada uno de las situaciones se les pidió que determinaran: el grado de
estrés, descripción de una acción, pensamiento y/o emoción que utilizan para eliminar o abordar la situación
estresante y la percepción de efectividad de la acción descrita. Las categorías de respuesta se organizaron en
tres estilos de afrontamiento: Afrontamiento de control directo, Afrontamiento de control indirecto y
Afrontamiento de abandono de control. Los resultados mostraron que el Abandono de Control es el estilo de
afrontamiento utilizado con mayor frecuencia por los niños de este estudio y que el contexto social, escolar y
familiar son factores determinantes de estrés.

Palabras clave: Afrontamiento, Estrés, Infancia, Estilos, Adaptación.

Coping Styles in Stressful Events in Childhood

Abstract

Coping is a mediating variable of adaptation and stressful events of daily life of an individual. In the
case of infants it lets them deal with the physical, psychological, familial, social and academic changes typical
of their age. The aim of this research was to identify the coping styles used by children 10 to 13 years old to
stressful events. This is a descriptive study in which coping styles were assessed using the "Stress and Coping
Questionnaire" (Verduzco, 2004), which is composed of 33 items describing stressful situations in school,
family and social areas. The questionnaire was applied to a sample which consisted of 251 children aged 10 to
13 years ( = 11 years, SD = .74), who were in fifth and sixth grade. For each of the situations they were asked
to determine: the degree of stress, description of an action, thought and / or emotion that they used to kill or
deal with the stressful situation and the perceived effectiveness of the action described. The response
categories were organized into three coping styles: direct control Coping, indirect control coping and abandon
of control coping. The results showed that the abandon of control coping style is most often used by children in
this study and that society, school and family are important determinants of stress.

Key words: Coping, Stress, Children, Styles, Adaptation.

Original recibido / Original received: 27/05/2012 Aceptado / Accepted: 28/06/2012

1
Correspondencia: Av Universidad 3004, Col. Copilco Universidad, Delg. Coyoacán CP. 04510, México DF;
Email: sheila_627@hotmail.com, 62805446
2
Email: marianagutierrezlara@gmail.com, 56222335
© UNAM Facultad de Psicología, 2012
Hernández & Gutierrez: Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes
688
Todo ser vivo se encuentra inmerso en un medio que está formado por
innumerables estímulos y situaciones totalmente diferentes ante los que debe
reaccionar si quiere sobrevivir. Para ello cuenta con una serie de mecanismos
biológicos y psicológicos que le ayudan a elaborar, integrar y responder ante ellos,
encontrándose en un permanente estado de adaptación. Estos mecanismos se
conocen actualmente como “Afrontamiento” término que es definido por Lazarus y
Folkman (1986) como “aquellos esfuerzos cognoscitivos y conductuales
constantemente cambiantes para manejar las demandas específicas externas y/o
internas evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos de los
individuos.” (p.164)
De esta manera, el afrontamiento hace referencia a las respuestas
cognitivas, emocionales y de conducta instrumental que los individuos emplean
para manejar y tolerar el estrés. Estas habilidades, que sirven para hacer frente a
las situaciones que se perciben como estresantes, dependen de los recursos
disponibles o características del individuo, del entorno donde éste funciona y las
experiencias previas (Omar, 1995; Mok & Tam, 2001).
El esquema de la figura 1 muestra la evaluación del episodio de
afrontamiento completo, que desempeñará un papel importante en la selección y
dará forma a las estrategias futuras de afrontamiento de todo individuo. Durante
este complejo proceso, están interviniendo tanto las emociones, como las
cogniciones y la conducta instrumental, que actúan en forma integrada y que
comprenden la acción humana (Hernández-Guzmán, 1999).
De acuerdo con el modelo de Lazarus y Folkman (1986) las estrategias
utilizadas para afrontar la situación estresante dependen de la percepción o la
evaluación que se posee de la misma: el significado que la persona asigna a la
situación (evaluación primaria), la valoración de las opciones o recursos de
afrontamiento disponibles (evaluación secundaria) y la valoración de los resultados
(evaluación terciaria).
Este modelo teórico enfatiza como consecuencia que el estrés no está
solamente determinado por la naturaleza de un estímulo ambiental, ni por las
características de la persona, sino por la interacción entre la evaluación que del
estímulo hace el individuo y las demandas que éste tiene sobre él.
A la edad de 10-13 años (considerado como pre-adolescencia) el niño se
desarrolla en diversos contextos sociales: el hogar, la escuela y la comunidad en
la que se desenvuelve. Durante esta fase y en estos contextos se presentan crisis
inevitables y/o conflictos que traen como consecuencia la percepción de estrés
que puede afectar su salud mental y emocional y es precisamente el afrontamiento
el que permite a los niños lidiar con los cambios físicos, psicológicos, familiares,
sociales y académicos típicos de su edad.
El uso de recursos de afrontamiento adecuados pueden ser factores
importantes que influyen en el desarrollo y crecimiento positivo de un individuo
(Compas, 1987). Trianes (1990) menciona que las habilidades de afrontamiento
del infante pueden diferir de la de los adultos, debido a que los niños por causa de
un menor desarrollo cognitivo, afectivo y social, tendrán un repertorio limitado de
estrategias de afrontamiento. Esto se da también porque a los niños les falta
Acta de Investigación Psicológica
689
experiencia, tienen poco control sobre las circunstancias que pasan a su alrededor
y muestran una mayor dependencia de la familia y del contexto escolar.

