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La Revolución Francesa

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EL ORIGEN DE LOS ESTADOS CONTEMPORÁNEOS

LA REVOLUCIÓN AMERICANA

En el último tercio del siglo XVIII, en las colonias de Gran Bretaña en


Norteamérica (costa oeste oriental) se inició un proceso revolucionario
que, con el tiempo, se extendió a Europa y, a comienzos del siglo XIX,
retornó al continente americano, en concreto al centro y sur, en lo que
algunos autores han calificado el ciclo de revoluciones atlánticas. Estas
revoluciones fueron fruto de los cambios en el pensamiento, la economía
y la sociedad que terminaron con el Antiguo Régimen y sentaron las bases
del mundo contemporáneo.

1. EL ORIGEN DE LA INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS

El origen de la rebelión de los colonos americanos se remontaban a la


guerra de los Siete Años (1756-1763) entre británicos y franceses. Gran
Bretaña trató de resarcirse del coste de la guerra creando nuevos
impuestos en sus colonias americanas, que estas se negaron a pagar,
basándose en la declaración de derechos inglesa de 1689, que
consideraba ilegal todo impuesto exigido por la Corona sin la aprobación
del Parlamento. Como los colonos no participaban en el Parlamento
británico, creían que no debían pagar impuestos.

Varios impuestos fueron suprimidos, pero se mantuvo el impuesto sobre


el té. La concesión en 1773 del monopolio de la venta del té a la Compañía
de las Indias Orientales perjudico a los comerciantes de las colonias. La
respuesta fue el Boston tea party o motín del té (diciembre de 1773), en
el que unos jóvenes lanzaron al mar los cargamentos de té que la
Compañía tenía en el puerto de Boston. El Gobierno británico respondió
con el cierre del puerto y la imposición de una elevada multa a los
habitantes de Massachusetts.

En septiembre de 1774 las colonias (excepto Georgia) se reunieron en


Filadelfia para elaborar una lista de agravios. Al año siguiente comenzaron
los primeros enfrentamientos armados. El 4 de julio de 1776 fue
proclamada la Independencia de los Estados Unidos de América, en una
declaración redactada por Jefferson, en la cual se proclamaba la libertad,
la igualdad, el derecho a la rebelión contra la tiranía y la división de
poderes.

2. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS

La guerra de Independencia tuvo dos etapas:

-Primera fase (1775-1777). Los insurgentes, dirigidos por George


Washington, se enfrentaron a los británicos con una táctica de guerrillas.
La victoria de las milicias de Washington en Saratoga (1777) decidió a
Francia (enemiga del Reino Unido) a apoyar a los rebeldes. España
también apoyó la causa de la independencia.

-Segunda fase (1778-1782). En octubre de 1781, las tropas británicas


fueron derrotados en Yorktown, gracias a la creciente profesionalización
del ejército de los colonos americanos. La paz se restableció con el
Tratado de Versalles (1783), por el que Reino Unido reconocía la
independencia de los Estados Unidos de América.

3. LA CONSTITUCIÓN DE ESTADOS UNIDOS

Al terminar el conflicto, cada una de las trece colonias era un Estado


soberano. Alexander Hamilton propuso la elección de un Congreso que
elaborara una Constitución para todos. Cincuenta delegados –llamados los
padres fundadores-, reunidos en Filadelfia en 1787, prepararon el texto de
la nueva Constitución, que entró en vigor en marzo de 1789. La
Constitución establecía un sistema con tres poderes.

-El poder legislativo residía en un Congreso compuesto por dos cámaras:


el Senado (dos miembros por Estado) y la Cámara de Representantes
(cada Estado tenía un número de representantes proporcional a su
población). La Cámara de Representantes personificaba al pueblo
estadounidense en su conjunto, mientras que el Senado defendía los
intereses de cada uno de los Estados. El Congreso aprobaba los impuestos
y presupuestos, tenía la iniciativa de las leyes y declaraba la guerra y la
paz.

-El poder ejecutivo era ejercido por un presidente, elegido por sufragio
universal masculino (población blanca) cada cuatro años. El presidente
nombraba a los miembros del Gobierno, tenía el mando supremo de los
ejércitos, podía promulgar leyes y ejercer el derecho de veto. George
Washington fue el primer presidente de Estados Unidos.

-El poder judicial era independiente del poder político. A su cabeza se


situaba un Tribunal Supremo, formado por seis miembros nombrados por
el presidente, cuya tarea era velar por la constitucionalidad de las leyes.

