Galli Fiant. Alimentos Hijo Mayor de Edad
Galli Fiant. Alimentos Hijo Mayor de Edad
Galli Fiant. Alimentos Hijo Mayor de Edad
I- Introducción
El cese del deber alimentario amplio de los padres hacia los hijos
que arriban a la mayoría de edad o se emancipan es una regla
admitida pacíficamente5, consecuencia de la extinción de la patria
potestad que prevén expresamente los incisos 3° y 4° del artículo
306 del Código Civil.
Durante la vigencia del Código Civil y hasta la sanción de la ley
26.5796, la mayoría de edad de los hijos provocaba el cese de pleno
derecho del deber de los padres de asistir a sus hijos conforme a
su condición y fortuna. A partir de allí, padres e hijos en un pie
de igualdad se encontraban recíprocamente obligados a asistirse en
la necesidad, siempre que se diesen los requisitos del art. 370
del Código Civil.
La ley 26.579, entre las modificaciones que acompañan la
disminución de la mayoría de edad de los 21 a los 18 años, ha
incorporado un segundo párrafo al artículo 265 del Código Civil.
La redacción actual de la norma es la siguiente: “Los hijos
menores de edad están bajo la autoridad y cuidado de sus padres.
Tienen éstos la obligación y el derecho de criar a sus hijos,
alimentarlos y educarlos conforme a su condición y fortuna, no
sólo con los bienes de los hijos, sino con los suyos propios. La
obligación de los padres de prestar alimentos a sus hijos, con el
alcance establecido en artículo 267, se extiende hasta la edad de
veintiún años, salvo que el hijo mayor de edad o el padre, en su
5
Bossert, Gustavo A. Régimen jurídico de los alimentos. Ed. Astrea. Año 2000, pág. 230. Ver Trib.Colegiado de
Familia n°3 de Santa Fe, 3-12-04. V, J.L. c. V, J.M s/ Incidente de cesación de cuota alimentaria. La Ley Litoral 2005,
411
6
La ley 26.579 fue sancionada el 2 de diciembre de 2009, promulgada el día 21, y publicada en el Boletín Oficial del 22
del mismo mes y año.
3
caso, acrediten que cuenta con recursos suficientes para
proveérselos por sí mismo.”
El texto reformado reconoce su antecedente en el Proyecto de
reformas al Código Civil elaborado por la Comisión Federal en
1993, que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados. Éste
proponía, con palabras casi idénticas, que “La obligación de los
padres de prestar alimentos a sus hijos, con el alcance
establecido en el artículo 267, se extiende hasta la edad de 21
años, salvo que el obligado, siendo el hijo mayor de edad,
acredite que éste cuenta con recursos suficientes para
proveérselos por sí mismo”7.
Como antecedente más inmediato –aunque con otra extensión-
señalamos el Proyecto suscripto por García Méndez, Bisutti,
González, Belous, Ibarra, Massei, Benas, Comelli y Donda Pérez.
Entre los Fundamentos de la reforma en materia alimentaria –
artículo 265 del Código Civil- los legisladores remiten a otro
proyecto anterior que en 2006 logró sanción en la Cámara de
Senadores (Proyecto 3293-S-2006, presentado por el Senador Rubén
Giustiniani, de la Provincia de Santa Fe) y señalan: “Asimismo, el
proyecto presentado por el Senador Giustiniani extiende la
obligación alimentaria de los padres hasta los 25 años, cuando
habiéndose iniciado los estudios a los veintiún años la
prosecución de los mismos les impida a sus hijos proveerse de los
medios necesarios para sostenerse independientemente. Tal
extensión de la protección tiene por finalidad incentivar el
derecho constitucional que todo ciudadano tiene de estudiar y
perfeccionarse profesionalmente, según surge de la fundamentación
del proyecto”. El texto propuesto como segundo párrafo del
artículo 265 era el siguiente: “La obligación de los padres de
prestar alimentos a sus hijos, con el alcance establecido en
artículo 267, se extiende hasta la edad de veintiún años, salvo
que el hijo mayor de edad acredite que cuenta con recursos
suficientes para proveérselos por sí mismo. Esta obligación se
prolonga hasta que los hijos alcancen la edad de veinticinco años
en el caso que la prosecución de los estudios o preparación
profesional les impida a los mismos proveerse de los medios
necesarios para sostenerse independientemente.”8 La propuesta
contenía una suerte de cese progresivo del deber alimentario
amplio de los padres hacia sus hijos, en la que podemos reconocer
el siguiente escalonamiento: hijos hasta 18 años: deber
alimentario amplio de los padres conforme a su condición y
fortuna; hijos entre 18 y 21 años: subsistencia del deber amplio
de los padres, salvo que el propio beneficiario demuestre que
cuenta con medios para subvenir a sus propias necesidades; hijos
entre 21 y 25 años: prolongación del deber amplio de los padres
sólo si los hijos están impedidos de procurarse su propio sostén
en razón de la continuidad de sus estudios o preparación
profesional; finalmente, hijos mayores de 25 años: deber de los
padres en las condiciones del artículo 370 del Código Civil.
