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Teorias

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Origen del idioma español

El español es el tercer dialecto más hablado en el planeta por la cantidad de


hablantes que lo tienen como su idioma principal aun después del chino mandarín y
el inglés. Lo hablan como un primer y segundo dialecto en un rango de 450 y 500
millones de individuos.
Los idiomas comenzaron a surgir a partir de la separación de las poblaciones, es por
eso que muchas palabras tienen características similares en la forma de escribir y de
pronunciar.
El español es la segunda lengua más hablada del mundo y es nuestra lengua
materna; por eso es de vital importancia conocer cómo se fue gestando y cómo ha
sido su desarrollo hasta su estado actual. Pero las lenguas no nacen en un día
exacto como los seres humanos ni en un lugar concreto de la geografía. Son el
producto de un proceso de formación que se va dando a través de la
interrelación pacífica o violenta de unos pueblos con otros. Por eso es mejor
decir que la lengua no nace, sino que se hace; cada pueblo la va construyendo día a
día, y se convierte en algo vivo y dinámico que evoluciona según la cambiante
realidad del pueblo que la habla.

Antes de la llegada de civilizaciones procedentes de la parte oriental del


Mediterráneo ya estaban firmemente establecidas tres etnias aborígenes en el
territorio peninsular: los iberos, los tartesios y los vascos, pero fue mínimo el aporte
de estos pueblos primitivos en la conformación de la lengua española. Con
excepción del vascuence, ninguna de las lenguas aborígenes pudo permanecer
en el tiempo porque se vieron sometidas a la influencia de civilizaciones más
avanzadas que las fueron modificando o las hicieron desaparecer en el
proceso traumático de la conquista.

En el año 1100 a. C. arribaron los fenicios, que eran esencialmente mercaderes. No


llegaron a implantar una cultura, sino a obtener un lucro derivado de su actividad
comercial. Por eso, el impacto lingüístico de los fenicios no fue duradero, y su huella
cultural fue insignificante. Lo único que se puede anotar en su favor es que fueron
ellos los que le dieron nombre al territorio que colonizaron. En efecto, cuando
desembarcaron en la costa mediterránea y vieron la cantidad de conejos que salían
de los matorrales, no dudaron en bautizar el país al que llegaban como i-schephan-
im, con el significado de tierra “remota” o “repleta de conejos”. Pero el
topónimo se fue modificando por esa inexorable ley de la transformación de las
lenguas y se convirtió en Spania y luego en Hispania durante la dominación
romana. Los historiadores griegos, por contraste, utilizaban la palabra ‘Iberia’, porque
el vocablo que más pronunciaban los nativos era ‘iber’, que en su lengua significaba
río, vocablo que hacía referencia al Ebro, el más caudaloso de los ríos que
desembocan en el Mediterráneo.

En el siglo VII a. C. arribaron los griegos, y se establecieron en la esquina nordeste


de la península. Permanecieron un poco más de un siglo, y su contribución directa a
la lengua fue escasa. Sin embargo, es preciso aclarar que las 3.000 palabras de
origen griego que hoy hacen parte de nuestra lengua entraron, en su mayoría, por la
puerta del latín, cuando, siglos más tarde, los romanos conquistaron
Hispania. Aunque por vía indirecta, la influencia de la cultura griega en el
español ha sido enorme, como muy bien lo señala el padre Félix Restrepo.

