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Arte Islam

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1.

Introducción
A lo largo de la asignatura veremos varios términos complicados de entender, por lo que dedi-
caremos este capitulo a explicar algunos de ellos.

1.1. La Mezquita
Según las palabras del Profeta, “toda tierra es una mezquita salvo los cementerios”. La mezquita
al-Haram o Kaaba en La Meca sería la primera mezquita, construida por Adán y reconstruida por
Ibrahim1 y su hijo Ismael2 por mandato divino. La mezquita de Quba en Medina es la primera
contruida por el Prefeta. Pocos días después de comenzar su construcción inicia las obras de la
mezquita al-Nabawi o la mezquita del Profeta en Medina.
ERC
La mezquita, inspirada en la casa del Profeta, es el edificio más característico del arte islámico.
Básicamente se reduce a un recinto que cumple la doble función de aislar del mundo circundante y
asegurar la calma durante la oración. No es casa de Dios sino lugar de oración. De gran sencillez,
la mezquita puede describirse esquemáticamente como sigue: una puerta de entrada que permite el
acceso a un patio (sahn), donde se encuentra una fuente o pila para las abluciones (mida); el patio
suele estar rodeado de galerías abiertas en tres de sus lados. Atravesando el patio y en el cuarto
lado se halla la sala cubierta hipóstila (haram) donde los fieles realizan la oración; su pared o qibla
está orientada hacia La Meca y en la parte centrar se dispone un nicho o mihrab que subraya esta
orientación. Algunas mezquitas tienen un espacio cerrado llamado macsura (maqsura), destinado a
la seguridad del príncipe.
ERC
Encontramos mezquitas de distintos tamaños y estilos arquitectónicos, las mezquitas puedes ser
simples masjid u oratorios destinados al culto cotidiano, pero también jami’ o aljamas, mezquitas
principales, donde la comunidad se congrega para la oración ritual del viernes. ERC
Con la progresiva expansión del islam, las conquistas militares, el comercio y los flujos mi-
gratorios, se construyen mezquitas para congregar a la comunidad. Estas construcciones reflejan las
tradiciones arquitectónicas de los nuevos territorios conquistado. Cada región desarrolla así un estilo
propio. Lo que tienen en común estos edificios de apariencia tan dispar es su función, su orientación
hacia La Meca y la presencia de algunos elementos arquitectónicos característicos come el mihrab
o el alminar.
ERC
El mihrab es u simple nicho abierto en el muro de la qibla que indica la dirección de La Meca
a los fieles congregados en la mezquita. No pertenece a la mezquita primitiva, se trata de una in-
novación de primer siglo del islam. Para algunos historiadores estaría inspirado en la exedra de la
basílica romana. Recibe más o menos ornamentación, según las épocas y los estilos. ERC
Las mezquitas aljamas, están destinadas a congregar a los varones durante la oración ritual
del viernes. Tienen mimbar o almimbar, una especie de púlpito desde donde el jatib pronuncia el
1 Abraham, el personaje bíblico del AT.
2 Hijo de Abraham y Agar (Gn 21:8-21)

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sermón o jutba. Se sitúa a la izquierda del mihrab, cara a los fieles. Es la pieza del mobiliario más
grande de la mezquita. Cuando el imam preside la oración de los viernes nombra al gobernante,
de modo que estos púlpitos son considerados símbolo de la legitimidad política. Por esta razón los
gobernantes dotan a las mezquitas con un mimbar. ERC
Podemos destacar el Mimbar de la Mezquita Kutubiyya, una pieza excepcional de ebanistería
de época almorávide, hoy conservado n el Palacio Badi’. Encargado por el último sultán almorávide
y realizado por un taller cordobés a partir de 1137según reza una inscripción situada en el respaldo,
este mimbar es una obra de calidad excepcional. Está realizado en madera de cedro y de pino,
decorado con marquetería de madera africana negra, de boj, de azufaifo rojo, de palo de rosa y de
hues. Mide cuatro metros de altura, tres metros y medio de profundidad y un metro de ancho. ERC
Construido por cien piezas desmontables, lleva unas ruedes que permitirían desplazarlo y si-
tuarlo a la derecha del mihrab durante la oración de los viernes. El primer y el último escalón están
reforzados con dos balaustradas con forma de arco de herradura. Este motivo se repite en la deco-
ración de las contrahuellas del púlpito. Los arcos polilobulados del respaldo recuerdan el arte de
época taifa. La talla recuerda la técnica eboraria de los talleres andalusíes. La forma y la decora-
ción del mimbar de la Kutubiyya se inspira, dos siglos después, en las del mimbar de la mezquita
de la mezquita de Córdoba encargado por el califa omeya al-Hakam II, hoy perdido, al que los
historiadores medievales describen como “obra de artesanía sin parangón en el mundo habitado”.
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Otro elemento importante es el alminar, utilizado para llamar a la oración, no pertenece en rigor
a la mezquita primitiva. Su uso no fue conocido en época del Profeta. Hoy días es ya un elemento
característico de estas construcciones y las mezquitas pueden tener uno o más de uno. El almuédano
ha sido sustituido por altavoces pero el adhān o llamada a la oración sigue resonando cinco veces
al día. Podemos destacar el alminar de la mezquita de Samarra, en Iraq o la mezquita de Kairouan,
en Túnez.
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Otra mezquita que podemos destacar y es la Gran Mezquita de Xi’an, la primera mezquita
construida en China en el siglo VIII bajo la dinastía Tang. El alminar adopta una forma de pagoda,
construida en el siglo XVIII.
ERC ERC
El último elemento que podemos destacar es el mida o la fuente de las abluciones, situada en el
patio central o mida.
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En definitiva, la mezquita tiene varias funciones, entre ellas, la oración comunitaria del viernes
a mediodía, las oraciones durante las festividades, para ritos y festejos del mes santo de Ramadan,
para la caridad, para la reunión de la umma3 , o la educación religiosa. Aunque también tienen una
función política.
3 La comunidad

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1.2. La Madrasa
Las madrasas hacen referencia a las escuelas. En las primeras épocas del islam no existían las
madrasas sino que la enseñanza (secular y religiosa) se impartían en las mezquitas. A partir del
siglo IX se establecen programas y se fundan escuelas como medio de transmitir conocimientos. La
madrasa de Qarawiyyin, fundada por Fatima al-Fahri en 859 en la mezquita aljama de Fez, es la
madrasa más antigua hoy conservada, más antigua que universidades europeas como la universidad
de Bolonia (1088) o la universidad de Oxford (1096).
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La madrasa Bu Inaniyyade Fez, construida en 1350-1355, es excepcional por sus proporciones.
Es la última y las más grnade de las madrasas mariníes. Construida alrededor de un patio pavi-
mentado de marmol con una fuente en su centro. Las paredes circundantes y los pórticos están
profusamente decorados con alicatados y estucos esculpidos. Los techos de madera de cedro se
completan con elaboradas bóvedas de mocárabes.
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Lamadrasa al-Attarinfue erigida por el sultán meriní Uthman II en 1323-1325. Se encuentra en
el centro espiritual de Fez, cerca de a mezquita almorávide de al-Qarawiyyin. Toma su nombre de
su ubicación a la entrada del mercado de las especias y los perfumes, su nombre se traduce como
“la madrasa de los perfumistas”.

1.3. Arquitectura funeraria


En el mundo islámico, los creyentas son enterrado directamente en la tierra, envueltos en un
sudario, el rostros vuelto hacia La Meca. Pero ponto se desarrrollaron distintos tipos de arquitectura
funeraria. Podemos señalar la qubba o mausoleo cubierto por una cúpula central, la torre funeraria
y la turbat. Encontramos mausoleos como el del Sultán Sanjár, en Turkmenistan (siglo XII) o la
antigua necrópolis de Ausán, en Egipto (siglo XI).

1.4. Los baños Públios


Los hamman son baños públicos o privados, que tienen su origen en las termas romanas. Son lu-
gares de mucha sociabilidad. Se compone de varias estancias de temperatura más o menos caliente.
Hoy en día practicante han desaparecido, aun encontramos en paises como Egipto o Iraq.

1.5. Otras estructuras


El ribat ugar de estación de los musulmanes que se dedican a la piedad y la guerra santa. Estas
fortalezas y puestos de vigilancia se ubicaban en lugares fronterizos o de importancia estratégica
y contaban con un oratorio en relación con su función religiosa de lugar consagrado a la oración.
También ofrecía alojamiento a los comerciantes. No conocemos con exactitud la fecha de su apa-
rición, las etapas de su difusión, la naturaleza del murâbit y sus posibles filiaciones tanto con el
monacato bizantino como con el sufismo. A través del árabe dialectal de al-Ándalus, en español
tenemos la palabra rábida. Las ciudades de Rabat en Marruecos, de Rabat en Malta, Arrábida en
Setúbal (Portugal), San Carlos de la Rápita en Tarragona, La Rábida en Huelva, son antiguos ribat.

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ERC Algo similar pero en el ámbito urbano encontramos los janqua. Un lugar de vida de mís-
ticos musulmanes pero también puede ser un lugar de retiro temporal. Es el lugar de encuentro
de las cofradías místicas y equivaldría al convento cristiano. Puede encontrarse en la ciudad o en
campo abierto. Es un complejo arquitectónico que incluye uno o varios oratorios y células para los
estudiantes. En ocasiones también se encuentra el mausoleo o enterramiento de su fundador. Este
término se utiliza principalmente en Oriente Medio.
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Otra estructura son las zawiya, empleada en en Norte de África y en el África subsahariana.
Sedes de cofradías religiosas que se forman en torno a las enseñanzas de un maestro. Algunas
albergan la tumba del fundador.

1.6. La Caligrafía
Geniza es el término que se utiliza en hebreo para referirse a una cámara o habitación en la que
los judíos depositan documentos y objetos en desuso que en algún momento tuvieron valor sagrado
o contienen el nombre de Dios. En la sinagoga de Ben Ezra, en El Cairo, existía una cámara en uso
desde el siglo IX que ue tapiada y olvidada. A finales del siglo XIX, el rabino Solomon Schechter
(1847-1915) trasladó sus documentos a la Universidad de Cambridge.
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El Corán es el libro sagrado de los musulmanes y la primera de sus fuentes de derecho. Es una
recopilación de textos en lengua árabe predicados a sus seguidores por Muhammad entre los años
610 y 632. Para los musulmanes es la palabra de Dios traída a los hombres por el Profeta que no es
más que el transmisor. La Biblia es una obra colectiva donde una serie de autores, inspirados por el
Espíritu Santo, contribuyen a su composición en fechas diferentes y expresándose cada uno en su
propia lengua (hebreo, arameo, griego). Por el contrario, el Corán es la propia palabra de Dios, es
la formulación perfecta y definitiva del monoteísmo. Los libros sagrados anteriores (Torá, Salmos,
Evangelios) mezclan verdad divina y error humano y resultan obsoletos ante la revelación coránica
perfecta Cualquier traducción no hace más que desfigurar o desvirtuar el texto.
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La noche entre el 26 y el 27 del mes de ramadán del año 612, “noche del destino”, descendió
sobre el Profeta el primer versículo coránico: “Lee, en nombre de tu Señor que te ha creado, quien
ha creado al hombre a partir de un coágulo. ¡Lee, que tu Señor es el más Generoso! El que enseñó
por medio del cálamo, enseño al hombre lo que no sabía” (azora 96, 1-5). El mabaas o día de la
designación del Profeta del islam es un día de festividad en el dar al-islam.
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En tiempos del califa Uthman, una comisión de expertos establece el texto oficial, admitido
hoy sin discrepancias en todo el mundo islámico. Está dividido en 114 azoras, agrupadas aproxi-
madamente en orden de extensión decreciente y no en secuencia temática o cronológica. Noventa
y dos de estas azoras fueron reveladas al Profeta en La Meca a lo largo de los primeros diez años
de su vida profética y representan la parte más religiosa del Corán. Las veintidós azoras restantes lo
fueron en Medina durante los últimos diez años de vida del Profeta y reflejan la experiencia de la
primera comunidad musulmana. Cada azora consta de párrafos o versículos de extensión desigual.
Cada versículo o aleya es por sí misma “signo de Dios”.

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1.7. Orígenes de la escritura árabe
Las inscripciones encontradas en la península arábiga atestiguan la existencia de la escritura
árabe desde el siglo III. Según dos teorías actuales, esta escritura sería de origen nabateo o siriaco.
En la época de la revelación coránica, a principios del siglo VII, la escritura de la lengua árabe
era todavía bastante rudimentaria y poco usada. Servía principalmente para consignar transaccio-
nes comerciales y contratos. El nacimiento y rápida difusión del islam conlleva el desarrollo de la
escritura.

2. Califato Omeya

3. La Cúpula de la Roca
Tras la muerte del profeta en 632, los cuatro primeros califas del islam son conocidos por la
historiografía árabe como los califas rashidun o ‘bien encaminados’, ‘ortodoxos’, refiriéndose a
su acertada inspiración y para diferenciarlos así de los subsiguientes califas omeyas y abasíes, ya
que pronto esta época fue considerada por los musulmanes como una auténtica Edad de Oro, en
la que florecieron las genuinas virtudes del islam. Estos cuatro primeros califas, emparentados con
Mahoma por lazos de sangre y por alianzas matrimoniales -Abu Bakr (632-634) y Omar (634-
644), padres de Aisha y Hafsa respectivamente, eran suegros del Profeta, mientras que Othman
(644-656) era su yerno y cAli (656-661) era su primo y yerno- basaron su régimen en el Corán
y tomaron como modelo el comportamiento del Profeta. Aun así, se crearían los rudimentos de
una administración civil y se establecería el sistema del diwan. Pero las conquistas se sucedían
rápidamente, los gobernadores de los nuevos territorios se volvían incontrolables, y este régimen no
podía resolver los problemas que el nuevo imperio planteaba. Los califas eran vistos como árbitros
y consejeros más que como soberanos, apenas tenían poder para imponer sus decisiones.
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Los Omeya trasladan, en el 660, la capital de Medina a Damasco. Eso implica que los omeya
adoptaron muchas tradiciones grecorromanas. En Jerusalén encontramos la Cúpula de la Roca. La
importancia de este territorio es por uno de los pocos milagros que se conocen del profeta, en el que
al viajar a Damasco es elevado al cielo. Supuestamente también es donde Abraham casi sacrifica a
Ismail. Es un lugar fundamental y clave, donde se alzaba el templo de Salomón, donde se cumplen
tantos milagros del mundo Islámico.
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En el 620 tiene lugar el isra, el viaje nocturno de La Meca a Jerusalén, seguido del miraj, el
ascenso celestial, uno de los milagros de la vida del profeta.
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La Cúpula se encuentra encima del Muro de las Lamentaciones, junto donde se encontraría el
Templo de Salomón. Conservamos una inscripción, parcialmente conservada, de su construcción
del noveno califa Abd al-Malik. Muy pronto, este monumento llama la atención.
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Consta de una planta centralizada, construida alrededor de la roca y cubierta por una gran cúpu-
la. Tenemos pilares con forma rectangular, alternados con columnas. El muro qibla orientado hacia
La Meca. Muy cerca del Santo Sepulcro, el diseño es muy común en Jerusalén, de plantas centra-
lizadas octogonales. Muchos mármoles de colores. Con la cúpula llena de mosaicos, con la técnica
bizantina. Se está llevando a cabo un trabajo de restauración.
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Como podemos entender este edificio, para algunos, como Myriam Rosen-Ayalon, es una in-
terpretación de la Jerusalén celeste. Otros autores, como TAL, nos muestra como una muestra de
poder por parte de los Omeya. En el exterior vemos esa cúpula, con el tambor, rematada la cúpula
con tres bolas y una media luna en la punta. Bajo la roca, tenemos un cripta, un pequeño oratorio.
Todas las dinastías van a querer dejar su huella sobre la cúpula. En el origen, la decoración exterior
debía ser similar a la interior, pero los azulejos fueron reemplazados por azulejos de Iznik.

