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Análisis en Base A MICS 2019 Arg

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Educación y cuidado en la primera infancia en el Área

Metropolitana de Buenos Aires.


Aproximación a la situación actual en base a los datos de la
Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes (MICS)
2019-2020
Rocio Pinto1
I. Introducción
El presente trabajo se propone, a partir del análisis de datos de la Encuesta Nacional de
Niñas, Niños y Adolescentes (MICS, por sus siglas en inglés) 2019-2020, conocer la
situación de niños y niñas menores de 5 años en relación con su asistencia o no a
establecimientos de educación y/o cuidado, en comparación con la situación observada
en la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida de Niñez y Adolescencia (en
adelante, ECOVNA), en particular en el AMBA.
Se realizará un análisis de la información dialogando con investigaciones previas sobre
el tema. Se buscará responder a los siguientes interrogantes: ¿en qué medida ha
aumentado la asistencia a establecimientos de educación y/o cuidado en niños y niñas
menores de 5 años y, en particular, en edades de escolaridad no obligatoria (menores de
4 años)? ¿qué características tienen los niños y niñas que muestran una mayor tendencia
a asistir, en términos de región, quintil de ingresos del hogar, edad, nivel educativo de la
madre? ¿en qué medida el nivel de asistencia podría aumentar al mejorarse la oferta de
servicios?
Luego de un apartado metodológico, se presenta la información procesada de la Encuesta
y su análisis, organizada en dos partes: una primera parte orientada a caracterizar y
analizar las características de los hogares de los niños y niñas menores de 5 años que
asisten a servicios de cuidado infantil y primera infancia, y una segunda parte que indaga
en las razones de no asistencia. El objetivo de la primera parte es identificar los
principales cambios a nivel nacional de la situación actual respecto de la situación en
2011-2012, cuando se realizó la ECOVNA, y también indagar en las particularidades que
presenta el AMBA, la región más poblada de todo el país. El objetivo de la segunda parte
es dilucidar en qué medida la no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios
de cuidado infantil y primera infancia puede atribuirse a las características de la oferta de
los servicios. Por último, se presentan algunas reflexiones finales.
II. Anotaciones metodológicas
Se utilizó sólo la base de datos del cuestionario que se aplicó a los niños y niñas menores
de 5 años. Para realizar los cálculos que sirven de base a las tablas y los gráficos
presentados, se ha utilizado el programa SPSS, en el que se ha ponderado la base con la
variable PONDERA, a los fines tanto de corregir la muestra por no respuesta como de
expandirla según las proyecciones de población, de manera que sea una muestra

1
Licenciada en Política Social por la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Doctoranda en
Ciencias Sociales del Programa de Posgrado UNGS-IDES. Actualmente, es becaria interna doctoral de
CONICET con sede en el Instituto de Ciencias, UNGS, Buenos Aires, Argentina. Contacto:
rociopinto88@gmail.com.
representativa del universo. Una vez ponderada la base, se realizaron tablas cruzando las
variables, de manera de obtener los siguientes indicadores:
• Tasa de asistencia a establecimientos de desarrollo infantil de niños y niñas de 0
a 4 años, según edad del/la niño/a, quintil de ingresos, nivel educativo de la madre,
madre o padre con empleo y aporte a la seguridad social, titular de Asignación
Universal por Hijo. Media nacional y AMBA.
• Cantidad de horas que asiste según edad del/la niño/a. Media nacional y AMBA.
• Razones de no asistencia a los establecimientos de desarrollo infantil de los niños
y niñas de 0 a 4 años, según edad del/la niño/a y quintiles de ingreso. Media
nacional y AMBA.
• Disposición para enviar al/la niño/a si. Media nacional y AMBA.

III. La asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios de cuidado


infantil y primera infancia. ¿Qué cambió?
En primer lugar, se analizan las tasas de asistencia en base a diferentes variables,
comparando la media nacional de 2019-2020 con la de 2011-2012, cuando fue posible, y
los resultados para la región del AMBA en particular (Tabla 1).

Tabla 1. Educación y cuidado para la primera infancia


Tasa de Número de Tasa de Número de Tasa de
asistencia niños/as de 0 a 4 asistencia niños/as de 0 a 4 asistencia
AMBA años AMBA Total país años Total país Total país
2019-2020 2019-2020 2019-2020 2019-2020 2011-2012
Total 35,4 1908 33,0 6157 32,0
Quintil de índice de riqueza
Más bajo 32,9 453 27,7 1936 20,7
Segundo 27,0 610 28,8 1547 27,0
Medio 27,0 300 31,5 1138 36,4
Cuarto 45,3 225 40,0 776 40,0
Más alto 55,9 320 50,4 759 52,1
Edad
Menos de 1 año 0,3 327 1,4 1004 3,1
1 año 4,4 364 5,9 1230 8,4
2 años 12,1 322 15,4 1183 20,2
3 años 55,4 449 47,7 1351 50,5
4 años 83,4 445 80,5 1390 76,7
Máximo nivel educativo de la madre
Hasta Secundario
29,7 898 27,6 2813 s/d
incompleto
Secundario
completo /
Terciario o 36,2 747 34,7 2538 s/d
Universitario
incompleto
Terciario o
Universitario 51,2 252 45,8 794 s/d
completo
No responde (*) 9 (*) 12 s/d
Madre o padre con empleo y aporte a la seguridad social
Sí 44,1 869 40,2 2692 s/d
No 28,2 1038 27,4 3465 s/d
Titular de derecho AUH
Sí 23,9 707 27,1 2646 s/d
No 42,4 1198 37,6 3501 s/d
No responde (*) 4 (*) 9 s/d
(*) Cifras que se basan en menos de 25 casos no ponderados.
Fuentes: Tabla LN.1.3, UNICEF-SIEMPRO (2021), Encuesta Nacional de Niñas, Niños y
Adolescentes (MICS) 2019-2020; Tabla 2.1 y Figura 2.1, UNICEF-MDS (2012), Encuesta
sobre Condiciones de Vida de Niñez y Adolescencia 2011-2012; y elaboración propia a partir
de la base de microdatos de la Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes (MICS) 2019-
2020.

