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1 - Alain Coulon - El Oficio Del Estudiante (Reseña Viviana Mancovsky)

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Alain Coulon1: El Oficio del Estudiante. La entrada a la vida universitaria. Ed.

Antrophos. Paris, 2005.

(Traducción y síntesis de las ideas principales: Dra. Viviana Mancovsky)


-Difusión Interna-
Universidad Nacional de Lanús
Programa de Docentes Orientadores.
-2013-

La primera tarea que un estudiante debe cumplir cuando llega a la universidad es la de


aprender su oficio de estudiante. Una paradoja, se objetará, ya que “ser estudiante”, es
un status social provisorio que, a diferencia de un oficio, solamente dura unos pocos
años. Sin embargo, el principal problema que encuentran los estudiantes es,
precisamente, “durar” varios años en la universidad, más allá del primer año. En él, se
sitúan justamente los niveles de fracaso que ya conocemos hoy en día en Francia.

El problema no es entrar a la universidad, sino quedarse. El crecimiento de la demanda


social de educación superior, las posibilidades de admisión y las diversas reformas que
han podido ser tomadas en el curso de estos 20 años, no han hecho variar sensiblemente
las tasas de fracaso y abandono observadas.

Para comprender este fenómeno, es necesario abrir la “caja negra” de la selección


estudiantil frente a la universidad e intentar ver, practicando una etnografía: cómo se
fracasa y cuáles son los mecanismos y las conexiones internas de ese proceso de
selección y clasificación social que distingue aquellos que permanecerán estudiantes,
de aquellos que serán excluidos.

“Aprender el oficio de estudiante” significa que es necesario aprender a convertirse


sino, uno es eliminado o se auto-elimina porque permanece extranjero a ese nuevo
mundo. La entrada en la vida universitaria es como un pasaje: es necesario pasar del
status de “alumno” al de “estudiante”. Y como todo pasaje, necesita una iniciación.

El trabajo que yo presento acá se fundamenta en la hipótesis por la cual los estudiantes
que no llegan a afiliarse, fracasan. Entiendo por afiliación al proceso por el cual
alguien adquiere un status social nuevo. El estudiante debe mostrar su saber-hacer ya
que es una condición para alcanzar buenos resultados. Tener éxito significa que uno es
reconocido socialmente competente y a su vez, reconocido con un saber adquirido.

Si los fracasos y los abandonos son numerosos durante el primer año es precisamente
porque la adecuación entre las exigencias universitarias en términos de contenidos
intelectuales, de métodos de exposición y de conocimiento, y los habitus de los
estudiantes que son aun de alumnos, no es lograda. El alumno debe adaptarse a los
códigos de la enseñanza superior, aprender a utilizar sus instituciones, asimilar sus

1
Aclaración: Sociólogo francés y profesor universitario en el campo de las ciencias de
la educación. Sus trabajos se inspiran en la sociología cualitativa, y específicamente, en
las corrientes del interaccionismo y la etnometodología. Favoreció la difusión de estas
líneas de pensamiento en su país. Sus temas de investigación se centran sobre todo en la
enseñanza superior.

1
rutinas. “El novato” adquiere esta competencia a través del aprendizaje que lo inicia a
las reglas de su nuevo universo.

La entrada a la universidad puede ser analizada como un pasaje, en el sentido


etnográfico del término, que propongo de considerar en tres tiempos:

- el tiempo de la extranjeridad, en el cual, el estudiante entra en un universo


desconocido, donde las instituciones rompen con el mundo familiar que acaba
de dejar,
- el tiempo del aprendizaje, donde se va adaptando progresivamente y se logra
una conformidad.

- finalmente, el tiempo de la afiliación que es aquel que se manifiesta


notablemente por la capacidad de interpretación, mismo de transgresión, cara a
cara con las reglas.

El objetivo de este libro es mostrar que el éxito universitario pasa por el aprendizaje del
oficio del estudiante y que la entrada a la universidad no sirve de nada si no se
acompaña con un proceso de afiliación, a la vez institucional e intelectual. Intentaré
demostrar que el éxito universitario depende en gran medida de la capacidad de
inserción activa de los estudiantes a su nuevo medio. Se trata de comprender las
propiedades del proceso de adquisición que, bien al margen del contenido académico
propiamente dicho, me parecen esenciales para toda carrera lograda de un estudiante.

1. La transición secundaria-superior:
Uno sabe que esta transición es delicada. Las tasas de fracaso y de abandono en el curso
del primer año universitario traducen la dificultad de ese pasaje. La Universidad de
Paris VIII donde realicé mis investigaciones, no escapa a este fenómeno. Es más, debe
hacer frente a estas dificultades de adaptación.

