TEMA 15 Preparadorbiologia
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1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….3
2. EL MODELADO DE LAS ZONAS ÁRIDAS…………………………………………3
2.1. LA ACCIÓN GEOLÓGICA DEL VIENTO……………………………………...4
2.2. LA ACCIÓN GEOLÓGICA DEL AGUA………………………………………...5
2.3. LA MORFOLOGÍA DE LOS DESIERTOS……………………………………...5
3. EL PROBLEMA DE LA DESERTIZACIÓN. MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y
CORRECCIÓN…………………………………………………………………………8
3.1. LA DESERTIZACIÓN……………………………………………………………..8
3.2. CAUSAS DE LA DESERTIZACIÓN Y MEDIDAS DE PREVENCIÓN………9
3.3. LAS MEDIDAS CONTRA LA DESERTIFICACIÓN………………………….10
3.4. LA DESERTIZACIÓN EN ESPAÑA……………………………………………11
4. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………..12
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1. INTRODUCCIÓN.
En los dominios áridos (<250 mm/año) las redes de drenaje prácticamente no existen, y si
existen son heredadas de un clima diferente.
Las zonas áridas y subáridas ocupan una tercera parte de las tierras emergidas, localizándose
sobre todo en África, Asia occidental y central, zonas interiores de América y Australia.
En estas áreas geográficas con baja humedad, escasa precipitación y elevada evaporación,
dentro de las que se considerarán los desiertos y subdesiertos, la alteración de las rocas superficiales
se produce fundamentalmente por procesos de meteorización física o mecánica, siendo los
componentes químicos y biológicos de la meteorización de escasa entidad.
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La dinámica atmosférica da lugar a los vientos que, en determinados lugares, pueden actuar
como los agentes geológicos primarios en el modelado del relieve, si bien ello está muy influido por
otros factores como la humedad y la vegetación.
El viento, como el agua, puede desplazar las partículas por reptación (las más gruesas), o
mediante saltación o en suspensión en el caso de las más finas.
La acción más típica del agua en zonas áridas (y en bordes de desiertos) conlleva la
formación de depósitos de pie de monte, por la acumulación de aluviones apoyándose en un relieve
elevado que termina en una zona más o menos llana. No hay homogeneidad en los materiales que
los forman, ya que actúan varios mecanismos de sedimentación
En general, un desierto se origina a partir de un macizo montañoso que se erosiona por las
variaciones de temperatura día-noche, provocando la fragmentación de las rocas.
En conjunto pueden destacarse algunas formas del relieve características de las regiones
áridas y semiáridas:
montes isla o inselbergs: relieves aislados por diferencias estructurales o litológicas con
las rocas circundantes (Ayer´s Rock, Australia),
pedimentos: rampas inclinadas talladas en roca dura,
placis: Rampas inclinadas o superficies de erosión en roca blanda,
ramblas: producidas por los torrentes originados por lluvias muy intensas ocasionales,
loess: depósitos de los materiales más finos (arcillas y limos) en la periferia desértica.
Los depósitos de loess si hay agua originan suelos muy fértiles,
cuencas endorreicas: depresiones rodeadas de grandes elevaciones, con red hidrográfica
propia o que recogen aportes fluviales alóctonos. (Valle de la Muerte, Mar Muerto). Es
frecuente que en ellas se originen lagos que ocupen grandes extensiones en relación con
la escasa profundidad de sus aguas, pero como la evaporación es superior al aporte
fluvial, tienen por lo general una vida efímera;
sebjas (en las cuencas endorreicas): áreas fangosas y salinas en depresiones cerradas,
resultado de la evaporación y concentración de sales;
dunas: acumulaciones o montículos de arena con una cresta o cumbre definida. Una
duna ideal tiene una larga y suave pendiente a barlovento que se eleva hacia una cresta, y
una pendiente más abrupta a sotavento. Las dunas pueden ser inactivas o fijas si la
cobertura vegetal impide su movimiento, o vivas si se mueven por la acción del viento.
La acumulación de dunas vivas que se mueven desde la costa al interior da una
superficie arenosa ondulada conocida como médano. Por su forma de clasifican en
varios tipos de dunas:
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dunas transversales: dispuestas con su dimensión mayor perpendicular a la
dirección del viento dominante, así como con crestas prácticamente rectas. Cuando
son de tamaño pequeño se denominan ripples,
dunas en media luna o barjanes: aisladas o en colonias (formando campos de
dunas). Los cuernos de la media luna indican la dirección del viento. Se forman al
depositarse capas de arena impulsada por el viento sobre un obstáculo que impide su
avance, y que al desplazarse abandonan;
dunas longitudinales (Seif en el Sahara): acumulaciones de arena alineadas con su
dimensión mayor paralela a la dirección del viento: En general de poca altura pero
pueden tener varios kilómetros de longitud,
dunas equidimensionales o dunas en estrella: en regiones con vientos efectivos en
todas las direcciones, con una o varias cimas, de donde parten aristas radialmente.