Este texto fue la primera Constitución liberal de la historia y sirvió de


modelo para Europa en su lucha contra el absolutismo.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA EUROPA NAPOLEÓNICA (1800-1815)

Las bases del sistema del Antiguo Régimen entraron definitivamente en


crisis en el último tercio del siglo XVIII. El desarrollo de las nuevas formas
productivas y la expansión del comercio colonial dieron lugar a un enorme
crecimiento de la riqueza mobiliaria (capitales) y, por tanto, a la pujanza
de la burguesía, dejando obsoleto un sistema económico y social basado
en la propiedad territorial (riqueza mobiliaria) como fuente de rentas y
privilegios.

La Revolución Francesa es considerada como el inicio de una nueva etapa


histórica: la Historia Contemporánea. Con ella surgió un nuevo modelo de
sociedad que llega hasta nuestros días y con ella comienza un ciclo de
revoluciones en Europa.

En esa situación, las ideas ilustradas ayudaron a socavar los fundamentos


ideológicos del Antiguo Régimen y afirmaron la conciencia revolucionaria
de la burguesía

El ESPIRÍTU DE LA ILUSTRACIÓN

Durante el siglo XVIII, un grupo de pensadores, fundamentalmente


franceses, elaboraron un cuerpo doctrinario que sirvió a la burguesía para
poder expresar claramente el modelo social y económico que deseaba. El
primer mensaje revolucionario que la Ilustración propugnaba era una fe
absoluta en la razón (inteligencia humana) como único medio para
entender y explicar el mundo. Así, los nuevos filósofos se enfrentaron a la
concepción medieval del mundo basada en la tradición y en el
teocentrismo de la religión cristiana. Aunque la mayor parte de los
ilustrados eran deístas, es decir, creían en una religión natural que admitía
la idea de Dios, rechazaban la superioridad de cualquier religión sobre las
otras y condenaban la intolerancia religiosa. Voltaire fue el gran defensor
de la libertad de conciencia.

Profundamente optimistas, creían, además, que la naturaleza era una


fuente de justicia y bondad, y pensaban que el ser humano nacía para ser
feliz. Confiaban en la idea de progreso y afirmaban que las relaciones
humanas debían basarse en la tolerancia entre los hombres y entre las
ideas. Apoyándose en estos principios básicos, los ilustrados
profundizaron y reflexionaron sobre los pilares fundamentales del Antiguo
Régimen.

-La sociedad estamental. Se opusieron claramente a un sistema que


organizaba la sociedad basándose en la pertenencia a un grupo social por
nacimiento. Defendieron la movilidad social, la igualdad de origen y el
mérito según la valía y la inteligencia de cada uno. Proclamaron, así, que
nadie podía heredar ni gozar de honor, prestigio o privilegios en nombre
de sus antepasados.

- El poder económico. Las nuevas ideas procedían de los llamados


fisiócratas, como Quesnay, y de toda la corriente del liberalismo
económico inglés (Escuela de Manchester). Se oponían al mercantilismo,
que creía en el comercio y la acumulación de metales preciosos como
fuente esencial de la riqueza de un país, y que defendía la necesidad de un
Estado intervencionista que regulase las actividades económicas y
garantizase los objetivos previstos. Los fisiócratas afirmaban, por el
contrario, que eran la agricultura y las actividades productivas la principal
fuente de riqueza, lo que permitía vivir a los habitantes, así como
acumular e intercambiar mercancías. Lucharon contra toda
reglamentación y defendieron la libertad económica.

- El poder político. La Ilustración criticó sin piedad el absolutismo


imperante y configuró las bases de una nueva doctrina política que
conocemos con el nombre de liberalismo. Basándose en las ideas
preconizadas en el siglo XVII por el pensador inglés Locke, defendieron la
necesidad de un contrato entre gobernantes y gobernados, que
garantizase los derechos básicos del individuo.

Montesquieu propugnó la división de poderes (legislativo, ejecutivo y


judicial) y puso un énfasis especial en la independencia del poder judicial.
Rousseau defendió el contrato social como fruto de un pacto entre los
ciudadanos y formuló el principio de la soberanía nacional, según el cual el
poder emanaba del libre consentimiento de todos los ciudadanos
expresado mediante el voto.

Estas nuevas ideas encontraron terreno propicio en una burguesía que


había visto crecer su poder económico a lo largo del siglo XVIII, pero
permanecía privada de toda igualdad jurídica y de posibilidad de
intervención en política. Su deseo de transformar la sociedad encontró en
las ideas ilustradas un magnífico programa de acción.

