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Tema 6 DM 20-21

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TEMA 6: PSICOMOTRICIDAD GRUESA.

6.1. ¿QUÉ ES LA PSICOMOTRICIDAD GRUESA?

La psicomotricidad gruesa se refiere a todas aquellas acciones que realizamos


con la totalidad del cuerpo como caminar, correr, saltar, girar, … y para las que
se requiere el control de nuestro cuerpo en relación a sí mismo y con los objetos
y el espacio, así como la coordinación de las diferentes extremidades del cuerpo
manteniendo el equilibrio.

Es importante trabajar la motricidad gruesa desde temprana edad para que los
niños fortalezcan sus músculos y adquieran agilidad.

Con el paso del tiempo y por medio de diferentes ejercicios los niños pueden
mezclar el movimiento de su cuerpo con las emociones, pensamientos y
sentimientos. Para que puedan expresar por medio de cada parte de su cuerpo
y conozcan lo que pueden hacer al tener control del mismo, tanto en la parte
física como emocional.

Por medio de la psicomotricidad gruesa se realizan movimientos amplios, para


cambiar de posición el cuerpo y trabajar el equilibrio, que es el que permite que
se puedan realizan diferentes actividades e, incluso, caminar de una forma
apropiada sin caerse. Es importante realizar ejercicios de motricidad gruesa con
los bebes, sobre todo cuando estos están en el proceso de iniciar a caminar, ya
que se les facilita más los movimientos amplios que de precisión.

6.2. PARTES DE LA PSICOMOTRICIDAD GRUESA


Los elementos que inciden en el desarrollo psicomotor son:
Lateralidad
Tono muscular
Independencia motriz
Coordinación
Control respiratorio
Equilibrio
Estructuración espacial
Estructuración temporal
Ritmo corporal.

6.2.1. LA LATERALIDAD

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Por lateralización se entiende el conjunto de las predominancias particulares de
una u otra parte simétrica del cuerpo, a nivel de mano, pie, ojo, oído y también
vestibular. Su desarrollo está conectado con la organización, por un lado, del
esquema corporal, y por otro, con los conceptos espacio y de tiempo.

Picq y Vayer (1977) proponen incluir la lateralidad dentro de las conductas


neuromotrices, es decir, las que se encuentran estrechamente ligadas a la
maduración del sistema nervioso.

Las etapas pre-laterales comprenden el periodo de los 0 a los 4 años y el


desarrollo de estas etapas tiene dos objetivos fundamentales:

- Conseguir que el dominio del cuerpo y de los órganos sensoriales sea


simétrico. El desarrollo de base no debe dejar secuelas de asimetrías
funcionales que pueden interferir o condicionar una especialización
prematura por parte del niño.
- Garantizar una buena coordinación contralateral automática y una función
sensorial tridimensional (visión binocular estereoscópica, audición
estereoaural y tacto estereognósico).

Para conseguir estos dos objetivos, contamos con los primeros cuatro años de
vida y hasta esa edad, se aconseja que tanto los padres como los educadores
no hagan diagnósticos de dominancia lateral. El diagnostico de la lateralidad,
cuanto más prematuro, mas circunstancial y arriesgado resulta.

La lateralidad es un aspecto que preocupa bastante a padres y profesores ya


que está relacionado con aprendizajes tan importantes para el niño como la
escritura y la lectura.

El que una persona sea diestra o zurda obedece a un proceso llamado


lateralización. El aspecto más llamativo de la lateralización es la dominancia
manual, ya que las acciones que se realizan con el ojo o el oído son menos
evidentes.

El cuerpo humano es anatómicamente simétrico, pero funcionalmente


asimétrico. Ante una dominancia hemisférica izquierda se da una dominancia
lateral derecha y que a una dominancia hemisférica derecha va asociada una
dominancia latera izquierda, especialmente en lo relativo a manualidad y
podalidad. Cada hemisferio se encarga inicialmente, de regir el control tónico,
perceptivo y motor del lado opuesto del cuerpo.