3.1. Mezquita de los Omeya, Damasco


La Mezquita de los Omeya
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Bayt al-Mal o Tesoro de la Gran Mezquita de los Omeya
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Mosaicos con teselas doradas
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Los alminares es una torre de sección cuadrada, la actual es de época mameluca, pues ha habido
distintos alminares. Otro de estos es el alminar de Jesús, en el angulo noreste de la sala de oración,
se asienta sobre una de las torres cuadradas del recinto, sabemos que no es la original gracias a
un cuadro de Giovanni di Nicolò Mansueti. Y por ultimo tenemos el almina de la novia, tambien
cuadrado, con algunos vanos.
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La facha central, de la sala de oraciones es monumental. El cuerpo central esta flanqueado por
dos contrafuertes cuadrados que sostienen un gran arco ciego ligeramente apuntado que aloja dos
órdenes de columnas que sostienen arcos de medio punto. Coronado por un frontón. Una semejanza
a los palacios bizantinos. A ambos lados, una arquearía de medio punto y encima unos vanos,
cerrados por celosías de mármol calado. ERC
Por dentro, encontramos la sala de haram, de mayor altura las naves se superponen dos órdenes
de columnas con capiteles corintios, todas ellas construidas con material de reempleo, una pequeña
estructura donde se dice que se guarda la cabeza de Juan Bautista, es por ello un punto importante
de peregrinación cristiana. En el muro de la Quibla encontramos... Tras la quibla encontramos otro
oratorio que es el de Husseyn.
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A finales de XIX, un incendio arrasa la mezquita, y se inicia un lento trabajo para quitar es-
combros. Por suerte las dimensiones y las formas parecen haberse restaurado bien. En un momento
dado hay un cambio de gusto en la época otomana y posiblemente su decoración era demasiado
recargada y se tapo con yeso, eso produce que con el incendio se conservaran la mayoría de los
mosaicos. ERC

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El panel más celebre es el paisaje del río Barada. En 1928 fue redescubierto en el pórtico oesta
bajo el mortero por Victor Eustache de Lorey (1875-1953). Tras el reduscubrimientos de los mosai-
cos, se documentan y fotografían estos.

3.2. Alep
Una ciudadela elevada, donde encontramos una gran alhama. La Gran Mezquita de Alep fue
fundada por el califa omeya Al-Walid en el 715. Es la mezquita más antigua del Norte de Siria.
Es más pequeña que Damasco. Con arquerías al rededor del patio. Una fachada más sobria. En
el interior, una sala ipostila con arquerías. Toda la antigua ciudad de Alepo fue inscrita en la lista
del Patrimonio Mundial de la UNESCO, esto hace que en 1999 se iniciaran obras ambiciosas de
restauración. Con la guerra civil, la mezquita es quemada y poco queda de ella actualmente. El
alminar de epoca muy temprana. Una torre de piedra, muy sobria y al mismo tiempo muy elegante.

3.3. Los Castillos del Desierto


En el 660, el imperio era demasiado grande. La Meca y Medina, en el corazón del desierto,
tenían un buen emplazamiento. Al sur de Damasco encontramos los castillos del desierto. Un con-
junto de construcciones, aparentemente dispersos y sin relación visible entre ellos. Conocemos casi
30 castillos, hay zonas que se lleva escabando más de cincuenta años, asi que no parece haber mu-
chos más. Tenemos muy pocas fuentes sobres estos castillos. Los nombres de estos sitios han ido
cambiando, cuando leemos alguno de estos nombres en textos cristianos no podemos pensar que
hable de esa construcción.
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Son construcciones anteriores que se van a reconstruir, aunque algunas sera construidas desde
cero. Nos hace pensar en las fortalezas clásicas o incluso bizantinas. Un aspecto fortificado, aun-
que no parece tener esa función, con una planta cuadrada, grandes espacios. La funcionalidad de
estos castillos hay que remontarse a los año 30, donde Henri Lammens nos dice que encontramos
pabellones de recreo. Jean Sauvaget habla de una función colonizadora agrícola o cotos de caza.
Para Heinz Gaube estos castillos serían un sitio diplomático para los clanes y grupos de la zona.
Para Alistar Northedge son alhóndigas, destinados a la familia Omeya. Entre trabajos más recientes
tenemos a Antoine Bourrut, que dice que estos palacios son una manifestación del poder Omeya en
este espacio tribal.

3.4. Qusayr ´Amra


Abandonado en el desierto durante siglos, el edificio se fue deteriorando con el paso del tiempo.
Construido por el príncipe Al-Walid, un laida de vasta cultura, poeta y amante de la buena vida,
tanto que sus adversarios lo dejaron retratado. Es un castillo bastante pequeño, con dos salas, ua
dependencia elevada para evitar la erosión y unos baños. Se cree que al rededor había uno bosque
de pistachos. ERC Con una estructura basilical. En su interior, encontramos miles de pinturas, un
tanto deterioradas por el desierto, el hoyin y las hogueras que se pudieran encender en su interior.

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Encontramos en la zona de la nave central escenas de corte, en la derecha tenemos escenas cortesa-
nas y nos hablan de la favorita del califa, a la izquierda escenas de cacería del califa. Se le considera
la última manifestación del arte helenístico. En uno de los fresco vemos el protocolo de las audien-
cias, tenemos a Al-Walid tumbado bajo una tienda sobre un diván con mullidos cojines, a su lado
sus dos hijos y un escriba, mientras un esclavo le da aire con un abanico de plumas de pavo real. En
el ábside central se representa al califa con una iconografia que recuerda a la del Pantócrator bizan-
tino. ERC Al lado derecha, la parte dedicada a la favorita, donde encontramos una representación
del rey visigodo Don Rodrigo, que aparece junto al negus de Abisiniam, el emperador de Bizancio,
el emperador persa Cosroes y otros dos soberanos, uno chino y otro hindú. Encontramos baños de
la favorita, donde esta totalmente desnuda rodeada de algunos sirvientes observándola con curiosi-
dad. También la vemos realizando una especie de bailes. Fondos en lapislazuli. Dejamos fuera la
luz y entramos en un espacio tamizado. Entramos al hammam y encontramos mosaicos y fresco,
de mujeres y niños desnudos. En la zona más cálida encontramos una cúpula con los símbolos del
zodiaco.

3.5. Jirbat al-Mafyar


Literalmente “el lugar donde brota el agua”. De grandes dimensiones, con planta cuadrada y
torres circulares a los lados, un patio central. Aqui nos interesa la escultura. Altos relieve, mujeres
de corte, con los pechos al aire, pesados pendientes, policromada. ERC
Según el texto coránico, toda tierra es lugar de oración, en objetos cotidianos. La imagen, la
usencia de figuración, se eliminan de los espacios de oración y se empieza a utilizar la escritura. En
las monedas aparecen las escrituras. La prácita superpone la doctrina.

4. Califato Abasí
La construcción de un imperio islámico (750-950). El califato Omeya era un régimen que se
apoyaba esencialmente e la alta aristocracia de las tribus árabes de la península arábiga, en un
imperio donde coexistían numerosos pueblos. Con su caída, llega el califato abasí, que construirá
un verdadero imperio, basado en una religión y una cultura común. Vemos la herencia persa muy
presente en el arte. El primer cambio va a ser abandonar Damasco y trasladarse a orillas del Tigris, en
Mesopotamia, en Bagdad, fundada por al-Mansur. El modelo ya no es romano, nos encontramos ante
una ciudad circular. Estos dos siglos son de gran apogeo. ERC Se produce un cambio fundamental,
una civilización y cultura que se basa en el islam y en el árabe, lengua sagrada y lengua de la
economía. Los abasies son sunís. Aunque domina el árabe, también es importante el persa, con
personajes tan importantes como Ferdousí-e Tusí, el mayor poeta persa. Otro poeta persa, pero de
lengua árabe, tenemos a Abu Nawas, el poeta de las Mil y una Noches. Otro personaje importante
es Al-Mutanabbi. Como vemos, un gran esplendor cultural. Se funda el Baytal Al-Hikma, o La
morada de la Sabiduría, fundada en Bagdad. Debemos entender como este califato se relaciona
con el Imperio Occidental, de la Emperatriz Irene y el Imperio Carolingio, de Carlo Magno. ERC
Cerca de Bagdad, tenemos un ciudad que mantiene la misma distribución, Al-Rauda, o Firouzabad.
Bagdad en el Tigris, en el centro estaría la casa del Califa. Apenas tenemos restos, nos tenemos que

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ir a Raqqa, nada se conserva de la ciudad de al-Mansur y nada sabemos de sus técnicas, solo una
puerta.

4.1. Mezquita de Samarra


Debemos ir a Samarra, que crece muy rápido y en apenas sesenta años desaparece de la noche
a la mañana. El mayor yacimiento islámico. ERC A las afueras de Samarra, la mezquita de gran
tamaño, de planta rectangural, de ladrillo y yeso, de proporciones monumentales. Una planta rec-
tangular, con patio central, porticos en tres de sus lados y en el cuarto, la sala de oración, una sala
ipostila. El muro perimetral es bastante grueso. UNa estructura que marca un muro de transición,
que llamamos ziara. Una mezquita sencilla. El alminar, que recibe el nombre de Malwiya, en forma
de espiral, que sube en sentido contrario a la agujas del reloj, podemos pensar en Terbal, una torre
de treinta metros construida de la misma manera. No conocemos nada de la decoración, se dice que
estaba recubiertas de vidrio. ERC La decoración, encontramos fragmentos, era estuco, policromado
y calado. Una técnica muy rápica y poco costosa. Los que van esculpiendo el yeso podían cubrir
esas partes de manera rápida. Trabajan talleres. Surgen tres estilos:

Estilo A: Una división de la suprficie en compartimentos hexagonales y octogonales, entre


tiras de contorno, con decoración de hojas de parras o de vid.
Estilo B: Formas geometrimas más cargadas y más carnoras, con pequeños puntitos. Una
división de la superficie en retículas.
Estio C: En lugar de tallar todo, se hacen moldes de madera, que se usaban en ámplias super-
ficies imprimiendo un adorno modular que luego era retocado a mano. Entalledura oblicua y
la superficie es más plana que en los estilos anteriores. Se trabaja la yesería. Más geométrico.

Se funda la casa de las Artes, que trabajan al servicio del califa. Aquí surge la artesanía de los
tejidos de lujo, normalmente de algonodon o lino, pero con hilos de oro.

4.2. Palacios Abasies


Encontramos el palacio de Ujaidir, una fortaleza de planta cuadrada, con turres circulares, en su
interior un gran patio. Un cruce de rutas comerciales que unían Kufa con el Mediterráneo y el golfo
Persico. Se encuentra una relación con el el estilo Gótico. Todo ladrillo estocado. Se descubrió en
el s. XVI, pero los primeros trabajos fueron de un mujer, Gertrude Bell, en 1909 y 1913. Un recinto
amurallado. ERC Potencia agraria, con sistemas de regadío, irrigación, cruce con zonas de comercio
y con bizancio, de esclavos. Entre las ciudades importantes tenemos:

Keirouan, la antigua capital, centro cultural, espiritual, aqui surgen dos escuelas jurídicas,
los Maliquíes y los hanafies. Su mezquita se conviertesen el mayor santuario del occidente
musulmán. Es la primera ciudad árabe al Norte de África, fundada en el 670 por Oqba b. Nafi.
Es considerada ciudad Santa, la mezquita era considerada una fortaleza, hasta la llegada de los
franceses. Una ciudad conservadores, muy silenciosa, calada en blanco, con tonos azulados.
La ciudad vive sobre todo del textil. Encontramos gran número de mezquitas.

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Encontramos los estanques, que sirven para recoger el agua de las lluvias. De grandes dimen-
siones, que servia también como zona de recreo. ERC Yendo a la gran mezquita, se trata de
una de las más antiguas y pretigioas del occidente musulman. Fundada en el 670 por el con-
quistador y fundador de la ciudad. En varias ocasiones fue modificada, con alguos remates.
En torno a ella van surgiendo pequeños oratorios y sawias, se va convirtiendose en un gran
complejo religioso, del que no mantenemos apenas nada. Con cúpulas gallonadas. Podemos
destacar la estrada más monumental Bab Lalla Rihana, de finales del siglo XIII, con capite-
les diferentes. De panta rectangular, con un patio central, las estradas hundidas y rodeadas
de unas salas ipóstilas. Con dos naves, la primera paralela a la quibla y una transversal, que
desde patio nos lleva al migrab, una planta en T. Todo lineas muy horizontales excepto las dos
cúpulas en la fachada y al fondo de las sala. El alminas son tres cubos enormes, terminada en
una cúpula. Un edificio muy sobrio, pero impresionante por la luz y el silencio. En el patio
encontramos relojes de sol. En el alminar, encontramos tres cuerpos superpuestos que termi-
nan en una cúpula. En la fachada principal, se alza una de las dos cúpulas, con un tambor que
se eleva en un tambor, una nave principal muy grande que nos dirige al muro de la quibla. En
el interior cubierto de alfombras de nudo, más prietas. Apenas hay iluminación, un bosque de
columnas, que queda bastante a oscuras. La techumbres el plana de maderas, policromadas
con inscripciones coránicas. Azulejos del gran tamaño, de una técnica de gran prestigio, el
reflejo metálico, se desconoce si son importados de Samarra, se disuelve en polvo los metales
en vinagre, se mete en el orno y se somete a una cocción con mucho humo. Encontramos
el mimbar, uno de los más antiguos conservados, un enorme puzle sin apenas piezas metáli-
cas, con tramas geométricas. Otra pieza importante es la Maqsura de al-Muìzz, de la primera
mitad del siglo XI, las más antigua conservada.
ERC
No muy lejos de la Mezquita, encontramos la Mezquita de las Tres Puertas, que no interesa la
fachada principal. Sin patio ni pórtico. Una planta cuadrada, con cuatro pequeñas columnas,
que separan las naves. tres inscripciones, azuras coranicas, una inscripción fundacional y por
ultimo una inscripción sobre las obras realizadas para añadir el alminar.
ERC En esta ciudad también surge el el arde del libro. Encontramos el Corán Azul, escrito
en cúfico dorado sobre vieta azul tintada con índigo. Se conservaba en barios baúles debido a
su tamaño y se conservo aquí hasta la llegada de los franceses. Conservamos también tejidos
con el nombre del emir como objeto de regalo, que nos muestra que hubo también talleres
que se dedicaban a la producción de ello.

Al-Abbassiyya, tras la pacificación del paísse establece esta ciudad palatina. No queda apenas
nada de esta ciudad. Era tambien conocida como Qasr al-Qadim. La residencia fortificada
fundada por el emir Ibrahim.

Raqqada, fundada tras abandonar Al-Abbassiyya, su nombre significa “la que favorece el
sueño”. Fundada en el 876 por Ibrahim III, a 10 km al SO de Kairouan. No queda demasiado,
pues es una cantera para despues contruir la ciudad de Al-MAnsuriyya, de la dinastía fatimí.
Hoy solo es visibre un gran estanque cuadrado y un edificio de tres naves pavimentadas.

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Sousse, la antígua Hadrumentum púnica, es el puerto del emirato aglabí. El ribat defendía la
ciudad. El ribat existía en época omeya, aunque se reforma por completo, con una planta cua-
drada, torres circulares en los angulos y en uno de ellos, se levanta la torres vigia, con mucho
material de reempleo, en torno a un patio central, en la parte baja zonas de almacenamiento y
en la parte ala celdas para los monjes, la fachada principal adelantada. ERC
Ascendiendo por las colinas de la ciudad, nos encontramos una mezquita muy pequeña, lla-
mada Mezquita Bu Fatata, probablemente la mezquita personal del gobernador. De planta
cuadrad, con una sala ipóstila. EN el exterior una inscripciones que nos dan fechas y el nom-
bre del fundador, Abu ´Iqal. ERC Junto al Ribat, encontramos una aljama, la gran mezquita,
contruida en el 850 por Abû al-’Abba Muhammad. A 50 metros del ribat, muy horizontal. Un
patio central. ERC

Monastir, otra ciudad costera con un Ribat enorme. No nos entretendremos en ella.

Los gobernadores son vistos como extranjeros, la pobración se compone de bereberes, afariq o
antiguos romanizados y árabes. Hay una represión contra los bereberes. En el arte es considerado
un centro muy importante de la época.

4.3. Tunez
En Tunis, encontramos comunidades grandes. La mezquita no es tan grande como las vistas
anteriormente, pero sigue teniendo una planta rectangular, con múltiples naces perpendiculares, una
nave que recorre el muro de la quibla. Podemos leer como hay dos pequeñas cúpulas, una en el
primer tramo de la nave central, y otro al final. Desde el alminar vemos bien esta planta en T. Un
patio con arcos de herradura muy ligera, de menor tamaño. Un interior lujoso, las lamparas de
cristal que causan furor. Muy luminosa. El alminar, de inspiración almoade. Encontramos la escuela
de estudios, un pequeño local que funciona coomo madrasa. Un centro muy presitigioso de estudios,
donde suele estar el Iman de la Nación. ERC La cerámica, de un color amarillo de Raqqada, con
cerámica vidriada policromada con fondo amarillo, se caracteriza por motivos geométricos que
evocan el repertorio bereber y por estilizadas aves.

