Eje Pedro
Eje Pedro
Eje Pedro
CAMPA PEDRO
CHARLA 1: EL LLAMADO
Obj. Descubrir que tu llamado como hijo legítimo de Dios es a la plenitud (anuncio de la plenitud).
Idea general de la “segunda conversión”
Ideas generales:
Dinámica El sepulcro.
Conclusión: Lo que nos duele al morir es todo el amor que se queda guardado. El corazón sabe que
se quedó con algo, y es el mismo corazón el que te va a decir que hay algo más.
Testimonio:
Descubrí que el anhelo de Jesús para que yo sea plena no difiere de mis más profundos sueños.
Dejar las redes: la última parte después de mi decisión fue dejar las redes de mi seguridad, de mi
autosuficiencia y dejar las redes significó exponerme y exponerle mi corazón.
Empieza el camino: sé que empieza mi camino a la plenitud porque he tenido destellos de ella en
cada pequeña decisión que hago y en cada pequeño paso que doy.
CHARLA 2
DUALIDAD SIMÓN-PEDRO
De caña quebradiza a piedra de cimiento, y de regreso…
Objetivo:
Invitar a creer firmemente que la promesa de Jesús en mi vida esta cumplida, a pesar de mi
dualidad caña-piedra.
Ideas principales:
Toda la vida de Pedro registrada en la escritura, refleja esta profunda dualidad de a veces
comportarse como “piedra de cimiento” y otras como “caña quebradiza”
Jesús no retira la promesa hecha a Pedro
El que Jesús le diga “…y sobre ti edificaré mi Iglesia” implica que Jesús ya vio a Pedro como
piedra de cimiento: le anuncia entonces el triunfo final de la gracia actuando dentro de El,
y de la docilidad de Pedro para dejarse guiar
o Jesús no es un motivador humano, es un profeta: lo que anuncia, se cumple. De
ahí la importancia de creer en sus promesas
o La acción de la gracia en nuestras vidas es un binomio indisoluble si queremos
llegar a la vida plena: la gracia juega un papel determinante y enorme, pero la
pequeña aportación del hombre a dejarse guiar es necesaria para que la gracia dé
fruto
Nosotros damos demasiada importancia a esta dualidad en nuestra persona: creemos
mucho en que la obra en nuestras personas depende mucho de nosotros mismos
o Parte del estilo de nuestra religión pone un acento muy grande en la necesidad de
las obras para la salvación: el entorno religioso nos configura para actuar,
“acentuando nuestra autonomía, pero por eso mismo, haciéndonos sentir nuestra
soledad, generando angustia y preocupación” (cfr. Andrés Torres Queiruga –
Recuperar la salvación, pp 54)
o Santa Teresa describe en sus moradas que después de cierto nivel ascético (de
esfuerzo del hombre por seguir a Dios) es el mismo Dios el que ahora pone,
digámoslo así, “el mayor esfuerzo”.
Es tiempo de acogernos a la misericordia de Dios, de ser pequeños. Sólo así la gracia
puede reconfigurarnos desde adentro, para que nuestra vida sea, no testimonio (palabra
muy desgastada) sino reflejo de Dios Padre.
La misericordia de Dios es la única capaz de reconfigurarte como persona, de encaminarte
a la plenitud. Ni simón ni pedro: primero la misericordia de Dios. Luego todo lo demás que
gustes añadir.
¿De dónde viene mi seguridad entonces? De acogerme siempre a la misericordia de Dios
¿Qué es lo que sucede interiormente en nuestra persona cuando nos acogemos a la
misericordia de Dios?
o Muere el pequeño-gran fariseo que vive dentro de nosotros. Fariseo que:
Cree que sus obras le acarrean la salvación, que cumpliendo una ley “tiene
ganado el cielo”
Juzga fácilmente a otros, apelando a un falso celo evangélico. Se cierra el
paso a sentimientos de comprensión y misericordia, por los demás y por él
mismo
o Se van culpas estériles, que nos desgastan, nos paralizan y nos hacen dejar de
creer en la promesa
o Nos hacemos pequeños, necesitados. Tomamos nuestro verdadero tamaño ante
Dios. Y misteriosamente la gracia penetra profundamente en todas las
dimensiones de nuestra persona. Entonces dejamos a Dios ser Dios para, guiarnos,
sanarnos, corregirnos, consolarnos, iluminarnos, santificarnos.
o Finalmente, así pequeños, Dios nos revela el camino hacia la plenitud, hacia la
ansiada tierra prometida, hacia la ansiada llegada de “la vida en abundancia”.