La tasa de asistencia aumenta a medida que aumenta la edad de los niños y niñas. Se
observa un aumento en la tasa de asistencia de niños y niñas de 4 años respecto de la
situación relevada en la ECOVNA 2011-2012. Probablemente, el hecho de que la
educación inicial sea obligatoria a partir de los 4 años, según la ley nacional N°27.045,
que fue sancionada en 2014, con posterioridad a la realización de la ECOVNA, permitió
ampliar la cobertura para los niños y niñas de esta edad. También hay una mayor oferta,
principalmente de jardines de infantes y, en particular, de gestión estatal, a partir de la
sala de 3 años. En cambio, la oferta educativa de jardines maternales (para niños y niñas
desde los 45 días hasta los dos años) es mucho más acotada, tiene más peso la oferta
privada que la pública, y tiende a concentrarse en los grandes centros urbanos del país,
especialmente el AMBA2. Sin embargo, cabe aclarar que no es sólo la oferta educativa a
la que asisten los niños y niñas menores de 4 años, sino que también hay otras
modalidades de educación no formal, que pueden ser de gestión estatal, privada o
comunitaria. Desafortunadamente, la base de datos no permite distinguir esta
información.
Mientras a nivel nacional a mayor quintil de ingresos de los hogares, mayor tasa de
asistencia, en el AMBA se observa una mayor tasa de asistencia en los quintiles extremos,
tanto el más bajo como los dos más altos. En el segundo y tercer quintil de ingresos, las
tasas de asistencia se asemejan a la media nacional.
Comparando los datos agregados de la encuesta realizada en 2019-2020 respecto de la
realizada en 2011-2012, si bien en el total general la tasa de asistencia aumentó un punto
porcentual, en términos de edades, ese aumento se explicaría más por una mayor
asistencia de los niños y niñas de 4 años que por un aumento en la asistencia de niños y
niñas de edades menores; de hecho, en edades menores se verifica una menor tasa de
asistencia en 2019-2020 respecto de lo que se relevó en 2011-2012. A su vez, si se analiza
según quintiles de ingresos, el aumento en la asistencia se explicaría principalmente por
el aumento en el quintil más bajo y el medio, mientras en los otros quintiles las variaciones
no son muy significativas.
Situación similar se replica al comparar la media nacional y el AMBA: para los niños y
niñas de 0 a 2 años, la tasa de asistencia en el AMBA es aún más baja que en la media
nacional, mientras que, para los niños y niñas de 3 y 4 años, es más alta que la media
nacional. Probablemente, esto esté vinculado con una mayor oferta de jardines de infantes
en esta región en particular, que cuentan con salas de 3 y 4 años.

2
Véase el Mapa Educativo (Educación Inicial), disponible en https://mapa.educacion.gob.ar/tag/inicial.
Cabe destacar que en esta oportunidad los datos no han sido desagregados en las mismas
regiones que lo habían sido para la ECOVNA 2011-20123, lo que no sólo dificulta la
comparación, sino que dificulta también el análisis a un nivel regional un poco más
desagregado. Sería de interés que en próximas ediciones de la encuesta esto sea
contemplado y que se pueda acceder desde las bases de datos a esta información.
Al ver el nivel de asistencia en función del nivel educativo de la madre, se verifica que, a
mayor nivel, mayor tasa de asistencia de los niños y niñas menores de 5 años. En el
AMBA, las proporciones son un poco más elevadas que para la media nacional. Esta
situación se condice con los estudios que han investigado que las mujeres que alcanzan
un mayor nivel de estudios tienden a insertarse de manera más estable y en mejores
condiciones en el mercado de trabajo, mientras que las mujeres con bajo nivel educativo
(hasta secundaria incompleta) tienen mayores dificultades para hacerlo, tanto por los
procesos de segregación propios del mercado de trabajo como por las limitaciones que
impone el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado para mujeres con niños y niñas
pequeños/as a cargo, en un contexto en el que la oferta pública de cuidado y educación
para niños y niñas menores de 4 años es muy acotada. (Cerrutti, 2000; Cerrutti y
Ameijeiras, 2016; Pereyra y Micha, 2019).
Al analizar la información por quintiles de ingresos, se observa que la asistencia es mayor
en los extremos, es decir, en los dos quintiles más altos y en el quintil más bajo. Esto
podría estar hablando de ciertas características que asume el vínculo entre la asistencia de
los niños y niñas y el peso del trabajo de el/la cuidador/ principal: en el quintil más bajo,
habría una mayor presión para dedicar más horas al trabajo de manera de obtener ingresos
para el hogar, lo que podría resolverse, al menos en parte, con la asistencia de los niños y
niñas menores de 5 años a un establecimiento de educación y/o cuidado; en los quintiles
más altos, tienden a ubicarse también quienes tienen un mayor nivel educativo y, por
ende, tienen trabajos más estables y mejor remunerados; en el segundo y tercer quintil,
por su parte, pareciera que el nivel de ingresos es tal que permite a los/as cuidadores/as
principales destinar más tiempo a las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas que
al trabajo remunerado, en conjunción con que el nivel educativo alcanzado no permita a
los/as cuidadores/as principales insertarse en ocupaciones que les permitan generar
ingresos que cubran los gastos de dejar de cuidar en el hogar, dada la limitada oferta
pública de espacios y las consecuentes dificultades para conseguir vacantes, que tienden
a priorizar a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad, que muchas
veces lleva a que el cuidado de los/as más pequeños/as deba resolverse a través de un
servicio pago o, si no se dispone de ingresos suficientes, a través del cuidado de un/a
familiar.
Si se observa la tasa de asistencia en función de si la madre o el padre del/la niño/a tiene
empleo y aporta a la seguridad social, hay una mayor proporción de niños y niñas que
asisten si su madre o padre aporta. Esto podría estar indicando una mayor facilidad para
enviar a lxs niñxs a servicios de educación y/o cuidado para la primera infancia en
aquellos hogares en los que la madre o el padre tienen un empleo registrado, sea porque
el nivel de ingresos permite contratar un servicio privado, sea porque se cubren los gastos
asociados a esa contratación, sea porque el lugar de trabajo ofrece a sus empleados y
empleadas un servicio de cuidado.

