Impugnacion Propuesta Ariel Lijo - Diputados de La UCR
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Señor
SU DESPACHO
Por ello es muy importante definir los requisitos, perfil, aptitudes, conducta
previa y las exigencias de la sociedad sobre los jueces y el Poder Judicial para
garantizar la eficiencia y calidad del servicio de justicia. Allí se resalta desde la
independencia de su función, hasta sus comportamientos personales y las
idoneidades técnico, jurídica, ética y moral. Es decir, conocimientos,
habilidades y actitudes relacionadas para brindar un adecuado servicio de
justicia, para establecer el cuadro de situación, plantear objetivos posibles y
evaluar los diferentes medios para obtener resultados con celeridad y calidad.
Con respecto a la conducta ética y moral, son las características del
comportamiento de cada persona. Se integran con la flexibilidad, esto es, la
capacidad para adaptarse a situaciones y personas, la iniciativa, la credibilidad
técnica, el dinamismo (adaptación antes distintas situaciones) y la integridad
(actuar con rectitud, probidad y honestidad), entre otras.
En el año 2018, el actual juez federal Ariel Oscar Lijo fue denunciado, junto
a Alfredo Damián Lijo —su hermano—, Julio Miguel De Vido, José María
Olazagasti, Eduardo Freiler, Ernesto Chalabe, Roberto Vignati, Gustavo Cinosi
y Silvana Andrea Stochetti, por la probable comisión de delitos de
asociación ilícita, lavado de dinero, cohecho y tráfico de influencias. Dicha
denuncia fue presentada por la ex diputada de la Nación Elisa Carrió.
Por otro lado, se señaló que Alfredo Lijo —como consecuencia de dicha
actividad de “articulador” entre ambos grupos— habría incrementado su
patrimonio de manera ilícita —puesto que contaría con un lujoso estilo de
vida y un patrimonio que no se condice con los ingresos que pudiera haber
obtenido en el ejercicio de su actividad profesional, tanto en el ámbito privado
como en el sector público— y habría introducido esos activos a través de
distintos mecanismos de lavado de dinero.
En el año 2006, Elisa Carrió realizó una denuncia penal contra la empresa
Repsol YPF ante los tribunales federales, la que dio origen al inicio de la causa
N° 3518/2006, que aún tramita ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal N° 4, a cargo, justamente, del Juez Ariel Oscar Lijo.
Ahora bien, lo cierto es que esa causa judicial -iniciada hace 18 años-, a
pesar de su trascendencia institucional, sigue abierta sin que se hayan
producido avances procesales relevantes tendientes a esclarecer los
hechos denunciados. Un claro ejemplo que demuestra el manejo del Dr.
Lijo en la tramitación de las causas de corrupción.
A su vez, según información periodística, se informa que en el despacho
del juez Ariel Lijo se encuentra desde 2018 un informe de Inteligencia
producido por la Unidad de Información Financiera (UIF), con número
0704/18, detallando un inventario de movimientos inusuales que podrían
configurar delitos en torno a la política que la familia Kirchner llevó
adelante en YPF.
Esta falta de acción resultó vital para que los reclamos en contra del país
pudieran prosperar en los tribunales extranjeros. Es muy probable que, si el
Juez Ariel Lijo hubiera investigado con la celeridad que corresponde la
denuncia que duerme en su juzgado, la suerte de los Eskenazi, empresarios
vinculados con funcionarios del kirchnerismo que fueron sobreseídos de
todo delito, habría sido otra. Esto expone al candidato a graves
cuestionamientos sobre su accionar como magistrado en una de las
causas de corrupción más importantes de los últimos dieciséis años e,
incluso, ante la sospecha de un posible delito penal.
Cabe recordar que el ex Ministro del Interior, Carlos Corach, manejó desde
1997 hasta la actualidad una fortuna en el exterior, que quedó expuesta en el
último sinceramiento fiscal, cuando él y su familia blanquearon DIECISÉIS
MILLONES DE DÓLARES ESTADOUNIDENSES (U$ 16.000.000), según
consta en una denuncia de la Procuraduría de Criminalidad Económica y
Lavado (Procelac), por las cuales esta institución sostiene en su denuncia,
elaborada a partir de datos de la Unidad de Información Financiera, de que
estas adquisiciones son sospechosas de lavado de un ilícito previo que,
en este caso, serían los sobornos del caso Siemens.
Por todo ello, resulta evidente que la conducta del juez Lijo implicó un grave
incumplimiento de sus deberes como funcionario puesto que omitió actuar
conforme a derecho al haber incumplido con su deber de investigar para
alcanzar la verdad material de los hechos denunciados.
En síntesis: además de todas las denuncias que pesan sobre Ariel Lijo por su
desempeño como juez federal, también consideramos necesario tener presente
su vinculación con el ministro Ricardo Lorenzetti que, como hemos dicho,
evidencia una nueva anomalía institucional.
a) que hayan sido iniciadas o tramitadas entre los años 1996 y 2016;
c) que haya existido requerimiento de instrucción por parte del agente fiscal.”
Esa práctica habitual que tendría el juez Ariel Lijo de “demorar” causas
—especialmente de aquellas en las que se investigan casos de corrupción—
puede verse nítidamente en las causas “YPF”, “Siemens” y “Obra social del
Poder Judicial de la Nación”, sobre las cuales nos hemos explayado a lo largo
de esta presentación.
Dicha causa recayó en el juzgado a cargo del juez Ariel Lijo quien,
llamativamente, avanzó “en la dirección que planteó la firma Sarandí
—patrocinada por el abogado Maximiliano Rusconi—“.
8. CONCLUSIONES
En efecto, tal como hemos detallado a lo largo de esta presentación, el juez Lijo
ha “demorado” intencionalmente la tramitación de causas en las que se
investigaban hechos de corrupción con la finalidad de garantizarles
impunidad a los funcionarios públicos investigados. Prueba de ello son las
causas “YPF”, “Siemens” y “Obra social del Poder Judicial de la Nación”, que
revisten de pruebas de un mal juez federal, lo que consiste en un pésimo
candidato y no puede ser considerado apto para cubrir una vacante en la
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.
Un juez federal que reuniera los antecedentes del Dr. Ariel Lijo sería un
candidato universalmente rechazado en cualquier república que funcione
normalmente, por la sencilla razón de que generará desprestigio a la Corte
Suprema como institución, socavaría la confianza tanto en el Presidente de la
República que lo propuso, como en el Senado que le dio el acuerdo y, en
definitiva, generaría una sensación de desprotección en toda la población en el
ámbito judicial ante todo hecho de corrupción.
Por otra parte, el Dr. Ariel Lijo es penalista y dicha materia no es propia de la
Corte Suprema de Justicia, cuya función principal es asegurar el cumplimiento
de la Constitución y no la competencia ordinaria. La materia penal es propia de
las jurisdicciones locales y la Corte Suprema ha dictado limitadas sentencias en
asuntos vinculados a lo criminal, cuando se violaron garantías constitucionales.
FERNANDO CARBAJAL
Diputado Nacional por la Provincia de Formosa
DNI 16.746.828
Mail fcarbajal@hcdn.gob.ar