Cap 17. Diagnóstico y Manejo de Pacientes Difíciles
Cap 17. Diagnóstico y Manejo de Pacientes Difíciles
Cap 17. Diagnóstico y Manejo de Pacientes Difíciles
Introducción.
Todas y todos los profesionales de la salud nos hemos encontrado con pacientes
intensas, como rabia, desesperanza, frustración, pena o disgusto. A veces estas reacciones
se hacen crónicas y cuando sabemos que tales pacientes están en nuestra agenda, sentimos
Por supuesto, hay pacientes que son agresivos o impacientes, que tienen un pensamiento
disperso o que, en general, son simplemente más difíciles de tratar que otros. Estas
pueden perturbar el encuentro clínico. Cualquiera que sea la causa, cuando un paciente de
Los estudios epidemiológicos muestran que al menos un 15% de los encuentros clínicos
son percibidos por las profesionales como difíciles o desafiantes. Sin embargo, es claro que
no todos los encuentros difíciles son causados por problemas atribuibles al paciente
consultante. Por eso es necesario revisar las dificultades del encuentro clínico en un
*
A fin de evitar el exceso de signos lexicales de inclusión, en general haremos uso del masculino como
genérico para ambos sexos.
contexto más amplio. Aun cuando puede parecer razonable culpar al paciente, hay varios
factores que contribuyen a estos encuentros difíciles. A veces, el paciente está deprimido o
ansioso, o se queja de una miríada de síntomas graves, lo que dificulta el encuentro. Otras
veces es el profesional la fuente de los problemas y, por último, las dificultades pueden ser
atribuibles a las condiciones en las que se desenvuelve la actividad clínica (Fischer et al.,
2019).
Antes de entrar al tema de los pacientes “difíciles”, es necesario referirse al contexto más
amplio, a saber, a la comunicación entre paciente y profesional que crea las situaciones
difíciles.
es percibida como problemática por los profesionales de la salud, generando una sensación
relación de ayuda que se establece entre dos personas en circunstancias determinadas, los
factores que pueden hacer difícil una entrevista o interacción clínica se refieren a variables
asociadas al proceso (por ejemplo aspectos culturales o idiomáticos, como puede ser el
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“difíciles”), al tipo de tema que se aborda (por ejemplo, sexualidad o tener que dar “malas
comunidad atendida).
las percepciones particulares del profesional. Lo que es difícil para uno no necesariamente
situaciones que resultan frecuentemente difíciles para los profesionales y que poseen un
que su intensidad y cronicidad son responsables de una práctica estresante que, en último
término, puede conducir al síndrome de burnout y afectar, incluso antes de esta situación,
produce así una interacción difícil, como se puede ver en la siguiente tabla:
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Paciente Profesional
calidad misma del vínculo entre el paciente y el profesional el que se ve amenazado, siendo
esperanza de curación, la que tiene una amplia base empírica como factor curativo (Baier,
et al., 2020).
Las estrategias para resguardar la relación y enfrentar los casos de interacción disfuncional
son variadas y dependen de los motivos particulares de cada situación Con todo, el primer
paso en todos los casos es reconocer tempranamente la dificultad (Schenk, et al., 2021).
Esto significa reconocer que existe un problema y detenerse a pensar en él, en vez de seguir
terminar pronto con la entrevista. Desde luego, no siempre es fácil hacer esto, porque
implica no sólo reflexionar sobre quién es la persona que está enfrente y qué es lo que le
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ocurre, sino que también entraña identificar y aceptar la propia vulnerabilidad. Reconocer
la propia reacción emocional y conductual es un aspecto central, puesto que uno emite
constantemente mensajes verbales y no verbales que son percibidos por los demás,
interacción.
Así entendidas las cosas, el diagnóstico y manejo de las situaciones difíciles en la práctica
reconocer los propios errores, perfeccionar las habilidades técnicas, tomar decisiones
basadas en la evidencia y aclarar los valores propios para poder actuar con compasión,
autocontrol en cada momento, para sacar a la luz sus conocimientos personales tácitos y sus
valores profundos, para utilizar la visión periférica y la conciencia subsidiaria para tomar
Matos, 2018).