4.4. Egipto
El Egipto copto y monofisita, que vivía bajo la opresión de los bizantinos ortodoxos, acoge a
los conquistadores musulmanes como liberadores. Con el califato abasí, se funda la ciudad de al-
Askar. Llega el general Ahmed b. Tunul que funda una nueva dinastía y con quien Egipto recupera
su autonomía. Se sigue respetando al Califa, pero vemos que en poco tiempo se acuña moneda de
oro, derecho solo permitido al califa. No pagaban tributos al disponer de su propia administración.
Encontramos la Mezquita de Ibn Tulun. ERC La mezquita de Ibn Tulun se había quedado pequeña
debido al crecimiento de la ciudad. El muro exterior de la mezquita encontramos un inscripción fun-
dacional, aunque se cree que hay varias modificaciones, como el alminar. Es difícil verla de lejos,
debemos subir a los tejados para ver el tamaño. De ladrillo cocido y secado al sol. Con planta rectan-
gular y construida alrededor de un sahn. En su interior, arcos de medio punto, las naves paralelas al

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muro de la Quibla. En ls arquerías del patio unos rosetones. No es una sala de oración muy grande,
apenas cinc naves, que siguiendo el muro de la quibla se de gran tamaño. Techumbres planas de
maderas, que posiblemente estuvieran policromadas, que se han perdido, conservamos un friso de
madera bajo la techumbre , con inscripciones coránicas, de artesanos coptos. Un elemento habitual
de las mezquitas orientales, encontramos una pequeña tribuna con un banquito, esta estructura la
llamamos Dikka. Los muros estan decorados de almenas, como detalle decorativo, de estuco. LA
midah, la fuente que encontramos en el centro del patio, debemos dirigirnos a las fuentes principa-
les, que hablan de columnas de mármol. Actualmente esta muy restaurada, pero no debe estar tanto
como lo estaba en sus momentos aljidos. El alminar, se encuentra en el lado opuesto al muro de la
quibla, con escalera circular, contruida en piedra, eso puede significar que es más tardío. Otra de las
artes de este siglo, son los tejidos, en lino, muchas veces con el nombre del emir. Algo de figuración.

5. Califato fatimi
Los Ismailies, son comerciantes cosmopolitas, que saben adaptarse, con señales secretas para
reconocerse entre ellos. Los gobernantes fatimies se presentan como descendientes de la hija del
profeta, Fátima, atraves de Isma‘il, el septimo iman shi’i, y por lo tanto se alzan como una amenaza
para la autoridad política y religiosa del califa ortodoxo abasí suní. Su lides es el. Acaban con los
aglabies y fundan al-Qahira, actalmente El Cairo. Momento de mucha riqueza, con ominancia de las
rutas comerciales tanto marítimas como terrestres, esto hace crecer la capital. Dos siglos de glorias
hasta la aparición de los Turcos. Una corte muy culta, que da importancia a la poesia, a la astrología,
al ajedrez. El urbanismo y la arquitectura, las ciencias, el arte y la literatura alcanzaron altas cotas
gracias al mecenazgo de la corte. El patrocinio real garantizó que el trabajo artesano tuviera la
máxima calidad, plasmando la religiosidad y la ideología de la dinastía. Se acuña monedas.
ERC
Mahdia, la primera capital fatimí, construida en 914 con el auspicio de Abdallah al-Mahdi.
Ocupa la península rocosa y está rodeada por murallas. Una única puerta de acceso permite el acceso
a esta ciudad prohibida al común de los mortales. El centro de la ciudad no es la Mezquita, sino el
palacio, el Califa Fatimi en el centro de la ciudad, como líder político y espiritual. La mezquita es
el monumento más importante. La gran aljama recicla piezas de un yacimiento cercano, por ello
parece que utilizan un estilo muy clásico.
ERC
La época gloriosa de los fatimies es cuando consiguen hacerse con Egipto, el gobierno de Ifri-
qiya se delega en los ziríes. Fundan una nueva capital Al-Qahira4 , el actual El Cairo. Con una
proporciones monumentales, con puertas de gran acceso. Al sur del Cairo antiguo, con los restos
de la Fortaleza romana construida por el Emperador Trajano en el 116, una ciudad judeocristiana,
el actual barrio copto. El Cairo Islámico encontramos mezquitas, pero resalta al-Azhar, la Mezquita
resplandeciente. La primera mezquita aljama de al-Qahira, Constaba con una madrasa o escuela,
la universidad de al-Azhar. La sala de oración esta precedida por una patio oblongo, rodeado por
porticos de tres naves sostenidos por columnas antiguas que soportan arcadas de ladrillo revestido
4 La victoriosa

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de estuco. La sala de oración hipóstila presenta cinco naves paralelas a la qibla. Los alminares son
posteriores. Muy pronto, alrededor empieza a crecer salas que sirven de habitáculos para los estu-
diantes de la madrasas. Es muy iluminosa, el portico que se abre al patio es de una gran ligereza,
delicadas columnas de mármol soportan amplios arcos apuntados de cuatro centros, unidos entre si
por tirantes de madera. Sobre las columnas se abren falsos vanos que aligeran las enjutas y sobre los
arcos se disponen grandes rosetones circulares. Una balaustrada con merlones escalonados corona
y aligera la fachada. Es más pequeña que las vistas anteriormente, no se pretendía acoger a toda la
población. Muros de ladrillo y encima yeso. El alminar de época mameluca.El muro de la qibla es
derruido y se añaden tres naves más. Una techumbre plana.
ERC
En la misma ciudad, encontramos la Mezquita al-Hakim, fundada por el califa al-Hakim. For-
mada por cinco naves paralelas a la qibra con una nave axial que se dirigía a una sala ipóstila. Con
una planta cuadrada, con una nave central que conduce hacia el nicho, tenemos tres cúpulas, una en
el centro de la qibla y otras dos a cada lado. Dos alminares a cada lado. Hoy en fdia la mezquita
esta desfigurada por una restauración. Hemos visto dos grandes fatimies que reflejan la fusión entre
la tradición oriental abasí y las aportaciones clásicas.
ERC
En el siglo XI, bajo el reinado del Califa fatimi al-Mostanzir, encontramos la muralla, con un
modelo romano jalonada con grandes torres, ya perdida. La justificación de esta construcción es por
la lenta decadencia de la dinastía. Dejamos atrás la época de las grandes mezquitas, si avanzamos en
el tiempo, ya no encontramos grandes salas de oraciones, ya no son los califas los que actúan como
mecenas, sino que serán los bisies, pero ya no serán esas grandes mezquitas, sino salas de oración
más pequeñas. La Mezquita de al-Aqmar, en el corazón de la ciudad fatimí, contruida en piedra. En
origen la mezquita estaba un poco elevada, pero la ciudad ha ido creciendo y se ha puesto a pie de
suelo. En la fachada encontramos un inscripción cufica, muy florido. Un interior muy pequeño.

6. Omeyas Cordobeses
El arte omeya cordobés refleja un impacto cultural que requirió tiempo para manifestarse ple-
namente. A su llegada a la Península Ibérica en 711, los musulmanes tenían una limitada tradición
artística. Se destaca la dificultad de identificar los elementos del arte visigodo y su posible influencia
después de la conquista. La arquitectura religiosa refleja una mezcla de tradiciones locales, formas
omeyas y modelos aglabíes a partir del siglo IX. Elementos como los alminares cuadrados y los mih-
rab semicirculares tienen raíces tardoantiguas, mientras que otras innovaciones, como las cúpulas
ante el mihrab, se introdujeron más tarde en las mezquitas andalusíes.
ERC
La mezquita aljama de Córdoba es el primer edificio andalusí claramente islámico que se con-
serva y ha servido como modelo para futuras ampliaciones y construcciones en toda la región. Es
un símbolo de la evolución de la arquitectura andalusí en sus primeros tres siglos, reflejando tanto
la influencia musulmana como cristiana a lo largo del tiempo. Su estructura actual es el resultado
de múltiples adiciones y transformaciones realizadas desde su construcción inicial, tanto durante el
dominio musulmán como después de la conquista cristiana.

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Ataurik es la ornamentación de tipo vegetal.

6.1. Córdoba
Córdoba, conocida como "ornamento del mundo", se convirtió en una metrópolis destacada tan-
to en el emirato como en el califato de al-Ándalus. Originalmente una capital provincial romana, se
transformó en una ciudad clave en el mundo medieval. Al igual que otras ciudades omeyas como
Damasco y Kairouan, Córdoba experimentó una distribución de población diversa, incluidos con-
tingentes bereberes junto a cristianos. Los primeros musulmanes reutilizaron edificios existentes,
como el palacio del gobernador, mientras renovaban la infraestructura urbana. Con el tiempo, el
emir comenzó a infundir una identidad omeya en la ciudad mediante la adopción de estilos arqui-
tectónicos y decorativos asociados a sus antepasados sirios.
ERC
El emir de al-Ándalus pasa mucho tiempo en su residencia, la almunia de al-Rusafa, ubicada a
unos tres kilómetros al noroeste de Córdoba. Se cree que esta residencia evoca una similar fundada
por su abuelo, el califa Hicham, en Palmira. Existe la posibilidad de que la almunia de al-Rusafa
se identifique con el yacimiento de Turruñuelos, que muestra restos de una villa romano-visigoda.
Abd ar-Rahman II, en el siglo IX, fundó la casa de la ceca y la del tiraz, así como amplió la aljama
y realizó proyectos de infraestructura, como la traída de aguas desde la sierra. Además, muchas
mezquitas emirales se construyeron sobre antiguas iglesias intramuros o en terrenos de iglesias en
ruinas, y el número de almunias reales aumentó bajo diferentes gobernadores.
ERC
Bajo el emirato y especialmente durante el califato omeya, Córdoba se destaca como una me-
trópolis brillante, incluso después de la fundación de Madinat al-Zahra. El califa distribuye el poder
entre ambas ciudades, que forman una gran aglomeración urbana. Se duplica la mezquita aljama y
el alcázar. Abd ar-Rahman III lleva a cabo importantes inversiones urbanas, incluyendo la construc-
ción de la nueva casa de la ceca, obras en la aljama y la reconstrucción de mercados. Al-Hakam II
continúa esta labor, ampliando la aljama, mejorando el alcázar, reparando el puente, expandiendo
el zoco y ensanchando las calles. Sin embargo, la guerra civil afecta gravemente a Córdoba, que es
asediada, devastada y finalmente anexionada por Sevilla en 1078.

6.1.1. La Mezquita de Córdoba


La Mezquita de Córdoba es la primera construcción que ha perdurado desde la conquista de
la ciudad en 711. Tras la ocupación, los musulmanes compartieron la basílica de San Vicente con
los cristianos durante setenta y tres años, hasta que Abd al-Rahman I decidió construir una gran
mezquita en su lugar. Este evento guarda similitudes con lo ocurrido en Damasco ochenta años
antes, donde se construyó la Gran Mezquita Omeya por Al Walid I para responder a las necesidades
del culto islámico.
ERC
Durante el califato en Córdoba, surge la necesidad de establecer una memoria dinástica que
vincule a los omeyas con los califas de Damasco. Los cronistas dinásticos elaboran relatos que
reproducen las tradiciones sobre la relación entre la basílica de San Juan Bautista y la mezquita de

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aljama en Damasco, sugiriendo que la mezquita de Córdoba se construyó sobre una iglesia cristiana
previa, San Vicente, compartida inicialmente por musulmanes y cristianos. Aunque estos relatos
tienen un carácter propagandístico y no existen pruebas arqueológicas que los respalden, algunos
sectores continúan creyendo en la existencia de la iglesia de San Vicente en Córdoba.
ERC
La construcción inicial de Abd al-Rahman I consistía en un cuadrado de 76 metros de lado
dividido en dos partes: la mitad sur para la sala de oración y la mitad norte para el patio o sahn
rodeado de pórticos. La arqueología revela construcciones paleocristianas bajo la mezquita que se
adaptaron a las limitaciones del trazado urbano preislámico. Con el tiempo, las ampliaciones y
reformas sucesivas hicieron desaparecer los elementos originales, conservándose solo parte de su
fachada en el lado occidental, junto con una puerta conocida como de San Esteban, anteriormente
como Bab al-Wuzara o Puerta de los Visires.
ERC
Bab al-Wuzara es una puerta que sirve como modelo de las fachadas andalusíes, con una deco-
ración elaborada que incluye un dintel recto adovelado dentro de un arco de herradura enmarcado
por un alfiz. Encima del alfiz, hay un friso de arquillos ciegos, seguido de un tejaroz sostenido por
ménsulas de rollos y rematado con merlones escalonados. A ambos lados de la puerta, se encuentran
nichos ricamente decorados en piedra, y sobre ellos, ventanas enmarcadas por arcos de herradura
con celosías de mármol geométricas.
ERC
El alfiz es una moldura rectangular que rodea la parte exterior de un arco, delimitando un espacio
llamado enjuta o albanega. En la mezquita de Córdoba, esta composición evolucionada y enrique-
cida se encuentra en todas las portadas posteriores. Su decoración exhibe los rasgos característicos
de la decoración parietal andalusí, como el ataurique, una decoración floral inspirada que tiende
a cubrir toda la superficie, organizada en registros regulares y con una composición subyacente
altamente geometrizada.
ERC
La fachada de la sala de oración hacia el patio se caracteriza por su sencillez, con arcos dis-
puestos de forma uniforme, aunque la nave central, de mayor anchura, rompe esta uniformidad. La
disposición de las once naves orientadas hacia la qibla, separadas por arquerías, es una de las ca-
racterísticas más destacadas y repetidas en las ampliaciones posteriores. Este modelo de mezquita
hipóstila, aunque basado en los primeros construidos en oriente, sigue la orientación de al-Aqsa en
Jerusalén, con escasa aplicación en el oriente.
ERC
Las arquerías se apoyan en columnas recicladas de edificios antiguos, romanos y visigodos.
Sobre estos capiteles se disponen cimacios donde se apoyan arcos de herradura en la dirección de
la arquería y ménsulas en dirección transversal. Estas ménsulas ensanchan la base de las pilastras
que soportan un orden superior de arcos, contribuyendo a la diafanidad de la sala y permitiendo la
evacuación del agua de la cubierta mediante canales de desagüe, a modo de acueductos, inspirados
posiblemente en los acueductos romanos como el de los Milagros de Mérida.
ERC
El modelo de construcción oriental se combina con una tradición local, sugiriendo que la llegada

15
masiva de operarios probablemente ocurrió en pleno califato. En el siglo VIII, Hicham I añadió un
alminar y una mida de abluciones a la mezquita. Cincuenta y tres años después de su construcción,
Abd al-Rahman II amplió el edificio manteniendo su disposición original, pero agregando capiteles
labrados específicamente para la obra, especialmente para el nuevo mihrab. En esta ampliación,
el nicho del mihrab sobresalía del muro qibla y presentaba una forma cuadrada al exterior y de
herradura al interior, que luego se repitió en la obra de al-Hakam II.
ERC
Muhammad I, sucesor de Abd al-Rahman II, finaliza la ornamentación y restaura la fachada de
San Esteban en el año 855. También establece la primera maqsura de al-Ándalus, delimitando un
espacio frente al mihrab para el soberano. Abd Allah ordena la construcción del primer s?b?t, un
pasadizo entre la maqsura y el alcázar, que incluía una pantalla que llegaba hasta el mihrab y una
puerta para la oración. Estas acciones podrían responder a razones más allá de la devoción, en un
contexto político inestable marcado por revueltas generalizadas hacia el año 870. .
ERC
Abd al-Rahman III, tras proclamarse califa en 929, realiza importantes obras para manifestar
su nueva condición. Amplía el patio de la mezquita, devolviéndole proporciones similares a las
de la sala de oración y dotándolo de pórticos en todo su perímetro. Para ello, derriba el antiguo
alminar y construye uno nuevo, concluido en 946, que sirve como modelo para los alminares del
occidente islámico. Esta torre prismática, con una doble escalera interior, coronada por un cuerpo
más pequeño rematado en una cupulilla y cuatro esferas doradas, era la estructura más alta de la
ciudad. Posteriormente, en Fez, Abd al-Rahman III levanta un alminar idéntico en la mezquita de
Qarawiyin, como símbolo de oposición a los fatimíes, quienes rechazaban este tipo de construcción.
ERC
Esta pieza es uno de los pocos yamures conservados de pequeñas mezquitas desaparecidas,
reutilizados como elementos ornamentales en construcciones posteriores, como la cubierta de la
iglesia mudéjar de Santa Ana en Granada. Se cree que proviene de la mezquita Almanzora o masyid
Ibn Tawba, fundada en época zirí. Originalmente formaba parte de una veleta cristiana, junto con
una cruz de hierro calada. Su vástago original fue reutilizado y extendido hasta alcanzar una altura
de 4,23 metros.
ERC
Al-Hakam II, sucesor de ‘Abd al-Rahman III, amplió la mezquita en 962, incorporando in-
novaciones influenciadas por la experimentación arquitectónica en Madinat al-Zahra. Aunque una
extensión de la mezquita anterior, la ampliación se concibió con autonomía propia. Se destacan
cuerpos elevados en los extremos de la nave central, cubiertos con arcos entrecruzados y cúpulas
gallonadas, que iluminan el centro y enfatizan la dirección de la nave y el mihrab. Este diseño en-
mascara el sistema estructural con arcos secundarios lobulados, haciendo única esta ampliación en
la arquitectura islámica occidental.
ERC
El área de la maqsura, donde rezaba el califa y su séquito, está delineada por dos espacios late-
rales cubiertos con bóvedas nervadas. El mihrab, en el centro del muro qibla, presenta un arco de
planta octogonal, cubierto con una bóveda avenerada, decorado con mosaicos y tableros de mármol
labrado. La rica ornamentación, incluyendo ataurique y bandas epigráficas, refleja la influencia ro-

