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Demanda Amparo C Empresa de Medicina Prepaga

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Estudio Andrea Falcone – abogados de Adultos +55

PROMUEVE ACCIÓN DE AMPARO CON MEDIDA CAUTELAR.


Sr. Juez:

LOSI OSVALDO JOSE, DNI N° 12.114.484, por derecho propio,


con domicilio real en la calle Jose Batallan 3006, Sáenz Peña, Provincia
de Buenos Aires, con el patrocinio letrado de la Dra. ANDREA LAURA
FALCONE abogada inscripta al T° 136 F° 415 CFSM, constituyendo
domicilio electrónico en la CUIT 27286921863, ante V.S me presento y
digo:

I.- OBJETO
Vengo a promover acción de amparo en los términos de los
artículos 42 y 43 de la Constitución Nacional, arts. 321 inc. 2 y 498 del
CPCCN, y artículos -1 y concordantes de la Ley Nº 16.986, contra
ACCORD SALUD (CUIT 30-62757759-8) – en adelante ACCORD- con
domicilio en Arenales 884 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los
fines de que se le ordene dejar sin efecto los aumentos en virtud del
Decreto de Necesidad y Urgencia N 70/23 al Plan de Salud brindado por
ella, -cuyo articulado se solicitará se declare inconstitucional en su parte
pertinente-, con expresa imposición de costas.
Asimismo, vengo a solicitar que haga lugar urgente e inaudita parte
a la medida cautelar que se solicita, de conformidad con las
manifestaciones de hecho y de derecho que seguidamente expongo.

II.- HECHOS: MI CASO PARTICULAR.


En lo que respecta a mi caso concreto, me encuentro asociado a
ACCORD, bajo el número de afiliado N°02624176 00 6. Soy un adulto
mayor de 68 años, por lo que me es imperioso contar con los beneficios
médicos asistenciales que me presta la demandada, dado mis problemas
de salud propios de la edad y ante el acaecimiento de cualquier
contingencia.
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En diciembre del 2023, la factura emitida por ACCORD fue de


$66.676,93, un monto altísimo pero que hasta allí podía pagar con
esfuerzo teniendo en cuenta lo vital de la cobertura médica en mi caso de
la cual no puedo prescindir ni un solo día.
Como es de público conocimiento, el pasado 21 de diciembre del
corriente se publicó en el Boletín Oficial el Decreto de Necesidad y
Urgencia N°70/2023.
El DNU N°70/23 deroga 41 leyes, y modifica otras 33. Es decir,
altera completamente el ordenamiento jurídico recurriendo a la facultad
legislativa excepcional prevista por el art. 99 inc. 3 de la Carta Magna.
Concretamente a lo que a esta parte afecta, los artículos 267 y 269 del
mencionado Decreto de Necesidad de Urgencia modifican por completo el
régimen de medicina prepaga y liberan completamente los precios de los
planes. A vuelo de pájaro, el objetivo que se menciona en el DNU que
quiere lograrse es favorecer la competencia y beneficiar a los usuarios, lo
que veremos a continuación no ha ocurrido, quedando los afiliados
completamente desamparados.
Con posterioridad a la entrada en vigencia del mencionado DNU
70/2023, el día 26 de diciembre se me informó vía mail un incremento
en la cuota del 35% por el cual quedaba sin efecto el aumento
previamente informado para este mes (el autorizado por la SSS). Y se me
remitió a continuación una factura por la suma de $ 90.013,85 (noventa
mil trece pesos con ochenta y cinco centavos) la cual se acompaña
como prueba.
Por otra parte, el día 11 de enero recibí nuevo aviso en el que se me
informó que el valor de la cuota del mes febrero se incrementará en un
22% respecto al valor de enero, lo cual implica que deberé abonar
$158.023,23 aproximadamente, es decir que en total el aumento
aplicado será de 138% en tan solo dos meses.
En cuanto a mi situación económica, hoy día percibo una
jubilación ANSES, ascendiendo en el mes de enero 2024 a la suma de
$228.073,85, conforme acredito con el recibo acompañado. Por ello, aun
recibiendo ayuda económica de mi familia, me resulta imposible
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mantener la cobertura de ACCORD con los aumentos que se me


impusieron consecuencia del DNU.
Hago notar que, para febrero, la cuota de ACCORD estará por
encima de mis ingresos mensuales.
Podrá notar VS que a la fecha lejos de generarse la situación de
“libre competencia” planteada por el presidente Milei que haría que las
cuotas bajen y se pueda elegir libremente, las empresas de medicina
prepaga se han CARTELIZADO y los aumentos son prácticamente los
mismos en las empresas más importantes y dueñas de casi la
totalidad del mercado, por lo que los usuarios estamos presos.
Esto ha sido denunciado el pasado 15 de enero de 2024 ante la
COMISION DE DEFENSA DE LA COMPETENCIA con múltiples pruebas.
Como bien menciona el Dr. Federico Esswein en su presentación -la cual
se acompaña como prueba- existe una acción coordinada, en la cual los
usuarios “no tienen un mercado de libre entrada y salida del
servicio. No es asimilable a los programas de portabilidad de las
compañías de telefonía móvil.” Es así tal cual mí caso.
¿Qué “libertad” de cambiar de una empresa a otra que ofrezca
un plan “más conveniente” o “competitivo” realmente puede tener
esta parte siendo un adulto mayor jubilado? Ya sabemos que a las
prepagas no les interesamos, no somos el cliente que quieren tener.
Quieren a jóvenes que gocen de buena salud y prácticamente no
utilicen sus servicios, ellos son los que les generan renta y no “los
viejos” y/o enfermos.
Atento a mi edad, los problemas de salud propios de la misma
y mi condición de jubilada, resulto ser una consumidora vulnerable.
NO tengo opción de elegir por otro servicio de medicina prepaga.
Los aumentos que se me exigen basados en el DNU 70/23 me
colocan en un completo estado de incertidumbre causando, además,
como consumidora vulnerable, un daño actual a mis derechos, tales
como el acceso a la salud, a la vida, dignidad en la vejez y a la
propiedad privada, que se encuentran garantizados en nuestra Carta
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Magna y diversos tratados internacionales con jerarquía