Figura 1. Esquema de Afrontamiento con base en la teoría de Lazarus y Folkman


(1986).
Situación

Evaluación primaria

¿Cuál es el significado de ese evento?

¿Cómo afectará mi bienestar?


Evento irrelevante Evento estresante Evento benigno

Daño o perdida Amenaza Desafío

Recursos personales de
Recursos afrontamiento (ambiente
sociológicos de familiar, carácterísticas
Evaluación secundaria de personalidad,
afrontamiento
predisposición biológica)
¿Qué puedo hacer?

¿Cuánto va a costar?

¿Cuál es el resultado que espero?


Estrategias de afrontamiento

Enfocadas en el Enfocadas en Enfocadas en


problema la emoción la evitación
Pensamientos

Sentimientos
Evaluación tercia
Acciones Reevaluación
Resultado
¿La situación cambió?

¿Me siento mejor?


Figura 1. Para comprender la evaluación del episodio de afrontamiento completo, es
importante contemplar los tres tipos de evaluación: primaria, secundaria y terciaria, así
como las emociones, cogniciones y la conducta instrumental, que como se observa
mantienen un ciclo que retroalimenta a todo el episodio.

En general los estudios realizados sobre el afrontamiento en niños


presentan el uso de diferentes estilos y estrategias, por ejemplo Ryan-Wenger (en
Dalbosco & Simon, 2002) presentó una taxonomía como resultado de una serie
de trabajos empíricos sobre este tema. Se identificaron inicialmente 145
Hernández & Gutierrez: Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes
690
estrategias las cuales fueron agrupadas de acuerdo con algunas características en
común, quedaron las siguientes categorías: actividades agresivas,
comportamientos de evitación, comportamiento de distracción, evitación cognitiva,
distracción cognitiva, solución cognitiva de problemas, reestructuración cognitiva,
expresión emocional, resistencia, búsqueda de la información, comportamiento de
aislamiento, actividades de autocontrol, búsqueda del apoyo social, búsqueda del
apoyo espiritual e intento de modificar al estresor.
Otros como Compas, Malcarne y Fondacaro (en Dávila & Guarino, 2001)
realizaron otra clasificación de las estrategias de afrontamiento dirigida a la
población infantil: afrontamiento activo, planificación, afrontamiento restringido,
búsqueda de apoyo instrumental, búsqueda de apoyo emocional, aceptación,
retorno a la religión, expresión abierta de emociones, negación, liberación mental,
uso de autoverbalizaciones positivas, evitación y escape.
Para Garmezy y Rutter (en Verduzco, 2004) los patrones de afrontamiento
se desarrollan desde la infancia, debido a que es una etapa en la que se aprende
a tener control sobre el ambiente. De igual forma, se comienza a analizar qué tan
efectivas son dichas respuestas de afrontamiento ante eventos estresantes. Este
marco teórico percibe al afrontamiento como un estado de control, el cual se
centra en las metas u objetivos que persigue la persona al iniciar el proceso de
afrontamiento.
Claro ejemplo de este modelo de control es el de Rothbaum, Weisz y
Snyder (en Verduzco, 2004), quienes distinguen tres tipos de estilos para la
población infantil:
 Afrontamiento de control directo (o estrategias de control primario): se refiere a
los intentos propositivos que un infante realiza con la finalidad de eliminar el
evento estresante o disminuir sus efectos. Por ejemplo: estudiar mucho para
sacar mejores calificaciones.
 Afrontamiento de control indirecto (o estrategias de control secundario): Se
refiere a la solicitud de ayuda o apoyo tangible (materiales, dinero, información)
a las personas adultas significativas para resolver el problema. Por ejemplo:
pedir que le compren algo que tiene que regresar a un compañero de clase.
 Afrontamiento de abandono de control: en cuanto a esta categoría, el infante
percibe una situación como incontrolable. Es la ausencia de meta u objetivo de
afrontamiento. Por ejemplo: irse a la calle, dormirse o esconderse en el cuarto
ante la situación estresante.
En un estudio realizado por Dalbosco y Simon (2002) se entrevistaron a
infantes de entre 8 y 10 años de edad y se identificaron 100 eventos estresantes,
estrategias de afrontamiento ante ellos y la atribución causal de dichas
situaciones. Los resultados indican que el infante utiliza el apoyo social y las
acciones agresivas con mayor frecuencia para lidiar con el conflicto, estrategias
alternativas indican la preferencia por la acción directa y la distracción.
Otros autores consideran que el infante generalmente se distancia en
sentido emocional de situaciones estresantes a través de comportamientos que
intentan disminuir el estrés (por ejemplo, llorar y enfadarse para mostrar
