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AA20-C-2022-000138

Magistrado Ponente : JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ PARRA.

En el juicio por indemnización de daños y perjuicios (incidencia

de medidas), interpuesto ante el Juzgado Segundo de Primera

Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción

Judicial del estado La Guaira, por el ciudadano CARLOS AELXIS

ECHEVERRÍA KOLT, titular de la cédula de identidad número V-

5.094.842, asistido judicialmente por el abogado Oswaldo Luis Grillo

Gómez, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado

(I.P.S.A) bajo el número 24.689, contra la sociedad

mercantil AGENCIA MARÍTIMA MUNDO MAR, C.A. , inscrita ante el

Registro Mercantil Tercero de la Circunscripción Judicial del estado

Carabobo, bajo el número 34, tomo 173-A, el 1° de diciembre del

1998, representada judicialmente por los abogados José Miguel

Lombardo Giambalvo y Rafael Jesús Díaz Sifontes, inscritos en

el Instituto de Previsión Social del Abogado (I.P.S.A) bajo los

números 66.541 y 117.737; el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil

y del Tránsito de la misma circunscripción judicial, dictó sentencia el

22 de febrero del año 2022, mediante la cual declaró con lugar el

medio ordinario de gravamen propuesto por la representación judicial

de la parte demandada, revocó el fallo dictado en primer grado de

jurisdicción y ordenó el levantamiento de las protecciones cautelares

nominadas e innominadas decretadas en su oportunidad . No hubo

decisión expresa sobre las costas

Mediante diligencia del 25 de febrero del 2022, la parte actora

anunció recurso de casación, el cual fue admitido el día 14 de marzo

del mismo mes. Hubo formalización e impugnación.

Así las cosas, consta que en fecha 3 de junio de 2022, en virtud

de la designación de los Magistrados y Magistradas principales y

suplentes del Tribunal Supremo de Justicia en sesión ordinaria de la

Asamblea Nacional del día 26 de abril de 2022, publicada en la


Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela

(Extraordinaria N°6.696 del 27 de abril de 2022), y mediante Sala

Plena de este Máximo Tribunal, quedó electa la Junta Directiva de

esta Sala de Casación Civil, quedando conformada de la siguiente

manera: como Presidente, el Magistrado Henry José Timaure Tapia,

como Vicepresidente el Magistrado José Luis Gutiérrez Parra, y la

Magistrada Carmen Eneida Alves Navas; en consecuencia de lo

anterior, se reasignó la ponencia de la presente causa al Magistrado

Dr. José Luis Gutiérrez Parra , quien con tal carácter suscribe el

presente fallo.

Cumplidas las formalidades legales, pasa la Sala a dictar

decisión y lo hace previa las siguientes consideraciones:

CAPÍTULO I

VICIOS DE ACTIVIDAD

En atención al contenido del artículo 313 numeral 1°, de Código

de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 7,

15, 431 y 208 eiusdem, por el vicio de violación al debido proceso en

menoscabo al derecho de defensa, conforme a los argumentos que se

citan a continuación:
“PRIMERA DENUNCIA POR QUEBRANTAMIENTOS DE
FORMA: VIOLACIÓN AL DERECHO DE DEFENSA : De
conformidad con el artículo 313.1°, 7, 15, 431 y 208 del
Código de Procedimiento Civil y, ad colorandum, el
artículo 49.1 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, denunciamos, que el fallo de
la recurrida, violenta el debido proceso y por ende el
principio de igualdad y equilibrio procesal, al desestimar
el medio de prueba que corre a los autos, referido al
informe del comisario de la sociedad mercantil
SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL 77 C.A.,
presentado en fecha 07 de abril de 2021, por el
licenciado en Contaduría Pública DOMINGO RAMOS
GASPAR, el cual desecha la recurrida debido al no
cumplimiento por la juzgadora Aquo de la falta de
fijación de oportunidad para su ratificación en juicio, lo
cual, si bien fue pedido insistentemente, en varias
oportunidades, por la parte actora, en su oportunidad
procesal preclusiva ante la instancia Aquo, tal actuación
nunca fue objeto de pronunciamiento por el Juzgado de
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado La
Guaira, lo cual llevó a la juzgadora de la recurrida,
(Tribunal Superior), en vez de ordenar subsanar el
debido proceso de rango constitucional, mediante la
debida reposición de la causa (Artículo 206 ejusdem),
ésta encontró más acorde al debido proceso, desechar
el informe que, ordenar la reposición debida de la causa
al estado de subsanar la conculcación al derecho de
defensa e igualdad procesal, al no ordenar el tribunal de
la instancia Aquo, o fijar ella misma, conforme a la
doctrina de la propia Sala Civil, la oportunidad para que
el contador público ratifique su informe.
Así pues, desde la entrada en vigencia de la
Constitución de la República de Venezuela de 1999, se
consagró en su artículo 49, el debido proceso como
garantía constitucional, cuando expresó:
(…Omissis…)
De tal visión constitucional del proceso, que involucra,
un Estado Social de Derecho y de Justicia (Art.2.
CRBV), la tutela judicial, no puede ejercitarse al margen
del proceso legalmente establecido, sino que ha de ser
otorgada dentro de éste y con el cumplimiento de sus
requisitos, interpretados de manera razonable, que no
impida ninguna limitación sustancial del derecho a la
defensa. Por eso, en su sustanciación o recorrido del
iter adjetivo, se ha venido estableciendo, desde fallo de
la Sala de Casación Civil, de vieja data (24/12/1915),
que: (“…”) donde la reglamentación, -de la Constitución
al proceso- se encuentra en el artículo 7 adjetivo que,
establece:
(…Omissis…)
Por ello es, a través de las formas procesales pre -
establecidas que se busca la obtención de lo protegible
mediante la tutela, que se traduce en la práctica del
ejercicio, en el proceso justo, para lo cual hay que
respetar los principios procesales, los cuales son de
necesaria observancia para la racionalidad y eficacia
que no puede quedar al libre arbitrio de las partes y,
teniéndose en cuenta que La legalidad procesal debe
ser interpretada en el sentido más favorable a la tutela
judicial efectiva garantizada por la trilogía articular
constitucional (26; 49 y 257 Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela).
Cuando el fallo de la recurrida, emanado del Juzgado
Superior en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado La Guaira, de fecha
22 de febrero de 2022, desecha el medio de prueba de
la mecánica probatoria de ratificación del ‘documento
privado’ emanado de tercero, establecido en el artículo
431 del Código de Procedimiento Civil, -porque no fue
ratificado dicho informe por el tercero-, se sustrae del
debido proceso, pues para ese supuesto, de violación
del orden público procesal, debió, lejos de desechar el
medio, ordenar la reposición de la causa, al estado en
que el tribunal de la primera instancia (Aquo), fijara la
oportunidad para el control de la prueba, pues, la no
fijación de la oportunidad de ratificación por parte
del tercero de la documental, es un error procesal,
atribuible, no a la parte promovente, sino únicamente
al juez o juez de la causa , por lo cual como director del
proceso, la jueza recurrida, lejos de desechar una
prueba irregularmente practicada, en violación del
debido proceso, por parte de la instancia de
conocimiento, debió ordenar, como director del proceso
que es (Artículo 14 del Código ritual), la subsanación de
esa conculcación procesal del orden público adjetivo, -
se repite -, para lograr el equilibrio procesal de las
partes (Artículo 15 ibidem) y el debido derecho de
defensa, tal cual se lo ordena expresamente el artículo
208 del Código Adjetivo Civil, pero nunca, violentar
el acceso a la prueba constitucional, cuando procede a
desecharla, como en efecto lo hizo, lo cual evidencia,
por parte de la recurrida, no haber entendido jamás la
evolución o transformación del debido proceso que
acaeció, desde el Código de Procedimiento de 1987, a
la Constitución de 1999. La práctica de desechar la
prueba, en vez de ordenar la subsanación de la
conculcación al orden público, es propio del
oscurantismo procedimental que pretende su vigencia
en las esquinas o márgenes de algún fallo, por ello, la
necesidad del recurso de casación, en su delación de
quebrantamiento de forma por violación al derecho de
defensa y al equilibrio procesal, para impedir que
campee el desequilibrio adjetivo en la práctica
subversiva de las instancias.
En efecto, si bajamos a los autos, podemos denotar,
que la recurrida señaló lo siguiente:
‘...siendo que no consta a los autos que el aludido
informe del comisario de la empresa SERVICIOS DE
DEMORAS INTERMODAL 77, C.A. haya sido
ratificado conforme al artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, toda vez que dicho informe es
emanado de un tercero ajeno a la presente causa...’
Agregando, además, en su motiva, que:
‘...por cuanto como quedó establecido anteriormente,
no consta en autos que el aludido informe del
comisario de la empresa SERVICIOS DE DEMORAS
INTERMODAL 77, C.A., haya sido ratificada conforme
al artículo 431 del Código de Procedimiento Civil,
toda vez que dicho informe es emanado de un tercero
ajeno a la presente causa, razón por la cual el
presente recurso de apelación debe prosperar en
derecho...’
Si la recurrida consideró, que el informe de un
Comisario de la empresa, contador público, es una
documental privada, emanada de un tercero
(valoración probatoria que no compartimos), debió,
ordenar que se subsanara su sustanciación, en el iter
procesal, ordenando la reposición o fijando
oportunidad para la declaración del supuesto tercero.
En efecto, el artículo 431 ritual, señala:
(…Omissis…)
La mecánica probatoria de la documental emanada de
terceros, es definida por la doctrina nacional,
tradicional, encabezada por el profesor GABRIEL
ALFREDO CABRERA IBARRA (Derecho Probatorio.
Compendio. Ed. Vadell. 2da Ed. Caracas. Pág 560.
2014), expresando que: (“…”) Como puede observarse,
al ser promovido una documental privada emanada de
un tercero, como en efecto estableció la recurrida, la
jueza de la instancia debió fijar la oportunidad para su
evacuación como testigo del Comisario Contador
Público, para dar cumplimiento a la ratificación de la
documental por dicho tercero, a los fines de
complementar la evacuación del medio de prueba,
siendo que, a los autos se le pidió a la instancia Aguo,
en sucesivas oportunidades, que fijara oportunidad,
circunstancia ésta que no cumplió, tanto es así, que
el tercero compareció voluntariamente a los autos y
ratificó la documental expresando que reconocía la
misma en su contenido y firma . Es decir, la norma
impone al juzgador, que cuando se promueva una
documental emanada de terceros, éste fije la
oportunidad para su ratificación a través de la
testimonial y, la Sala de Casación Civil, ha señalado,
que en el caso que sea el Juzgador de alzada, quien se
percate de tal omisión, NO ordene la reposición de la
causa, sino que fije la oportunidad para su evacuación,
a través de auto para mejor proveer (Art 514 CPC) o
auto para mejor reglamentar (Art 401 ejusdem) y decida
el fondo del asunto.
En efecto, en sentencia N° 458, del 07 de junio de 2017,
expediente N° 16-865, fijó, el siguiente criterio:
(…Omissis…)
De manera que, cuando la Jueza de alzada, no ordenó
dictar un auto para mejor proveer, a los fines de
evacuar la testimonial para la ratificación, conforme al
criterio fijado por la Sala de Casación Civil del alto
Tribunal Supremo de Justicia, sino que desechó la
prueba, conculcó y vulnero las formas procesales y el
derecho de defensa de culminar la sustanciación de la
prueba, colocando a la promovente - actora, en una
clara situación de menoscabo de sus oportunidades
procesales.
En efecto, el artículo 313.1°, relativo a los vicios de
forma por violación al derecho de defensa, establece
que:
(…Omissis…)
De tal manera que la fórmula procesal de la reposición
de la causa bajo el sistema de la lógica de las garantías
constitucionales del proceso, es el siguiente:
La Reposición de la Causa = conculcación del
derecho de defensa + Omisión de forma procesal
sustancial.
Por lo que, la recurrida violentó el derecho a la defensa
de la recurrente - formalizante, cuando, observando que
la jueza de la instancia de reconocimiento no fijó la
oportunidad para la deposición del tercero de la
documental, con lo cual violó el equilibrio procesal (Art.
15 CPC), no actuó como director del proceso (Art. 14
ibidem) y por ende violento las formas procesales
sustanciales que le otorgan validez a la prueba, como
es la fijación de la oportunidad de declaración del
tercero, procediendo de manera violatoria del debido
proceso, al limitarse, violando la doctrina de la Sala de
Casación Civil, a desechar la mecánica probatoria de la
documental privada emanada de tercero.
Por ello sólo se puede declarar la nulidad y Ia
consecuente reposición si se cumplen los siguientes
extremos:
I. Que efectivamente se haya producido el
quebrantamiento u omisión de formas sustanciales
de los actos.
II. Que la nulidad esté determinada por la Ley o se
haya dejado de cumplir en el acto alguna formalidad
esencial a su validez.
III. Que el acto no haya logrado el fin para el cual
estaba destinado.
IV. Que la parte contra quien obre la falta no haya
dado causa a ella o que no lo haya consentido tácita
o expresamente a menos que se trate de normas de
orden público. (Arts. 212, 213 y 214).
V. Que se haya causado indefensión a la parte contra
quien obre el acto.
VI. Que se hayan agotado los recursos .
En el caso sub lite, se violentó la forma sustancial del
artículo 431 ejusdem, cuando se le pidió reiteradamente
a la instancia A quo, que fijará la oportunidad para la
evacuación de la testimonial y, al no ordenar, la propia
instancia Aquem (sic), la recurrida, la fijación de la
oportunidad para evacuar dicha prueba, conforme a la
doctrina de la Sala de Casación civil (sic). Siendo que la
nulidad está determinada por Ley, pues las formas
sustanciales deben cumplirse de conformidad con el
artículo 7 ejusdem, con un juez o jueza, activista,
director del proceso, distinto al juez pétreo de piedra.
Así, la propia recurrida consideró que el acto no había
alcanzado el fin y, por ello, procedió indebidamente a
desecharlo. No hubo consentimiento, pues el acto es
propio del orden público y el contador público trató de
ratificar personalmente el vacío de la instancia de
conocimiento al no fijar la oportunidad y la actora lo
advirtió y solicito concurrentemente, en diversas
oportunidades, a lo cual hizo caso omiso el Aquo.
Agotándose los recursos, inclusive, con el extraordinario
recurso de casación, que busca ‘case’ anule, el fallo de
la recurrida y restablezca el debido proceso ante la
evidente violación al derecho de defensa, al proceder la
recurrida a desechar un medio de un medio prueba, por
un error de la propia apelada, siendo fundamental, que
dicha prueba sea evacuada pues la misma es
determinante en el dispositivo del fallo relativo a
acordar las medidas cautelares, producto de las
irregularidades en el manejo societario y la necesidad
de asegurar las resultas del proceso.
Así, por último, el artículo 15 CPC, establece el
principio de igualdad procesal, que es del tenor
siguiente: (“...”) Este artículo consagra el principio del
‘Equilibrio Procesal’ relativo al deber que tiene el
juzgador de mantener a las partes en igualdad de
condiciones y en los derechos privativos de cada uno.
Este equilibrio lo rompe el juez, al privar o limitar
indebidamente a una de las partes, el libre ejercicio de
los medios y recursos que la ley pone a su alcance para
hacer valer sus derechos. Olvidó, la recurrida, que el
maestro Eduardo J. Couture (Fundamentos de Derecho
Procesal Civil, pág. 234.), enseña que éste es uno de
los principios básicos del Procedimiento Civil,
expresando que, para llegar a una adecuada solución en
materia de nulidades por defecto de forma, hay que
tener en cuenta, que, en definitiva, este recurso no es
sino un medio de protección de los intereses jurídicos
lesionados a raíz del apartamiento de las formas y de la
violación al derecho de defensa, cuya sumatoria deviene
en una violación al debido proceso, tal como acaeció a
los autos, solicitando muy respetuosamente de ésta
digna Sala de Casación Civil, se sirva declarar CON
LUGAR, la presente delación y ordenar la reposición de
la causa (Art 209 CPC), al estado en que, conforme a la
doctrina de la Sala se fije la oportunidad para la
ratificación de la testimonial en la documental ‘privada’
emanada de tercero.” (Negrillas del texto).

