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LA POBREZA.
La pobreza es la situación de no poder, por falta de recursos,
satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas de una vida digna, como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria, el agua potable o la electricidad. La pobreza puede afectar a una persona, a un grupo de personas o a toda una región geográfica. También se suelen considerar pobreza las situaciones en que la falta de medios económicos impide acceder a tales recursos. Situaciones como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos. Asimismo la pobreza puede ser el resultado de procesos de exclusión social, segregación social o marginación (de manera inversa, el que una persona se vuelva pobre también puede conducirla a la marginación). En muchos países del tercer mundo, la pobreza se presenta cuando no es posible cubrir las necesidades incluidas en la canasta básica de alimentos o se dan problemas de subdesarrollo. entre pobreza y pobreza extrema (también llamada miseria o indigencia), definiéndose la pobreza extrema como aquella situación en la que una persona no puede acceder a la canasta básica de alimentos(CBA) que le permita consumir una cantidad básica de calorías por día, y pobreza como aquella situación en la que una persona no puede acceder a una canasta básica de bienes y servicios más amplia (CBT), que incluye, además de los alimentos, rubros como los servicios públicos, la salud, la educación, la vivienda o la vestimenta. POBREZA ABSOLUTA A esta forma previa de ver la pobreza, centrada en las capacidades para realizar las propias potencialidades, se opone otra definición igualmente antigua, aquella que ve la pobreza y la condición de pobre (pauper) como un estado de privación o falta de recursos para poder adquirir una “canasta de bienes y servicios” necesaria para vivir una vida mínimamente saludable. Este enfoque fue sistematizado a comienzos del siglo XX por el británico Seebohm Rowntree en Poverty: A Study of Town Life (1901), un estudio pionero sobre la pobreza que se transformaría en el punto de partida y referencia de los futuros estudios sobre el tema. La razón de ello es doble. Por una parte, este estudio se basa en una amplia investigación empírica realizada en York, la ciudad natal de Rowntree, que abarcó nada menos que 11 560 familias, lo que equivalía a unas dos terceras partes de todas las familias de York. La segunda razón es que para llevar adelante su investigación Rowntree elaboró una serie de conceptos y métodos de medición que pasarían a formar instrumentos centrales en prácticamente todos los estudios posteriores sobre el tema. Entre estos instrumentos se destaca la elaboración de una “línea de pobreza”, que no solo incluía la alimentación, sino además el acceso a la vivienda, a prendas de vestir adecuadas y otros objetos absolutamente necesarios para mantener lo que Rowntree llamó “un funcionamiento puramente físico”. Esto le permitió definir dos tipos de pobreza, la “pobreza primaria” y la “pobreza secundaria”. En pobreza primaria vivían aquellas “familias cuyo ingreso total no era suficiente para obtener el mínimo necesario para mantener un funcionamiento puramente físico”. En pobreza secundaria vivían las 15
familias que podían alcanzar ese mínimo, pero no disponían de
excedentes. POBREZA RELATIVA Frente a este criterio o forma de medir la pobreza ha existido otro enfoque igualmente clásico que apunta a la posibilidad de adquirir una canasta de bienes y servicios que puedan asegurar una vida digna de acuerdo a las convenciones y estándares de una sociedad determinada. En este caso tenemos la así llamada pobreza relativa, que varía con el desarrollo social que va determinando, en cada época y sociedad, aquel mínimo de consumo bajo el cual más que ver amenazada la supervivencia se cae en un estado de exclusión o imposibilidad de participar en la vida social. El ejemplo clásico de esta forma de pobreza fue dado por Adam Smith en La riqueza de las naciones al escribir: “Por mercancías necesarias entiendo no solo las indispensables para el sustento de la vida, sino todas aquellas cuya carencia es, según las costumbres de un país, algo indecoroso entre las personas de buena reputación, incluso entre las de clase inferior. El riesgo de esta forma de ver la pobreza y, en general, de toda la idea de la pobreza relativa ha sido bien apuntado por Amartya Sen, quién hace un llamado a no perder de vista el “núcleo irreductible de privación absoluta en nuestra idea de pobreza”. El riesgo es llegar a una relativización total de “la pobreza” siguiendo la famosa frase de Mollie Orshansky acerca de que “la pobreza, como la belleza, está en el ojo de quien la percibe”. 18
Además, las expectativas sociales se mueven constantemente en la
medida en que una sociedad se desarrolla, elevando sucesivamente nuestra vara de medir el umbral de lo que Smith llamaba “ese deshonroso grado de pobreza”. De esta manera se puede relativizar y hasta banalizar el concepto de pobreza, hasta el punto de decir que, por ejemplo, en Estados Unidos hay un porcentaje mayor de pobres que, en los países del África subsahariana. También se puede llegar a la conclusión de que la pobreza aumenta al aumentar el bienestar general de una sociedad ya que las expectativas sobre el “mínimo socialmente aceptable” pueden aumentar más rápidamente que el bienestar real de la población CAUSAS Y EFECTOS DE LA POBREZA.