3
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Interior de la Provincia de Buenos Aires,
Noroeste Argentino, Noreste Argentino, Cuyo, Región Pampeana, Patagonia Norte y Patagonia Sur.
A diferencia de la edición anterior de la encuesta, realizada en 2011-2012, en la actual
edición no se ha consultado sobre la modalidad de gestión del espacio de primera infancia
a que asisten los niños y niñas. Esto hace que sea difícil caracterizar la oferta de los
servicios a los que asisten esos/as niños/as.
Tabla 2. Tipo de jornada a la que asisten los niños y niñas menores de 5 años. Total país.
Porcentaje Porcentaje Porcentaje Total Total Total
Porcentaje de de de Número de de de
de niños/as niños/as niños/as de niños/as niños/as niños/as
niños/as que que que niños/as que que que
que asisten asisten de asisten que asisten asisten asisten
asisten hasta 3 4a6 más de 6 asisten hasta 3 de 4 a 6 más de
horas horas horas horas horas 6 horas
Total 100,0 31,2 62,7 6,1 2032 634 1275 124
Edades
1 año 0,7 14,3 85,7 0,0 14 2 12 0
1 año 3,6 39,7 50,7 9,6 73 29 37 7
2 años 9,0 32,2 63,9 3,8 183 59 117 7
3 años 31,7 29,1 59,3 11,6 646 188 383 75
4 años 55,0 31,8 64,9 3,3 1121 357 727 37
Almuerza o retira vianda
Sí 23,2 24,6 53,0 22,4 472 116 250 106
No 76,7 33,1 65,7 1,1 1559 516 1024 18
Fuentes: Tabla LN.1.5, UNICEF - SIEMPRO (2021), Encuesta Nacional de Niñas, Niños y
Adolescentes (MICS) 2019-2020, y elaboración propia a partir de la base de microdatos de la
Encuesta.

En cuanto a la duración de la jornada, como puede observarse en las tablas 2 y 3, la


mayoría de los niños y niñas que asisten, son los de 3 y 4 años, y lo hacen en jornadas
que duran de 4 a 6 horas. La proporción de niños y niñas de 3 y 4 años que asisten menos
de 4 horas es más baja que la de los niños y niñas de menor edad. Probablemente, esto
responde a que para niños y niñas de 3 y 4 años hay una mayor oferta de jardines de
infantes, cuyas jornadas en ningún caso son inferiores a las 4 horas, mientras que las
propuestas para niños y niñas menores de 3 años son más heterogéneas y pueden incluir
jornadas más flexibles, sean más reducidas o más extendidas que la media jornada
“estándar” de los jardines de infantes.

Tabla 3. Tipo de jornada a la que asisten los niños y niñas menores de 5 años. AMBA.
Porcenta Porcenta Porcenta Número Total de Total de Total de
je de je de je de de niños/as niños/as niños/as
Porcenta niños/as niños/as niños/as niños/as que que que
je de que que que que asisten asisten asisten
niños/as asisten asisten asisten asisten hasta 3 de 4 a 6 más de 6
que hasta 3 de 4 a 6 más de 6 horas horas horas
asisten horas horas horas
Total 100,0 6,0 77,6 16,3 679 41 527 111
Edades
 1 año 0,3 0,0 100,0 0,0 2 0 2 0
1 año 2,4 18,8 62,5 18,8 16 3 10 3
2 años 5,7 35,9 48,7 15,4 39 14 19 6
3 años 36,8 5,2 66,4 28,4 250 13 166 71
4 años 54,8 3,0 88,7 8,3 372 11 330 31
Almuerza o retira vianda
Sí 33,4 1,8 52,7 45,6 226 4 119 103
No 66,6 8,2 90,5 1,3 451 37 408 6
Fuente: elaboración propia a partir de la base de microdatos de la Encuesta Nacional de Niñas,
Niños y Adolescentes (MICS) 2019-2020.