Desarrollo:
La persona de Pedro es fascinante. Por lo que nos dejan ver los evangelios, el libro de Hechos y
algunas cartas, podemos ver a un hombre muy parecido a nosotros en muchos aspectos.
Tal vez no pocas veces tendamos a pensar que la relación entre Jesús y sus apóstoles fue algo
rígida; que más bien se parezca a la relación entre un maestro y su alumno y no a la de un amigo
con otro. Pero la verdad es que tuvo que haber sido una relación muy intensa entre ambos,
derivada por supuesto de la admiración que Pedro sentía por Jesús (maravillado por su caridad y
sabiduría, más que por su poder – en contraparte como podría haber pasado con Iscariote) pero
también de la identificación de Jesús (profundamente hombre) con Pedro. “Ya no los llamo
siervos, sino amigos…” les dijo Jesús un día, utilizando una palabra muy humana para describir su
sentir hacia ellos. Sí, Pedro y Jesús eran amigos indudablemente.
Después de la pesca milagrosa, todo parece posible para Pedro: está fascinado con este artesano
que le ha dado una tremenda lección de vida (además de la técnica). Pedro se abre a la posibilidad
de creer que este hombre es el Mesías de Dios, tan esperado por su pueblo. Y así, entre la
convivencia cercana, entre la hermosa y profunda revelación que Jesús viene a hacer, entre las
pasiones que despierta esta buena noticia, entre acampar juntos fuera de cafarnaun y dormir
juntos dentro de Cafarnaun, entre Jesús y Pedro va brotando una amistad intensa, una admiración
mutua.
Jesús desde los primeros momentos de su predicación sabía cómo terminaría todo aquello: sin
tratar aquí de especular si tuvo o no revelaciones místicas y sólo considerando que es un hombre
con un profundo sentido común, Jesús tuvo que haber entendido que desafiar al poder que
oprime al hombre es casi siempre causa de muerte. El regresar al hombre su dignidad usurpada
por el malo y el mal, traería sus consecuencias nefastas.
Desde entonces, Jesús ora al Padre para que le vaya revelando en quién recaerá la misión,
mientras en paralelo crece la amistad especial con Pedro. Al mismo tiempo Jesús se cuida mucho
de no crear rivalidades entre sus apóstoles “el que quiera ser el primero que sea el servidor de
todos…” porque Jesús conoce perfectamente las seducciones del poder y sus consecuencias
nefastas “…póstrate ante mi y te daré todos los reinos de esta tierra…”. Sin embargo, Jesús sí elige
a uno, y solamente a uno le dice: “…tú eres Petra, y sobre esta misma petra edificaré mi Iglesia…”
(Traducción directa del evangelio en griego (“…epi tautee tee petra”). Y en otra parte le dice: “te
daré las llaves del cielo…”. Jesús, el Padre y el Espíritu Santo han designado al que ha de ser el
administrador de la misión.
Y desde que Jesús lo llama Cefás (piedra en arameo), Pedro ya no se deja llamar Simón (caña
quebradiza) por nadie. ¿Quién no preferiría ser la fuerte e inamovible piedra de cimiento, a la
humilde e inestable caña quebradiza del campo?