sentimientos de abandono cuando los padres van al trabajo) o esconder
sentimientos de vulnerabilidad (por ejemplo, portándose mal, de manera agresiva
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o perturbadora cuando algo no les parece). Conforme crecen, para aguantar el
estrés negativo, el infante utiliza con mayor frecuencia estrategias cognitivas para
resolver problemas, mientras hace preguntas sobre eventos, circunstancias y
expectativas de lo que pasará o al solicitar la aclaración de lo que ha pasado
(Stansbury & Harris, 2000).
En algunos estudios se ha encontrado que el infante tiende a usar con
mayor frecuencia, aquellas estrategias de afrontamiento dirigidas al problema y no
es sino hasta la adolescencia que comienzan a adoptar estrategias para el manejo
emocional. Para Compas y Phares (1991) las habilidades para el afrontamiento
focalizado en el problema parecen ser adquiridas a edades tempranas,
desarrollándose aproximadamente entre los 8 y 10 años de edad. Las habilidades
focalizadas en la emoción se desenvuelven durante la adolescencia debido a que
los niños muy pequeños aún no tienen consciencia de sus estados emocionales.
En la investigación realizada por Dávila y Guarino (2001) con una muestra
de infantes venezolanos de cuarto, quinto y sexto grado (con edades entre 8 y 16
años), se encontró que el afrontamiento activo fue el más adoptado, seguido por la
expresión abierta de emociones, la aceptación y por último la búsqueda de ayuda
instrumental. Concluyeron que los infantes de esta muestra hacían uso tanto de
afrontamiento centrado en el problema como en el afrontamiento centrado en las
emociones.
Las diferencias de género para hacer frente a las situaciones que se
perciben como estresantes, también fueron reportados por otros investigadores,
tal es el caso de Sharrer y Ryan-Wenger, (en Chen & Kennedy, 2005) quienes
realizaron un estudio con infantes de 8 a 13 años edad, quienes encontraron que
los niños informaron utilizar con mayor frecuencia estrategias de afrontamiento
tales como ver televisión, gritar o llorar. Abrazar a las mascotas fue la estrategia
de afrontamiento utilizada con mayor frecuencia en el caso de las niñas.
Asimismo, Spirito (en Chen & Kennedy, 2005) menciona que con base a los
resultados, las niñas hacen uso de de estrategias de afrontamiento dirigidas a la
regulación emocional y al apoyo social con más frecuencia que los niños.
Por otro lado, el estrés es el resultado de la percepción que se tiene ante
eventos internos y externos que pueden alterar el equilibrio del individuo. Al tomar
en cuenta este punto, la relación entre el estrés y el afrontamiento es recíproca,
debido a que, las acciones que realiza una persona para enfrentar un problema,
afectan la valoración del mismo. Pero al mismo tiempo si el afrontamiento no es
efectivo, el estrés se cronifica, y se produce un fracaso adaptativo, que tiene
efectos físicos, emocionales y sociales. Por lo tanto puede decirse que el
afrontamiento efectivo obra como un factor protector de la salud, ya que actúa
como neutralizador de los efectos estresantes de los acontecimientos vitales.
Para Lazarus y Folkman (1986) el estrés se concibe como un desbalance
entre la percepción de la persona de las demandas que se le imponen y la
percepción de los recursos que tiene para afrontar esas demandas, evaluándose
como amenazante o desbordante de sus recursos. Como consecuencia es la
experiencia subjetiva la que determina si un evento es estresante o no. Cabe
mencionar que son diferentes autores (Del Barrio, 1997; Trianes, 1990) quiénes
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coinciden en señalar que las áreas en las cuales los niños pueden experimentar
estrés son: la familiar, la escolar y la social.
Si se conoce cuales son los estilos de afrontamiento que utilizan los niños y
niñas de estas edades, se podrá ampliar el conocimiento que se tiene en este
campo, a fin de crear programas de enseñanza sobre estrategias de afrontamiento
adecuados, para mejorar aquellas que ya se tienen pero también para proponer
otras para que en un futuro se pueda afrontar una situación de forma eficiente y
eficaz, lo cual impactará en el ajuste emocional, adaptación social y escolar y
estado de salud a corto y largo plazo.
Es por ello que el objetivo de este estudio fue identificar los estilos de
afrontamiento que usan los niños de 10-13 años, ante situaciones que perciben
como estresantes en su vida, en los ámbitos familiar, escolar y social, así como la
percepción que tiene sobre la efectividad de la estrategia utilizada.