16
mana, como evidenciado por los capiteles tallados en el siglo IX y X, imitaciones fieles del estilo
romano. Esta referencia a la ornamentación romana adquiere un trasfondo político en el siglo X,
cuando los omeyas buscaban distanciarse de los fatimíes.
ERC
La ampliación de al-Hakam II introdujo mosaicos de vidrio como una innovación notable, des-
tacando la influencia de la Siria omeya. Estos mosaicos, realizados siguiendo la técnica bizantina,
presentan motivos florales y geométricos clásicos, además de inscripciones en cúfico que elogian
la piedad del califa y marcan la fecha de realización. Se destaca la presencia de dos diademas o
coronas reales en los gallones de la cúpula del mihrab, aludiendo al lugar ocupado por el soberano.
Este mihrab, único por su monumentalidad y profundidad, refleja una solución arquitectónica sin
precedentes en la época, superando incluso a los mihrabs de otras importantes mezquitas islámicas.
ERC
La ampliación de al-Hakam II incluyó puertas exteriores ricamente decoradas, siguiendo el
modelo de San Esteban, con una ornamentación más profusa que combina placas de piedra labradas
y piezas cerámicas entalladas, formando ricas decoraciones geométricas. Sin embargo, el esplendor
de Córdoba llegó a su fin a principios del siglo XI con el estallido de enfrentamientos tribales durante
el mandato del tercer califa omeya, Hisham II. Muhammad b. Abi Amir, conocido como Almanzor,
ministro y virtual usurpador del poder del califa, llevó a cabo la última ampliación de la mezquita
en 988, agregando ocho naves más de treinta y cinco tramos hacia el lado oriental. Aunque esta
expansión no introdujo innovaciones arquitectónicas, contribuyó a la amplitud y majestuosidad del
edificio.
ERC
El mimbar, o púlpito, de la mezquita de Córdoba tenía una ubicación especial entre el mihrab y la
puerta del sabat, aunque actualmente está tapiado y oculto al exterior. Al-Hakam II, en 966, encargó
la construcción de un nuevo mimbar, el cual se describió en las crónicas como una obra adornada
con 36,000 piezas de marquetería en marfil y maderas preciosas, además de herrajes de plata. Este
mimbar tenía implicaciones políticas y simbólicas, posiblemente vinculadas a la proclamación de
su hijo Hisham como heredero al trono.
ERC
En 1146, durante la entrada de las tropas cristianas de Alfonso VII, el mimbar sufrió daños.
Permaneció en la mezquita hasta el siglo XVII, cuando fue destruido durante una serie de obras en
esa área de la sala de oración. Ambrosio de Morales, historiador y cronista, lo describió en 1577
como una "silla del rey Almanzor", un carro con cuatro ruedas de madera ricamente tallado, al que
se ascendía por siete gradas. Sin embargo, fue desmantelado en años posteriores, perdiendo así esta
reliquia de la antigua arquitectura islámica.
ERC
El alfarje, o techumbre de madera, de la mezquita de Córdoba fue descrito por Ambrosio de
Morales en 1577 como una estructura ricamente labrada y pintada, hecha de alerce proveniente
de Berbería. Originalmente, consistía en vigas transversales sobre las naves con tableros apoyados
sobre su cara superior, ornamentados con talla y policromía. Los motivos decorativos incluían me-
dias palmetas, flores de loto y tallos entrelazados, con fondos pintados de rojo y azul, y contornos
punteados de discos dorados sobre fondo negro.

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ERC
Este estilo decorativo, que difiere del resto del edificio, ha sido relacionado con el arte abasí de
Mesopotamia. La referencia al arte abasí no es única, ya que se observa en otros elementos del arte
califal, como en Madinat al-Zahra.
ERC
En 1713, las vigas fueron retiradas y reemplazadas por bóvedas barrocas de cañizo y yeso,
muchas de las cuales fueron vendidas a artesanos y fabricantes de instrumentos. Algunas de estas
vigas sobrevivientes se conservan en las galerías del Patio de los Naranjos.
ERC
A principios del siglo XX, el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco desmontó varios de estos
elementos para reproducir la techumbre de las naves de la ampliación de al-Hakam II, dejando
detalladas memorias de restauración y dibujos.
ERC
La iluminación de la mezquita de Córdoba se lograba mediante lámparas con cuencos de cristal
llenos de aceite, complementando la luz natural que entraba por las cúpulas y las celosías de los
muros. En 997, Almanzor tomó las campanas de Santiago de Compostela, las cuales fueron llevadas
a Córdoba y utilizadas como grandes lámparas. Estas campanas fueron devueltas después de la
conquista de Córdoba por Fernando III en 1236.
ERC
El suelo de las naves de la mezquita, desde su primera hasta su última ampliación, consistía en
tierra apisonada y estucada con almagre. Sobre este suelo se colocan esteras que cubrían también
la parte inferior de los fustes de las columnas. El mihrab tenía un solado de mármol, mientras que
la maqsura posiblemente estaba cubierta con baldosas de barro, similar a lo que se encuentra en la
mezquita de Madinat al-Zahra. En cuanto al patio de la mezquita, estaba pavimentado con losas de
pizarra y caliza de color rojizo.

6.2. Medinat al-Zahra


La construcción de Madinat al-Zahra’ fue una acción propagandística importante de Abd al-
Rahm?n III al-Nasir, quien se proclamó califa en 929. Esta nueva ciudad palatina se construyó
como parte de su programa político para afirmar su nuevo estatus frente al califato rival fatimí, cuya
expansión en el Magreb representaba una amenaza para los intereses omeyas en la región.
ERC
Se ha adoptado una perspectiva histórica para entender la génesis de Mad?nat al-Zahr?’ como
parte del contexto oriental de construcción de grandes capitales por parte de varios estados islámicos
en ese momento. Esta ciudad se considera la máxima expresión urbanística del califato omeya,
compitiendo con el califato fatimí rival. La interpretación política e ideológica de su construcción
como un desafío al estado fatimí ha sido objeto de diversos estudios.
ERC
El nombre “Madinat al-Zahra”’ o “Mad?na al-zahra” para la ciudad palatina construida por
Abd al-Rahman III no fue elegido al azar. En los sermones oficiales de los viernes de los fatimíes,
se rezaba por “la resplandeciente Fátima”, la hija del Profeta, quien era crucial en la legitimidad

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chií. Esto sugiere una intención política detrás del nombre, relacionada con desafiar la legitimidad
fatimí y afirmar la propia.
ERC
La Mezquita al-Azhar, conocida como "La Espléndida", fue la primera mezquita aljama de al-
Qahira, fundada entre 969 y 973. Originalmente fue un centro espiritual chií, pero más tarde se
convirtió en un importante centro sunní y la mayor universidad del dar al-islam. La construcción
de la ciudad de Madinat al-Zahra’ parece haber sido motivada en parte por circunstancias políticas
y estímulos externos, similar a los grandes proyectos urbanos en Oriente. La obra, continuada por
al-Hakam II, consolidó un lenguaje formal establecido previamente con la aljama cordobesa, pero
también introdujo nuevas formas y tipos arquitectónicos, convirtiendo la ciudad y su alcázar en un
laboratorio de experimentación arquitectónica.
ERC
Después de pacificar el país, Ibrahim b. al-Aghlab funda Al-Abbassiyya, una nueva ciudad pa-
latina cerca de Kairouan, distanciándose de la oposición local y mostrando lealtad al califato abasí.
Raqqada, establecida en 876 por Ibrahim II, se convierte en la ciudad palatina aglabí. Sabra al-
Mansuriya, fundada en 947 por el tercer califa fatimí, al-Mansur, sirve como la segunda capital
de la dinastía fatimí. Al-Qahira, la ciudad fatimí (969-1250), completa este panorama de ciudades
palatinas y dinásticas en el mundo islámico medieval.
ERC
La ciudad palatina de Mad?nat al-Zahr?’ se construyó aprovechando la topografía del terreno,
con edificaciones en terrazas sobre rellenos artificiales sostenidos por robustos muros de contención.
Abd al-Rahm?n III, de manera más destacada que en el mundo abasí, empleó la topografía con una
clara intención iconográfica y política. Esta nueva ciudad se concibió en estrecha relación con la
cercana Córdoba, formando casi una sola área urbana.
ERC
La ciudad palatina de Mad?nat al-Zahr?’ se asienta en las primeras pendientes de la Sierra de
Córdoba, adoptando una planta rectangular. Presenta una disposición jerárquica, donde el alcázar se
ubica en la parte central y elevada, mientras que la ciudad se extiende a ambos lados y por la llanura
circundante. Aunque la mayoría de la ciudad no ha sido excavada, las prospecciones indican una
organización urbana muy precisa.
ERC
Las fuentes escritas indican una rápida construcción del palacio y la ciudad de Mad?nat al-
Zahr?’, especialmente en lo que respecta al traslado de servicios y manufacturas oficiales desde
Córdoba al nuevo centro de poder. Según estos textos, las obras comenzaron alrededor del año
936 y continuaron durante la década siguiente de manera secuencial. La mezquita aljama se habría
completado en el año 941, y para el 945, el califa ya residía en la ciudad. En el año 947, la Casa
de la Moneda también fue trasladada desde Córdoba a Mad?nat al-Zahr?’, lo cual se confirma por
registros numismáticos que muestran las primeras acuñaciones en la nueva ciudad ese mismo año.
ERC
La diversidad de composiciones y motivos en el repertorio decorativo de Mad?nat al-Zahr?’
indica la presencia de diversos talleres, con una amplia gama de artesanos locales y foráneos que
contribuyeron a crear uno de los programas decorativos más ricos del mundo islámico. La ciudad

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fue construida con una amplia variedad de materiales, incluyendo mármol de canteras romanas
reactivadas específicamente para el proyecto, así como materiales de otras canteras alrededor del
Mediterráneo, como Túnez y Bizancio. Las decoraciones murales, columnas y capiteles fueron ta-
llados expresamente para el monumento, lo que lo convierte en un ejemplo casi único de ciudad
palatina andalusí con decoración mural de piedra en lugar de ladrillo y estuco.
ERC
La construcción de Mad?nat al-Zahr?’ reflejó la opulencia del califato mediante el uso abun-
dante de sillares de piedra, ladrillo, alabastro y mármol para elementos decorativos como fustes,
basas y capiteles. Además, se empleó una piedra caliza violácea para pavimentos. El revestimiento
de estuco rojo en zócalos y murallas exteriores protegía la estructura de la erosión y las inclemen-
cias del tiempo. Aunque no se menciona el uso de materiales preciosos como el oro o la plata, la
interpretación de ciertos versículos del Corán desalentaba la construcción de estructuras con estos
materiales en la ciudad.
ERC
Ibn Tulun, afectado por el insomnio, construyó un estanque de mercurio siguiendo el consejo
de su médico. En las esquinas del estanque, colocó postes de plata pura que sostenían un colchón
de aire sobre el cual dormía, ya que se movía continuamente. Un siglo después, cAbd al-Ra?m?n III
construyó una alberca de mercurio más pequeña, destinada a su entretenimiento con juegos de luz.
ERC
A lo largo de los setenta años de existencia activa de la ciudad, el alcázar experimentó cambios
significativos, incluyendo la renovación y desaparición de edificios antiguos y la construcción de
nuevos. Sin embargo, identificar todas las estructuras excavadas presenta dificultades debido a la
escasa superficie excavada hasta ahora, el expolio de algunas estructuras, los cambios en la topo-
nimia y las descripciones vagas de las fuentes. Además, el carácter polisémico de la arquitectura
dificulta la determinación clara de la función de los edificios

6.2.1. El Alcázar
El alcázar albergaba las residencias del califa, el príncipe heredero y las instituciones políticas
y administrativas, mientras que la mezquita aljama, ubicada cerca pero independiente del alcázar,
seguía el modelo de la aljama cordobesa. La mezquita constaba de una planta rectangular con una
sala de oración y un patio, y se orientaba hacia La Meca, rompiendo con la disposición de la ciudad.
Esta ubicación evidenciaba su uso compartido entre los habitantes del alcázar y los de la medina.
ERC
La mezquita de Madinat al-Zahra’ rompe con la disposición de la ciudad debido a su orientación
hacia La Meca. Su posición exterior al palacio, pero contigua al mismo, sugiere su uso compartido
entre los habitantes del alcázar y los de la medina. Al-Maqqari menciona la construcción de esta
mezquita, refiriéndose a una medida de aproximadamente 55 cm.
ERC
La Dar al-Yund, una casa militar, se ubicaba cerca del gran pórtico que daba acceso al alcázar
y también funcionaba como fachada del palacio. Organizada alrededor de un patio cuadrado con
pórticos, esta área era de gran importancia en el alcázar, con una gran plataforma ajardinada situada
debajo de la Dar al-Yund.

20
ERC
El Salón Oriental, ubicado en el centro del jardín alto y rodeado de albercas, servía como el
principal salón de recepción de embajadas y delegaciones extranjeras durante el reinado de cAbd
al-Rahm?n III y al-Hakam II. Este espacio constaba de una gran sala con tres naves separadas por
arquerías, precedida por una sala pórtico. Destacaba por su lujosa ornamentación, con cuadros de
ataurique labrados en piedra, motivos florales y geométricos, y un friso de estrellas que simbolizaba
la bóveda celeste. Las dovelas de los arcos alternaban entre piezas lisas rehundidas y decoradas en
saliente, mientras que los testeros de las naves presentaban arcos ciegos centrando la composición
ornamental. Este salón combinaba elementos religiosos y áulicos, reflejando una alegoría cosmoló-
gica en su decoración.
ERC
La decoración del Salón de Abd al-Rahman III es innovadora por varias razones: primero, por la
extensión de la decoración que cubre todas las superficies interiores del edificio, incluida la facha-
da; segundo, por la aparición de grandes tableros de estructura arborescente que organizan la parte
inferior de la composición; y tercero, por la introducción de una nueva gramática vegetal asociada
a estos tableros. Este nuevo lenguaje decorativo, de carácter naturalista pero con cierto convencio-
nalismo, representa una influencia foránea en comparación con el mundo abasí. Las investigaciones
sobre los capiteles, las composiciones de ataurique y los elementos epigráficos destacan la función
política y propagandística de la ornamentación califal, que se llevó a cabo principalmente en los
talleres de la dar al-sina’a.
ERC
En el sector noroeste del alcázar se encuentra la Dar al-Mulk, una zona residencial privada com-
puesta por tres crujías paralelas con una gran terraza abierta hacia la ciudad y el paisaje. Adyacente
a esta área está el Patio de los Pilares, donde se disponen salones alargados con alcobas en los extre-
mos, característicos de la arquitectura andalusí posterior. La Casa de la Alberquilla, también en esta
área, presenta un patio con jardín y una alberca, con fachadas ricamente decoradas con placas de
piedra labradas. Abd al-Rahm?n III reutilizó el antiguo acueducto romano, pasándolo por el nuevo
puente-acueducto de Valdepuentes, para abastecer de agua a la ciudad mediante conducciones de
plomo que distribuían el líquido a los edificios, jardines y albercas.
ERC
Tras la devastación durante la guerra civil, Mad?nat al-Zahr?’ sufrió un largo período de expolio
y pérdida de su historia y riquezas. Ibn J?q?n, poeta sevillano, describe melancólicamente las ruinas
de la ciudad tras su destrucción, donde el ministro del rey al-Mu’tamid de Sevilla y sus amigos
acuden para pasar la tarde entre improvisaciones poéticas y copas de vino.
ERC
Córdoba la Vieja se convirtió en una cantera durante la Baja Edad Media y la Edad Moder-
na, proporcionando piedras que alguna vez fueron parte de la corte califal para la construcción de
monumentos en Granada, Sevilla y Córdoba, como el monasterio de San Jerónimo de Valparaíso.
La ciudad antigua se convirtió en una ladera de la que se extraían sillares, capiteles y planchas de
ataurique, utilizados como material de construcción y decoración en otros lugares. Esta práctica fue
tan común que aún se encuentran restos de herramientas utilizadas a lo largo de la historia en las
recientes excavaciones.

