Estrés
Estrés
Estrés
Resumen
Abstract
Coping is a mediating variable of adaptation and stressful events of daily life of an individual. In the
case of infants it lets them deal with the physical, psychological, familial, social and academic changes typical
of their age. The aim of this research was to identify the coping styles used by children 10 to 13 years old to
stressful events. This is a descriptive study in which coping styles were assessed using the "Stress and Coping
Questionnaire" (Verduzco, 2004), which is composed of 33 items describing stressful situations in school,
family and social areas. The questionnaire was applied to a sample which consisted of 251 children aged 10 to
13 years ( = 11 years, SD = .74), who were in fifth and sixth grade. For each of the situations they were asked
to determine: the degree of stress, description of an action, thought and / or emotion that they used to kill or
deal with the stressful situation and the perceived effectiveness of the action described. The response
categories were organized into three coping styles: direct control Coping, indirect control coping and abandon
of control coping. The results showed that the abandon of control coping style is most often used by children in
this study and that society, school and family are important determinants of stress.
1
Correspondencia: Av Universidad 3004, Col. Copilco Universidad, Delg. Coyoacán CP. 04510, México DF;
Email: sheila_627@hotmail.com, 62805446
2
Email: marianagutierrezlara@gmail.com, 56222335
© UNAM Facultad de Psicología, 2012
Hernández & Gutierrez: Estilos de Afrontamiento ante Eventos Estresantes
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Todo ser vivo se encuentra inmerso en un medio que está formado por
innumerables estímulos y situaciones totalmente diferentes ante los que debe
reaccionar si quiere sobrevivir. Para ello cuenta con una serie de mecanismos
biológicos y psicológicos que le ayudan a elaborar, integrar y responder ante ellos,
encontrándose en un permanente estado de adaptación. Estos mecanismos se
conocen actualmente como “Afrontamiento” término que es definido por Lazarus y
Folkman (1986) como “aquellos esfuerzos cognoscitivos y conductuales
constantemente cambiantes para manejar las demandas específicas externas y/o
internas evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos de los
individuos.” (p.164)
De esta manera, el afrontamiento hace referencia a las respuestas
cognitivas, emocionales y de conducta instrumental que los individuos emplean
para manejar y tolerar el estrés. Estas habilidades, que sirven para hacer frente a
las situaciones que se perciben como estresantes, dependen de los recursos
disponibles o características del individuo, del entorno donde éste funciona y las
experiencias previas (Omar, 1995; Mok & Tam, 2001).
El esquema de la figura 1 muestra la evaluación del episodio de
afrontamiento completo, que desempeñará un papel importante en la selección y
dará forma a las estrategias futuras de afrontamiento de todo individuo. Durante
este complejo proceso, están interviniendo tanto las emociones, como las
cogniciones y la conducta instrumental, que actúan en forma integrada y que
comprenden la acción humana (Hernández-Guzmán, 1999).
De acuerdo con el modelo de Lazarus y Folkman (1986) las estrategias
utilizadas para afrontar la situación estresante dependen de la percepción o la
evaluación que se posee de la misma: el significado que la persona asigna a la
situación (evaluación primaria), la valoración de las opciones o recursos de
afrontamiento disponibles (evaluación secundaria) y la valoración de los resultados
(evaluación terciaria).
Este modelo teórico enfatiza como consecuencia que el estrés no está
solamente determinado por la naturaleza de un estímulo ambiental, ni por las
características de la persona, sino por la interacción entre la evaluación que del
estímulo hace el individuo y las demandas que éste tiene sobre él.
A la edad de 10-13 años (considerado como pre-adolescencia) el niño se
desarrolla en diversos contextos sociales: el hogar, la escuela y la comunidad en
la que se desenvuelve. Durante esta fase y en estos contextos se presentan crisis
inevitables y/o conflictos que traen como consecuencia la percepción de estrés
que puede afectar su salud mental y emocional y es precisamente el afrontamiento
el que permite a los niños lidiar con los cambios físicos, psicológicos, familiares,
sociales y académicos típicos de su edad.