Conforme a la narrativa contenida en el escrito de formalización

presentado, esta Sala observa que lo pretendido es acusar la

violación al debido proceso, por cuanto el juez ad quem debió reponer

la causa al estado de que se evacuara la testimonial del ciudadano

Domingo Ramos Gaspar quien suscribió el informe que sirvió de base

para el decreto de la protección cautelar solicitada.

Así, considera el recurrente que el ad quem no debió rechazar

la prueba por falta de ratificación del tercero firmante conforme a las

prerrogativas contenidas en el artículo 431 del Código de

Procedimiento Civil, sino, debió reponer la causa al estado de que se

evacuara dicha testimonial.

Para decidir, se observa :

Con relación al vicio denunciado, esta Sala de Casación Civil

mediante decisión número 290, de fecha 6 de agosto de 2015

(caso: Félix Balbino Carruido Pacheco, contra Laucentro Motores,

C.A.), estableció lo siguiente:


“…La denuncia por reposición no decretada o reposición
preterida, constituye una de las modalidades para
denunciar el vicio por quebrantamiento de formas
sustanciales de los actos que menoscaban el derecho a
la defensa, tal como lo ha señalado la Sala en
numerosas decisiones entre las que se encuentran la N°
336, de fecha 27 de abril de 2004, caso: Raúl Alberto
Mora Valera contra Tecnoagrícola Los Pinos y otra; Nº
988, de fecha 12 de diciembre de 2006, caso: Najwa
Ballout Atrache contra Romanos Chedraoui Diab y otros;
y Nº 034, de fecha 19 de febrero de 2009,
caso: Jonhattan Óscar Pérez Ramos y otra contra
Eudoro de Jesús González Arango, mediante las cuales
ha dejado asentado que cuando el sentenciador haya
omitido pronunciamiento sobre alegatos formulados por
las partes en informes, que traten de peticiones y
defensas surgidas en el curso del proceso luego de
trabada la litis y, por ende, de imposible presentación
en el libelo y la demanda, los cuales resulten
determinantes en la suerte del juicio, ello deberá
denunciarse por reposición no decretada.
En ese orden de ideas, es necesario también señalar
que el vigente Código de Procedimiento Civil en materia
de nulidad y reposición de los actos procesales,
inspirado en los principios de economía y celeridad
procesal, incorporó el requisito de la utilidad de la
reposición al prever en el Capítulo III De la nulidad de
los actos procesales, artículo 206, que “…Los jueces
procurarán la estabilidad de los juicios, evitando o
corrigiendo las faltas que puedan anular cualquier acto
procesal. Esta nulidad no se declarará sino en los casos
determinados por la ley, o cuando haya dejado de
cumplirse en el acto alguna formalidad esencial a su
validez. En ningún caso se declarará la nulidad si el
acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado…”.
Conforme a lo establecido en el mencionado artículo,
supone que es imprescindible para que proceda la
reposición, que se haya verificado en el juicio que la
infracción de la actividad procesal haya causado un
menoscabo inmediato del derecho a la defensa de las
partes o a una de ellas y que el acto no haya cumplido
su finalidad.”

De igual forma, esta Sala ha señalado en reiteradas

oportunidades que la violación al debido proceso se configura cuando

han sido quebrantadas las formalidades bajo las cuales han de

producirse las actuaciones procesales, por lo cual, cuando los jueces

se encuentren en el escenario anteriormente descrito, deberán

reponer la causa con la finalidad de restablecer la situación jurídica

infringida, siempre y cuando tal reposición sea útil y necesaria, pues

lo contrario, significaría que se estarían vulnerando los mismos

derechos que presuntamente deben tutelarse cuando se acuerda.

(Vid. sentencia número 436, de fecha 29 de junio de 2006,

caso: René Ramón Gutiérrez Chávez contra Rosa Luisa García

García).

Así, más allá de verificarse la violación al precepto legal, a los

efectos de declarar nula la actuación y proceder a la reposición, es

necesario que tal trasgresión se constituya en un menoscabo al

derecho de defensa de tal entidad que deje en estado de indefensión

a alguna de las partes. Así en sentencia número 229 de fecha 26 de

mayo del año 2011 (caso: Filomena Ramírez Delgado contra Epifanio

Alexis Guerrero Guerrero y otros ), se dejó establecido lo siguiente:


“Asimismo, como lo ha sostenido la Sala, en un recurso
por defecto de actividad, lo más importante no es la
violación de la regla legal, sino su efecto: por
menoscabo del derecho a la defensa; de no existir esta
nota característica, no procede la casación del fallo,
porque el procedimiento no establece fórmulas rituales,
sino que busca asegurar a las partes la oportunidad del
efectivo ejercicio de los derechos en el proceso.
Por este motivo, este Alto Tribunal ha señalado que la
indefensión que da lugar a la casación del fallo, es la
imputable al juez y existe cuando priva o limita el
ejercicio pleno de los medios procesales que la ley les
concede para la defensa de sus derechos, pero no
cuando teniendo recursos a su disposición para enervar
la situación jurídica infringida, las partes no los ejercen,
o cuando una vez ejercidos los mismos son declarados
improcedentes, independientemente de las razones
dadas por el sentenciador.”

En este orden de ideas, el artículo 206 del Código de

Procedimiento Civil establece textualmente lo siguiente:


“Artículo 206.- Los jueces procurarán la estabilidad de
los juicios, evitando o corrigiendo las faltas que puedan
anular cualquier acto procesal. Esta nulidad no se
declarará sino en los casos determinados por la ley, o
cuando haya dejado de cumplirse en el acto alguna
formalidad esencial a su validez.
En ningún caso se declarará la nulidad si el acto ha
alcanzado el fin al cual estaba destinado.”

Del precepto legal supra transcrito se desprende que para

decretar la nulidad de un acto y la consecuente reposición, deberá el

juez verificar la existencia de una lesión al derecho. Sin embargo, si

tal trasgresión no ha impedido que el acto haya alcanzado su fin, la

nulidad del mismo no es procedente.

En el caso de autos, el recurrente indica que el ad quem estaba

en el deber de reponer la causa al estado de que se tomara el

testimonio del ciudadano Domingo Ramos Gaspar (Comisario de la

empresa Servicios de Demora Intermodal 77, C.A), con la finalidad de

que ratificara el informe promovido por la actora en su oportunidad

procesal. En este sentido, conviene destacar que los jueces no

pueden ni deben suplir defensas o cargas alegatorias o procesales

que le correspondan a las partes conforme a su posición procesal,

pues, en ese momento el operador de justicia estaría tomando

posición activa en pro de uno de los litigantes configurándose de esta

forma la violación al principio de igualdad procesal.

En íntima vinculación con lo anterior, la Sala Político

Administrativa de este Máximo Juzgado en sentencia número 377, del

21 de abril del año 2004 (caso: Miguel Urbano Castillo vs. PDVSA

Petróleo S.A.), al referirse al artículo 15 del Código de Procedimiento

Civil, destacó lo que se cita a continuación:


“La anterior norma consagra el principio procesal de
igualdad de las partes, imponiéndole al Juez la
obligación de garantizar el derecho de defensa en el
transcurso del proceso, deber que lo obliga a mantener
los derechos y facultades comunes, así como los
privativos de cada una de las partes, evitando que
sucedan extralimitaciones, pues éstas afectarían el
ejercicio del derecho de la contraparte, favoreciendo
injustificadamente a la otra y desvirtuando el fin
último que se persigue en los órganos de
administración de justicia . Por tanto, es
indispensable que el Juez vele por el respeto al
debido proceso, a fin de mantener en igualdad de
condiciones a las partes, permitiendo el cabal
ejercicio del derecho a la defensa. ” (Énfasis e Quien
Suscribe Como Ponente )

Así las cosas, en los procesos las partes pueden valerse de los

medios de convicción previstos en las normas procesales, o aún de

aquellos no previstos en el ordenamiento jurídico con la finalidad de

llevar a la convicción del juez al momento de sentenciar la

pretensión, ello así, conforme al principio de la prueba libre. Pero en

aquellos casos, donde las partes deseen valerse de cualquiera de los

medios de prueba contemplados en la legislación, deberán observar

insoslayablemente las reglas previstas para su promoción y

respectiva evacuación en juicio.

Asimismo, en el caso de autos la actora consideró acertado

traer a los autos el informe elaborado por el ciudadano Domingo

Ramos Gaspar, titular de la cédula de identidad número V-6.246.946,

quien era el comisario de la empresa Servicios de Demoras

Intermodal 77, C.A., que pertenece a la unidad económica

conformada por ella y la demandada en juicio, vale decir, se aportó a

juicio un documento emanado de un tercero ajeno al proceso; sin

embargo, esta documental no consta en este cuaderno cautelar .

Pues bien, con relación a los documentos emanados de terceras

personas ajenas al juicio, el autor patrio Gabriel Alfredo Cabrera

Ibarra, en su obra “Compendio de Derecho Probatorio ”, editado por

Hermano Vadell, señala lo siguiente:


“Los documentos privados, no solo los instrumentos sino
cualquier tipo de documento privado, que emanan de
terceras personas que no son parte en un proceso
pueden ser aportados al mismo, pero, para que puedan
adquirir valor probatorio dentro de ese proceso deberán
ser ratificados por los terceros de los cuales emanan a
través de la prueba testimonial, tal como lo establece
claramente el texto del artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil.
Por tanto, si en un proceso es aportado un documento
privado emanado de un tercero que no es parte en el
proceso el mismo no tendrá valor probatorio alguno a
menos que el promovente de ese documento
promueva a su vez la prueba testimonial en relación
con la persona del tercero de la cual emana ese
documento del cual pretende aprovecharse en el
proceso.” (Énfasis de quien suscribe como
ponente)

El doctrinario Humberto Bello Tavares , con respecto a la

ratificación de los documentos emanados de terceros, opinó lo que de

seguidas se cita:
“En estos casos, el legislador exige que aquel sujeto –
tercero-de quien emana el documento, debe acudir al
proceso a ratificar el mismo, caso en el cual, tratándose
de un documento emanados de terceros, el proponente
en el lapso probatorio, no solo debe limitarse a
promover la documental privada emanada de tercero,
sino igualmente la prueba testimonial a los efecto de
la ratificación del documento, sin lo cual, el
documento carecerá de eficacia probatoria ” –Énfasis
de quien suscribe como ponente- (Tratado de Derecho
Probatorio, Tomo II, Ediciones Paredes).

Así las cosas, el artículo 431 del código ritual adjetiva civil –

norma reguladora de la promoción de documentos emanados de

terceros-, prescribe lo siguiente:


“Artículo 431.- Los documentos privados emanados de
terceros que no son parte en el juicio ni causantes de
las mismas, deberán ser ratificados por el tercero
mediante la prueba testimonial.”

Nótese del precepto legal normativo citado supra, la existencia

de unas condiciones insalvables a los fines de que el documento que

emana de un tercero ajeno al proceso, tenga fuerza probatoria con

respecto a la pretensión o bien con las defensas opuestas en la

oportunidad procesal correspondiente. Tales obligaciones

corresponden exclusivamente a la parte que desee o necesite valerse

de la documental, y son las siguientes: 1) quien pretenda servirse de

la prueba, debe dirigir su actividad no solo a la promoción del

documento conforme a las condiciones relativas a la incorporación

en juicio establecidas en el artículo 429 del Código de Procedimiento

Civil, sino que además, en el mismo acto debe promover la prueba

testifical del tercero de donde dimana la prueba, a los fines de lograr

la ratificación de la misma y, 2) lograr que efectivamente el tercero


ratifique la documental. El incumplimiento de las obligaciones

referidas supra, acarrea la sanción para el promovente relativa a que

dicho documento no tendrá valor de probatorio.