7
Téngase en cuenta que el Proyecto de referencia establecía la mayoría de edad a partir de los 18 años
8
Fuente: Sitio oficial de la Diputada Victoria Donda, www.victoriadonda.org.ar
4
En su análisis de la ley 26.579, D’Antonio destaca el legislador
de 2009 ha omitido en el texto reformado del artículo 265 del
Código Civil las particularidades admitidas por la doctrina y la
jurisprudencia para la extensión de la obligación paterna más allá
de la mayoría de edad –padecimiento de enfermedades físicas o
psíquicas del hijo, que se hallara imposibilitado, que estuviera
cursando estudios superiores, entre otras-. En efecto, la norma no
impone requisito alguno para que proceda la extensión del deber
alimentario paterno hasta los 21 años. Más allá de esa edad se
abre para el hijo la posibilidad de reclamar alimentos conforme lo
establecido por el artículo 367 inciso 1° del Código Civil.9
Ante el nuevo texto legal corresponde formularnos esta pregunta:
¿Es posible sostener la misma regla del cese de pleno derecho al
arribo a la mayoría de edad? A nuestro criterio el nuevo artículo
265 incorpora una etapa de transición en la obligación alimentaria
paterna/materna, que modera los efectos extintivos del deber
asistencial amplio ante la mayoría de edad. En esa inteligencia,
la solución que proponemos es la siguiente: la obligación
alimentaria amplia de padres a hijos cesa de pleno derecho al
cumplir los éstos 21 años; cumplidos los 18 años, los padres
pueden solicitar el cese demostrando que el hijo cuenta con
recursos suficientes para atender a sus propias necesidades, es
decir que la extinción del deber amplio no será automática sino
condicionada a la acreditación de tal extremo. Esta respuesta abre
un nuevo debate: ¿qué se entiende por “recursos”? ¿que cuente con
bienes? ¿que tenga ingresos? ¿que tenga aptitud para generar
ingresos, aunque de hecho no trabaje? 10 Los principios de equidad
e intolerancia del abuso del derecho deberán ponerse en juego a la
hora de interpretar en cada caso concreto si la condición legal
para el cese del deber de los padres se cumple o no.
Finalmente, en cuanto a la legitimación para el reclamo de
alimentos, tanto la promoción de la acción principal como la
pretensión de ejecución de cuotas atrasadas11, aumento, sanciones
por incumplimiento, etc, a partir de los 18 años corresponde al
hijo por el cese indefectible de la representación legal que
pesaba sobre él en virtud de su minoridad. Esto significa,
asimismo, que el hijo a partir de esa edad es quien debe recibir
el pago de la cuota, salvo que en ejercicio de su plena capacidad
acuerde con el obligado otra solución.12
9
D’Antonio, Daniel Hugo. La ley 26.579 –Mayoría de edad- y la capacidad de los menores. Rubinzal- Culzoni
Editores, 2010, págs.. 185 y siguientes.
