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Verbos Modos y Tiempo

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EL VERBO

Desde el punto de vista semántico, los verbos constituyen una clase de palabra que indica
acción, proceso o estado. En Luis lee una novela, lee se refiere a una acción realizada por
Luis; en Luis duerme profundamente, duerme expresa un proceso que tiene lugar en Luis; en
Luis permanece en casa, permanece indica una situación en la que se encuentra Luis.

El verbo es sumamente complejo, ya que ha de trasmitir diversas informaciones


gramaticales (quién realiza la acción, en qué momento la realiza y la modalidad de dicha
acción) y para ello necesita adoptar formas diversas.

En este curso, nos contentaremos con saber que existe una parte primordial, que expresa
el significado del verbo, llamada raíz o radical. A esa raíz se adjuntan una serie de
segmentos o morfemas que constituyen las desinencias del verbo. La combinación de la
raíz y las desinencias da lugar a las formas verbales simples.

Los verbos también pueden expresar su variación de tiempo, aspecto y modo mediante la
combinación del verbo auxiliar “haber” con el participio no concordado. Estas son las formas
verbales compuestas. Finalmente, la combinación del auxiliar ser con el participio
concordado del verbo principal da lugar a la voz pasiva.

Existen otras combinaciones de verbo conjugado y formas no personales (infinitivo o


gerundio). Son las llamadas perífrasis verbales, que estudiaremos en la escuela secundaria.

El verbo en español tiene seis accidentes gramaticales o categorías morfológicas: la


persona, el número, el tiempo, el aspecto y el modo. Repasemos cada una de ellas.

La persona establece quién realiza la acción del verbo. De este modo, la primera persona
se corresponde con el que habla (canto, bailamos son acciones ejecutadas por el / los

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hablante/s); la segunda persona, con el que escucha (tenés, coméis, puedes); la tercera
persona, con alguien ajeno al acto comunicativo (miran, cantará). El número establece si la
acción es desarrollada por uno (singular) o más de uno (plural).

El tiempo vincula la acción con el eje temporal. Decimos que un verbo está en presente si
expresa simultaneidad con el momento de la emisión (tengo, salen). Está en pretérito si la
acción es anterior a dicho momento (fuimos, hemos comprado). Finalmente, está en futuro,
si la acción es posterior (bailaremos).

El aspecto permite al hablante expresar si concibe la acción como acabada (puntual) o


inacabada (en desarrollo). En La semana pasada comí con mi tía, la acción de comer se
verificó en un momento concreto, frente a De niño almorzaba cada día en casa de mi abuela,
donde la acción se desarrollaba durante un período. Todas las formas compuestas y el
pretérito perfecto simple expresan el carácter acabado de la acción (aspecto perfectivo).

Todas las formas simples (excepto el pretérito perfecto simple) tienen aspecto imperfectivo,
es decir, no expresan la finalización de la acción.

El modo informa si el hablante considera que la acción verbal es real, virtual o una orden.
En Mi primo viajó desde Salta el enunciador considera como cierta (real) su afirmación. Está
en modo indicativo. En cambio, en Ojalá mi primo viajara desde Salta o en Tal vez mi primo
viaje desde Salta expresa un deseo o una posibilidad incierta, respectivamente. Están en
modo subjuntivo. Por último, en Primo, venite unos días a Buenos Aires, se expresa una
exhortación. Está en modo imperativo.

Es usual en las gramáticas escolares incluir la voz como una variación morfológica más del
verbo, al mismo nivel que la persona, el número, el tiempo, etc. Sin embargo, hay una
diferencia fundamental: el significado de voz no se expresa en castellano mediante
morfemas flexivos (como sucedía en latín, por ejemplo), sino mediante procedimientos
sintácticos que estudiaremos más adelante

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Se llama conjugación al conjunto de formas diferentes que puede adoptar un verbo. En
castellano, existen tres modelos de conjugación regular denominados primera, segunda y
tercera conjugación, que se corresponden con los verbos terminados en -ar, -er, -ir y que
tradicionalmente se ejemplifica a partir de amar, temer y partir.

Veamos una sinopsis de las formas del Veamos ahora las formas del

modo : :

Tiempos simples Tiempos simples


presente: amo presente: ame
pretérito perfecto simple: amé pretérito imperfecto I: amara
pretérito imperfecto: amaba
pretérito imperfecto II: amase
futuro simple: amaré
condicional simple: amaría futuro simple: amare

Tiempos compuestos Tiempos compuestos


pretérito perfecto compuesto: he amado pretérito perfecto compuesto: haya
pretérito anterior: hube amado amado
pretérito pluscuamperfecto: había amado pretérito pluscuamperfecto I: hubiera
futuro compuesto: habré amado amado
condicional compuesto: habría amado pretérito pluscuamperfecto II: hubiese
amado
futuro compuesto: hubiere amado

El presente del solo se puede conjugar en la segunda persona.

presente: ama / amá (2.ª sing.), amad (2.ª plural)

El resto de las formas del paradigma se completa con las formas del subjuntivo; por
ejemplo, si quisiéramos dar una orden de salida que nos incluya, deberemos decir Salgamos
de acá (1.ª pers. plural del presente de subjuntivo). El imperativo no puede ser usado en

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oraciones negativas y debe sustituirse por la forma correspondiente en subjuntivo: ⊗No tocá
eso → No toques eso.

Como sabemos, en castellano hay verbos llamados irregulares que sufren ligeras
variaciones en su raíz. En el presente curso, no nos ocuparemos de su estudio sistemático,
aunque seguramente ya los conozcan como hablantes de esta lengua.

Existen tres formas verbales que no distinguen número y persona, por lo que se denominan

formas no personales: son el infinitivo (amar), el participio (amado) y el gerundio (amando).

Tampoco pueden expresar modo. Sólo se oponen entre sí por el rasgo de aspecto o de
tiempo.

Las terminaciones que presentan en su formación son consideradas normalmente sufijos,


no desinencias. Son las siguientes: -r para el infinitivo (cantar, tejer, latir); -ndo para el
gerundio (cantando, tejiendo, latiendo) y -do para el participio (cantado, tejido, latido). El
infinitivo y el gerundio poseen también formas compuestas, de aspecto perfectivo: haber
cantado, habiendo cantado.

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