EL DESPOTISMO ILUSTRADO

La influencia del pensamiento ilustrado alcanzó las cortes europeas, y


algunos soberanos, sin renunciare a su carácter de monarcas absolutos,
intentaron experiencias reformistas que pretendían unir la autoridad real
con las ideas de progreso de la Ilustración. La conocida frase “Todo para
el pueblo, pero sin el pueblo”, define muy bien el carácter del llamado
Despotismo Ilustrado.

En el Norte, Centro y Sur de Europa aparecieron monarcas ilustrados:


Federico II de Prusia, María Teresa de Austria, la zarina Catalina de Rusia,
Gustavo de Suecia y Carlos III de España. Como rasgos comunes de la
actuación de estos monarcas se pueden citar el absolutismo centralizador
(de ahí su designación de déspota), la racionalización de la administración,
el fomento de la educación y la búsqueda de la modernización económica.
En este sentido, todos ellos promovieron programas de desarrollo agrícola
e industrial y facilitaron la libertad de comercio.

De todas formas, las posibilidades de esa experiencia resultaron muy


limitadas. No era posible aceptar sólo una parte de la Ilustración; no se
podían admitir las reformas económicas o las mejoras en el reparto de la
propiedad, o en la circulación comercial, y mantener intacta la sociedad
estamental o el poder absoluto. Las contradicciones de esta vía reformista
empezaron a preparar el camino de las revoluciones liberal-burguesas.

1. FACTORES EXPLICATIVOS : BASES SOCIALES, ECONÓMICAS E


IDEOLÓGICAS

Movilización del campesinado

Una sucesión de malas cosechas provocó escasez de subsistencias,


mientras caía el precio de productos como el vino a causa de la
sobreproducción. La ruina de las familias y la degradación de las
condiciones de vida hicieron más insoportable el pago de la renta señorial
y pusieron en evidencia la necesidad de tierras para los campesinos. Todo
ello provocó movilizaciones contra el pago de los impuestos feudales y
ataques a los mismos castillos.

Este movimiento significó la irrupción masiva del campesinado en política


y abrió un foco permanente de lucha social, cuyo objetivo sería la
abolición del feudalismo y el acceso a la propiedad de la tierra. Pero,
también, la crisis agraria repercutió en la ciudad, dado que la reducción
del poder de compra del campesinado agravó la ya difícil situación de la
economía urbana provocada por la competencia de las manufacturas
inglesas. La carestía de los alimentos se añadió al descenso de ña actividad
industrial y comercial, lo que derivó en aumento de la miseria, del paro y
del hambre.

Crisis de la Hacienda

Además, en este contexto de crisis, la Hacienda del Estado estaba en


bancarrota, lo que obligaba a introducir reformas para proporcionar
nuevos ingresos al fisco. Desde 1787, los ministros de Luis XVI plantearon
que tributasen los privilegiados, a lo que éstos se negaron. Se produjo la
rebelión de la nobleza que derivó en una profunda crisis política, ya que
los nobles alegaron que sólo podían aprobar nuevos impuestos dividido en
estamentos (nobiliario, eclesiástico y Tercer Estado) que no se había
reunido en Francia desde 1614. Su convocatoria abrió nuevas dimensiones
a la crisis, ya que desencadenó un amplio debate político sobre la
representatividad de dicha institución.

Así fue como empezó a propagarse la idea que el Tercer Estado, que
englobaba al 95% de la población, era el único representante de los
franceses, forjándose la oposición al sistema de representación
estamental. Mientras, la redacción de los Cuadernos de Quejas, que
recogían las reivindicaciones locales, abría la esperanza de que los
diputados asumiesen la defensa de los intereses populares. Todo ello
favoreció, desde principios de 1789, la divulgación de una cultura política
antinobiliaria de igualdad de los ciudadanos ante la ley y de soberanía
nacional.

Las ideas ilustradas

No debemos de olvidar la gran difusión en Francia de las ideas de los


ilustrados, que pusieron en entredicho las estructuras del Estado
absolutista y la pervivencia de una sociedad estamental. Sus ideas se
defienden en tertulias, salones y clubes. Términos como igualdad de
derechos o soberanía nacional serán de uso común en gran parte de los
ciudadanos. Ideas de los ilustrados de división de poderes, soberanía
nacional, críticas a las instituciones, libertad e igualdad frente al
absolutismo monárquico y privilegios de la nobleza y el clero. Influencia
del triunfo de la independencia de Estados Unidos.

Por tanto, las causas profundas de la Revolución francesa fueron el


resultado de la combinación de factores económicos, políticos, sociales e
ideológicos.

2. EVOLUCIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN DEL PROCESO


REVOLUCIONARIO

La Revolución francesa comenzó con la rebelión de los representantes del


pueblo llano en los Estados Generales en mayo-junio de 1789.

LA ASAMBLEA NACIONAL (1789-1782)

El 5 de mayo de 1789 se reunieron en Versalles los Estados Generales, en


sesión presidida por el rey. Tradicionalmente cada estamento deliberaba
por separado y después emitía un voto. Por eso los privilegiados siempre
imponían sus puntos de vista, pues contaban con dos votos (nobleza y
clero), mientras que el tercer estado, aunque representaba a la gran
mayoría de los franceses, solo contaba con un voto.

La disputa por la forma en que debían reunirse y votar los estamentos en


los Estados Generales fue el desencadenante de la revolución. Los
representantes del tercer estado habían pedido en los cuadernos de
quejas que se votara por cabeza, y no por estamento, y que se duplicará el
número de representantes del tercer estado; con estas medidas el tercer
estado tendría la mayoría. El rey aceptó doblar el número de diputados
del tercer estado, pero no aceptó el voto por cabeza.

DE LA REVUELTA INSTITUCIONAL A LA REVUELTA POPULAR

La revuelta institucional comenzó el 10 de junio, cuando los diputados del


tercer estado, dirigidos por Sieyés, solicitaron a la nobleza y el clero
deliberar en común y no por separado, como se había hecho
tradicionalmente. Pensaban que todavía podían obtener el voto por
cabeza, con el apoyo de los nobles y eclesiásticos partidarios de las
reformas. Pero los estamentos privilegiados se negaron a reunirse
conjuntamente con el tercer estado.

El tercer estado, como respuesta, se autoproclamó Asamblea Nacional,


depositaria de la soberanía. Con esto querían decir que eran los únicos
con plena capacidad de decisión política y de votar impuestos. Esta
decisión era un acto revolucionario, por lo que el rey anuló todas las
decisiones tomadas por el tercer estado y ordenó cerrar su sala de
sesiones.

El 20 de junio, ante el cierre de su sala de reunión, los diputados del tercer


estado se reunieron en la Sala del Juego de la Pelota, donde juraron no
disolverse hasta haber dado a Francia una Constitución. Por esta razón, la
Asamblea pasó a llamarse Asamblea Nacional Constituyente. Fue el
primer acto de la revolución y supuso el triunfo de los grupos sociales
contrarios a los privilegiados.
Pero la actitud del rey creó fuertes recelos entre los revolucionarios
porque concentró tropas en Versalles y destituyó al ministro reformista
Necker. La respuesta popular fue la gran revolución urbana del 14 de julio
de 1789, con el asalto a la prisión de la Bastilla de París. La Bastilla era el
lugar en el que se encerraba a los disidentes políticos, aunque en ese
momento no hubiera ninguno. La multitud marchó hacia la Bastilla para
liberar a los presos, pero el jefe de la fortaleza se negó a abrir las puertas
y, ante la presión popular, mandó disparar a sus soldados. Los
revolucionarios se lanzaron entonces masivamente al ataque y, tras ocho
horas de lucha, los defensores se rindieron. Este hecho se convirtió en el
símbolo de la revolución, y desde entonces el 14 de julio es la fiesta
nacional francesa.

La firmeza de los revolucionarios evitó la vuelta al Antiguo Régimen y


obligó al rey a reconocer la Asamblea Nacional. La revuelta fue propicia
por la penosa situación económica y la gran agitación que provocó la
propaganda revolucionaria. Se formó una Guardia Nacional, a la que se
encomendó restablecer el orden, y el rey repuso a Necker en su cargo y
aceptó las decisiones de la Asamblea Constituyente.

En el verano de 1789 tuvo lugar una violenta revuelta campesina, llamada


“el gran miedo”. Tras el 14 de julio los campesinos habían dejado de pagar
las cargas señoriales, pero se extendieron rumores de que los nobles
habían organizado partidas de bandidos para castigar a los rebeldes. Se
propagó el pánico entre los campesinos, que saltaron los castillos de los
señores, quemaron las escrituras de propiedad y exigieron la abolición de
los derechos señoriales.

LA OBRA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

La Asamblea respondió en la noche del 4 de agosto de 1789 con el decreto


de abolición del sistema feudal. Se suprimieron las presentaciones
personales y los demás privilegios (diezmo, derechos de caza, monopolios
señoriales), y se declaró la igualdad a la hora de pagar impuestos.