10
El Diccionario de la Real Academia Española, entre las acepciones del término Recurso incluye éstas: “ Medio de
cualquier clase que, en caso de necesidad, sirve para conseguir lo que se pretende… Bienes, medios de subsistencia…
Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad…”
11
Sin perjuicio de los supuestos de cobro por subrogación que consideramos en el apartado “Legitimación para el
reclamo de cuotas alimentarias atrasadas devengadas durante la menor edad, luego de la mayoría de edad del
beneficiario”
12
Sobre el cobro de la cuota alimentaria abonada para el hijo mayor de 18 años y menor de 21 puede verse las opiniones
de varios Especialistas consultados por el periódico Página 12 ante la sanción de la ley 26.579: “A partir de los 18, la
cuota de alimentos debe recibirla el hijo, ya que es mayor de edad y tiene derecho a administrar sus ingresos –sostuvo
Nelly Minyersky–. Eso incluso puede fortalecer la relación entre el hijo y el progenitor no conviviente, que en la
5
III- Alimentos para el hijo mayor de edad: diversos supuestos
mayoría de los casos es el padre: si el hijo quiere estudiar y esto lo inclina a postergar su inicio en el trabajo
remunerado, es bueno que lo hable directamente con el padre…. Leonardo Glikin –abogado, titular del Consejo de
Planificación Patrimonial y Sucesoria– también afirmó que “de acuerdo con la nueva ley, los alimentos debieran
pagarse directamente a los jóvenes de entre 18 y 21; si viven con la madre, deberán darle a ella dinero para solventar los
gastos de la casa, pero no tendría sentido que los alimentos se depositen en la cuenta de la madre cuando ya no tiene la
patria potestad sobre ese hijo”. Sin embargo, observó Glikin, “hubiera sido mejor si la ley especificara que, salvo
acuerdo entre las partes, el pago de alimentos se haga al padre que se hizo cargo de la tenencia y con quien el joven
sigue conviviendo: porque muchas veces la cuota tiene mucho peso en la economía de ese grupo: si el hijo no está
preparado para entender esto, pueden presentarse problemas”. Fuente: Notife.com, 7-12-2009.
13
Es el caso del hijo que inicia sus primeros contactos con el mundo laboral, y sufre la precariedad de los primeros
empleos o percibe ingresos que sólo alcanzan para hacer frente a algunos gastos personales pero no para establecerse
con forma autónoma.
14
Confr. Fanzolato, Eduardo Ignacio. Código Civil Comentado. Rubinzal-Culzoni Editores. 2004. Comentario al
artículo 370 del Código Civil. pág. 310
6
La necesidad del hijo constituye el límite de su reclamo. La
fijación de la cuota alimentaria no depende del caudal económico
del padre accionado sino que sólo deben tenerse en cuenta las
necesidades del reclamante, por lo que el monto debe limitarse a
lo indispensable para hacer frente a sus requerimientos
ineludibles.
17
Confr. Llambías, Jorge, citado en Código Civil comentado, dirigido por Bueres, Alberto. Editorial Hammurabi, Tomo
1B, pág. 490, comentario al art. 270.
8
de edad continúa después de la mayoría de edad si la asistencia
económica es necesaria para su formación laboral y profesional y
siempre que no exceda las posibilidades de los obligados”
En los proyectos de reformas al Código Civil durante la década de
1990 esta preocupación se vio reflejada en sendas normas. Ya hemos
hecho referencia al Proyecto elaborado por la Comisión Federal en
1993, que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, y
proponía una extensión de la asistencia paterna aunque sin
referencia específica a la capacitación del hijo. Por su parte, la
comisión designada por el Poder Ejecutivo mediante el Decreto
468/92, en su Proyecto incluyó una solución expresa a la cuestión
en los siguientes términos: “La obligación de los padres de
proveer recursos a los hijos subsiste hasta que éstos alcancen la
edad de 25 años y en tanto la prosecución de sus estudios les
impida proveerse de los medios necesarios para sostenerse
independientemente”
El Proyecto de Código Civil unificado con el Código de Comercio de
1998, en su artículo 583 dentro de la regulación de los alimentos
derivados de la patria potestad y bajo el título “Extensión de la
obligación de los padres” propuso el siguiente texto: “La
obligación de los padres de proveer de recursos a los hijos
menores de edad subsiste hasta que éstos alcancen la edad de
veinticinco (25) años en tanto la prosecución de sus estudios o
preparación profesional les impida proveerse de los medios
necesarios para sostenerse independientemente”
Siguiendo una línea similar, señalamos ya el Proyecto del Senador
Giustinianni, y la propuesta idéntica del Proyecto de García
Méndez y otros para reformar el artículo 265 del Código Civil con
el siguiente texto: “La obligación de los padres de prestar
alimentos a sus hijos, con el alcance establecido en artículo 267,
se extiende hasta la edad de veintiún años, salvo que el hijo
mayor de edad acredite que cuenta con recursos suficientes para
proveérselos por sí mismo. Esta obligación se prolonga hasta que
los hijos alcancen la edad de veinticinco años en el caso que la
prosecución de los estudios o preparación profesional les impida a
los mismos proveerse de los medios necesarios para sostenerse
independientemente.”