Método

Participantes
La muestra estuvo conformada por 251 niños y niñas de 10 a 13 años de
edad (M = 11 años, DE=.74), de una escuela primaria pública (veáse tabla 1). El
51% de la muestra estuvo constituida por niños y el 49% por niñas, así mismo el
46% eran de quinto grado y el 54% de sexto, como lo muestra la tabla 2.

Tabla 1
Distribución de la muestra por edad (n=251)
Edad Frecuencia Porcentaje
10 años 50 20%
11 años 133 53%
12 años 62 25%
13 años 6 2.4%
Total 251 100%

Tabla 2
Distribución de la muestra por género y grado (n=251)
Grado
Quinto año Sexto año Total
Femenino n = 54 22% n = 68 27% n = 122 49%
Género Masculino n = 61 24% n = 68 27% n = 129 51%
Total n = 115 46% n = 136 54% n = 251 100%

Instrumento
Los estilos de afrontamiento fueron evaluados a través del Cuestionario de
Estrés y Afrontamiento elaborado por Verduzco en 2004, el instrumento está
integrado por 33 reactivos que describen situaciones de tensión experimentadas
por los niños y niñas, tanto del área escolar, familiar y social, elaboradas a partir
de la literatura sobre lo que les preocupa a los niños en sus diferentes edades, de
lo observado en la clínica y de preguntar a los niños. Para cada uno de los
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reactivos o situaciones se les pedía que describieran una acción, pensamiento y/o
emoción que utilizan para eliminar o abordar la situación estresante. Este
cuestionario tuvo una alta consistencia interna (alfa=.89). Las categorías de
respuesta se organizan en tres estilos de afrontamiento:
 Afrontamiento de control directo (o estrategias de control primario)
 Afrontamiento de control indirecto (o estrategias de control secundario)
 Afrontamiento de abandono de control
Procedimiento
En la aplicación de los cuestionarios se les explicó a los niños que se
estaba realizando un estudio sobre la forma en la cual ellos resuelven las
situaciones que les molestaban. Se les dijo que leyeran con atención cada una de
las preguntas y que evaluaran del 0 al 10 el grado de molestia que
experimentaban en cada situación, después se les pidió que contestaran a la
pregunta “¿Qué hago para sentirme mejor?” y que especificaran las actividades,
pensamientos y/o emociones que usaban ante cada una de las situaciones. Por
último se les indicó que marcaran con una “x” si ante dicha conducta había o no
cambios en la situación, así como si había cambios o no en relación a cómo se
sentirán.
Para analizar las respuestas abiertas, (el afrontamiento de los niños y
niñas), se realizó la clasificación con base a los estilos de afrontamiento
(respuestas de control directo, respuestas de control indirecto y respuestas de
abandono de control) expuestas por Rothbaum et al. (en Verduzco, 2004) así
como del objetivo o focalización:
 Solución del problema
 Enfocada a la emoción
 Respuestas de evitación
 Respuestas cognitivas
 Aceptación y reconocimiento de errores
Con base a los datos del cuestionario se obtuvo: el grado de estrés por
cada una de las 33 situaciones planteadas, categorías de respuesta sobre la
forma de afrontar cada uno de estos eventos y la percepción de efectividad de la
acción llevada a cabo a través de evaluar si la situación cambió con la acción
tomada y si ésta también modificó o no su estado de ánimo.

