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Qué Hay en Una Bolsa de Basura

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¿Qué hay en una bolsa de basura?

¿Cómo creen que está compuesta esa basura que sacamos en la Argentina?

Aproximadamente la mitad de esos residuos son orgánicos. Con «orgánicos» nos referimos al material biológico
que provino de un ser vivo, como la yerba, las cáscaras de naranja o las flores.
En una bolsa de basura de un hogar tipo, la composición promedio es la siguiente:
 50 % orgánicos degradables (restos de comida, poda),
 25 % no reciclables (pañales, materiales compuestos como tetrapack),
 25 % reciclables (papel, cartón, plástico, vidrio, metal).
.

Ahora, ¿los degradables se van a descomponer en el vertedero?


No. Los residuos orgánicos son degradables pero en ciertas condiciones de oxigenación, actividad biológica y
temperatura. Una vez enterrados, no logran descomponerse ni volver a la tierra. Algunos se descomponen
parcialmente, generando gases de efecto invernadero, líquidos y provocando olores desagradables, riesgos
sanitarios y —en el caso de los basurales— contaminación de suelo y napas.
Es decir que al mezclarlos con el resto estamos perdiendo dos recursos muy valiosos: los que podríamos reciclar y
los que podríamos compostar. En otras palabras, juntos son basura, separados son recursos.
Alguien ha visto alguna vez algún animal o planta generando basura?
¡En la naturaleza la basura no existe!
Veamos un ejemplo: un árbol de ciruelas produce muchísimas flores, que una vez polinizadas serán frutos, que al
caer quizá germinen y crezcan para ser un nuevo árbol. Pero durante este proceso no todas las flores serán frutos
y no todos los frutos germinarán. Sin embargo, este excedente del ciruelo está muy lejos de ser basura, ya que
una vez en el suelo será fuente de alimento de organismos (artrópodos tipo insectos, lombrices y otros
invertebrados) y microorganismos (hongos y bacterias), que mediante la descomposición enriquecerán el suelo
donde crece dicho árbol.
En todo el mundo, los animales y humanos exhalamos dióxido de carbono (CO2), que las plantas incorporan para
su crecimiento. A su vez, los residuos biológicos, llamados «excretas», son ricos en nitrógeno. Ese nitrógeno es
transformado por los microorganismos (hongos y bacterias) y luego es parte de las proteínas vegetales y
animales. En la naturaleza no existe la basura, solo existen sustancias nutritivas. Lo que nosotros llamamos
«basura», en todo caso, son residuos valiosos en el lugar equivocado.
En un determinado ecosistema la energía proviene del sol y la capturan los organismos fotosintéticos llamados
«productores». Parte de esta energía —la que forma los tejidos vegetales— la consumen animales herbívoros
(«consumidores») o la usan otros organismos cuando la planta muere («descomponedores»). El paso de energía
de un organismo a otro se produce a lo largo de una «cadena trófica». El flujo de la energía es lineal.
Dentro del ecosistema la materia se aprovecha de forma continua. El flujo de la materia es cíclico y en este
proceso cumplen un rol fundamental los organismos descomponedores, que gracias a sus procesos metabólicos,
liberan nutrientes inorgánicos que vuelven a usar las plantas y otros organismos.
Una vez que adoptamos esta nueva mirada de que nuestros residuos son recursos, estamos listos para
preguntarnos cómo podemos participar del ciclo de la materia.

Cuestionario para investigar y reflexionar


1. ¿Separas los reciclables en tu hogar o todo va al mismo tacho?
2. ¿Cada cuánto se saca la basura en tu casa?
3. ¿Sabés cómo se gestionan los residuos en tu municipio o ciudad?
4. Volvamos a nuestro tacho de basura con una mirada crítica: ¿qué opinás de esta foto?, ¿es basura o
recurso?
¿Qué es el compostaje?
Introducción al compostaje
Compostar es facilitar un proceso que ya sucede en la naturaleza y aprovecharlo en nuestro beneficio.
Compostar es una forma sencilla y gratificante de reciclar en casa los restos de poda y de comida que generás y,
al mismo tiempo, de obtener un fertilizante muy valioso para abonar tus plantas.