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Procesos de lateralización:

- Lateralización: Fenómenos motokinésicos que desembocan en la


lateralización corporal (4-5 años de maduración).
- Orientación del propio cuerpo: Capacidad de reconocimiento lateral (6-7
años de maduración).
- Proyección córporo-espacial con lateralidad: Capacidad de
reconocimiento de la lateralidad de los objetos con relación a sí mismo (8-
9 años de maduración).
- Proyección y reconocimiento de la lateralidad de los objetos: Capacidad
del reconocimiento de la lateralidad de los objetos, relacionándolos entre
sí (10-11 años de maduración).

Si un niño de 5 años no tiene todavía definida su dominancia lateral,


especialmente de la mano, deberemos pensar en la necesidad de comenzar a
reconducir la misma hacia el lado o mano con la que parezca más hábil y/o
preciso.

Los factores que intervienen en una buena organización lateral son muchos. A
continuación, se describen los más importantes:

- La información genética.
- La influencia del entorno (medio cultural, costumbres...).
- La educación y aprendizaje recibido.

En la construcción de la lateralidad, siempre que no haya factores patológicos,


se ha constatado un predominio de un cierto determinismo genético. Así algunos
estudios apuntan que la posibilidad de tener un hijo zurdo siendo ambos
progenitores diestros es de un 9,5% aumentando esta cifra al 26% si ambos
padres son zurdos.

También está probada la influencia de factores ambientales o sociales. En este


sentido se apunta a que los niños ya desde muy pequeños suelen recibir los
objetos dirigidos a la mano derecha por parte de los adultos. Además, muchos
de dichos objetos están hechos para ser manipulados por diestros.

Trastornos de la lateralidad.

- Zurdería contrariada: aquellos niños que siendo su lado izquierdo el


dominante, por influenciad sociales pasa a encubrirse con una falsa
dominancia diestra. La zurdería en sí misma, no es un trastorno, pero si
el imponer a un niño la lateralidad no dominante para él.

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- Ambidextrismo: el niño utiliza indistintamente los dos lados de su cuerpo
para realizar cosas. También origina serios trastornos espaciales en el
niño y en su aprendizaje.
- Lateralidad cruzada: Estamos ante una lateralidad cruzada cuando existe
una lateralidad distinta de la manual para pies, ojos u oídos (por ejemplo,
mano derecha dominante con dominio del ojo izquierdo). En estos casos
también se habla de “asimetría funcional”.
- La lateralidad cruzada mano-ojo, ha sido una de las más estudiadas y con
frecuencia es sinónimo de problemas en el aprendizaje, en especial en
los procesos de lectura y escritura. No puede establecerse de manera
concluyente una relación efecto-causa entre la presencia de una
lateralidad no homogénea y la de trastornos del aprendizaje. Sin embargo,
debe evaluarse la lateralidad como un factor de riesgo añadido a otros
factores.

Pruebas de lateralidad. Test de dominancia lateral de Harris.

6.2.2. TONO MUSCULAR

El tono muscular es el grado de contracción que tienen en cada momento los


músculos. Dicho tono está sujeto a controles involuntarios por parte del sistema
nervioso, pero también al control voluntario del sujeto como lo demuestra el
hecho de que se pueda contraer y relajar un musculo o grupo muscular a
voluntad. El grado de contracción no siempre es el mismo, oscilando entre la
hipertonía (tensión, contracción fuerte de los músculos) y la hipotonía
(relajación, descontracción de los músculos). A través de las distintas
experiencias el niño va regulando su propio tono adecuando con ello las acciones
al objetivo perseguido y teniendo cada vez mayor control sobre su propio cuerpo.
Otros aspectos importantes del tono es su repercusión sobre el control postural
y el grado de extensibilidad sobre las extremidades y la relación con el
mantenimiento de la atención, con las emociones y con la personalidad. El tono
muscular por medio de la formación reticular está estrechamente unido a los
procesos de atención y percepción. Encontramos así una fuerte interacción entre
la actividad tónico muscular y la actividad tónico cerebral (Fonseca 1998). De
este modo, al intervenir sobre el control de la tonicidad muscular, intervenimos
también sobre los procesos de atención, lo que resulta imprescindible para
cualquier aprendizaje. La función tónica, por ser generadora de las actitudes, se
pone en relación tanto con la vida afectiva, como con la interpretación perceptiva
de la realidad. Así pues, el tono pone en relación motricidad, afectividad e
inteligencia (percepción y conocimiento).