constitucional.
Por último, y no por eso menos importante, la demandada ha
olvidado al parecer que una parte del antiguo art. 17 de la Ley 26.682
tiene plena vigencia y con arreglo a su texto, la variación de precio de los
planes prestacionales entre la primer y la última franja etaria puede ser
de un máximo de tres (3) veces entre el precio de una y otra. Esta parte
entiende que este tope en los valores de los planes no está siendo
respetado y por lo tanto debe también ser tenido en cuenta. Lo que no
me ha dejado más salida que intentar proteger mis derechos por esta vía.

III.- EL DERECHO A LA SALUD GOZA DE PROTECCIÓN


CONSTITUCIONAL. OTROS DERECHOS VULNERADOS POR EL DNU
70/23.
La salud, es un derecho humano fundamental para el ejercicio de
los demás derechos humanos (Comité DESC, Observación General N
14/2000) previsto en la Constitución Nacional de manera implícita en el
preámbulo y en el art. 33, explícitamente en el artículo 42 y
principalmente en el artículo 75 inciso 22 que incorpora con rango
constitucional los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.
El párrafo I del art. 25 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos afirma que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida
adecuado que le asegure, asi como a su familia, la salud y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios”.
Paralelamente, la salud ha sido reconocida –en el ámbito nacional
e internacional– como un derecho humano, inherente a la dignidad
humana, de forma tal que el bienestar físico, mental y social que pueda
alcanzar el ser humano constituye un derecho que el Estado está
obligado a garantizar.
La primera norma internacional que consagra expresamente el
derecho a la salud data de 1946 y es la Constitución de la Organización
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Mundial de la Salud (O.M.S.) que refiere como uno de los derechos


fundamentales “el disfrute del más alto nivel posible de salud”.
Luego de ello, diversos instrumentos internacionales de derechos
humanos han consagrado el derecho a la salud los cuales se encuentran
en lo más alto del ordenamiento jurídico argentino, es decir, gozan de
jerarquía constitucional (CN, art. 75, inciso 22).
El derecho a la salud también se encuentra consagrado en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que en su
art. 12 establece que en los estados parte “deberán tomarse las medidas
necesarias para la creación de condiciones que aseguren a todos
asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad para
asegurar a toda persona el disfrute del más alto nivel posible de salud
física y mental” (art. 12. párr. 1ro. y 2.c).
En el ámbito americano, la Declaración Americana de los Derechos
del Hombre, en su art. XI proclama que “Toda persona tiene derecho a
que la salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas
a la alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica,
correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de la
comunidad”.
El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
denominado “Protocolo de San Salvador”, firmado por la República
Argentina, establece en su 10.2 que “Con el fin de hacer efectivo el derecho
a la salud los estados parte se comprometen a reconocer la salud como un
bien público y particularmente a adoptar las siguientes medidas para
garantizar este derecho: a) la atención primaria de la salud, entendiendo
como tal la de asistencia sanitaria esencial puesta al alcance de todos los
individuos y familiares de la comunidad; b) la extensión de los beneficios
de los servicios de salud a todos los individuos sujetos a la jurisdicción del
estado; c) la total inmunización con las principales enfermedades
infecciosas; d) la prevención y tratamiento de las enfermedades
endémicas...”.
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Tres aspectos del derecho a la salud se han plasmado en los


instrumentos internacionales de derechos humanos: “la declaración del
derecho a la salud en cuanto derecho básico; la sanción de normas con
miras a subvenir las necesidades de salud de grupos de personas
concretos y la prescripción de vías y medios para dar efecto al derecho a
la salud” (Theo Van Boven “Therighttohealth as a Human Right”,
Workshop, 1979; p. 54-55).
El concepto de salud en tanto derecho humano pone el énfasis en
los aspectos sociales y éticos de la atención de salud del estado y revela
que su negación, al igual que a la de cualquier otro derecho, se puede
impugnar legítimamente.
A su vez, el derecho a la salud constituye un presupuesto esencial
del inalienable derecho a la vida. En relación con ello, cabe señalar lo
expresado por la CSJN en el caso “Campodónico de Beviacqua, Ana
Carina c/ Ministerio de Salud y Acción Social - Secretaría de Programas
de Salud y Banco de Drogas Neoplásicas s/ Recurso de Hecho" (Sentencia
del 24 de octubre de 2000): “... el Tribunal ha considerado que el derecho
a la vida es el primer derecho de la persona humana que resulta
reconocido y garantizado por la Constitución Nacional (Fallos: 302:1284;
310:1112). También ha dicho que el hombre es eje y centro de todo el
sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo –más allá de su naturaleza
trascendente– su persona es inviolable y constituye valor fundamental
con respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter
instrumental (Fallos 316: 479, votos concurrentes). Que a partir de lo
dispuesto en los tratados internacionales con jerarquía constitucional
(art. 75, inc. 22 de la Ley Suprema), reafirmado en recientes
pronunciamientos el derecho a la preservación de la salud –comprendido
dentro del derecho a la vida– y ha destacado la obligación impostergable
que tiene la autoridad pública de garantizar ese derecho con acciones
positivas... (Fallos: 321:1684 y causa A.186 XXXIV "Asociación
Benghalensis y otros c/ Ministerio de Salud y Acción Social - Estado
Nacional s/ amparo ley 16.986" del 1 de junio de 2000, mayoría y votos
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concurrentes y dictamen del señor Procurador General de la Nación a