18
Las síntesis jurisprudenciales y resúmenes de la doctrina de cada fallo, elaboradas por la autora de este Artículo, han
sido publicadas en “Visión Jurisprudencial de los Alimentos”, de María Josefa Méndez Costa. Rubinzal-Culzoni
editores, 2000, pág. 233 y siguientes.
9
autos M, S,M c. M, J.R.19 y de la sentencia del Juzgado Nacional de
Primera Instancia en lo Civil n°81 de Capital Federal, del 25-9-98
20
21
Méndez Costa, María Josefa. “Visión jurisprudencial de los alimentos” ya citado, pág. 243.
22
Sentencia dictada en autos “G, M.A y otra c/ G, O.R. s/ Alimentos”, con voto en disidencia del Dr. Emilio A.E.
Castrillón.
11
proyecto de vida de sus hijos, para que puedan desenvolverse
con posibilidades en el complejo mundo que nos toca vivir.
Reconociendo la estrechez del vínculo paterno filial que es
fuente de las obligaciones alimentarias que se procuran, se
impone dar a la norma aplicable, en su correcta hermenéutica,
una interpretación amplia e inversamente proporcional a la
proximidad del vínculo, respecto a la exigencia de demostrar
la imposibilidad de adquirir los medios necesarios para la
subsistencia con su trabajo, en tanto que cuanto más cercano
es el vínculo invocado, menor es la carga procesal, al
sustentarse el contenido obligacional, primordialmente, en
profundas raíces morales.
Derecho Español
El artículo 39.3 de la Constitución Española consagra que: “Los
padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos
dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad y en los
demás casos en que legalmente proceda”. Dentro de la regulación de
los alimentos entre parientes, el artículo 142 del Código civil
español, según texto ordenado por la ley 11/1981 de modificación
en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del
matrimonio, establece que “Se entiende por alimentos todo lo que
es indispensable para el sustento, habitación, vestido y
asistencia médica. Los alimentos comprenden también la educación e
instrucción del alimentista mientras sea menor de edad y aún
después cuando no haya terminado su formación por causa que no le
sea imputable. Entre los alimentos se incluirán los gastos de
embarazo y parto, en cuanto no estén cubiertos de otro modo” La
aplicación de la norma debe armonizarse con lo dispuesto por el
artículo 93 del mismo Código, con relación a los efectos comunes a
las nulidades, separación y divorcio, en los siguientes términos:
“El Juez, en todo caso, determinará la contribución de cada
progenitor para satisfacer los alimentos y adoptará las medidas
convenientes para asegurar la efectividad y acomodación de las
prestaciones a las circunstancias económicas y necesidades de los
hijos en cada momento. Si convivieran en el domicilio familiar
hijos mayores de edad o emancipados que carecieran de ingresos
propios, el Juez, en la misma resolución, fijará los alimentos que
sean debidos conforme a los artículos 142 y siguientes de este
Código”.