Tanto en la media nacional como en el AMBA, la gran mayoría de los niños y niñas que
asisten lo hacen en jornadas que duran entre 4 y 6 horas, en todas las edades. En el AMBA,
el porcentaje de niños y niñas que asisten más de 6 horas es un poco mayor que en la
media nacional, y resulta llamativo que sea una proporción mayor de niños y niñas de
edades de escolaridad no obligatoria quienes asisten más de 6 horas que la proporción de
niños y niñas de 4 años que lo hacen. Esto puede ser un indicador de que la oferta en
edades obligatorias, si bien es más amplia, lo que redunda en una mayor tasa de asistencia,
como se ha visto anteriormente, lo es casi exclusivamente en jornada simple, y
proporcionalmente menos niños y niñas de 4 años asisten a jornadas de más de 6 horas.
Sin embargo, cabe destacar que, en términos absolutos, la cantidad de niños y niñas que
asiste más de 6 horas es un número muy reducido, como puede observarse en las últimas
columnas de las tablas 2 y 3.
Del total de niños y niñas de hasta 4 años que asisten y no almuerzan o retiran vianda, la
gran mayoría son los/as que concurren de 4 a 6 horas por día (la proporción es más
pronunciada en el AMBA, donde alcanza el 90,5%). Entre quienes asisten y sí almuerzan
o retiran vianda, en el AMBA, la proporción entre quienes asisten de 4 a 6 horas es muy
similar a la de quienes asisten más de 6 horas; y en la media nacional es mayor la
proporción de quienes almuerzan o retiran vianda y asisten de 4 a 6 horas respecto de los
que asisten más o menos horas. Esto indicaría que no necesariamente quienes almuerzan
o retiran vianda son quienes asisten a una jornada extendida, sino que también en
modalidades de media jornada (de 4 a 6 horas), hay servicios que ofrecen el almuerzo o
la vianda. Algunos ejemplos al respecto son los servicios alimentarios escolares que se
ofrecen en los establecimientos educativos de gestión pública en diferentes provincias, o
propuestas desde la educación no formal, estatales o comunitarias, que también ofrecen
almuerzo o vianda a los niños y niñas que asisten media jornada.
IV. Las razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios
de cuidado infantil y primera infancia. ¿Cuestión de oferta o de demanda?
Aunque los datos no son comparables con los resultados de la ECOVNA 2011-2012, ya
que se habían tomado otras categorías como razones de no asistencia, se podrían agrupar
las razones en ambos casos en razones personales y razones de oferta. En la ECOVNA
2011-2012, las razones personales serían: prefiere que esté al cuidado de la madre, padre
u otro familiar; no lo considera necesario. Las razones de oferta serían: dificultades
económicas; no hay centro de desarrollo infantil en el barrio; no hay vacantes en el centro
de desarrollo infantil del barrio; no se adaptó. En la MICS 2019-2020, las razones
personales son: no necesito, un familiar cuida de mis hijos; no necesito, prefiero pagar a
alguien para cuidarlos en casa; no confío, no me gustan los jardines o establecimientos;
por miedo a que se enferme; el niño/a es muy chiquito/a; mi pareja no quiere. Las razones
de oferta son: necesito, pero es muy caro; está lejos o es complicado llegar; no había
cupos en el jardín, CPI o guardería del barrio más cercano; los horarios son incompatibles
con mi jornada laboral; no sabía de la existencia de centros educativos para niños tan
chicos.
En la información que se presenta a continuación sobre la MICS 2019-2020, se decidió
que algunas de estas categorías no estén desagregadas, sino que sean sumadas a la
categoría “Otros”, dado el bajo nivel de respuesta que se obtuvo en ellas.
Tabla 4. Razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios de cuidado
infantil y primera infancia, según edades. Media nacional.
Edad No No Por El niño/a Está No había Otros Total
necesito, confío, miedo a es muy lejos o es cupos en
un no me que se chiquito/ complic el jardín,
familiar gustan enferme a a-do CPI o
cuida de los muy llegar guarderí
mis hijos jardines seguido a del
o barrio
estableci más
-mientos cercano
 1 año 13,6 5,2 3,6 69,3 0,3 0,5 7,6 100,0
1 año 18,4 7,2 1,0 59,6 1,6 2,0 10,3 100,0
2 años 19,6 5,7 1,0 58,3 2,4 3,2 9,8 100,0
3 años 17,9 8,8 0,7 51,0 1,3 6,2 14,2 100,0
4 años 18,9 7,4 4,0 35,9 3,7 12,7 17,3 100,0
Total 17,5 6,6 1,8 58,6 1,5 3,4 10,7 100,0
Fuente: elaboración propia a partir de la base de microdatos de la Encuesta Nacional de Niñas,
Niños y Adolescentes (MICS) 2019-2020.

Gráfico 1. Razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a


servicios de cuidado infantil y primera infancia, según edades. Media nacional.