El uso de recursos de afrontamiento adecuados pueden ser factores
importantes que influyen en el desarrollo y crecimiento positivo de un individuo
(Compas, 1987). Trianes (1990) menciona que las habilidades de afrontamiento
del infante pueden diferir de la de los adultos, debido a que los niños por causa de
un menor desarrollo cognitivo, afectivo y social, tendrán un repertorio limitado de
estrategias de afrontamiento. Esto se da también porque a los niños les falta
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experiencia, tienen poco control sobre las circunstancias que pasan a su alrededor
y muestran una mayor dependencia de la familia y del contexto escolar.
Evaluación primaria
Recursos personales de
Recursos afrontamiento (ambiente
sociológicos de familiar, carácterísticas
Evaluación secundaria de personalidad,
afrontamiento
predisposición biológica)
¿Qué puedo hacer?
¿Cuánto va a costar?
Sentimientos
Evaluación tercia
Acciones Reevaluación
Resultado
¿La situación cambió?
Método
Participantes
La muestra estuvo conformada por 251 niños y niñas de 10 a 13 años de
edad (M = 11 años, DE=.74), de una escuela primaria pública (veáse tabla 1). El
51% de la muestra estuvo constituida por niños y el 49% por niñas, así mismo el
46% eran de quinto grado y el 54% de sexto, como lo muestra la tabla 2.
Tabla 1
Distribución de la muestra por edad (n=251)
Edad Frecuencia Porcentaje
10 años 50 20%
11 años 133 53%
12 años 62 25%
13 años 6 2.4%
Total 251 100%
Tabla 2
Distribución de la muestra por género y grado (n=251)
Grado
Quinto año Sexto año Total
Femenino n = 54 22% n = 68 27% n = 122 49%
Género Masculino n = 61 24% n = 68 27% n = 129 51%
Total n = 115 46% n = 136 54% n = 251 100%
Instrumento
Los estilos de afrontamiento fueron evaluados a través del Cuestionario de
Estrés y Afrontamiento elaborado por Verduzco en 2004, el instrumento está
integrado por 33 reactivos que describen situaciones de tensión experimentadas
por los niños y niñas, tanto del área escolar, familiar y social, elaboradas a partir
de la literatura sobre lo que les preocupa a los niños en sus diferentes edades, de
lo observado en la clínica y de preguntar a los niños. Para cada uno de los
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reactivos o situaciones se les pedía que describieran una acción, pensamiento y/o
emoción que utilizan para eliminar o abordar la situación estresante. Este
cuestionario tuvo una alta consistencia interna (alfa=.89). Las categorías de
respuesta se organizan en tres estilos de afrontamiento:
Afrontamiento de control directo (o estrategias de control primario)
Afrontamiento de control indirecto (o estrategias de control secundario)
Afrontamiento de abandono de control
Procedimiento
En la aplicación de los cuestionarios se les explicó a los niños que se
estaba realizando un estudio sobre la forma en la cual ellos resuelven las
situaciones que les molestaban. Se les dijo que leyeran con atención cada una de
las preguntas y que evaluaran del 0 al 10 el grado de molestia que
experimentaban en cada situación, después se les pidió que contestaran a la
pregunta “¿Qué hago para sentirme mejor?” y que especificaran las actividades,
pensamientos y/o emociones que usaban ante cada una de las situaciones. Por
último se les indicó que marcaran con una “x” si ante dicha conducta había o no
cambios en la situación, así como si había cambios o no en relación a cómo se
sentirán.
Para analizar las respuestas abiertas, (el afrontamiento de los niños y
niñas), se realizó la clasificación con base a los estilos de afrontamiento
(respuestas de control directo, respuestas de control indirecto y respuestas de
abandono de control) expuestas por Rothbaum et al. (en Verduzco, 2004) así
como del objetivo o focalización:
Solución del problema
Enfocada a la emoción
Respuestas de evitación
Respuestas cognitivas
Aceptación y reconocimiento de errores
Con base a los datos del cuestionario se obtuvo: el grado de estrés por
cada una de las 33 situaciones planteadas, categorías de respuesta sobre la
forma de afrontar cada uno de estos eventos y la percepción de efectividad de la
acción llevada a cabo a través de evaluar si la situación cambió con la acción
tomada y si ésta también modificó o no su estado de ánimo.