La entrada a la universidad: un objeto sociológico.


En Francia, el fracaso universitario no es un tema nuevo. Varios trabajos han sido
consagrados a esto y han hecho contribuciones importantes. Pero, más allá de las
distintas orientaciones teóricas de esos trabajos (marxista, de la reproducción, de las
igualdades y la movilidad social, de la economía neo-clásica), ninguno ha tomado
verdaderamente la entrada a la universidad como objeto de investigación.

Además, estos trabajos no han tenido en cuenta tres factores que caracterizan a la
educación superior:

- se trata de una enseñanza que se dirige a adultos y por eso, los problemas
particulares que aparecen, tienen que ver con la conquista de la autonomía. El
lugar del saber no es el mismo: uno deja de remitirse al discurso parental. La
autonomía se gana “contra” ellos para acceder a un saber que se exhibe en una
comunidad. Es en ella donde, los pares asumen un lugar importante en la
construcción de los conocimientos.

- -es una enseñanza terminal: mientras que los niveles educativos anteriores
preparan para el siguiente, la educación superior lo hace para la vida laboral
activa.

2
- -la entrada a la enseñanza superior es voluntaria, aunque se vuelva una elección
forzada, en razón, por un lado, del mercado de trabajo y por otro, porque el
bacalaureat2 ha dejado de asegurar una salida laboral.

Varias rupturas simultáneas:


Un cierto número de factores pertinentes parecen ser puestos en evidencia para analizar
el fenómeno del fracaso y el abandono universitarios.

a) Para muchos estudiantes, el pasaje a la enseñanza universitaria se da junto con


otros cambios:
-en las condiciones de existencia generadores, a veces, de situaciones de ansiedad y
conductas de fracaso,
-en la vida afectiva con el paso de una vida familiar a otra más autónoma,
-en el orden pedagógico sobre todo, ya que, la relación pedagógica con los docentes
universitarios es extremadamente reducida, aunque existan las clases de trabajos
prácticos con grupos pequeños. Si el tiempo de la secundaria es el de la contención,
en la universidad, es el tiempo del anonimato aun, entre el grupo de los estudiantes.
Por todo ello, una nueva identidad debe construirse, una nueva relación con el saber
debe elaborarse.

b) Además, es importante señalar la parte que desempeña la organización


institucional en el éxito o fracaso universitarios. Es decir, los dispositivos
institucionales influyen en esos resultados.
(…)

Por otra parte, el pasaje a la universidad se acompaña de modificaciones importantes en


relación con tres ámbitos sumamente presentes en todo aprendizaje: el tiempo, el
espacio y la relación con las reglas y los saberes.

En relación con el tiempo, los estudiantes destacan que éste se encuentra completamente
modificado. Los cursos no tienen las mismas duraciones, los horarios a veces se
modifican con cada profesor, el volumen de horario semanal no es continuo, el año es
cortado en dos semestres. Todo esto da cuenta de los esfuerzos que debe realizar el
estudiante para entender, de manera discontinua, la lógica temporal a lo largo de año.

En relación con el espacio, los estudiantes señalan que la universidad les resulta enorme
(más allá de los locales reales, con mayor o menor superficie). Por ejemplo, esto los
lleva a no encontrar el aula o la oficina que andan necesitando.

El cambio más notorio tiene que ver con el aprendizaje de reglas y saberes. En la
universidad, hay un mayor número de reglas que se ponen en juego en simultaneidad y
deben ser aprendidas. Ellas son más complejas y están, en la mayoría de los casos,
articuladas las unas con las otras. Suele suceder que el desconocimiento de una de entre
ellas, entrene la ignorancia de todo un grupo de reglas que están encadenadas. Más allá
de las reglas propiamente dichas, “el sentido del juego” es bien diferente.

2
Aclaración: Examen que se realiza al finalizar la escuela secundaria en toda Francia.

3
En cuanto a la relación con el saber, ella está totalmente alterada en el ingreso a la
universidad. Por un lado, debido a la amplitud de los campos intelectuales abordados y
por otro, en razón de una necesidad mayor de síntesis.