4 años 18,9 7,4 4,0 35,9 3,7 12,7 17,3

3 años 17,9 8,8 0,7 51,0 1,3 6,2 14,2

2 años 19,6 5,71,0 58,3 2,43,2 9,8

1 año 18,4 7,2 1,0 59,6 1,6


2,0 10,3

Menos de 1 año 13,6 5,2 3,6 69,3 0,3


0,5 7,6

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

No necesito, un familiar cuida de mis hijos


No confío, no me gustan los jardines o estableci-mientos
Por miedo a que se enferme muy seguido
El niño/a es muy chiquito/a
Está lejos o es complica-do llegar
No había cupos en el jardín, CPI o guardería del barrio más cercano
Otros
De manera similar a lo que se había relevado en la ECOVNA 2011-2012, las razones
personales son siempre mayoritarias, en todas las edades; sólo para el grupo de niños y
niñas de 4 años las razones de oferta cobran un poco más de peso. Entre las razones
relacionadas con las características de la oferta de los servicios, sólo dos de ellas
obtuvieron un nivel de respuesta un poco más elevado: está lejos o es complicado llegar
y no había cupos en el jardín, CPI o guardería del barrio más cercano. Las otras razones
pasaron a integrar la categoría “Otros”. Esa categoría también se vio nutrida por dos
razones personales que también tuvieron bajo nivel de respuesta: no necesito, prefiero
pagar a alguien para cuidarlos en casa, y mi pareja no quiere.
La percepción de que los niños y niñas son muy pequeños/as para asistir a un
establecimiento de educación y/o cuidado es el principal motivo de no asistencia que
esgrimen las personas encuestadas, con un mayor peso a menor edad, pero también con
una proporción nada despreciable aún para los niños y niñas de 4 años, para quienes la
asistencia al jardín de infantes es obligatoria desde 2014, de acuerdo a la ley nacional
N°27.045 El motivo que le sigue, aunque en una proporción mucho menor, es que no es
necesario porque un/a familiar cuida a los niños y niñas.
Estos datos pueden entrar en diálogo con los de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo
(ENUT) realizada en 2021. Los resultados de esa encuesta muestran que, en los hogares
con personas demandantes de cuidado, entre ellas, niños y niñas menores de 5 años 4, la
cantidad de horas dedicadas al trabajo no remunerado se incrementa tanto para varones
como para mujeres, pero de manera más pronunciada para las mujeres (INDEC, 2022).
Tendencia similar se había observado también con el módulo de uso del tiempo en la
Encuesta de Hogares Urbanos de 2013: en los hogares con niños y niñas de hasta 5 años,
la cantidad de horas dedicadas al trabajo no remunerado llegaba casi a duplicarse, tanto
para varones como para mujeres (Rodríguez Enríquez, 2014). A su vez, en los hogares
con personas demandantes de cuidado, ese cuidado se resuelve, en la gran mayoría de los
casos (69,6%) sólo con miembros del hogar, y sólo un 30,4% de esos hogares recibe algún
tipo de ayuda externa, sea de un/a familiar que no vive en el hogar, sea a través de una
persona a quien se le paga para cuidar en el hogar, o sea a través de espacios de cuidado
estatales, comunitarios o privados. Esta información da cuenta de que la familiarización
del cuidado infantil está muy arraigada. Es decir, el cuidado infantil tiende a resolverse
familiarmente y, en general, tienden a ser mujeres quienes más horas dedican al trabajo
no remunerado (dentro del que se incluye el trabajo de cuidado).
Faur y Pereyra (2018) y Faur y Tizziani (2017), al analizar información similar relevada
por la Encuesta Nacional de Estructura Social realizada en el marco del Programa de
Investigación sobre la Sociedad Argentina Contemporánea en 2014-2015 (ENES-
PISAC), destacan que, aun cuando los niveles de cobertura de los servicios de cuidado en
la primera infancia son bastante bajos, la percepción de las dificultades para la provisión
de cuidado de niños y niñas de hasta 4 años es muy baja, asociándose mayoritariamente
a la falta de familiares que queden al cuidado de los niños y niñas. El cuidado en esta
franja etaria se asume como familiar y aparece poco problematizada la escasez de
servicios que permitan su desfamiliarización.
Al respecto, el concepto de organización social y política del cuidado (Faur, 2014) hace
referencia a la configuración que surge del cruce entre las instituciones que regulan y
proveen cuidados (Estado, mercado, familias, comunidad) y los modos en que los hogares

4
Se consideran demandantes de cuidado a todas las personas de hasta 13 años y a las personas de 14 años
y más que requieren asistencia, acompañamiento, apoyo o cuidado de un tercero (INDEC, 2022).
acceden a ellos, de acuerdo a los distintos niveles socioeconómicos y a la composición de
quienes integran esos hogares en términos de género. En América Latina en general y en
Argentina en particular, el trabajo de cuidado tiende a distribuirse desigualmente entre
estas instituciones y entre los géneros, al ser los hogares los que lo asumen
mayoritariamente y, dentro de ellos, las mujeres (Rodríguez Enríquez, 2015), lo que da
cuenta del potencial del cuidado para profundizar o disminuir las desigualdades sociales.
Tabla 5. Razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios de cuidado
infantil y primera infancia, según edades. AMBA.
No No había
confío, cupos en
No Por
no me Está el jardín,
necesito, miedo a El niño/a
gustan lejos o es CPI o
un que se es muy
Edad los complica guarderí Otros Total
familiar enferme chiquito/
jardines -do a del
cuida de muy a
o llegar barrio
mis hijos seguido
estableci más
-mientos cercano
 1 año 8,3 1,8 4,8 73,2 0,3 0,5 11,3 100,0
1 año 13,5 7,5 0,8 62,3 3,3 2,8 10,0 100,0
2 años 17,3 5,2 0,3 61,5 5,5 2,1 8,2 100,0
3 años 14,7 5,5 0,0 56,7 0,8 9,7 12,6 100,0
4 años 9,0 2,6 10,3 19,2 12,8 29,5 16,7 100,0
Total 12,9 4,8 2,1 61,9 3,0 4,6 10,7 100,0
Fuente: elaboración propia a partir de la base de microdatos de la Encuesta Nacional de Niñas,
Niños y Adolescentes (MICS) 2019-2020.