cuyos fundamentos se remiten)”.
Por su parte, la doctrina ha desarrollado los siguientes conceptos
acerca de los alcances del derecho constitucional a la salud que apoya
plenamente nuestro planteo: “…el término ‘derecho a la salud’ sintetiza
un derecho de naturaleza prestacional, pues conlleva una actuación
afirmativa o positiva por parte del poder estatal en una dirección dada, es
decir, ‘un derecho de la población al acceso – paribus conditio- a servicios
médicos suficientes para una adecuada protección preservación de su
salud’.
El Estado asume entonces distintas obligaciones, como promover
y facilitar el acceso de la población a las prestaciones de salud, no
perturbar el desenvolvimiento lícito de los prestadores de salud, brindar
tales servicios cuando la actividad privada resulte insuficiente o
excesivamente onerosa, ya mediante planes de salud, la creación de
centros asistenciales o la provisión de medicamentos.
También los particulares son sujetos obligados del derecho a la
salud cuando se comprometen a actuar como prestadores…” (Eduardo L.
Tinant, “Jurisprudencia Argentina”, diario del 21/7/99, págs. 26,29).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció doctrina en
el sentido de que la Constitución Nacional asume el carácter de una
norma jurídica y, en cuanto reconoce derechos, lo hace para que estos
resulten efectivos y no ilusorios, sobre todo cuando se encuentra en juego
un derecho humano fundamental (CSJN, Fallos: 327:3677 ; 330:1989 ;
335:452, entre otros).
Asimismo, ha entendido que, en el Preámbulo de la reforma, en
particular del art. 41 “ya se encuentran expresiones referidas al bienestar
general, objetivo preeminente en el que, por cierto, ha de computarse, con
prioridad indiscutible, la preservación de la salud” (conf. Fallos 278-313
[7], considerando 15).
También ha declarado el alto tribunal que el objetivo preeminente
de la reforma, en particular del art. 41, según se expresa en su
preámbulo, es lograr el bienestar general, lo cual significa decir la justicia
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en su más alta expresión, esto es, la justicia social, cuyo contenido actual
consiste en ordenar la actividad intersubjetiva de los miembros de la
comunidad y los recursos con que ésta cuenta con vistas a lograr que
todos y cada uno de sus miembros participen de los bienes materiales y
espirituales de la civilización.
Señaló además que tiene categoría constitucional el principio in
dubio pro justitia socialis y que las leyes deben ser interpretadas a favor
de quienes, al serles aplicadas con este sentido, consiguen o tienden a
alcanzar el bienestar, esto es, las condiciones de vida mediante las cuales
es posible a la persona humana desarrollarse conforme a su excelsa
dignidad (Fallos 289-430)
Por otra parte, la Constitución Nacional garantiza los derechos de
consumidores y usuarios en la relación de consumo, de manera tal
que los órganos del Poder Judicial deben ejercer no sólo un control de
constitucionalidad, sino también ‘de convencionalidad’ ex oficio entre las
normas internas y la Convención Americana.
Luego de una lenta evolución, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha reiterado la interdependencia e indivisibilidad existente
entre los derechos civiles y políticos, y los económicos, sociales y
culturales, puesto que deben ser entendidos integralmente y de forma
conglobada como derechos humanos, sin jerarquía entre sí y exigibles en
todos los casos ante aquellas autoridades que resulten competentes para
ello.
Como ya se ha dicho, el principio protectorio del consumidor es de
rango constitucional (art. 42, CN.), como así también las directivas
emanadas de los arts. 1094 y 1095 del CCCN y el art. 3 de la Ley 24.240
que establece, en materia de prelación normativa, que las normas que
regulan la relación de consumo deben ser aplicadas conforme al principio
de protección al consumidor, y en caso de duda sobre la interpretación
del CCCN. o las leyes especiales, prevalecerá la más favorable al
consumidor. En suma, esa tutela diferenciada, necesaria ante la
vulnerabilidad del consumidor, alcanza también a los derechos
económicos.
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El Derecho del Consumidor es el que protege a los consumidores y


usuarios frente a los frecuentes embates a que se encuentran expuestos
en las relaciones cotidianas, tipificadas por la notoria vulnerabilidad que
exige la dispensa de una tutela diferenciada. Como sistema especial de
defensa de los intereses está muñido de disposiciones que tienden a
prevenir y reparar perjuicios, originados en prácticas y conductas,
individuales o concertadas. Todos ellos, derechos están siendo
vulnerados por el DNU y por lo tanto por la accionada quien se sirve de
ellos para embestir contra esta parte de forma inhumana.
Queda claro que quien aquí reclama es un consumidor vulnerable
hoy día preso de una relación de consumo que se ha convertido en
abusiva.

