Cuadros de La Ciudad (MCMVI)
Cuadros de La Ciudad (MCMVI)
Cuadros de La Ciudad (MCMVI)
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FRAY MOCHO
J. S. AL.V A R EZ
CUADROS
P^ CIUDAD
Prólogo de Miguel Cañé, a Ilustra-
ciones de Giménez, Cro y otros.
Cubierta de Olegario Junyent.
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Agosto, 24 de 1906
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ALVAREZ ÍNTIMO
J OSÉ S. Alvarez El Mocho — como le decíamos
familiarmente todos los que le amábamos, abre-
viando el pseudónimo del festivo psicólogo po-
pular— se lo debía todo a su propio esfuerzo.
Había peleado bravamente la vida, había sufrido
ocultando las lacerantes heridas con aquella risa
juguetona que sólo la muerte pudo arrancar de
sus labios y había vencido destacando su perso-
nalidad de escritor nacional con perfiles netos,
inconfundibles. Sólo luchando para vivir y ateso-
rando almismo tiempo esa experiencia que, como
un misterioso sedimento van dejando los años en
los cerebros que piensan, desde aquel día ya le-
jano en que semejante al Poquita cosa de Daudet,
abandonó la aldea natal en busca de nuevos hori-
zontes, ypisó las calles de Buenos Aires, pobre y
desconocido, y donde llegó a ser lo que era, a
valer lo que valía: ¡cuántas amarguras, cuántas
16 ALVAREZ INTIMO
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o te aflijas por los años, che...
ni porqu'esté puertiando otro
siglo... afligite más bien por
los pobres güesos que, amo-
josaos y todo, no se quieren despedir.
— ¿Yo?... No, che!... Yo no me aflijo ni por
los años ni por los güesos, que al fin de cuen-
tas ybien mirao, les he sacao más jugo del
que tenían, sabiendo qu'eran prestaos... ¿Sa-
bes Túnico que á mí me'mbroma?... No lo
crerás!... Es verlo al tigre sin dientes y mi-
rando lacarniada! Eso de que veo pasar junto
á nosotros el tropel de la vida y escucho el ta-
loneo de los que bailan y me llega á la nariz
el olorcito'el churrasco... ya se m'empieza
á'cer agua la boca, che, y me dentra como
50 FRAY MOCHO
I
ENSARTADA
— Oiga, niño... y
perdone!... Soy un sol-
dado viejo, ¿sabe?... de
los que han defendido
la patria y aquí me ve
más arrastrao que la
basura... No tiene ni
a'nque sea un váinte
pa'l pobre milico?...
Hágalo por su novia...
si la tiene!
—Si yo también soy... ¿sabes?... de los que
tiran al pecho y acabo de salir de casa...
58 FRAY MOCHO
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CUADROS DE LA CIUDAD
por-
60 FRAY MOCHO
^
CUADROS DE LA CIUDAD 61
BORRACHO EL HOMBRE-
PERO BUEN PADRE
^
CUADROS DE LA CIUDAD 63
LA CARIDAD...
QUE EMPIEZA POR CASA
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II
— ¿Por qué?
— ¿Pero, qué, noves?... ¡Si me estoy mu-
riendo del corazón! Los médicos ya me han
sentenciado, che!
— ¿Qué me dices?... ¡Pero si parece men-
tira! Y tienes buen sueldo?
— ¡Cómo no!
Y le declaré todas las peculiaridades de mi
empleo, confiándole hasta ciertas facilidades
que tenía para aumentar mis entraditas, con
sólo crear pequeñas dificultades en las trami-
taciones. Pobre Nicanor!... Cuánto y cómo
se contristó y hasta dónde llevó su interés por
el viejo amigo que les habla en estos momen-
tos verdaderamente solemnes! Dos días des-
pués, el intendente se dignó llamarme á su
despacho y, con esa seguridad envidiable que
da la superioridad jerárquica, me dijo, casi
tuteándome:
— Vea Bordenave ... Me han dicho que
usted está muy enfermo del corazón y deseo
conocer la verdad... Tengo un amigo á quien
quisiera servir y no me gustaría defraudar sus
esperanzas, prometiéndole algo que no le
cumpliera... Se trata de un amigo suyo... de
96 FRAY .MOCHO
DE VUELTA DEL
PARAGUAY
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UNQUE los diarios no lo hayan
anunciado en sus crónicas so-
ciales, yohe regresado á Bue-
nos Aires y, por desdicha mía,
ha coincidido la vuelta con las Pascuas de
Navidad y los festejos de Año Nuevo, lo cual
equivale á decir que también me han ligado
felicitaciones y saludos, no por mi llegada,
así, sin noticias previas, sino por haber pre-
senciado, como cualquiera, la agonía y la
muerte del 1902 y el trabajoso nacimiento de
su sucesor, al cual tendremos que vivirnos
todavía, sabe Dios en qué forma ni de qué
146 PRAV MOCHO
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DE BAQUET'A
1^. SACATRAPO
o siento... caramba!... Lo sien-
to en l'alma, pero no va'aber
más remedio!... Yo v'y á te-
ner que dejar de 1er los diarios
si no quiero reventar de un sofocón el día
menos pensao!... Sí, señor!... Nada menos
que yo, Juan Antonio González, el hombre
más letor que ha'bido en Buenos Aires, v'á
tener que privarse de hacer su gusto si no
quiere desertar del pellejo en que lo rebotó
su mama, como decía el fínao Apolinario!...