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Por su parte, atender a lo que les ocurre a los pacientes significa no sólo identificar lo que
estos sienten, sino facilitar que estos sentimientos sean explicitados. Para lograr esto, es
nuestra ansiedad que a una necesidad del mismo paciente. Esta capacidad de “escucha
activa” del o de la profesional debe darse en un marco de empatía y contención, pues sólo
paciente es un gran desafío, por ello es importante nunca olvidar que ambos, profesional y
paciente, pese a sus diferentes perspectivas, no están en bandos opuestos, sino que poseen
cualitativos están de acuerdo en algunas categorías de pacientes que suelen ser calificados
por los profesionales de “difíciles” (Steinmetz & Tabenkin 2001). El primer grupo lo
límites y explotadores, los que buscan una ganancia secundaria (una licencia médica, por
ejemplo). A este grupo hay que sumar a las personas con abuso y dependencia de
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pacientes difíciles son aquellos que tienen quejas repetidas, generalmente sin un significado
clínico claro, aquellos a los que “les duele todo el cuerpo”. Estos son pacientes que pueden
ser demandantes, desde el punto de vista del tiempo del profesional y del contexto en el que
se da el cuidado. El tercer grupo son los pacientes con trastornos psiquiátricos de algún
tipo, como trastornos psicosomáticos. Tales pacientes, que padecen de un alto nivel de
deprimidos, que generan dificultades especiales en la posibilidad por parte del profesional
de empatizar con su experiencia subjetiva. De entre todos los casos, pondremos énfasis en
(6D10 en CIE 11)–, es una de las causas más frecuentes de preguntas y de petición de
denigrante, por lo cual es preferible hablar a los pacientes y sus familiares de “dificultades
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Modelo Alternativo para los Trastornos de la Personalidad del DSM-5. Los primeros datos
sobre la fiabilidad y la validez del nuevo modelo parecen prometedores, aunque por el
momento los datos específicos son limitados debido a la finalización relativamente reciente
19. Sin embargo, para que el modelo tenga éxito, debe ser adoptado por los clínicos y
utilizado de manera amplia en la práctica clínica habitual (Milinkovic & Tiliopoulos, 2020).
complejidad innecesaria, la incoherencia con los datos sobre los rasgos normales de la
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la personalidad. Esta acomodación fue necesaria por temas de cobertura de servicios, ya
que muchos sistemas de aseguramiento ofrecen garantías de cuidado para el trastorno límite
adolescentes, para los cuales los profesionales típicamente postergan el diagnóstico hasta la
Se trata de pacientes que producen preocupación en sus cercanos y suelen desarrollar una
sentimientos en los médicos que los atienden, lo que resulta en relaciones médico-paciente
difíciles, que complican las tareas diagnósticas y terapéuticas de los trastornos médicos y
con una historia previa de relaciones problemáticas con el equipo de salud. Generalmente
consultan sintiéndose urgidos y en estado de crisis, pero suelen abandonar los tratamientos
Alternativamente, estos o estas pacientes pueden llegar al consultorio a causa del impacto
que producen en sus familiares cercanos. Las personas cercanas pueden expresar
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preocupación por un comportamiento amenazante –auto o heteroagresivo– o por conductas
antisociales, en cuyo caso hay que sopesar la idea de que el responsable del equipo de salud
Consultas repetidas, pacientes “conocidos” por todos los profesionales y personal del
consultorio
Conducta amenazante o impulsiva, repetitiva, de daño hacia sí mismo o hacia los demás.
Impacto en los otros: consulta primaria suele surgir de parientes o cercanos, a veces por
conducta antisocial.
Definición y etiología
estable (dos años o más de duración) y de inicio temprano en el funcionamiento del self
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intenso en las personas que lo padecen y en sus familiares. Cuando los servicios y
salud.
ser explicados por otro trastorno psiquiátrico, como los diagnosticados por el CIE-11 o el
DSM-5 por una enfermedad médica o por los efectos de alguna sustancia.
los factores genéticos parece ser relativamente alto en esta población de pacientes,
Se estima que la prevalencia en la población general bordea el 10% pero ese porcentaje
resultados terapéuticos son más pobres, el uso de servicios de salud y los costos agregados
son mayores que en el resto de los consultantes. Los servicios de atención típicamente no
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establecimiento de relaciones médico-paciente problemáticas e insatisfactorias tanto para
Diagnóstico
(al menos dos años) y a lo ancho de una variedad de situaciones vitales de un tipo rígido y
diagnóstico puede ser evidente en la primera entrevista, pero en ocasiones se hará después
El encuentro clínico con personas que padecen trastorno de personalidad puede ser, algunas
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parte del profesional. Desde luego, un diagnóstico de este tipo supone la capacidad del
examinador de moverse y mantenerse dentro del rango que determina el sentido común
clínico, pues este tipo de encuentros suelen despertar en el profesional intensas emociones,
manejo clínico basado en estándares actuales. Es frecuente que cuando se consulta por
algún motivo que apunta a una determinada patología médica o psiquiátrica, la presentación
enfermedad y al tratamiento estará teñida con los rasgos propios del estilo de personalidad
o de logro vocacional. En los casos más graves, el buen funcionamiento será sólo marginal
en la historia de vida.