IV.- REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD DEL AMPARO


La procedencia de la acción de amparo se encuentra supeditada a
la existencia de determinados requisitos:
1) Acto u omisión arbitraria por parte de un particular:
En este caso existe por parte de ACCORD un acto expreso, es decir:
un aumento desproporcionadamente oneroso del valor de la cuota por los
servicios de salud, con basamento en artículos completamente
inconstitucionales de un DNU. Esta circunstancia tiene efectos concretos
y sucesivos, puesto que los perjuicios continuarán hasta tanto la
accionada cese con su inconducta. Así, me encuentro obligada a abonar
una cuota exageradamente alta, sin existir posibilidad de negarme, toda
vez que lo que se encuentra en juego es mi cobertura de salud.
Dicha actitud por parte ACCORD configura un acto totalmente
arbitrario, irrazonable, abusivo, e ilegitimo. El accionar lesivo de la
demandada me coloca en un completo estado de incertidumbre, además
de dañar a mis derechos como consumidor, al acceso a la salud, a la vida,
y a la propiedad privada, garantizados constitucionalmente.
2) Improcedencia de remedios ordinarios:
El art. 43 de la CN exige para la procedencia del amparo “la
inexistencia de otro medio judicial más idóneo” de manera que la acción
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de amparo es procedente solo en aquellas situaciones en las que, por


carencia de otras vías aptas, peligra la salvaguarda de derechos
fundamentales.
Al respecto, la Corte ha entendido que siempre que la ilegitimidad
de una restricción a uno de los derechos sustanciales sea manifiesta y
que, a su vez, el sometimiento de la cuestión a examen por medio de
procedimientos ordinarios causare un daño grave e irreparable, la vía de
amparo se torna procedente (Fallos: 241:291; 267:215).
Con respecto al agotamiento de los procedimientos
administrativos, la jurisprudencia anterior a la reforma constitucional no
los requería y por ende, mucho menos se lo podría exigir ahora debido a
que la reforma de 1994 ha eliminado como requisito para la viabilidad
del amparo la inexistencia de procedimiento administrativo dejando
subsistente aquel que hace referencia a la inexistencia de otro medio
judicial más idóneo.
Ante el derecho constitucional lesionado, el derecho a la salud y al
consumo, la tutela efectiva es la acción de amparo. Dado lo expedito y
rápido del proceso, capaz de frenar el avasallamiento a nuestra integridad
psicológica y emocional. No existe otra herramienta más idónea que la
intentada. Resulta notorio que la iniciación de un largo trámite con
procedimiento ordinario no comporta un remedio idóneo, ante la urgente
necesidad de que la accionada revea la actitud que lesiona de forma
irreparable mis derechos.
c) Plazo para interponer la acción:
En este caso, al tratarse de lesiones continuadas y reiteradas,
habida cuenta que los incrementos ilegítimamente cobrados por la
accionada se devengan mes a mes el plazo establecido por el art. 2 de la
Ley N° 16.986 se renueva continuamente.

V.- INCONSTITUCIONALIDAD DE LOS ARTS. 267 Y 269 DEL


DNU NRO. 70/23. VIGENCIA DEL ART. 17 DE LA LEY 26.682
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El mencionado DNU, en su título XI Capitulo II, modifica


sustancialmente el marco regulatorio de las entidades de medicina
prepaga enmarcadas hasta entonces en la Ley 26.682.
En lo que importa, su artículo 267 deroga el art. 5° incisos g)
(“Autorizar en los términos de la presente ley y revisar los valores de las
cuotas y sus modificaciones que propusieren los sujetos comprendidos en
su artículo 1º;”) ; y m) (“Transferir en caso de quiebra, cierre o cesación de
actividades de los sujetos comprendidos en el artículo 1º de la presente ley
la cobertura de salud con sus afiliados a otros prestadores inscriptos en el
Registro que cuenten con similar modalidad de cobertura de salud y cuota.
La transferencia se acordará en el marco del Consejo Permanente de
Concertación definido en el artículo 27 de la presente ley y se realizará
respetando criterios de distribución proporcional según cálculo actuarial,
debiendo contar con el consentimiento del usuario”) de dicha normativa
así como el art. 6.
Por otra parte, el artículo 269 del DNU en cuestión sustituye la
redacción del art. 17 que decía: “Cuotas de Planes. La Autoridad de
Aplicación fiscalizará y garantizará la razonabilidad de las cuotas de los
planes prestacionales. La Autoridad de Aplicación autorizará el aumento
de las cuotas cuando el mismo esté fundado en variaciones de la
estructura de costos y razonable cálculo actuarial de riesgos. Los sujetos
comprendidos en el artículo 1º de la presente ley pueden establecer precios
diferenciales para los planes prestacionales, al momento de su
contratación, según franjas etarias con una variación máxima de tres (3)
veces entre el precio de la primera y la última franja etaria.”
Con estas modificaciones, restringe casi toda la capacidad de
control de la Superintendencia de Servicios de Salud sobre el actuar
de las prepagas dejando indefenso al afiliado, que claramente es la
parte más débil de la relación.
Previo al dictado del DNU, la Superintendencia de Servicios de
Salud, ejercía como organismo de contralor y como tal debía autorizar y
fiscalizar los valores y la razonabilidad de las cuotas de los planes
prestacionales, autorizando su aumento cuando estuviera fundado en
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variaciones de la estructura de costos y en un razonable calculo actuarial


de riesgos.
Las actividades económicas llevadas a cabo dentro del ámbito de la
medicina privada requieren regulación, toda vez que, si bien se
establecen como relaciones entre privados, por sus características
específicas, su debida prestación es considerada un derecho garantizado
en los artículos 42 y 43 de nuestra Constitución.
Es entonces que, la regulación de la actividad no solo está
basada en considerar a la salud un derecho humano esencial que el
Estado debe garantizar y proteger, sino que además debe atenderse
que el acceso a la salud tenga una razonabilidad económica para
quienes optamos por una cobertura privada por nuestra capacidad
de pago.
Sin embargo, hay una parte del anterior art. 17 que sigue
vigente y es que: “Los sujetos comprendidos en el artículo 1º de la
presente ley pueden establecer precios diferenciales para los planes
prestacionales, al momento de su contratación, según franjas etarias con
una variación máxima de tres (3) veces entre el precio de la primera y la
última franja etaria.” Este “tope” ha sido completamente dejado de lado
por la demandada, por lo que su aplicación deberá ser solicitada por VS
al momento de hacer lugar al reclamo.
En mi caso ACCORD aplicando la nueva normativa, aumentó un
138% la cuota en tan solo DOS MESES.
En los considerandos de la norma de la que se persigue su
inconstitucionalidad, se efectúa una reseña de las numerosas reformas,
sin invocar ningún indicador que justifique la existencia de una situación
tan excepcional que permita pasar por alto al Congreso.
Con respecto a la salud concretamente, dice “Que frente a la crisis
del sistema de salud es imperativo lograr reducciones contundentes en los
costos de las prestaciones, lo que en definitiva redundará en un beneficio
directo para la población en general.” Eso es todo.
No sólo la fundamentación es pobre y demuestra la ausencia de
urgencia, sino que deja a la vista que el objetivo proclamado no se ha
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logrado y que como consecuencia de esta “liberalización”, los


