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4.-Terror en El Lago Nyos

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TERROR EN EL LAGO NYOS

¿Es este, nuestro planeta un lugar seguro para vivir? Durante milenios la humanidad ha
subsistido a las inclemencias de fenómenos naturales: huracanes, terremotos, tsunamis,
tornados, titánicas devastaciones nos han mostrado lo vulnerable y frágiles que somos como
especie, tal y como la estela de una vela frente al viento. Y aunque la mayoría de los
fenómenos naturales son ruidosos de frenesí inquietante, hoy te contaré la historia de la
tragedia, que en el silencio, tal cual ángel de la muerte, en la calma de una oscura noche
arrebato la vida de más de 1700 personas, mientras todas ellas morían lentamente cuando
dormían plácidamente en sus camas, y a quienes aún camino a sus casas se encontraban
todavía despiertos, quedaron como mórbidos cadáveres tirados en las calles evidenciando lo
cruel que fue esta tragedia, tragedia sin precedentes, que nadie hubiera tan siquiera
imaginado, tétrica, funesta. Los alredores del lago se llenaron de cadáveres de la noche a la
mañana, no hubo nada que pudiese evitarlo, todo sucedió en cuestión de minutos. Lo que allí
paso, aun es un misterio. La ciencia sólo consiguió explicar una parte de la catástrofe. El resto
quedará en el campo de la teoría, la especulación o, como suele suceder, como un trágico
mito, imagínate lo que fue vivir esta experiencia por un instante.

El lago Nyos, también conocido como lago Lwi, es un lago de cráter volcánico que se encuentra
en un flanco de un volcán inactivo cerca del monte Oku, en el noroeste de Camerún. Rodeado
de una abundante vegetación, el lago, es todo un espejo de agua cristalina cercado de
montañas. La gama de tonalidades de los verdes de la vegetación que lo rodea, parece salida
de la paleta del mejor pintor. El canto y trinar de los pájaros es parte del hermoso paisaje, una
postal linda que bien puede colgar de cualquier pared y hacerla lucir elegante. Nadie hubiera
imaginado que ese paraíso, fuese el epicentro de una de las catástrofes naturales más
impactantes de la historia. En pocas horas, murieron asfixiadas 1.746 personas y casi 8.000
animales entre los que había vacas, gallinas, cabras, ovejas, perros, caballos, burros.

Eran cerca de las 9 de la noche de un cálido 21 de agosto cuando algo verdaderamente


monstruoso emergió de las profundidades del Nyos. Hubo un ruido de espanto. Un temblor.
Un viento blanquecino que se confundía con la niebla envolvió a Cha, Nyos y Subum, los
poblados cercanos. A la mañana siguiente todo había cambiado. El lago tenía un color rojizo
opaco. “Vi gente tirada en las calles, algunos estaban muertos”, le contó un testigo a BBC. El
silencio dolía, era absoluto, atroz. Familias enteras habían perdido la vida. Los pájaros no
volaban, los animales yacían en el piso sin vida. Hasta las moscas habían muerto. Era el fin del
mundo. Seguramente sería alguna brujería, una maldición de los dioses que había caído sobre
el lugar y su gente. Eso fue lo primero que pensó Ifrain Che cuando vio lo que había sucedido.
La noche anterior, mientras estaba con su familia, sintió un ruido extraño. El aire se hizo
espeso. Pensó que iba a llover. Se sintió mal, mareado, y se acostó. Al despertar, encontró un
mundo diferente. Sin vida.

Apenas bajó la colina, el color sangre del lago lo desconcertó. Tampoco había agua en una
cascada del camino. En cuanto llegó al pueblo encontró a Halima Suley, una ganadera del
lugar, pidiendo ayuda. Ella sólo recordaba haberse desmayado –“como una muerta”,
describió-. Los hijos de la mujer y otros 31 miembros de su familia habían fallecido. Lo mismo
había sucedido con sus 400 cabezas de ganado. Al llegar a la villa de Nyos, Ifrain descubrió lo
peor. Casi todos los vecinos estaban muertos, sólo unos pocos -en especial niños- habían
logrado sobrevivir. Entre los cuerpos que encontró estaban los de sus propios padres,
hermanos y tíos. “Yo lloraba, y lloraba y lloraba”, es lo único que pudo relatar de ese
momento. La mayoría de las víctimas fueron encontradas en sus camas, descansando, o en la
entrada de sus viviendas, lo que indica que murieron en ese mismo espacio. Los cadáveres -
que habían tomado un extraño color verdoso- yacían cerca de los fuegos del hogar o
amontonados en las puertas de entrada. El panorama era desolador. En cuanto se conoció la
noticia, los medios internacionales se hicieron eco. “Según parece, la mayoría de las víctimas
murieron mientras dormían. No hay indicios de que las viviendas hayan sufrido daños”,
reportaron. El desastre era tan enorme que Paul Biya, el presidente camerunés, le pidió ayuda
al mundo. A lo pocos días, equipos de científicos comenzaron a arribar. Uno de los primeros
investigadores estadounidenses en llegar al lugar le dijo a la revista Time que ese era el
“desastre más extraño” del siglo XX. No había habido inundaciones, grandes lluvias o
terremotos. Tampoco estaban destruidas las chozas o las construcciones locales. Todo estaba
intacto. ¿Qué era lo que había sucedido?