La norma establece la extensión de la obligación alimentaria para
el hijo mayor que no ha terminado su formación, pero no prevé un
límite temporal, lo cual constituye un evidente problema a
resolver en cada caso. La prestación a cargo de los progenitores
continuará mientras el hijo no pueda proveer a un adecuado
sustento y afrontar los gastos por estudios o por formación
profesional de cualquier tipo, siempre que la terminación de esos
estudios o formación no se hayan demorado por causas que le sean
imputables. El hijo mayor gozará de la asistencia de sus padres
12
hasta que adquiera independencia económica, siempre que haga lo
necesario por conseguirla.23
Derecho Peruano
El código civil reconoce el derecho alimentario de los hijos
mayores de edad en supuestos particulares. El artículo 483, al
tratar la exoneración de la obligación alimentaria de los padres
por la mayoría de edad, establece que “...si subsiste el estado de
necesidad por causas de incapacidad física o mental debidamente
comprobadas o el alimentista está siguiendo una profesión u oficio
exitosamente, puede pedir que la obligación continúe vigente”. En
este segundo supuesto el artículo 424 del Código Civil prevé que
“...subsiste la obligación de proveer el sostenimiento a los hijos
e hijas solteros mayores de dieciocho años que estén siguiendo con
éxito estudios de una profesión u oficio hasta los 28 años de
edad...”
Esta solución legal establece un requisito que quedará librado a
la apreciación judicial en cada caso: el desempeño “exitoso” del
hijo en su carrera u oficio. Puede entenderse que la extensión de
la carga alimentaria sólo se justifica si el hijo muestra un
rendimiento por encima del promedio.
Tal como hemos señalado ya, la reciente reforma del Código Civil
no ha arrojado ninguna solución al tema que nos ocupa, de modo que
conviene repasar algunas de las opiniones doctrinarias más
relevantes, la mayoría de las cuales son anteriores a la reforma
de 2009.
Méndez Costa sostiene que el artículo 370 del Código Civil ofrece
una pauta segura y un instrumento adecuado. En efecto, dice la
norma que el solicitante debe acreditar la falta de medios y su
imposibilidad de adquirirlos con su trabajo, cualquiera sea la
causa que lo haya reducido a ese estado. Entonces –se pregunta la
jurista- ¿no son acaso justificables la mentada carencia e
imposibilidad por la exigencia de una carrera profesional iniciada
y absorbente de tiempo y esfuerzo del estudiante?24
23
Tomamos como ejemplo el caso expuesto en un Foro de Derecho de Familia sobre el tema: “Voy a exponer mi caso,
que da idea del funcionamiento del sistema. Estoy divorciado desde hace catorce años. En la sentencia de separación se
me condenaba a pasar a mi hija, que entonces contaba catorce años, una pensión de 70.000 pesetas (420 euros). Esta
pensión se debe actualizar anualmente con el IPC.
Mi hija, una vez terminado el bachillerato comenzó la carrera de Derecho, que tarda nueve años en terminar.
Ahora, desde hace un año, se está preparando la oposición a Judicatura. Tiene 28 años ahora.
La pensión actualizada es ahora de 620 euros al mes. Se supone que su madre ha de contribuir con la misma cantidad,
con lo que los ingresos de la niña son de 1,240 euros al mes (muchas familias viven con menos).
Ha solicitado judicialmente la modificación de medidas y el juez la ha denegado en base a que se encuentra en periodo
de formación y necesita la pensión. No dice el plazo que he de seguir pagando, solo, textualmente "mientras le sea
necesaria para su formación, con vistas a su ingreso en el mercado laboral".
Se puede tirar hasta los 40 y yo seguirla pagando con mi jubilación. La sentencia se encuentra recurrida en la Audiencia
Provincial, pero me temo que no va a servir para nada. .. Publicado en Pórtico legal.com/Foros Legales/Derecho de
Familia/Pensión de alimentos a hijos mayores de edad
24
Méndez Costa, María Josefa. “Visión jurisprudencial de los alimentos” ya citado, pág. 241.