En íntima vinculación a lo anterior, esta Sala en sentencia

número 88, del 25 de febrero de 2004, (caso: Eusebio Jacinto

Chaparro, contra Seguros La Seguridad C.A. ), dejó sentado lo

siguiente:
“…No obstante, la Sala recientemente modificó su
criterio y estableció que de conformidad con lo previsto
en el referido artículo 431 del Código de Procedimiento
Civil, la ratificación mediante testimonio es un
presupuesto de eficacia del documento emanado de
tercero, razón por la cual constituye una norma jurídica
expresa para el establecimiento de la prueba
documental. (Sentencias de fecha 20 de diciembre de
2001, Vicente Geovanny Salas Uzcategui c/ Luis Alfonso
Urdaneta Goyo, y 30 de abril de 2002, Fundación
Poliedro de Caracas c/ Water Brother Producciones de
Venezuela, C.A.).
Y con mayor precisión en el examen y decisión de las
denuncias de silencio de prueba del testimonio del
tercero que ratifica el documento emanado de él, ha
indicado que dicha ratificación sólo persigue otorgar
eficacia a dichos documentos, por lo que de ser éstos
examinados, en definitiva no se produce el vicio
denunciado. (Fallo de fecha 15 de noviembre de 2000,
American Sur, S.A. c/ Pedro Añez Sánchez).
Ahora bien, los anteriores criterios de la Sala se apartan
de los antecedentes jurisprudenciales que motivaron la
incorporación del artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, así como de las opiniones
doctrinarias sostenidas por reconocidos juristas patrios,
y favorece la formación de documentos y pruebas en
componenda de alguna parte con terceros, los cuales
carecen de fecha cierta y, por ende, permiten la
posibilidad de crear obligaciones anteriores a la relación
jurídica discutida, pruebas éstas que a pesar de ser
anticipadas, adquieren la eficacia probatoria del
documento privado reconocido u auténtico, la cual es
mayor que otras pruebas simples, creadas en el
proceso, con participación del juez y mediante el
efectivo control y contradicción por las partes.
El mecanismo previsto para el reconocimiento de
documentos privados, sólo rige para aquellos emanados
de la parte a quien se opone, lo que encuentra
justificación en su desinterés de que se fabriquen
pruebas que podrían desfavorecerle, lo que no se
cumple respecto del tercero, quien podría pretender
beneficiar a alguna parte, aún a sabiendas de que se
está desfigurando la verdad de los hechos ocurridos en
el caso concreto y que conforman el tema a decidir.
Por esa razón, la Sala expresamente abandona los
expresados criterios y retoma el anterior, de
conformidad con el cual el documento emanado de
tercero, formado fuera del juicio y sin participación del
juez ni de las partes procesales, no es capaz de
producir efectos probatorios. Estas declaraciones
hechas por el tercero que constan en dicho
documento, sólo pueden ser trasladadas al
expediente mediante la promoción y evacuación de la
prueba testimonial, que es la única formada en el
proceso, con inmediación del juez y con la
posibilidad efectiva de control y contradicción, en
cuyo caso, por referirse el testimonio a su
contenido, de ser ratificado, las declaraciones pasan
a formar parte de la prueba testimonial, las cuales
deben ser apreciadas por el juez de conformidad con
la regla de valoración prevista en el artículo 508 del
Código de Procedimiento Civil…. ”. (Énfasis de quien
suscribe como ponente).

Realizado el necesario recorrido doctrinario y jurisprudencial

sobre el tema relativo a la válida incorporación del documento

emanado de un tercero ajeno a juicio a los fines de que posea

eficacia probatoria, esta Sala se permite citar el contenido de la

recurrida con respecto al examen del documento suscrito por el

ciudadano Domingo Ramos Gaspar, titular de la cédula de identidad

número V-6.246.946 y contrastarlo con el iter procesal a los fines de

evidenciar la utilidad de la reposición solicitada.

Así las cosas, el ad quem sentenció conforme al siguiente

razonamiento:
“aunado al hecho de que de las pruebas aportadas no
se evidencia que existan elementos de convicción que
lleven a esta sentenciadora a determinar la existencia
de un fundado temor de que una de las partes pueda
ocasionar lesiones graves o de difícil reparación al
derecho de la otra, siendo que no consta en autos que
el aludido informe del comisario de la empresa
SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL 77, C.A, haya
sido ratificado conforme al artículo 431 del Código
de Procedimiento Civil, toda vez que dicho informe
es emanado de un tercero ajeno a la presente causa. ”
(Énfasis de quien suscribe como ponente)

Como puede notarse, el judicante de alzada no consideró

satisfechos lo requisitos exigidos en el artículo 585 del Código de

Procedimiento Civil, a los fines de mantener la protección cautelar

decretada por el a quo, ello así, por cuanto la prueba consignada por

el actor –referida al informe del comisario- como fundamento de su

petición cautelar -la cual no consta en este cuaderno de

medidas- emanaba de un tercero ajeno al juicio que no fue ratificada

por la testimonial.
Así las cosas, de la revisión del legajo de copias que componen

la presente incidencia cautelar, se evidencia que el actor en la

articulación probatoria con ocasión a la tramitación de la medida

cautelar solicitada, promovió la prueba testifical del tercero con

la finalidad de que ratificara el contenido del documento que

emana de él, sin embargo, no hay constancia en autos de que el

tercero haya rendido la respectiva declaración, a los fines del

contenido del artículo 431 de la norma ritual adjetiva civil en la

oportunidad procesal a la que hace referencia el artículo 602 del

Código de Procedimiento Civil, que prevé que en la articulación

probatoria de ocho (8) días que se abre en la incidencia de oposición

(haya habido ésta o no), los interesados deben promover y hacer

evacuar las pruebas que convengan a sus derechos, cuestión esta

que impide la reposición, en tal sentido, aún frente al escenario de la

promoción del documento emanado de tercero, al no verificarse que

se haya realizado el acto de deposición y que tampoco se haya

insistido en la prueba testifical –pues no consta en autos tal

situación-, la reposición de la causa ocasionaría un desequilibrio

entre las partes al beneficiar a la actora para que promueva el testigo

cuando no hay constancia en autos –se repite- que el actor haya

insistido en la testifical, lo cual se toma como una convalidación

del acto presuntamente violatorio al debido proceso.

En vinculación a lo anterior, conviene apuntar que esta Sala ha

señalado que es obligación del peticionante de la protección cautelar,

consignar en el cuaderno que se abre a los fines de sustanciar la

incidencia, las pruebas que logren acreditar la procedencia de la

medida. Así, en sentencia número 409, del 7 de julio del año 2015

(caso: Jesús Alberto Pérez Oropeza contra Inversiones 902010,

C.A.), se estableció lo siguiente:


“Las incidencias sobre medidas preventivas deben
tramitarse en cuaderno separado del juicio principal, de
allí que esas incidencias constituyen juicios autónomos,
distintos e independientes de aquel; en tal sentido,
resulta preciso que la parte interesada en el decreto de
la medida consigne en el cuaderno de medidas toda la
prueba tendiente a favorecer sus pretensiones, incluso
aquella que se encuentre en el cuaderno principal.”

Por otro lado, el propio recurrente en los pasajes del escrito de

formalización afirma “que el tercero compareció voluntariamente a los

autos y ratificó la documental expresando que reconocía la misma en

su contenido y firma ”, lo cual a todas luces, permite concluir que la

reposición solicitada solo busca retardar el proceso de manera

injustificada.

Asimismo, si la inconformidad del recurrente versaba sobre la

apreciación de las pruebas o sobre el establecimiento de los hechos

que dimanan de las mismas, debió interponer su denuncia por

infracción de ley, bien por error en la interpretación de la norma o por

falsa o falta de aplicación.

Así las cosas, conforme a los razonamientos esbozados con

anterioridad, esta Sala desecha la presente denuncia. Así, se decide.

II

Conforme al contenido del artículo 313, numeral 1° del Código

de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 7,

12, 15, 243 ordinal 4°, y 509 eiusdem, por el vicio de petición de

principio, bajo la siguiente argumentación:


“SEGUNDA DENUNCIA, INFRACCIÓN, VICIO O
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA: INMOTIVACIÓN DEL
FALLO EN LA MODALIDAD DEL VICIO DE PETICIÓN
DE PRINCIPIO; TAMBIÉN DENOMINADO; VICIO DE
MOTIVACIÓN APARENTE : Denunciamos que el fallo de
la recurrida, juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado La
Guaira, en el cuaderno cautelar, de fecha 22 de febrero
de 2022, adolece de inmotivación por vicio de petición
de principio, de conformidad con el artículo 313.1°, 7,
12, 15, 243.4° y 509, todos del Código de Procedimiento
Civil. En efecto, la recurrida en su motiva, en vez de
analizar los medios de prueba producidos a los autos,
tal cual lo ordena el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, incurre en una inmotivación, al
producir el vicio clásico de petición de principio.
En efecto, para declarar o rechazar el otorgamiento de
medidas cautelares típicas o atípicas, el juez o jueza
debe pronunciarse positivamente sobre la existencia de
los presupuestos del artículo 585 ejusdem, que
establece:
(…Omissis…)
Vale decir, que el juez debe analizar, si están o no
llenos los presupuestos del denominado en doctrina
‘Fomus bonis iuris’ y el ‘Periculum in mora’. Conocido
como el ‘olor a buen derecho’ y el ‘daño de la tardanza
del juicio’, a los que habría que agregar el ‘Dannus
temen’, el temor del daño que puede producirse, de
conformidad con el artículo 588 íbidem, en el caso de
las medidas innominadas.
Para poder ubicar tales presupuestos de la premisa
mayor de la norma y la aplicación de la misma o su
denegación, debe motivar a los autos, si los medios de
prueba promovidos, evacuados y producidos (Artículo 09
del Código de Procedimiento Civil), desprenden los
argumentos de prueba suficientes para que se aplique o
no el ‘estándar de prueba’ requerido para el decreto o
negación de la medida cautelar solicitada por la actora y
la oposición opuesta por la accionada. En efecto, los
presupuestos cautelares, en su decreto o negación a la
medida cautelar, no se corresponden con presupuestos
jurídicos indefinidos, indeterminados, sino que, como ha
dicho el Tribunal de Luxemburgo, siguiendo la doctrina
del maestro Giuseppe Chiovenda (Sent 19/06-1990,
Caso: Factortame), los presupuestos para el decreto o
negativa de las medidas tienen un fundamento
teleológico, que consiste evitar que, bajo el transcurso
del tiempo, existiendo el olor del buen derecho, se
puedan asegurar las resultas del juicio, sin embargo, la
recurrida lejos de decirnos, explicarnos y dar
cumplimiento a la motiva del fallo, en relación a que
medios no le ofrecen la convicción del estándar de
prueba relativo a la existencia o no de la presunción del
buen derecho y del daño temido, se limita a expresar:
(“…”)
Agregando que:
(“…”)
Incurriendo en lo que la doctrina de la Sala de Casación
Civil, denomina ‘VICIO DE INMOTIVACIÓN DEL FALLO
POR PETICIÓN DE PRINCIPIO O VICIO DE
MOTIVACIÓN APARENTE’. En efecto, si bien es cierto,
los jueces no están obligados a expresar en su fallo ‘la
razón de cada razón’, sin embargo, para que los
fundamentos expuestos puedan servir de fundamento
para el dispositivo de la sentencia, no podrán consistir
en meras afirmaciones sobre los hechos, sin que haya
sido precedido de la exposición de esos hechos y de un
análisis exhaustivo de las pruebas que los respaldan
(Sentencia de la SCC del 14/06/00 N° 193), lo cual
ocurre en aquellos fallos, donde la motivación es un
intento fingido de dar cumplimiento formal al mandato
impuesto a los jueces en el artículo 243, ordinal 4to del
Código de Procedimiento Civil, y que consiste en el
empleo de frases vagas o genéricas que dan la
impresión de haberse hecho un razonamiento, pero que
por sí solas no permiten conocer cuáles son las razones
de hecho y de derecho por las que se arribó a la
decisión (Sentencia de la SCC. N° 657 del 04/11/14).
Estos motivos: vagos, generales, inocuos, ilógicos o
absurdos: Que impidan al actor - recurrente, conocer el
criterio jurídico que siguió el Juez para dictar su
decisión, es decir, a ¿cuáles medios de refiere? ¿Qué
estándar no cumplieron? ¿Cuál era el estándar de
prueba requerido por la jueza para declarar la prueba de
los presupuestos procesales para el decreto de las
cautelares?, casos éstos que se equiparan a la falta de
motivación. Los motivos son tan vagos, generales,
inocuos, ilógicos o absurdos que impiden a la alzada o a
la casación conocer el criterio del Juez (Véase
sentencia N° 83 del 23 de marzo de 1992, caso: Juan N.
Perozo, reiterada mediante falloN°182 del 09/04/08,
caso: Marlene E. Revete). Para el maestro Ramón J
Duque Sánchez (Manual de Casación Civil), ha señalado
sobre la motivación aparente que: (“…”)
Así, al pretender la recurrida motivar porqué niega las
cautelares solicitadas, sólo se limita a decirnos que:
‘...de las pruebas aportadas no se evidencia que existan
elementos de convicción que lleven a esta
sentenciadora a determinar la existencia de un fundado
temor...’, con lo cual, incurre en el vicio de petición de
principio al dar por motivado (de las pruebas aportadas
no se evidencia), lo que efectivamente debe ser objeto
de un análisis de lo que no se probó efectivamente y a
qué medios se refiere específicamente.
Así, el artículo 243.4 ejusdem, exige de los juzgadores y
operadores de la tutela judicial efectiva, el cumplimiento
de explicar el porqué de los distintos medios de prueba,
promovidos, evacuados y producidos, no se logra la
adquisición del estándar de prueba requerido con
relación a los presupuestos fácticos del artículo 585
ibidem, más cuando la juzgadora de conocimiento o
tribunal Aquo, Tribunal Segundo de Primera Instancia en
lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del estado La Guaira, sí encontró en los medios
de prueba los argumentos probatorios necesarios para
acordar las medidas cautelares solicitadas.
Se violenta por ende, a través de la recurrida, el
contenido del artículo 313.1° del Código de
Procedimiento Civil, en lo relativo a los requisitos que el
Legislador Venezolano, consagró para la elaboración
del fallo, pues a su vez, se remite al artículo 243.4°,
relativo al contenido del fallo, a su motivación y al deber
de los jueces y juezas de señalar los medios de prueba
que desecha para no lograr la prueba de los
presupuestos facticos o premisa menor de la norma del
artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, lo cual
conculca el artículo 12 ibidem, pues el Juez debe
ceñirse a lo alegado y probado, y no expresa qué
medios son aquellos que analizó, supuestamente, - pues
ni siquiera los menciona -, para que luego de conocidos
y escudriñados, no encontrara el cimiento de hechos
que soporten o no las pretensiones de las cautelares, lo
cual evidentemente, causa un desequilibrio en las
partes del proceso (Artículo 15 Código Adjetivo Civil).
Con base a ello, solicitamos muy respetuosamente, de
esa muy honorable Sala de Casación Civil, case (anule)
el fallo de la recurrida y previa la valoración y
apreciación de los medios de prueba, se pueda estar en
presencia de una sentencia debidamente motivada, con
lo cual, se llegará a la conclusión de casar el fallo y
ratificar las medidas acordadas por la instancia de
primario conocimiento.”

