Lefiman Luna Joaquin - Crónica No Noticiosa: Realismo Docente
Lefiman Luna Joaquin - Crónica No Noticiosa: Realismo Docente
Lefiman Luna Joaquin - Crónica No Noticiosa: Realismo Docente
Las novedades para una clase, las jornadas temáticas o problemas ocasionales que deban
atenderse -sea requerido por el equipo directivo o por decisión propia- enriquecen la
actividad en el aula como, de la misma manera, descolocan el programa cuatrimestral.
Son cuestiones básicas que el docente debe tener en cuenta para navegar en la educación
como pez en el agua. Sin embargo, los objetivos educacionales parecen estar cada vez
más difusos. En nuestra actualidad posmoderna todos los “mundos” cambian de manera
más fugaz y compleja: el laboral, el familiar, etc. Ya no es una tarea simple saber, como
lo supo la clásica escuela moderna, qué tipo de ciudadanos debemos formar.
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Alumno: Joaquin Lefiman Luna
Taller de Escritura Periodística II Docentes: Dante Peralta, Rodrigo Salmoiraghi
Crónica no noticiosa
El primer curso del día es 1ro B. Nos corresponde una actividad por la semana del libro
en la biblioteca: escuchar El corazón delator de Edgar Allan Poe, relatado por Alberto
Laiseca, y posteriores actividades grupales. La consigna y el espacio requieren silencio y
escucha atenta, y el atormentado Poe facilita una explicación llamativa de su obra y estilo.
Varios estudiantes prestan debida atención, se sorprenden y sugieren comentarios
mientras escuchan. Sin embargo, en muchos puedo notar una expresión ansiosa, tal vez
por el comportamiento requerido, por no entender, etc. Aparece la dificultad para prestar
atención y, en algunos casos, comportamientos “impulsivos” por utilizar el celular o
dispersarse de la actividad.
Como docentes debemos advertir que existe una complejidad en la atención de grupos
adolescentes que experimentan los primeros años de secundaria, luego del impacto de la
pandemia durante su paso por la primaria. Según la secretaria ejecutiva de CLACSO,
Karina Batthyány, para 2022 la pandemia ya tenía un impacto silencioso y devastador en
la educación. La especialista recupera datos de la CEPAL que explican que tal problema
“ha generado brechas en el desarrollo de habilidades, la pérdida de oportunidades de
aprendizaje y el riesgo del aumento en el abandono escolar” entre otros problemas
estructurales que exceden al ámbito educativo, pero que están relacionados con el déficit
en este campo. Durante los últimos minutos de la clase recuerdo las dinámicas e idealistas
propuestas que surgían de las cursadas de materias pedagógicas en la Universidad. El
objetivo individual del docente -indicaba alguna de esas propuestas- debería ser no
ofrecer un “tedioso teórico” sino enfocarse en los intereses de los estudiantes para
volverlos material de explicación. En la balanza del problema, entonces, podemos
reconocer cierto déficit de atención y un descreimiento en la dinámica docente.
Camino al siguiente curso, y con unos minutos de descanso, consulto al equipo directivo
cual es el aspecto más importante sobre el cual trabajar como institución. La directora,
Gabriela, reconoce la desorientación del rumbo educativo. Y afirma que ante la crisis
general del país el objetivo fundamental es que los estudiantes terminen el secundario con
un refuerzo en responsabilidad y compromiso. Advierte que la educación remota -para
los estudiantes que pudieron recibirla- significó también un trastocamiento del modo de
ser estudiante: “Todos en la comunidad educativa tenemos que hacer hincapié en que los
chicos después tienen que laburar. Después de la pandemia se puede notar una crisis en
cómo los estudiantes se desenvuelven en las diferentes instancias protocolares de la
escuela: horarios, puntualidad, ausentismo, predisposición a las actividades, etc”. Y
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agrega, “esto podría ser un claro problema si piensan que así se pueden desenvolver en el
ámbito laboral”.
Tal displicencia en algunos alumnos del 1ro B, por la edad, se puede considerar un
problema menor e histórico. Pero la jornada termina con dos módulos en 5to Sociales y
aquí el problema es más llamativo. Si bien la materia Comunicación, Cultura y Sociedad
da pie a un diálogo muy reflexivo y cercano con los estudiantes, la gran mayoría -de este
curso particularmente- demuestra desinterés sobre “los valores importantes” para un
futuro laboral. La unidad temática en la cual estudiamos el pasaje de sociedad industrial
y de los medios masivos a la era posindustrial y la cultura digital es de una gran riqueza
para el análisis. En dicha clase muchos estudiantes reconocen un desinterés casi total
respecto a un mundo laboral tradicional, lo cual podemos entender como parte natural del
espíritu joven. Sin embargo, la milenaria imagen del espíritu revolucionario contra lo
establecido no tendría lugar en este caso. El desinterés se convierte en apatía. Adoptando
una postura apocalíptica les consulto sobre las expectativas que tienen al “enfrentarse” a
un futuro laboral que promete cada vez más incertidumbre y poca estabilidad económica.