Sin embargo, es un hecho que esta dualidad tan característica de Pedro (dualidad caña-piedra) lo
acompañará toda su vida. Veamos algunos pasajes donde se muestra esta dualidad:
“Tú eres Pedro…Dichoso tú porque esto no te lo ha revelado la carne, sino (Mt 16, 16-17)
“Señor, no debes morir así… va de retro, Satanás, porque tus ambiciones no son las de Dios, sino la
de los hombres” (Mc 8,32-33)
Pedro cortó la oreja del criado del sumo sacerdote. Un pescador con espada (Jn 18,10)
“¿Tú lavarme a mi los pies?...” Jn 13, 6-9
“Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la prisión y a la muerte” (Lc 22, 33)
“Yo no conozco a este hombre…” (Lc 22, 57)
“Si eres tú, ordéname ir a ti..” (Mt 14, 28)
“Señor, a quién iríamos…” (Jn 6)
Se queda dormido cuando Jesús le pide que ore. Sólo a él lo reprende Jesús (Mc 14, 37)
“Es el Señor. Pedro se echó a nadar hacia El…” (Jn 21, 7)
“Y les dijo: «Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni
entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado Dios que no hay que llamar profano o impuro a
ningún hombre. (Hch 10) contrasta con “Pedro, el judaizante” (Gal 2,11 ss)
“Tabitá, levántate, paralítico, levántate” (Hch 9, 32 ss)
Esta dualidad la conoce perfectamente Jesús, porque en realidad es la dualidad de todo hombre,
es la dualidad que vive en ti y en mi. Es el “trigo y la cizaña…” creciendo dentro de nuestro propio
corazón. Y sin embargo, Jesús no le retira jamás a Pedro la promesa, aún cuando Jesús sabía que
Pedro lo negaría. Y no sólo eso, sino que después de resucitado, su Amigo lo reafirma en la
primera misión: “apacienta mis ovejas…apacienta mis corderos” le repite tres veces.
Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se
manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de
Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.»
Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella
noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.» El les
dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían
arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es
el Señor», Pedro se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos
vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos
doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan.
Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.» Subió Simón Pedro y sacó la red
a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres
tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el
pez.
Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón bar Joná, ¿me amas más que éstos?»
Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.» Vuelve a
decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me
quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo:
«Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. «En verdad,
en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando
llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.» (Jn 21, 1-
18)
Tres cosas muy profundas y personales quieren hoy revelarte Jesús, a través de Pedro:
- Que te ama profundamente así como eres, con tu dualidad caña-roca, trigo y cizaña, luces
y sombras
- Que está dispuesto siempre a perdonarte
- Que confía plenamente en las capacidades que Dios puso en tu persona
Y esta noticia, que debería ponernos a saltar de gusto y debería reconfigurar nuestra vida y
nuestro corazón, apenas nos mueve un poco. Y es que a veces resulta tan difícil creer, es más, es
casi imposible aplicarnos esta revelación a nosotros mismos, en medio de un mundo que nos dice
que nada es gratis, que todo te lo tienes que ganar, que cosecharás lo que siembres. Un mundo
donde todo hay que merecerlo, un mundo que nos deja atrás, siempre rezagados y vacíos,
compitiendo siempre entre nosotros, hasta para estacionarnos. “Nada se merece, todo se gana”
parece gritarnos el mundo. Y vamos viviendo con esta ideología, con estas sensaciones,
acentuadas algunas veces por buena parte del sistema religioso, en el cual sigue prevaleciendo la
idea del hacer para merecer a Dios, donde Dios sólo recibe a los buenos, donde se pone tanto
énfasis en el esfuerzo personal para que podamos alcanzar entonces a Dios. El resultado es que al
final no nos sentimos auténticos hijos amados del Padre, herederos, príncipes y princesas. Vivimos
angustiados porque la mayoría de la enseñanza que recibimos se enfoca más el cumplimiento y
mucho menos en la revelación de un Papá que nos ama profundamente.
