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TP Ética y Legislación

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LEY 26.

529
PODER LEGISLATIVO NACIONAL
Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la
Salud.
Sanción: 21/10/2009; Promulgación de Hecho: 19/11/2009; Boletín Oficial
20/11/2009.

El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso,


etc. sancionan con fuerza de Ley:

DERECHOS DEL PACIENTE, HISTORIA CLÍNICA Y CONSENTIMIENTO


INFORMADO
Artículo 1º.- Ámbito de aplicación. El ejercicio de los derechos del paciente, en
cuanto a la autonomía de la voluntad, la información y la documentación clínica, se
rige por la presente ley.

Capítulo I
DERECHOS DEL PACIENTE EN SU RELACIÓN CON LOS PROFESIONALES E
INSTITUCIONES DE LA SALUD
Art. 2º.- Derechos del paciente. Constituyen derechos esenciales en la relación
entre el paciente
y el o los profesionales de la salud, el o los agentes del seguro de salud, y cualquier
efector de
que se trate, los siguientes:
a) Asistencia. El paciente, prioritariamente los niños, niñas y adolescentes, tiene
derecho a ser
asistido por los profesionales de la salud, sin menoscabo y distinción alguna,
producto de sus
ideas, creencias religiosas, políticas, condición socioeconómica, raza, sexo,
orientación sexual o
cualquier otra condición. El profesional actuante sólo podrá eximirse del deber de
asistencia,
cuando se hubiere hecho cargo efectivamente del paciente otro profesional
competente;
b) Trato digno y respetuoso. El paciente tiene el derecho a que los agentes del
sistema de salud
intervinientes, le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones personales
y morales,
principalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de
pudor y a su
intimidad, cualquiera sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los
familiares o
acompañantes;
c) Intimidad. Toda actividad médico - asistencial tendiente a obtener, clasificar,
utilizar,
administrar, custodiar y transmitir información y documentación clínica del paciente
debe
observar el estricto respeto por la dignidad humana y la autonomía de la voluntad,
así como el
debido resguardo de la intimidad del mismo y la confidencialidad de sus datos
sensibles, sin
perjuicio de las previsiones contenidas en la Ley Nº 25.326;
d) Confidencialidad. El paciente tiene derecho a que toda persona que participe en
la
elaboración o manipulación de la documentación clínica, o bien tenga acceso al
contenido de la
misma, guarde la debida reserva, salvo expresa disposición en contrario emanada
de autoridad
judicial competente o autorización del propio paciente;
e) Autonomía de la Voluntad. El paciente tiene derecho a aceptar o rechazar
determinadas
terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión de causa, como
así también
a revocar posteriormente su manifestación de la voluntad. Los niños, niñas y
adolescentes
tienen derecho a intervenir en los términos de la Ley Nº 26.061 a los fines de la
toma de decisión
sobre terapias o procedimientos médicos o biológicos que involucren su vida o
salud;
f) Información Sanitaria. El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria
necesaria,
vinculada a su salud. El derecho a la información sanitaria incluye el de no recibir la
mencionada
información.
g) Interconsulta Médica. El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria
por escrito, a fin de obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o
tratamiento relacionados con su estado de salud.

Capítulo II
DE LA INFORMACIÓN SANITARIA
Art. 3º.- Definición. A los efectos de la presente ley, entiéndase por información
sanitaria aquella que, de manera clara, suficiente y adecuada a la capacidad de
comprensión del paciente, informe sobre su estado de salud, los estudios y
tratamientos que fueren menester realizarle y la previsible evolución, riesgos,
complicaciones o secuelas de los mismos.
Art. 4º.- Autorización. La información sanitaria sólo podrá ser brindada a terceras
personas, con autorización del paciente.
En el supuesto de incapacidad del paciente o imposibilidad de comprender la
información a causa de su estado físico o psíquico, la misma será brindada a su
representante legal o, en su defecto, al cónyuge que conviva con el paciente, o la
persona que, sin ser su cónyuge, conviva o esté a cargo de la asistencia o cuidado
del mismo y los familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad.

Capítulo III
DEL CONSENTIMIENTO INFORMADO
Art. 5º.- Definición. Entiéndese por consentimiento informado, la declaración de
voluntad suficiente efectuada por el paciente, o por sus representantes legales en su
caso, emitida luego de recibir, por parte del profesional interviniente, información
clara, precisa y adecuada con respecto a:
a) Su estado de salud;
b) El procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos;
c) Los beneficios esperados del procedimiento;
d) Los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e) La especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y
perjuicios en relación con el procedimiento propuesto;
f) Las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o
de los alternativos especificados.
Art. 6º.- Obligatoriedad. Toda actuación profesional en el ámbito médico-sanitario,
sea público o privado, requiere, con carácter general y dentro de los límites que se
fijen por vía reglamentaria, el previo consentimiento informado del paciente.
Art. 7º.- Instrumentación. El consentimiento será verbal con las siguientes
excepciones, en los que será por escrito y debidamente suscrito:
a) Internación;
b) Intervención quirúrgica;
c) Procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos;
d) Procedimientos que implican riesgos según lo determine la reglamentación de la
presente ley;
e) Revocación.
Art. 8º.- Exposición con fines académicos.
Se requiere el consentimiento del paciente o en su defecto, el de sus representantes
legales, y del profesional de la salud interviniente ante exposiciones con fines
académicos, con carácter previo a la realización de dicha exposición.

