TP Isa
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SUPERIOR
EN PODOLOGÍA
PRACTICAS PROFESIONALIZANTES
INTRODUCCION:
Dentro de las alteraciones patológicas que afectan al pie y tobillo, la deformidad de los
dedos menores se considera una de las más frecuentes siendo del 20% entre las cuales se
consideran las más frecuentes los dedos en martillo y en garra, considerándose esta
última un estadio más avanzado de la primera.
DESARROLLO:
El dedo en garra, dedo en martillo, dedo en maza, no son lo mismo. Pero tienen
en común la etiología, provocando deformidades de los dedos de los pies. Por
consiguiente, generan dolor y con el roce provocan callosidades en la parte
superior de los dedos.
Se pueden diferenciar en su angulación:
Dedo en martillo: es la flexión de la articulación interfalángica proximal e
hiperextensión de la interfalángica distal.
Dedo en garra: flexión articulación interfalángica proximal y distal.
Dedo en maza: extensión de articulación interfalángica proximal y flexión de la
distal.
Entre algunas de las causas que genera esta patología podemos nombrar:
Estar asociado a una enfermedad tendinosa o sistémica, a una patología del
hallux o a una contractura del flexor y extensor largo de los dedos, que a medida
que progresa la deformidad se alteran la función de los músculos interóseos y
lumbricales. Existen otras causas como el pie cavo, pie equino varo,
enfermedades neuromusculares (poliomielitis, parálisis cerebral), enfermedades
reumáticas (artritis, artrosis), congénitas, traumatismos, calzado inadecuado,
malas posturas mantenidas en el tiempo, entre otras.
Los síntomas que pueden llegar a presentar las personas que poseen estas
deformidades en los pies, son deformidades en los dedos, acompañado de
dolores, callosidades o clavos o por el apoyo del metatarsiano lo que se
denomina metatarsalgia.
Respecto a su tratamiento, este va a depender de la deformidad del dedo en
garra según el rango de deformidad, el dolor o la edad y necesidades del
paciente.
CASO CLINICO:
CONCLUSION:
Estas deformidades no desaparecen por si solas y sin tratamiento pueden
empeorar de manera lenta, deformándose cada vez más. Incluso si se usa un
tratamiento específico en las primeras etapas de la deformación, como:
fisioterapia, plantillas ortopédicas, zapatos abiertos y anchos, esto no puede
evitar en todos los casos que los dedos afectados se deformen.
BIBLIOGRAFIA:
https://www.medigraphic.com/pdfs/ortope/or-2008/or083i.pdf
https://traumatologosalamanca.com/traumatologia-cirugia-ortopedica/dedoengarra-
metatarsalgia/
https://riucv.ucv.es/bitstream/handle/20.500.12466/3904/Batalla%20Salgado%2c
%20Cristina_Tesis%20definitiva.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ANEXO
Imagen 1
Imagen 2