Pero en medio de este mundo tan inhumano, se aparece un artesano de sabe Dios qué pueblo
perdido de la sierra, metiéndose en nuestra realidad hasta experimentar la misma muerte. Ese
artesano insignificante viene a revelarnos en medio del caos de egoísmo, algo que hace saltar a
nuestro corazón, porque es algo que llevamos mucho tiempo anhelando escuchar:
- Que Dios te ama profundamente así como eres, con tu dualidad caña-roca, trigo y cizaña,
luces y sombras
- Que está dispuesto siempre a perdonarte
- Que confía plenamente en las capacidades que Dios puso en tu persona
Canto: renuévame,
Objetivo:
Estar en la presencia del amigo, deleitándose con El, con los otros hermanos y en la naturaleza
Esta oración se llama “el final de un día como cualquiera con Jesús”
Durante el día: todo el ajetreo derivado del trabajo de evangelizar. Mientras más se da a conocer
Jesús, más trabajo hay – todos quieren tocarlo, conocerlo, escucharlo
Tu mente termina el día embotada con tantas imágenes: llantos, risas, gritos, oraciones,
liberaciones…
Queda poco tiempo para estar con Jesús, con el amigo. Cómo se extrañan esas pláticas con él,
como cuando no era tan famoso a orillas del Jordán, Ya Jesús te ha dado ciertas responsabilidades
pues no puede coordinar él todo. Ha repartido un poco la responsabilidad entre los doce (a los que
tú perteneces) para hacer más llevadero el trabajo y tratar de abarcar más.
Este trabajo de ayudarle a coordinar ha sido duro: son muchas las necesidades de la gente que se
acerca y cada cabeza es un mundo. Te topas con todo tipo de personas, desde los curiosos hasta
los que odian a Jesús y todo lo que tenga que ver con él. Incluso ya has probado un poco de lo que
has visto que le sucede a Jesús: desprecios, desagradecimientos, críticas mordaces,
murmuraciones, marginaciones, etc.
Y lo haces con gusto, sólo que a veces la misión pierde un poco de sentido sin estar cerca de Jesús.
Y viene una especie de nostalgia por esos días, donde nos sentábamos todos alrededor del fuego
con El entre nosotros: las bromas, las pláticas, las “confesiones y sinceridades”, la enseñanza
privada de Jesús. Y lo curioso es que esta misión que hemos emprendido a su lado para él sigue
siendo profundamente apasionante y derrocha una energía tremenda al llevarla a cabo, a veces
pensamos que Jesús es incansable. Pero algunas veces para nosotros no tiene el mismo sentido y
nos agobia el trabajo y la responsabilidad. Se transforma sin querer de algo gozoso a algo rutinario
y desgastante
Esta noche Jesús nos ha dicho: “adelántense al otro lado del lago, vayan en la barca de Andrés”.
Iré a orar y luego usaré la barca de Pedro. De eso han pasado varias horas y no lo vemos aparecer.
Hemos estado al pendiente de ver aparecer la barca, pero nada. Seguro se le atravesó más gente
en el camino y se quedó a enseñarles y a curarlos. Lo mejor será para nosotros comenzar a armar
las tiendas, ir apagando el fuego, preparándonos para dormir…para la rutina del día siguiente.
Esta noche es diferente a las demás, Jesús viene hacia acá con una sola cosa en mente: platicar
contigo abundantemente, como sólo a ti y a él les gusta. Hablar de todo lo que necesites. Esta
noche no hay tumultos, sólo están tú y El. Aviva pues el fuego, porque ya llega el amigo
Amigo, amiga, llego hoy para ti. Yo mismo preparé la noche ideal, le di este sabor al aire y puse las
estrellas justo como a ti y a mi nos gustan. Vengo a disfrutar este fuego contigo para que
charlemos. Quiero que me platiques cómo estás, como te sientes, cómo va tu vida. Hace mucho
que no me expresas tus sueños. ¿Qué ha sido de aquellas preocupaciones que alguna vez me
platicaste? ¿Cómo van las cosas por casa? No quiero atiborrarte de preguntas, es sólo el ansia de
que me platiques. Qué te parece si comenzamos con una simple pregunta: ¿Cómo está tu
corazón? (arpegio)
CHARLA 3 TRASCENDENCIA
Objetivo.
Descubrir el llamado a la trascendencia que Jesús nos hace, a través de Pedro en el milagro de
caminar sobre el Agua.
Pedro:
Hombre Radical y sincero
Sinceridad a expresar sus sentimientos
Valentía en sus palabras
Constantemente con su ejemplo nos enseña a sentirnos libres
Analicemos
22 En seguida, obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla,
mientras él despedía a la multitud. 23 Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al
atardecer, todavía estaba allí, solo. 24 La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las
olas, porque tenían viento en contra.
