René Descartes
René Descartes
René Descartes
SEDE DE VITORIA-GASTEIZ
René Descartes
Filosofía Moderna
Hay una línea que va desde Sócrates y Platón que pasa por San Agustín
antes de llegar a Descartes. Todos estos filósofos fueron racionalistas.
Opinaban que la razón es la única fuente segura de conocimiento. Tras
extensos estudios Descartes llegó a la conclusión de que los conocimientos
que se habían heredado de la Edad Media no eran necesariamente de fiar.
De esta manera, Descartes empezó a filosofar por cuenta propia.
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Reglas para la dirección del espíritu es como se titularía la primera obra
de importancia para Descartes en su vida como filósofo. El francés
redactaba esta obra entre los años 1628 y 1629 aún estando en Francia y ya
luego establecido en Holanda. Consiste en una obra en donde Descartes
ante la necesidad de elaborar un método con reglas fáciles, se plantea y
pretende mediante este método, la unión de todas las ciencias, y que a su
vez, les permita llegar a la verdad.
Tres años más tarde en 1644 sería publicada otra obra de Descartes
llamada Principios de Filosofía. Síntesis de su filosofía que más adelante
sería el remplazo de la filosofía aristotélica en las unidades Universitarias.
Por último pero no menos importante, sería publicada por Descartes otra
de sus obras más de mayor prestigio, titulada Tratado de las Pasiones, en
el año 1649, un año antes de su fallecimiento en 1650.
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CAPÍTULO II
FILOSOFÍA CARTESIANA
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edificados por sus predecesores y se esfuerza por construir ex Novo un
edificio filosófico completo. Representaría este hito de Descartes en la
historia de la filosofía un giro Copernicano, hecho que no ocurría desde la
época de Aristóteles y es un síntoma de la nueva confianza que los hombres
tienen en sí mismos, engendrada por el progreso científico.
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lógica aristotélica funciona muy bien como “método expositivo” coherente
con la sabiduría que hay en nosotros, pero no como “método para descubrir
nuevas verdades”.
La metafísica, pues, nos dice de qué y cómo está hecho el mundo. Por
consiguiente, Descartes afirma que la ciencia se ocupará “sólo de aquellos
objetos ciertos e indudables”. La metafísica preestablece al científico qué
debe buscar, que problemas son relevantes o no, y a qué tipo de leyes hay
que llegar. Pare ello se necesita un método. “El método es necesario para
buscar la verdad. El método en su totalidad consiste en el orden y la
disposición de las cosas hacia las cuales es preciso dirigir la fuerza del
espíritu para descubrir alguna verdad. Descartes entonces establecerá de
esta forma el Método Cartesiano.
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verdades nuevas, ahora describiremos las pretensiones que Descartes tiene
y en qué consiste ese famoso Discurso del Método.
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Regla de enumeración: por último, hay que comprobar
constantemente los pasos dados en el análisis y la síntesis, con la
finalidad de estar seguros de no haber cometido ningún error en
ellos.
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conocimientos y, por tanto, que no quede conocimiento alguno a salvo de
la duda. Luego sobresaldrá la hipótesis del genio maligno, que con dicha
hipótesis, es con la que la duda alcanza su máximo nivel de radicalidad.
Según la que dios nos haya creado con una razón que no tiene porque
equivocarse siempre, Descartes finge la existencia de una especie de
demonio tan poderoso como maligno, que utiliza sus habilidades para
engañarnos y convertir todos nuestros conocimientos en una cadena de
falsedades y errores.
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De las dos dudas anteriores se desprende que también es posible dudar
de todos los conocimientos y ciencias que pretenden hablar o representar la
realidad exterior o la naturaleza corpórea en general. Finalmente,
Descartes, dudará también de la geometría, la aritmética y las matemáticas,
argumentado que podría haber un genio maligno engañándonos.
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CAPÍTULO III
CONCEPCIÓN DE DIOS, ARGUMENTO DE LA EXISTENCIA Y OTROS
ARGUMENTOS FILOSÓFICOS
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De este modo Descartes se dará cuenta que las percepciones claras y
distintas del mundo corpóreo no pueden ser solo un sueño. Aplicó entonces
su regla lógica de las matemáticas y de la de la geometría, y se dio cuenta
de que el mundo exterior era posible medirlo. La materia contenía las tres
dimensiones de medida que son: Longitud, Profundidad y Anchura, de esta
forma, la materia ocupa un lugar en el espacio. Llega Descartes a la
conclusión de que es posible medir la materia y que a la vez tenía sobre la
percepción clara y distinta de la realidad corpórea, surgirá así su tercera
verdad clara y distinta que le da por nombre “res extensa” la materia.
Por tanto, es Dios quien certifica la verdad de la regla general y no es
solo el cogito el que fundamenta toda la realidad. Así, se puede hablar de
de la cohabitación de dos verdades en la metafísica de Descartes: por un
lado, parece que quiere fundamentar toda la realidad en el cogito y que
Dios sólo es alcanzado a través del orden de razones que despliega el
sujeto; pero, por otro lado, Dios es el criterio de verdad y el primer
principio. Por tanto, se puede hablar de un dualismo de principios, el ego y
Dios, que posteriormente se separarán en el transcurso de la modernidad.
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La sede principal del alma es la glándula pineal, la conciencia tiene su
sede en el cerebro, por lo que en éste ha de producirse necesariamente la
comunicación entre alma y cuerpo. La glándula pineal está situada dentro
del cerebro, en su centro. Hace de esta glándula el lugar en que se produce
la intercomunicación de cuerpo y alma, poniendo como prueba la
existencia de las pasiones.
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