Los griegos fueron destronados por los cartagineses y estos, a su turno,


sucumbieron ante los romanos cuando intentaron desafiar su poderío militar y
económico. De la civilización púnica quedó muy poco, y su aporte a la lengua fue
casi nulo aunque permanecieron por más de tres siglos en la península ibérica. Su
mayor contribución fue haber provocado la llegada de las legiones romanas y, con
ellas, una civilización que sí dejaría una impronta cultural perdurable en el territorio
rebautizado con el nombre de Hispania. Con las legiones llegó la lengua del Lacio, la
que más influyó en la formación de nuestro idioma. La conquista romana fue muy
diferente de todas las demás porque Roma sí estaba interesada en sembrar
una cultura y dejar un legado para la posteridad. Para ello era indispensable
fundar un Estado con leyes e instituciones y simultáneamente implantar una lengua
en el territorio conquistado para que las normas fueran entendibles y se pudieran
obedecer. Pero la lengua conquistadora no iba a permanecer inmune en su proceso
de implantación porque las lenguas vernáculas la modificarían en su estructura
morfológica y sintáctica.

Baste señalar que por lo menos cuatro mil palabras de nuestro idioma tienen
ancestro árabe. Sin embargo, ese número considerable de vocablos no logró alterar
la estructura de las lenguas autóctonas, que cada día se alejaban del latín aunque
mantenían su esencia.
Castilla, que empezó siendo un señorío bajo la tutela leonesa, se convirtió en
condado y finalmente en un reino que poco a poco fue extendiendo sus
fronteras y consolidando su poder. Sus gentes se habían acostumbrado a hablar
en una variedad romance derivada del latín en forma ininterrumpida porque su
arabización fue insignificante o casi nula.Siendo así, es lógico que nos preguntemos:
¿cuándo se empieza a hablar castellano por primera vez como una lengua
diferenciada y reconocible? No es posible fijar un momento exacto para el nacimiento
del español, pero lo que sí está documentado son las primeras manifestaciones
escritas donde se puede advertir que la lengua del pueblo ya no era el latín vulgar.

Los testimonios escritos más antiguos de la variedad romance que más tarde se
llamaría “castellano” son el Cartulario de Valpuesta y la Nodicia de kesos,
datados entre el siglo IX y el XI. Sin embargo, en ellos no se podía ver todavía la
estructura sintáctica del idioma castellano. Ese feliz advenimiento se produjo en las
Glosas Emilianenses, en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. En
los márgenes y en las entrelíneas de los pergaminos de un códice medieval brotaron
las primeras frases de nuestro idioma como en una especie de alumbramiento
mágico de la lengua latina. Esa criatura evolucionó hasta convertirse en el habla que
hoy permite la comunicación fluida y continua a quinientos sesenta millones de
hispanoparlantes.Nuestra lengua nació hablándole a Dios.
El español es una lengua romance que resultó como mezcla de palabras con
distintos orígenes como griegos, celtas e ingleses que surgieron debido a la
conquista del imperio romano quienes implantaron su idioma: el latín.
Las distintas expresiones en el idioma español
Aunque hablemos el mismo idioma en gran parte de Latinoamérica existen
expresiones que en ocasiones nos resultan difíciles de comprender. A
continuación, te presentamos algunas de ellas:

El español es uno de los idiomas más complejos, pues es de los que cuentan con
más reglas ortográficas y gramaticales. Así mismo es uno de los idiomas más
importantes a nivel mundial. Actualmente existen más de 496 millones de
personas que hablan este idioma de manera nativa.
Origen del lenguaje oral

La lengua oral es una forma de comunicación que se ha desarrollado a través de la


historia y es la forma de comunicación más antigua conocida. El origen exacto de la
lengua oral es un tema de debate, con algunos estudios sugiriendo que puede
haberse desarrollado en África hace miles de años. La lengua oral es fundamental
para la supervivencia de la humanidad, ya que permite a las personas comunicarse
entre sí de forma clara y comprensible.