Jesús no pierde la mirada ante sus amigos
25 A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar.
Jesús ante quien ha sido entregado todo poder, se dirige a sus amigos de una manera
poco inusual ante los ojos del hombre
26 Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. "Es un fantasma", dijeron, y llenos de
temor se pusieron a gritar.
Sorpresa para los discípulos, ver a alguien caminar sobre las aguas estaba fuera del
pensamiento completamente
27 Pero Jesús les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
Momento de paz al escuchar la voz de su amigo, el hijo de Dios el único que al decir “ Soy
yo”, “yo soy” , En el antiguo testamento Dios manda a Moisés a liberar a su pueblo y este
le pregunta a Dios ¿Y quien digo que me envía? Dios responde “Yo Soy” te envía.
De igual manera Jesús se presenta así, y sus amigos lo reconocen.
28 Entonces Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua".
Pedro, el sincero a expresar lo que siente ese hombre radical que responde al llamado de
un carpintero siendo el un pescador le responde Señor, si eres tú, mándame ir a tu
encuentro sobre el agua".
29 "Ven", le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección
a él.
Jesús le dice “VEN” ojos de amor imagínense su mirada, el Amor que expresaron una sola
palabra.
Imagínense a sus amigos, todos están arriba de la barca que se había alejado mucho de la
orilla por la tempestad, ¿Qué actitud tomarían, lo observaban?
“Increíble acto de fe Pedro se baja de la barca y se dirige hasta el maestro y comenzó a
caminar
Jesús no le dice mira Pedro cuando te bajes de la barca vas a caminar sobre el agua
Aguántame unos minutos en esa posición…
Sigo pensando en un poco en los discípulos ¿Que habrá pasado por su mente al ver a su
amigo a caminar por las aguas? primero vieron al maestro y luego a su amigo.
Obviamente Pedro no camino por si mismo, JESUS REALIZA UN MILAGRO A TRAVES DE
SU FE!!! , LOGRANDO QUE PEDRO HICIERA LO MISMO QUE EL (te comparto el gran amor
del padre)
Sabiendo que por si mismo no podía hacerlo, por la fe pudo lo que la debilidad humano
no puede
30 Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: "Señor,
sálvame".
Pedro le entro el miedo, tal ves no se la creyó ¿Cómo yo haciendo lo mismo que Jesús? Y
cae
“Señor Sálvame” Pedro le cree a Jesús no solo lo permitió caminar si no lo reconoce Señor
y claro que le va a dar la mano.
31 En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: "Hombre de poca fe, ¿por
qué dudaste?". 32 En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Los que estaban en ella se
postraron ante él, diciendo: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios.
La fe en Cristo y la esperanza que solo el otorga, permiten al hombre alcanzar la victoria
sobre si mismo.
Duda Pedro claro, NO DUDA DE JESUS SI NO DE SI MISMO ¿Y quien no?
JESUS NO TE EXIGE QUE CAMINES SOBRE LAS AGUAS, TE PIDE QUE TE BAJES DE TU
BARCA!!!! ¿PARA QUE?
¡¡¡¡PUES PARA QUE EL HAGA UN MILAGRO ATRAVES DE TI!!!
PARA QUE NO SEAS DE LOS QUE SE QUEDEN EN LA BARCA, TE INVITA A QUE
TRASCIENDAS, ¡¡¡¡TU NOMBRE QUEDE INSCRITO!!!!
Te llama y te dice “VEN” (decir nombres de los campistas)
Otorga unos segundos de destello a Pedro, es lo que nos otorga a cada uno para seguirlo,
actuando a través de nuestra FE
No te sientas presionado, ni sientas que te esta exigiendo algo, te habla con Amor y el te
va dar la valentía.
San Agustín “Te buscaba fuera y estabas dentro”
Depende de la sinceridad con la te adentres a ti mismo.
Paso muy concreto es salir de la barca y soltar tu seguridad a su seguridad
¿Y cual es esa seguridad? cada uno sabe
Vuelve tu circulo un espiral, no le des vueltas y vueltas a tus heridas, a las cosas que te
atan, rompe con ese circulo.