21
7. Al-Ándalus
7.1. Reinas de Taifas
El esplendor de Córdoba llegó a su fin a principios del siglo XI debido a los enfrentamientos
tribales que se desataron durante el mandato del tercer califa omeya, Hisham II, quien ascendió al
trono a la edad de once años. Durante su reinado, una poderosa familia de regentes, los amiríes,
ejerció su dominio hasta que estalló la guerra civil, marcando así el declive del poder de Córdoba.
ERC
Durante este período, Mu?ammad b. Ab? cAmir, conocido como Almanzor (939-1002), emer-
ge como una figura fundamental. Inicia su carrera política durante el califato de al-Hakam II y
rápidamente asciende al poder. Almanzor consolida su posición eliminando a sus rivales políticos
y apoyándose en una milicia beréber. Adopta el título de al-mans?r bi-l-All?h, ‘El Victorioso de
Allah’, antes reservado para la dignidad califal. Construye una nueva ciudad palatina, Mad?nat al-
Zahira, como contrapartida a Mad?nat al-Zahra, trasladando allí los organismos de la burocracia
estatal. Almanzor demuestra una estricta religiosidad para fortalecer su poder personal, destacando
por el expurgo de la gran biblioteca de al-Hakam II, la expansión de la aljama cordobesa en 988, su
participación en guerras santas y campañas militares en el Magreb, así como numerosas razzias o
aceifas que generan un considerable botín y llenan las arcas del estado.

7.1.1. Zaragoza
En la frontera norte de al-Andalus, la taifa de Zaragoza experimenta un notable florecimiento
político y cultural bajo la dinastía hudí (1039-1146), especialmente durante los reinados de al-
Muqtádir, al-Mutaman (conocido como el rey sabio, destacado en matemáticas, astronomía y filo-
sofía, y que contó con las tropas mercenarias de El Cid) y al-Mustaín II en la segunda mitad del siglo
XI. Durante este período, surge la primera escuela filosófica exclusivamente andalusí, encabezada
por Ibn Bayya o Avempace (Zaragoza, 1080 - Fez, 1138). Mientras el palacio central de Zaragoza
se utilizaba para asuntos oficiales, la Aljafería, construida en el tercer cuarto del siglo XI, seguía un
modelo distinto inspirado en las munyas o almunias.
ERC
El tratado matemático, una compilación de las obras de Euclides, Arquímedes y otros, además
de transmitir las enseñanzas de destacados matemáticos como Thábit b. Qurra, los Banu Musa e Ibn
al-Haytham, incluye también teoremas originales. Transmitida a través de Maimónides a Egipto, su
influencia se extendió por el centro de Asia, llegando incluso a Bagdad en el siglo XIV.
ERC
Tras la fitna, la cultura literaria y visual de la temprana época de taifas busca sus raíces en la corte
cordobesa mediante la emulación o manipulación de topoi. Sin embargo, los espacios palaciegos
conservados datan principalmente de un segundo período a partir de 1040, distanciándose de una
interpretación literal del arte califal. La evolución del ornamento, desde el Salón Rico de Abd al-
Rahm?n III en Madinat al-Zahra’ hasta el Salón Dorado del palacio taifa de Zaragoza, no puede
explicarse únicamente por un cambio de gusto o una evolución de las formas según factores étnicos;
es necesario interpretar el programa decorativo como reflejo de la mentalidad de la sociedad taifa.

22
ERC
La historiadora del arte Cynthia Robinson plantea una interpretación del programa ornamental
de la Aljafería de Zaragoza durante el periodo de los Banu Hud, privilegiando el contexto. Contrario
a las interpretaciones tradicionales que calificaban la decoración de la Aljafería como "barroca" o
"carente de lógica", Robinson argumenta que cobra significado cuando se considera el contexto
literario de la época. Basándose en la poesía del siglo XI y la elaborada decoración escultórica,
describe los reinos taifas como centrados en la poesía, donde los gobernantes reunían cortes íntimas
para discutir y explorar los misterios del cosmos en un entorno palaciego y en jardines privados.
Así, interpreta la Aljafería de Zaragoza como poesía en piedra.
ERC
Los salones y el patio de la Aljafería de Zaragoza sirvieron como escenario para la conversa-
ción, el debate y el intercambio intelectual y religioso durante el periodo taifa. En estos espacios
se improvisaban composiciones poéticas, se especulaba sobre la naturaleza del cosmos y las artes
permitían un ascenso entre lo filosófico y lo místico, manifestando así el poder del rey taifa. A pesar
de su apariencia modesta desde el exterior, el interior de la Aljafería presenta uno de los programas
ornamentales más ricos y complejos del arte islámico, con una decoración dominada por una tra-
ma vegetal y arquitectónica de círculos y semicírculos. Durante la segunda mitad del periodo taifa,
caracterizado por la construcción y ornamentación de la Aljafería, la poesía alcanza su madurez,
saturada de metáforas y alusiones analógicas, reflejando la organización del ornamento median-
te círculos y semicírculos. Esta interacción entre ornamento, texto, espacio de reunión (majlis) y
mentalidad define la época taifa.
ERC
La Aljafería es el testimonio más destacado de la arquitectura islámica peninsular de la época
de taifas. Funcionaba como una fortaleza debido a su ubicación fronteriza. Aunque su exterior es
severo, con poderosas torres amuralladas y un foso con un puente levadizo, su interior presenta una
delicada decoración que contrasta enormemente. Detrás de su apariencia fortificada se encuentra un
palacio exquisitamente ornamentado.
ERC
La construcción de la Aljafería tuvo lugar entre 1065 y 1081, adoptando la disposición general
de los castillos omeyas del siglo VIII. Sin embargo, Oleg Grabar cuestiona esta afirmación, seña-
lando que los palacios del desierto eran más bien fortalezas simbólicas, mientras que la Aljafería
probablemente funcionaba como una fortaleza real debido a las frecuentes batallas en las que esta-
ba involucrada Zaragoza. Además, es poco probable que al-Muqtadir deseara destacar una relación
con los Omeyas, ya que los Banu Hud no reclamaban su descendencia. La Aljafería presenta una
planta cuadrada con torreones ultrasemicirculares en los paños y un espacio central tripartito, con
un patio central que aloja albercas, el Salón Dorado en el extremo norte y un pequeño oratorio pri-
vado precedidos por un pórtico profusamente decorado que se extiende lateralmente mediante dos
pabellones.
ERC
La parte más antigua de la Aljafería es la torre del Trovador, construida a mediados del siglo X
durante el emirato. Esta torre vigía y bastión defensivo de planta cuadrangular y cinco pisos de altura
conserva vestigios de sillería de alabastro en su parte inferior y muestra muros de hormigón simple

23
y cal en la parte superior. Integrada por la dinastía hudí en la Aljafería como parte de su entramado
defensivo, sufrió numerosas modificaciones y fue utilizada como calabozo de la Inquisición en el
siglo XV.
ERC
Las primeras dos plantas de la Aljafería presentan un esquema similar, dividido por pilares
cruciformes que sostienen arcos de herradura en dos naves de seis tramos, aunque su función durante
la época califal es desconocida. Las dos plantas superiores fueron construidas durante la época
mudéjar, conservando la decoración de la cubierta del siglo XIV.
ERC
El patio central de la Aljafería cuenta con albercas, mientras que en el extremo norte se en-
cuentra el Salón Dorado y un pequeño oratorio privado, ambos precedidos por un pórtico ricamente
decorado que se extiende lateralmente mediante dos pabellones. Abu Ya’far al-Muqtadir se refiere
al palacio como qasr al-Surur (palacio de la Alegría) y al Salón Dorado como Maylis al-Dahab.
En ambos extremos del Salón Dorado se encuentran aposentos privados de uso regio. Un friso en
el Salón Dorado contiene versículos coránicos y el nombre de Al-Muqtadir: “Esto lo mandó hacer
Ahmed al-Muqtadir Billah”.
ERC
El pórtico de la Aljafería está sustentado por columnas delicadas hechas con material reutiliza-
do, incluyendo capiteles califales, que sostienen arcos polilobulados entrecruzados, reflejando una
extrema ligereza que se ve reflejada en el estanque central. La forma de los arcos ha evoluciona-
do con respecto a la Gran Mezquita de Córdoba, presentando arcos mixtilíneos entrecruzados con
salmeres en forma de S. El alfiz está adornado con complejas lacerías y relieves de ataurique.
ERC
La decoración de las zonas más nobles de la Aljafería sigue la tradición cordobesa, pero la ar-
cada del pórtico sur muestra un atrevimiento al respecto. Los arcos originales, restaurados mediante
el vaciado, representan un estilo recargado que anticipa el arte nazarí y difiere considerablemente
de los modelos califales.
ERC
Se emplea estuco para crear efectos decorativos que realzan la estructura arquitectónica, antici-
pando la decoración nazarí de la Alhambra de Granada tres siglos después. Los capiteles y columnas
diminutos evocan otros edificios, mientras que los medallones recuerdan delicadas cúpulas. El atau-
rique calado, policromado con fondos azules y rojos y relieves dorados, completa la ornamentación.
ERC
a mezquita de la Aljafería destaca por varios aspectos. Está situada dentro del complejo del
palacio, junto a la sala de audiencias de al-Muqtadir. Su plan octogonal es inusual en la arquitectura
andalusí y es notablemente pequeño, similar a un oratorio en comparación con la gran mezquita de
Madinat al-Zahra. Se accede al oratorio a través de una portada con arco de herradura sostenido
por columnas con capiteles decorativos, un alfiz ricamente ornamentado y un friso de arquillos de
medio punto entrecruzados.
ERC
La sala es de planta cuadrada con ángulos en chaflán y está decorada con arcos ciegos mixtilí-
neos entrecruzados, cubiertos de ataurique de inspiración califal, apoyados en columnas con capi-

24
teles de esbelto canastillo. El mihrab presenta un arco de herradura con dovelas lisas y decoradas
con relieve de atauriques, flanqueado por rosetas gallonadas en el alfiz. Una cúpula gallonada cubre
el nicho del mihrab. Se reconoce una cita califal en los arcos entrecruzados, similares a los que
sostienen la maqsura en la aljama cordobesa, y en los medallones en forma de cúpula del arco del
mihrab, evocando las cúpulas del mihrab cordobés.
ERC
Un zócalo de losas de mármol cubre la parte inferior de los muros del oratorio. Los arcos en
chaflán de las esquinas no son ciegos, lo que permite ver los ángulos de la planta cuadrada. Se han
descubierto restos de decoración pictórica del siglo XI que fueron recuperados tras retirar el enca-
lado que los cubrió cuando este oratorio se convirtió en capilla. La cubierta original de la estancia
desapareció con la construcción del palacio de los Reyes Católicos. Sobre su planta octogonal se
esperaba que se erigiera una cúpula con nervios, similar a las de la mezquita de Córdoba.

7.1.2. Capilla de Belén


La Capilla de Belén del Convento de Santa Fe es una parte antigua del recinto del al-?izam
(alficén cristiano), ubicado en el área donde se encontraban los magníficos palacios del rey de la
taifa toledana, al-Ma’mun, según crónicas árabes y cristianas.
ERC
El oratorio es un edificio construido completamente en ladrillo, con una planta cuadrada en el
exterior y lados abiertos en al menos tres de ellos, orientados a los puntos cardinales. El interior
presenta una planta octogonal con lados rectos. Está cubierto por una bóveda ochavada con nervios
entrecruzados, similar al trazado de las cúpulas de los tramos laterales de la maqsura de la aljama
cordobesa. Originalmente, tenía tres fachadas con triple vano, con un precedente cercano en Bab
al-Mardum.
ERC
Aunque ha perdido su decoración original, el uso de arcos de herradura, fachadas de triple vano
y una cúpula de nervios entrecruzados con un cupulín central, probablemente gallonado, evidencian
la fidelidad a las formas arquitectónicas cordobesas.
ERC
No se conserva el mihrab del oratorio, y no hay información sobre la forma del mihrab de la
mezquita de Bab al-Mardum u otras mezquitas de la ciudad que permita establecer un prototipo o
prototipos para los oratorios toledanos.
ERC
El pequeño oratorio refleja la idea de un lugar reservado y emblemático, similar a la maqsura de
la aljama cordobesa. Esta concepción es coherente con su ubicación en el marco palatino y la idea
de un espacio de oración destinado al gobernante, ya que la aljama estaba demasiado alejada para
unir el alcázar con su maqsura.

7.1.3. Oratorio del alcázar de Murcia


El Oratorio del alcázar de Murcia, construido durante el reinado de Ibn Mardanis (1147-1172),
es un importante monumento en la historia de la Murcia islámica. Fechado entre finales del siglo

25
XI y mediados del XII, rememora formas califales con el objetivo de legitimar al nuevo gobernante.
Se encuentra bajo la iglesia de San Juan de Dios y constituye un conjunto excepcional por su buen
estado de conservación y la asociación de la mezquita y el panteón palatinos, elementos conocidos
a través de las fuentes árabes pero con escasos restos materiales hasta ahora.
ERC
El arco del mihrab, de herradura y pintado en vivos colores en su frente y su intradós, destaca
por su ornamentación inspirada en la aljama cordobesa. A pesar de la variedad de arcos utilizados en
la arquitectura religiosa andalusí desde el siglo XI, el predominio del arco de herradura en el acceso
al mihrab refleja su importancia como evocación de la tradición omeya y los modelos clásicos. La
ornamentación incluye la alternancia de dovelas en relieve y pintadas, así como un rico repertorio
de ataurique con elementos naturalistas califales como roleos, piñas, hojas, flores y palmetas entre
los tallos.
ERC
El nicho del mihrab del oratorio estaba cubierto con un cupulín gallonado, una forma común
en varios mihrabs posteriores a la ampliación califal de la aljama de Córdoba, lo que refleja un
apego a la tradición omeya. El oratorio es un espacio cuadrangular con dos accesos, uno frente
al mihrab y otro en el muro de qibla, a la derecha del nicho destinado al soberano y su círculo.
Esta estructura centralizada, ya sea con planta cuadrangular, cuadrada u octogonal, es típica en los
oratorios palatinos de al-Ándalus, como la Aljafería, la Capilla de Belén de Toledo o las mezquitas
palatinas de la Alhambra.
ERC
Se conservan tres oratorios palatinos de los siglos XI-XII, mientras que poco se sabe de los que
existieron en los palacios omeyas en los siglos IX y X, aparte de referencias en fuentes escritas. Estos
oratorios se complementan con los del palacio de la Alhambra de Granada, de fecha posterior. Su
ubicación estratégica junto a los salones de aparato, su decoración suntuosa y simbólica, sugieren
que los monarcas taifas no estaban desconectados de lo religioso. Es posible que estos oratorios
señalen el aislamiento del soberano de la sociedad, evitando participar en las oraciones comunitarias
en la mezquita aljama, o podrían haber sido utilizados como lugares de retiro espiritual.
ERC
La decoración del oratorio evoca una arquería entrelazada de arcos mixtilíneos y de herradura,
sobre columnas con capiteles compuestos y fustes variados, adornados con pinturas en zig-zag. Los
vanos ciegos están rellenos de ataurique. En la parte superior, hay una inscripción cúfica con prolon-
gaciones vegetales. Se conservan restos de policromía en rojo, azul, blanco y negro. La decoración
se completa con solerías de mármol blanco, zócalos de alabastro de dos metros y medio, sobre los
que se extienden las yeserías de atauriques, y una cubierta de alfarjes de madera policromada.
ERC
La Aljafería se ha conservado gracias a su continua ocupación tras la conquista cristiana. Bajo
el gobierno de Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387), fue residencia regia. Las nuevas salas, respe-
tuosas con el palacio hudí, son tres amplios salones con techumbres mudéjares que descansan sobre
un complejo arrocabe. A finales del siglo XV, los Reyes Católicos añadieron una galería superior
con magníficos artesonados mudéjares, incluyendo uno que conmemora la conquista de Granada
en 1492, junto con solerías de azulejos y alfardones hexagonales de los alfares de Muel del mismo

26
periodo.