asociados de angustia, depresión, o abuso de sustancias, para los cuales se debe instaurar el
tratamiento correspondiente. Estos síntomas deben diferenciarse de los rasgos propios del
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Alteración duradera caracterizada por problemas en el funcionamiento de aspectos del self
emocional y comportamientos que son mal adaptativos (p. ej. inflexibles o mal regulados).
los efectos de abstinencia, y no se explican mejor por otro trastorno mental y del
La alteración está asociada con una angustia sustancial o un deterioro significativo en las
importantes.
Hace una década el trastorno de la personalidad era concebido como un trastorno crónico,
de difícil manejo y con evolución desfavorable como norma. Sin embargo, varios estudios
longitudinales rigurosos que han seguido a cohortes de pacientes durante décadas han
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desestimado esta idea. Hoy se sabe que el trastorno de la personalidad tiene un curso
cuadro hacia la adultez media ya avanzada. Por lo tanto, la evolución del trastorno de la
personalidad es mucho más benigna de lo que se pensaba antes. Después del periodo más
peligroso del trastorno en la adolescencia y adultez temprana, los estudios han demostrado
una reducción en síntomas de descontrol conductual (p. ej. conductas suicidas o auto
lesivas) y afectivo (p. ej. crisis emocionales intensas). Además, en los casos de remisión,
recurrencia son bajas. Esto significa que un porcentaje importante de personas, en particular
enfermedad, logra recuperarse de los síntomas más peligrosos. Los síntomas de sensibilidad
seguir afectando a los pacientes; lo mismo es válido para el ajuste psicosocial, en particular
para las personas que no han recibido tratamiento temprano (Gunderson, et al., 2011)
Diagnóstico diferencial
remitir con el tratamiento adecuado. Sin embargo, un cambio del patrón de personalidad en
cualquier momento de la vida, aun cuando se trate de una personalidad alterada en su base
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cambio. Los cuadros intercurrentes pueden incluir trastornos psiquiátricos, como depresión
trastornos neurológicos, como algún tipo de demencia o déficit cognitivo. Cuando se está
frente a una sospecha de este tipo, el examen clínico debe ser especialmente cuidadoso y
atención.
similares y por lo tanto, fácilmente confundibles con variabilidad del ánimo en el contexto
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selección de estrategias de tratamiento. No existe evidencia confiable que indique que el
personalidad
Depresión (F32)
Abuso de sustancias (F10 a F19), comúnmente ocurre en personas con trastornos graves de
personalidad
Detección temprana
debe ser aplazado hasta la adultez. Esta idea es obsoleta hace al menos 15 años y va en
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claramente diferenciable de los aspectos normativos de este periodo, incluso considerando
optan por retener el diagnóstico por temor a estigmatizar a los pacientes. Esta conducta
personalidad, enfermedad que aún posee un grado de estigmatización alto (sobre todo entre
contribuye poco o nada a la mitigación o neutralización del estigma. Más bien, es muy
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Manejo de personas con trastorno de la personalidad
vista, existe un consenso mínimo que apunta a que el tratamiento consiste, en general, en
períodos críticos. Es muy probable que la complejidad en el manejo clínico de personas con
marca que típicamente requieren procesos de formación intensos. Sin embargo, existe en la
actualidad evidencia que indica que el manejo clínico puede ser escalonado, con provisión
DBT) en servicios de mayor complejidad y para los pacientes más graves y/o complejos. La
efectividad de las intervenciones ha sido demostrada en todos estos niveles, que van de la
generalistas, pero con especialización etárea (p. ej. servicios psiquiátrico con especialidad
especialidad para trastorno de personalidad Siempre el mensaje central que hay que
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Recordar que el trastorno de personalidad es una enfermedad tratable, con buen pronóstico,
La comunicación del diagnóstico es fundamental. Esta debe ser empática, informada, clara
confiabilidad (p. ej. dibujos proyectivos, Rorschach, etc.) no parece justificada en base a la
evidencia disponible.
asignados.