Deja que Jesús trascienda a través de tu persona (como eres)
¿Y que hago? ¿Qué sigue? ¿Me estará pidiendo que deje mi trabajo? ¿Pero de que voy a
vivir? ¿Pero ya no siento bonito, es que me ha dejado e hablar?
Jesús te va a regalar una visión especial
El anhelo es lo Jesús quiere
Tienes dos historias, en una sigues en el barco, en otra dejas tus seguridades y te bajas
del barco.
Llama a caminar y ser como él, seguir creando una base sólida, ¡¡¡¡“tu fe, tu esperanza,
tus anhelos” depositados en él!!!!
No es dejar las cosas materiales, si no te pide sinceridad desde dentro
San Basilio “no adherirse a las cosas pasajeras como si fuesen eternas, ni despreciar las
eternas como si fuesen transitorias (temporales)”.
Hay libros de grandes Santos, en la Palabra de Jesús están las personas que trascendieron
¿Qué va a decir tu evangelio?
¿Cómo quieres quedar inscrito?
Jesús te dice VEN ¿Qué le respondes desde dentro?
CHARLA 4
PLENITUD
Objetivo: mostrar que la plenitud se encuentra en la entrega incondicional del don mas preciado:
la vida.
¿A dónde vas, Señor?
Ideas clave:
- Jesús deja un único mandamiento, que es el del amor
- No podemos amar ni ser amados en plenitud mientras no seamos libres
- Jesús viene para hacernos libres, con toda su persona, su doctrina y con la acción directa de su
Santo espíritu, nos hace "libres para amar"
- Lo absolutamente contrario al amor es el egoísmo, que hace al hombre volcarse hacia adentro
cuando debería hacerlo hacia afuera, hacia sus hermanos
- El egoísmo es la enseñanza constante de esta humanidad, especialmente de esta época (primero
yo, después yo y al ultimo yo)
- Un corazón auténticamente libre es un corazón que supero al egoísmo, a los apegos
Desarrollo:
Simulamos una dinámica de desprendimiento, como las que hacemos en el campa: le pedimos a
los campistas que en retribución a lo que han recibido de Dios (en sabiduría, en sanación, en
trascendencia), que serian capaces de dejar en la caja de cartón. No se trata de llevar la dinámica a
su punto mas alto, como lo hacemos en un campa, sino que en cierto punto de la dinámica se
lance la pregunta: supongamos que has dado todo lo que tienes en esta vida, ¿qué te quedaría
aun por entregar? La conclusión a la que hay que llegar es que lo único que queda es entregarse
uno mismo, la vida misma.
Luego planteamos un escenario ficticio: todos los campistas, efectivamente, entregaron su vida en
el servicio, dieron todos sus bienes a los pobres, incluso murieron de alguna forma en el martirio,
en alguna especie de cruz por llevar el evangelio (hay que presentar el momento como dramático,
para lograr un muy buen contraste con lo que viene a continuación). Entonces, después de esa
vida de sacrificio y entrega por el otro, llega el momento de recibir tu gran premio: extiende tu
mano... (les damos un poco de arena o tierra fina). Nos fijamos bien en sus reacciones, que seguro
serán del tipo: ¿esto es todo? ¿por un puño de tierra me sacrifique tanto? no es justo... (hacemos
un compartir breve)
Ahora te pedimos que, después de esta visión de la recompensa que vas a obtener por una vida de
entrega, con sinceridad respondas: ¿te volverá a entregar como lo hiciste?
Este es el grado de entrega del amor de Jesús por nosotros: ¿qué recibo por enseñar el amor de
papa, por enseñar la justicia, la hermandad? ¿qué recibió por curar a tantos enfermos, por hacer
caminar a los paralíticos, por regresar la vista a los ciegos? ¿que gano por denunciar el abuso de
poder sobre los oprimidos? en una frase: ¿qué recibo por vivir en y por el amor?