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La hipertonía dificulta la atención, mientras que la relajación la favorece, por lo
que aprender a controlar el tono muscular facilitará el aprendizaje del control de
la atención y será un aspecto a tener en cuenta en los procesos de enseñanza-
aprendizaje.

La relación emoción-tono es bastante patente siendo la responsable de que las


tensiones emocionales se traduzcan en tensiones musculares. A mayor tensión
emocional, mayor tensión muscular por lo que de nuevo la relajación ocupara un
importante papel en la disminución y eliminación de esta.

Espasticidad: músculos tensos y rígidos. Interfiere especialmente en el caminar,


movimientos en general y en el habla.
Generalmente es causado por daño en las partes del cerebro involucradas en el
movimiento bajo control, o daño en los nervios que van desde el cerebro hasta
la medula espinal.
Los síntomas entre otros pueden ser: postura anormal, cruce de piernas
(tijereteo) y contracturas musculares que reducen el rango de movimiento o deja
articulaciones flexionadas.
La espasticidad no se cura, pero si se puede tratar.

Paratonía: Imposibilidad o gran dificultad de relajación muscular activa, incluso


con contracción exaltada. Dificulta notablemente la adquisición de una
motricidad armoniosa.
La diferencia con la hipertonía es que la paratonía es una debilidad motora y
puede causar la interrupción del movimiento.
Las personas que la padecen no pueden relajarse y por el contrario cuanto más
lo intentan más tensos se ponen.

Eutonía: mismo grado de tensión en todo el cuerpo.

En el abordaje psicomotor sobre el tono merece una atención especial el tema


de la relajación. Podemos distinguir varias formas de relajación. En primer lugar,
tenemos dos tipos de relajación: global y segmentaria; en segundo lugar, la
relajación automática y la relajación consciente.
La relajación permite mejorar la postura mediante la supresión de tensiones
musculares superfluas al mismo tiempo contribuye a la elaboración de la imagen
corporal a través de la experimentación de un estado tónico peculiar.
Con niños pequeños no se puede pasar de una relajación difusa y generalizada,
sin especificar las partes del cuerpo (relajación global). Posteriormente se puede
conseguir que el niño aprenda a inhibir su tono muscular y a regular sus ajustes
posturales y cinéticos, pudiendo distinguir los elementos corporales y

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deteniéndose en su distensión (relajación segmentaria). Por la relación entre lo
tónico y lo emocional, la relajación se asocia a sensaciones de bienestar.

6.2.3. INDEPENDENCIA MOTRIZ

La independencia motriz es la capacidad para controlar por separado cada


segmento motor sin que entren en funcionamiento otros segmentos que no están
implicados en la ejecución de la tarea.

La independencia se adquiere de forma procesual: a lo largo de los años de la


etapa de educación infantil van a ir desapareciendo la mayoría de las sincinesias
o movimientos parásitos, y las paratonías o alteraciones en el tono de otros
órganos, culminando en la mayoría de los niños en torno a los 7-8 años.

6.2.4. COORDINACIÓN

La coordinación es aparentemente el proceso opuesto ya que supone el ejercicio


conjunto de distintos grupos musculares para la ejecución de una tarea compleja.
Patrones motores que anteriormente eran independientes se encadenan
formando otros patrones que posteriormente serán automatizados. Podemos
definir la coordinación motriz como la posibilidad que tenemos de ejecutar
acciones que implican una gama diversa de movimientos en los que interviene
la actividad de determinados segmentos, órganos o grupos musculares y la
inhibición de otras partes del cuerpo. Esto supone grandes ventajas ya que la
presentación de un solo estimulo desencadenara toda una secuencia de
movimientos. Además, el nivel de atención que se presta a la tares disminuye,
pudiendo dirigirse a otros aspectos más complejos de la misma o incluso a otra
diferente.

Conseguir una buena coordinación dinámica requiere de una organización


neurológica, dominio del tono muscular, control de la postura y equilibrio, sin
olvidarnos de la sensación de seguridad.

Se distinguen dos grandes apartados en la coordinación motriz:


. - Coordinación global. Movimientos que ponen en juego la acción
ajustada y recíproca de diversas partes del cuerpo y que en la mayoría de los
casos implica locomoción. Por ello se le conoce con el nombre de coordinación
dinámica general.
. - Coordinación segmentaria: Movimientos ajustados por mecanismos
perceptivos, normalmente de carácter visual y la integración de los datos

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percibidos en la ejecución de los movimientos. Por esta razón se le denomina
habitualmente coordinación visomotriz o coordinación óculo-segmentaria.