Resultados

En primer lugar, se llevó a cabo el análisis de medias en el grado de estrés


del infante de este estudio, los resultados muestran que la media total es de 5.63,
de este modo, el nivel de molestia en las situaciones reportadas fue moderada al
considerar el rango posible de puntuación o grado de molestia (0-10).
Las situaciones que fueron calificadas con mayor puntuación en el grado de
molestia fueron: ¿Cuánto me molesta que me echen la culpa de lo que pasa en la
casa? (M = 7.97, DE= 2.813); ¿Cuánto me molesta sacarme malas calificaciones?
(M =7.65, DE=3.367); ¿Cuánto me molesta que mis padres se peleen? (M =7.44,
Hernández & Gutierrez: Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes
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DE=3.909), ¿Cuánto me molesta que se burlen de mí en mi familia? (M =7.29,
DE=3.564) y ¿Cuánto me molesta que me griten? (M =7.09, DE=3.452).
Los hallazgos de esta investigación señalan que existe evidencia acerca del
uso de diferentes estilos de afrontamiento ante eventos de estrés, encontrándose
que el 40.3% de los niños y niñas de esta muestra hacen uso de un estilo de
afrontamiento de Abandono de Control, seguido por el uso del estilo de Control
Directo con un 36.0% y por último el Afrontamiento de Control Indirecto con un
18.5%. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el uso de
los tres estilos de afrontamiento entre el género, edad y grado escolar.
En la tabla 3 se indican los porcentajes obtenidos en el uso de los estilos de
afrontamiento de toda la muestra por género y grado, como se puede observar los
niños tuvieron un mayor porcentaje en el uso del estilo de Abandono de Control
con un 41.9%, las niñas por otro lado hacen uso del mismo estilo con mayor
frecuencia con un 38.6%. En cuanto a la variable de grado, se muestra que tanto
quinto como sexto año hacen uso con mayor freceuncia del estilo de Abandono de
Control con un 41.0% y un 39.8% respectivamente.

Tabla 3
Porcentaje total en el uso de los estilos de afrontamiento en el total de la muestra,
por sexo y grado
Quinto Sexto
Femenino Masculino Total
Estilo grado grado
n=122 n=129 n=251
n=115 n=136
Control Directo 38.5% 33.6% 35.3% 36.6% 36.0%
Control Indirecto 17.4% 19.5% 18.8% 18.2% 18.5%
Abandono de Control 38.6% 41.9% 41.0% 39.8% 40.3%
No pasa 4.5% 4.0% 3.9% 4.4% 4.2%
No respuestas 0.9% 1.0% 1.0% 1.0% 0.9%

Con respecto a la edad, la tabla 4 muestra los resultados obtenidos, de esta


manera para la edad de 10, 11 y 12 años el estilo más utilizado es el de Abandono
de Control, con un porcentaje de 41.3%, 38.8% y 42% respectivamente, donde se
observa que son los niños y niñas de 12 años quienes hacen con mayor
frecuencia uso del estilo en comparación con las otras edades.