No!... Lo qu'es este número me lo guardo
ni a'nque me queme el bolsillo y no paro
hasta que no se lo muestre á medio mundo
y le pueda decir qu'este señor don Ruperto
Cortabarría que ha dao un baile en su casa,
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15
N LA ECONOMÍA E8 LA MADRE
DE LA RIQUEZA
RA en aquellos tiempos del Bue-
nos Aires pendenciero y levan-
tisco, en que crudos y cocidos
y pandilleros y chupandinos
ensangrentaban las calles á cada triquitraque
y en que no había ciudadano, por modesto
que fuese, que no creyera que los destinos de
la patria los llevaba cada cual en la punta de
su cuchillo.
Los hombres vivían más en la plaza pública
que en su propio hogar y como su existencia
trascurría de club en club y de manifestación
en manifestación y los servicios de fondas y
restaurants andaban tan escasos como caros,
abundaban los negros pasteleros, que eran la
providencia de los estómagos famélicos, así
230 FRAV MOCHO
!
AS personas que no tengan entre
sus parientes un ejemplar co-
mo mi primo Sebastián, no mi-
rarán seguramente, los tram-
ways eléctricos ni los automóviles con la
fruición que yo los miro, ni leerán las noticias
referentes á choques y colisiones, con mi im-
paciencia, golosa, sobre todo al recorrer anhe-
lante lalista de las desgraciadas víctimas. An-
teayer acababa de desayunarme en el club y
leía los periódicos, cuando se me presentó mi
pariente:
— No salgas todavía, che! Tengo que ha-
blarte seriamente de un asunto importante,
que te interesa como primo y como argén
tino...
240 FRAY MOCHO
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Í^Sá
ombre!... Me venís como á un
veintiocho un tres, jugando á
la treinta y una... exclamó mi
pariente don Emeterio al ver-
me entrar al clásico café de la Recova, en que
hacen su tertulia desde 1874, varios criollos
amigos, que después de darse una vuelta por
la casa de gobierno y por la aduana, en busca
de mentiras y de embrollas, ó por el palacio
del congreso, donde se saturan de oratoria
parlamentaria, acostumbran echar su truquito,
levemente interesado con un modesto coñac...
Casualmente les estaba queriendo probar á
éstos, aura que no hay sesión en diputados
por la consabida falta de número, que á est'i-
taliano Barzini que nos ha pegao una felpiada
266 FRAY MOCHO
!
S^íjESE, viejo... pero hágase el que
^'^' no mira, pa que no coceen . . .
Ha é ser triste la llegada á tie-
rra extraña, sentir que lo están
filiando, no?... Y de ande vendrán todos es-
tos?
— Parecen italianos por la cachorrada y los
paraguas... Ha visto? Un italiano podrá lle-
gar sin saco ú tal vez sin sombrero, pero de
fijo trai su paragüita abajo el brazo... A la
cuenta eren que aquí no vivimos sino mojaos
y se vienen prevenidos...
— Ese friolento, medio recortao, que es-
tá'hi junto á las canastras ha é ser el marido
d'esa grandota con trazas de capataza... ¿Qué
quiere apostar á qu'ese tiene almacén p'al año
302 FRAY MOCHO
Prólogo 5
Alvarez íntimo ■ 13
Entre el recado y la silla 23
En familia 31
A la hora del té 39
Centenarios de hojalata 47
Pechadores . 55
Del mismo pelo , . 65
Qué suerte pa las de Miguens! 71
Siempre amigo 79
¡El pobre amigo! 89
Flirt 99
Los tiempos de aura , . 107
Patriotismo... y caldo gordo 115
Cuatrerismo vivito! 125
Entre yo y mi perro 133
De vuelta del Paraguay ~ . . 143
Frente á frente 151
Entre gentes de confianza 159
De Baquet'a Sacatrapo 167
Después del recibo 175
Viva Chile... y siga el baile! 183
El cazador de tigres 193
Nobleza del pago 203
Entre rentistas 213
Confidencias 219
La economía es la madre de la riqueza 227
pAas.
!
UNIÓN Editorial aisPÁN04MERiCANA
BUENOS AIRES - DUPONT, ROS Y C."
Bernardo de Irigoyen, 913
OBRAS PUBLICADAS
EN PREPARACIÓN
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i
P'* Álvarez, José Sixto
7797 Cuadros de la ciudad
A57C77
:»f 1906
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