La acción del viento en zonas desérticas se puede poner de manifiesto también en los
edificios y monumentos construidos con rocas de tipo granudo, como sucede con los monumentos
de Egipto, incluyendo las pirámides, y como en muchos edificios de la zona subárida de España.
Los depósitos debidos a las corrientes, en medios desérticos, se conocen con el nombre de
fanglomerados, caracterizados por estar formados por materiales con una gran heterometría,
presentando un aplanamiento nulo y un redondeamiento muy bajo, así como escasa potencia y mala
estratificación.
El término desierto hace referencia a una superficie de tierra ubicada en una región con
precipitaciones <250 mm al año (luego puede ser cálido o frío), aunque suele utilizarse para
denominar a una región árida.
3.1. La desertización.
La desertización es un proceso bioclimático originado por la escasez de precipitaciones y
aumento de la evaporación que conduce a la desecación y aridificación, que se ve favorecido por la
intervención del hombre. Por tanto, la desertización es una expansión de las condiciones parecidas a
las del desierto en zonas áridas y semiáridas debido a la influencia del hombre y a cambios
climáticos. El proceso supone la transformación y el empobrecimiento de una zona húmeda que se
transforma en árida o semiárida, destruyéndose y alterándose los ecosistemas.
El término fue acuñado en 1949 por un silvicultor francés que trabajaba en África occidental
y lo empleaba para describir la destrucción gradual de los bosques de las zonas húmedas adyacentes
al desierto del Sahara, hasta que éstos desaparecían y el área se hacía más desértica. Después, la
desertización ha sido identificada como uno de una serie de procesos que afectan a las tierras secas
de todo el mundo.
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degradación química que puede ser de tres tipos: por perdida de la fertilidad por lavado
de nutrientes o por acidificación; toxicidad o empobrecimiento del suelo debido a
elementos contaminantes y salinización y alcalinización de suelos por acumulación de
sales, debido a los frecuentes riesgos de aguas ricas en sales;
degradación física, se produce la perdida de estructura, como en el caso de la
compactación del suelo por empleo de maquinaria pesado o pisoteo,
degradación biológica, tiene lugar por desaparición de materia orgánica o por
mineralización del humus que lleva a la pérdida de estructura del suelo,
erosión hídrica que es el proceso de erosión de mayor importancia en nuestro país y la
erosión eólica, por la influencia humana: el uso agrícola aumenta la degradación del
suelo, mediante erosión laminar, que elimina el suelo fértil; el uso ganadero intensivo
impide la regeneración de la hierba, quedando el suelo desprotegido; las obras públicas
contribuyen a la desertización por el aumento de la escorrentía superficial, debido a la
instalación de superficies impermeables; las explotaciones mineras producen la pérdida
total del suelo, así como el desequilibrio del medio físico en general; en algunas zonas
costeras se produce la salinización del suelo por el uso de acuíferos contaminados con
agua salina, consecuencia de la sobreexplotación y por último, el aumento de las
emisiones de dióxido de carbono, originadas por los procesos de combustión de carbón y
petróleo, produce el denominado efecto invernadero, que causa un calentamiento de la
superficie terrestre, favoreciendo la desertización;
la rotación de la Tierra alrededor de su eje produce gigantescos movimientos de aire. Las
corrientes ascendentes situadas sobre el ecuador fluyen hacia el norte y hacia el sur; otras
corrientes, enfriadas en latitudes altas o bajas, descienden como áreas de altas presiones
a las dos zonas subtropicales. Al norte y al sur de los trópicos, existen otras dos áreas de
aire ascendente y bajas presiones. Todavía más al norte y más al sur están las dos
regiones polares de aire descendente. Según desciende este aire, se calienta y absorbe
humedad, y, consecuentemente, seca la tierra.
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3.3. Las medidas contra la desertificación.