Gráfico 2. Razones por las que no asiste a establecimientos de desarrollo


infantil según edad. AMBA.

4 años 9,0 2,6 10,3 19,2 12,8 29,5 16,7

3 años 14,7 5,50,0 56,7 0,8 9,7 12,6

2 años 17,3 5,2 0,3 61,5 5,5 2,1 8,2

1 año 13,5 7,5 0,8 62,3 3,32,8 10,0

Menos de 1 año 8,3 1,84,8 73,2 0,30,511,3

0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 70,0 80,0 90,0 100,0
No necesito, un familiar cuida de mis hijos
No confío, no me gustan los jardines o estableci-mientos
Por miedo a que se enferme muy seguido
El niño/a es muy chiquito/a
Está lejos o es complica-do llegar
No había cupos en el jardín, CPI o guardería del barrio más cercano
Otros
En el AMBA, la dificultad para conseguir vacantes aparece como el principal motivo de
no asistencia de los niños y niñas de 4 años. Como ya se ha mencionado, CABA y GBA
son las jurisdicciones en las que hay una mayor oferta de establecimientos de cuidado y
educación. Sin embargo, dada la densidad poblacional, los servicios resultan insuficientes
para la demanda. También aparece con más fuerza para los niños y niñas de 4 años la
lejanía y la dificultad para el acceso. O sea, sólo para los niños y niñas de 4 años aparecen
con más peso las razones de oferta que las razones personales para explicar la no
asistencia.
El hecho de que en el AMBA aparezcan con más fuerza motivos asociados a las
características de la oferta que a razones personales podría estar indicando que en las
regiones en las que la oferta es más amplia, esa oferta estimula la demanda; es decir, allí
donde hay más servicios, más familias estarían dispuestas a llevar a sus niños/as si ciertas
características de la oferta mejoraran, como ha señalado Faur (2014).
Tabla 6. Razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios de cuidado
infantil y primera infancia, según quintiles de ingreso. AMBA.
No No había
confío, cupos en
No Por
no me Está el jardín,
necesito, miedo a El niño/a
Quintil gustan lejos o es CPI o
un que se es muy
de los complica guarderí Otros Total
familiar enferme chiquito/
ingresos jardines -do a del
cuida de muy a
o llegar barrio
mis hijos seguido
estableci más
-mientos cercano
Más bajo 8,2 4,1 0,0 69,1 4,1 1,8 12,6 100,0
Segundo 15,9 4,7 1,6 61,7 3,3 4,9 7,9 100,0
Tercero 8,4 5,7 3,8 57,6 0,8 11,8 11,8 100,0
Cuarto 12,0 6,6 1,2 54,8 4,2 2,4 18,7 100,0
Más alto 20,7 3,0 7,1 60,9 2,4 0,6 5,3 100,0
Total 12,9 4,8 2,2 61,8 3,0 4,6 10,7 100,0
Fuente: elaboración propia a partir de la base de microdatos de la Encuesta Nacional de Niñas,
Niños y Adolescentes (MICS) 2019-2020.
Gráfico 3. Razones por las que no asiste a establecimientos de desarrollo infantil
según quintil de ingresos. AMBA

Más alto 20,7 3,0 7,1 60,9 0,65,3


2,4

Cuarto 12,0 6,6 1,2 54,8 4,2 2,4 18,7

Tercero 8,4 5,7 3,8 57,6 0,8 11,8 11,8

Segundo 15,9 4,71,6 61,7 3,3 4,9 7,9

Más bajo 8,2 4,10,0 69,1 4,11,8 12,6

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

NO NECESITO, UN FAMILIAR CUIDA DE MIS HIJOS


NO CONFÍO, NO ME GUSTAN LOS JARDINES O ESTABLECIMIENTOS
POR MIEDO A QUE SE ENFERME MUY SEGUIDO
EL NIÑO/A ES MUY CHIQUITO/A
ESTÁ LEJOS O ES COMPLICADO LLEGAR
NO HABÍA CUPOS EN EL JARDÍN, CPI O GUARDERÍA DEL BARRIO MÁS CERCANO
Otros

También se ha indagado en los motivos por los que los y las niños/as no asisten según
quintiles de ingresos. Como puede observarse en las tablas 6 y 7 y los gráficos 3 y 4, la
principal razón en todos los quintiles, tanto en la media nacional como en el AMBA, es
que el/la niño/a es muy chiquito/a. A nivel nacional, en los dos quintiles más bajos esta
razón tiene un poco más de peso que en los tres más altos. En el AMBA, en el quintil más
bajo esta razón tiene más peso, llegando casi al 70%, y es en los quintiles 3 y 4 en los que
el peso de este motivo de no asistencia muestra valores levemente más bajos.
La segunda razón más esgrimida es que no necesitan enviar al/la niño/a porque un familiar
cuida de él/ella. A nivel nacional, puede observarse cierta tendencia a que en los quintiles
más altos haya un mayor porcentaje de personas que esgrimieron esta razón, aunque los
valores extremos se dan también en los quintiles extremos, mientras que en los quintiles
2, 3 y 4 los valores son muy similares, en torno del 19%. La tendencia de los extremos se
repite en el AMBA, pero entre los quintiles 2, 3 y 4 los valores difieren bastante.
Tabla 7. Razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a servicios de cuidado
infantil y primera infancia, según quintiles de ingresos. Media nacional.
No No había
confío, cupos en
No Por
no me Está el jardín,
necesito, miedo a El niño/a
Quintil gustan lejos o es CPI o
un que se es muy
de los complica guarderí Otros Total
familiar enferme chiquito/
ingresos jardines -do a del
cuida de muy a
o llegar barrio
mis hijos seguido
estableci más
-mientos cercano
Más bajo 12,7 7,8 1,8 62,6 2,1 3,1 9,9 100,0
Segundo 18,8 6,1 0,9 58,7 1,7 3,5 10,3 100,0
Tercero 19,6 7,7 2,0 54,7 0,4 4,8 10,7 100,0
Cuarto 18,5 5,3 2,0 55,1 1,4 2,9 14,8 100,0
Más alto 26,1 3,2 3,4 55,5 1,1 1,6 8,9 100,0
Total 17,5 6,7 1,8 58,6 1,5 3,4 10,6 100,0
Fuente: elaboración propia a partir de la base de microdatos de la Encuesta Nacional de Niñas,
Niños y Adolescentes (MICS) 2019-2020.

