Meta Del Liberalismo
Meta Del Liberalismo
Meta Del Liberalismo
Sexto Semestre
Integrantes:
Gerson Estuardo Ochoa 2202006025
Introducción...............................................................................................................i
Liberalismo........................................................................................................... 2
El liberalismo clásico.........................................................................................4
El liberalismo social...........................................................................................4
El neoliberalismo...............................................................................................6
Conclusiones............................................................................................................7
Web-Grafía...............................................................................................................8
Introducción
En este contexto histórico, el liberalismo se referiría a aquellos que abogaban por
cambios significativos en el orden político y social establecido. Ideas como la
expansión de los derechos y libertades individuales, la igualdad ante la ley y la
participación más amplia en el proceso político, primaron en la sociedad. Es decir
que el meta de liberalismo lo identifica como una doctrina que propone la libertad y
la tolerancia en las relaciones humanas. Promueve las libertades civiles y
económicas, oponiéndose al absolutismo y al conservadurismo.
i
Meta del liberalismo
Y Engels diría que “cada progreso de la producción es al mismo tiempo un
retroceso en la situación de la clase oprimida, es decir, de la inmensa mayoría.
Cada beneficio para unos es por necesidad un perjuicio para otros”. Rousseau,
Marx y sus seguidores en general concordaron en que la desigualdad no puede
condenarse en forma a priori, es decir, sin un examen económico de las
instituciones o prácticas que la originan. Ambos reconocieron que la naturaleza era
fuente de desigualdades en talentos, capacidades, fuerza y otros que llevan a
resultados y desempeños distintos, los que en su visión no pueden ser
considerados injustos porque no tiene sentido considerar injusto aquello donde no
ha mediado voluntad humana. Rousseau deja esto claro cuando, abriendo su
famoso discurso sobre la desigualdad, sostiene que ésta se presenta de dos
formas: la natural, cuyo origen es la naturaleza y que según Rousseau no merece
ser discutida, y la política o moral, cuyo origen es la convención, es decir, el
acuerdo entre los hombres y que es la que pretende corregir.
Luego Marx, a pesar del determinismo que endosó, reconoce que antes de llegar
a la fase superior de la sociedad comunista, en la cual la riqueza será
prácticamente infinita y el sistema económico se fundará sobre el principio “a cada
quien según su necesidad y de cada cual según su capacidad”, incluso allí el
ingreso estará desigualmente distribuido porque “unos individuos son superiores
física o intelectualmente a otros y rinden, pues, en el mismo tiempo, más trabajo, o
pueden trabajar más tiempo” lo que significa, según Marx, que hay un “derecho a
la desigualdad”.
1
Montaigne, Rousseau y los socialistas denunciaron, sino que es fuente de
prosperidad universal y expresión de libertad de los integrantes de una
comunidad, entonces la desigualdad resultante del mercado o capitalismo no
puede considerarse injusta de acuerdo a la misma lógica socialista. Sin
explotación —argumento económico— desaparece la inmoralidad del sistema —
conclusión ética—. Un sistema como el propuesto por el liberalismo clásico que
respeta las libertades y al mismo tiempo incrementa la calidad de vida de las
masas acercándolas a la abundancia que Marx prometió, sería, por lo tanto,
mucho más conducente al ideal socialista que el camino
Liberalismo
El liberalismo -sostiene el autor- no es ni una religión ni tampoco una filosofía
universalista ni, menos aún, un partido político defensor de intereses particulares.
Desde un punto de vista histórico, el liberalismo fue el primer movimiento político
que quiso promover, no el bienestar de grupos específicos, sino el bienestar
general. Sus principios sobre el valor absoluto y primario de la libertad, la
propiedad privada, el Estado de Derecho, la tolerancia y la cooperación entre los
individuos y los pueblos, el protagonismo de la iniciativa individual y la sociedad
civil frente al «Gobierno omnipotente», entrometido y dispensador interesado de
favores, subvenciones y privilegios…, define todo un modelo de civilización, el
único que, además, ha demostrado ser capaz de crear riqueza y bienestar para
2
todos y de elevar el nivel de vida de una población en constante aumento,
posibilitando así también el florecimiento de los valores del espíritu.