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Identificar y tratar todo síntoma o condición, médica o psiquiátrica, que no sea atribuible al
médico paciente complicadas, donde el contacto permanente con el personal y los demás
profesionales puede contribuir a aliviar la presión. La conducta de los miembros del equipo
Asegurarse que tanto el paciente como sus cercanos entienden bien la situación y el enfoque
terapéutico. El éxito del manejo depende de una buena relación con el paciente y su
familia.
El equipo de salud de tener total claridad sobre lo que hay que hacer cuando irrumpen crisis
las fases tempranas del tratamiento. Jamás utilizar los llamados contratos de seguridad, que
Las familias y cuidadores también deben tener recursos e información para el manejo de
crisis suicidas o autolesivas. Existen recursos para promover una responsividad adecuada en
contexto familiar.
trastorno de personalidad. Pueden ser de utilidad para algunos síntomas en algún tipo de
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Hay una evidencia creciente de que los inhibidores de la recaptación de la serotonina son
graves de personalidad.
Los medicamentos antipsicóticos atípicos a dosis baja pueden ayudar a reducir la ideación
Por último, los estabilizadores del ánimo pueden ayudar a normalizar el ánimo de aquellos
Hay que tener cuidado con la posibilidad de sobredosis, en especial en pacientes que
La derivación al COSAM o al nivel secundario de atención puede ser útil bajo las
orgánico cerebral?)
Hay que recalcar que la derivación fracasará si el paciente no quiere ser referido, no acude
existe un creciente consenso internacional de que los equipos de salud mental comunitaria
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carecen de los recursos y de los conocimientos necesarios para el manejo de los pacientes
Hemos visto que los aspectos de la personalidad que son especialmente relevantes en la atención y
cuidado de los pacientes en atención primaria se refieren a actitudes, estilos de interacción con los
demás, conductas de afrontamiento de las enfermedades y estados de ánimo. Aún cuando en las
de trastornos de personalidad de acuerdo con tipos predominantes de rasgos de personalidad ****, es útil
conocer algunos estilos de interacción que la experiencia clínica ha caracterizado y sus dificultades de
manejo interpersonal por parte del profesional. Básicamente, expondremos las características de tres
modelos, que no corresponden a trastornos específicos y que pueden estar presente en diverso grado en
pacientes con trastorno de personalidad, poniendo énfasis en las recomendaciones para su manejo en la
consulta.
Los pacientes desconfiados, paranoides o querulantes dudan de las intenciones y motivos de los otros.
Pueden sospechar abierta o encubiertamente de las intervenciones del profesional, culparlo y argumentar
sobre lo mal que ha sido manejada su situación. Frente a esto, el médico se pone “en guardia”,
competitiva que de colaboración. El mejor enfoque en el manejo de tales usuarios es tolerar y reconocer
****
Los rasgos de personalidad son patrones de conducta, maneras de relacionarse y de pensar sobre el
entorno y sobre uno mismo y se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y
personales. Los rasgos de personalidad son característicos y permanentes para cada sujeto, son estables y
en cierta medida flexibles. Los rasgos son la dimensión perdurable de la personalidad, la manera
característica “de ser” de cada uno y explican la diferente conducta de cada individuo ante una misma
situación.
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sus percepciones del mundo sin debatir ni consentir con ellas, y poner el foco de la atención en el
ideas fijas, falsas creencias o pensamiento desorganizado, deben ser derivados a tratamiento psiquiátrico,
los detalles de su padecimiento, y las relaciones interpersonales parecen no hacerles sentido. Sienten la
intervención médica como una intrusión incómoda, y por eso suelen faltar a los controles. Usualmente,
tales pacientes responden mejor cuando los profesionales se esmeran en mostrar que entienden su estilo
y que respetan su privacidad. Hay que explicar por qué es necesario hacer preguntas personales y no
empujarlos a involucrase más socialmente. La derivación a psiquiatría es necesaria cuando hay dudas
Los pacientes idiosincráticos o excéntricos se visten de manera diferente y llamativa, tienen creencias
peculiares y hablan de manera extraña. Pueden actuar misteriosamente o presentar quejas somáticas que
no tienen patrones fisiológicos claros. Cuando sus quejas se corresponden con síntomas de trastornos
somáticos coexistentes, la situación puede ser más complicada. Usualmente, tales pacientes responden
mejor a un enfoque consistente con sus quejas que simultáneamente no desafíe su credibilidad o, al