13
Grosman considera que está fuera de discusión que el derecho-deber
de educación comprende la preparación para una profesión o
actividad laboral, de modo que implica la provisión de los medios
para que el hijo pueda cursar los estudios correspondientes a esa
actividad o profesión, conforme a las posibilidades económicas de
la familia. En caso de hijo mayor y con relación al cumplimiento
de los requisitos del artículo 370 CCivil entiende que la falta de
aptitud para procurarse recursos no necesariamente ha de ser
física, sino que debe ser entendida con flexibilidad y puede nacer
de una inhabilidad específica para ejecutar tareas que requieran
una preparación en vías de realización.25
Gómez propone una suerte de “sistema” –en sus propias palabras-
para la solución del los reclamos alimentarios de los hijos
mayores de edad para su formación profesional o laboral, con el
fin de evitar la inseguridad jurídica: a) el hijo o hija mayor de
edad podrán reclamar ser alimentados por su padre y madre para su
formación laboral y profesional. b) para ello deberán invocar su
derecho a la educación, dimanado de su dignidad de ser persona
humana, reconocido en nuestro ordenamiento jurídico argentino
vigente en el bloque de constitucionalidad federal, haciendo jugar
su función invalidatoria e interpretadora respecto de los
artículos 126, 128, 265, 306 inc. 3° y 370 del Código Civil. c) Su
derecho sólo será procedente si su padre y madre están capacitados
para satisfacerlo. d) Deben tenerse en cuenta los deberes
alimentarios de los obligados a favor de los hijos aún menores y
otros parientes imposibilitados. e) sólo continuará vigente si el
alimentado observa el cumplimiento regular de la currícula.26
Mazzinghi, por su parte, destaca como loable la actitud de los
progenitores que prolongan voluntariamente su contribución para
que sus hijos culminen sus carreras universitarias, pero critica
que una sentencia pueda imponer esta prolongación como deber, pues
la ley no expresa el ideal de la relación paterno-filial sino que
establece las obligaciones esenciales que ella comporta.27 No pocas
voces se han escuchado en contra de la extensión de la obligación
alimentaria de los padres más allá de la mayoría de edad, por
considerar disvalioso que se le otorgue la plena capacidad a la
vez que se lo considera incapaz de ganarse la vida.28
25
Grosman, Cecilia P. “El derecho alimentario del hijo mayor en relación a su formación profesional”. ED 97, 883.
26
Gómez, Julio Luis. Alimentos a favor del hijo mayor de edad para su formación laboral y profesional. ED 211, 822.
27
Mazzinghi, Jorge. Derecho de Familia. Tomo 4, pág. 373.
28
En sentido similar se han expresado Bossert y Graham, Mizrahi y Borda, citados por D’Antonio, Daniel H. “La ley
26.579…” citado, pág. 187.
14
Que demuestre un desempeño adecuado al plan de estudio de la
carrera o capacitación profesional en cuestión
Que no desarrolle paralelamente alguna actividad rentada, o que lo
que percibe por ella sea insuficiente para cubrir sus necesidades30
Que los padres se encuentren en condiciones económicas para
atender a tal requerimiento, sin resentir la atención de sus
necesidades y sus demás cargas de familia
Finalmente, creemos oportuno que la sentencia que acoja la
pretensión alimentaria del hijo mayor debe establecer las
condiciones de subsistencia del aporte económico (por ej. la
obligación de acreditar periódicamente el avance en los estudios)
y un límite temporal acorde a las circunstancias de edad y
duración de la carrera o capacitación en curso. En cualquier caso,
este último no debería superar los 25 años de edad del hijo.
29
Entre los argumentos del fallo en disidencia del Dr. Castrillón en la sentencia del Superior Tribunal de Entre Ríos –
cita 22-.
30
El hecho de realizar alguna tarea rentada ocasional o de pocas horas –y baja retribución- no obsta por sí sola a la
procedencia del reclamo alimentario
31
Es posible que el hijo haya devenido copropietario de uno o más bienes inmuebles u otros bienes de relativo valor,
como heredero de uno de sus progenitores o de otros parientes, pero que estos bienes no estén disponibles para la venta
ni produzcan renta –ej, por el derecho de habitación viudal ejercido por su progenitor supérstite-
15
progenitores mantienen una obligación alimentaria amplia, que
apunta a la cobertura de las necesidades básicas y también lo que
requiera su recuperación (art. 481 C.Civil). A falta de
cumplimiento voluntario, el curador deberá promover juicio de
alimentos contra los padres obligados, con autorización judicial
(art. 428 CCivil, por remisión del art. 475)
Cuando el imposibilitado –interdicto o no- tenga a su vez hijos
mayores de edad, la cobertura de sus necesidades alimentarias
corresponderá al que se encuentre en mejores condiciones, o podrá
imponerse proporcionalmente entre su padre, madre e hijos,
conforme a la capacidad económica y otras cargas alimentarias que
pesen sobre cada uno.