En la cruz, solo, Jesús experimenta la cima de las soledades: el silencio del Padre. "Eloi Eloi, lema
sabactani! Y diciendo esto, entrego el espíritu". En ese momento, muchas de las frases que dijo
Jesús tomaron su real sentido:
- No hay amor mas grande como el que da la vida por sus amigos
- Quienquiera salvar su vida la perderá, pero el que la entregue por mi la salvara
- yo doy mi vida libremente, nadie me la quita
".. y de su costado brotaron sangre y agua.." entrega hasta la ultima gota de vida, por amor a
nosotros, no como el siervo sufriente, sino como consecuencia de llevar su amor al extremo, sin
esperar absolutamente ninguna recompensa, solo confiando en la misericordia de papa.
Nuestro camino de libertad y de amor necesariamente pasara por este momento de decisión: al
Jesús capacitarte y hacerte mas libre y al conocer mas a fondo el amor de Jesús y su entrega, tu
propio espíritu te preguntara: ¿quieres dar la vida por tus hermanos, como lo hizo Jesús? En ese
momento el Espíritu hará que no esperes nada a cambio (arrancara de raíz el egoísmo que se
enraizó en tu corazón), te mostrara la cruz y te preguntara de nuevo: ¿quieres entregar tu vida por
tus hermanos como lo hizo Jesús?
DINAMICA DE LA CRUCIFIXIÓN
Cuentan los evangelios apócrifos que Pedro fue enviado a Roma. no quería ir porque se había
desatado una feroz cacería contra los cristianos, llamada por el emperador romano. Pedro, con
todo el esfuerzo y toda la entrega que había tenido por Jesús y por el evangelio, seguía temiendo,
y cuando entro a la ciudad decidió no evangelizar y regresar por donde vino. En el camino de
regreso, ya fuera de Roma, vio un hombre que decididamente iba hacia Roma. Pedro sintió un
escalofrió y le pregunto: ¿Quo Vadis, Domine? Aquel hombre le respondió: "venio iterum crucifigi"
voy a Roma, a entregar la vida nuevamente. En ese momento, finalmente, a Pedro se le aclaro la
mente y comprendio tantas intuiciones que había tenido a lo largo de su vida, cambio el rumbo y
decidió entregar su vida como un día lo hizo el amigo. Su crucifixión, así como la de Jesús, fue
circunstancial, fue solo un modo de morir, porque la vida la había entregado, finalmente, ese día
de camino a su pueblo.
Pedro de cabeza: narración de la visión que tiene en su barca y Jesús lo llama a la casa del Padre.
ORACIÓN DE PENTECOSTES
Tema – oración: Pentecostés
El enfoque de la oración:
- viene a ser el cierre del campa
- Explicar brevemente cómo es el soplo de Jesús del E. Santo el que capacita a Pedro para llegar
hasta donde llegó: a la cruz, a la entrega generosa de la vida por su Amigo y por los demás. De
estar encerrado por miedo a los judíos a predicar abiertamente a Jesús como el Mesías y convertir
a miles de personas al amor de Jesús.
- El E. Santo es el único que capacita para vivir como Jesús: no son tus convicciones, ni tus ideas.
Cuando hablamos de plenitud y de entrega radical en el amor necesariamente actúa el E. Santo en
nosotros. Sin él, la plenitud es sólo un concepto
- Necesitamos ver como Jesús, confiar como Jesús, amar como Jesús, etc., etc. y sólo el Espíritu
nos capacita para ello. El E. Santo puede hacer que sintamos, pensemos, actuemos como Jesús si
lo dejamos entrar y lo pedimos.
- Muchas veces, cuando hacemos oración al E Santo, le pedimos carismas y dones. Hoy sólo vamos
a pedir uno, el don por excelencia, el don que potencia todos los demás, el único don que es capaz
de transformar profundamente la vida propia y la de los demás: el don de la caridad.
- (Podríamos representar aquí la oración de los mancos - ver anexo) para ejemplificar cómo la
caridad potencia nuestra vida humana hasta elevarnos a niveles insospechados de entrega, de
trascendencia y de plenitud. La caridad es la que algún día nos permitirá decir "Ya no soy yo, sino
Jesús el que vive aquí dentro"