2. El oficio de estudiante.

Conviértanse en estudiantes “profesionales”! les digo a los nuevos estudiantes que


llegan a la universidad. De mi parte, no se trata de una broma irónica que los invitaría a
ser estudiantes “crónicos” que no terminarían nunca sus estudios. Mi consejo debe ser
entendido como: “Considera tu nuevo status de estudiante como una nueva profesión
que debes aprender”.
Al decir que uno es un profesional, deja de lado el status de amateur de ciertas
actividades, por ejemplo, en el campo del deporte. Uno decide vivir de esa profesión. En
mi consejo, se trata más bien de un “artificio pedagógico” ya que por definición, el
status de estudiante es transitorio. (…)

Una investigación llevada a cabo por H. Becker y sus colaboradores3 ha estudiado la


vida cotidiana de los estudiantes de medicina en la Universidad de Kansas. A principio
de año, los estudiantes deben aprender a llevar a cabo un trabajo que, en esencia, es
“indefinible”. ¿Cuántas horas suplementarias deberán dedicarle a su estudio?, ¿Qué
deben conocer y con qué grado de detalle? ¿Cómo dosificar su esfuerzo? ¿Qué es
necesario aprender exactamente? Los docentes, sobre todo, de las clases prácticas les
brindan sugerencias informales pero solo el examen les dirá, más adelante, si ellos han
trabajo lo suficiente y si ellos van en la buena dirección.

¿Cómo adivinar las respuestas a estas preguntas si los docentes se contentan solamente
en decir a los estudiantes: “Pongan lo mejor de ustedes”! Aparecen entonces, técnicas
para pasar exitosamente los exámenes, encuestas “caseras” hechas por los estudiantes
sobre las preferencias de temas y las perspectivas de exigencia de los docentes. En este
sentido, los exámenes de otros años son conservados como posible ayuda. Si los
exámenes son tan importantes a los ojos de los estudiantes, no son solamente porque
ellos son difíciles y pueden ser desaprobados, sino que ellos son la sola ocasión para
evaluar si los estudiantes están estudiando los temas “correctos” de la manera
“correcta”. Las notas y los comentarios de los docentes son la oportunidad para saber si
están en el “buen camino”. Aprendiendo, entonces aquello que ellos piensan que sus
docentes quieren que muestren como entendido, conocido y manejado, los estudiantes
tienen el sentimiento de aprender “el oficio de médico” pero renuncian al mismo
tiempo, a su ideal de conocimiento a fin de ser más eficaces.
Estos autores muestran en definitiva que el primer año es decisivo para “aprender la
institución”: aunque no sea lo más importante en el sentido estricto del término desde el
punto de vista medical, este aprendizaje es esencial porque a partir de él, se forman las
perspectivas del estudiante. Es ahí que aprenden a vivir el nuevo rol de estudiante. En
ese primer año, deben aprender no solo el contenido académico de la medicina sino, las
soluciones al problema que los atormenta, a saber: cómo aprender tantas cosas en tan
poco tiempo!

3. Los ritos de la afiliación:

3
Becker, G. S. Boys in White. Student culture in medical school. New Brunswick, 1977.

4
Pocos estudiantes están listos para convertirse en verdaderos “profesionales” de sus
estudios. No es que no sean capaces, sino que esto necesita contar con una perspectiva a
largo plazo, es decir, un proyecto lo suficientemente elaborado para que justifique los
esfuerzos realizados y para que se realice en las instituciones que lo favorecen.

Uno puede considerar la entrada a la universidad como un “pasaje”. El mismo supone el


dominio de un cierto número de mecanismos y exige haber cumplido con éxito algunos
ritos de afiliación. Cuando uno le pide a un estudiante que describa sus primeros meses
de entrada universitaria pueden identificar tres fases:
-el estudiante novato se encuentra en la fase de separación de su “pasado familiar”, en el
curso del cual pierde sus puntos de referencia anteriores: le es necesario “olvidar”
aquello que conoce y maneja bien. Este tiempo es el de “extranjeridad”. El mundo que
se abre ante las puertas de la universidad, no le es familiar.

-la segunda fase es donde se corren los mayores peligros. Es el período de mayor
ansiedad. No hay más “pasado” pero tampoco “un futuro cierto e inmediato”. Es un
entre-tiempo…Se trata de una des-estructuración necesaria que acompaña el olvido de
ese pasado pero que no se da en simultáneo con la re-estructuración. Es la fase “del
aprendizaje”.

-finalmente, se da el pasaje definitivo al nuevo estado: el estudiante se vuelve “parte


de”… Sabe reconocerse y expresa que ha atravesado todas las incertidumbres
anteriores. Se siente “miembro…” Es el tiempo de la “afiliación”.

La duración de estas etapas es variable según cada individuo. También varía en función
de cada establecimiento y su grado de “sofisticación” institucional, la cantidad y la
complejidad de sus reglas.

De la noción de pasaje a la de afiliación.

