Relaciones Humanas Toxicos
Relaciones Humanas Toxicos
Relaciones Humanas Toxicos
RELACIONES TÓXICAS
Cuando hablamos de relaciones tóxicas lo primero que solemos pensar es en una mala
gestión emocional de pareja, pero en realidad este tipo de relaciones se dan en cualquier
ámbito social, como puede ser el de una amistad o el familiar. Se trata de relaciones que
enganchan, sentimos como que quedamos atrapados en una red negativa de la que nos
es muy difícil salir.
¿Qué se considera una relación tóxica?
Si a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hace sentir mal, porque tu
vibración cambia, porque te alteras hasta puntos que nunca creíste llegar, si te sientes
manipulado cuando utiliza los sentimientos de culpa, sarcasmo o ironía para
contradecirte, si sientes que no mereces ese trato pero no acabas de poner fin a esta
relación, entonces estás atrapado en una relación tóxica.
En definitiva se trata de una relación donde una o ambas partes sufren, más que gozan,
por el hecho de estar juntos. Los miembros se ven sometidos a un gran desgaste
emocional con el objetivo de convencerse a ellos mismos que pueden salvar esta unión.
Dependencia Emocional
Tratamos de suplir carencias afectivas, pretendemos que el otro nos de lo que nosotros
mismos no somos capaces de gestionar. Esta sensación en ocasiones nos lleva a
mendigar cariño y es cuando empiezan los desencuentros emocionales.
Miedo a quedarse solo
Quizás esta sea la característica más común, ya que por miedo a no quedarnos solos
toleramos cualquier tipo de relación, aunque ésta nos haga sentir mal. Pero lanzo una
pregunta al aire ¿no es peor la sensación de estar sólo aún estando acompañado?.
Las relaciones tóxicas son aquellas que nos hacen sentir mal,
cambiar de formas que no nos gustan, nos alteran de
maneras que no podemos controlar o destruyen quienes
somos. Son relaciones que nos hacen infelices. Y además de
las que es muy difícil salir.
La relación será tan fuerte como sean los dos individuos por
separado dentro de la relación. Habrá más crecimiento personal
para los dos. Intentar controlar a alguien o que te controlen no
lleva a ningún lado.
3. Relaciones co-dependientes
Vivir una relación por el “cómo debería ser” y no como es, lleva a
frustración, sufrimiento y tristeza. No debemos tener expectativas
grandiosas e irreales ni tampoco pensar que la otra persona puede
cambiar (ni intentar hacerlo) para “mejorar” la relación.
Debes aceptar que para estar con alguien tienes que aceptar
sus errores y su pasado. Si algo nos afectó tanto en el pasado,
entonces ese era el momento para trabajarlo, no ahora. El pasado
pasado es, y pasado debe ser.
Para poder reparar una falta de confianza primero hay que poder
reconocer la mentira. El perdón y la reconciliación no ocurrirán
hasta que se admita la mentira.
Me refiero a esas personas que parece que te roban energía, que hacen que te
sientas mal a su lado y que no te apetezca pasar tiempo con ellas porque rezuman
agresividad, odio o negatividad.
-Personas tóxicas activas. Son aquellas que directamente te atacan a ti, que te
ningunean y te tratan como si fueran superiores. En ellas está basada mi guía
gratuita Cómo Defenderte Cuando Alguien Traspasa Tus Límites.
-Personas tóxicas pasivas. Estas son las más difíciles de identificar porque no te
atacan ni te menosprecian. Simplemente te roban energía desde la queja, la
negatividad, el victimismo o el “pobrecita de mí”, pero no se meten contigo.
Sea lo que sea lo que haga tóxica a esa persona en la que estás pensando, lo
importante es que sepas que cuando uno está bien consigo mismo no necesita
robarle su energía a los demás. Por eso mismo también es importante que, si
quieres aprender a tratar con alguien tóxico, mejores tu autoestima, aprendas a
relacionarte, a gestionar tus emociones y a decir las cosas y ser asertivo.