Gráfico 4. Razones de no asistencia de niños y niñas menores de 5 años a


servicios de cuidado infantil y primera infancia, según quintiles de ingresos.
Media nacional.

Más alto 26,1 3,2 3,4 55,5 1,11,6 8,9

Cuarto 18,5 5,3 2,0 55,1 1,4 2,9 14,8

Tercero 19,6 7,7 2,0 54,7 0,4 4,8 10,7

Segundo 18,8 6,1 0,9 58,7 1,7 3,5 10,3

Más bajo 12,7 7,8 1,8 62,6 2,1 3,1 9,9

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

NO NECESITO, UN FAMILIAR CUIDA DE MIS HIJOS


NO CONFÍO, NO ME GUSTAN LOS JARDINES O ESTABLECIMIENTOS
POR MIEDO A QUE SE ENFERME MUY SEGUIDO
EL NIÑO/A ES MUY CHIQUITO/A
ESTÁ LEJOS O ES COMPLICADO LLEGAR
NO HABÍA CUPOS EN EL JARDÍN, CPI O GUARDERÍA DEL BARRIO MÁS CERCANO
Otros

Las otras razones por las que los y las niños/as no asisten son minoritarias, sin superar el
10% de las respuestas. Sin embargo, pueden realizarse algunas observaciones al respecto.
A nivel nacional, la falta de confianza tiene un poco más de peso en los quintiles 1, 2 y 3,
mientras que en el AMBA esta razón tiene mayor peso en los quintiles 3 y 4. La dificultad
para conseguir cupo tiende a ser una razón minoritaria, aunque su peso es ligeramente
superior en el tercer quintil, aun más en el AMBA, seguido del segundo quintil. Esto
podría vincularse con lo que se ha observado en la tabla 1 respecto de las tasas de
asistencia según quintiles de ingresos, donde se verificaba que en el segundo y tercer
quintil se hallaban las tasas de asistencia más bajas, en particular en el AMBA. Tal vez el
señalamiento de algunas personas entrevistadas acerca de las dificultades para conseguir
cupo como motivo de no asistencia podría vincularse con el hecho de que la oferta de
estos espacios tiende a estar segmentada: por una parte, la oferta estatal de jardines
maternales por parte de la cartera educativa es universal, en la medida en que no hay
requisitos asociados al estrato social de las familias para el ingreso, pero muy acotada; la
oferta privada es un poco más amplia, en particular en el AMBA, pero en general se trata
de servicios costosos para las familias; por otro lado, existen propuestas de espacios de
cuidado y educación no formal, pero que en muchos casos están específicamente
orientados a familias en situación de vulnerabilidad socioeconómica. De manera que
pareciera que se genera cierto vacío de instituciones de educación y cuidado orientadas a
los hogares cuyos niveles de ingreso son intermedios, dado que probablemente no puedan
pagar por un servicio arancelado y tampoco pueden acceder a espacios gratuitos que
priorizan la asistencia de niños y niñas de hogares con menores ingresos. Habrá que
profundizar en investigaciones que permitan dilucidar lo que ocurre al respecto.
Tabla 8. Disposición a enviar al niño o la niña si…
Número Número
Porcentaje total de Porcentaje total de
de niñxs de niñxs de de niñxs de niñxs de
hasta 4 años hasta 4 años hasta 4 años hasta 4 años
que no que no que no que no
asisten a asisten a asisten a asisten a
servicios de servicios de servicios de servicios de
cuidado cuidado cuidado cuidado
infantil y infantil y infantil y infantil y
primera primera primera primera
infancia. infancia. infancia. infancia.
AMBA. AMBA. Total país. Total país.
Total 100,0 1170 100,0 3142
Disposición a enviarlx si…
41,7 488 61,3 1927
Tuviera trabajo
Fuera gratuito 36,9 432 65,1 2044
Hubiera un jardín más cerca 35,7 418 67,5 2120
Hubiera transporte o mayor
29,7 347 71,0 2230
accesibilidad
Fuentes: Tabla LN.1.4, Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes (MICS) 2019-2020,
y elaboración propia a partir de la base de microdatos de la Encuesta.