Para el control y la restauración de de las zonas erosionadas se emplean sistemas diferentes
en función de los usos a los que fueron destinadas:
medidas sobre suelos agrícolas:
aterrazado de laderas en terrenos con fuertes pendientes. De este modo se reduce la
escorrentía superficial y por tanto el arrastre del suelo. Además al disminuir la
velocidad del agua se facilita la infiltración,
aplicación de técnicas de arado conservacionistas, entre las que destaca el arado
mínimo, poco profundo y la labranza siguiendo las curvas de nivel,
uso de cultivos adecuados a cada terreno, procurando usar especies con mayor
cobertura superficial y mayor desarrollo radicular,
rotación anual de cultivos, para evitar agotamiento de algunos nutrientes;
usar métodos de cultivo alternativos, como el CULTIVO EN FRANJAS siguiendo
las curvas de nivel o el CULTIVO EN PASILLOS en donde se alternan pasillos de
cultivo con pasillos de especies arbóreas autóctonas;
restableciendo la fertilidad del suelo mediante abonos orgánicos naturales;
uso de técnicas de goteo adecuadas como riego por goteo o microaspersión;
instalación de barreras cortaviento con vegetación autóctona;
utilización de especies halófitas para recuperar suelos salinos…;
medidas sobre suelos ganaderos:
control de la cantidad de ganado, para realizar un pastoreo sostenible;
alternar periodos de pastoreo y recuperación de vegetación;
mantener el matorral autóctono;
medidas sobre alterados por obras:
construcción adaptada a la geomorfología, para evitar cortes en el terreno y la
formación de pendientes;
realización de cunetas, y drenajes para reducir la escorrentía superficial;
rehabilitación de las zonas mineras…etc.
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España es el país europeo con mayor riesgo de desertificación por erosión de sus suelos y el
único en el que existen zonas sometidas a un riesgo extremo. Cada año se pierden en nuestro país
del orden de 1200 millones de toneladas de suelo fértil debido a la erosión y desertización.
Los principales motivos por los que España sufre un riesgo tan elevado de erosión son los
siguientes:
la mayoría del territorio español se caracteriza por presentar un relieve irregular;
el clima mediterráneo, predominante en la mayor parte del país, se caracteriza por veranos
muy secos y un régimen de precipitaciones muy escasas pero concentradas en pocos días;
los terrenos arcillosos, que abundan en nuestro país, se caracterizan por ser bastante
impermeables, dificultando en gran medida la infiltración de las aguas y favoreciendo la
escorrentía superficial,
una inadecuada política forestal, con frecuentes desmontes y repoblaciones con especies
alóctonas, ha reducido la capacidad de retención de muchos suelos,
las políticas agrarias han primado los monocultivos intensivos y el uso indiscriminado de
abonos minerales, lo cual ha empobrecido el suelo.
Así, al menos el 5 por ciento del territorio español se encuentra afectado por un avanzado
proceso de desertificación, entre las que destacan varias zonas del litoral mediterráneo, sobre
todo Valencia y Almería.
Resumiendo, la prevención de la desertización debe contemplar una política de gestión del suelo
y acuíferos que incluya educación medioambiental, protección del suelo, prevención de incendios
forestales, límites para el uso de plaguicidas, la urbanización incontrolada y la construcción de
caminos y carreteras, que tenga en cuenta la realización de estudios de impacto medioambiental y
prevea un adecuado uso agrícola y ganadero, etc. y los medios para que todo esto se aplique de
manera efectiva.
Quizás con todo ello consigamos reducir el número de hectáreas que se pierden al año. Esto
es de vital importancia en las décadas que nos siguen pues la tierra es la base de la cadena
alimenticia, es donde los vegetales fijan la energía del sol y la transforman en moléculas orgánicas
utilizables por los heterótrofos entre los cuales nos encontramos. Es decir materia orgánica
fotosintetizada, es decir la producción primaria, es el inicio de la cadena de materia y energía que
tiene que llegar hasta nosotros para obtener nuestro alimento, si estos vegetales no disponen de
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suelo donde crecer nosotros los hombre, nos veremos en una situación crítica para alimentar a la
cada vez más numerosa población mundial.
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4. BIBLIOGRAFÍA.
“Estratigrafía” (1977) I. Corrales, J. Rosell, L Sánchez, J.A. Vera, L. Vilas. Ed. Rueda.
“Current ripples. Their relation to patterns of water and sediment motion” (1971) J.R.L. Allen.
Ed Allen & Umwin.
“Eolian enviroments. Characteristics, recognition and importance” (1972) J.J. Bigatella.
S.E.P.M. Sp. Núm. 16.
“Longitudinal dunes of the NW edges of the Simpeon desert” (1971) R.L. Folk.
Sedimentology vol-16.
“Processes on arid-region alluvial fans” (1967) R. Le B. Hooke. Jpur. Geol. Vol-75.
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