1.Lo primero es darte cuenta de que todos podemos ser tóxicos en algún
momento y seguramente todos lo hemos sido alguna vez con alguien. Que seguro
que hay alguna persona tóxica leyendo esto ahora mismo, que no es que vivan en
mundos paralelos ni que sean especiales ;-).
Yo misma, por ejemplo, me doy cuenta de que fui una persona tóxica durante mucho
tiempo, por cómo gestionaba mi ira, por cómo me relacionaba con mi madre –a la
vez que la consideraba tóxica a ella- o por lo pequeñita que me sentía ante los
éxitos de los demás.
2.La segunda clave es que sepas aprovechar lo que cada persona tóxica que
te encuentres en la vida puede enseñarte. Porque quien es tóxico para mí tal vez
no lo sea para ti. Y el hecho de que alguien me haga sentir mal a mí –y no a ti- es
señal de que ahí hay algo que yo necesito aprender.
Por ejemplo, si alguien me resulta tóxico por su agresividad, eso podría ser señal de
mis inseguridades y mi necesidad de aprender a poner límites. Y si una persona
tóxica que se queja y te culpa de que no le prestas suficiente atención logra robarte
energía a ti –y no a mí-, tal vez sea señal de que lo que tú necesitas trabajar es el
hacerte responsable de tus emociones, y no de las de los demás.
Es decir, cada persona tóxica que te encuentres en la vida te servirá para crecer, si
sabes aprovecharlo. Y para eso lo primero es querer identificarlas. Porque muchas
veces somos nosotros los que preferimos no ver, sobre todo cuando la
persona tóxica es alguien a quien queremos, por ejemplo nuestra pareja. Sí, yo
misma me sorprendo de la cantidad de personas que me escriben contándome lo
tóxica que es su pareja con ellas y que, aun así, siguen a su lado…
-Los agresivos. Son autoritarios, siempre quieren tener la razón, se creen que lo
saben todo y se sienten bien cuando te humillan, te critican, te menosprecian y te
dicen que tú vales menos.
Lo que necesitas saber: con ellas lo único que funciona es no permitir –ni una sola
vez- que te traten así, comportarte como una persona segura y aprender a poner
límites hasta que te valoren y te respeten.
Y también que junto a una persona de este tipo (casi) siempre hay alguien que
ha asumido el papel sumiso, porque no se siente capaz de responderle o porque
cree que no puede hacerlo. Son como la horma y el zapato…
Si tienes cerca a alguna persona así puedes descargarte la guía gratuita Cómo
Defenderte Cuando Alguien Traspasa Tus Límites, porque está escrita justamente
pensando en este tipo de personas agresivas (yo tuve ese papel de sumisa durante
muchos años con una persona tóxica de mi entorno, y todo lo que aprendí sobre
cómo poner límites está recogido en esta guía).
-Las víctimas. Se sienten inferiores, creen que el mundo es injusto, que les toca lo
peor y que tienen muy mala suerte. Responsabilizan a los demás (la crisis, la vida,
los malos, sus padres…) de lo que no va bien en su vida.
Lo que puedes hacer: con ellas lo que funciona es ayudarles a darse cuenta del
rol de vida que han elegido y animarles a actuar, a asumir la responsabilidad de su
vida y a moverse hacia lo que quieren.
Les echan la culpa a los otros de cómo se sienten, se quejan de que dan mucho
más de lo que reciben y pretenden transmitir una imagen de “ay pobre de mí, fíjate
las cosas que me pasan, con lo bueno que yo soy”.
Lo que tienes que saber: probablemente se comporte así porque necesita atención –
como todos-, pero la reclama de una forma tóxica. Por eso lo más importante es que
no entres en su juego y que no permitas que te haga sentir culpable ni egoísta
por no ceder a su chantaje emocional. Recuerda que esa persona elige dar
libremente, pero eso no le da derecho a exigir.
Lo que puedes hacer: dale ejemplo con una forma de ser positiva, alegre y optimista.
Y pregúntale qué tiene de bueno pasarse el día quejándose. Porque seguro que
algo le aporta, si no habría dejado de hacerlo…
-El criticón. Son este tipo de personas que se pasan el día hablando de los demás,
criticándoles y juzgando lo que hacen. Transmiten mal rollo a su alrededor y se
creen con derecho a ello porque se amparan en su libertad de expresión.