afiliados hemos quedado en una enorme encerrona teniendo que
elegir si continuar comiendo o abonando la factura de la prepaga.
Y esta actividad afecta a más de SEIS MILLONES (6.000.000) de
personas usuarias y consumidoras de servicios de salud.
Sumado a que se ha legislado sobre materias jurídicas que poseen
vocación de generalidad y permanencia.
La CSJN en la causa “Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires c/
Estado Nacional S/ Acción Declarativa” sostuvo respecto de la validez de
los decretos de necesidad y urgencia que “…el reconocimiento de las
atribuciones regulatorias sanitarias de la Nación no significa que alcance
con la mera invocación de la salud para sellar la validez de su pretendido
ejercicio. En efecto, en un sistema como el de nuestra Constitución
Nacional, para que una norma federal constituya el válido ejercicio de una
atribución propia del Estado Nacional debe contar con una debida
justificación que lo respalde en relación a las medidas concretas
adoptadas con ese objetivo. Por ello, la adecuada motivación del acto
adquiere en el caso especial importancia, pues la Administración se
encontraba obligada a explicar, más que en cualquier otro acto dado el
contenido concreto de su regulación, los antecedentes que la llevaron a
ejercer la competencia invocada, explicitando además la adecuada
proporcionalidad entre el objeto de la decisión y su finalidad, que debe
hallarse en necesaria correspondencia con la de las normas
competenciales invocadas por el órgano emisor”.
Cae entonces de maduro que las Empresas de Medicina Prepaga
deben poder afrontar los mayores costos de los insumos y recursos con
algún mecanismo de actualización, pero tal mecanismo debe ser
establecido por una autoridad de contralor como lo era previo al DNU, ya
que lo contrario deriva en el desmadre que está ocurriendo actualmente
en el cual las empresas de medicina prepaga lejos de competir se han
cartelizado, incurriendo en abusos que derivaron en una denuncia
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ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Este hecho


se difundió en los principales medios de comunicación del país.1
Por último y para el caso de que los artículos del decreto en
cuestión no puedan ser tachados de inconstitucionales en mi caso, a
criterio de V.S., lo cierto es que enuncia el art. 37 de la ley 24.240, el cual
no fue reformado por el DNU. De hecho, el aumento aplicado por
ACCORD resulta contrario al citado art. 37 de la Ley 24.240, quien
amplía sus derechos en perjuicio de los consumidores, con supuesto
fundamento en una normativa que no se encontraba prevista al momento
de la suscripción de los contratos ya en curso.
La jurisprudencia al respecto ha sostenido: “El artículo 37 de la ley
24.240 impone a la accionada el deber de mantener la prestación de sus
servicios conforme lo convenido inicialmente, además de un deber
especifico de información” ( “Revello Llerena, Ricardo. c/ Qualitas Medica
S.A”, L.L 2005-E- 872. Cam. Nac. Com., Sala C, 8-3-2005,).
A mayor abundamiento la Sala Segunda de la Cámara Contencioso
Administrativa y Tributaria de la C.A.B.A. ha dicho: “Encuadra dentro del
concepto de “cláusula abusiva” (art. 37 de la LDC 24.240) la estipulación
que otorga a la Empresa de medicina prepaga la facultad unilateral de
modificar ilimitada e incausadamente uno de los elementos esenciales del
contrato, cual es el precio de la cuota, si se trata de afiliados (…) que no
cuenten con posibilidades ciertas de ser aceptados por otra entidad,
debiendo asimilarse el incremento a una resolución unilateral, ya que de
no poder afrontárselo, el consumidor se vería obligado a desasociarse.”
(“Asociación Civil Hospital Alemán c/ Ciudad de Buenos Aires”, 13-04-
2004).
El convencional constituyente del 94, al regular las facultades de
la cabeza del Poder Ejecutivo Nacional, puso en cabeza del presidente de
la Nación la atribución de dictar decretos por razones de necesidad y

1 https://www.perfil.com/noticias/actualidad/la-coalicion-civica-denuncio-a-belocopitt-y-a-las-
prepagas-por-aumentar-los-precios-de-las-cuotas.phtml;
https://www.lanacion.com.ar/economia/prepagas-piden-que-se-investigue-una-supuesta-cartelizacion-por-
las-subas-de-cuotas-nid16012024/.
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urgencia: “Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran


imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución
para la sanción de las leyes ...”
De la interpretación de la constitución nacional surge que el único
titular de la función legislativa es el Congreso de la Nación, por lo que
toda disposición de carácter legislativo emitida por el poder ejecutivo
resulta prima facie inconstitucional.
No se trata de otra cosa que un principio elemental de la división
de poderes y del sistema republicano de gobierno que ha adoptado desde
sus inicios nuestro país.
En consecuencia, la regla respecto a los decretos de necesidad y
urgencia es que están prohibidos "bajo pena de nulidad absoluta e
insanable". Dicho principio sólo podrá ceder, según el propio texto
constitucional, frente a una circunstancia excepcional que hiciere
"imposible seguir los trámites ordinarios previstos por la Constitución para
la sanción de las leyes". Sobre el tópico se ha expresado la Corte Suprema
de Justicia de la Nación in re "Consumidores Argentinos c. Estado
Nacional Poder Ejecutivo de la Nación s. Dto.558/02".
En virtud de todo lo expresado solicito se declare la
inconstitucionalidad de los artículos 267 y 269 mencionados,
pertenecientes al “Título IX – Salud” del DNU 70/23.