La segunda medida que adoptó la Asamblea Constituyente fue la


Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto. La
declaración francesa reconocía los derechos naturales (libertad, felicidad,
igualdad jurídica), la libertad de pensamiento, económica y de religión, y
consideraba imprescriptible el derecho a la propiedad, así como la
seguridad y la resistencia a la opresión. Proclamaba que la soberanía
residía en la nación y la presunción de inocencia de todo imputado en un
proceso penal.

La labor de la Asamblea se completó con las medidas religiosas. Se


expropiaron los bienes de la Iglesia, se disolvieron las órdenes monásticas
y se decretó la constitución civil del clero (12 de julio de 1790). Esto
significaba que los religiosos pasaban a depender del Estado, y no de
Roma, y sería el Estado quien pagaría sus salarios, pero solo si juraban ser
fieles a la Constitución. Los clérigos que aceptaron esta medida se
llamaron juramentados, y los que la rechazaron, refractarios.

Se estableció una nueva organización territorial del país, que se dividió


en departamentos y comunas (ayuntamientos). Por último, la Asamblea
elaboró una Constitución. La Constitución de 1791, la primera que tuvo
Francia, establecía la soberanía nacional, que encarnaba la Asamblea
Nacional, y la separación de poderes: el poder ejecutivo sería ejercido por
el rey; el legislativo, por la Asamblea, aunque el rey se le otorgaba la
capacidad de veto suspensivo; y el judicial quedaría en manos de jueces
elegidos e independientes.

El texto constitucional distinguía entre ciudadanos activos y pasivos. Solo


los ciudadanos activos, hombres con una determinada renta y que
hubieran prestado el juramento civil, podían votar en las elecciones para
elegir a los representantes de la Asamblea: eran solo 4,3 de los 26
millones de habitantes de Francia. El resto quedaba excluido. Era el ideal
burgués del sufragio censitario, que perduró hasta mediados del siglo XIX.

LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

Luis XVI, contrario a la revolución, intentó fugarse en junio de 1791.


Deseaba unirse a los aristócratas que se habían exiliado y formar un
ejército, apoyado por tropas extranjeras, para tomar París y poner fin a la
revolución. Sin embargo, fue reconocido cuando huía y detenido en
Varennes, y se le obligó a regresar a París, donde quedó bajo custodia. El
intento de huida avivó el sentimiento antimonárquico.

Una vez elaborada la Constitución, la Asamblea Nacional Constituyente se


disolvió y se realizaron elecciones. La Asamblea Legislativa (septiembre
1791- agosto 1792) estaba dominada por los sectores moderados y
monárquicos. Fue un período turbulento: a la escasez de alimentos se
unió la amenaza exterior. Las monarquías europeas (Austria, Prusia y
España) ayudaban a los nobles exiliados y preparaban sus ejércitos para
intervenir contra la Francia revolucionaria, por temor a que su ejemplo se
extendiera a otros países.

El 20 de abril de 1792 la Asamblea declaró la guerra a Austria, lo que


exaltó el sentimiento patriótico del pueblo francés. La Marsellesa, himno
nacional francés, fue compuesto entonces.

Los franceses fueron derrotados por las tropas austriacas, al tiempo que
los ejércitos prusianos invadieron el país. La Francia revolucionaria estaba
en grave peligro.

3. LA CONVENCIÓN (1792-1794)

Ante la amenaza austro-prusiana, las masas populares asaltaron el palacio


de las tullerías, del que huyó la familia real. Los asaltantes eran los
revolucionarios más radicales, los sans-culottes, las clases populares de la
ciudad, en las que las mujeres tuvieron un protagonismo decisivo.

Tras la insurrección popular del 10 de agosto de 1792, la revolución se


radicalizó. La Asamblea Legislativa suprimió la monarquía y decidió elegir
una nueva asamblea, llamada Convención, por sufragio universal
masculino. La Convención se encargaría de redactar una nueva
Constitución. La presión de la comuna popular que gobernaba París
provocó una masacre de más de 1.500 prisioneros (aristócratas, clero
refractario y pesos comunes).

LOS GIRONDINOS AL PODER


El 20 de septiembre de 1792 las tropas francesas derrotaron a los
prusianos en Valmy. Ese mismo día la Convención comenzó sus sesiones.
Al día siguiente abolió la monarquía y el 22 proclamó la república. En esa
Asamblea destacaron tres grupos:

-Los girondinos (dirigidos por Brissot), revolucionarios moderados.