Al indagar sobre la disposición de enviar a los niños y niñas si se cumplieran ciertas


condiciones, la situación del AMBA difiere bastante del panorama de la media nacional.
Por una parte, a nivel nacional, la disposición a enviar a los niños y niñas si se cumpliera
alguna de las situaciones es más elevada, superando el 60% en todos los casos, mientras
que en el AMBA la disposición es menor, entre el 30% y el 40%, según la condición que
se cumpla. Por otra parte, también difiere el peso relativo que tiene cada una de las
condiciones en el total del país respecto del AMBA: en la media nacional, la principal
condición que deben cumplirse es que haya transporte o mayor accesibilidad al espacio,
seguida de la cercanía y la gratuidad, y por último, si la persona cuidadora principal
tuviera trabajo; en cambio, en el AMBA, el orden aparece completamente invertido, un
porcentaje mayor respondió que estaría dispuesto/a a enviarlo/a si tuviera trabajo, seguido
de la gratuidad y la cercanía, y por último, menos del 30% se refirieron al transporte y la
accesibilidad.
En el AMBA, las redes de transporte tienden a ser más amplias que en el resto del país;
probablemente, ello influya en que sea la condición que tiene menor peso de las cuatro
en esta región en particular. Como contrapartida, el hecho de que la persona cuidadora
principal tenga trabajo es la condición que más respuestas afirmativas obtuvo en esta
región, lo que indicaría cierta necesidad de compatibilizar tiempos de trabajo y tiempos
de cuidado que, en ausencia de trabajo, no se presenta como problemática. Sin embargo,
lo llamativo es que el porcentaje de respuestas afirmativas a cualquiera de las cuatro
condiciones es mucho más bajo que en la media nacional, lo que estaría hablando de que
las razones por las que la disposición a enviar a los niños y niñas no responde a
características de la oferta de los servicios sino a una decisión familiar de que no asistan,
por las razones esgrimidas que hemos visto en las tablas 4 y 5 y los gráficos 1 y 2, que,
nuevamente, son razones más personales que de oferta (principalmente, la percepción de
que los niños y niñas son muy chiquitos/as y que no es necesario porque un/a familiar
cuida de ellos/as).
V. Reflexiones finales
Este trabajo se ha propuesto indagar en las características de los hogares de los niños y
niñas menores de 5 años que asisten a establecimientos de educación y cuidado, así como
también en las razones que las personas adultas encuestadas esgrimen para explicar la no
asistencia y la disposición a enviarlos/as en caso en que se cumplan ciertas condiciones.
En los casos que fue posible, se comparó la situación actual con la situación reflejada en
los resultados de la ECOVNA 2011-2012. Además, se puso el foco en el AMBA, la región
en la que se concentra la mayoría de la población a nivel nacional. Este ejercicio ha
permitido realizar algunas observaciones que necesariamente deberán profundizarse,
tanto con otros estudios de carácter cuantitativo, como también con investigaciones
cualitativas que permitan matizar lo que se observa a nivel estadístico.
Se ha verificado que la tasa de asistencia aumentó levemente, y ese aumento puede
explicarse, por una parte, por una mayor asistencia de niños y niñas de 3 y 4 años, y, por
otra parte, por una mayor asistencia de niños y niñas provenientes de hogares de los
quintiles más bajos, en relación con la situación que se observaba en los resultados de la
ECOVNA 2011-2012. La media jornada (4 a 6 horas por día) es la más extendida en todas
las edades.
También se ha observado que predominan las razones personales para explicar la no
asistencia de niños y niñas menores de 5 años a establecimientos de educación y cuidado.
La familiarización del cuidado infantil, en particular en la primera infancia, se encuentra
aún muy arraigada. Se suele hacer referencia en investigaciones enfocadas en los efectos
diferenciados según género de la dedicación a tareas domésticas y de cuidado no
remuneradas a la importancia de ampliar la oferta de servicios públicos de educación y/o
cuidado para niños y niñas en edades de escolaridad no obligatoria para que sus
cuidadoras principales (mayoritariamente mujeres) puedan tener más tiempo para
trabajar. Sin embargo, los resultados de la encuesta son ambiguos al respecto. Por una
parte, entre los motivos de no asistencia, la incompatibilidad de horarios entre el
establecimiento y el lugar de trabajo de la persona cuidadora principal recibió un nivel de
respuesta tan bajo en todos los grupos etarios, que pasó a integrar la categoría “Otros”.
Por otra parte, el hecho de tener o no tener trabajo tiene peso en la disposición a enviar a
los niños y niñas, aunque su peso no es tan alto: en la media nacional, es la condición que
menos proporción de respuestas recibió en relación con las otras tres, alcanzando
alrededor del 60%, y para el AMBA, aunque es la condición que mayor proporción de
respuestas recibió, sólo alcanzó alrededor del 40%.
La ampliación y la mejora de los servicios de educación y cuidado para la primera infancia
permitirá favorecer el desarrollo infantil, así como promover y proteger sus derechos.
Para que ello también redunde en un beneficio para las otras personas que integren su
hogar, por ejemplo, sus cuidadores/as principales, en el caso de las mujeres, también será
necesario mejorar las condiciones en las que puedan insertarse en el mercado de trabajo.
Es decir, así como la ampliación y la mejora de los servicios de educación y cuidado para
la primera infancia permitirá una reconfiguración de la organización social y política del
cuidado, con una mayor corresponsabilidad entre las familias, el Estado, la comunidad y
el mercado, también será menester una re-organización social y política del trabajo, como
la otra cara de la moneda, que contemple esa corresponsabilidad entre los diferentes
actores sociales, así como entre los géneros.
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https://www.unicef.org/argentina/informes/mics-2019-2020.

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