“Aprender el oficio del estudiante” consiste en aprender los numerosos códigos que
jalonan la vida intelectual y manifestar que uno adquirió un manejo suficiente para
ejercer dicho oficio frente a los docentes. Es decir, no se trata solo de lograr la
competencia sino, aprender la manera de mostrar que se la posee.
Esta exhibición de la competencia adopta diversas formas. Ella no se manifiesta solo en
los momentos de evaluación académica sino, que depende también de operaciones
informales que son objeto de juicio de valor de los docentes: la expresión oral y escrita,
la inteligencia práctica, la ortografía, el manejo de referencias bibliográficas, etc. Es
necesario mostrar estas competencias, mostrar que uno atribuye el mismo sentido a las
palabras, a los mismos comportamientos. Esto lleva tiempo y es considerado como un
aprendizaje de pleno derecho. Es necesario olvidar la cultura de alumno secundario en
la cual se han pasado siete años por otra nueva, más compleja, más sofisticada, tanto
más difícil de adquirir cuanto más simbólica.

Convertirse en un “miembro indígena”: un aprendizaje del sentido común

¿Cómo se adquiere la cultura particular de una universidad? No es solo de manera


académica. Muchos de esos códigos no se apoyan en un trabajo intelectual propiamente
dicho porque se trata del “sentido común”. Como P. Perrenoud lo sostiene: “el sentido

5
común es difuso. Está presente en la menor práctica, la menor interacción, el menor
aspecto de la organización social”4.
Ahora bien, no es un buen augurio cuando un estudiante nos dice que pasa el menor
tiempo posible en la universidad. “Cuando termina el curso, me voy”. Esto lo aleja de
toda una inmersión necesaria en la cultura específica. Más interacciones hay, más rápido
se deja la segunda etapa de ambigüedad y desestructuración. En consecuencia, los
aprendizajes de este “sentido común” se posibilitan.
Los estudiantes deben convertirse en los “indígenas” de la cultura universitaria.
Volverse miembros para poder “sobrevivir”. Según la etnometodología 5, la noción de
“miembro” designa el manejo del lenguaje natural del grupo o de la organización. No es
solamente volverse “indígena” de la institución universitaria sino, ser capaz de
mostrarle a los otros, que uno posee esas competencias para pertenecer a esa “tribu”.
Esta adquisición de la cultura no es total ya que siempre es cambiante. Sin embargo, la
posesión de una parte de esa cultura del sentido común es suficiente para conferirle el
status de “estudiante”.

(…)

Hay una dimensión capital relativa a una inserción lograda a la universidad: las
actividades para-universitarias. Las mismas son un factor extremadamente potente de
integración. Uno sabe que las corporaciones de estudiantes, cuando ellas existían,
funcionaban como un semillero de talentos y ellas jugaban un rol importante de
integración a la comunidad universitaria. … (p. 84)
“La afiliación va más lejos que la simple integración, ella es el aprendizaje de la
autonomía, a través de la participación activa en una tarea colectiva. Más allá de la
integración, la afiliación transforma el mundo universitario, en principio, extraño, a un
universo familiar que será luego inmediatamente identificado como “actitud natural”.
Afiliarse es entonces naturalizar, al incorporar las prácticas y los funcionamientos
universitarios a fin de devenir un miembro competente de la comunidad. Es forjarse un
habitus de estudiante, del cual uno puede pensar que está constituido cuando las rutinas
y los presupuestos han dejado atrás el sentimiento de extranjeridad que experimentan
los estudiantes novatos, al ingreso. (p. 84)

4
Perrenoud, P. La fabrication de l´excellence scolaire. Ed. Droz. Geneve. 1984.
5
Aclaración personal: La etnometodología es una corriente sociológica que analiza los “métodos”, los
procedimientos o las “maneras de hacer” que los individuos utilizan para llevar a cabo sus acciones
cotidianas y “comunes”. No debe ser entendida como una “metodología” específica de la etnología ni
como un nuevo abordaje metodológico de la sociología. Su originalidad reside en su concepción teórica
de los fenómenos sociales. Los etnométodos son los procedimientos que constituyen el “razonamiento
sociológico práctico”, según H. Garfinkel. La cientificidad de la sociología comienza, según este
sociólogo, por la comprensión de la vida de todos los días tal que se manifiesta a través de sus actores.
Reconoce una capacidad reflexiva e interpretativa propia de todo actor social. El conocimiento práctico es
esa facultad de interpretación que todo individuo, pone en marcha en la rutina de sus actividades prácticas
cotidianas. Es un proceso regido por el sentido común e indisociable de la acción. Tanto la acción
científica de un especialista o “sabio” como aquella que despliega todo actor “de la vida cotidiana y
común” se basa en estos “etnométodos”

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