Facultad de Derecho Y Ciencia Politica
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TRABAJO ACADEMICO
ESTUDIANTE:
ASIGNATURA:
DOCENTE RESPONSABLE:
DR. ROY MARTIN CARRIZO CORONADO
CICLO:
XII
FILIAL:
PUCALLPA
PUCALLPA – PERÚ
2024
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DEDICATORIA:
Dedico el presente trabajo monográfico,
en primer lugar, a Dios, a nuestra familia
y a todos aquellos que quieran obtener
más información. También agradecer al
docente Roy Martin Carrizo Coronado
por impartir conocimiento hacia
nosotros a desarrollar un trabajo
monográfico el cual tiene la finalidad de
prepararnos como estudiante, para
posteriorestrabajos de tesis.
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FUNCIONES DEL ESTADADO
b) Libertad sin Estado. – cabe preguntarse si es posible la libertad sin Estado; los
Derechos sin Estado. La respuesta es: absolutamente imposible. Para que haya libertad
debe haber autoridad: para que haya libertad debe existir el bien común. El bien
común es la causa final del Estado; es el quien que puede alcanzarlo. Sin Estado hay
anarquía, desorden, no libertad. La relación Jurídica entre Estado e individuo es la
mejor manera de defender la libertad y la autoridad. Es al estado a quien le
corresponde constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior,
proveer a la defensa común, proveer el bienestar general y asegurar los beneficios de
la libertad.
¿QUE ES EL ESTADO?
Y finaliza afirmando que “una vez realizada esta misión histórica, el Estado de la dictadura
proletaria se transforma en estado socialista de todo el pueblo, cuyo objetivo máximo
consiste en edificar la sociedad comunista sin clases, en la que se desarrollara la auto
gestión social comunista.
Una buena y moderna administración no puede permitir que se distorsionen sus funciones
y potestades, sin caer en una vindicta publica y sin consecuencias de responsabilidad, más
tarde o más temprano.
¿CUALES SON LAS CAUSAS QUE EXPLICAN LAS RAZONES DEL ESTADO?
Las causan gobiernan, dan razón de esencia y existencia a todas las realidades, cualquiera
que sea su genero y especie. Actúan como principios explicativos del ser en su integridad,
composición, orden y finalidad.
Las causan explican al ser social y estatal, en cuanto al orden de su creación (Causa
eficiente), constitución (causa material), dirección (causa final), y ordenación (causa
formal). Por ellas se entienden los fenómenos jurídicos, políticos y administrativos que
operan en su consecuencia.
Causa eficiente. - Es la causa motora del ser social. Explica precisamente el origen o
creación del Estado. Ella radica en la naturaleza sociable del hombre. El individuo vive en
sociedad, convive o vive con los demás, con sus semejantes.
Causa final. - El fin que explica la ratio es en el del Estado es el bien común. Este impera
como causa orientadora de la existencia estatal. El fin no es una materia a construir sino
un objeto a cumplir imperativamente, en tanto importa, de modo inseparable, la
consecución del bien..
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Causa material. - Explica el aspecto constitutivo o compositivo del ser estatal: población
y territorio, como componente humano y físico espacial de esa realidad.
Desde el punto de vista poblacional el Estado importa una unión estable de hombres que
concurren a la obtención de un fin común. Tal pluralidad de hombres, iguales por esencia
y desiguales por accidente, se unen en comunidades naturales menores que concurren a
formar el Estado. El hombre es la unidad básica de toda sociedad que se somete por
imperio del derecho, a un orden estable de vida. Precisamente, el sistema jurídico general
las relaciones entre el Estado y los individuos (habitantes, pobladores, ciudadanos,
vecinos, usuarios, contribuyentes, administrados), según la especialidad de la regulación
jurídica.
Causa formal. - el principio que da forma al ser social está constituido por el orden. La
población y el territorio componen la materia del Estado y la unidad de orden, que
estatuyen los hombres, es su forma.