El origen del lenguaje oral es un enigma fascinante que ha intrigado a científicos y


lingüistas durante mucho tiempo. Aunque no tenemos una respuesta definitiva,
existen varias teorías y evidencias que nos ayudan a comprender mejor este
misterio.
1. Teoría del origen oral-gestual: Según esta teoría, el lenguaje oral se originó
directamente a partir del lenguaje gestual. La necesidad de comunicarse mediante
gestos habría ejercido presión para transferir ese lenguaje gestual a uno vocal 1. En
otras palabras, nuestros antepasados podrían haber comenzado a combinar gestos
con sonidos vocales para comunicarse de manera más efectiva.
2. Antigüedad del lenguaje:
o Aunque solemos pensar en idiomas como el babilónico o el egipcio antiguo como los
más antiguos, en realidad, el lenguaje humano tiene varios cientos de miles de
años.
o Los lenguajes que utilizamos hoy en día son fundamentalmente similares a sus
versiones modernas, incluso si los consideramos “antiguos” con 6,000 años de
existencia.
o Se cree que el lenguaje tiene al menos 50,000 años, pero algunos lingüistas
sugieren que podría ser considerablemente más antiguo, incluso hasta medio
millón de años.
o Es posible que, a pesar de la diversidad de idiomas en el mundo, todos desciendan
de un antepasado común. Esto se respalda en parte por la genética y la evolución
humana.
3. Fósiles y evidencias:
o Los fósiles de nuestros antepasados proporcionan algunas pistas sobre cuándo
comenzamos a hablar.
o El Homo sapiens desarrolló el primer tipo de comunicación verbal hace 2.5
millones de años, que consistía en sonidos.
o Además del lenguaje verbal, también se abrió otra forma de comunicación: la no
verbal.

Ejemplos de lenguaje oral


Ejemplos de lenguaje oral son:

 Los rechistes que nos contamos para entretenernos.


 Negociar el valor de un producto que deseamos obtener en el mercado.
 Charla con un extraño en la calle para solicitarle una dirección.
 Ten ciertas diálogos en persona.
 Ofrecer una charla a una audiencia interesada.
El lenguaje oral tiene relación a la modalidad del charla de expresar conocimiento
mediante la voz. Un aparato fonético deja a los humanos generar sonidos expresivos
que tienen sentido por medio de lo que tiene por nombre, en Fonología, Aspectos
Propios.Estas entidades se unen en segmentos o fonemas que, por su parte, son
sílabas. Estas, las sílabas, se mezclan y forman los conjuntos de acentos o series de
sílabas subordinadas a una cantidad primordial que puede contener una o mucho
más expresiones.

Lenguaje oral: características, funciones, ejemplos


El lenguaje oral es una forma de comunicación que utiliza sonidos pronunciados por
la voz humana para transmitir un mensaje. Estos sonidos siguen una estructura
gramatical que le dan sentido a lo que se está expresando. De esta manera, los
sonidos se convierten en palabras y oraciones.

Dicha estructura gramatical tiene sus variaciones y particularidades dependiendo del


idioma que se use. Por ejemplo, las reglas gramaticales de la lengua alemana no son
las mismas que las del español; sin embargo, ambos idiomas tienen el objetivo de
permitir que las personas se comuniquen entre ellas.

Este tipo de comunicación es propia del ser humano; de hecho, es un aspecto que
nos caracteriza como especie. Si bien es cierto que los animales se comunican entre
sí a través de sonidos (como los delfines o las aves), su forma de comunicación no
cuenta con la complejidad que tiene la nuestra.

Así mismo, el lenguaje oral nos ha permitido construir la vida como la conocemos;
gracias a este lenguaje las personas pudieron comunicarse para construir las
primeras civilizaciones y desarrollar los sistemas que actualmente organizan a la
sociedad. Además, esta comunicación nos permite expresar nuestros sentimientos,
ideas y pensamientos.Se puede tener en cuenta el siguiente ejemplo: Pedro desea
comprar algunos alimentos en el supermercado; para esto, le avisa a su hermano y
le dice: “Juan, iré al supermercado”. Luego de comunicar este rápido mensaje,
desaparecen las palabras, es decir, no duran en el tiempo.En cambio, si Pedro le
escribe a su hermano en un papel: “Juan, fui al supermercado. Vuelvo enseguida”,
este acto de comunicación sí perdura en el tiempo (por lo menos hasta que se
deseche el papel), ya que quedó registrado de forma escrita.Por esta razón, algunos
autores aseguran que el lenguaje oral es “económico”: busca decir la mayor cantidad
de palabras en el menor tiempo posible y sin mucho esfuerzo. Se puede notar esto,
por ejemplo, cuando una persona no pronuncia algunas consonantes cuando habla.
Así se observa en esta frase: “No he almorzado, tengo hambre.”
Toda comunicación requiere de la figura de un emisor y un receptor, junto con la
información o mensaje que se desea transmitir; si falta alguno de estos roles,
entonces no se puede dar el acto comunicativo. Vale recordar que:

1. El emisor es la persona que transmite el mensaje. Es decir, quien


pronuncia los sonidos dentro del lenguaje oral.
2. El receptor es quien recibe dicho mensaje. Su deber es interpretar la
información que le envía el emisor. Ambas figuras pueden intercambiar sus
roles; es decir, el emisor puede convertirse en receptor y viceversa. Este
cambio permite que exista una conversación.
3. El mensaje es simplemente lo que se desea comunicar. En el lenguaje
oral, este mensaje se manifiesta a través de sonidos que forman palabras y
oraciones. Además, puede estar acompañado de gestos que ayudan a
comprender la información.

Funciones

 Función emotiva
El lenguaje oral cumple una función emotiva cuando el emisor desea transmitir sus
sentimientos, es decir, cómo se siente frente a una determinada situación. A
continuación se muestran algunos ejemplos: “me siento un poco triste por la partida
de Juan”; “tengo mucha sed, me siento deshidratado”; “te quiero mucho, abuelita”.
 Función representativa
Se dice que el lenguaje oral es representativo cuando desea describir o informar
sobre un evento o algún objeto en particular. Por lo general, suele ser objetivo y a
veces formal (se usa con frecuencia en las relaciones laborales), pero esto no es
estrictamente necesario; también lo pueden usar familiares y amigos al momento de
comunicarse.

 Se puede apreciar la función representativa en los siguientes ejemplos: “Para


preparar esta receta, primero debes batir los huevos y luego le echas el azúcar. Ten
cuidado con las cantidades”; “A Luisa le está yendo muy bien en su trabajo; es
posible que consiga un ascenso pronto”; “se estima que las ventas se incrementarán
un 20% este año.”