La cuota alimentaria establecida durante la minoridad no debe
cesar ipso jure para el hijo que alcanza la mayoría de edad, si en
el juicio de alimentos se encuentra acreditado el estado de salud
físico o mental que determina la imposibilidad del hijo de atender
sus propias necesidades. Si el obligado al pago pretende su
cesación, debe requerirlo a través de un incidente. Esta solución,
respaldada por importante Doctrina32 y reflejada en algunas
sentencias33, representa una adecuada atención a las necesidades
especiales del hijo mayor impedido en razón de su condición, pues
permite mantener la prestación alimentaria sin solución de
continuidad.
Toda vez que la asistencia alimentaria del hijo imposibilitado sea
asumida voluntariamente o por decisión judicial por sólo uno de
los progenitores, cabe requerir la contribución el otro, aplicando
las normas y pautas que señalamos en el apartado IV-b.
En cuanto al reproche penal por la falta de asistencia alimentaria
para el hijo mayor impedido, la ley 13.944, promulgada el 9 de
octubre de 1950, según texto ordenado por la ley 24.286 de 1993,
condena con pena de prisión o multa –entre otros sujetos- a los
padres biológicos o adoptivos que, aún sin mediar sentencia civil,
se sustrajeren a prestar los medios indispensables para la
subsistencia a su hijo menor de dieciocho años o de más si
estuviere impedido (art. 1). El delito es de acción pública. El
art. 2 bis incorporado por ley 24.029 reprime con pena de prisión
al que con la finalidad de eludir el cumplimiento de sus
obligaciones alimentarias, maliciosamente destruyere, inutilizare,
dañare, ocultare o hiciere desaparecer bienes de su patrimonio o
fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta manera frustrare
en todo o en parte el cumplimiento de dichas obligaciones. La
responsabilidad de los sujetos punibles no queda excluida porque
existan otras personas obligadas a prestar los medios
indispensables para la subsistencia (art. 3). Como surge de los
textos indicados, los delitos previstos en esta ley complementaria
32
Bossert, Gustavo A. Régimen jurídico de los alimentos. pág.231
33
Así lo resolvió la CNCiv. Sala I, 15-8-00. S.L, W.H. c. S.L. M.A. DJ 2001-1-993. En la causa se trataba de una hija
enferma de leucemia, con un retraso mental de moderado a severo –circunstancias éstas acreditadas en el juicio de
divorcio entre sus padres y en el juicio de alimentos-, y estaba en trámite el juicio de insania.
En otro caso, el padre alimentante pretendía la reducción de la cuota alimentaria asumida a favor de sus hijos mayores
insanos, y que sus demás hijos –hermanos de los alimentistas- colaboraran en la manutención. El tribunal rechazó la
primera pretensión por falta de pruebas acerca de la disminución de la capacidad económica del padre, y la segunda por
exceder el marco del incidente promovido por reducción de cuota (CNCiv. Sala K, 15-9-05. P, A.A. c. P, R.F y otros.
DJ 2006-1-489 (Sumario)
16
del Código Penal son independientes de la institución civil de la
prestación de alimentos. No es necesario que exista una condena a
pagar alimentos en sede civil contra el padre o la madre del
imposibilitado, sino acreditar la falta de prestación de los
medios indispensables para la subsistencia, en virtud de una
sustracción dolosa34.