Resultados
Tabla 3
Porcentaje total en el uso de los estilos de afrontamiento en el total de la muestra,
por sexo y grado
Quinto Sexto
Femenino Masculino Total
Estilo grado grado
n=122 n=129 n=251
n=115 n=136
Control Directo 38.5% 33.6% 35.3% 36.6% 36.0%
Control Indirecto 17.4% 19.5% 18.8% 18.2% 18.5%
Abandono de Control 38.6% 41.9% 41.0% 39.8% 40.3%
No pasa 4.5% 4.0% 3.9% 4.4% 4.2%
No respuestas 0.9% 1.0% 1.0% 1.0% 0.9%
Tabla 4
Porcentaje en el uso de los estilos de afrontamiento en las diferentes edades de la
muestra
10 años 11 años 12 años
Estilo
n=50 n=133 N=62
Control Directo 38.5% 36.5% 35.8%
Control Indirecto 18.1% 19.3% 17.1%
Abandono de Control 41.3% 38.8% 42%
No pasa 3.5% 4.8% 3.7%
No respuestas 1.4% 0.6% 1.4%
Tabla 5
Porcentaje obtenido en cada uno de los enfoques del estilo de afrontamiento
Enfoque Porcentaje obtenido
Enfocados en el problema 38.7%
Respuestas de evitación 19%
Enfocado en la emoción 17.3%
No pasa (nada, no me importa) 15.5%
Respuestas cognitivas 5.1%
Otros 4.4%
Por último, con respecto a que tan efectivo es la acción tomada, el análisis
mostró que los niños evalúan con mayor frecuencia al afrontamiento de Control
Directo como un estilo que permite cambiar la situación con un 79% y hacerlos
sentir mejor con un 73% de efectividad en comparación con el uso de los otros dos
estilos, la tabla 6 muestra los porcentajes para cada estilo. Con respecto al
enfoque los resultados de la tabla 7 indican que cuando el estilo esta dirigido a
solucionar el problema existe un 78% de efectividad en cuanto al cambio de la
situación. Cuando se hace uso de los estilos con respuestas cognitivas se obetine
un mayor porcentaje de efectividad con respecto a mejorar su sentir.
Tabla 6
Porcentaje de efectivdad para los estilos de afrontamiento
Control Control Abandono de
Directo Indirecto Control
¿Cambio la situación con lo que SI 79% 67% 55%
hice? NO 21% 33% 45%
¿Me hace sentir mejor lo que SI 73% 59% 52%
hice? NO 27% 41% 48%
Tabla 7
Porcentajes de efectividad para el enfoque en el uso de los estilos de
afrontamiento
Aceptar y
Solucionar Disminuir Res. Resp. No
recnocer
el problema la emoción evitativas cognitivas respuestas
errores
¿Cambio la SI 78% 55% 63% 74% 62% 51%
situación
con lo que NO 22% 45% 37% 26% 38% 49%
hice?
¿Me hace SI 69% 49% 58% 74% 63% 62%
sentir mejor
lo que hice? NO 31% 51% 42% 26% 37% 38%
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Discusión
Como se observa los resultados son consistentes con la premisa de que los
niños y niñas de 10, 11 y 12 años edad utilizan con mayor frecuencia el estilo de
Abandono de Control, este caso ha sido comprobado por Stansbury y Harris
(2000) quienes mencionan que generalmente el infante se distancia en sentido
emocional de situaciones estresantes a través de comportamientos que intentan
disminuir el estrés.
No obstante, estos resultados contradicen los datos reportados en otras
investigaciones, en este caso una realizada por Dávila y Guarino (2001) con niños
y adolescentes venezolanos de entre 8 y 16 años de edad en las cuales se señala
que el afrontamiento activo y la expresión de emociones son las más utilizadas por
los niños y que son estrategias que se encuentran dentro del estilo de Control
Directo. Por otro lado, los hallazgos de Dalbosco y Simon (2002), señalan que los
niños brasileños de 8 y 10 años usan con mayor frecuencia guiarse del apoyo
social y las acciones agresivas, así como el uso de la acción directa para lidiar con
los conflictos. A diferencias de los niños de esta muestra donde se encontró que
con mayor frecuencia se utilizan estrategias encaminadas a Abandonar la
situación, estas diferencias pueden tener influencia en el rango de edad utilizado y
el ambiente cultural en el que se desenvuelven.