-Los jacobinos o montañeses (Robespierre, Marat y Danton), partidarios


de una república democrática y de la alianza con los sans-culottes.

-La llanura, hombres fieles al espíritu de 1789, burgueses defensores del


derecho de propiedad.

Entre septiembre de 1792 y junio de 1793 la vida política estuvo dominada


por la lucha entre girondinos y montañeses, que se manifestó primero en
el proceso al rey: los primeros intentaron salvarlo, pero los jacobinos
lograron que la Convención optase por la condena a muerte.

Luis XVI fue ejecutado el 21 de enero de 1993, lo que alarmó a las casas
reinantes europeas, que ya no dudaron en movilizarse activamente contra
la revolución. Francia declaró la guerra al reino Unido y a las Provincias
Unidas y después hizo los mismo con España y los Estados italianos. En
abril se formó la Primera Coalición, que reunía a los enemigos de la
revolución.

La situación interna también fue empeorando:

-En marzo de 1793 se sublevó la región de La Vendée, de mayoría


monárquica y católica, donde hubo una cruel represión.

-Se adoptaron medidas represivas contra los enemigos de la revolución:


se crearon el Comité de Seguridad General, un órgano policial; los comités
de vigilancia revolucionaria, un tribunal de excepción, y el Comité de Salud
Pública, verdadero poder ejecutivo presidido por Danton.

-La situación económica motivó las exigencias de control de los precios


del pan por los sans-culottes, enfrentados a los girondinos.

El 2 de junio las masas populares, lideradas por Robespierre y sus


seguidores, rodearon la Convención, que aceptó al arresto de 29
diputados girondinos. Este acto de fuerza contra una asamblea elegida por
sufragio universal dio paso a la Convención montañesa.

LA CONVENCIÓN MONTAÑESA

La victoria de los montañeses o jacobinos, dirigidos por Robespierre, se


quiso legitimar con una nueva Constitución de carácter revolucionario
radical, que nunca entró en vigor por la guerra. Se incluyó en ella una
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que ampliaba la
de 1789 en sentido democrático y social. Proclamaba la soberanía
popular, postulaba un régimen democrático y establecía por vez primera
el derecho a la insurrección contra un Gobierno que violara los derechos
del pueblo.

Con la excusa de la amenaza militar en el exterior y de los


contrarrevolucionarios en el interior, el nuevo gobierno instauró el Terror
(septiembre de 1793). Se ordenaron detenciones y ejecuciones en masa
que se prolongaron durante toda la etapa montañesa: más de 40.000
personas fueron condenadas a muerte o ejecutadas sumariamente y hubo
200.000 muertos por la guerra civil y medio millón de detenidos. Otras
medidas revolucionarias fueron la Ley del máximo general (que fijaba los
precios de los artículos básicos y los salarios), la abolición total del sistema
feudal, la supresión del culto y un nuevo calendario.

Los ataques a la política autoritaria de Robespierre fueron duramente


respondidos. Tras ordenar la ejecución de sus principales adversarios,
incluidos miembros relevantes de los jacobinos (Danton, que pedía el fin
del terror, o Herbert, partidario de endurecerlo), estableció el Gran Terror
y la persecución de los enemigos del pueblo (junio de 1794).

Esta medida unió a toso sus enemigos. El 9 de termidor del año II (27 de
julio de 1794), Robespierre y sus amigos fueron detenidos y guillotinados
sin juicio finalizaba así la etapa radical de la revolución.
4. LA REVOLUCIÓN CONSERVADORA (1794-1799)

LA REACCIÓN TERMIDORIANA

La burguesía moderada deseaba encauzar la revolución instaurando una


república conservadora y censitaria, y frenar a los extremistas, ya fueran
jacobins o realistas.

La nueva Convención (julio 1794-octubre 1795) cerró clubes y sociedades


patrióticas, persiguió a los defensores del terror y liberalizó la economía.
Los sans-culottes desaparecieron de la escena política.

La Constitución del año III (1795) propugnaba un gobierno de los mejores,


es decir, de la burguesía propietaria. Era una Constitución más
conservadora, es decir, de la burguesía propietaria. Era una Constitución
más conservadora que la de 1791: establecía dos cámaras (Consejo de los
Quinientos y Consejo de los Ancianos) y el sufragio restringido, y el poder
ejecutivo recaía en un Directorio de cinco miembros. La nueva
Constitución definía un modelo territorial basado en los departamentos,
descentralizado, y una política liberal.

Tras proclamarse la Constitución, la Convención se disolvía el 26 de


octubre.

