(Clase 17) STC Rol #95061-2016
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Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Santiago del año 1976, y
la especial de herencia a fojas 17.337 Nº 22.245 del mismo Registro a
cargo de citado Conservador del año 1981, que la consigna como dueña
junto a Hernán Salvador Muñoz Alegría, y por cesión de los derechos que
Deonila del Carmen Muñoz Alegría tenía en la herencia de este último,
inscrita a fojas 72.165 Nº 52.856 del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Santiago del año 1995.
También ha quedado establecido que la demandada ocupa el
referido inmueble.
Sobre la base del antedicho presupuesto fáctico los jueces acceden a
la acción reivindicatoria declarando que se reúnen los presupuestos del
artículo 889 del Código Civil, considerando además que el artículo 915 de
ese texto legal permite dirigir la acción reivindicatoria contra quien no
posea la cosa pero la retenga indebidamente, cuyo es el caso de la
demandada, quien justificó su ocupación con un documento denominado
“Recibo de dinero”, instrumento que si bien no cumple los requisitos
establecidos por el artículo 1554 del Código Civil ni permite exigir el
cumplimiento forzado del contrato de promesa de compraventa de que
daría cuenta, sí determina que la demandada ostenta la mera tenencia del
bien sin ser poseedora irregular, como arguyó, desestimando así la
demanda reconvencional de prescripción adquisitiva extraordinaria al tenor
de lo estatuido en el artículo 2505 del Código Civil, norma que para los
jueces tiene una aplicación especial y preferente por sobre lo preceptuado
en los artículos 2510 y 2511 del mismo texto normativo, puesto que aquél
versa sobre la prescripción de un inmueble inscrito, como sucede en la
especie, mientras que las dos últimas disposiciones contienen sólo la regla
general en la materia, habida consideración, además, a que el citado
artículo 2505 conforma parte de aquellas disposiciones sobre las cuales se
articula la denominada Teoría de la Posesión Inscrita, que constituye una
de las bases de las reglas sobre bienes que inspiran al ordenamiento
jurídico, dándose especial énfasis a su protección, conforme a los principios
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que el Mensaje del Código transmite.
4 °.- Que en su recurso la demandada y actora reconvencional
asevera que en la especie no concurren los presupuestos de la acción
reivindicatoria, afincando su crítica en lo relativo al dominio de la actora
principal, el que, a su juicio, no puede comprobarse sólo con las
inscripciones de la propiedad que obran a su nombre, ya que carece de la
posesión material del inmueble que dice pertenecerle, en tanto ella es
ejercitada por quien recurre, lo que le permitiría adquirir el bien raíz por
prescripción.
Sucede, sin embargo, que en nuestro ordenamiento jurídico la
posesión de los bienes raíces obedece a reglas que le son propias y distintas
a las que informan la posesión de los bienes muebles, diferenciación que
emana de la implantación de la inscripción conservatoria como único
medio legal de efectuar la tradición del dominio de esta clase de bienes y
de los demás derechos reales enumerados en el artículo 688 del Código
Civil. Es así como a la luz de la denominada teoría de la posesión inscrita
desarrollada en el Código Civil, la única manera válida y legal de efectuar
la tradición del dominio de los bienes raíces y demás derechos reales
constituidos sobre ellos, exceptuadas las servidumbres, es mediante la
inscripción del título en el Registro del Conservador de Bienes Raíces,
constituyendo la inscripción conservatoria una triple función jurídica, pues
salvo en lo que hace a las servidumbres y al derecho real de herencia, es la
única forma legal de efectuar la tradición del dominio de los bienes raíces y
de los demás derechos reales constituidos en ellos; permite dar una amplia
publicidad a la situación de la propiedad inmobiliaria, con sus gravámenes,
cargas y limitaciones; y, finalmente y en lo que interesa al caso que se
analiza, es requisito, prueba y garantía de la posesión de los bienes raíces,
sin desconocer que también en algunos casos juega el papel de solemnidad
de determinados actos jurídicos.
Así como el propio Mensaje del Código Civil señala que "La
transferencia y transmisión de dominio, la constitución de todo derecho
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real, exceptuadas, como se ha dicho, las servidumbres, exige una tradición,
y la única forma de tradición que para estos actos corresponde es la
inscripción en el Registro Conservatorio. Mientras ésta no se verifique, un
contrato puede ser perfecto, puede producir obligaciones y derechos entre
las partes, pero no transfiere el dominio, no transfiere ningún derecho real,
ni tiene respecto de terceros existencia alguna", en cuanto a la posesión
indica que “La inscripción es la que le da la posesión real efectiva, y
mientras ella no se ha cancelado, el que no ha inscrito su título, no posee,
es un mero tenedor. Como el Registro Conservatorio está abierto a todos,
no puede haber posesión más pública, más solemne, más indisputada, que
la inscripción".
De este modo, junto con reconocer el Código la función
fundamental de la inscripción, desarrolla también la teoría de la posesión
inscrita, esto es, el conjunto de principios y preceptos del Código que se
refieren a la adquisición, conservación y pérdida de la posesión de los
inmuebles, de que tratan los artículos 686, 696, 702, 724, 728, 730, 924,
925, 2505 y 2510.