Tanto la coordinación global como la segmentaria, permite desarrollar


potenciales motrices como correr, saltar, rodar…que son funciones que
refuerzan el esquema corporal, tono, equilibrio…….y ayudan a adquirir
capacidades como velocidad, resistencia y precisión.

6.2.5. CONTROL RESPIRATORIO

El control respiratorio tiene características similares a las comentadas en el tono


muscular. También está sujeto en parte al control involuntario y en parte al
voluntario. Igualmente está relacionado con procesos de atención y con las
emociones. Aprender a controlar la respiración implica en primer lugar, darse
cuenta de cómo respiramos y en segundo lugar adecuar la forma en que lo
hacemos, tanto en lo que se refiere al ritmo como a la profundidad.

La respiración constituye un ritmo fisiológico básico al cual tenemos acceso a


través del control consciente. Esta profundamente ligado con la emocionalidad
de cada persona. Por esta razón en todos los procesos de relajación, la
respiración ocupa un lugar primordial. La respiración presente de forma
consciente en cualquier actividad humana puede ser utilizada favorablemente
para la mejor ejecución de las tareas; por ello, dentro del trabajo psicomotor
incluimos la educación del control respiratorio.
Además, y relacionadas con procesos psicológicos como la atención y las
emociones, tenemos influencias inconscientes. Situaciones delicadas de mucha
concentración o elevada atención provocan hipoventilación. Situaciones
emocionales intensas como ansiedad, miedo, alegría, sorpresa etc. Provocan
hiperventilación.

Si no existiera una adecuada respiración, podrían verse afectados diferentes


factores (Comellas y perpiny`a, 2003): la personalidad (aceleración,
disarmonías, bloqueo y todo ello puede producir tics,,disfemía, miedo, falta de
atención) y el desarrollo motor ( mala respiración conlleva mayor cansancio y
esto afecta a la realización de actividades motrices)

6.2.6. EQUILIBRIO

El equilibrio es otro aspecto que facilita tanto el control postural como la ejecución
de los movimientos.

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El sentido del equilibrio o capacidad de orientar correctamente el cuerpo en el
espacio se consigue a través de una ordenada relación entre el esquema
corporal y el mundo exterior. El equilibrio es un estado por el cual una persona,
puede mantener una actividad o un gesto, quedar inmóvil o lanzar su cuerpo en
el espacio, utilizando la gravedad o resistiéndola.

Características orgánicas del equilibrio:

- La musculatura y los órganos sensoriomotores son los agentes más


destacados en el mantenimiento del equilibrio.
- El equilibrio estático proyecta el centro de gravedad dentro del área
delimitada por los contornos externos de los pies.
- El equilibrio dinámico, es el estado mediante el que la persona se mueve
y durante este movimiento modifica constantemente su polígono de
sustentación.

Los trastornos del equilibrio afectan la construcción del esquema corporal,


dificultad en la estructura espacial y temporal. Además, provoca inseguridad,
ansiedad, imprecisión, escasa atención.

6.2.7 ESTRUCTURACIÓN ESPACIAL.

Es la capacidad por la cual a través de los sentidos el individuo experimenta una


serie de sensaciones personales que le permiten tomar conciencia de su
ubicación en relación con todo lo que le rodea.

Kolb y Whishaw, establecen una distinción del espacio, distinguiendo tres sub-
espacios con significativas diferencias funcionales:

1. Espacio del cuerpo: constituido por el cuerpo físico y conformado por


la superficie de la piel. Se consigue la síntesis de la información táctil y nos
permite diferenciar la forma de los objetos que tocamos.
2. Espacio de apresamiento: formado por el espacio inmediatamente
contiguo al individuo, a una distancia en la cual puede tocar los objetos
directa o indirectamente a través de herramientas y/o utensilios. Este
espacio es ya externo al cuerpo.
3. Espacio de acción: se encuentra más allá del espacio de alcance
inmediato del sujeto, comportando la necesidad de desplazamiento para
acceder a él en su totalidad.”