EL DIRECTORIO

Comenzaba así la última etapa de la revolución, el Directorio. El Directorio


fue un régimen obligado con frecuencia a recurrir con frecuencia a la
fuerza para imponer sus decisiones, que ellos consideraban el justo medio.
Así, las revueltas populares y las amenazas tanto de los realistas como de
los revolucionarios radicales fueron reprimidas por el ejército o mediante
golpe de Estado.

En 1799, Sieyés fue elegido director y preparó un golpe de Estado con la


ayuda de Napoleón Bonaparte, un joven y ambicioso militar que había
logrado gran fama por sus victorias en las campañas de Italia y Egipto
(1798). El 18 de brumario (9 de noviembre de 1799) Napoleón, apoyado
por el ejército y por su hermano Lucien, disolvió el Directorio por la fuerza.
Después prometió a los franceses el retorno a la calma y forzó el
nombramiento de tres cónsules provisionales (Sieyés, Ducos y Napoleón).
De esta forma concluía la revolución.

5. REPERCUSIONES DEL FENÓMENO REVOLUCIONARIO

El final autoritario de la Revolución Francesa no disminuyó su


trascendencia histórica en Europa y en el mundo. En primer lugar, cambió
el modo de pensar y actuar de los hombres, con nuevos planteamientos
sobre el individuo, la sociedad y el Estado.

La Revolución Francesa significó la transformación de los súbditos en


ciudadanos iguales ante la ley, con derechos y deberes reconocidos
formalmente. A la vez, dejó arraigadas las ideas de soberanía nacional y
de sistema representativo como nueva forma de relación entre los
ciudadanos y el poder. Por otro lado, divulgó el moderno concepto de
Revolución como ruptura con el pasado y punto de partida de una nueva
sociedad. El nuevo Estado revolucionario se configuró como el marco legal
para impulsar la modernización de la sociedad y exigió el desarrollo de
una cada vez más importante aparato administrativo.

Finalmente, no sólo legitimó la intervención popular en la vida política,


sino que devino laboratorio de experimentación de los regímenes
políticos contemporáneos (Monarquía Constitucional, República
burguesa, República democrática y social…) y abrió las puertas al
liberalismo, a la democracia, al republicanismo y al socialismo. A partir de
aquí, la ruptura con el Antiguo Régimen en los diferentes Estados tomaría
direcciones diversas, teniendo siempre en cuenta el referente
revolucionario francés.

5. EL DEBATE SOBRE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

El debate sobre la Revolución francesa se podría reducir a dos formas de


interpretarla.

Por un lado, la llamada postura jacobina, de raíz marxista, la considera una


revolución social, al ser la burguesía la principal protagonista y beneficiaria
del proceso revolucionario, con apoyo de las clases populares urbanas y
campesinas.
Por otro lado, la llamada postura revisionista, de raíz liberal, entiende que
la revolución fue fundamentalmente política, porque la burguesía tuvo un
papel relativo y el cambio institucional fue más relevante que el social. Los
intereses de clase de la burguesía pronto entraron en conflicto cuando la
revolución alcanzó su fase más radical, lo que la alejó del peligro
democrático que suponían las masas populares. Sin embargo, estas
apoyaron la primera fase de la revolución claramente burguesa, pues la
amenaza contrarrevolucionaria de la nobleza hizo necesaria la alianza
burguesía-clases populares para defender la revolución. Más que alianza
de clase se trataba de un proyecto político basado en la ideología liberal.

CONCLUSIONES

La Revolución Francesa fue un acontecimiento de extraordinaria


importancia que acabó con el absolutismo y transformó a los súbditos en
ciudadanos. Creó un nuevo sistema político y social, cambió el modo de
pensar de las personas y además, extendió su influencia por Europa y el
mundo.

LA EUROPA NAPOLEÓNICA (1800-1815)

La figura de Napoleón Bonaparte marcó decisivamente los tres


primeros lustros del siglo XIX. Napoleón fue un producto de la
revolución francesa. Desde sus orígenes humildes, fue capaz de
forjar un Imperio a escala continental que, aunque efímero,
ayudó a difundir los ideales revolucionarios.

1. EL ASCENSO DE NAPOLEÓN: EL CONSULADO

El prestigio alcanzado por Napoleón le permitió dar, con ayuda


de otros generales, un golpe de Estado el 18 de Brumario (9 de
noviembre) de 1799. De este modo finalizaba el Directorio y
daba comienzo un nuevo período de la Revolución Francesa: el
Consulado (1799-1804). Esta etapa recibió su nombre de los tres
cónsules que controlaban el poder del Estado, siendo Napoleón
el primero de ellos. Este cargo le proporcionó el control absoluto,
ya que ejercía el poder ejecutivo y gran parte del poder
legislativo.