Como puede notarse de los pasajes argumentativos contenidos en

el escrito de formalización, el formalizante mezcla dos (2) tipos de

inmotivación como si se trataran del mismo vicio, ello, por cuanto en

algunos fragmentos del escrito sostiene que el juez ad quem incurre


en el vicio de inmotivación por petición de principio (dar por probado

lo que es objeto de prueba) y en otros párrafos sostiene que la

motivación es “aparente”, pues, considera que el juez de alzada no

fundamentó las razones que lo llevaron a estimar el medio de

gravamen propuesto por la demandada y el levantamiento de la

protección cautelar acordada en primer grado de jurisdicción.

Tal forma de proceder, implicaría necesariamente la

desestimación de la presente denuncia por resultar carente de

claridad y precisión, puesto que, se estaría obligando a esta Sala a

escudriñar cual era la intención del formalizante, supliendo cargas

inherentes a él relativas a presentar la denuncia con la suficiencia

claridad, puntualizando cuál es el vicio que pretende endosarle a la

recurrida y su determinación a los fines de cambiar el rumbo de la

pretensión, sin embargo, esta Sala ha venido flexibilizando las cargas

impuestas a los formalizantes referente al cumplimiento de la técnica

necesaria para presentar los vicios ante esta sede, por lo cual,

analizado el escrito de formalización esta Sala evidencia que lo

pretendido es acusar el vicio de motivación aparente.

Para decidir, se observa :

Con relación al vicio de motivación aparente, esta Sala ha

sostenido que la misma:


“…no pasa de ser un intento fingido de cumplimiento
formal al mandato de la ley, y que consiste en el empleo
de citas de disposiciones legales, jurisprudencia,
doctrina y de frases vagas o genéricas que dan la
impresión de haberse hecho un razonamiento, pero que
por sí solas no permiten conocer realmente cuáles son
las razones de hecho y de derecho por las que se arribó
a la decisión. (Ver. fallo número 74, del 15 de marzo del
año 2010 caso: Granja Alconca, C.A. contra Corp
Banca, C.A., banco Universal ).

Así las cosas, con la finalidad de examinar el fallo cuestionado y

verificar si se encuentra inficionado del vicio que se le pretende

endosar, esta Sala se permite transcribir la parte motiva de seguida:


“Encontrándose la presente causa en el lapso para
dictar sentencia, esta alzada considera procedente
hacer las siguientes consideraciones:
Verifica esta juzgadora que el Tribunal de la causa
ratificó en fecha 17 de septiembre de 2021, las medidas
acordadas en fecha 11 de junio de 2021, con todo su
vigor legal y eficacia jurídica. El cual fue decretado en
los siguientes términos:
(…Omissis…)
En efecto, el tribunal a quo dictó sentencia mediante la
cual expresó que el decreto de las medidas preventivas,
fue motivadas suficientemente, y que la parte contra
quien obra la medida, no logró demostrar la
improcedencia de las medidas, quedando ratificadas las
medidas 1) Designación de un Veedor Judicial, 2)
Medida Restitutoria de regreso de las actividades
económicas que de acuerdo con su objeto venía
desempeñando la empresa SERVICIOS DE DEMORAS
INTERMODAL 77, C.A, 3) Medida supletoria a la
restitución decretada en el particular segundo, 4)
Medida preventiva de Embargo sobre bienes muebles
propiedad de la demandada Sociedad Mercantil
AGENCIA MARÍTIMA MUNDO MAR, C.A, de conformidad
con los artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento
Civil.
Ahora bien, expone el artículo 585 del Código de
Procedimiento Civil, lo siguiente:
(…Omissis…)
Por su parte, establece el artículo 588 eiusdem lo
siguiente:
(…Omissis…)
Al respecto, la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia N° 407, dictada en
fecha 21/06/2005, expediente N° 04-805, caso:
Operadora Colona C.A., contra José Lino Andrade y
otros, precisó lo siguiente:
(…Omissis…)
Asimismo, la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia N° 5653, de fecha 21
de septiembre de 2005, con ponencia de la Magistrada
Yolanda Jaimes Guerrero, dejó sentado:
(…Omissis…)
Conforme a lo anteriormente transcrito, se infiere que
las medidas preventivas se decretaran cuando se
verifique en forma concurrente los dos elementos
esenciales para su procedencia, las cuales son: Que
exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la
ejecución del fallo (PERICULUM IN MORA) y que,
también exista presunción grave del derecho que se
reclama (FUMUS BONI IURIS).
En cuanto a las medidas innominadas, el Parágrafo
Primero del artículo 588 del Código de Procedimiento
Civil, señala lo siguiente:
(…Omissis…)
La disposición parcialmente transcrita otorga al órgano
judicial la facultad de decretar medidas innominadas,
cuando para un hecho particular no conste una norma
preventiva establecida por el legislador, pues en esa
situación debe negarse su aplicación, por lo que
conviene puntualizar que según Henríquez La Roche
(ob. cit.) la mencionada potestad queda limitada a tres
elementos:
(…Omissis…)
Es preciso para esta sentenciadora traer a colación las
sentencias dictadas por nuestro más alto Tribunal en
reiteradas oportunidades, así tenemos que en fecha 11
de Junio de 1996, la corte en Pleno, con ponencia de la
Magistrada Hildegard R. de Sansó, dejó establecido lo
siguiente:
(…Omissis…)
En un fallo proferido en fecha 4 de junio de 1997, con
ponencia del Magistrado Dr. Alirio Abreu Burelli, Exp. N°
95-0569, reiterada entre otras, por un fallo de la misma
Sala Civil de fecha 10/10/2006, con ponencia de la
Magistrada Isbelia Pérez Velasquez, RC. N° 0772, se
dejó establecido lo siguiente:
(…Omissis…)
La Sala Política Administrativa en fecha 15 de diciembre
de 1994, con ponencia de la Magistrada Dra. Hildegard
Rondón de Sansó, en el juicio de Duarte Vivas y
Asociados, C.A. contra Petroquímica de Venezuela, S.A.
(Pequiven), en el expediente N° 9.96, Sentencia N°
1.097, dejó establecido lo siguiente:
(…Omissis…)
Observa esta juzgadora que riela a los folios 02 al 15 de
la primera (1ra) pieza del cuaderno de medidas, escrito
libelar, mediante el cual la parte actora solicitó la
medida objeto de la presente apelación en los términos
que a continuación se transcriben:
(…Omissis…)
En el caso de marras, de acuerdo al acervo probatorio
aportado a los autos los cuales pretenden acreditar la
presunta conducta negligente, ilícita y dolosa de la
demandada, conforme a los criterios jurisprudenciales, y
dado los presupuestos de la responsabilidad civil (Daño,
culpa y relación de causalidad), resultan insuficientes
para establecer la presunción grave del derecho que se
reclama, por lo que, no es posible determinar en esta
oportunidad la existencia de la presunción de buen
derecho en los juicios de daños y perjuicios, sin avanzar
un pronunciamiento sobre la cuestión de fondo.
Pues bien, el poder cautelar otorgado por la norma
adjetiva civil al juez, debe tener en cuenta la necesaria
vinculación de coherencia entre la pretensión del
demandante y las consecuencias que se otorguen con
las medidas decretadas, conforme a los criterios
jurisprudenciales antes citados.
Así pues, considera esta sentenciadora que las medidas
innominadas solicitadas por la parte actora, a saber, 1)
Designación de un Veedor Judicial, 2) Medida
Restitutoria de regreso de las actividades económicas
que de acuerdo con su objeto venía desempeñando la
empresa SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL 77,
C.A, 3) Medida Supletoria a la restitución decretada en
el particular segundo, resultan Improcedentes, por
cuanto la pretensión del actor en la presente causa es
la indemnización de daños y perjuicios que le ocasionó
la parte demandada moralmente, así como el daño
emergente y lucro cesante, derivados de hechos que
supuestamente afectaron patrimonialmente a la parte
actora, pretendiendo percibir la cantidad total de tres
millones de dólares americanos ($ 3.000.000,00), o su
equivalencia en bolívares de acuerdo a la tasa del
Banco Central de Venezuela, resultando contradictorio
establecer medida alguna destinada al regreso de las
actividades económicas que de acuerdo al objeto que
venía desempeñando la empresa SERVICIOS DE
DEMORAS INTERMODAL 77, C.A, y la designación de
un veedor, siendo estas peticiones objeto de un proceso
civil distinto o mercantil mediante el ejercicio de las
acciones idóneas en materia de sociedades, por lo que
no existe la necesaria vinculación de coherencia entre
la pretensión del demandante y las consecuencias
otorgadas con las medidas innominadas decretadas,
aunado al hecho de que de las pruebas aportadas no se
evidencia que existan elementos de convicción que
lleven a esta sentenciadora a determinar la existencia
de un fundado temor de que una de las partes pueda
ocasionar lesiones graves o de difícil reparación al
derecho de la otra, siendo que no consta en autos que
el aludido informe del comisario de la
empresa SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL 77,
C.A, haya sido ratificado conforme al artículo 431 del
Código de Procedimiento Civil, toda vez que dicho
informe es emanado de un tercero ajeno a la presente
causa.
En cuanto a la medida de embargo solicitada y
decretada por el tribunal a quo, conforme a lo
precedentemente transcrito y de la revisión exhaustiva a
las probanzas consignadas, quien juzga considera que
las probanzas hechas valer por el demandante no
permiten apreciar en esta oportunidad la ocurrencia del
periculum in mora, respecto a la presunción grave del
temor al daño por violación o desconocimiento del
derecho reclamado, como consecuencia de hechos
concretos desplegados por la parte demandada,
destinados a burlar o desmejorar la efectividad del fallo,
razón por la cual, esta Juzgadora, debe negar la
cautelar peticionada por cuanto carece de los elementos
necesarios, establecidos en el Artículo 585 del Código
de Procedimiento Civil, para dictaminar sobre la
procedencia de la medida de embargo solicitada, por
cuanto como quedó establecido anteriormente, no
consta en autos que el aludido informe del comisario de
la empresa SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL
77, C.A, haya sido ratificado conformé al artículo 431
del Código de Procedimiento Civil, toda vez que dicho
informe es emanado de un tercero ajeno a la presente
causa, razón por la cual el presente recurso de
apelación debe prosperar en derecho y así se dejará
sentado en la dispositiva del presente fallo, debiendo
entonces quien decide revocar la sentencia recurrida.
Así se decide.

De los pasajes decisorios previamente citados, se colige con

palmaria claridad los motivos expresados por el judicante de alzada

para levantar las medidas nominadas e innominadas solicitadas por el

actor, pues, luego de analizar los fundamentos de la pretensión en

contraste con las peticiones cautelares requeridas, concluyó que no

guardaba la debida relación las medidas innominadas referidas a

nombramiento de veedor judicial y regreso a las actividades

societarias, pues, lo pretendido con la acción indemnizatoria

propuesta, es el resarcimiento de los daños patrimoniales y morales,


causados por la conducta lesiva -a decir del actor- realizado por la

empresa demandada, por tanto, las medidas solicitadas no tenían

consonancia con ello, ya que son protecciones cautelares acordadas

en procesos que tenga relación o donde se juzga la actividad, o

tránsito de la actividad mercantil.

Amén a lo anterior, el ad quem destaca que la base principal para

acordar las medidas solicitadas descansó en el informe contable

elaborado por un tercero ajeno a juicio que no ratificó sus dicho a

través de la prueba testifical, y por tal motivo, consideró que no se

encontraban satisfechos los requisitos de procedencia de la

protección cautelar de embargo peticionada.

En atención a lo referido supra, esta Sala forzosamente desestima

la presente denuncia. Así, se decide.

III

Conforme al contenido del artículo 313 numeral 1°, se denuncia

la infracción del precepto normativo 243 numeral 5°, por el vicio de

incongruencia por ultrapetita bajo los siguientes argumentos:


“TERCERA DENUNCIA, INFRACCIÓN, VICIO O
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA; INCONGRUENCIA
POSITIVA POR ULTRAPETITA: Denunciamos que el
fallo de la recurrida, juzgado (sic) Superior en lo Civil,
Mercantil, y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Estado La Guaira, en el cuaderno cautelar, de fecha
22 de febrero de 2022 , está infeccionado del vicio de
Incongruencia, en su modalidad positiva, por ultrapetita,
por lo cual denunciamos, quebrantamiento de forma
(Artículo 313.1 Código de Procedimiento Civil), al
encontrarse el vicio en la construcción del fallo; se
delata igualmente la violación del artículo 243.5°,
referido a la necesidad consagrada por el Legislador
procesal, de que el juez o jueza, decida sólo y
únicamente sobre lo pedido, sin exorbitarse en su
pronunciamiento, acordando defensas o excepciones no
solicitadas, o cuyo pronunciamiento no era pertinente es
esta oportunidad procesal, exacerbando su órbita
decisiva y rompiendo por ende, el equilibrio procesal
(Artículo 15 ejusdem) y no ateniéndose a lo alegado en
el cuaderno cautelar, sino, ampliando su esfera de
juzgamiento sobre el fondo de la causa.
En efecto, el artículo 243.5° CPC, establece: “Toda
sentencia debe contener: ... 5°. Decisión expresa,
positiva y precisa con arreglo a la pretensión deducida y
a las excepciones o defensas opuestas, sin que en
ningún caso pueda absolverse la instancia...”. La
congruencia no es sino la acertada relación entre la
demanda y la sentencia y para que el fallo sea fiel a
esta relación es necesario que se mantengan ciertas
condiciones objetivas:
Que la litis no cambie, pues toda transformación
posterior trae mutaciones y conflictos:
Que haya valores constantes en la litis para que no se
alteren las líneas fundamentales de la controversia; y
Que se mantenga firme la triple identidad (personas,
acciones y cosas) que determinan la inmutabilidad de la
cosa juzgada.
Así, pues, toda extralimitación de los límites de la
controversia es un exceso de poder.
Por incongruencia debe entenderse, la diferencia entre
lo pretendido y contradicho materialmente por las
partes, y lo resuelto por el sentenciador, en el contenido
y alcance del dispositivo del fallo. Ello responde al
principio de “exhaustividad” de la sentencia, que impone
a los jueces el I deber de considerar y resolver todas y
cada una de las alegaciones que constituyen el
problema judicial debatido entre las partes (pretensión y
excepción o defensas). Así, El juez no ‘puede
pronunciarse sobre cosa no demandada (non petita), ni
cosa extraña (extra petita), ni más de lo pedido
(ultrapetita), pues su decisión debe enmarcarse dentro
de los límites de lo reclamado (intrapetita).
En el caso de autos, la recurrida emanada del juzgado
Superior en lo Civil, Mercantil, y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado La Guaira, en el
cuaderno cautelar, de fecha 22 de febrero de 2022,
incurre en incongruencia positiva, en su modalidad de
“Ultra-petita”, cuando en vez de limitarse al análisis del
pronunciamiento sobre la improcedencia o no de las
medidas cautelares, también se exorbita y se pronuncia
sobre el fondo de la demanda, al expresar:
(…Omissis…)
Incurriendo en el aforismo latino: ‘ne eat iudex
ultrapetita partium’
Ciudadanos Magistrados de la Sala de Casación Civil,
del párrafo trascrito de la recurrida, se desprenden toda
una serie se alegatos, expuestos por la recurrida, que
no fueron alegados por la accionada en su escrito de
oposición a las medidas, ni en sus propios informes por
ante el Juzgado Superior, que creemos necesario,
distinguirlas así:
1) “... la parte actora, pretendiendo percibir la cantidad
total de tres millones de dólares americanos
(3.000.000,oo $), o su equivalencia en bolívares de
acuerdo a la tasa del Banco Central de Venezuela...”
2) “...resultando contradictorio establecer medida alguna
destinada al regreso de las actividades económicas que
de acuerdo al objeto que venía desempeñando la
empresa SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL 77
C.A., y la designación de un veedor...”
3) “...siendo estas peticiones objeto de un proceso civil
distinto o mercantil mediante el ejercicio de las acciones
idóneas en materia de sociedades, por lo que no existe
la necesaria vinculación de coherencia entre la
pretensión del demandante y las consecuencias
otorgadas con las medidas innominadas decretadas...”
Tres alegatos, nunca planteados por el accionado.
En el primero de ellos, la recurrida, cuestiona el
pedimento y el otorgamiento de la pretensión de la
actora, lo al no es motivo del cuaderno cautelar, sino
del fondo del asunto, haciendo que la recurrida, ya haya
planteado, a su entender, la improcedencia de la
pretensión.
En el segundo de ellos, la recurrida crea defensas a
favor del demandado, cuando señala que es
‘contradictorio’ establecer alguna medida destinada al
regreso de las actividades económicas de SERVICIOS
DE DEMORAS INTERMODAL 77 C.A.
Y, en tercer lugar, la recurrida expone algo, que jamás
alegó la contraparte, y que es la cúspide de la
exorbitancia sentencia!, que el procedimiento debió ser
otro, en un proceso civil, distinto o mercantil, por la no
necesaria vinculación de las pretensiones del actor,
aquí, no sólo suplió defensas al demandado, sino que
prácticamente dijo que la acción se mueve entre la
“inadmisibilidad” o ‘improponibilidad’ debido a la falta de
vinculación y coherencia.
Basta que la Sala, realice la comparación de el escrito
de oposición a las medidas acordadas y los informes
ante la recurrida, para entender que la juzgadora
Aquem, suplió argumentos de hecho, para considerar y
declara con lugar la oposición a las medidas cautelares
y con lugar el recurso de apelación, ambos de la
excepcionada, además, contumaz.
Así, pues, la incongruencia positiva, o ultra-petita,
consiste en una especie de exceso de jurisdicción del
juzgador al decidir y otorgar cuestiones no planteadas
en la litis, pues las sobre pasa, concediendo, por ende a
alguna parte una ventaja no solicitada, o en otros
términos, dando más o más allá de lo pedido que es lo
que significa etimológicamente el vocablo “ultra-petita”.
La incongruencia positiva puede resultar del
pronunciamiento de razones de hecho no alegadas por
las partes en la demanda y la contestación, en el
sentido de otorgar más de lo pedido.
En el caso de autos, la recurrida, para declarar con
lugar la apelación del excepcionado - opositor, recurre a
una serie de alegatos facticos y jurídicos, no invocados
por las partes, como supra se destacó, Es un exceso de
jurisdicción del juzgador al decidir cuestiones no
planteadas en la litis concediendo a alguna de las
partes una ventaja no solicitada, o en otros términos,
dando más o más allá de lo pedido que es la
significación etimológica del vocablo. Nuestro Arminio
Borjas, al analizar tal punto, expresa que los jueces no
pueden pronunciarse sobre cosa no demandada, ni
adjudicar más de lo pedido; les está prohibido todo lo
que constituya extra o ultra petita. Según Cuenca, para
saber si ha habido ultra-petita, es indispensable
individualizar la acción y escrutar en la sentencia si ha
sufrido algún engrosamiento o desfiguración. De
acuerdo con Chiovenda, el problema de la ultra-petita
está íntimamente vinculado al de la indefensión de las
acciones, porque la demanda y la oposición a las
medidas cautelares, en relación a éste especial
cuaderno, es un objeto constante en el proceso y es
necesario confrontarla con el pronunciamiento del Juez
en la sentencia, quien exorbitando el tema decidendum
y violentando el artículo 243.5 CPC, soporta el
dispositivo.
Por lo cual, al haber violentado la recurrida, la
necesaria congruencia del fallo, solicitamos muy
respetuosamente de esa digna y honorable Sala de
Casación Civil del máximo Tribunal, como cúspide de la
Justicia Civil, que case el fallo de la recurrida,
anulándolo y decidiendo el fondo del cuaderno cautelar
con la congruencia debida de los planteamientos
facticos esbozados por la partes en esta litis incidental -
cautelar.”

Sostiene el recurrente, que el ad quem exorbitó el tema

debatido, por cuanto, decidió la pretensión cautelar con argumentos

extraños a la causa, al no ser opuestos por las partes en juicio,

ocasionado un desequilibrio procesal, pues, la improcedencia de la

protección innominada de veedor judicial y regreso a la actividad, no

se compagina con los elementos esgrimidos en la oportunidad de

oposición a la medida desarrollada por la sociedad mercantil

demandada.

Para decidir, se observa :

Esta Sala de forma reiterada y pacífica ha sostenido que el vicio

de incongruencia positiva se configura cuando el juez extiende su

decisión más allá de los límites del problema sometido a su

consideración (Vid. sentencia número 204, del 29 de marzo del año

2016, caso: José Nicolás Martínez Celis contra Universidad Santa

María y otra).
Asimismo, esta Sala de Casación Civil atenida a los diuturnos,
pacíficos y consolidados criterios doctrinales y jurisprudenciales
reiterados en la transcripción que se vierte a continuación, en lo que
respecta a la incongruencia positiva en sentencia número 6, del 17 de
febrero de 2000 (caso: Carlos Martin Ramos contra Albino Ferreira
Martinho) ratificada en sentencia número 954, del 15 de diciembre de
2016, (caso: María Guillermina Hernández de Rodríguez, contra la
ciudadana Flor Ángela Rodríguez Alarcón y otros ) estableció lo
siguiente:
“En efecto, el vicio de incongruencia positiva surge
cuando se exorbita el thema decidendum, cuando la
sentencia va más allá de ‘solo lo alegado por las
partes’, cuando no se ajusta a la exigencia de
exhaustividad y, en materia de apelación, cuando la
alzada excede el límite de lo sometido a su
consideración. “Quiere la ley que la decisión no sólo sea
manifiesta, definitiva e indubitable sino que guarde
relación o consonancia con los términos en que fue
planteada la pretensión del actor y con los términos en
que fue propuesta la defensa del demandado.”
Así las cosas, para una mejor comprensión del asunto, esta

Sala se permite trascribir el contenido del artículo 585 del Código de

Procedimiento Civil denunciado:


“Artículo 585.- Las medidas preventivas establecidas
en este Título las decretará el Juez, sólo cuando exista
riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del
fallo y siempre que se acompañe un medio de prueba
que constituya presunción grave de esta circunstancia y
del derecho que se reclama.”

Nótese del contenido de la norma citada, los elementos

constitutivos que deben tomarse en consideración a los fines de que

se acuerde la cautela solicitada, así, el juez cautelar solo procederá a

dictar las medidas solicitadas si queda en evidencia la presunción del

buen derecho que le asista al demandante y la presunción grave de

que quede ilusoria la ejecutividad del fallo. Así, las medidas

preventivas se decretarán por el juez sólo cuando exista riesgo

manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo del juicio

dentro del cual se dictan .

Además, en la doctrina se ha abierto paso el criterio de que la

tardanza o la morosidad que presupone un proceso judicial trae ínsito

un peligro que unido a otras condiciones propias de la litis tramitada,

constituye lo que se denomina periculum in mora. Para alejar este

temor o peligro de insatisfacción, que no podría ser subsanado en la

sentencia definitiva, y sobre la base de un interés actual, se busca

asegurar la ejecución.

Por otra parte, esta Sala de Casación Civil ha señalado de

manera pacífica y reiterada que los jueces –en este caso el superior-

ante la apelación de la sentencia de primer grado de conocimiento

que confirme, revoque o modifique la medida cautelar

decretada intuito personae, adquiere el conocimiento pleno de la

incidencia y por lo tanto tiene la obligación insalvable de revisar

nuevamente los requisitos de procedencia de la protección cautelar

invocada a los fines de tomar la decisión respectiva, por tanto, aún

cuando los elementos de la oposición no sean efectivos a los fines de

revocar la medida decretada, tal situación no es óbice para que el


juez se encuentre revelado de la obligación previamente referida,

pues, las medidas solo serán dictadas si se reúnen los requisitos de

procedencia establecidos en la norma referida en acápites anteriores.

En vinculación a lo anterior, la Sala en sentencia número 687

de fecha 30 de octubre de 2012, (caso: Laboratorio Clínico

Bacteriológico Táchira, C.A. contra Policlínica Táchira

Hospitalización, C.A. y otra ), estableció expresamente lo siguiente:


“En la presente causa se observa, que el sentenciador
ad quem en el fallo recurrido infringió lo pautado en los
artículos 12 y 243 ordinal 5° del Código de
Procedimiento Civil, al haber omitido pronunciamiento
sobre la medida de secuestro decretada por el juzgado
a quo, lo que vicia la recurrida de incongruencia
negativa.
En sentencia N° 2629 de fecha 18 de noviembre de
2004, caso: Luis Enrique Herrera Gamboa, exp. N° 04-
1796, la Sala Constitucional dejó establecido el error
grave e inexcusable en que incurren los jueces
superiores al no censurar ni corregir la falta en que
incurren los jueces del primer grado de la
jurisdicción, al decretar medidas cautelares sin
expresar las razones de hecho y de derecho en las
que se basaron para sustentar tal decisión , a saber:
(…Omissis…)
El juez superior, aun cuando su decisión se refiera a la
extemporaneidad de la oposición formulada por la parte
demandada contra la medida cautelar de secuestro
decretada y practicada en este juicio, está obligado a
revisar si están dados o no los requisitos de
procedencia previstos en el artículo 585 del Código
de Procedimiento Civil, relativos a la presunción
grave del derecho que se reclama, ( fumus boni
iuris) y al riesgo real y comprobable de que resulte
ilusoria la ejecución del fallo ( periculum in
mora), para con esos elementos determinar el
destino o suerte de la medida …’. (Negrillas de la
Sala).
Asimismo, está obligado a censurar y corregir la falta
del a quo, con el fin de garantizarle a las partes
litigantes que la medida cautelar que pretende confirmar
con su fallo está debidamente fundamentada, pues ese
decreto cautelar indebidamente dictado es el que dio
origen a la presente incidencia cautelar que fue elevada
a su conocimiento a través del recurso de apelación
ejercido por la parte contra quien obra la medida.
Por consiguiente, la manera en que decidió el
juzgador de alzada lo llevó a inficionar la sentencia
hoy impugnada del vicio de incongruencia negativa,
con la correspondiente infracción de lo previsto en
el ordinal 5° del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil ; por ello, esta Sala hace uso de la
casación de oficio para corregir al mismo, dando así
aplicación al contenido y alcance del artículo 320 del
Código de Procedimiento Civil y declara de oficio la
precitada infracción. Así se establece…”. (Énfasis de
quien suscribe como ponente).
Conforme al fallo previamente citado, se aprecia que la Sala ha

mantenido de forma pacífica y reiterada el criterio de que el juez

superior, está obligado a revisar si están dados o no los

requisitos de procedencia previstos en el artículo 585 del Código

de Procedimiento Civil, relativos a la presunción grave del

derecho que se reclama, ( fumus boni iuris) y al riesgo real y

comprobable de que resulte ilusoria la ejecución del fallo

( periculum in mora), para con esos elementos determinar el

destino o suerte de la medida .

Así las cosas, con la finalidad de evitar repeticiones tediosas y

en obsequio a la justicia esta Sala se permite dar por reproducidos

los argumentos decisorios sostenidos por el ad quem y concluye lo

siguiente:

Del fallo cuestionado se aprecia con meridana claridad, que el

juez de alzada en cumplimiento a la doctrina de la Sala

Constitucional, al margen de lo presentado en el escrito de

observaciones, procedió a verificar la procedencia de la protección

cautelar conforme a las pruebas aportadas a los autos, concluyendo

que la misma no debía mantenerse por cuanto no tienen relación con

la pretensión principal indemnizatoria, al tratarse de medidas

innominadas estrechamente vinculadas a la actividad societaria.

Con relación a la medida de embargo, consideró que no se

encontraban satisfechos los elementos de procedencia de la

protección cautela invocada, pues, la documental promovida por la

actora emanaba de un tercero ajeno que no fue ratificada en juicio

con la respectiva promoción de la testifical.

Así las cosas, conforme a los argumentos sostenidos supra esta

Sala se ve impedida para casar el fallo conforme a la denuncia de

incongruencia propuesta. Así, se decide.