37
Es el criterio expresado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, 15/11/2005 en autos F., L. c/ L., V. LaLey on
line, entre otras publicaciones
38
Un análisis detallado puede verse en Raganato, Claudia Graciela y Bruno, Federico Miguel ¿Es subsidiaria la
obligación alimentaria de los abuelos a favor de loa nietos menores de edad? Un fallo novedoso en la materia, en
Revista Derecho de Familia nº 38, 2007. Editorial Lexis Nexis, pág. 230. Se trata del comentario a un fallo del Tribunal
Colegiado de Familia de Quilmes –publicado en la misma Revista- que, enrolado en la última tesis expuesta, declaró de
oficio la inaplicabilidad para el caso concreto de la primera parte del párrafo 2º, inc. 1º, art. 367 CCiv. en cuanto implica
la subsidiariedad de la obligación alimentaria de los parientes de grado más lejano, por contravenir la Constitución
Nacional (arts. 3 inc. 1º y 27 CDdelN, 75 inc. 22 CN)
18
de fuente contractual. En tal supuesto padre o madre tendrán
derecho a la devolución de la suma en las condiciones pactadas,
sin perjuicio del beneficio de competencia que puede alegar el
hijo deudor al serle exigido el pago (art. 799 y 800 inc. 1° del
Código Civil)
39
En la práctica, teniendo presente los precedentes jurisprudenciales y en particular lo previsto en el Proyecto de
Código Civil Unificado de 1998, fue habitual la inclusión de cláusulas de extensión de la prestación alimentaria en los
acuerdos celebrados por los padres en el marco de un divorcio, con términos como éstos: “Ambos progenitores declaran
que las prestaciones alimentarias a favor de los hijos se harán extensivas hasta la edad de 25 años, siempre que los
mismos continúen estudios terciarios o universitarios en un ritmo normal”
40
Méndez Costa, en Méndez Costa y D’Antonio. Derecho de Familia, Tomo III. Rubinzal-Culzoni Editores. 2001. Pág.
461
41
Para un análisis de la Contribución entre parientes co-obligados en general remitimos al capítulo de nuestra autoría
“Parentesco. Alimentos. Visitas”, en Méndez Costa-D’ Antonio- Ferrer. Derecho de Familia. Tomo I. Rubinzal Culzoni
Editores, año 2008, págs. 143 y siguientes.
19
Quien asume la obligación alimentaria, en forma voluntaria o por
imposición de una sentencia judicial, tiene vedada la posibilidad
de requerir contribución por lo que ya hubiese pagado a los demás
parientes, aunque estén en igual grado y condición que él. Esta
prohibición emana expresamente del art. 371 del Código Civil. A
nuestro criterio, se trata de una solución prudente, pues quien ha
asumido la obligación alimentaria dentro de determinados límites
en cuanto al modo, monto, etc., lo ha hecho luego de ejercer su
derecho de defensa –si la cuota se estableció judicialmente- o de
analizar sus posibilidades económicas de cumplimiento –si la cuota
se estableció convencionalmente en el ámbito extrajudicial- y no
puede imponer a los potenciales co-obligados una contribución sin
haber tenido las mismas posibilidades. Sin embargo, la prohibición
de exigir contribución por cuotas pasadas no obsta sus facultades
de solicitarla para el futuro. En efecto, interpretando el art.
371 a contrario sensu, el alimentante tienen derecho a requerir a
sus co-obligados, en el mismo grado de parentesco y en condiciones
de prestar alimentos, que compartan el peso de la asistencia al
pariente necesitado, en proporción a la capacidad económica de
cada uno. Sin dudas, esta pretensión podrá resolverse en el
ámbito extrajudicial, mediante convenio celebrado entre los
alimentantes y el alimentista, siempre susceptible de homologación
judicial. Respecto del planteo judicial, las soluciones varían
según el caso: a) el pariente demandado por alimentos puede
indicar la existencia de co-obligados en igual grado y condiciones
que él, y solicitar su citación al contestar la demanda; 42 la
sentencia determinará los alcances de la obligación de cada uno.
b) el pariente condenado a pagar alimentos puede solicitar la
coparticipación de los co-obligados, deduciendo contra ellos una
acción de contribución; c) el pariente que asumió voluntariamente
la carga alimentaria puede solicitar la contribución de los co-
obligados mediante el ejercicio de la respectiva acción.43 En los
dos últimos casos, si la acción se deduce también contra el
alimentista, la resolución le será oponible.
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VI- Cesación de las cuotas alimentaria para el hijo mayor
Según el artículo 373 del Código Civil “Cesa la obligación de
prestar alimentos si los descendientes en relación a sus
ascendientes, o los ascendientes en relación a sus descendientes
cometieren algún acto por el que puedan ser desheredados”. La
formulación de la norma sólo comprende una de las posibles
causales de cesación de la obligación alimentaria; es conveniente
analizar las demás, que nacen de los caracteres esenciales del
derecho y deber, y de las circunstancias legalmente relevantes
para la fijación de una prestación determinada.51 Analizamos las
causales a continuación.
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Bibliografía consultada
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María Magdalena Galli Fiant
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