En lo relativo a la posesión de los inmuebles inscritos, que es lo que
atañe al recurso que se revisa, de acuerdo con el artículo 686 del Código
Civil, la tradición del dominio de los bienes raíces y de los demás derechos
reales constituidos en ellos se efectúa únicamente por la inscripción del
título en el Registro del Conservador y, conforme al artículo 696 del
mismo cuerpo legal, no puede adquirirse la posesión efectiva del dominio y
de los demás derechos reales cuya tradición se opera por medio de la
inscripción en el Registro, mientras dicha inscripción no se efectúe de la
manera señalada en la ley. Además, el artículo 724 establece que "si la cosa
es de aquellas cuya tradición deba hacerse por inscripción en el Registro
del Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino por ese
medio", disposición que es corolario de los artículos 686 y 696 antes
citados. Por ello es que considerando el legislador que es poseedor de un
inmueble quien exhibe un título inscrito respecto de él, el artículo 728
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estatuye que "Para que cese la posesión inscrita es necesario que la
inscripción se cancele, sea por voluntad de las partes o por una nueva
inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro o por
decreto judicial. Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la
cosa a que se refiere el título inscrito, no adquiere posesión de ella ni pone
fin a la posesión existente". En otras palabras, el poseedor inscrito conserva
su posesión todo el tiempo que dura su inscripción, posesión que solo
termina por la cancelación de ésta.
Siguiendo el desarrollo de su concepción posesoria inscrita, el
legislador dispone en el artículo 730, inciso 2º: "Con todo, si el que tiene la
cosa en lugar y a nombre del poseedor inscrito se da por dueño de ella y la
enajena, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra sin
la competente inscripción"; y, finalmente, en el artículo 924 dispone que
"la posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción y
mientras ésta subsista y con tal que haya durado un año completo, no es
admisible ninguna prueba de posesión con que se pretenda impugnarla".
En consecuencia, como el artículo 2505 establece que "contra un
título inscrito no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes raíces o
de derechos reales constituidos en éstos, sino en virtud de otro título
inscrito, ni empezará a correr sino desde la inscripción del segundo", la
circunstancia de que la recurrente ocupe el bien en virtud de un título no
translaticio de dominio no la constituye en poseedora irregular del
inmueble disputado, porque carece de posesión inscrita.
5 °.- Que, en efecto, si se desea adquirir la posesión regular, se
requiere la inscripción en el Registro del Conservador, tal como se colige
de lo estatuido en los artículos 724 y 702 Nº 2 y 3 en relación con el
artículo 686 inciso 1º. Y si, en cambio, solo se desea adquirir la posesión
irregular de un inmueble inscrito, como es el caso de autos, la doctrina es
unánime en sostener que en tal evento la inscripción es necesaria para
adquirir cualquiera posesión, sea regular o irregular, fundamentalmente
porque al tratar la posesión el artículo 724 no distingue entre regular e
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irregular; porque el artículo 728, inciso 2º, determina que "mientras
subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa o que se refiere el título
inscrito, no adquiere posesión de ella ni pone fin a la posesión existente";
porque de acuerdo al artículo 924 la posesión de los derechos inscritos se
prueba por la inscripción y porque de no ser así no se explicaría la razón
por la cual el artículo 2505 preceptúa que contra título inscrito no hay
prescripción, sino en virtud de otro título inscrito.
6 °.- Que, en consecuencia, previo examen de las actuaciones,
presentaciones y resoluciones verificadas en el proceso, es posible concluir
que los sentenciadores efectuaron un acertado análisis de las situaciones
fácticas pertinentes a la controversia objeto del juicio, para proceder, a
continuación, a aplicar correctamente la normativa atinente al caso de que
se trata, sin que se advierta en su decisión que hayan incurrido en los
errores de derecho que se les atribuye pues el mérito del proceso ha
permitido asentar que la demandante principal es la poseedora inscrita del
inmueble disputado y que carece de su posesión por estar ocupado por la
demandada, siendo procedente la acción del artículo 889 del Código Civil
para recuperar esa posesión de quien se sirve de la propiedad sin título
inscrito, es decir, como un mero tenedor, circunstancia que permite acudir
al artículo 915 del citado texto legal para satisfacer el legítimo reclamo del
dueño y que, asimismo, impide a la recurrente acceder al dominio del bien
por la vía de la prescripción adquisitiva, conforme se ha razonado en los
considerandos anteriores.
7 °.- Que por los razonamientos ya explicitados, el recurso de
casación en el fondo deducido adolece de manifiesta falta de fundamento,
motivo por el que no podrá prosperar.
Por estas consideraciones y de conformidad adem ás con lo
dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se
rechaz a el recurso de casación en el fondo interpuesto en lo principal
de fojas 241 por el abogado Alamiro Fernández Acevedo, en
representación de la demandada y demandante reconvencional, en
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contra de la sentencia de 6 de octubre de 2016, escrita a foja 240.
Regístrese y devuélvase.
N º 95.061- 2016.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros
Sr. Héctor Carreño S., Sra. Rosa Maggi D., el Ministro Suplente Sr.
Alfredo Pfeiffer R. y los Abogados Integrantes Sres. Daniel Pe ñailillo A. y
Arturo Prado P. No firman la Ministra Sra. Maggi y el Abogado
Integrante Sr. Peñailillo, no obstante haber ambos concurrido al acuerdo
del fallo, por estar la primera con permiso, y encontrarse ausente el
segundo. Santiago, veintiocho de febrero de dos mil diecisiete.
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Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema
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