8. Los Almorávides
La región del Magreb al-Aqsa, tras su conquista por las tropas árabes, es una región sobre
la que tenemos poca información, lo que la ha llevado a considerarse marginal. Sin embargo, los
escasos datos disponibles sugieren lo contrario. Entre los siglos VIII y IX, esta región experimenta
un proceso de arabización e islamización, transformando un entorno político y social diverso en
una sociedad más homogénea. En particular, el Sahara marroquí, parte del extremo sur del Magreb,
se convierte en un escenario de confrontaciones políticas e ideológicas entre los representantes del
califato de Bagdad y las resistencias bereberes, desafiando la autoridad abasí.
ERC
A finales del siglo VIII, la dinastía idrisí, descendiente del cuarto califa Alí, establece su poder
en la región. Fundan la ciudad de Fez y controlan las rutas comerciales que conectan el Magreb con
el África subsahariana, llegando hasta Tremecén y las minas de plata del Alto Atlas.
ERC
Coexistiendo con el emirato de Sidjilmasa, una ciudad próspera con una economía basada en
caravanas que controla las rutas comerciales del oro, su declive se acelera con la conquista por parte
de los maghrawa, impulsada desde la Córdoba omeya.
ERC
La partida de los fatimíes a Egipto en 969 y la disolución del califato omeya de Córdoba alre-
dedor de 1031 cambian el panorama en al-Ándalus, dividiéndolo en pequeños reinos de taifas que
apenas pueden contener el avance cristiano. Aprovechando este caos político y alentados por sus
éxitos militares en el sur de Mauritania, la confederación nómada de los ?anh??ah se mueve hacia
el norte y logra unificar por primera vez bajo un solo gobierno las dos orillas del estrecho.
ERC
En todo el Occidente y el Magreb al-Aqsa, un pueblo no árabe asume el gobierno. Simultá-
neamente, en Oriente Próximo, la dinastía turca selyúcida también toma el poder, ambos grupos
imponen un resurgimiento sunní.
ERC
El movimiento almorávide se origina con la peregrinación del líder de los ?anh??ah en 1036
y su encuentro con el jurista Abd All?h b. Yas?n. Después de enfrentar dificultades iniciales, esta-
blecen una rigurosa formación religiosa y militar en el Sáhara, basada en la ?ih?d y la abolición de
impuestos no canónicos. El nombre “almorávides” proviene de “morabitos”, que significa “los que
están de guarnición en un ribat”.
ERC
Los almorávides inicialmente se dirigen al sur, hacia el imperio de Ghana, para tomar las ciu-
dades clave del comercio caravanero y del oro. Esto les proporciona recursos para avanzar hacia el
norte con una progresión constante bajo el lema “Propagar la verdad, reprimir la injusticia y abolir
los impuestos ilegales”
ERC

27
En 1070, los almorávides establecen Marrakech como su nueva capital y conquistan Meknes y
Fez. Seis años después, toman Tlemcén y avanzan hacia Tetuán y Orán hacia el este. Sin embargo,
detienen su avance cerca de Argel para evitar conflictos con los Banu Hammad, quienes gobernaban
el Magreb central en ese momento.
ERC
La caída de Toledo ante Alfonso VI marca el inicio del declive de los reinos de taifas, aunque
muchos soberanos no comprendieron completamente la magnitud de esa conquista. Los versos del
alfaquí cAbd All?h alcAss?l (fallecido en 1094) expresan claramente la opinión popular, instando
a los andalusíes a abandonar la región, comparando la situación con un vestido que se deshilacha
desde el centro.
ERC
El avance de las tropas cristianas lideradas por Alfonso VI de Castilla llevó a los reinos de
taifas a solicitar la ayuda del emir almorávide en 1085 para defender el dar al-islam. Las tropas
almorávides cruzaron el estrecho y establecieron una base en Algeciras, desde donde enfrentaron a
las fuerzas cristianas y obtuvieron importantes victorias.
ERC
Una segunda gihad comienza en 1090 y, una década después, los almorávides logran anexar
todos los reinos de taifas, uniendo las dos orillas y restableciendo la paz desde el sur del Sáhara
hasta Zaragoza en el norte. Sin embargo, su poder en la península decae rápidamente debido a
la ofensiva cristiana y los conflictos internos. Ante esta debilidad almorávide, surgen corrientes
místicas y ascéticas que abogan por un retorno al rigor religioso. Uno de estos movimientos, liderado
por Ibn Tumart, en menos de tres décadas derroca el poder almorávide en el norte de África y
establece el inicio del Imperio almohade con su entrada triunfal en Marrakech en 1147.

Ideología y centralización La dinastía bereber almorávide surge de un movimiento religioso ri-


guroso de afiliación ortodoxa malikí, que impone la ortodoxia suní y malikí en todo el Magreb
occidental. Reconocen a los califas abasíes de Bagdad y construyen un imperio centralizado con
Marrakech como capital. Almería adquiere gran relevancia entre las ciudades andalusíes como puer-
to comercial y centro artesanal destacado.

Los almorávides y la islamización de tierras subsaharianas Los almorávides conquistan el


Sahara, extendiendo el islam en el África negra. Las fuentes textuales narran principalmente la
conversión de príncipes y soberanos, pero la arqueología proporciona detalles sobre la islamización
de administraciones, prácticas culturales y ciudades. La introducción del islam en el Sahel se da
a través de una diáspora económica liderada por comerciantes que facilitan la difusión de la fe de
manera individual.
ERC
Durante el periodo de unificación bajo los almorávides, que duró aproximadamente ciento cin-
cuenta años, hubo un intercambio cultural y arquitectónico entre al-Ándalus y el norte de África.
Los almorávides establecieron su base en Marruecos, particularmente en Agmat y Marrakech, cons-
truyendo mezquitas y palacios. Posteriormente, la dinastía almohade sucedió a los almorávides, y
otras dinastías como los saadíes dejaron su huella en la arquitectura de la región.

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ERC
Los almorávides derrocan a los reyes de taifas uno por uno, con Sevilla cayendo en 1091. Al-
Mutacmid se ve obligado a exiliarse en Agm?t, donde pasa cuatro años en triste cautiverio, durante
los cuales compone numerosos poemas que expresan su dolor por su situación actual, la angustia
por la pobreza de su familia y la nostalgia por su vida pasada. También escribe su propio epitafio,
lleno de melancolía y dignidad.
ERC
En los edificios religiosos almorávides:

1. Se emplean pilares articulados en lugar de columnas.

2. Los arcos simples de medio punto son reemplazados por arcos más complejos, como los
polilobulados.

3. Se acentúa la jerarquización de los espacios mediante mocárabes esculpidos o cúpulas nerva-


das. Aunque tradicionalmente se consideraba que este estilo era una importación andalusí en
África, nuevos descubrimientos sugieren la existencia de una estética almorávide propia, más
allá de la influencia andalusí.

Los almorávides unificaron la ciudad de Fez, que estaba dividida en dos núcleos independientes
desde su fundación. Construyeron una nueva muralla y llevaron a cabo la ampliación más significa-
tiva de la mezquita de al-Qarawiyyin.
ERC
Según el cronista Ibn Ab? Zar’, el médico Ibn Yunnun mencionaba las virtudes del agua del río,
como su capacidad para provocar excitación sexual si se bebía en ayunas. También se creía que el
agua tenía la capacidad de blanquear y dar brillo a la ropa cuando se lavaba sin jabón, aunque esta
cualidad se perdió debido a la contaminación de la curtiduría.

8.1. Qarawiyyin de Fez


La mezquita de Qarawiyyin, fundada en 859 por Fatima al-Fihri, experimentó diversas trans-
formaciones a lo largo de su historia. Bajo la dinastía ceneta se amplió la sala para preservar su
unidad, reflejando su crecimiento en un barrio densamente poblado. En 1134, durante la expansión
almorávide, se agregaron tres naves paralelas a la qibla debido al aumento de la comunidad, lo que
implicó la demolición de la qibla y el mihrab originales. Para facilitar la circulación y el acceso a la
sala de oración se abren dieciocho puertas, algunas revestidas de placas de cobre esculpidas.
ERC
Tiene un patio oblongo rodeado de pórticos, con fuentes de ablución que parece estar incluido
en el. haram o sala de oración. En la mezquita, los seis tramos antes del mihrab en la nave central
están cubiertos por cúpulas revestidas de mocárabes, considerados los más antiguos conservados en
el Occidente musulmán. Además, se añade una decoración más exuberante, reemplazando los arcos
de medio punto por arcos polilobulados.

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8.1.1. Mimbar de la mezquita aljama al-Qarawiyyin
En la qibla almorávide se encuentra una estancia destinada al mimbar, construido con madera de
ébano, santal incrustado de marfil, azufaifo y otras maderas preciosas. Este mimbar, aún en uso, es
el segundo más antiguo de los almorávides y su antigüedad se evidencia por una inscripción fechada
en febrero de 1144, seis años antes que el mimbar de la Kutubiyya.
ERC
El mimbar presenta una apariencia similar al de la Kutubiyya, con decoración de tramas geomé-
tricas y una banda con epigrafía. Dispone de ocho escalones para alcanzar el asiento superior y el
respaldo, con una doble balaustrada. Aunque la decoración no es idéntica, incluye estrellas de ocho
puntas y hexágonos, mostrando una ejecución muy bella y delicada.

8.1.2. Oratorio masdjid al-djana‘iz


El oratorio es un espacio anexo a la mezquita al-Qarawiyyin destinado a la oración fúnebre.
Permite recitar oraciones por el difunto sin que su cuerpo penetre en el haram o espacio sagrado de
la sala de oración principal de la mezquita. Se sitúa tras el muro qibla, en el ángulo SO. Comunica
con la sala de oración por tres puertas abiertas en la qibla.
ERC
Del plan original almorávide persiste una qubba, una sala cubierta por una gran cúpula de mo-
cárabes. Esta sala está oculta al exterior por una cubierta de madera y se abre al exterior mediante
tres puertas compuestas por dos arcos geminados de herradura, sostenidos por finas columnas con
capiteles andalusíes de reemplazo.
ERC
Los mocárabes exhiben una gran plasticidad, con superficies lisas en los alveolos, algunas fina-
mente decoradas por palmetas. Contrastan con las pequeñas cúpulas en forma de flores lobuladas
de diferentes formas, creando un juego sutil de luces y sombras. Su construcción concluye en 1139.
ERC
El oratorio funerario de los almorávides no tiene precedentes y refleja una sensibilidad hacia
el más allá que caracteriza la Baja Edad Media en el Magreb al-Aqsa. También se les atribuye el
primer testimonio explícito de culto a los sepulcros en 1068, con la sepultura del líder espiritual del
movimiento, Abd Allah b. Yasin en Oued Krifla (Khemisset). Aunque no se fundan instituciones
similares durante el periodo almohade, su influencia parece manifestarse en la gran mezquita de Fez
del sultán meriní en 1279, donde el oratorio alberga cenotafios y varias sepulturas.
ERC
En el año 1285, durante el periodo meriní, la historia de la biblioteca de la mezquita de Qa-
rawiyyin comienza cuando el sultán meriní Abu Ya’qub solicita al rey Sancho IV de Castilla la
entrega de los manuscritos árabes acumulados por los monarcas castellanos durante la conquista de
al-Ándalus, tras firmar una tregua con él. El sultán Abu ’Inan, tras asumir el poder en 1329, orde-
nó la construcción de la biblioteca de al-Qarawiyyin al día siguiente de su llegada al trono, para
albergar los volúmenes que anteriormente se habían custodiado en al-?affarin.
ERC

30
A pesar de que en el siglo XIX se perdió parte de su fondo, la biblioteca de al-Qarawiyyin sigue
siendo notable por su colección, que incluye más de 2000 manuscritos con alrededor de 5600 obras,
principalmente textos de derecho islámico y coranes. Entre estos volúmenes se han encontrado obras
consideradas perdidas, como un fragmento del Muqtabis de Ibn ?ayyan y una biografía del Profeta
Mu?ammad escrita en 1264 para el califa almohade al-Murta?à, identificada en 2016. Muchos de
los manuscritos andalusíes en esta biblioteca llegaron con refugiados que abandonaron la península
Ibérica.
ERC
En Marrakech, la capital almorávide, los vestigios de este período apenas sobrevivieron a las
transformaciones posteriores. La mezquita de cAl? b. Y?suf solo conserva una parte de los edificios
anexos, destacando la famosa qubba que corona una pequeña fuente de abluciones.

9. Qubba al-Barudiyyin de Marrakech


La Qubba al-Barudiyyin de Marrakech es el único vestigio de arquitectura religiosa almorávide
en la ciudad, ya que el resto fue destruido por los Almohades en 1130 para purificarla. Descubierta
en 1952-1953 durante excavaciones arqueológicas, formaba parte de un complejo asociado a la
mezquita del emir Ali b. Yusuf, como indica una inscripción cúfica en su base, parcialmente dañada
ERC
La Qubba al-Barudiyyin presenta una planta rectangular y está cubierta por una cúpula rodeada
de almenas. Las entradas norte y sur tienen forma de arcos de herradura, mientras que los lados
opuestos muestran arcos polilobulados. Su cúpula de nervaduras con tambor octogonal está decora-
da con mocárabes de estuco, siguiendo la tradición califal cordobes
ERC
La Qubba al-Barudiyyin albergaba en su centro un estanque, sugiriendo que servía como pabe-
llón de abluciones. Además, estaba decorada con una policromía que se ha perdido en la actualidad.
Durante las excavaciones se encontraron numerosos fragmentos de vidrieras coloreadas, lo que in-
dica la riqueza decorativa que tenía en el pasado.
ERC
El mimbar de la mezquita Kutubiyya de Marrakech, encargado por el último sultán almorávide y
realizado por un taller cordobés a partir de 1137, es una obra de ebanistería excepcional. Construido
en madera de cedro y pino, presenta una decoración elaborada con marquetería de diversas maderas
africanas y hueso. Sus dimensiones son impresionantes, con una altura de cuatro metros, una pro-
fundidad de tres metros y medio, y un ancho de un metro. Actualmente se encuentra conservado en
el Palacio Badi’.
ERC
El mimbar está compuesto por cien piezas desmontables y cuenta con ruedas que permiten su
desplazamiento para situarlo a la derecha del mihrab durante la oración de los viernes. Sus escalones
inicial y final están reforzados con balaustradas en forma de arco de herradura, al igual que la de-
coración de las contrahuellas del púlpito. Los arcos polilobulados del respaldo muestran influencias
del arte taifa, mientras que la talla recuerda la técnica eboraria de los talleres andalusíes.
ERC

31
El mimbar de la Kutubiyya se inspira en el mimbar de la mezquita de Córdoba encargado por
el califa omeya al-Hakam II, que se describe como una obra de artesanía excepcional en el mundo
habitado, aunque el mimbar de la mezquita de Córdoba se perdió hace dos siglos.
ERC
El mimbar es la pieza de mobiliario más grande de una mezquita. Cuando el imam preside la
oración de los viernes nombra al gobernante desde lo alto, de modo que estos púlpitos son conside-
rados símbolo de la legitimidad política y son por ello encargados por los gobernantes.

10. Los Almohades


El principal eje de legitimación para los almorávides fue su reconocimiento por parte del califato
abasí. El malikismo de los almorávides no fue ni tan estricto ni tan conservador como transmiten las
fuentes almohades. En cualquier caso, el rigor religioso almorávide se vio atenuado con el transcur-
so del tiempo, no sólo por el ejercicio del poder (los fracasos en el mantenimiento del orden interno
y en la lucha por la fe contra los cristianos, o la imposición de impuestos ilegales), sino también
por el contacto con la cultura andalusí. En la Península, el período almorávide inicial no supuso una
ruptura con la tradición taifa, y muchos literatos cortesanos, visires y secretarios se mantuvieron en
sus puestos junto a los nuevos gobernadores almorávides. Fue precisamente en época almorávide
cuando se produjo en al-Ándalus el auge en los estudios filosóficos, teológicos y místicos, con figu-
ras tan relevantes como Avempace (m. 1138) o Malik b. Wuhayb (m. 1131), muchos de ellos muy
cercanos a los círculos del poder. Hubo mayor diversidad de tendencias y más riqueza intelectual
de lo que hace suponer el rigorismo que mostraron hacia al-Ghazali y los movimientos sufíes, algo
que debe tenerse en cuenta a la hora de analizar sus manifestaciones artísticas.
ERC
En 1147, las tropas almohades de la montaña del Atlas conquistan Marrakech, capital de los
Almorávides, dando inicio al imperio almohade, la primera y única unión política del Magreb.
Esta dinastía nace del movimiento religioso reformista liderado por Ibn Tumart, que reinterpreta
el dogma islámico dando prioridad al tawhid, la unicidad de Allah, lo que lleva a sus seguidores
a ser llamados al-muwahhidun, ‘los partidarios de la unicidad’. Este movimiento representa una
respuesta beligerante al relajamiento social al final del periodo almorávide.
ERC
En el siglo XIII, el imperio turco selyúcida desaparece y los ayubíes dominan Egipto. Mien-
tras tanto, el poder bereber almohade impone una unidad cultural en la región que persiste incluso
después de la caída del imperio.
ERC
Ibn Tumart, nacido entre 1076 y 1082 en la tribu de los Hargha, se presenta como im?m y m?hdi,
expresando sus ambiciones políticas y espirituales. Después de estudiar en Córdoba y Oriente, en-
cuentra refugio en Igiliz y luego en Tinmal, la primera capital almohade. Fallece antes de la toma
de Marrakech en 1147. Su sucesor, Abd al-Mu’min, asume los títulos de califa, emir e im?m.
ERC
La decadencia de los almohades comienza alrededor de 1212, después de la batalla de Las
Navas de Tolosa. Surgieron nuevos poderes en al-Ándalus, como el reino nazarí en Granada, y en

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el Magreb, incluyendo los meriníes en el occidente, los zayaníes en el centro y los hafsíes en el
oriente. En 1269, los meriníes capturan Marrakech, poniendo fin al imperio almohade.