Art. 9º.- Excepciones al consentimiento informado. El profesional de la salud


quedará eximido de requerir el consentimiento informado en los siguientes casos:
a) Cuando mediare grave peligro para la salud pública;
b) Cuando mediare una situación de emergencia, con grave peligro para la salud o
vida del paciente, y no pudiera dar el consentimiento por sí o a través de sus
representantes legales.
Las excepciones establecidas en el presente artículo se acreditarán de conformidad
a lo que establezca la reglamentación, las que deberán ser interpretadas con
carácter restrictivo.
Art. 10.- Revocabilidad. La decisión del paciente o de su representante legal, en
cuanto a consentir o rechazar los tratamientos indicados, puede ser revocada. El
profesional actuante debe acatar tal decisión, y dejar expresa constancia de ello en
la historia clínica, adoptando para el caso todas las formalidades que resulten
menester a los fines de acreditar fehacientemente tal manifestación de voluntad, y
que la misma fue adoptada en conocimientos de los riesgos previsibles que la
misma implica.
En los casos en que el paciente o su representante legal revoquen el rechazo dado
a tratamientos indicados, el profesional actuante sólo acatará tal decisión si se
mantienen las condiciones de salud del paciente que en su oportunidad aconsejaron
dicho tratamiento. La decisión debidamente fundada del profesional actuante se
asentará en la historia clínica.
Art. 11.- Directivas anticipadas. Toda persona capaz mayor de edad puede disponer
directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determinados
tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las
directivas deberán ser aceptadas por el médico a cargo, salvo las que impliquen
desarrollar prácticas eutanásicas, las que se tendrán como inexistentes.