VI.- SOLICITA SE DICTE MEDIDA CAUTELAR

La necesidad de una cautela se debe a que la satisfacción


inmediata de una pretensión de conocimiento o ejecución resulta
materialmente irrealizable. Y para proteger ese derecho existe en nuestro
ordenamiento el proceso cautelar, cuya finalidad consiste en asegurar el
resultado práctico de la sentencia que debe recaer en el proceso al que se
accede. En tal sentido, el proceso cautelar es accesorio a otro proceso.
En efecto, las medidas cautelares se dictan en pos de asegurar una
cierta sentencia futura. No hay cautelar sin “causa” que la sustente
(aunque esta pueda promoverse a posteriori), y, consecuentemente no
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hay ni puede haber una cautelar que verse sobre cuestión distinta a
aquella que se está debatiendo.
La medida cautelar aquí solicitada participa de la naturaleza de las
denominadas “innovativas”, en cuanto a los requisitos de procedencia,
además de la necesidad de la presencia de los tres recaudos clásicos -
verosimilitud en el derecho, peligro en la demora y la prestación de una
cautela previa-, es dable exigir que se acredite la irreparabilidad del daño
infligido por la situación de hecho o de derecho que se pretende innovar.
Ello es justamente lo que ocurre en mi caso, siendo que, ante los
aumentos desmedidos aplicados por la prepaga, no podré continuar
abonando las cuotas exigidas, por lo que perderé la cobertura médico
asistencial, y antigüedad, con todo lo que ello implica. Es sabido, que, si
llegase a ser dada de baja de la prepaga ante la imposibilidad de pago,
dada mi edad y preexistencias, será INVIABLE volver a afiliarme a ésta
y/u otra empresa de medicina prepaga, siendo IRREPARABLE el daño a
mi salud, y en definitiva a nuestra vida.
Por ello, solicito a V.S que ordene a la accionada a readecuar las
cuotas correspondientes a mi plan asistencial, dejando sin efecto el
aumento realizado en aplicación del DNU 70/23, limitándose a efectuar
los aumentos autorizados por la autoridad de aplicación en los términos
del art. 17 de la Ley 26.682.
Se configuran en la especie los recaudos exigidos por la ley para
admitir la procedencia de esta medida cautelar, a saber:

A. VEROSIMILITUD DEL DERECHO.


La verosimilitud del derecho se encuentra fundada por cuanto: I)
La demandada ha aplicado un aumento unilateral del 113% sobre la
cuota; II) el DNU que modifica la Ley 26.682 es absolutamente
inconstitucional, por cuanto se ha sancionado contrariando las pautas
establecidas por el art. 99 inc. 3 de la CN; III) los aumentos resultan
abusivos en los términos del art. 37 inc. (a) y (b) de la LDC; que al igual
que la ley 26.682 es de orden público, ya que desnaturalizan las
obligaciones e importan una renuncia o restricción de los derechos como
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consumidores con su consecuente ampliación de los derechos de la otra


parte.
No puede eludirse que se está ultrajando mi voluntad como afiliada
de ACCORD, obligándome a abonar un aumento ilegitimo y
desproporcionado ante la adversidad marcada por la crisis
macroeconómica que atraviesa la Argentina, toda vez que la naturaleza
de las prestaciones en juego no nos permite contemplar otra posibilidad.
Es necesario destacar que no es un mero reclamo económico, en
este reclamo está en discusión la vulnerabilidad o no del derecho a la
salud de esta parte. Los tribunales han expresado: “La especial
característica del contrato de medicina prepaga exige una adecuada
protección de los derechos del usuario, debido a la desigualdad existente
entre la institución y el consumidor; no sólo porque se celebra mediante
adhesión a cláusulas predispuestas sino porque el afiliado contribuye
con sus cuotas mensuales al crecimiento de la institución a que
pertenece”. (C. Nac. Com., sala E, 3/4/1997 De Oromi Escalada, M. v.
Galeno Previsión S.A. s/sumario).

B. PELIGRO EN LA DEMORA.
Este requisito se configura en la incertidumbre, preocupación y
sufrimiento psicológico innecesario al que me encuentro sometida, por la
situación aquí expuesta, aun cuando la medida adoptada pueda implicar
la ejecución de gran parte de la pretensión material antes de la sentencia.
Es que, los elevados aumentos dispuestos en un contexto de profunda
crisis económica implicaran que los asociados de ACCORD no podamos
afrontar los valores de la cuota y que la accionada termine rescindiendo
los contratos en los términos del art. 9 de la ley 26.682.
Asimismo, destaco la vulnerabilidad en la que me encuentro, por
esta decisión intempestiva de la demandada.

C. CONTRACAUTELA.
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Cumpliendo con el requisito ordenado en el art. 199 del CPCCN,


ofrezco una caución juratoria, la que debe entenderse prestada con la
suscripción del presente escrito.