contrario, que refuerce su perspectiva de vida. Por ejemplo, el médico puede comentar: “Su costumbre
de comer torta de chocolate y arroz todos los días parece haberlo mantenido sano hasta el momento, sin
embargo, han aparecido nuevos virus que necesitan nuevas medidas. Los medicamentos que yo le voy a
dar no funcionan con esas comidas. Aquí tiene las indicaciones de medicación y de dieta. ¿Cree Ud. que
puede adecuarse a estas nuevas medidas?” Desde luego, hay que pensar en derivación a psiquiatría
cuando se sospecha esquizofrenia, en especial cuando la excentricidad parece estar más allá de cualquier
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Pacientes dramáticos, dependientes y muy demandantes, se muestran excesivamente dependientes,
manipuladores y con una baja tolerancia a la frustración. Suelen sacar beneficio de la extensión de su red
adecuadamente. Sin embargo, simultáneamente suele ser necesario colocar límites para prevenir
conduce a oscilaciones del ánimo persistente o a un aumento de las amenazas de auto agresión, los
médicos debieran referir tales pacientes a especialistas en salud mental (psicólogo o psiquiatra en el
Pacientes dramáticos, muy emocionales y seductores, desarrollan relaciones intensas e idealizadas con
los profesionales de atención primaria. Tienden a crear relaciones que traspasan las barreras
médicos experimentan frente a ellos intensas reacciones emocionales, por lo cual deben monitorear
cuando son tratados afectuosamente. Con todo, los profesionales deben mantener límites claros. Si a
pesar de los esfuerzos, la negación o la conducta disruptiva interfiere con su salud y auto cuidado, estos
Los pacientes “superiores” muestran una exagerada confianza en sí mismos. Suelen ser grandiosos,
arrogantes y vanidosos. Su humor suele fluctuar entre atribuir brillantez a los profesionales y la
exigencias, sino también profiriendo amenazas, llegando incluso a las reacciones agresivas y violentas.
Por sentirlos desafiantes, tales pacientes suelen ser “esquivados” por los miembros del equipo de salud.
Sin embargo, si los profesionales reconocen explícitamente sus fortalezas, opiniones y logros, estos
pacientes suelen responder de buena manera. Sin desafiar la necesidad de sentirse superiores, los
profesionales deben demostrar cuidadosamente su propia competencia. Si, a pesar de todo, no adhieren
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Los pacientes antisociales ignoran las reglas socialmente aceptadas mediante la mentira, el robo, la
conducta irresponsable y la desconsideración por los demás. Carecen de empatía y pueden alternar entre
ser muy demandantes o abusadores y mostrarse aduladores o complacientes. La mayoría de las veces
responden a reglas claras y estrictas, como a la puesta de límites realista sobre la disponibilidad de los
profesionales.
Los pacientes controlados y ordenados usan el conocimiento y la rutina para alejar el miedo y la
incertidumbre. Pueden ser obstinados, rígidos y exageradamente preocupados por dirimir entre lo
control. Tales pacientes responden mejor a una actitud clara, que atienda a los detalles, pero que no
presente pelea sobre quién es el que manda. Cuando las obsesiones o compulsiones interfieren con el
funcionamiento cotidiano –lo que sugiere la existencia de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC)–,
Los pacientes ansiosamente dependientes, evitativos o pasivo-agresivos, dependen con angustia de los
pacientes intenta impresionar al profesional con la urgencia de sus quejas, necesita especial atención y
constante apoyo y consejo. Pueden aparecer cooperadores y comprometidos al principio, pero a poco
andar sus ilimitadas demandas de cuidado son difíciles de llenar. Pueden mostrar rabia desplazada y su
planificación del mismo). Generalmente responden mejor cuando los profesionales toleran su
dependencia (es decir, no se irritan con ella), lo que, sin embargo, requiere de un manejo ampliado por el
equipo de salud, para así aliviar la carga que representan tales pacientes. Consultas frecuentes pero
breves pueden ser de ayuda. El fijar un calendario de consultas de antemano tiende a minimizar sus
excesivas demandas en momentos inoportunos. No hay que tratar de cambiar a estos pacientes. Si los
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esfuerzos de despertar la colaboración con el tratamiento fallan sistemáticamente, deben ser referidos a
atención especializada.
Los pacientes con funcionamiento cognitivo fronterizo pueden enmascarar su incapacidad para procesar
información, y presentarse en cualquiera de las categorías anteriores. Los profesionales deben asegurarse
de que están entendiendo y procesando la información ofrecida y cómo lo están haciendo. A menudo,
frente a tales pacientes los profesionales se sienten confundidos e irritados. Un examen mental cuidadoso
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