Definimos el compostaje como un proceso biológico, realizado por microorganismos bajo condiciones aeróbicas
—es decir, en presencia de oxígeno— y controladas de humedad, aireación y temperatura, en el que los residuos
se transforman en un producto estable que puede ser utilizado como enmienda orgánica para suelos.
¿Y qué es el compost? Justamente, lo que obtenemos al compostar: una materia oscura, húmeda, rica en
nutrientes que sirve como abono para el suelo.
El compost joven o inmaduro tiene un contenido alto de materia orgánica activa y nutrientes disponibles, pero
bajo en sustancias húmicas. Las sustancias húmicas son macromoléculas orgánicas muy alteradas, con múltiples
propiedades y una estructura bastante compleja no identificable.
Cuando el compost está maduro, pierde considerablemente su volumen inicial y la materia orgánica ya se
transformó en compuestos más estables (humus) que liberan nutrientes en menor proporción y gradualmente, al
mismo tiempo que mejoran las propiedades físicas y biológicas del suelo. El compost es un acondicionador de
suelos, contribuye a reducir la erosión, retener humedad, mantener un pH neutro y suprimir enfermedades.
Los residuos orgánicos que se generan en el hogar tienen como origen la cocina y el jardín. Pueden clasificarse
según su contenido de nitrógeno (verdes) y carbono (marrones), y también según su contenido de humedad
(secos y húmedos).

Cinco excelentes motivos para compostar en casa.


1. Evitás la contaminación en basurales y rellenos. Al compostar, reducís el 50 % del volumen de lo que se
entierra. Gracias a este hábito, contribuís directamente con el ambiente, disminuyendo la emisión de
gases de efecto invernadero, la contaminación de napas y cuerpos de agua.

1. Aprendés de la naturaleza. Tendrás en tu casa un pequeño reactor biológicamente diverso, dinámico, que
recicla la materia. En este proceso tomarás contacto con los ciclos, con otros tiempos que no son los
tecnológicos y con la paciencia. Vas a encontrar microorganismos que, aunque no los veas, sabés el efecto
que tienen. Hallarás microfauna, como ácaros, colémbolos, y rebrotes de verduras que consideraste un
descarte, pero que ¡siguen vivas! endés sobre tu alimentación y la de tu familia. A diferencia del tacho de
basura común, donde tirás y te olvidás del asunto, al compostar te reencontrás con lo que consumiste esa
semana; si hubo o no verduras y frutas, si fue una dieta balanceada. Además, al cambiar la gestión de los
residuos, podemos tomar conciencia sobre el desperdicio de alimentos.

2. Obtenés un fertilizante de primera calidad. Al cosechar el humus, y en especial el humus de lombriz,


estás generando en tu hogar un bien que de otro modo irías a comprar, con el beneficio de que sabés
exactamente cómo fue hecho. Esto se llama «valorización» del residuo, porque le das una segunda
oportunidad, un nuevo uso y ahorrás en la compra de fertilizantes orgánicos o químicos.
3. El compostaje puede abrirte la puerta a otros hábitos sostenibles. Una vez que hayas incorporado esta
práctica, quizá te den ganas de reducir aún más todo lo que tirás, separar los reciclables o consumir sin
empaque. Tal vez cambies tus preferencias alimenticias y comas menos o ninguna carne, o quieras
producir tu propio alimento y tener una huerta, o contagies y formes a otras personas en esta práctica.

4. Obtenés un fertilizante de primera calidad. Al cosechar el humus, y en especial el humus de


lombriz, estás generando en tu hogar un bien que de otro modo irías a comprar, con el beneficio
de que sabés exactamente cómo fue hecho. Esto se llama «valorización» del residuo, porque le
das una segunda oportunidad, un nuevo uso y ahorrás en la compra de fertilizantes orgánicos o
químicos.
5. El compostaje puede abrirte la puerta a otros hábitos sostenibles. Una vez que hayas
incorporado esta práctica, quizá te den ganas de reducir aún más todo lo que tirás, separar los
reciclables o consumir sin empaque. Tal vez cambies tus preferencias alimenticias y comas
menos o ninguna carne, o quieras producir tu propio alimento y tener una huerta, o contagies y
formes a otras personas en esta práctica.

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