Es dable destacar que en casos análogos, la medida que aquí se


solicita ha sido recientemente otorgada: “…los principios que rigen la
preservación de la salud y la vida de las personas, derechos estos
reconocidos en el Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y
Culturales (art. 12) en el Pacto de San José de Costa Rica (arts. 4 y 5) y en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 6 inc. 1) con rango
constitucional (art. 75 inc. 22) la verosimilitud del derecho invocada por la
accionante y el peligro en la demora, aparece como inminente dentro del
marco escueto de conocimiento que habilita la instancia cautelar y sin que
implique otorgar una declaración anticipada sobre la procedencia de la
cuestión de fondo (doct. Art. 232 CPCC). Máxime teniendo en cuenta que
se trata de una persona jubilada de 78 años de edad (vid DNI y
constancias previsionales acompañadas).” (BRAUCHLI, MARTA
CRISTINA c/ SOCIEDAD ITALIANA DE BENEFICENCIA EN BUENOS
AIRES s/AMPARO COLECTIVO. JUZGADO FEDERAL EN LO CIVIL Y
COM. Y CONT. ADM. DE SAN MARTIN Nro. 2.)
En igual sentido ha sido resuelto en autos “VIDAL QUERA,
AMENGUAL RODOLFO c/ SIMECO (SERVICIOS CONSEJO SALUD
SIMECO) Y OTRO s/ACCION MERE DECLARATIVA DE
INCONSTITUCIONALIDAD Expte 240/2024 Juzgado Civil y Comercial y
Cont. Adm Nro. 2 Secretaría N° 3 de San Martín): “Así, teniendo en cuenta
los principios que rigen la preservación de la salud y la vida de las
personas, derechos estos reconocidos en el Pacto Internacional de Derecho
Económicos, Sociales y Culturales (art. 12) en el Pacto de San José de
Costa Rica (arts. 4 y 5) y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (art. 6 inc. 1) con rango constitucional (art. 75 inc. 22) la
verosimilitud del derecho invocada por la accionante y el peligro en la
demora, aparece como inminente dentro del marco escueto de conocimiento
que habilita la instancia cautelar y sin que implique otorgar una
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declaración anticipada sobre la procedencia de la cuestión de fondo (doct.


Art. 232 CPCC). Máxime teniendo en cuenta que se trata de una que aquí
se reclama y que conforme surge de las facturas acompañadas resultan
superiores al 62% de lo abonado en el mes de diciembre de 2023 (vid
demanda y facturas acompañadas). III.- Frente a lo expuesto, en tanto el
actor es afiliado a SIMECO y conforme surge de la facturación acompañada
de fecha diciembre 2023, enero 2024 y comunicación respecto a febrero
2024, un elemental deber de prevención impone un pronunciamiento
jurisdiccional inmediato ante la proximidad de las fechas señaladas…”. A
mayor abundamiento, el Juzgado Federal En Lo Civil Y Com. Y Cont.Adm.
De San Martin Nro. 1 en los autos “RABBIA, EDUARDO FABIAN C/
OMINT SA S/AMPARO COLECTIVO” dispuso: “en tanto el actor y su hijo
menor son afiliados a la empresa OMINT SA y conforme surge de la
facturación acompañada de fecha diciembre 2023, enero 2024 y
comunicación respecto a febrero 2024 un elemental deber de prevención
impone un pronunciamiento jurisdiccional inmediato ante la proximidad de
las fechas señaladas. En tal sentido, teniendo en cuenta los principios que
rigen la preservación de la salud y la vida de las personas, derechos estos
reconocidos en el Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y
Culturales (art. 12) en el Pacto de San José de Costa Rica (arts. 4 y 5) y en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 6 inc. 1) con rango
constitucional (art. 75 inc. 22) la verosimilitud del derecho invocada por la
accionante y el peligro en la demora, aparece como inminente dentro del
marco escueto de conocimiento que habilita la instancia cautelar y sin que
implique otorgar una declaración anticipada sobre la procedencia de la
cuestión de fondo (doct. Art. 232 CPCC). Máxime teniendo en cuenta que el
hijo menor del actor posee certificado de discapacidad (vid DNI,
constancias y certificados acompañados). Ello es así por cuanto conforme
a la Convención Internacional de los Derechos del Niño -norma con rango
constitucional a tenor de lo dispuesto en el art. 75, inc. 22 de la CN- el
interés superior de los menores es el criterio primordial para resolver
cualquier cuestión que los afecte. En particular, esta convención reconoce
que el niño mental o físicamente impedido deberá disfrutar de la vida plena
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y decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan bastarse


a sí mismo y faciliten su participación en la sociedad… Repárese que en
tanto las medidas cautelares no exigen de los magistrados el examen de
certeza sobre la existencia del derecho pretendido sino solo su
verosimilitud, cabe tener especialmente presente que el actor corre riesgo
inminente de no poner pagar el valor mensual pretendido por la empresa
de medicina prepaga demandada. Esto conllevaría a la falta de cobertura
médica necesaria, para el actor y su hijo menor de edad que cuenta con
certificado de discapacidad y por lo cual peligraría su salud y su vida de
no otorgarse la presente. A mayor abundamiento, corresponde resaltar
que, ante el incremento mensual de las cuotas reseñado, no surge de las
facturas acompañadas justificación o detalle de tal aumento que permite a
la accionante tener mayor información al respecto y conocer el motivo que
condujo al valor final comunicado…”

VII.- DIFERENCIA CON EL AMPARO COLECTIVO “WILSON,


EDUARDO SANTIAGO c/ ESTADO NACIONAL PODER EJECUTIVO
NACIONAL s/AMPARO.