La forma es la cualidad propia de los seres, que permiten hacer den su diversidad una
unidad y esa unidad es propia de orden. El orden natural impone la unidad social, el orden
jurídico la declara, reconoce y asegura, coordinando conductas del Estado y de los
individuos. A su vez el orden se mantiene por el poder. El ser político supone
necesariamente el poder como estructura gubernativa encargada de regular, coordinar,
gestionar, decidir, definir y garantizar los criterios del orden. El poder político es una
resultante necesaria del orden, un instrumento indispensable para la realización del
orden.
Conformado el Estado como una unidad compuesta de población, territorio, orden, poder
y fin, es innegable su calidad de sujeto con personalidad política y jurídica, con realidad
accidental por sobre la realidad sustancial individual. La responsabilidad jurídica del Estado
reconoce como sustrato una personalidad persistente producto de la realidad social. El
estado, en ejercicio de su poder, crea el ordenamiento jurídico positivo y establece un
orden normativo que otorga al ser político estatal el carácter de persona jurídica. Ella actúa
y se desenvuelve en el orden existencial por medio de una estructura de órganos,
representados por personas físicas (agentes), cuyos actos y hechos se imputan y atribuyen
al Estado (persona publica mayor), o a sus entes descentralizados, empresas del Estado,
Etc. (personas publicas menores).
El poder del Estado, como medio de exteriorización de la voluntad publica, es ejercido por
hombres que actúan por él. Solo la persona humana puede accionar los resortes del poder
y de la organización política mediante conductas que se imputan a las personas jurídicas
estatal, El estado carece de voluntad propia, autónoma de la voluntad de las personas
físicas (Agentes públicos). Las distintas competencias estatales están asignadas a
determinados órganos institucionales e individuales.
El poder del Estado, como medio de exteriorización de la voluntad publica, es ejercido por
hombres que actúan por él. Solo la persona humana puede accionar los resortes del poder
y de la organización política, mediante conductas que se imputan a la persona jurídica
estatal.
La responsabilidad del Estado deriva de su personalidad. Tiene lugar cuando los actos y
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hechos emitidos por sus órganos en el ejercicio de sus funciones que les son propias
causen un daño o perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria.
b) Alcance. - la responsabilidad del Estado tiene lugar toda vez que una persona sufra
un daño material o moral, causado directamente por agentes estatales.
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CONCLUSION
La función del Estado como unidad de autoridad que regula la vida en sociedad es una
preocupación que se ha mantenido desde tiempos socráticos, sin que al respecto se pueda
hallar aún la solución efectiva que su quehacer podría brindar. La labor de cada una de las
autoridades que se encuentran inmersas dentro de las funciones estaduales (tanto
administrativas como jurisdiccionales) es elemental, y sobre ellas descansa la efectiva
legitimación del Estado. Es evidente que la constitucionalización del derecho internacional, al
mismo tiempo que la internacionalización del derecho constitucional, causa ruido, sobre todo
en la labor jurisdiccional; sin embargo, es preciso anotar que el derecho, como la vida en
sociedad, evolucionan, y es necesario adecuarse a dichos cambios con la finalidad de que la
estática estatal no provoque afectaciones a los intereses de los individuos. Me planto en una
postura individualista porque considero que lo que vale es cada individuo con sus derechos;
se debe dejar fuera la concepción utilitarista del derecho que en algún momento se tuvo, pues
la tendencia indica que la garantía efectiva de los derechos debe abarcar y ser suficiente para
todos y cada uno de los seres humanos que conforman al Estado. Esta apertura, tanto del
derecho constitucional como del derecho internacional, es un ejemplo del avance en el campo
de los derechos humanos que hacía falta implementar desde hace tiempo.