10.1. Doctrina Almohade


La doctrina almohade marcó una renovación en los estudios teológicos del Magreb, especial-
mente en contraste con el poder anterior. Los detalles sobre los orígenes del movimiento son escasos,
pero se cree que Muhammad b. Tumart, formado en al-Ándalus y Oriente, desempeñó un papel cru-
cial. Desde 1122, estableció su base en Tinmal en las montañas del Atlas, lanzando una campaña
contra el poder almorávide. Ibn Tumart se proclamó imam y mahd?, un guía enviado por Dios para
restaurar la rectitud en el mundo, siguiendo una tradición mesiánica que se remontaba a los primeros
días del Islam.
ERC
Existen dos manuscritos del Kit?b Ibn Tum?rt que muestran pequeñas diferencias: el ms. Arabe
1451 de la BNF y el ms. qaf 1214 de la Biblioteca general de Rabat. El título, “A’azz ma yutlab” (Lo
más preciado que pueda pedirse), coincide con las primeras palabras del texto. Uno de sus apéndices,
la Aqida (profesión de fe), dirigida a la élite intelectual, ha generado diversas interpretaciones.
ERC
La misión del mahd? iba más allá de revivir la fe; también buscaba reformar a los fieles mediante
la aplicación de la Ley y sus mandamientos, resumiendo esta idea en "el discernimiento es la madre
del talento". Promovían la yihad como lucha por la fe. La conquista de al-Ándalus les permitió
presentarse como defensores del Islam y herederos de los califas cordobeses. El mahd? y el Profeta
eran centrales en la vida religiosa, vinculando la figura de Ibn Tum?rt con la de Muhammad, incluso
adoptando prácticas como la celebración del mawlid.

10.1.1. La Jutba
Los estudios recientes de Linda G. Jones destacan la importancia de la ju?ba almohade como
un medio de sumisión y lealtad al soberano tanto en el norte de África como en al-Ándalus, y
cómo se utilizaba la predicación bilingüe para unir a bereberes y árabes, así como a las poblaciones
magrebíes y andalusíes, en la yihad. Se resalta su carácter moralizador y doctrinal.
ERC
Los almohades implementaron reformas políticas, administrativas y religiosas para distanciarse
de los almorávides. Utilizaron la propaganda para exaltar a Ibn Tumart y desacreditar a los al-
morávides. Además, emplearon la correspondencia oficial, los censores morales y los almuédanos
para difundir directrices religiosas y políticas. También llevaron a cabo proyectos de construcción,
destacando en las inscripciones el poder almohade.

10.1.2. Sociedad Almohade


La sociedad almohade se caracterizaba por una estricta jerarquización que proporcionaba cohe-
sión y fuerza al movimiento. En la cúspide se encontraba el consejo privado del mahd?, seguido por
la asamblea de los diez. Más abajo estaban los representantes de las tribus y los servidores. Esta

33
estructura social, aunque contribuyó a la conquista y consolidación del imperio, también fue una de
las razones de su eventual declive.
ERC
La sociedad almohade incluía otras tres categorías importantes además de las jerarquías prin-
cipales: los almotacenes, responsables de supervisar la conducta social; los ?alaba, educados en la
doctrina almohade para asistir en la administración; y los ?uff??, encargados de memorizar textos
religiosos y doctrina almohade para su transmisión. También había almuédanos que acompañaban
al soberano en sus viajes y otros encargados de la ceca. Estas estructuras reemplazaron a las élites
religiosas andalusíes para prevenir su oposición, como había ocurrido bajo el gobierno almorávide.

10.1.3. Arte y cultura


El breve pero notable imperio almohade fomentó un período de intensa creatividad intelectual y
artística. La corte, inicialmente itinerante, reunió diversos talentos, y en Marrakech se estableció un
sistema educativo inspirado en la República de Platón, que abarcaba entrenamiento físico, militar e
intelectual para formar nuevas élites. Se promovió el uso del bereber junto al árabe, lo que impulsó
la emergencia de una clase literaria magrebí y la arabización de la sociedad. Las contribuciones en
artes, arquitectura, ideología y pensamiento político y religioso de esta época dejaron una marca
perdurable en la región, manteniendo una unidad cultural incluso después de la caída del imperio.

10.1.4. La arquitectura religiosa


Tanto los almorávides como los almohades mostraron un fuerte compromiso con la construcción
y restauración de mezquitas como parte de su agenda política, religiosa y militar. Fundaron ciudades
y erigieron mezquitas y fortalezas con objetivos estratégicos para afianzar su poder en los territorios
conquistados y fortalecer su presencia militar. Esta actividad también tenía un componente religioso
y de prestigio, como se evidencia en la construcción de monumentales aljamas en capitales como
Marrakech y Sevilla.

La Mezquita Los almohades llevaron a cabo una práctica peculiar de purificación y reforma de
las mezquitas existentes, como se evidencia en el caso de Marrakech. Tras la toma de la ciudad
en 1147, Abd al-Mu’min ordenó la purificación de las mezquitas antes de su entrada. También se
menciona la reforma de la mezquita de Siyilmasa, donde Ab? Bakr estableció su base inicial antes
de la fundación de Marrakech, la cual fue posteriormente ampliada y modificada por los almohades.
ERC
Los almohades dejaron su marca en las mezquitas de importantes capitales como Almería, Mér-
tola, Málaga y Niebla, donde llevaron a cabo ampliaciones y reformas a partir de la segunda mitad
del siglo XII. Introdujeron el modelo occidental de mezquita, con una nave axial más ancha y un
transepto frente al muro de la qibla (planta en T), destacando por la jerarquización del espacio
mediante arcos y bóvedas de mocárabes
ERC
A pesar de la obsesión de los almohades por la orientación correcta de sus mezquitas, algunas
no lograron alinearse adecuadamente con la dirección correcta (al-mustaqima). Este problema se

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evidencia en la mezquita de la Kutubiyya de Marrakech, donde incluso se erigió una segunda qibla
almohade que resultó aún menos precisa que la primera. Una posible razón podría ser su apego a la
tradición, al modelar las mezquitas según las quiblas orientadas al sur de las mezquitas emirales de
Sevilla y Córdoba, mostrándose como herederos del califato omeya. En la Mezquita de Niebla, la
arqueología ha revelado un cambio de orientación en la reconstrucción o ampliación del edificio en
el siglo XII, donde la estructura almohade corrigió la orientación, aunque no está claro si esto fue
la causa o simplemente una consecuencia de la reconstrucción.
ERC
Las cúpulas de mocárabes tienen un trasfondo ideológico según el historiador del arte Yasser
Tabba. Se relacionan con la teoría atomista que surgió en Bagdad a finales del siglo X y princi-
pios del XI, en la que la materia se considera compuesta por partículas indivisibles. Esta teoría se
enriqueció con el concepto de accidentalidad, donde los atributos de la materia son considerados
accidentes que duran un instante, demostrando la voluntad de Dios. Esta noción apoya la existencia
de Dios al sostener que solo Él puede crear y transformar la materia continuamente.
ERC
La bóveda de mocárabes no solo era un motivo decorativo, sino que reflejaba un nuevo con-
cepto teológico sobre la naturaleza del Universo y su relación con Dios, siendo una prueba física
de su existencia. Los mocárabes, a menudo pintados y con vanos para permitir la entrada de luz,
representaban la accidentalidad de la forma, el color y la luminosidad de la materia, que cambia
constantemente por la intervención divina. Según Yasser Tabbaa, el apoyo del califa al-Q?dir a esta
concepción del universo pudo haber dado lugar a su expresión arquitectónica en forma de cúpula.
Aunque tienen un origen teológico, no tenían una asociación litúrgica específica, por lo que se usa-
ban en contextos religiosos y seculares. Los mocárabes podían servir como medio de legitimación
al conectar con el califato abasí y la ortodoxia religiosa.
ERC
La difusión de las cúpulas de mocárabes en el Occidente y su adopción durante el período
almorávide y almohade puede explicarse por la propagación de la teología ascar? y los conceptos
del atomismo y la accidentalidad en el Magreb y al-Ándalus. Aunque no se sabe si conservaron su
carga simbólica original, es posible que su introducción se debiera al reconocimiento del califato
abasí por parte de los emires almorávides. En la arquitectura religiosa almohade y almorávide, las
cúpulas de mocárabes enfatizan la nave axial hacia el mihrab, sustituyendo a las bóvedas de nervios
y gallones previas.
ERC
En al-Ándalus, todas las mezquitas aljamas y algunos oratorios contaban con alminares, y no hay
evidencia de que los almorávides dejaran de utilizarlos. Los almohades, por su parte, construyeron
grandes alminares como símbolo de la presencia y el triunfo del Islam, así como para legitimar y
propagar su doctrina.
ERC
En la construcción de los alminares almohades, se tomó como modelo el de la aljama cordobe-
sa, presentándose como herederos del califato de occidente. Sin embargo, se introdujeron cambios
significativos en su disposición interna, como la adopción de un único machón central con cámaras
superpuestas cubiertas con bóvedas, alrededor del cual se ubicaba la rampa de ascenso. Esta dis-

35
posición pudo haber sido influenciada por el man?r de la Qalca de los Ban? ?amm?d, capturado
por los almohades en 1152, aunque otros ejemplos sirios también podrían haber contribuido. Los
habitáculos en el machón central, característicos de las antiguas iglesias de Siria, se sustituyeron por
cubiertas abovedadas de piedra o ladrillo, aligerando la estructura de estas torres de gran tamaño.
ERC
Susana Calvo Capilla destaca la utilización de los alminares como lugares multifuncionales,
como sitios de retiro, estudio, refugio o alojamiento, tanto en Oriente como en Occidente durante
el mismo periodo. Ibn ?ubayr menciona que el alminar occidental de la mezquita de Damasco tenía
habitaciones espaciosas donde vivían extranjeros. Ibn I??r? elogia el alminar de la aljama sevillana,
construido en 1184, como único en al-Ándalus. En el Aljarafe sevillano, de gran interés estratégico
y económico, se conservan varios alminares almohades, como los de Sanlúcar la Mayor, Cuatrovitas
o Lerena, que probablemente cumplían funciones adicionales de vigilancia y control del territorio.

10.2. Mezquita de Tinmal


La mezquita de Tinmal, ubicada en el Alto Atlas, fue el centro del movimiento almohade des-
pués de su victoria sobre los almorávides. Pasó de ser un centro político a espiritual, convirtiéndose
en un lugar de peregrinación. Construida en 1148 por el califa cAbd al-Mumin, tan solo un año
después de la primera Kutubiyya, adopta la forma de un ribat, una “fortaleza de Dios”, expresando
así la legitimidad dinástica almohade.
ERC
Ibn Tumart es enterrado en su casa, estableciendo así una tradición donde sus sucesores también
son sepultados allí, creando una necrópolis dinástica. Aunque la prospección arqueológica no ha re-
velado ocupaciones anteriores, tampoco ha encontrado evidencia de entierros de la época almohade.
ERC
La mezquita de Tinmal es un ejemplo arquetípico de la arquitectura almohade del siglo XII.
Construida ex nihilo sobre una pequeña plataforma, está hecha de ladrillo revestido de estuco y co-
ronada con merlones escalonados. Su planta simétrica presenta seis puertas laterales, cuatro hacia
la sala de oración y dos hacia el patio. Un análisis propone una segunda lectura del diseño en forma
de T, complementado por un diseño en U gracias a un doble deambulatorio alrededor del patio, po-
siblemente asociado a la peregrinación a la tumba del mahdi. La sala de oración destaca por cúpulas
de mocárabes esculpidas en estuco, con una cúpula más pequeña sobre el mihrab, subrayando su
importancia.
ERC
La decoración de la mezquita de Tinmal revela una jerarquía de espacios. El estuco se concentra
especialmente en el mihrab, mientras que los arcos presentan un trazado distintivo: lambrequines
bajo las cúpulas de mocárabes y arcos lisos de herradura apuntados en otras partes. Los capiteles
de las columnas muestran una jerarquía similar, con diseños más elaborados cerca del mihrab y la
nave central, transformando la tradición anterior con motivos de acantos y palmetas que forman
meandros.
ERC
La mezquita de Tinmal destaca por su alminar ubicado en el muro de la qibla, rodeando el mih-
rab. Se especula que esta disposición podría tener como objetivo enfatizar la importancia de la qibla

36
y el mihrab, aunque también podría evocar el carácter militar y guerrero del movimiento almohade.
Tras ser destruida por las tropas meriníes, la mezquita y el mausoleo de los califas almohades fueron
arrasados, aunque el prestigio de Tinmal persistió, siendo la mezquita el único vestigio tangible de
este culto.
ERC
La Mezquita Kutubiyya de Marrakech fue construida por el sultán almohade cAbd-al-Mumin en
dos fases, con la primera fase concluyendo en 1157 y la segunda comenzando en 1158 y finalizando
en 1162. Algunas fuentes sugieren que la segunda fase se completó en 1190 durante el reinado de
Abu Yusuf Yaqub al-Mansur. La mezquita, conocida como Kutubiyya o mezquita de los libreros,
refleja el ascetismo del arte almohade del siglo XII.
ERC
La historia de las dos mezquitas Kutubiyya de Marrakech es enigmática, ya que se desconoce
por qué Abd-al-Mu’min construyó dos mezquitas casi idénticas en el mismo sitio con menos de
una década de diferencia. Se han propuesto varias teorías para explicar este fenómeno, como la
corrección de la orientación imprecisa de la qibla de la primera mezquita, la necesidad de dar cabida
a la creciente población de Marrakech o la megalomanía del sultán. Sin embargo, ninguna de estas
teorías es concluyente. Lo cierto es que ambas mezquitas coexistieron durante al menos treinta años,
sin que una intentara reemplazar a la otra, y la primera eventualmente cayó en ruinas.
ERC
La mezquita Kutubiyya está construida principalmente en ladrillo, aunque los muros exteriores
están hechos de piedra arenisca, incluyendo el muro norte que originalmente formaba parte de la
fortaleza almorávide. Su planta trapezoidal presenta una sala de oración amplia y poco profunda,
con diecisiete naves perpendiculares al muro de la qibla y un plano en T formado por una nave
central más grande que las laterales, cubierta por cinco cúpulas. Tiene ocho puertas laterales y un
sahn oblongo precedido por dos galerías de cuatro naves. Se cuenta que la primera Kutubiyya tenía
dispositivos mecánicos diseñados por un ingeniero de Málaga llamado al-hajj Ya’ish, que permitían
manipular el mimbar, elevar la maqsura durante la oración del sultán y abrir y cerrar las puertas de
la estancia que guardaba los Coranes de la mezquita.
ERC
El alminar de la Kutubiyya, erigido entre 1157 y 1195, destaca como uno de los más impre-
sionantes del islam occidental. Se ubica en el ángulo nordeste de la mezquita. Similar en época a
la Giralda, alcanza una altura de 69 metros y tiene una planta cuadrada construida con sillares de
arenisca. Su perfil rectilíneo está decorado con paños de sebka, que son arcos entrelazados, y está
rematado por un parapeto con merlones dentados. Su cúspide incluye una linterna adornada con
azulejos verdes y blancos, protegida por una pequeña cupulilla.
ERC
La qasba de los Udayas, ubicada en la ciudad almohade de Rabat, fue construida en 1151 como
parte de la estrategia militar almohade para lanzar la djihad en al-Ándalus. Situada en un promon-
torio sobre el Atlántico, esta fortaleza, conocida como ribat de la Victoria, proyecta una fachada
interior con versículos coránicos que enfatizan su vocación militar. Rabat, como símbolo del poder
almohade, formaba parte de un ambicioso proyecto califal para establecerla como la tercera capital
del imperio almohade, junto a Marrakech y Sevilla.

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10.3. Mezquita al-Hassan, Rabat
En la última década del siglo XII, el sultán Ya’qub al-Mansur inicia la construcción de la mez-
quita aljama de Hassan en Rabat, como una celebración de su victoria sobre las fuerzas cristianas
en la península. Esta mezquita, que se proyectaba como la más grande de Occidente, nunca se com-
pletó debido al fallecimiento del sultán y al abandono de Rabat por parte de sus sucesores en favor
de Salé. Ubicada en una pendiente natural, la mezquita se asentaba sobre una enorme plataforma
accesible mediante escalinatas. Contrafuertes reforzaban los muros perimetrales, que disponían de
catorce puertas de acceso. La sala de oración presentaba veintiuna naves longitudinales y tres trans-
versales, formando un plano en T y en U imbricado. Dos patios simétricos ventilaban e iluminaban
la sala hipóstila, rodeada por galerías laterales.
ERC
En el muro norte, frente al mihrab, se encuentra el alminar de planta cuadrada, una obra de arte
de la arquitectura almohade. Este imponente alminar, de 44 metros de altura, nunca fue completado
ni por los almohades ni por sus sucesores. Su delicada decoración de sebka lo hace destacar, recor-
dando al alminar de Sevilla, construido veinte años antes por al-Mansur durante su ocupación de la
ciudad.