El Nyos ocupa todo el cráter de un volcán cerca del monte Oku. Y es en ese origen volcánico en
donde se encuentra el germen de su letalidad. Nyos, es uno de los 29 cráteres volcánicos
anchos y bajos, producidos por una explosión causada por agua subterránea que entra en
contacto con lava caliente o magma y que suelen llenarse de agua del campo volcánico de Oku.
En un principio, los investigadores creyeron que el volcán había entrado en erupción,
emanando alguna clase de gas mortal. Sin embargo, tras unos largos meses de trabajo,
llegaron a una conclusión que dejó en evidencia que había sido un desastre mucho más letal;
un. Si bien el volcán en el que se encuentra Nyos está inactivo, no permanece completamente
dormido. De esta manera, bajo la superficie del lago, produce gases que se filtran hacia la
superficie de la tierra y se disuelven en el agua.

Debido al calor del sol, la parte superior del lago siempre se mantiene caliente. Por su
profundidad, 200 metros, el fondo lógicamente se encuentra más frío. De esta manera se
forman capas que no se entremezclan tanto por la temperatura como por la densidad del
líquido. Esta también varía, incluso, con la disolución del dióxido de carbono (CO2) y otros
gases. De repente, y por causas desconocidas, el gas satura el agua mucho más allá de lo que el
lago puede soportar. El final es dramático. Toda la concentración de gas se libera de forma
masiva en la superficie del lago. Además de ocasionar fuertes oleajes y desprendimientos de
tierra, la consecuencia más preocupante es que el dióxido de carbono erupciona súbitamente
y asfixia a todo lo que encuentra a su alrededor, hasta ese momento se creía que era un mito:
una explosión límnica.

Eso es, en parte, lo que sucedió aquel 21 de agosto de 1986. Las investigaciones concluyeron
que una masiva explosión de CO2 causó las muertes. Esa fatídica noche, una nube de gas se
desplazó unos 50 km/h por los valles, colinas y bosques que bordean al lago. Sus efectos se
sintieron hasta a 25 kilómetros del lugar.La niebla que vieron los habitantes no era niebla. El
viento que sintieron no era viento. Todo era una densa capa tóxica de más de 50 metros de
espesor. En segundos, el Nyos liberó 80 millones de metros cúbicos de dióxido de carbono. El
efecto fue tan rápido como devastador. Sucede que todo lo que es atrapado por la nube es
asfixiado en pocos minutos. El CO2 es un gas inodoro, ligero y transparente. En el cuerpo
produce un adormecimiento, confusión y finalmente la muerte "dulce". No se siente nada. No
se sufre. Solo lentamente se va todo rastro de vida dando lugar a la inevitable muerte.

El caso de Nyos fue -y sigue siendo- una situación extremadamente rara. Las primeras teorías
hablaban de conspiraciones internacionales, bombas nucleares, los más osados lo atribuyen a
fenómenos paranormales. Sin embargo, en décadas, nadie ha podido desvelar a ciencia cierta
qué ocurrió aquella noche fatídica del 21 de Agosto de 1986. Lo único cierto es que el lago de
Nyos, apodado ahora como “el lago asesino de Camerún” se llevó por delante 1.746 vidas, que
no son cifras aisladas, sino personas, en apenas unos minutos. Minutos que fueron eternos y
difíciles de olvidar. A 38 años de este suceso, aún quedan más preguntas que respuestas
siendo esta tragedia todo un misterio sin terminar de resolver.

Hasta aquí el video hoy, suscríbete al canal. Traeré más historias fascinantes, gracias por el
apoyo. Los amo a todos y nos vemos allá, donde Claudio, donde… alla…en la cima del éxito.

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