CAPITULO II

INFRACCIONES DE LEY

I
Conforme a lo previsto en el artículo 313 numeral 1°, del Código

de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo

509 eiusdem, por el vicio de silencio de pruebas, bajo los argumentos

que de seguida se citan:


“PRIMERA DENUNCIA POR QUEBRANTAMIENTOS DE
FONDO: FALTA DE APLICACIÓN: De conformidad con
el artículo 313.2 del Código de Procedimiento Civil, que
establece:
(…Omissis…)
La Sala de Casación Civil Venezolana, amplió la
exegética - positivista del ordinal 2o del artículo 313, no
sólo al caso de ‘aplicación falsa’, sino además, al caso
de ‘falta de aplicación’, que consiste en que el juez no
tuvo en cuenta la norma cuya violación es alegada, y el
recurrente pretende que la misma sea aplicada respecto
de los hechos fijados por el juez. Ella tiene lugar cuando
el juzgador se niega a aplicar la misma (norma) a una
relación jurídica que está bajo su alcance, cuando el
juez ignora o le niega aplicación a una norma que está
vigente al caso bajo su conocimiento, el juez no la
considera para desatar la litis. La Sala de Casación
Civil, ha establecido de manera reiterada que la “falta
de aplicación” de una norma jurídica se produce porque
esta norma, aun cuando regula un determinado
supuesto de hecho, el juez niega su aplicación o
subsunción en el derecho, bien:
• Por considerarla inexistente;
• Por desconocimiento de su contenido; o
• Porque presume que no se encontraba vigente, aún
cuando ella estuviese promulgada.
Así, la Sala de Casación Civil, ha establecido: La falta
de aplicación de una norma que esté vigente, tiene lugar
cuando el juzgador se niega a aplicar la norma a una
relación jurídica que está bajo su alcance. (Sentencia.
SCC. N° 314 del 21/09/00).
Esta omisión conduce a la trasgresión directa de la
norma, pues, bajo este supuesto, la situación sometida
a su conocimiento, ha debido ser decidida de
conformidad con el precepto legal que efectivamente
aporta la solución y que el juez no aplicó.
Tales criterios aplicables a la recurrida, tienen vigencia
en el sentido de que ésta, silenció completamente un
medio de prueba de autos, consistente en una
Inspección Judicial.
En efecto, que a partir de la sentencia de la Sala de
Casación Civil N° 204 del 21 de junio de 2000 (Caso:
Farvenca Acarigua C.A. contra Farmacia Claery C.A.),
se generó un cambio de doctrina con relación a este
vicio y se estableció que:
(…Omissis…)
En el caso bajo estudio, la recurrida emanada del
juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Estado La Guaira, en el
cuaderno cautelar, de fecha 22 de febrero de 2022,
violento el fondo del asunto a decidir al incurrir en una
infracción in iudicando, cuando no aplico en su decisión,
la norma contenida en el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, que establece:
(…Omissis…)
Además violenta e infringe la recurrida el artículo 1.430
del Código Civil, que señala:
(…Omissis…)
Con relación al vicio de silencio de pruebas, establecido
en el artículo supra citado, la Sala de Casación Civil ha
señalado, mediante sentencia N° 235 de fecha 4 de
mayo de 2009, (caso: Julio Germán Betancourt contra
Virginia Portilla y otra), lo siguiente:
(…Omissis…)
En efecto, siendo la finalidad de los medios de prueba
la demostración de las afirmaciones o negaciones que
se ductílizan en afirmaciones de las partes, el juez tiene
el deber, no sólo de mencionar o expresar el medio en
la motiva del fallo, su deber va más allá, debe ser más
eficiente, implicando, además, el establecimiento de los
hechos pertinentes que dicha prueba vierte a los autos.
Por ello, cuando quien decide, no hace mención de los
hechos que dio por demostrados mediante una
determinada prueba, infringe el art. 509 CPC, que no
contiene otra cosa distinta que una norma que regula el
establecimiento de los hechos de obligatorio
cumplimiento según lo dispuesto por el Legislador.
En el caso de autos, el sentenciador de la recurrida,
silencia totalmente, la prueba de inspección judicial, que
ordenó el Tribunal de la causa, Aquo, Juzgado Segundo
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de la Circunscripción Judicial del estado La Guaira,
quien comisionó para su práctica, al Juzgado Primero de
Municipio Ordinario y Ejecutar de Medidas de la
Circunscripción Judicial del estado La Guaira, la cual se
practicó el día 22 de julio de 2021, cuya apreciación era
determinante en el dispositivo del fallo, pues fue
solicitada con carácter de urgencia, determinándose una
serie de irregularidades o actos ilegales, pues se deja
constancia que cortaron los sistemas de facturación
para impedir que se ejecutara la orden judicial del actor,
en sus funciones de servicio y que demuestran
plenamente los presupuestos facticos o premisa menor,
necesaria para acordar las medidas cautelares, como lo
son el olor del buen derecho y el temor fundado que no
se pueda ejecutar el fallo definitivo, por lo que de
apreciarse y valorarse la inspección judicial aportada a
los autos, sería determinante para cambiar totalmente el
dispositivo del fallo.
En conclusión, como expresa Leopoldo Márquez Añez
(Motivos y Efectos del Recurso de Forma en la Casación
Civil Venezolana. Colección Estudios Jurídicos N° 25,
Caracas. 1984, pág. 38): (“…”)
Siendo la técnica procesal de la denuncia de fondo, con
relación al silencio de pruebas, la cumplimos al
destacar:
1) La prueba silenciada se refiere a hechos
manifiestamente pertinentes con los discutidos en el
Cuaderno Cautelar. (Inspección Judicial, de la cual se
desprenden plenamente los elementos de facto, para
ratificar las medidas cautelares y declarar sin lugar la
apelación de la parte opositora a la incidencia del
artículo 602 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil).
2) El medio probatorio es eficaz, pues fue promovido y
evacuado de conformidad con los requisitos exigidos en
la ley. (Efectivamente, la Inspección Judicial bajo
análisis, fue promovida por la actora y acordada por el
juzgador de la causa).
3) La prueba que no fue analizada se refiere a hechos
que no resultaron establecidos por el juez, con base en
otra prueba que por disposición legal tiene mayor
eficacia probatoria.
4) La prueba silenciada es manifiestamente legal.
5) Los casos en los cuales se promueve una prueba sin
indicar el objeto de la misma, lo cual impide cumplir el
mandato del artículo 397 del Código de Procedimiento
Civil, y al juez acatar lo previsto en el 398 eiusdem.
(Dicha prueba fue promovida indicándose el objeto de
su promoción).
Se violentan además, el artículo 7 del Código de
Procedimiento Civil, al no cumplir la recurrida los actos
procesales, tal cual lo establecen tanto la legislación
adjetiva (Artículo 313.2° y 509 ejusdem) y la legislación
sustantiva (Artículo 1.430 C.C). Se violenta el artículo
12 del Código de Procedimiento Civil, pues el juez o
jueza deben atenerse a lo alegado y probado en autos y
el artículo 15 ejusdem, pues al no apreciar un medio de
prueba que forma parte de la comunidad probatoria
producto del principio probatorio de la adquisición
procesal, vulnera el equilibrio e igualdad del proceso.
Así, pues: a) El formalizante debe encuadrar la
denuncia en el Ordinal 2° del art. 313 CPC, lo cual se
corresponde con la falta de aplicación, por silencio total
de prueba de inspección judicial; b) Especificar qué
normas jurídicas resultaron infringidas y cuál de las
hipótesis previstas en el mencionado ordinal 2° del art.
313, denunciándose la falta de aplicación del artículo
consagrada en el artículo 313.2°, el artículo 509, por
silencio total de prueba de inspección judicial, el
artículo 1.430 del Código Civil por falta de aplicación,
los artículos 7, 12 y 15, por violación al debido proceso,
todos ellos del Código de Procedimiento Civil y ad
colorandum el artículo 49.1 Constitucional que consagra
la esencia del debido proceso, c) Expresar las razones
que demuestran la existencia de la infracción, esto es,
explicar de forma clara y precisa cómo, cuándo y en qué
sentido se produjo la infracción, la cual debe ser
determinante en el dispositivo del fallo, de conformidad
con lo previsto en el único aparte del art. 313 eiusdem.
Los errores de juicio, ya sean cometidos en la premisa
mayor o menor del silogismo, para que sean
trascendentes en casación tienen necesariamente que
reflejarse en la parte dispositiva o resolutiva del fallo,
puesto que es ésta y no sus motivaciones la que vincula
al juez. En el caso de autos, la infracción se comete
cuando el juez de la recurrida, silencia totalmente el
medio de prueba de inspección judicial, en el fallo que
define el cuaderno cautelar recurrido en casación,
violentándose el principio de exhaustividad probatoria,
la cual es determinante, pues de la inspección judicial,
se desprenden una serie de irregularidades cometidas
en la administración de la empresa, que traería como
consecuencia la prueba del estándar del olor del buen
derecho y del daño tenido que forman parte de la
premisa menor, para la aplicación de la premisa mayor
del silencio total probatorio lo cual de apreciarse y
valorarse cambiaría totalmente el dispositivo del fallo y
ratificaría así, la totalidad de las medidas acordadas en
la instancia de primario conocimiento y d) Especificar
las normas jurídicas que el tribunal de última instancia
debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia, e
indicar las razones que demuestran la aplicabilidad de
dichas normas. Debió aplicar el artículo 509 ejusdem,
para valorar la prueba dentro del principio de
exhaustividad de la prueba y el artículo 1.430 del
Código Civil, que obliga al sentenciador a estimar el
mérito de la inspección en su oportunidad.
En consecuencia solicitamos muy respetuosamente de
la Sala, case el presente fallo y dicte un nuevo fallo
apreciando y valorando la prueba silenciada, lo que
traerá el dispositivo de confirmar las medidas
cautelares.”

De los pasajes argumentativos expresados supra, de evidencia

que lo pretendido por el recurrente es atacar el fallo de segundo

grado de jurisdicción, por haber silenciado totalmente la inspección

judicial del 22 de julio del año 2021, solicitada por el ciudadano

Williams Moreno, titular de la cédula de identidad número 14.072.549

–veedor judicial- y promovida en la articulación probatoria del

proceso cautelar por la actora.

Para decidir, se observa :

Con relación al vicio de silencio de pruebas descrito en el artículo

509 ibídem, se produce cuando el juez omite el análisis de un medio

probatorio debidamente establecido a juicio o no toma en cuenta una

parte determinante de la prueba para decidir.