Alguna señal de su vida futura emergió cuando «liberal» fue asociado con la
apertura mental y la tolerancia, pero habría que esperar a que el término liberales
fuese acuñado en España hace doscientos años para representar a un partido
político; solo entonces el liberalismo se posicionó directamente en la escena
pública, como eslogan de individuos que desean un espacio en el que verse libres
de restricciones injustificables, y como un conjunto de arreglos institucionales
fundamentales cuyo objetivo es legitimar y civilizar las prácticas de la política.
Sobre todo, el término se ha vuelto indicativo de ideas y políticas destinadas a
reformar, emancipar y abrir una ventana de oportunidades para los individuos que
desean vivir sus vidas de acuerdo con su propio entendimiento.
3
Liberalismo en la España del XIX: Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros,
por Antonio Gisbert (Museo del Prado) Sin embargo, el problema es el siguiente:
no existe una única, inequívoca cosa llamada liberalismo.
4
Todos los liberalismos que han existido, y que existen, seleccionan deliberada o
inconscientemente ciertos ítems del enorme repertorio liberal acumulado y
excluyen otros, porque algunos elementos son incompatibles entre sí y porque las
modas y prácticas intelectuales cambian. Como consecuencia, una multitud de
sistemas de creencias y de teorías anida bajo el título de liberalismo, y ninguno de
ellos puede contener todas las posibilidades —las ideas y los arreglos políticos—
que el término en su plenitud máxima si bien hipotética puede abarcar, o que las
prácticas políticas liberales han abarcado a lo largo del tiempo y el espacio.
Consideremos, por ejemplo, expresiones como «liberalismo clásico», «liberalismo
social»1 o «neoliberalismo»: tres versiones del asunto que aún están vigentes.
5
No menos sorprendente es que suele haber desacuerdo con respecto a cuál de
las características del liberalismo es la más importante, un desacuerdo que resulta
obvio tanto entre los liberales como entre sus críticos. ¿Consiste dicho liberalismo
en aumentar la libertad individual o bien en que se trate a todos con igual
respeto?, ¿en limitar el daño a los demás o en permitir el florecimiento de los
seres humanos?, ¿en ser más productivo o más humano? ¿Existe un verdadero
liberalismo rodeado de imitaciones imprecisas? ¿Han picoteado otras ideologías
en el liberalismo como buitres y se han llevado las partes elegidas dejando que el
resto se marchite? Para quien aborda el estudio del liberalismo, el desafío consiste
en conferir sentido a estas diversas visiones en lugar de expresar una preferencia
rígida por una de ellas. Por lo tanto, tal vez sea más preciso hablar de liberalismos
en plural, todos ellos parte de una amplia familia en la que se dan similitudes y
diferencias: muchos miembros de la familia liberal coinciden en sus
características, pero algunos apenas se dirigen la palabra entre ellos.
El objetivo del liberalismo no es que los privilegiados acumulen más capital, sino
ayudar a los más vulnerables. Esa es la visión de la destacada economista Deirdre
McCloskey, quien estima que la mejor manera de asistir a los más necesitados es
a través del crecimiento económico.
6
"La manera de ayudar realmente a los pobres es tener una economía que crece",
declaró. Esto, a su juicio, se logra al permitir que cada persona tenga la libertad de
emprender.
McCloskey aseveró que ser mandatario "es un trabajo serio" y añadió que Hillary
Clinton "al menos sabe cómo hacerlo".
Sin embargo, criticó a la candidata demócrata al decir que "va a ser una socialista
lenta", es decir, va a implementar regulaciones que, por lo general, terminan
siendo controladas por las industrias que deberían ser reguladas.
Comparando con el sistema del capitalismo donde solo los que tienen para invertir
son los únicos que se vuelven millonarios, el liberalismo cambia la forma de
manejar un sistema monótono y manejado solo por el gobierno y ser así el
cambio.
8
Web-Grafía