Lo que tienes que saber: en mi opinión, las personas que enamoran no necesitan
criticar a los demás para sentirse bien y tienen temas de conversación mucho más
interesantes de los que ocuparse. Respetan que cada uno viva como quiera vivir,
aunque no sea como lo harían ellas, y se fijan mucho más en lo bueno de los demás
que en lo que no les gusta.
6.Observa qué mueve tu vela interior. Como sabes, nadie puede hacerte sentir
mal si tú no le dejas. Por eso es importante que sepas qué es eso de los demás que
hace que tú pierdas tu equilibrio y tu neutralidad. Reflexiona sobre ello porque
cuanta más conciencia tengas más podrás avanzar en cómo tratar con personas
tóxicas.
7.Aprende a poner límites y a decir que no. Respeta a los demás y pide que te
respeten a ti. “Atrévete a decir “hasta aquí”, “no quiere que me hables así” o “si
sigues hablándome de esa forma me iré”.
Y, sobre todo, recuerda que siempre, siempre, siempre, la solución está en ti, no
en el otro. En que trabajes tu diálogo interno, tu autoestima y tu fortaleza emocional
y en que aprendas a poner límites a los demás. Para ayudarte he escrito la guía
gratuita Como Defenderte Cuando Alguien Traspasa Tus Límites. Puedes
descargártela pinchando aquí.
3. ¡Díselo!
Ponte de pie. Algunas personas harán lo que sea por su propio
beneficio personal a expensas de los demás; no los dejes. No
aceptes ese comportamiento. La mayoría de estas personas saben
que no están haciendo lo correcto y dejan ese comportamiento
con una rapidez sorprendente cuando alguien los enfrenta. En
la mayoría de los entornos sociales, la gente tiende a guardar
silencio hasta que alguien se lo diga, así que DISELO.
Algunas personas tóxicas pueden usar la ira como una manera de
influir en ti, o pueden no responderte cuando estés tratando de
comunicarte, o interrumpirte y sorpresivamente empezar a hablar
mal de algo querido por ti. Si alguna vez te atreves a hablar sin
temor y responder negativamente a su comportamiento
temperamental, puede que queden sorprendidos, o incluso
indignados, de que hayas traspasado el territorio de su
comportamiento. Pero tienes que decírselos de todos modos.
No señalar el comportamiento tóxico de alguien puede ser la
principal razón para ser succionado dentro de los juegos de su
mente. Por otro lado, desafiar este tipo de comportamiento de
frente, a veces conseguirá que se den cuenta de los efectos
negativos de su comportamiento. Por ejemplo, podrías decir:
4. Da un paso.
Tu dignidad puede ser atacada, devastada y vergonzosamente
humillada, pero nunca te puede ser quitada a menos que
voluntariamente la entregues. Todo es cuestión de encontrar la
fuerza de defender tus límites.
Demuestra que no serás insultado ni menospreciado. Para ser
honesto, nunca tuve mucha suerte al tratar de hablar con personas
verdaderamente tóxicas (lo peor de lo peor) cuando me insultaban
de forma continua. La mejor respuesta que recibí fue un sarcástico:
«Siento que tomes lo que digo tan personal.» Mucho más eficaz es
terminar las conversaciones con dulzura enfermiza o con
brusquedad. El mensaje es claro: No sirven de nada los
comentarios sutiles y jamás entenderán.
Las personas verdaderamente tóxicas contaminan a todos a su
alrededor, incluyéndote a ti si se los permites. Si intentas razonar
con ellos y ves que no comprenden, no dudes en desocupar su
espacio e ignorarlos hasta que lo hagan.
Da el primer paso
Muchas veces, alejarse de una relación tóxica puede parecer realmente
difícil cuando nos estamos planteando hacerlo. Sin embargo, en la
mayoría de las ocasiones lo único que hace falta es tomar la decisión de
dar el primer paso. Una vez que lo hagas, verás cómo todo se vuelve
mucho más sencillo y tu vida mejora de manera casi automática.