Asimismo, en relación con este vicio esta Sala de Casación Civil
en doctrina ampliada en sentencia número 62, del 5 de abril de 2001
(caso: Eudocia Rojas, contra Pacca Cumanacoa), estableció que:
“...Ahora bien, para la procedencia de este tipo de
denuncias, el artículo 312 del Código de Procedimiento
Civil, exige que la infracción de derecho sea
determinante en el dispositivo de la sentencia, pues de
lo contrario la casación sería inútil.
Corresponderá a la Sala determinar en cada caso, la
influencia del examen de la prueba en la decisión. A
título de ejemplo, puede mencionarse los siguientes
casos:
1.) La prueba silenciada se refiere a hechos
manifiestamente impertinentes con los discutidos en el
proceso, como ocurre si en el interdicto por despojo, el
juez no examina la factura de compra de una nevera.
2.) El medio probatorio es ineficaz, pues no fue
promovido y evacuado de conformidad con los requisitos
exigidos en la ley, como sucede, cuando de las pruebas
documentales promovidas por los litigantes, omite el
análisis de un recibo antiquísimo que fue consignado
como modelo de una cancelación, idéntica a la
pretendida, el cual es emanado de un tercero ajeno al
juicio y no fue ratificado. En consecuencia, se denuncia
el vicio de silencio de prueba con lo cual habría que
casar la sentencia de alzada para que el juez de reenvío
la valore y determine que al no ser ratificada en el
proceso, la misma queda desestimada, de esta manera
se estaría profiriendo una nueva decisión para señalar
tan evidente declaratoria.
3.) La prueba que no fue analizada se refiere a hechos
que resultaron establecidos por el juez, con base en
otra prueba que por disposición legal tiene mayor
eficacia probatoria, como ocurre si en un juicio por
reivindicación el juez hubiese silenciado un documento
privado, y si hubiese valorado un documento público
ambas referidas a la propiedad del inmueble, pues en
ningún caso el primero podría enervar la fuerza
probatoria del segundo; y,
4.) La prueba silenciada es manifiestamente ilegal, pues
la ley dispone que los hechos no pueden ser
establecidos por un determinado medio de prueba; por
ejemplo, el artículo 1.387 del Código Civil, prevé que no
es admisible la prueba de testigo para probar la
existencia de una convención celebrada con el fin de
establecer una obligación o de extinguirla, cuando el
valor del objeto excede de dos mil bolívares
(Bs.2.000,oo).
5.) Los casos en los cuales se promueve una prueba sin
indicar el objeto de la misma, lo cual impide al contrario
cumplir el mandato del artículo 397 del Código de
Procedimiento Civil, y al juez acatar lo previsto en el
398 eiusdem.
En los casos mencionados, existe una razón de derecho
que impide el examen de la prueba, lo cual pone de
manifiesto su ineficacia probatoria y, por ende, la
imposibilidad de influir de forma determinante en el
dispositivo del fallo.
Por último, es oportuno señalar que si el juez valora la
prueba y le otorga un valor probatorio que no le
corresponde por ley, no existe silencio de prueba, pues
el juez si se pronuncia sobre el medio incorporado al
proceso, lo que existe es un error de juzgamiento, por
haber infringido el juez una regla de valoración de la
prueba, que es otra de las modalidades previstas en el
artículo 320 del Código de Procedimiento Civil...”.
Ahora bien, una vez más con la finalidad de no realizar
transcripciones repetitivas que hacen sumamente extenso el fallo y en
obsequio a la justicia, teniendo en cuenta que al momento de resolver
las denuncias por vicios de actividad ya fueron señalados los motivos
decisorios suscrito por el judicante de alzada, esta Sala se permite
darlos por reproducidos y decide la presente denuncia teniendo en
consideración lo siguiente:
En el fallo de alzada, se evidencia con palmaria claridad que
el ad quem no valoró y mucho menos apreció el contenido del acta de
inspección judicial levantada por el Tribunal Primero de Municipio
Ordinario y Ejecutor de Medidas del Circuito Judicial Civil de la
Circunscripción Judicial del estado La Guaira, fechada el 22 de julio
de 2021, lo cual, patentiza el vicio denunciado por la parte actora, sin
embargo, es necesario puntualizar que el vicio de silencio de pruebas
solo es capaz de anular el fallo, si la probanza silenciada es
determinante a los fines de cambiar el dispositivo de fallo. En este
sentido, esta Sala desciende a las actas del proceso y a los fines de
verificar el contenido de la prueba cuestionada y examinar su
determinación en el rumbo del proceso. Así, riela a los folios 11 al 35
de la segunda pieza el acta levantada en la inspección judicial, al
tenor siguiente:
“En el día de hoy, JUEVES, VEINTIDOS (22) DE JULIO
DE DOS MIL VEINTIUNO (2021), siendo la hora Diez de
la mañana (10:00 am), se traslado y constituyó
el TRIBUNAL PRIMERO DE MUNICIPIO ORDIONARIO Y
EJECUTOR DE MEDIDAS DEL CIRCUITO CIVIL,
MERCANTIL Y DEL TRANSITO DE LA
CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO LA
GUAIRA, la Abg. ANGIE MURILLO, Juez, la Abg.
NEYLA VELASQUEZ, Secretaria de este Tribunal, a los
fines de practicar la presente INSPECCIÓN JUDICIAL ,
solicitada en la Comisión, signada bajo el N° WP12-C-
2021-000036 , en la siguiente dirección: PISO 1 DEL
EDIFICIO CORIN, FRENTE A LA AVENIDA
SOUBLETTE, ZONA LOS PIPOTES, PARROQUIA
MAIQUETIA, ESTADO LA GUAIRA , en compañía del
ciudadano Richard Berroteran, titular de la cedula (sic)
de identidad N° 15.266.038, alguacil adscrito a este
circuito civil, el ciudadano Williams Francisco Ansualde
García, titular de la cedula (sic) de identidad N° V-
6.889.530, experto fotográfico (sic) designado por este
tribunal, a quien se le interpuso de su misión y
aceptando el cargo recaído sobre su persona y del
ciudadano Willians Jower Moreno, titular de la cedula
(sic) de identidad N° V-14.072.549, contador público
registrado en el Estado (sic) la Guaira bajo el N° CPC.
88.996 y quien actua (sic) con el caracter (sic) de
veedor judicial, y del ciudadano Carlos Echeverría Kolt,
titular de la C.I N° 5.094.842 vicepresidente de SDI.
Estando en la dirección señalada fuimos atendidos por
la ciudadano Jaimar Andrea Mujica Gil, titular de la
cédula de Identidad (sic) N° V-21.195.274, a los fines de
dejar constancia de los siguientes particulares.
Este tribunal pasa a dejar constancia que estando en la
dirección señalada la agencia Maritima (sic) Mundo Mar
y Servicios de Demoras Intermodal 77 se encontraban
sin presencia de personal de elaboración, se dejó
constancia de la ausencia totalmente de los puestos de
trabajo, sólo se encontraba la ciudadana Jaimar Mujica
titular de la C.I N° V-21.195.274, antes identificada,
gerente de estrategia Partners y el ciudadano Carlos
Echeverría, Vicepresidente de SDI. Asimismo el tribunal
deja constancia que en dichos puestos de trabajos como
taquillas y despacho, zona de gerencia operativa y
administración se encontraban con material de trabajo,
así como también objetos personales de los
trabajadores, zonas de archivo con presencia de
material de facturación y documentos administrativos y
de operación portuaria.
Este tribunal tambien (sic) deja constancia que los
sistemas de correos necesarios para la actividad fueron
cortados o suspendidos, el servicio en las
computadoras, asimismo se deja constancia que no
existe servicio de internet, los monitores mostraban
mensajes ‘No esta (si) habilitado el acceso remoto al
servidor’ ‘El equipo remoto está apagado’ ‘El equipo
remoto no está disponible la red.’
En este mismo acto el ciudadano Carlos Echeverría,
manifiesta al tribunal dejar constancia de lo siguiente:
Los diferentes comunicados que existen en las taquillas
de servicio al usuario donde se ven las condiciones para
la practica (sic) del servicio, tanto de servicio de
Demoras Intermodal 77 C.A como de la agencia
Maritima (sic) Mundo Mar, C.A, las señalizaciones y
otros aspectos como la cartelera del horario de trabajo,
los servidores de la red de ambas empresas que
trabajan, se evidencia de que hubo un desalojo forzado,
notandose (sic) una ausencia laboral que impide el
ejercicio del servicio que se presta a los diferentes
usuarios sobre la competencia que ambas empresas
tienen para la practica (sic) del servicio. Asimismo en
este mismo acto el ciudadano Veedor Judicial
ciudadano Willians Moreno manifiesta al tribunal que
realizara (sic) en las instalaciones de la Agencia
Marítima (sic) Mundo Mar, C.A un proceso de auditoria
(sic), Sin mas (sic) nada que agregar se procede a
cerrad la presente acta.” (Énfasis del acta)
Como puede notarse del acta levantada, el operador judicial
dejó constancia de las condiciones del local comercial donde
funcionan las oficinas de las empresas Servicios de Demora
Intermodal 77, C.A. –que no es parte en el proceso- y la sociedad
mercantil Agencia Marítima Mundo Mar, C.A.
Asimismo, fue señalado que en el lugar inspeccionado no se
encontraban personas laborando y las condiciones de conectividad
web eran inexistentes “ No esta (sic) habilitado el acceso remoto al
servidor”, “El equipo remoto está apagado” y “El equipo remoto no
está disponible la red”. De igual forma, se dejó constancia de la
existencia de “ material de trabajo, así como también objetos
personales de los trabajadores, zonas de archivo con presencia de
material de facturación y documentos administrativos y de operación
portuaria.”
Así las cosas, la inspección practicada y sus resultas no son
suficientes para acreditar el periculum in mora o el fomus boni iuris,
pues, cada uno de los particulares evidenciados lejos de evidenciar
que se pueda producir un daño con relación a la pretensión
indemnizatoria producida, se trata de puntos netamente de carácter
mercantil relativos al desenvolvimiento de la actividad comercial, que
el modo alguno permiten concluir que se vaya a producir un daño o
un retardo judicial que justifique la protección cautelar solicitada por
la actora. Por tanto, la prueba de inspección judicial silenciada por el
judicante de alzada, no tiene relevancia a los fines de cambiar el
dispositivo del fallo cuestionado, por lo cual, esta Sala en atención a
la doctrina supra identificada con relación a la procedencia del vicio
de silencio de prueba, debe forzosamente desestimar la presente
denuncia. Así, de decide.
II
Conforme al contenido del artículo 313 ordinal 1°, del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo
509 eiusdem, por el vicio de silencio de pruebas, bajo los alegatos
que de seguidas se transcriben:
“SEGUNDA DENUNCIA POR QUEBRANTAMIENTOS DE
FONDO: FALTA DE APLICACIÓN: De conformidad con
el artículo 313.2 del Código de Procedimiento Civil, que
establece:
(…Omissis…)
La Sala de Casación Civil Venezolana, amplió la
exegética - positivista del ordinal 2° del artículo 313, no
sólo al caso de ‘aplicación falsa’, sino además, al caso
de ‘falta de aplicación’, que consiste en que el juez no
tuvo en cuenta la norma cuya violación es alegada, y el
recurrente pretende que la misma sea aplicada respecto
de los hechos fijados por el juez. Ella tiene lugar cuando
el juzgador se niega a aplicar la misma (norma) a una
relación jurídica que está bajo su alcance, cuando el
juez ignora o le niega aplicación a una norma que está
vigente al caso bajo su conocimiento, el juez no la
considera para desatar la litis. La Sala de Casación
Civil, ha establecido de manera reiterada que la “falta
de aplicación” de una norma jurídica se produce porque
esta norma, aun cuando regula un determinado
supuesto de hecho, el juez niega su aplicación o
subsunción en el derecho, bien:
• Por considerarla inexistente;
• Por desconocimiento de su contenido; o
• Porque presume que no se encontraba vigente, aún
cuando ella estuviese promulgada.
Así, la Sala de Casación Civil, ha establecido: La falta
de aplicación de una norma que esté vigente, tiene lugar
cuando el juzgador se niega a aplicar la norma a una
relación jurídica que está bajo su alcance. (Sentencia.
SCC. N° 314 del 21/09/00).
Esta omisión conduce a la trasgresión directa de la
norma, pues, bajo este supuesto, la situación sometida
a su conocimiento, ha debido ser decidida de
conformidad con el precepto legal que efectivamente
aporta la solución y que el juez no aplicó.
Tales criterios aplicables a la recurrida, tienen vigencia
en el sentido de que ésta, silenció completamente un
medio de prueba de autos, consistente la declaración
del auxiliar de justicia, veedor judicial.
En efecto, que a partir de la sentencia de la Sala de
Casación Civil N° 204 del 21 de junio de 2000 (Caso:
Farvenca Acarigua C.A. contra Farmacia Claery C.A.),
se generó un cambio de doctrina con relación a este
vicio y se estableció que:
(…Omissis…)
En el caso bajo estudio, la recurrida emanada del
juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Estado La Guaira, en el
cuaderno cautelar, de fecha 22 de febrero de 2022,
violento el fondo del asunto a decidir al incurrir en una
infracción in iudicando, cuando no aplico en su decisión,
la norma contenida en el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, que establece:
(…Omissis…)
Con relación al vicio de silencio de pruebas, establecido
en el artículo supra citado, la Sala de Casación Civil ha
señalado, mediante sentencia N° 235 de fecha 4 de
mayo de 2009, (caso: Julio Germán Betancourt contra
Virginia Portilla y otra), lo siguiente:
(…Omissis…)
En efecto, siendo la finalidad de los medios de prueba
la demostración de las afirmaciones o negaciones que
se ductílizan en afirmaciones de las partes, el juez tiene
el deber, no sólo de mencionar o expresar el medio en
la motiva del fallo, su deber va más allá, debe ser más
eficiente, implicando, además, el establecimiento de los
hechos pertinentes que dicha prueba vierte a los autos.
Por ello, cuando quien decide, no hace mención de los
hechos que dio por demostrados mediante una
determinada prueba, infringe el art. 509 CPC, que no
contiene otra cosa distinta que una norma que regula el
establecimiento de los hechos de obligatorio
cumplimiento según lo dispuesto por el Legislador.
En el caso de autos, el sentenciador de la recurrida,
silencia totalmente, la prueba de la declaración del
veedor, que ordenó el Tribunal de la causa, Aquo,
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del estado La Guaira, cuya apreciación era determinante
en el dispositivo del fallo, pues el veedor judicial, es un
auxiliar de justicia, designado por el propio Tribunal de
la causa, figura ésta desarrollada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, el cual,
si bien no administra, ni interviene ni ejecuta, solamente
observa, supervisa, informando al Tribunal de los
acontecimientos atinentes a la causa, más cuando
Williams J. Moreno, es profesional de la contaduría
pública, en dicho informe, el veedor rindió informe,
conforme a decisión interlocutoria del Tribunal de la
causa de fecha 11 de junio de 2021, donde se deja
constancia, entre otras cosas, que convergen las
sociedades mercantiles SERVICIOS DE DEMORAS
INTERMODAL 77 C.A, y la AGENCIA MARÍTMA MUNDO
MAR C.A., en servicio a la línea naviera
MEDITERRANEAN SHIPING (MSC), por contratos de
arrendamientos, con dieciocho (18) puestos de trabajo
con sus equipos, que la administración era conjunta,
que después del 24 de febrero de 2021, se produjo un
cambio de facturación y gestión, todo lo cual, ratifica las
acciones realizadas por la demandada para frustrar o
desacatar la medida de restitución de las operaciones
de la actora, lo cual involucra, a su vez, la importancia y
trascendencia del medio de prueba del veedor judicial,
en su informe como auxiliar de justicia, lo cual es
determinante para influir en el dispositivo del fallo y que
demuestran plenamente los presupuestos facticos o
premisa menor, necesaria para acordar las medidas
cautelares, como lo son el olor del buen derecho y el
temor fundado que no se pueda ejecutar el fallo
definitivo, por lo que de apreciarse y valorarse el
informe de la veeduría, aportada a los autos, sería
determinante para cambiar totalmente el dispositivo del
fallo.
En conclusión, como expresa Leopoldo Márquez Añez
(Motivos y Efectos del Recurso de Forma en la Casación
Civil Venezolana. Colección Estudios Jurídicos N° 25,
Caracas. 1984, pág. 38): (“…”)
Siendo la técnica procesal de la denuncia de fondo, con
relación al silencio de pruebas, la cumplimos al
destacar:
1) La prueba silenciada se refiere a hechos
manifiestamente pertinentes con los discutidos en el
Cuaderno Cautelar. (El informe del veedor, de la cual se
desprenden plenamente los elementos de facto, para
ratificar las medidas cautelares y declarar sin lugar la
apelación de la parte opositora a la incidencia del
artículo 602 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil).
2) El medio probatorio es eficaz, pues fue promovido y
evacuado de conformidad con los requisitos exigidos en
la ley. (Efectivamente, el informe del veedor bajo
análisis, fue promovida por la actora y acordada por el
juzgador de la causa).
3) La prueba que no fue analizada se refiere a hechos
que no resultaron establecidos por el juez, con base en
otra prueba que por disposición legal tiene mayor
eficacia probatoria.
4) La prueba silenciada es manifiestamente legal.
5) Los casos en los cuales se promueve una prueba sin
indicar el objeto de la misma, lo cual impide cumplir el
mandato del artículo 397 del Código de Procedimiento
Civil, y al juez acatar lo previsto en el 398 eiusdem.
(Dicha prueba fue promovida indicándose el objeto de
su promoción).
Se violentan además, el artículo 7 del Código de
Procedimiento Civil, al no cumplir la recurrida los actos
procesales, tal cual lo establecen tanto la legislación
adjetiva (Artículo 313.2° y 509 ejusdem). Se violenta el
artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, pues el
juez o jueza deben atenerse a lo alegado y probado en
autos y el artículo 15 ejusdem, pues al no apreciar un
medio de prueba que forma parte de la comunidad
probatoria producto del principio probatorio de la
adquisición procesal, vulnera el equilibrio e igualdad del
proceso.
Así, pues: a) El formalizante debe encuadrar la
denuncia en el Ordinal 2° del art. 313 CPC, lo cual se
corresponde con la falta de aplicación, por silencio total
de prueba del informe del veedor; b) Especificar qué
normas jurídicas resultaron infringidas y cuál de las
hipótesis previstas en el mencionado ordinal 2° del art.
313, denunciándose la falta de aplicación del artículo
consagrada en el artículo 313.2°, el artículo 509, por
silencio total de prueba de inspección judicial, los
artículos 7, 12 y 15, por violación al debido proceso,
todos ellos del Código de Procedimiento Civil y ad
colorandum el artículo 49.1 Constitucional que consagra
la esencia del debido proceso, c) Expresar las razones
que demuestran la existencia de la infracción, esto es,
explicar de forma clara y precisa cómo, cuándo y en qué
sentido se produjo la infracción, la cual debe ser
determinante en el dispositivo del fallo, de conformidad
con lo previsto en el único aparte del art. 313 eiusdem.
Los errores de juicio, ya sean cometidos en la premisa
mayor o menor del silogismo, para que sean
trascendentes en casación tienen necesariamente que
reflejarse en la parte dispositiva o resolutiva del fallo,
puesto que es ésta y no sus motivaciones la que vincula
al juez. En el caso de autos, la infracción se comete
cuando el juez de la recurrida, silencia totalmente el
medio de prueba del informe del veedor, en el fallo que
define el cuaderno cautelar recurrido en casación,
violentándose el principio de exhaustividad probatoria,
la cual es determinante, pues de la inspección judicial,
se desprenden una serie de irregularidades cometidas
en la administración de la empresa, que traería como
consecuencia la prueba del estándar del olor del buen
derecho y del daño tenido que forman parte de la
premisa menor, para la aplicación de la premisa mayor
del silencio total probatorio lo cual de apreciarse y
valorarse cambiaría totalmente el dispositivo del fallo y
ratificaría así, la totalidad de las medidas acordadas en
la instancia de primario conocimiento y d) Especificar
las normas jurídicas que el tribunal de última instancia
debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia, e
indicar las razones que demuestran la aplicabilidad de
dichas normas. Debió aplicar el artículo 509 ejusdem,
para valorar la prueba dentro del principio de
exhaustividad de la prueba.
En consecuencia solicitamos muy respetuosamente de
la Sala, case el presente fallo y dicte un nuevo fallo
apreciando y valorando la prueba silenciada, lo que
traerá el dispositivo de confirmar las medidas
cautelares.”