Napoleón llevó a cabo una política que le otorgó gran


popularidad.

Inició una política pacificadora. Firmó la paz con Austria en 1801


y con Reino Unido en 1802. También normalizó las relaciones
con la Iglesia mediante el Concordato con la Santa Sede (1801)

El papa Pío VII aceptó el gobierno de Napoleón, quien, a cambio,


se comprometió a mantener al clero, reconocer al catolicismo
como religión mayoritaria de Francia y proteger los Estados
Pontificios. En 1802 Napoleón se proclamó cónsul único y
vitalicio. El Código Civil de 1804 recogió las principales
conquistas de la revolución moderada: libertad e igualdad civil,
supresión del régimen feudal y propiedad libre de la tierra.

2. EL IMPERIO NAPOLEÓNICO

En 1804 el Consulado nombró a Napoleón emperador


hereditario. Una vez autocoronado en la catedral de Notre-
Dame, se rodeó de una corte formada, básicamente, por
individuos fieles a su persona.

A lo largo del régimen imperial, Napoleón prosiguió la


modernización de las estructuras políticas, económicas y sociales
del país. Promulgó leyes que afectaban a la prensa, la literatura,
las artes y la universidad; apoyó la creación de nuevas industrias
y la construcción de importantes obras públicas.

Desde 1798, el gobierno del Directorio se lanzó a una política de


expansión. Sus primeros objetivos fueron en el norte de Italia y
Egipto.
En 1805 Reino Unido y Rusia formaron una coalición antifrancesa
a la que se unió Austria. Inmediatamente estalló la guerra.
Napoleón logró importantes victorias contra los austriacos y los
rusos (batalla de Austerlitz), pero fue derrotado en Trafalgar por
los británicos.

Para frenar la primacía británica en los mares, Napoleón decretó


el bloqueo continental (1806), por el cual ningún país podía
comerciar con los británicos. Tras ser derrotada por Francia,
Austria pasó a ser un Estado aliado de Napoleón, quien disolvió
el Sacro Imperio. Prusia fue ocupada tras su derrota en Jena
(1806). Alejandro I, zar de Rusia, derrotado en Friendland
(1807), firmó la Paz de Tilsit con Napoleón por la que se convirtió
temporalmente en aliado de Francia. La invasión de Portugal,
Etruria, Roma y España completaron el proyecto napoleónico de
crear un “gran imperio”.

Sin embargo, el Imperio de Napoleón no se resistió:

-En 1812 Napoleón invadió Rusia. Esta campaña fracasó y la


retirada del ejército napoleónico en el crudo invierno de 1812
fue una catástrofe.

-En España la ocupación francesa en 1808 provocó la guerra de


Independencia. La resistencia española fue decisiva en el
desgaste de las tropas napoleónicas.

El Reino Unido dirigió las coaliciones que vencieron a Napoleón


en Vitoria y Leipzig (1813). En marzo de 1814 Napoleón fue
depuesto; el 6 de abril abdicó para retirarse a ña isla de Elba y
Luis XVIII ocupó el trono de Francia. Sin embargo, Napoleón
escapó de Elba y regresó a Francia. De marzo a junio de 1815
restauró el Imperio de los cien días, que finalizó con su derrota
en Waterloo ante un ejército coaligado.
ACTIVIDADES

1. Define: trece colonias, motín del té, Constitución


2. Enumera las causas de la Revolución americana
3. Valora la importancia de la Declaración de Filadelfia
4. Explica las características de la primera Constitución de Estados
Unidos
5. Define: Estados Generales, cuadernos de quejas, crisis de
subsistencia
6. Explica las causas de estallido revolucionario de 1789
7. ¿Quiénes eran los notables?
8. Define: Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano,
constitución civil del clero, girondino, jacobino, reacción
termidoriana
9. Enumera las etapas de la Revolución francesa y su cronología
10. Explica cuál era el grupo mayoritario en la Asamblea Legislativa
11. Describe estos hechos:
Juramento del Juego de la Pelota, el gran miedo, condena y
ejecución de Luis XVI
12. Analiza la labor legislativa de la Asamblea Nacional
13. Cita las principales medidas adoptadas durante la etapa del
Terror.
14. Explica el debate sobre la Revolución francesa.
15. Define: concordato, bloqueo continental
16. Analiza el sistema político impuesto por Napoleón a partir de
1804.

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