Tabla 4
Porcentaje en el uso de los estilos de afrontamiento en las diferentes edades de la
muestra
10 años 11 años 12 años
Estilo
n=50 n=133 N=62
Control Directo 38.5% 36.5% 35.8%
Control Indirecto 18.1% 19.3% 17.1%
Abandono de Control 41.3% 38.8% 42%
No pasa 3.5% 4.8% 3.7%
No respuestas 1.4% 0.6% 1.4%

En cuanto al enfoque o finalidad en el uso de estilos de afrontamiento, la


más utilizada fue la de resolver el problema con un 38.7%; esto significa que el
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infante actúa directamente sobre un evento estresante específico. La tabla 5
muestra los porcentajes obtenidos para cada enfoque evaluado en esta muestra.

Tabla 5
Porcentaje obtenido en cada uno de los enfoques del estilo de afrontamiento
Enfoque Porcentaje obtenido
Enfocados en el problema 38.7%
Respuestas de evitación 19%
Enfocado en la emoción 17.3%
No pasa (nada, no me importa) 15.5%
Respuestas cognitivas 5.1%
Otros 4.4%

Por último, con respecto a que tan efectivo es la acción tomada, el análisis
mostró que los niños evalúan con mayor frecuencia al afrontamiento de Control
Directo como un estilo que permite cambiar la situación con un 79% y hacerlos
sentir mejor con un 73% de efectividad en comparación con el uso de los otros dos
estilos, la tabla 6 muestra los porcentajes para cada estilo. Con respecto al
enfoque los resultados de la tabla 7 indican que cuando el estilo esta dirigido a
solucionar el problema existe un 78% de efectividad en cuanto al cambio de la
situación. Cuando se hace uso de los estilos con respuestas cognitivas se obetine
un mayor porcentaje de efectividad con respecto a mejorar su sentir.

Tabla 6
Porcentaje de efectivdad para los estilos de afrontamiento
Control Control Abandono de
Directo Indirecto Control
¿Cambio la situación con lo que SI 79% 67% 55%
hice? NO 21% 33% 45%
¿Me hace sentir mejor lo que SI 73% 59% 52%
hice? NO 27% 41% 48%

Tabla 7
Porcentajes de efectividad para el enfoque en el uso de los estilos de
afrontamiento
Aceptar y
Solucionar Disminuir Res. Resp. No
recnocer
el problema la emoción evitativas cognitivas respuestas
errores
¿Cambio la SI 78% 55% 63% 74% 62% 51%
situación
con lo que NO 22% 45% 37% 26% 38% 49%
hice?
¿Me hace SI 69% 49% 58% 74% 63% 62%
sentir mejor
lo que hice? NO 31% 51% 42% 26% 37% 38%
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Discusión

