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La Crisis de 1929

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La crisis de 1929: el fin de la prosperidad

La prosperidad de la economía estadounidense permitió a muchos de sus


empresarios obtener enormes ganancias. Ello los alentó a realizar préstamos e
inversiones. Prestaban dinero a Alemania y a otros países; instalaban sus industrias en el
extranjero, como en la Argentina y en Brasil. También invertían en maquinarias que
permitían aumentar la producción. Pero llegó un momento en que la demanda comenzó
a ser insuficiente, tanto en el interior de Estados Unidos como en el exterior. Se
producía mucho más de lo que se vendía.

Cuando los empresarios se dieron cuenta de que tendrían dificultades para


vender tanta mercadería, dejaron de invertir en sus empresas y comenzaron a comprar
bienes de lujo, como joyas o yates, y a especular en la Bolsa: pedían créditos a los
bancos, con ese dinero compraban acciones. Obtenían más ganancias especulando en el
sector financiero que produciendo.

Esta forma de obtener beneficios sobre la base de la especulación llegó a su fin


en octubre de 1929, cuando se desató la peor crisis de la economía estadounidense.
Comenzó con la violenta caída de los precios de las acciones de la Bolsa de Nueva York
y se extendió por todo el sistema bancario, la industria, el comercio y al agro. Sus
consecuencias se sintieron en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra
Mundial

El impacto de la crisis de 1929

La crisis de 1929 tuvo profundas consecuencias en todo el mundo, también en


América Latina. A raíz de la crisis, los países europeos y Estados Unidos comenzaron a
comprar menos productos en el exterior. Ello ocasionó la disminución del comercio
mundial en general y de las exportaciones latinoamericanas en particular. A su vez, al
disminuir las exportaciones también disminuyeron las importaciones, ya que los países
de América Latina no disponían de divisas (moneda extranjera) suficientes para comprar
productos en el extranjero}

Mientras tanto, la gran cantidad de dinero que debía América Latina a Estados
Unidos y a Europa (deuda externa) se mantuvo. Por lo tanto, como se vendía menos
cantidad de productos primarios (y a menor valor), pero se debía lo mismo (e incluso
más si se suman los intereses del capital adeudado), los Estados latinoamericanos se
empobrecieron

La disminución de ingresos que sufrieron las economías latinoamericanas (por


los efectos combinados del pago de la deuda externa y la caída de ingresos por
exportaciones) y las dificultades para importar productos industriales, desencadenaron
un cambio muy importante en algunos de los países de América Latina: el crecimiento
del sector industrial.

Efectivamente, en países como Brasil, la Argentina, México o Chile, que ya


contaban con un cierto desarrollo industrial, se profundizó la industrialización,
ampliándose las industrias existentes e instalándose otras nuevas, en muchos casos de
capitales norteamericanos

Comenzó en ellos un nuevo modelo económico que se denominó


industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Este modelo, que sustituía al
modelo agroexportador, se caracterizaba, entre otras cosas, por:

• Producir para el mercado interno (es decir para el mercado de cada país en
particular)

. • Producir sobre todo bienes de consumo no durables (livianos), como textiles,


alimentos elaborados, bebidas y ciertos productos metálicos.

• Depender de las importaciones de maquinarias, equipos, combustibles, acero y


otros productos de compleja tecnología que se debían importar en economías más
desarrolladas, como la de Estados Unidos y las de Europa occidental

Sin negar la importancia de estas transformaciones, es necesario subrayar que se


trató de una industrialización limitada a la producción de bienes livianos y dependiente
–tecnológica y financieramente– de las potencias industriales, particularmente de la
economía estadounidense.

Las consecuencias de la crisis no fueron sólo económicas. La mayoría de los


países latinoamericanos tuvieron cambios de gobierno durante los peores años de la
depresión. En algunos casos, como en del golpe militar en la Argentina que derrocó en
1930 al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, la oligarquía primario-exportadora
decidió retomar el control del Estado para proteger, en medio de la crisis, sus intereses.

En otros, como en los países de América Central y el Caribe, se impusieron


dictaduras pro-estadounidenses (la de Anastasio Somoza en Nicaragua, Fulgencio
Batista en Cuba y Rafael Trujillo en República Dominicana) que expresaban el nuevo
rol asumido por Estados Unidos en la región.

Finalmente, y en un sentido opuesto al descripto, en algunos países


latinoamericanos se instalaron gobiernos nacionalistas que introdujeron importantes
reformas sociales, como en Brasil (Getulio Vargas) y en México (Lázaro Cárdenas).
Estos gobiernos trataron además, de lograr una mayor autonomía económica, mediante
la profundización del desarrollo industrial. Alentaron la construcción de acerías y la
explotación de recursos petroleros, entre otras actividades

Actividad.

1- ¿Como afecto la crisis del 30 en América Latina?


2- ¿En qué consistió el modelo de sustitución de importaciones
(ISI)? Identifique algunos de sus límites

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