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Para la orientación espacial es necesaria la interpretación satisfactoria de las
informaciones vestibulares, propioceptivas y extereoceptivas para una
localización eficaz corporal interiorizada.
El espacio es el lugar que ocupan los objetos, el lugar en que se sitúan y el lugar
donde se inserta la experiencia, que nos permite anticiparnos y prevenir las
transformaciones sin necesidad de que se produzcan.
La adquisición se realiza:
- De lo próximo a lo lejano, de lo interior a lo exterior.
- El espacio se descubre por el movimiento.

Es importante el conocimiento y significación de los conceptos espaciales,


estableciéndose un sistema de coordenadas a través de referencias
representadas por la verticalidad y la horizontalidad. Estos conceptos espaciales
son los de:
- Orientación: derecha-izquierda, arriba-abajo, delante-detrás, un lado- otro
lado, más lejos y más cerca.
- Situación: dentro, fuera.
- Tamaño: grande-pequeño, ancho-estrecho, alto-bajo, largo-corto.
- Espacio interior del cuerpo, de los objetos…
- Localización espacial: respecto a un punto de referencia propia y externa,
respecto de dos puntos (desplazamiento, trayectoria, orientación,
exploración……)
- Ordenación espacial: primero-ultimo, principio-final, medio, segundo-
siguiente, anterior-posterior.

6.2.8. ESTRUCTURACIÓN TEMPORAL

Es la capacidad que el individuo tiene para evaluar un movimiento en el tiempo


secuencialmente, y que le permite no solo localizar acontecimientos en el tiempo,
sino mantener las relaciones entre uno y otro acontecimiento.
El tiempo no se percibe directamente, no hay receptores sensoriales.

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La definición del tiempo es la capacidad de abstraer y generalizar las nociones
de: sucesión y ordenación en el estadio de operaciones concretas y es en donde,
el tiempo, se transforma en un aspecto fundamental del
pensamiento que se construye como resultado glo de una coordinación de
operaciones.
Los contenidos de la estructuración temporal son:
-Duración (percepción directa, vivencial, intuitiva del tiempo): tiempos breves o
largos, mucho o poco,
-Velocidad (relación espacio-tiempo): rápido-lento….
-Simultaneidad: de acciones, ordenes específicas, ahora mismo o al mismo
tiempo.
-Sucesiones: antes-después, durante, principio-final, ordinales.
-Ritmos circadianos (que se repiten cada 24 horas): mañana, mediodía, tarde,
noche.
-Anuales: estaciones, meses, semanas, días.
-Medición temporal: calendario, reloj

6.2.9. RITMO

El ritmo corporal, es el movimiento repetido, con orden a intervalos regulares de


tiempo que permite cuando uno lo realiza una economía de movimientos.
Si aceptamos la definición clásica, en cuanto existe orden en el movimiento
estamos hablando de ritmo. El movimiento humano tiene la capacidad de actuar
con orden, puede someterse a un ritmo. Las secuencias de movimiento, las
praxias, se hacen con un orden determinado, con ritmo. Existen movimientos,
como los latidos, las pulsaciones, la respiración, que tienen su ritmo y que
marcan nuestro propio ritmo vital.
El ritmo también ayuda a crear una imagen cerebral más clara.

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La sincronización sensorio-motriz es fundamental para la exploración y
acomodación de las capacidades musculares, tensión y distensión, en el
momento de tener que adaptarse y de reproducir un ritmo motor determinado.

La primera manifestación de ritmo aparece en el niño con el balanceo de la


cabeza. A los tres años es capaz de seguir la música con golpes y distingue el
pasado del presente, pero hasta los siete años no tiene una autentica conciencia
de la duración. (pensamiento concreto).

El ritmo nos introduce en la noción de intervalo, que es el tiempo vacío existente


entre dos sonidos. Al hablar de intervalo como momento vacío volvemos al
contraste tónico, al control y la inhibición motriz, puesto que, traducido al
movimiento, el intervalo es la quietud entre dos acciones o gestos. El control del
intervalo tanto en el plano motor como en el plano espaciotemporal es función
necesaria para el desarrollo de la integración del lenguaje.

GLOSARIO

EJE CORPORAL: Plano imaginario que, tomando la columna vertebral como


base atraviesa el cuerpo de arriba/abajo, dividiéndolo en dos mitades o lados
iguales (derecha-izquierda).

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