Las respuestas más populares expresaron, más o menos, el desdichado “no sé”. Y claro
que no se sabe, ni sabemos que hay en el futuro. No obstante, lo más interesante, y
abrumador para los docentes, es que la expectativa es, en varios casos, un deseo por
transitar la vida de la manera menos compleja y aburrida posible.
El crítico cultural británico Mark Fisher analizó profundamente este punto. En su libro
Realismo Capitalista advierte de la hedonia depresiva: “la incapacidad para hacer
cualquier otra cosa que no sea perseguir el placer”. Y sobre este punto afirma que se da
en un contexto de incertidumbre constante propia de la posmodernidad neoliberal.
Particularmente a los estudiantes los afecta desde el escape de lo complejo y lo aburrido
hacia un entretenimiento perpetuo individualizado. Dicha afección es la que se puede
reconocer en el 5to Sociales y en este punto diversas problemáticas se conectan. El
desinterés en la escuela lleva a muchos estudiantes a una búsqueda de entretenimiento
constante, pero con una ganancia individual, que se relaciona con un clima de época
neoliberal y de crisis. No son solo las redes sociales más reconocidas (Instagram, TikTok,
Twitter) el único lugar de la hedonia depresiva. Sino que emergen practicas más
complejas: las apuestas digitales, juegos por dinero, la venta de contenido en diferentes
plataformas, etc. Según un estudiante el futuro laboral puede no ser un problema gracias
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Si bien no podría expresar que estas situaciones particulares sean una norma en toda la
juventud, es claro que no son casos aislados. Y para la educación en general (no solo
secundaria) este fenómeno todavía es incipiente. Aparentemente para muchos estudiantes
la escuela no es un lugar que le brinde las herramientas para desenvolverse en una vida
adulta. La escuela puede estar convirtiéndose, en un contexto neoliberal, en un lugar que
“no vende”-más aún, en mi caso particular como docente de materias ligadas a las
humanidades y letras. Es difícil conjeturar en qué situación se encuentra la educación,
hasta es difícil si diseccionamos las diferentes problemáticas que le adjudicamos:
inestabilidad de las instituciones modernas; efectos culturales posindustriales: internet,
redes sociales; neoliberalismo e individualización; pandemia. Si la realidad es caótica, lo
único concreto es la crisis en los objetivos ¿para qué debemos educar en este contexto?
Una de las últimas preguntas en el aula fue si se juntan a estudiar, en grupos, fuera de la
escuela. La respuesta fue que no, “casi nunca”. Esta situación me recordó a las palabras
de una profesora de filosofía que comentaba que le llamó mucho la atención ver, en la
Facultad de Sociales, muchos más estudiantes repasando solos que en grupo. La
individualización de la experiencia trasladada al estudio debe llamar la atención, ya que
la escuela también tuvo como un gran valor ser espacio de socialización. Hoy se ven
algunas grietas en varios fundamentos esenciales de la secundaria como espacio e
institución. Y más allá de la situación en el aula, varios aspectos educacionales están
siendo problematizados: las valoraciones cuantitativas como las pruebas PISA, la
búsqueda de buenos resultados evaluativos, etc. Es necesario preguntarse e identificar
cómo estos métodos y sistemas impactan en la vida particular de los estudiantes. Y
entonces preguntarse si la individualización de los estudiantes, el desinterés, ¿son efectos
de un sistema educativo en crisis o parte de una crisis más profunda que golpea a las
condiciones de vida, no solo de los estudiantes, sino también de las familias y hasta de
los docentes?
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Alumno: Joaquin Lefiman Luna
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docente está trabajando solamente cuando entra al aula es difícil recuperar un nivel
educativo de excelencia, si no reconocemos como tiempo de trabajo el tiempo que los
docentes dedicamos por fuera del horario tabulado de presencia en clase”. Kohan advierte
que sobre este punto sucede algo que no se reconoce, cuando el docente busca
perfeccionarse está trabajando. Y agrega, luego: “Que los salarios sean bajísimos, no
supone solamente un agravio, un deterioro y una humillación en la calidad de vida de los
docentes: te llenas de horas de clase. Si te llenas de horas de clase, porque es lo único que
se reconoce como horas de trabajo ¿cuándo preparás? ¿cuándo aumentas con lecturas,
con investigación, el caudal de tus conocimientos? Si no tenés tiempo”. A la balanza de
problemas se suma este que, en el actual contexto, parece ser parte de la inercia: la
degradación de las condiciones materiales de existencia de los trabajadores de la
educación.
Habrá que cuestionar qué elementos de la realidad están generando deterioros en casi
todos los aspectos educativos. No es sólo la apatía o la incertidumbre de los estudiantes,
no es solo la falta de tiempo de los docentes, es toda una institución. Que parece estar, a
veces, desanclada de la crisis en todos los cuerpos de la comunidad educativa. ¿Existe
una solución para la educación sin antes mejorar las condiciones de vida de quienes deben
ser educados y de quienes educan? Hacia el final del día, ya en un descanso real, pienso
en una frase adjudicada a Facundo Cabral: “Podemos hablar de metafísica porque ya
hemos comido”.