Con respecto al hecho de no haber encontrado diferencias estadisticamente
significativas en el uso de los estilos de afrontamiento en cuánto al grado escolar,
edad y género, estos hallazagos contradicen los resultados obtenidos por las
investigaciones de Sharrer y Ryan-Wenger y Spirito, (1995, en Chen & Kennedy,
2005). Probablemente estos resultados sean atribuibles a que el rango de edad
dentro de esta muestra, (entre los 10 y 12 años) no es realmente grande para
esperar diferencias o a que el cambio cultural en el trato cada vez más igualitario
entre niños y niñas tenga influencia, (lo cual tendría que comprobarse en otra
investigación).
En lo que se refiere a la intensidad del estrés, se puede afirmar que los
niños de esta muestra perciben niveles moderados de estrés. Estos resultados
indican que las fuentes de estrés principales en los niños de esta edad están
relacionadas con el área familiar, escolar y social, tal como lo reportan Trianes
(1990) y Del Barrio (1997). Dicho hallazgo tiene implicaciones relevantes sobre el
desarrollo psicosocial del infante y por lo tanto merecen mayor atención en
investigaciones futuras.
En lo que refiere al enfoque o finalidad en el uso de estilos de afrontamiento
por parte de los niños de esta investigación, un hallazgo importante del estudio fue
que los niños y niñas mostraron en general la utilización de los estilos de
afrontamiento con la finalidad de resolver el problema o al menos disminuir su
impacto, esto significa que el infante evalúa el problema como susceptible de
cambio, lo cual es un patrón de afrontamiento al estrés bastante adecuado debido
a que establece un balance entre el manejo directo del problema y el manejo de
las emociones que provoca.
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Estos resultados están relacionados con lo mencionado por Compas y
Phares (1991) en relación a que en edades más tempranas, en este caso 8 y 10
años, las habilidades de afrontamiento se focalizan con mayor frecuencia hacia el
problema y las focalizadas a la emoción adquieren una mayor tendencia durante la
adolescencia, debido a que los niños pre-adolescentes aún no tienen plena
consciencia de sus estados emocionales.
Un punto interesante es que el análisis mostró que los niños consideran con
mayor frecuencia al afrontamiento de Control Directo de un estilo que permite
cambiar la situación y hacerlos sentir mejor en comparación con el uso de los
otros dos estilos, Control Indirecto y Abandono de Control. Estos resultados
muestran que la evaluación terciaria que el infante hace de sus propias acciones
con respecto al Control Directo son altos en cuanto a la eficiencia de los mismos,
es decir que si perciben un alto grado de funcionalidad en la acción directa. Lo
mismo sucede cuando el enfoque está dirigido a solucionar el problema. Esto
indica que los niños perciben tener control sobre la situación cada vez que utilizan
una estrategia dirigida a solucionar el problema.
Resumiendo, se puede concluir que los niños evaluados utilizan con mayor
frecuencia estrategias de afrontamiento dirigidas a evitar o abandonar la situación
estresante.
Sin embargo, refieren que al utilizar los estilos de afrontamiento de Control
Directo y el enfoque dirigido al problema, si existe un cambio y que estas acciones
si los hace sentir mejor.
Los resultados del estudio sirven como base para incorporar medidas que
ayuden a disminuir el estrés en los distintos contextos en los cuales se
desenvuelve el infante. Implementar intervenciones que involucren a los pre-
adolescentes, su familia y entorno en el cambio, con la finalidad de dirigirse a las
fuentes directas de estrés infantil, resaltando principalmente que muchas
conductas de riesgo en la adolescencia responden a la incapacidad para afrontar
las situaciones. Las aportaciones del estudio son las siguientes:
1. Se comprueba que el ambiente familiar, escolar y social son fuentes
determinantes de un elevado grado de estrés en la edad infantil y por lo tanto
pone en riesgo su salud física y emocional.
2. Se presenta evidencia empírica acerca del papel que desempeñan los factores
de interpretación de la situaciones estresantes ya que con base en eso, los
niños actúan y evalúan si sus acciones son eficientes o no.
3. Los resultados sirven de fundamento para intervenciones que permitan la
enseñanza de estilos de afrontamiento eficientes que permitan al pre-
adolescente adaptarse a su entorno y sobrellevar las situaciones que le
esperan en un futuro.
4. Este estudio permite abrir una línea de investigación en el área de la
psicología clínica en relación al estrés y afrontamiento infantil, en la que se
estudien los factores psicosociales, físicos, emocionales y cognitivos, a fin de
mejorar las condiciones de salud de los infantes.
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Referencias