 Función apelativa
El lenguaje oral cumple una función apelativa cuando su intención es llamar la
atención del receptor. Generalmente, lo usamos cuando queremos llamar a una
persona. Por ejemplo: “¡Paula, ven acá!”; “oye, Andrés ¿me puedes decir la hora?”;
“¡Carlos! Ayúdame a recoger los
platos.”
Teoría evolucionista
El evolucionismo, también conocido como evolución biológica para diferenciarlo del
evolucionismo social y cultural, es un conjunto de teorías que defienden la idea de
que los seres vivos evolucionan dependiendo de su adaptación al medio ambiente
para configurar nuevas especies. De tal forma que los organismos mejor adaptados a
su medio sobreviven y heredan sus características a sus descendientes. Si bien la
génesis de la teoría evolutiva suele adjudicarse al naturalista inglés Charles Darwin y
su publicación El origen de las especies de 1859, el evolucionismo cuenta con varios
antecedentes desde la antigüedad. Así, por ejemplo, en la antigua Grecia el filósofo
Anaximandro concibió que la vida se había generado en el agua y que más tarde
había evolucionado en la Tierra; mientras que Empédocles afirmó que los seres vivos
se desarrollaron en la tierra a partir de procesos naturales que no correspondían a
una causa final.
Las ideas de Anaximandro y Empédocles sobrevivieron hasta que Grecia fue
conquistada por Roma. Así, Lucrecio defendió la idea de Empédocles en su De
rerum natura, donde defiende una concepción mecanicista del universo. Por otro
lado, Aristóteles trató de describir las relaciones entre seres vivos en su Historia
animalium, donde además organizó a los animales según la complejidad de sus
cuerpos y funciones. No obstante, este filósofo creía que las entidades naturales
eran inmutables. Esta visión teleológica de Aristóteles fue la que se impuso en la
Edad Media, aunque autores como San Agustín, Erigena y Tomás de Aquino
pensaron en un universo teleológico y al mismo tiempo mecanicista. En el otro lado
del mundo, el filósofo chino Zhuangzi afirmó en el siglo IV a. C. que los seres vivos
tenían la capacidad para transformarse con el fin de adaptarse a su entorno. Así, en
el taoísmo, en Heráclito y en otras culturas alrededor del mundo, se puede encontrar
la idea de que los seres y el universo están en constante cambio, en constante
evolución.
De todas formas, la teoría evolucionista no logró el consenso de la comunidad
científica y el público en general sino con Darwin, quien describió que el mecanismo
por el cual la evolución ocurría en la naturaleza era la selección natural. Así,
prosperaban los individuos que tuvieran las características que mejor los adoptaran
al medio, quienes lograban heredar dichas cualidades a sus ancestros. Para
sostener esta teoría, Darwin incluyó en El origen de las especies pruebas que había
reunido en su expedición del Beagle durante la década de 1830 y descubrimientos
que había realizado con posteridad. Si bien anteriormente ya se habían formulado
ideas evolucionistas para tratar de explicar los descubrimientos biológicos de la
época, la opinión pública seguía anclada a la teología natural y a la teoría del diseño
inteligente, según la cual los seres vivos se encontraban en perfecto equilibrio en sus
ecosistemas debido a que un arquitecto lo había diseñado así. Este arquitecto
perfecto era Dios.
El neodarwinismo fue posible por el redescubrimiento de los estudios de Gregory
Mendel, aunque en un comienzo se pensaba que era una teoría saltacionista, donde
la evolución estaba determinada por las mutaciones y la aleatoriedad. De esta forma,
y aun cuando se habían comprendido mejor, los postulados de Mendel suscitaron un
gran debate en el mundo científico. Algunos estaban en contra de estos y preferían
defender la idea de una continuidad invariable entre los padres y los hijos; mientras
que otros autores se fueron apropiando de su teoría y de sus conceptos de genes
recesivos y dominantes. Así, Thomas Hunt Morgan descubrió una mosca con los
ojos blancos y experimentó con ella, descubriendo que esta característica funcionaba
como un gen recesivo descrito por Mendel. Tras ello, publicó en 1915 El mecanismo
de la herencia mendeliana, con lo cual los postulados mendelianos lograron la
aceptación del mundo científico.

La teoría de la Evolución es un conjunto de conocimientos y evidencias científicas


que explican un fenómeno: la evolución biológica. Esta explica que los seres vivos no
aparecen de la nada, sino que tienen un fundamento y que van cambiando poco a
poco.

Teoría teológica
Los fundamentos teológicos son la base de la fe cristiana, ya que ofrecen una teoría
detrás de las creencias y prácticas religiosas. El estudio de estos fundamentos es
esencial para cualquier persona interesada en profundizar su comprensión de la
religión. Aquí te presentamos algunos de los principales conceptos que conforman
los fundamentos teológicos:

La Biblia es la fuente principal de la teología cristiana. Se considera la palabra


inspirada de Dios y es el principal recurso para comprender la voluntad de Dios y su
relación con la humanidad.
La Trinidad es un concepto central en la teología cristiana. Se refiere a la creencia
en un solo Dios en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (Jesucristo) y Dios Espíritu
Santo.
El pecado original es una idea importante en la teología cristiana. Se refiere a la
creencia de que todos los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa
debido a la desobediencia de Adán y Eva en el Jardín del Edén.
La redención es otra idea fundamental de la teología cristiana. Se refiere a la
creencia de que Jesucristo murió en la cruz para pagar el precio del pecado y ofrecer
la oportunidad de salvación a toda la humanidad.
El juicio final es otro concepto importante en la teología cristiana. Se refiere a la
creencia de que al final de los tiempos, todos los seres humanos comparecerán ante
Dios para ser juzgados y recibir recompensas o castigos eternos.
La oración y la adoración son prácticas centrales en la teología cristiana. La
adoración se refiere al acto de alabar y honrar a Dios, mientras que la oración es una
forma de comunicación con Dios y una manera de pedir guía y ayuda divina.
Los fundamentos teológicos ofrecen una teoría detrás de la fe cristiana y son
esenciales para cualquier persona interesada en profundizar su comprensión de la
religión. La Biblia, la Trinidad, el pecado original, la redención, el juicio final, la
oración y la adoración son algunos de los conceptos más importantes en la teología
cristiana.

La teología es el estudio de Dios y de las creencias religiosas, pero además incluye


la reflexión sobre la fe y cómo aplicarla en la vida cotidiana. La teoría teológica, por
su parte, es el conjunto de conceptos y herramientas que se utilizan para analizar y
comprender la religión y sus implicaciones. Para enriquecer tu fe con la teoría
teológica, lo primero que debes hacer es conocer los principales enfoques y
corrientes de pensamiento en teología. Algunos de los más importantes son el
teísmo, el deísmo, el panteísmo, el agnosticismo, el ateísmo y el secularismo. Otro
aspecto clave de la teoría teológica es la reflexión sobre las Escrituras y los dogmas
religiosos. Es importante que conozcas la historia y el contexto en el que se
escribieron los textos sagrados, así como los diferentes enfoques interpretativos que
existen.

corrientes dentro del judaísmo, como el judaísmo ortodoxo, el judaísmo conservador


y el judaísmo reformista. El cristianismo es una religión basada en las enseñanzas de
Jesucristo y ha tenido una gran influencia en el mundo occidental. Durante la historia
del cristianismo, ha habido diferentes corrientes teológicas, como la ortodoxia, el
catolicismo, el protestantismo y el anglicanismo.
Teoría alienígena
En 1961, el astrofísico Frank Drake ideo una ecuación muy controvertida al
multiplicar una serie de términos relacionados con la probabilidad de vida
extraterrestre (la tasa de formación de estrellas en el universo, la fracción de estrellas
con planetas, la fracción de planetas con condiciones adecuadas para la vida, etc.)
supuso que la existencia de vida inteligente en otros planetas es extremadamente
probable.
Pero existe un problema: oficialmente no hemos recibido ninguna señal de una
civilización alienígena, y si se recibe, las posibilidades de que se revele al público
general son de cero, principalmente por temor a desestabilizar los estatutos de la
civilización humana. Sin embargo, los descubrimientos recientes de planetas
distantes que teóricamente podrían albergar vida, han aumentado las esperanzas de
poder detectar vida extraterrestre si seguimos buscando.
Mucho piensan que encontrar una civilización allá afuera es muy perturbador por
muchas razones; cada entidad en el universo posee realidad subjetiva. Nuestros
conceptos de lo buno y lo malo son realidades humanas, no realidades humanas.
Además, la única forma de naturaleza humana que conocemos es la nuestra.
Si nos encontramos con una civilización con una tecnología 1 millones de años más
avanzadas que la nuestra ¿no verían como seres iguales a ellos, o nos verían como
nosotros vemos a las formas de vida bacteriana en la tierra?

El cosmólogo inglés, Stephen Hawking, decía que, debido a nuestra naturaleza


destructiva, lo más probable es que terminaríamos esclavizados. Algunos
investigadores piensan que seríamos erradicados como una plaga del universo y
otros piensan que ya están aquí, caminando entre nosotros.

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