Como se observa los resultados son consistentes con la premisa de que los
niños y niñas de 10, 11 y 12 años edad utilizan con mayor frecuencia el estilo de
Abandono de Control, este caso ha sido comprobado por Stansbury y Harris
(2000) quienes mencionan que generalmente el infante se distancia en sentido
emocional de situaciones estresantes a través de comportamientos que intentan
disminuir el estrés.
No obstante, estos resultados contradicen los datos reportados en otras
investigaciones, en este caso una realizada por Dávila y Guarino (2001) con niños
y adolescentes venezolanos de entre 8 y 16 años de edad en las cuales se señala
que el afrontamiento activo y la expresión de emociones son las más utilizadas por
los niños y que son estrategias que se encuentran dentro del estilo de Control
Directo. Por otro lado, los hallazgos de Dalbosco y Simon (2002), señalan que los
niños brasileños de 8 y 10 años usan con mayor frecuencia guiarse del apoyo
social y las acciones agresivas, así como el uso de la acción directa para lidiar con
los conflictos. A diferencias de los niños de esta muestra donde se encontró que
con mayor frecuencia se utilizan estrategias encaminadas a Abandonar la
situación, estas diferencias pueden tener influencia en el rango de edad utilizado y
el ambiente cultural en el que se desenvuelven.
Con respecto al hecho de no haber encontrado diferencias estadisticamente
significativas en el uso de los estilos de afrontamiento en cuánto al grado escolar,
edad y género, estos hallazagos contradicen los resultados obtenidos por las
investigaciones de Sharrer y Ryan-Wenger y Spirito, (1995, en Chen & Kennedy,
2005). Probablemente estos resultados sean atribuibles a que el rango de edad
dentro de esta muestra, (entre los 10 y 12 años) no es realmente grande para
esperar diferencias o a que el cambio cultural en el trato cada vez más igualitario
entre niños y niñas tenga influencia, (lo cual tendría que comprobarse en otra
investigación).
En lo que se refiere a la intensidad del estrés, se puede afirmar que los
niños de esta muestra perciben niveles moderados de estrés. Estos resultados
indican que las fuentes de estrés principales en los niños de esta edad están
relacionadas con el área familiar, escolar y social, tal como lo reportan Trianes
(1990) y Del Barrio (1997). Dicho hallazgo tiene implicaciones relevantes sobre el
desarrollo psicosocial del infante y por lo tanto merecen mayor atención en
investigaciones futuras.
En lo que refiere al enfoque o finalidad en el uso de estilos de afrontamiento
por parte de los niños de esta investigación, un hallazgo importante del estudio fue
que los niños y niñas mostraron en general la utilización de los estilos de
afrontamiento con la finalidad de resolver el problema o al menos disminuir su
impacto, esto significa que el infante evalúa el problema como susceptible de
cambio, lo cual es un patrón de afrontamiento al estrés bastante adecuado debido
a que establece un balance entre el manejo directo del problema y el manejo de
las emociones que provoca.
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Estos resultados están relacionados con lo mencionado por Compas y
Phares (1991) en relación a que en edades más tempranas, en este caso 8 y 10
años, las habilidades de afrontamiento se focalizan con mayor frecuencia hacia el
problema y las focalizadas a la emoción adquieren una mayor tendencia durante la
adolescencia, debido a que los niños pre-adolescentes aún no tienen plena
consciencia de sus estados emocionales.
Un punto interesante es que el análisis mostró que los niños consideran con
mayor frecuencia al afrontamiento de Control Directo de un estilo que permite
cambiar la situación y hacerlos sentir mejor en comparación con el uso de los
otros dos estilos, Control Indirecto y Abandono de Control. Estos resultados
muestran que la evaluación terciaria que el infante hace de sus propias acciones
con respecto al Control Directo son altos en cuanto a la eficiencia de los mismos,
es decir que si perciben un alto grado de funcionalidad en la acción directa. Lo
mismo sucede cuando el enfoque está dirigido a solucionar el problema. Esto
indica que los niños perciben tener control sobre la situación cada vez que utilizan
una estrategia dirigida a solucionar el problema.
Resumiendo, se puede concluir que los niños evaluados utilizan con mayor
frecuencia estrategias de afrontamiento dirigidas a evitar o abandonar la situación
estresante.
Sin embargo, refieren que al utilizar los estilos de afrontamiento de Control
Directo y el enfoque dirigido al problema, si existe un cambio y que estas acciones
si los hace sentir mejor.
Los resultados del estudio sirven como base para incorporar medidas que
ayuden a disminuir el estrés en los distintos contextos en los cuales se
desenvuelve el infante. Implementar intervenciones que involucren a los pre-
adolescentes, su familia y entorno en el cambio, con la finalidad de dirigirse a las
fuentes directas de estrés infantil, resaltando principalmente que muchas
conductas de riesgo en la adolescencia responden a la incapacidad para afrontar
las situaciones. Las aportaciones del estudio son las siguientes:
1. Se comprueba que el ambiente familiar, escolar y social son fuentes
determinantes de un elevado grado de estrés en la edad infantil y por lo tanto
pone en riesgo su salud física y emocional.
2. Se presenta evidencia empírica acerca del papel que desempeñan los factores
de interpretación de la situaciones estresantes ya que con base en eso, los
niños actúan y evalúan si sus acciones son eficientes o no.
3. Los resultados sirven de fundamento para intervenciones que permitan la
enseñanza de estilos de afrontamiento eficientes que permitan al pre-
adolescente adaptarse a su entorno y sobrellevar las situaciones que le
esperan en un futuro.
4. Este estudio permite abrir una línea de investigación en el área de la
psicología clínica en relación al estrés y afrontamiento infantil, en la que se
estudien los factores psicosociales, físicos, emocionales y cognitivos, a fin de
mejorar las condiciones de salud de los infantes.
Hernández & Gutierrez: Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes
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