Capítulo IV
DE LA HISTORIA CLÍNICA
Art. 12.- Definición y alcance. A los efectos de esta ley, entiéndase por historia
clínica, el documento obligatorio cronológico, foliado y completo en el que conste
toda actuación realizada al paciente por profesionales y auxiliares de la salud.
Art. 13.- Historia clínica informatizada. El contenido de la historia clínica, puede
confeccionarse en soporte magnético siempre que se arbitren todos los medios que
aseguren la preservación de su integridad, autenticidad, inalterabilidad,
perdurabilidad y recuperabilidad de los datos contenidos en la misma en tiempo y
forma. A tal fin, debe adoptarse el uso de accesos restringidos con claves de
identificación, medios no reescribibles de almacenamiento, control de
modificación de campos o cualquier otra técnica idónea para asegurar su integridad.
La reglamentación establece la documentación respaldatoria que deberá
conservarse y designa a los responsables que tendrán a su cargo la guarda de la
misma.
Art. 14.- Titularidad. El paciente es el titular de la historia clínica. A su simple
requerimiento debe suministrarse copia de la misma, autenticada por autoridad
competente de la institución asistencial. La entrega se realizará dentro de las
cuarenta y ocho (48) horas de solicitada, salvo caso de emergencia.
Art. 15.- Asientos. Sin perjuicio de lo establecido en los artículos precedentes y de lo
que disponga la reglamentación, en la historia clínica se deberá asentar:
a) La fecha de inicio de su confección;
b) Datos identificatorios del paciente y su núcleo familiar;
c) Datos identificatorios del profesional interviniente y su especialidad;
d) Registros claros y precisos de los actos realizados por los profesionales y
auxiliares intervinientes;
e) Antecedentes genéticos, fisiológicos y patológicos si los hubiere;
f) Todo acto médico realizado o indicado, sea que se trate de prescripción y
suministro de medicamentos, realización de tratamientos, prácticas, estudios
principales y complementarios afines con el diagnóstico presuntivo y en su caso de
certeza, constancias de intervención de especialistas, diagnóstico, pronóstico,
procedimiento, evolución y toda otra actividad inherente, en especial ingresos y altas
médicas.
Los asientos que se correspondan con lo establecido en los incisos d), e) y f) del
presente artículo, deberán ser realizados sobre la base de nomenclaturas y modelos
universales adoptados y actualizados por la Organización Mundial de la Salud, que
la autoridad de aplicación establecerá y actualizará por vía reglamentaria.
Art. 16.- Integridad. Forman parte de la historia clínica, los consentimientos
informados, las hojas de indicaciones médicas, las planillas de enfermería, los
protocolos quirúrgicos, las prescripciones dietarias, los estudios y prácticas
realizadas, rechazadas o abandonadas, debiéndose acompañar en cada caso,
breve sumario del acto de agregación y desglose autorizado con constancia de
fecha, firma y sello del profesional actuante.
Art. 17.- Unicidad. La historia clínica tiene carácter único dentro de cada
establecimiento asistencial público o privado, y debe identificar al paciente por
medio de una “clave uniforme”, la que deberá ser comunicada al mismo.
Art. 18.- Inviolabilidad. Depositarios.
La historia clínica es inviolable. Los establecimientos asistenciales públicos o
privados y los profesionales de la salud, en su calidad de titulares de consultorios
privados, tienen a su cargo su guarda y custodia, asumiendo el carácter de
depositarios de aquélla, y debiendo instrumentar los medios y recursos necesarios a
fin de evitar el acceso a la información contenida en ella por personas no
autorizadas. A los depositarios les son extensivas y aplicables las disposiciones
que en materia contractual se establecen en el Libro II, Sección III, del Título XV del
Código Civil, “Del depósito”, y normas concordantes.
La obligación impuesta en el párrafo precedente debe regir durante el plazo mínimo
de DIEZ (10) años de prescripción liberatoria de la responsabilidad contractual.
Dicho plazo se computará desde la última actuación registrada en la historia clínica
y vencido el mismo, el depositario dispondrá de la misma en el modo y forma que
determine la reglamentación.
Art. 19.- Legitimación. Establécese que se encuentran legitimados para solicitar la
historia clínica:
a) El paciente y su representante legal;
b) El cónyuge o la persona que conviva con el paciente en unión de hecho, sea o no
de distinto sexo según acreditación que determine la reglamentación y los herederos
forzosos, en su caso, con la autorización del paciente, salvo que éste se encuentre
imposibilitado de darla;
c) Los médicos, y otros profesionales del arte de curar, cuando cuenten con expresa
autorización del paciente o de su representante legal.
A dichos fines, el depositario deberá disponer de un ejemplar del expediente médico
con carácter de copia de resguardo, revistiendo dicha copia todas las formalidades y
garantías que las debidas al original. Asimismo podrán entregarse, cuando
corresponda, copias certificadas por autoridad sanitaria respectiva del expediente
médico, dejando constancia de la persona que efectúa la diligencia, consignando
sus datos, motivos y demás consideraciones que resulten menester.
Art. 20.- Negativa. Acción. Todo sujeto legitimado en los términos del artículo 19 de
la presente ley, frente a la negativa, demora o silencio del responsable que tiene a
su cargo la guarda de la historia clínica, dispondrá del ejercicio de la acción directa
de “habeas data” a fin de asegurar el acceso y obtención de aquélla. A dicha acción
se le imprimirá el modo de proceso que en cada jurisdicción resulte más apto y
rápido.
En jurisdicción nacional, esta acción quedará exenta de gastos de justicia.
Art. 21.- Sanciones. Sin perjuicio de la responsabilidad penal o civil que pudiere
corresponder, los incumplimientos de las obligaciones emergentes de la presente
ley por parte de los profesionales y responsables de los establecimientos
asistenciales constituirán falta grave, siendo pasibles en la jurisdicción nacional de
las sanciones previstas en el título VIII de la Ley 17.132 -Régimen Legal del
Ejercicio de la Medicina, Odontología y Actividades Auxiliares de las
mismas- y, en las jurisdicciones locales, serán pasibles de las sanciones de similar
tenor que se correspondan con el régimen legal del ejercicio de la medicina que rija
en cada una de ellas.

DEBERES DEL PACIENTE

Las personas beneficiarias o usuarias de los servicios de salud, tienen deberes que
cumplimentar ante el equipo sanitario. Los deberes de los/as pacientes se fundan en
el respeto mutuo que se debe tener para quien entrega lo mejor de sí para
prevenirlo en salud, curarlo o cuidarlo en su estado de salud enfermedad. El/la
paciente debe mirar desde su propia humanidad hacia la humanidad del otro; el/la
paciente, intrínsecamente digno, que por su estado de enfermedad necesita de ese
otro, portador también de dignidad, que en ese contrato que los vincula, remite a
beneficencia, a justicia, la solidaridad.
Deberes del/la paciente que en la relación con el equipo de salud constituyen
respeto, consideración, deferencia, humanismo, colaboración.
El/la paciente (y sus parientes y allegados/as), asimismo, debe cumplimentar los
deberes de ciudadanía, circunscriptos al ámbito de la prestación sanitaria: cuidar, no
dañar las instalaciones sanitarias, como los equipamientos médicos.
El siguiente es un listado sumario de los deberes de los pacientes.
- Tratar con el debido respeto al personal del equipo de salud: auxiliares,
técnicos/as, profesionales.
- Tratar con cordialidad y respeto a otros/as usuarios/as y/o pacientes del
sistema sanitario.
- Informar los datos sobre el estado de salud que sean requeridos,
colaborando en su obtención cuando sea necesaria por razones de interés
público o con motivo de la asistencia sanitaria.
- Cumplir con los turnos asignados, así como con las indicaciones médicas
referentes al propio tratamiento médico.
- Hacer un uso adecuado y cuidadoso de las instalaciones del hospital,
sanatorio, clínica, salita, que constituyen un espacio público.

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