Hoy en día el problema (creo yo) ya no reside en saber si lo que se va a hacer es un control de
constitucionalidad o un control de convencionalidad ni si alguno de los dos debe ser difuso o
concentrado, o determinar quién es la autoridad que lo debe realizar, o si se trata de una
interpretación que deben ejercer los tribunales nacionales o los internacionales. En realidad,
el problema se ha discutido ya en numerosas ocasiones mientras las transgresiones a derechos
humanos continúan actualizándose. Lo que debe marcar el paso directo a la modernidad en
materia de derechos humanos es el establecimiento de la obligación de que todas las
autoridades promuevan, respeten, protejan y garanticen (en el ámbito de sus respectivas
competencias) los derechos humanos. Dicha labor no implica mayor conflicto si cada una de
ellas cuenta con una unidad responsable que se dedique, en el caso de autoridades
administrativas, a la capacitación de su personal en la materia, al desarrollo de proyectos,
publicidad y cursos especializados, a la promoción de una cultura pro derechos humanos al
interior de la institución, pues creo que la promoción y el respeto de los derechos humanos
es una responsabilidad clara de este tipo de autoridades. En este plano, el apego a un marco
de promoción y respeto tanto constitucional como convencional (de tratados internacionales
en materia de derechos humanos) es el principal objetivo a alcanzar.
Por otra parte, la labor de protección y garantía constituye la competencia de las autoridades
jurisdiccionales, quienes, al hacerse sabedores (a través del juicio de garantías) de que se están
actualizando violaciones a derechos humanos, tienen la obligación de hacer un análisis de la situación
concreta que se somete a su jurisdicción, considerando todo el bagaje normativo (tan to nacional como
internacional) al que se puede adecuar dicho caso; de hecho, no dejar fuera la posibilidad de que las
propias sentencias de otros tribunales constitucionales o cortes supremas puedan constituirse como
fuente aplicable, en el caso de que la interpretación pro persona lo permita, y siempre considerando
la aplicación más favorable para los derechos humanos del individuo. Una vez que se ha estado en
posibilidad de acreditar efectivamente la violación de derechos humanos a través de una acción u
omisión, y ya que la autoridad jurisdiccional ha conminado a la reparación respectiva (sea consecuencia
de acción u omisión y adecuándose al caso concreto de que se trate), debe recaer en la autoridad
responsable una sanción (tal vez económica, por ser la que mayores consecuencias positivas traería),
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misma que debe recaer en toda la autoridad, pues así como la Corte Interamericana de Derechos
Humanos hace responsable de la violación a todo el Estado y no a uno de sus órdenes de gobierno, un
símil de dicha situación suena bien al interior de un Estado. La posibilidad de una sanción económica a
toda la autoridad que viola derechos humanos generaría (según lo que mi buena fe me invita a pensar)
mayor compromiso en el desempeño de su labor, así como mayor conciencia en el tema, pues parte
de la sanción debe implicar que quien directamente ha sido el responsable del daño sea suspendido
provisionalmente sin goce de sueldo, y entonces así hacer evidente que la falta de proactividad en
materia de derechos humanos genera consecuencias negativas directas e indirectas, para que la
reprobación en su actuar sea un estímulo en futuras ocasiones. La actividad protectora de derechos
humanos que deben realizar todas las autoridades es la mejor manera de lograr la consolidación
legítima de un Estado. En la medida en que la preocupación de cada uno de los órdenes de gobierno
crezca en relación con el compromiso para con los individuos por el aseguramiento de una vida digna,
será mayor la confianza que se genere al interior, y será también mayor la voluntad participativa de
cada uno de los individuos al estar seguros de que el Estado, como unidad, se está ocupando de la
protección de sus derechos. La función garante de derechos que tiene en sus manos el Estado no es
sencilla, sino que se puede comenzar coaccionando; sin embargo, la tendencia es que la voluntad
ciudadana empuje positivamente a ello, pues al final del día los que cometen violaciones en nombre
de autoridades son individuos también, y la generalización de una conciencia en favor de los derechos
humanos, a través de una adecuada reeducación en la materia, debe ser una de las principales metas
de todo Estado.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3965/7.pdf
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