Con motivo de los abusos cometidos de parte de las empresas de


medicina prepaga producidos como consecuencia de la modificación
introducida por el DNU 70/23 a través de los arts. 267 y 269, se han
generado cientos de reclamos judiciales, entre ellos los autos caratulados
“WILSON, EDUARDO SANTIAGO c/ ESTADO NACIONAL PODER
EJECUTIVO NACIONAL s/AMPARO” (Expediente Nº 48013/2023 -
JUZGADO CIVIL Y COMERCIAL FEDERAL 3).
En la mencionada causa se resolvió “1) Admitir que la presente
acción tramite como amparo colectivo en los términos del art. 43 C.N.; 2)
Ordenar su inscripción en el Registro Público de Procesos Colectivos de
conformidad con lo previsto en el punto III de la Acordada CSJN 12/2016,
a cuyo fin cabe precisar que: a) La composición del colectivo comprende
a todos los afectados por la derogación de los arts. 267 y 269 del Decreto
de Necesidad y Urgencia DNU 70/23; b) El objeto de la pretensión
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consiste la inconstitucionalidad de los arts. 267 y 269 del Decreto de


Necesidad y Urgencia DNU 70/2023; c) El sujeto demandado es el
ESTADO NACIONAL – PODER EJECUTIVO.”.
Ahora bien, de la lectura de la parte dispositiva citada, se advierte
que el presente proceso es a todas luces disímil con aquel, por cuanto el
demandado en el sub-lite resulta ser ACCORD y no el Estado Nacional,
es decir que aquí se persigue que la accionada deje sin efecto su ilícito
accionar (el aumento dispuesto), para lo que se requiere accesoriamente,
la inconstitucionalidad de la totalidad del DNU 70/23, sobre la base de
que el mismo fue dictado apartándose de los lineamientos establecidos
por el art. 99 inc. 3 de nuestra Carta Magna.
En tal sentido, y habida cuenta la sustancial diferencia entre
ambos procesos, es que DE NINGUN MODO corresponde la remisión de
estos obrados al mencionado amparo colectivo.
Lo expuesto resulta claro de expresado por el Dr. Juan Rafael
Stinco en el considerando “X” de la Resolución de fecha 29.12.2023 en el
marco de la causa mencionada, por cuanto afirma: “Por último, es dable
señalar que la presente acción no comprende el control judicial sobre la
legitimidad y razonabilidad de los eventuales incrementos particulares de
los precios o cuotas correspondientes a los servicios de salud que prestan
las empresas de medicina prepaga, situaciones concretas en donde los
afectados individuales cuentan con las vías procesales pertinentes para
tutelar sus derechos”.

VIII.- COMPETENCIA

La competencia del fuero civil y comercial federal para entender en


demandas que tratan cuestiones de salud previstas en la ley 23.661, por
encontrarse en juego normas y principios institucionales y
constitucionales de prioritaria trascendencia para la estructura del
sistema de salud implementado por el Estado Nacional, que involucra
tanto a las obras sociales, como a las prestadoras privadas de servicios
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médicos ha sido confirmada por la CSJN en numerosos fallos. (312:985;


320:42; 324:2078).

IX.- PRUEBA
Vengo a ofrecer la siguiente prueba:
a) Documental: copia de DNI, credencial, 2 Factura de prepaga de
diciembre 2023 y enero 2024, 2 correos recibidos notificando
aumentos, recibo de haber de jubilación y certificados médicos,
carta enviada con el patrocinio del Dr. Federico Eisswein a la
Comisión Nacional de Defensa de la competencia el 15.01.24 en la
cual se denuncia la cartelización de las principales prepagas, nota
Diario Clarín acerca de la cartelización de las prepagas.
b) Documental en poder de las partes: Se intime a la demandada a
acompañar el legajo de la actora.
c) Informativa:
- Se libre oficio a la Superintendencia de Servicios de Salud a
fin de que informe cómo se compone el índice por el cual se
aumentaban las cuotas de las prepagas hasta el mes de
diciembre de 2023. Informe asimismo si dicho cálculo se
consensuó en su momento con las principales prepagas del
país. Por último, informe los aumentos que debían aplicarse
para los meses de enero y febrero del corriente de no haberse
introducido por DNU 70/23 las reformas al sistema.
- Me reservo del derecho de ampliar.

X.- RESERVA DEL CASO FEDERAL


Dejo planteada la reserva de accionar por ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, conforme el artículo 14 de la Ley 48, ello en
virtud de encontrarse expresamente comprometidos derechos de
raigambre constitucional, como la vida, la salud, la integridad física, y la
no discriminación.

XI.-AUTORIZACIONES
Poder Judicial de la Nación
Formulario de Ingreso de Demandas

1 - Objeto de juicio
Código AM2 Descripción AMPARO 16.986

2 - Datos de Abogados
P/A Tomo Folio Apellido y Nombres IEJ (CUIT / CUIL)
P 136 415 FALCONE ANDREA LAURA 27286921863

3 - Conexidad o Atracción
Juzgado Secretaría Expte. Conexo
(FFF – NNNNN / AAAA)

4 - Actores o Peticionarios
Apellido y Nombres o Razón Social DNI / CUIT
LOSI OSVALDO JOSE 12.114.484

5 - Demandados
Apellido y Nombres o Razón Social DNI / CUIT
ACCORD SALUD 30-62757759-8

6 - Monto de Juicio
Moneda Importe Número Expediente Asignado (Uso Interno)

- -

LOS DATOS CONSIGNADOS TIENEN EL CARÁCTER DE DECLARACIÓN JURADA

ANDREA LAURA FALCONE


06/03/2024 T°136, F°4 15 CFSM
Signature Not Verified
Fecha
Digitally signed by ANDREA Firma y Sello Letrado Declarante
LAURA FALCONE
Date: 2024.03.06 13:48:10 ART

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