Señala el recurrente, que el judicante de alzada incurre en el

vicio de silencio de pruebas por cuanto no valoró ni apreció el informe

que “rindió” el veedor judicial con ocasión a la sentencia dictada por

el juez a quo el 11 de junio del año 2021, donde se decretó la

protección cautelar peticionado.

Sostiene, que en el informe del veedor judicial “ ratifica las

acciones realizadas por la demandada para frustrar o desacatar la

medida de restitución de las operaciones de la actora ”, por lo que,

dicha documental resulta – a decir del recurrente- de vital

trascendencia para acreditar los presupuestos de trascendencia de la

medida.

Para decidir, se observa :


Como se estableció con anterioridad, el vicio denunciado se

configura cuando el juez omite hacer pronunciamiento total o

parcialmente sobre un medio de prueba legalmente admitido en juicio,

lo cual deja en estado de indefensión al promovente al no resolverse

la pretensión conforme a todos los elementos de convicción cursante

en autos.

Así las cosas, para que opere el silencio de pruebas es

necesario que: 1) la prueba haya sido promovida en la oportunidad

procesal correspondiente y admitida por el juez; 2) debió evacuarse

en juicio y, 3) el juez no hizo pronunciamiento con relación al medio

probatorio.

Ahora bien, de la revisión exhaustiva de las actas que componen

el presente expediente, se observa que no consta en el cuaderno de

medidas el “informe” referido por la parte recurrente, presuntamente

elaborado por el ciudadano Williams Moreno, titular de la cédula de la

cédula de identidad número V-14.072.549, en su condición de veedor

judicial nombrado por el tribunal a quo como medida cautelar

innominada.

Así, en acápites anteriores se hizo referencia a la obligación de

las partes -en especial del actor- de consignar en el cuaderno donde

se sustancia la incidencia cautelar todos los elementos probatorios

que logren acreditar la procedencia de la medida, aún cuando

consten en el cuaderno principal.

Así, al verificarse que la prueba presuntamente silencia no

consta en autos, mal puede esta Sala anular el fallo del ad

quem cuando no tenía la obligación de valorar y apreciar el mentado

informe al no constar en autos. Por tales motivos, esta Sala

desestima la presente denuncia. Así, se decide.

III

En atención al contenido del artículo 313 ordinal 2° en

concordancia con el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil,

se denuncia la infracción del artículo 431 eiusdem, al establecerse


“indebidamente los presupuestos de la prueba documental privada

emanada de terceros.”
“TERCERA DENUNCIA POR QUEBRANTAMIENTOS DE
FONDO POR CASACIÓN SOBRE LOS HECHOS POR
INDEBIDO ESTABLECIMIENTO DE UN MEDIO DE
PRUEBA: En el caso bajo estudio, la recurrida emanada
del juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado La
Guaira, en el cuaderno cautelar, de fecha 22 de febrero
de 2022, está infeccionada de un vicio de casación por
quebrantamientos de fondo, por casación sobre los
hechos, en el supuesto de INDEBIDO
ESTABLECIMIENTO DE UN MEDIO DE PRUEBA, en
efecto, denunciamos el artículo 313.2° al encontrarnos
ante un quebrantamiento de fondo y denunciamos el
artículo 320, ambos del Código de Procedimiento Civil,
siendo que éste último establece:
(…Omissis…)
En el caso de autos, denunciamos expresamente el
artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, que
señala:
(…Omissis…)
En el caso bajo examine example, la recurrida, negó
validez al informe del comisario de la compañía de
SERVICIOS DE DEMORAS INTERMODAL 77 C.A.,
Licenciado (Contador Público), Lic. DOMINGO RAMOS,
donde se demostraba el desfalco que se estaba
produciendo en la administración corporativa unitaria
que fusionaba con la AGENCIA MARÍTIMA MUNDO MAR
C.A, en servicio a la línea naviera MEDITERRÁNEA
SHIPPING COMPANY, al considerar que la documental
del Comisario de la referida empresa y Licenciado en
Contaduría Pública puede subsumirse en el supuesto de
hecho del artículo 431 ejusdem, referido a: ‘LOS
DOCUMENTOS PRIVADOS’, siendo de destacar que el
informe del Comisario, Contador Público, NO ES UN
DOCUMENTO PRIVADO, pues en el ejercicio de su
profesión, tiene un carácter público y más aún, siendo el
Comisario de una empresa bajo las facultades que le dá
(sic) el Código de Comercio, pues pueden y deben en
forma ilimitada vigilar todas las operaciones de la
sociedad y velar que los administradores cumplan con la
Ley y los estatutos sociales.
En efecto, el artículo 8 de la Ley del ejercicio de la
Contaduría Pública presupone, ‘SALVO PRUEBA EN
CONTRARIO’ que el acto respectivo se ha ajustado a
las normas legales vigentes y a las estatutarias cuando
se trate de personas jurídicas; que ha obtenido la
información necesaria para fundamentar su opinión; de
manera que NO ESTAMOS EN PRESENCIA DE UNA
DOCUMENTAL PRIVADA, cuya documental exija la
presentación del Comisario, Contador Público como
testigo para ratificar su informe en su contenido y firma,
lo que le llevó a la Jueza de la recurrida a desechar en
forma indebida la referida documental, estableciendo
indebidamente los presupuestos de la prueba
documental privada emanada de terceros, contenida en
el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil.
En efecto, el vicio de indebido establecimiento de un
medio de prueba, ocurre en la sentencia cuando el
legislador, adjetivo consagra las formalidades
procesales para la promoción y evacuación de un medio
de prueba para su validez, el error de derecho en el
establecimiento de la prueba se verifica cuando el juez
infringe las normas que regulan las condiciones de
modo, tiempo y lugar en que deben ser cumplidas para
incorporar la prueba en el expediente, es decir, aquellas
que regulan la promoción y evacuación de la prueba
(SCC. Sent N° 637 de fecha 06/08/07) por lo cual
delatamos o fundamentamos la presente denuncia en
los artículos 313.2 y 320, ambos del Código de
Procedimiento Civil, cuya infracción tiene lugar al
incumplir determinadas normas jurídicas que consagran
formalidades procesales respecto a la promoción y
evacuación de las pruebas, así como aquellas normas
que consagran el respectivo medio de prueba o
determinan los requisitos de su admisibilidad, o indican
los modos procedimentales de su admisión o
evacuación, específicamente, al establecer
indebidamente en el medio de prueba, erradamente, que
el informe del Comisario, Contador Público era una
documental privada.
Nuestra casación ha reseñado como ejemplo clásico:
(“…”) (SCC. Sent del 26/06/87. Oscar Pierre Tapia,
1987. Tomo 6, pág. 168).
Para el maestro J.R. Duque Sánchez la prueba irregular
se da: (“…”) Un caso típico, es la valoración del testigo
no juramentado conforme al artículo 486 CPC, o la
valoración de la testimonial privada emanada de tercero,
sin ratificación o deposición del tercero, tal cual lo
establece el artículo 431 CPC.
A los efectos de dar cumplimiento a la técnica adecuada
de la enuncia del indebido establecimiento de la
prueba, denunciamos de infracción de una norma
jurídica expresa que regule: el establecimiento de las
pruebas, es decir el artículo 431 del Código de
Procedimiento Civil, pues la recurrida desecho dicha
prueba en un hecho positivo y concreto que fue el de
considerar, erradamente, que el informe del Comisario
Contador Público es una documental privada; ¿Cómo y
cuándo ocurrió? Cuando la recurrida consideró su
necesaria ratificación a través del medio de prueba
testimonial, tal cual lo señala el artículo 431 ejusdem.
¿Dónde ocurrió la infracción?, en la motiva del fallo de
la recurrida, siendo que de conformidad con los
requisitos establecidos en el artículo 317 del Código de
Procedimiento Civil, el Tribunal erró, al considerar el
informe del Comisario de la Sociedad Mercantil, como
una documental privada y aplicar el artículo 431, lo cual
le llevó a desechar la prueba ante su falta de
ratificación por medio de la testimonial, dejando de
aplicar el artículo 8 de la Ley del ejercicio de la
Contaduría Pública, siendo la razón de su aplicación,
que el informe del Comisario Contador Público, no es
una documental privada, sino una documental que goza
de una presunción, hominis tantum, de certeza en su
contenido, que debe ser atacada o impugnada por la
contraparte con plena prueba en contrario.
Por ello, al establecer la recurrida, indebidamente el
medio de prueba del informe del Contador Público -
Comisario, lo que llevó a desechar dicho medio de
prueba, incurrió en un indebido establecimiento de un
medio de prueba determinante en el dispositivo del fallo
para acordar ratificar la decisión de la primera instancia
de la necesidad del decreto de las medidas cautelares,
pues de allí se desprenden las irregularidades que
llevan al olor del buen derecho y al presunción del daño
temido y así, muy respetuosamente solicito sea
declarado por ésta muy honorable Sala de Casación
Civil del Alto Tribunal de Justicia” (Mayúsculas,
negrillas, cursivas y subrayados del texto).”

De los pasajes argumentativos citados supra, sostiene el

formalizante que el ad quem yerra al considerar como documento

emanado de tercero el informe elaborado por el ciudadano Domingo

Ramos, quien se desempeña como Comisario de la empresa Servicio

de Demora Intermodal 77, C.A., lo cual, trajo como consecuencia que

se exigiera el cumplimiento de los requisitos contenidos en el artículo

431 de la ley ritual adjetiva civil, siendo que lo cierto –a decir del

formalizante- es que el mentado informe es un documento que goza

de una presunción hominis.

Para decidir se observa :

Con relación a las presunciones del hombre u hominis, el

procesalista italiano Giuseppe Chiovenda , citado por el autor

patrio Rodrigo Rivera Morales , en su obra las “ Pruebas en el

Derecho Venezolano” sostiene que “ son aquellas de las cuales el juez

como hombre se sirve durante el pleito para formarse su convicción

como lo haría cualquiera que razonase fuera del proceso ”.

Parra Quijano, igualmente citado por Rivera Morales, señala

que la presunción del hombre “ le sirve al juez para la valoración de la

pruebas, pero no es un medio de prueba ni se puede confundir con el

indicio, ya que este es un hecho y la presunción un razonamiento ”

Antes de entrar en disquisiciones sobre el documento privado y

aquel emanado de terceros, con la finalidad de examinar el contenido

del yerro acusado por el recurrente, esta Sala precisa necesario

puntualizar que el peticionante de la protección cautelar tiene el

deber ineludible de consignar todos los medios probatorios que

considere necesario, a los fines de la obtención de la medida, en el

cuaderno que se abre a los fines de sustanciar la incidencia cautelar,


indistintamente de que los medios de convicción consten en la pieza

principal, pues, si bien la medida sigue la suerte de lo principal, el

proceso de sustanciación de la incidencia es diametralmente opuesto

al de la causa donde se sustancia la pretensión.

Así, la sentencia confirmatoria o desestimatoria de la protección

cautelar puede ser objeto de apelación, y para tal fin, solo se envía el

cuaderno donde se sustancia la medida cautelar solicitada,

permaneciendo en la primera instancia el juicio principal, de allí, la

importancia de trasladar o consignar todos los medios probatorios

que cursen en el cuaderno de la pretensión al respectivo cuaderno de

la incidencia, para que le juez superior tenga a la mano todos los

medios de convicción necesarios para decidir con respecto a la

procedencia de la protección cautelar solicitada, tal como fue

establecido en acápites anteriores.

En atención a lo anterior, de la revisión de las actas procesales

que cursan en el presente cuaderno de medida, no consta el original

o copia del señalado informe elaborado por el ciudadano Domingo

Ramos, por lo que se imposibilita que la Sala, conforme al contenido

del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, bajar a los autos

para examinar el señalado documento a los fines de su pertinencia

para acreditar la medida solicitada por la parte actora, por tanto,

dicha omisión impide que esta Sala conozca la infracción tal como fue

planteada por el recurrente, así, aún frente al hecho de que el juez

conforme a la presunción del hombre hubiese podido concluir que la

protección cautelar era necesaria para garantizar la efectiva

ejecución de un eventual fallo a favor del actor, al no haber

constancia en autos del informe elaborado por el comisario de la

empresa Servicios de Demora Intermodal, 77, C.A. mal podía el

judicante del segundo grado formarse el criterio a favor de la

protección cautelar. Así, se establece.

Por los motivos expresados con anterioridad, esta Sala

forzosamente desestima la presente denuncia. Así, se decide.


Ahora bien, al no prosperar ninguna de las denuncias

propuestas por el recurrente, esta Sala debe declarar sin lugar el

presente recurso de casación, tal como se hará en la parte dispositiva

del presente fallo.

DECISIÓN

En mérito de las precedentes consideraciones, este Tribunal

Supremo de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando

justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por

autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación

propuesto por la parte actora contra la sentencia dictada por el

Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la

Circunscripción Judicial del estado La Guaira, dictada el 22 de

febrero del año 2022.

Se condena en costas del recurso a la parte actora.


Publíquese, regístrese y remítase el expediente Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del estado La Guaira. Particípese al
Juzgado Superior de origen conforme el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de

Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los

doce (12) días del mes de agosto de dos mil veintidós. Años: 212º de

la Independencia y 163º de la Federación.


Presidente de la Sala,

___________________________
HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA

Vicepresidente-Ponente,

_______________________________
JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ PARRA

Magistrada,

________________________________
CARMEN ENEIDA ALVES NAVAS
La Secretaria,

_______________________________________________
VICTORIA DE LOS ÁNGELES VALLÉS BASANTA

Exp. AA20-C-2022-000138
Nota: publicada en su fecha a las
La Secretaria,

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