10.4. La Mezquita almohade de Sevilla


Ibn S?hib al-Sala al-Bayi, un destacado cronista almohade, proporciona una valiosa crónica so-
bre el máximo esplendor de la dinastía almohade, aunque solo se conserva el segundo volumen de su
obra “Al-Mann b?-l-im?ma”. Esta crónica es una fuente invaluable sobre el funcionamiento interno
del Estado almohade, ya que el autor ocupaba una posición privilegiada en el aparato administrati-
vo. Ibn ???ib al-?al? al-Bay? relata detalladamente la construcción de la mezquita mayor de Sevilla,
desde la orden del califa Ab? Yacq?b al-Man??r hasta el final de las obras. Sus descripciones preci-
sas han sido corroboradas por investigaciones arqueológicas, confirmando la precisión de su relato
sobre la construcción de la mezquita y revelando detalles sobre la topografía y la infraestructura de
la época.
ERC
Se construyó una mezquita sobre la plataforma de argamasa, con diecisiete naves perpendicu-
lares a la quibla. La nave central era más ancha que las demás, y se añadió una nave transversal
paralela al muro de la quibla, formando así una planta en forma de T. El edificio tenía una extensión
total de 113 x 135 metros.
ERC
Se conserva el muro oriental del sahn y se conocen algunos fragmentos del muro qibla. Además,
se encontró un segundo muro, exterior a la qibla y paralelo a esta, que correspondía al pasadizo del
sabat, con aproximadamente tres metros de anchura. Poco se sabe del mihrab, aunque se mencionan
dos puertas flanqueándolo en la documentación cristiana, una de las cuales podría haber dado acceso
al corredor para que el califa asistiera a la oración de los viernes, mientras que la otra posiblemente
llevaba a la cámara del mimbar.
ERC

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En los oratorios almohades, la disposición tripartita, con el mihrab en el centro y vanos a la
derecha para el mimbar y a la izquierda para la habitación del imán, es un rasgo característico. Esta
disposición se mantiene con simetría en su ubicación, aunque pueden agregarse otros espacios y
puertas.
ERC
En las aljamas de Almería y Málaga, así como en las de Mértola y Lorca, que fueron ampliadas
o reformadas durante la época almohade, se encontraban huecos diseñados para albergar el mimbar
móvil. También se conserva el lado oriental del sahn o patio, que exhibe una arquería compuesta por
siete arcadas gemelas de herradura apuntadas con alfices prominentes, rematadas por una cornisa
decorada con modillones escalonados y tejas esmaltadas, además de merlones dentados. Las arcadas
que separaban las naves también eran de herradura apuntada y se apoyaban en pilares de sección
rectangular.
ERC
En la descripción de Ibn ???ib al-?al? sobre la aljama de Sevilla ordenada por Ab? Yacq?b, se
destaca la extraordinaria elaboración del almimbar y la maqsura, elaborados en rica madera tallada y
esculpida, pintada y decorada con incrustaciones de sándalo, marfil y ébano, además de planchas de
oro y plata. Aunque parcialmente preservados, el alminar y el patio de la aljama, junto con algunas
puertas de la mezquita, han sido objeto de reformas en la época cristiana.
ERC
La Puerta del Perdón, ubicada en el lado norte del sahn, conserva elementos originales como las
hojas de madera revestidas de láminas de bronce decoradas con motivos hexagonales y estrellados,
así como con ataurique y epigrafía. Los análisis recientes muestran evidencia de policromía, espe-
cialmente en rojo, para resaltar la caligrafía y los diseños. También se conservan los aldabones de
bronce con una larga inscripción en caracteres cursivos, que corresponde a versos del Corán (Surat
an-N?r, XXIV, aleyas 36-37).
ERC
Existen incertidumbres sobre la presencia de puertas en los extremos de la fachada norte de la
mezquita. A lo largo de los laterales, se encontraban tres puertas que daban al sahn, pero solo se
conservan las de la fachada oriental. La Puerta del Lagarto, situada al pie del alminar, alberga una
de las tres bóvedas de mocárabes que se han preservado de la mezquita.
ERC
Las fachadas estaban reforzadas por contrafuertes y coronadas con merlones dentados. En la
base de los muros, se encontraban bancos adosados entre los contrafuertes, los cuales fueron poste-
riormente renovados, como lo indica la restauración más reciente de la fachada norte. Frente a las
fachadas del patio, se encontraba un andén. Además, aún se conservan los pilares cruciformes que
sostenían los arcos de entrada a cada nave desde la fachada del oratorio hacia el patio.
ERC
El edificio se asienta sobre un zócalo de sillería que se sumerge solo 3,30 metros bajo tierra,
siendo esta la principal base de la torre. Otros tres metros de sillería emergen sobre el suelo, mar-
cados por siete aras romanas de mármol dispuestas en las esquinas, lo que evidencia una conexión
deliberada con el pasado romano y omeya. Esta vinculación consciente con el pasado andalusí se
refleja en la práctica de llevar el Corán que perteneció a cAbd ar-Rahm?n III durante las campañas

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militares, junto con el de Ibn T?mart, buscando así la baraka.
ERC
El alminar se eleva sobre un zócalo de sillería y se construye con ladrillo de alta calidad y
regularidad, unido por mortero de cal. El cuerpo superior, también de ladrillo, muestra encadenados
de madera para garantizar su estabilidad. Originalmente, constaba de dos partes, con el cuerpo
superior añadido en el siglo XVI como parte de una remodelación renacentista. En su interior, hay
siete cámaras abovedadas, y una rampa rodea el machón central, iluminada por ventanas. Los vanos
presentan una ornamentación exquisita, con paños de sebka tallados en ladrillo y revestimiento de
estuco policromado.
ERC
La decoración principal del alminar consiste en vanos geminados con columnas de mármol
como maineles y arcos de diversas formas, dispuestos en el centro de cada cara en series desfasadas.
Se forman paños decorativos de sebka a los lados, asociados por parejas de ventanas. Los almohades
emplearon ladrillo recortado, probablemente estucado con un mortero de cal de color marfileño,
para la decoración, mientras que la azulejería se añadió más tarde, como evidencian registros de
adquisición de azulejos en el siglo XVI. Es importante destacar que no se utilizó azulejería en los
exteriores de los edificios andalusíes de época almohade, siendo las aplicaciones de azulejos más
tardías, como en la Torre de Oro, que presenta azulejería del siglo XIV. En 1198, el sultán Abu
Ya’qub Y?suf ordenó rematar el alminar con la colocación del yamur, un vástago en el que se
insertaron tres manzanas o bolas doradas de tamaño decreciente, obra del siciliano Abu l-Layth
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La cúpula de fábrica y las cuatro esferas metálicas del alminar cayeron debido al terremoto del
24 de agosto de 1356. En su lugar, se construyó una espadaña con una campana. Posteriormente, en
el siglo XVI, se añadió una ampliación al campanario en estilo renacentista.
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El pavimento original de las naves de la mezquita estaba compuesto por losetas de cerámica sin
vidriar, aunque algunas partes fueron reemplazadas por obras cristianas posteriores. Los muros eran
de tapial, ladrillo y sillería, con arcos de ladrillo revestidos de estuco. La mezquita estaba rodeada
por recintos delimitados por murallas, con arcos de acceso como la Puerta de Palos y el Arco de San
Miguel. Se descubrió la sala de abluciones de la mezquita bajo la Plaza de la Virgen de los Reyes
en 1994, un edificio simétrico con dos patios de letrinas centrados por fuentes.
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En 1252, la mezquita fue consagrada para el culto cristiano por Alfonso X. Dividió el espacio
en dos: la mitad oriental albergaba la Capilla Real con el sepulcro de Fernando III el Santo, mientras
que la mitad occidental albergaba el coro con el Santísimo Sacramento y la imagen de Santa María
en el altar mayor. Se abrieron numerosas capillas funerarias en el perímetro y los cuatro pórticos del
patio. El patio también fue utilizado como mercado hasta 1432.
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En la antigua Capilla Real estaban sepultados Fernando III, la reina Beatriz de Suabia, Alfonso
X el Sabio y Fadrique Alfonso de Castilla. Fue demolida para construir la actual Capilla Real. El
epitafio de Fernando III el Santo, encargado por su hijo Alfonso X el Sabio en 1279, está escrito en
latín, castellano, árabe y hebreo. Durante el reinado de Fernando III, se conquistó el valle del Gua-

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dalquivir, reduciendo al-Ándalus al reino de Niebla y el reino de Granada como feudo castellano.
San Fernando fue canonizado en 1671 por el papa Clemente X, bajo el reinado de Carlos II. Para
confirmar su santidad, Bartolomé Esteban Murillo recopiló todas las representaciones del rey.
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La catedral fue construida gradualmente sobre la antigua mezquita, derribándola por partes a
medida que avanzaban las obras. La planta de la catedral ocupó la misma extensión que la sala
de oración islámica, con sus muros de contorno ubicados sobre los de la aljama o adyacentes a
ellos. Esto se debió a la necesidad de que la nueva catedral albergara todo lo que contenía la aljama
cristianizada, especialmente los enterramientos.

11. La Granada Nazarí


Los nazaríes son la dinastía que reinan en Granada, en mediados del siglo XIII hasta su caida
en 1492. Hay luchas internas entre las dinastías, firman un pacto de vasallaje con Fernando III de
Castilla y aceptó el pago de tributo. Ha cambiado la situación del Dar al-islam, con la aparición de
los mamelucos y los otomanos.
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Granada consigue cierto esplendor, los genoveses tienen a su mano el comercio nazarí. Nos
centramos en la alhambra. No hay apenas precedentes, es difícil de entender la alhambra, pues
parece algo aislado en el tiempo. Es en fechas recientes que se le pone en relación. Hay un triangulo
cultural entre Granada, Fez y Tremecén. Los mamelucos también van estar muy presentes en el
arte de granada, ademas del reino de Castilla, que mantenía relación entre ellos. Nos interesa el
momento del Reinado de Muhammad V. Un personaje importante es su primer ministro Ibn al-Jatib,
de un gran familia andalusí, se dice que apenas dormía, que sus noches las dedicaba a la escritura,
conservamos más de 70 obras, es poeta. Gracias a el, el joven Mohammad V se pudo exiliar. Cuano
se produce el golpe de estado es encerrado. Cuando esperaba en prisión para su muerte, escribe lo
que podría ser su epitacio.
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En la corte de Fez, encontramos madrasas, los reyes dejaban su huella en la ciudad construyendo
madrasas. Las madrasas merinies se caracterizan por un patio central de mármol o de alicatada, se
van formando estancias al rededor, y vamos encontrando oratorios y aulas. La Madrasa Sahrij o
al-Kubra. Algunas de estas si siguen en uso.
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Otra de las madrasas importantes es la Madrasa Bu Inayannim. La madrasa de Granada va a ser
un centro muy importante por todo el mundo islámico. Cubiertas de madera, mocárabes, la oresencia
de pequeños oratorios, para recoger al maestro y los discípulos. La madrasa de los perfumistas, junto
a la Qarawiyyim, es muy pequeñita aunque siempre sigue ese mismo esquema. En Salé encontramos
la más precedente a la arquitectura nazarí. Se trata de la madrasa Abu al-Hassan. Sigue el mismo
esquema. En el reino vecino, en la corte de Tremecén, Mohammad V conocería bien este territorio.
Una arquitectura similar.
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Tras tres años de exilio, Mohammad V consigue regresar y recuperar su reino, con la ayuda del
rey castellano Don Pedro. En la Penísula, hay una relación entre la corte de Don Pedro (El Justo o el
Cruel), vemos una relación. Castilla, tiene que asimilar todo el territorio y esa herencia monumental,
ee paisaje tanto clásico como andalusí. Dos castillos castellanos, el de Tordesillas y el de Astudilla,
vemos como se relaciona.

11.1. La Alhambra
Granada es una ciudad-colonia, rodeada de montañas y regada por los ríos Darro y el Genil. En
un lado se construyó el Generalife, una villa rural. Grada se volvio en casi una leyenda, tenemos
muchas descripciones, una vez cae a manos de Castilla, muchos europeos se lanzaran a la ciudad
para ver ese castillo sobre la ciudad. No fue necesario esperar a 1492 para que lo vecinos conocieran
el emirato. Tiene su rigen en la alcazaba erigida por el primer sultan nazarí Muhammad I. Ladrillos
en mampostería.
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La alcazaba, era la zona milital la más elevada, encontramos una zona urbana, posiblemente
viviendas para las tromas de élite.
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LA Puerta del Vino permitía acceso a la medina de la Alhambra, dentro del recinto amurallado.
En su interior mantiene su decoración. Es una de las puestas más representadas por viajeros y
dibujantes.
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La medina, una ciudad para cubrir las necesidades. En la zona palatina, encontramos el Patio
de Manchuca, que lleva el nombre del arquitecto de Carlos V, que reforma esta zona, nos da paso
al Mexuar, el primer palacio, donde se impartía justicia. El palacio de Comares, que da lugar al
patio Dorado, aquí el sultán recibía a los súbditos, para impartir justicia. Cubiertos de yeserías y
de zócalos de azulejos. La fachado del Palacio de Comares, es un trono arquitectónico, donde el se
sentaría el soberano, para ejercer la justicia, una portada andalusi, con los vanos y un dintel recto,
en un segundo novel los vanos geminados, la puerta de la derecha es una falsa puesta que no lleva a
ningún lado y la de la izquierda va hacia el palacio. El corazón del palacio de Comares desemboca
en el gran patio, coronada con la gran torre de embajadores. Este patio recibe varios nombres, como
el patio de Arrayares. Es lo que vemos cuando elevamos la mirada en la ciudad de Granada. La Sala
de la Barca, antesala de gran tamaño que toma su nombre de la forma de la bóveda. Nos permite
entra en el gran Salón de Embajadores, el pavimento era una alfombra de cerámica dorada, los
zócalos serían alicatados y cerámica esmaltada, por encima un enorme baño de yesería. Los más
fabuloso es la techumbre, que intenta imitar a una cúpula, de madera.
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Los baños reales, son una serie de estancias, perfectamente conservados, todo materiales origi-
nales, repintados en el siglo XIX. Uno de los baños medievales mejor conservado. Muy ricamente
decorado. La sala de descanso.
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El segundo palacio es el Palacio de los Leones, perteneciente a Mohammad V. Esta engarzado
con el Palacio de Comares. Entorno a un patio de crucero, con cuatro grandes salas a cada lado. La

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primera es la sala de los Mocárabes, que poco conservamos porque sufre una explosión, conserva-
mos los tres arcos de acceso. Arcos de yesería tallada. El patio central con una gran fuente central
y cuatro canales que deja fluir el agua. La fuente, que se encuentra en lo más alto de la colina.
En el otro lado corto, se levantan dos pabellones, la llamada Sala de los Reyes, las alcobas, tres
espacios sucesivos, con cúpulas de mocárabe con vanos que inundan de luz la sala. En las alcobas
interiores encontramos las salas con las imágenes de al alhambra. tres falsas cúpulas elípticas de
madera de peralejo bien cepillada están forradas de cuero a modo de lienzo. La cúpula central, de
fondo con pan de oro, a temporal, unos personajes que podrían tratar de representación de sabios y
filósofos. Esto puedo concordar con ese fondo a temporal. En las laterales, escenas de un carácter
totalmente diferente, escenas de caza, de juego, de lucha, quizá de guerra, que podrían ser temas
literarios. Escenas entorno a una fuente o en un jardín. A los lados lardos, encontramos la Sala de
Dos Hermanas, el agua corre por un canal. Una de las cúpulas más impresionantes. Enfrente la Sala
de los Abencerrajes, aqui habría tenido lugar la matanza de los Abencerrajes. Estas son las estancias
principales, pero a su alrededor encontramos unas escaleras o algunas salas secundarias.
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En los medallones de yeso, las paredes, encontramos grandes inscripciones. En CSIC catologó
las inscripciones que adornan la ciudad. Es una herramienta publlicitaria. No hay una sola manpos-
teria igual, cientos de composiciones.
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En las casas del Partal se encontraron figuras murales nazaríes. Tras la conquista, el gobierno de
la alhambra va a ser cedido al Conde de NOJEQUIEM. LA transformación se produce bajo Carlos
V. El peinador de la Reina se contruye sobre las murallas y sería el dormitorio de la reina.
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El conjunto se puede interpretar como carácter polisémico de la arquitectura islámica. Quiza
estemos ante una madrasa mausoleo de Muhammad V. No sería algo extraño, encontramos estas
madrasas reales a lo largo del mundo islámico. El alhambrismo en España es un modelo decorativo
permanente, adoptado rápidamente por la élite madrileña.

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