La pobreza es un fenómeno social excepcionalmente complicado, y
tratar de descubrir sus causas es igualmente complicado. La explicación estereotípica (y simplista) persiste -que los pobres causan su propia pobreza- basada en la noción de que todo es posible en Estados Unidos. Algunos teóricos han acusado a los pobres de tener poca preocupación por el futuro y prefieren “vivir el momento”; otros los han acusado de comportarse de manera autodestructiva. Todavía otros teóricos han caracterizado a los pobres como fatalistas, resignándose a una cultura de pobreza en la que no se puede hacer nada para cambiar sus resultados económicos. En esta cultura de pobreza, que pasa de generación en generación, los pobres se sienten negativos, inferiores, pasivos, desesperanzados e impotentes. La perspectiva de “culpar a los pobres” es estereotípica y no se aplica a todas las clases bajas. No solo la mayoría de la gente pobre puede y está dispuesta a trabajar duro, lo hacen cuando tienen la oportunidad. El verdadero problema tiene que ver con problemas tales como los salarios mínimos y la falta de acceso a la educación necesaria para obtener un trabajo mejor remunerado. Más recientemente, los sociólogos se han centrado en otras teorías de la pobreza. Una teoría de la pobreza tiene que ver con el éxodo de la clase media, incluidos los empleadores, de las ciudades a los suburbios. Esto ha limitado las oportunidades para que los pobres del centro de las ciudades encuentren empleos adecuados. Según otra teoría, los pobres preferirían recibir pagos de asistencia social que trabajar en posiciones degradantes como sirvientas o en restaurantes de comida rápida. Como resultado de este punto de vista, el sistema de bienestar ha sido cada vez más atacado en los últimos años, no existen explicaciones simples o soluciones al problema de la pobreza. Aunque abundan las teorías variadas, los sociólogos continuarán prestando atención a este tema en los años venideros. Los efectos de la pobreza son severos. Los jóvenes que se desarrollan en la pobreza atraviesan problemas de salud extra crónicos, comunes y excesivos, en comparación con los niños que se desarrollan bajo mejores circunstancias financieras. Muchos niños pequeños nacidos en la pobreza tienen un peso bajo al nacer, eso está relacionado con muchas discapacidades físicas y mentales evitables. Ahora no es más práctico que estos bebés pobres sean mucho más propensos a estar irritables o enfermos, también es más probable que mueran antes de su primer cumpleaños. Los niños criados en la pobreza generalmente tienden a faltar a la escuela con mayor frecuencia debido a la contaminación. Esos niños también tienen un precio de accidentes mucho mejor que otros jóvenes, y tienen dos veces más probabilidades de tener problemas de visión y audición, anemia ferropenia y niveles de plomo más altos que los niveles diarios de plomo en la sangre, que pueden afectar la función cerebral.