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Hacia Una Filosofia de La Vocacion

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REVISTA DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA

Nueva Serie 2021   Año VIII / Nº 16


ÍNDICE

Gonzalo Albero Alabort Stanley Jayakumar Yesudass


Presentación...................................................... 277 Avanzando en la conversación ecuménica..... 395
Andrés J. Valencia Pérez Manuel Ortuño Arregui
Simposio de Teología Ecuménica Ut Unum Evolución histórica del paradigma del
Sint, el camino irreversible de la Iglesia.......... 279 ministerio papal en contraposición al nuevo
Viorel Coman concepto en la encíclica Ut Unum Sint............ 411
Reflexiones ortodoxas sobre la encíclica Elvira Canet Prats
Ut Unum Sint..................................................... 281 Educar en el ecumenismo y diálogo
José Antonio Heredia Otero interreligioso según Edith Stein...................... 425
La oración de Jesús: un camino de encuentro Leopoldo Quílez Fajardo
entre el Oriente y el Occidente cristiano, La filosofía de la religión de X. Zubiri............ 439
y entre la espiritualidad y la moral................. 295 Mª. Teresa Ortiz Angulo
Andrés Mauricio Quevedo Rodríguez Abenarabi y santa Teresa................................ 455
Desde la Ut Unum Sint hasta el Luis Abrahán Sarmiento Moreno
pentecostalismo................................................. 311 Hacia una filosofía de la vocación................... 475
Antonio Rafael Medialdea Villalba Pablo Blanco Sarto
Tomás de Aquino en Oriente........................... 323 De la Trinidad a la Iglesia en el diálogo
Almudena Alba López ecuménico del siglo XXI.................................. 487
Hilario de Poitiers en Oriente (356-361)........ 339 José Carlos Martín de la Hoz
Arturo Llin Cháfer – Vicente Palop Llin Ecumenismo y paz............................................ 497
El hombre, objeto de reflexión en el s. XVI Leo Frans Jozef Meulenberg
según la doctrina de san Juan de Ávila.......... 349 The fairy tale, a fresh inspiration for the
Alfonso Esponera Cerdán ecumenical dialogue a meditation................... 511
Una mirada no tan cerrada e intransigente... 365 Memoria Académica del Curso 2020-2021......... 527
Domingo García Guillén Recensiones ........................................................... 549
Una lectura trinitaria del primado................. 377 Publicaciones recibidas ........................................ 561
HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA VOCACIÓN

Luis Abrahán Sarmiento Moreno*

RESUMEN ABSTRACT
Cuando el hombre descubre y vive su When man discovers and lives his vo-
vocación, alcanza la plenitud humana y su cation, he achieves human fulfilment and
trascendencia existencial. No hay nada que existential transcendence. There is nothing
identifique mejor al hombre, que su voca- that identifies man better than his voca-
ción; cuando Dios llama, hace en cada tion; when God calls, he makes in each
hombre una insólita obra de arte. Entonces man an unusual work of art. Then, as in
como en la más bella paradoja, no hay na- the most beautiful paradox, there is noth-
da que construya y enriquezca el cuerpo ing that builds and enriches the social body
social que la original vocación de cada uno more than the original vocation of each of
de sus miembros. Para esclarecer esta sin- its members. To clarify this ideographic
tonía ideográfica, usamos el diálogo inter- harmony, we use the interdisciplinary dia-
disciplinar entre la filosofía y la teología.1 logue between philosophy and theology.
De modo que uniendo de forma holís- Thus, by holistically uniting specula-
tica la teología especulativa, con métodos tive theology with methods from the social
de las ciencias sociales y psicológicas;2 se and psychological sciences, we conclude
concluye que “el reconocimiento de la that “the recognition of one's own vocation
propia vocación y el respeto por la voca- and respect for the vocation of others will
ción de los demás permitirá avanzar en la make it possible to advance in unity”
unidad” (UUS 77), no solo entre las distin- (UUS 77), not only between the different
tas iglesias, sino también, entre creyentes y churches, but also between believers and
no creyentes. La pregunta ontológica por non-believers. The ontological question of
el hombre se responde como con- the human person is answered as a voca-
vocación; con miras a avanzar en la cons- tion, in order to advance in the construc-
trucción de una filosofía de la vocación. tion of a philosophy of vocation.
PALABRAS CLAVE KEYWORDS
Felicidad, Filosofía, Plenitud, Unidad, Happiness, Philosophy, Fullness, Unity,
Vocación Vocation

__________
*
Doctor en Ciencias de la Educación. Valencia (España).
1
Cf. J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 13.
2
Cf. L. CANTERO, “Métodos de investigación en Teología”.

ANALES VALENTINOS. Nueva Serie VIII/16 (2021) 475-486


476 L.A. SARMIENTO

1. VOCACIÓN - FILOSOFÍA

El acercamiento a autores como Friedrich Nietzsche, Søren Kier-


kegaard, Martin Buber, Emmanuel Levinas Martín Heidegger, Louis
Lavelle, Jean Lacroix, Romano Guardini, Maurice Nedoncelle, Gregorio
Marañón, Eugenio D’ Ors, José Ortega y Gasset, Alfonso López Quin-
tás, Karol Wojtyla, Héctor Delfor Mandrioni, Jean François de Ray-
mond, Julián Marías, Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, Jean
Guitton, Paul Ricoeur, Jean-Luc Marion, Carlo Maria Martini, Pedro
Laín Entralgo, Viktor Frankl, Edith Stein, Gordon Allport, Ramón Mar-
tínez de Pisón, Melania Noguera, Francisco Roger, Juan Manuel Bautista,
Xosé Manuel Domínguez, Max Scheler, entre otros.
Lo anterior, lleva a comprender que, más allá de las divergencias
en el lenguaje, en el pensar y en el creer, acuerdan que en el ser humano
hay algo esencial: la vocación. De modo que “este concepto ha alcanza-
do de algún modo, por tanto, el núcleo del diálogo filosófico de nuestro
tiempo”.3 “Nietzsche dijo que la vocación es la espina dorsal de la vida y
el propio Shakespeare que nunca hay pecado en seguir la vocación”. 4
Desde el comienzo de la filosofía, la categoría “vocación” ha estado
presente,
Tal y como se entendía la vida en la antigua Grecia, la palabra vocación
se emplea para dar cuenta de esa (perenne) inquietud socrática a la que
alude Platón: cómo ganarse la vida, en el sentido de búsqueda de aquel
método (modo de marchar o proceder) que conduce al sujeto a alimentarse
y conocerse, ocuparse y afirmarse, satisfacerse y lograrse.5
El término vocación se encuentra en el entorno conceptual de aquel
lenguaje antropológico que prioriza la caracterización de la subjetivi-
dad humana en su ultimidad personal: alteridad, proyectividad, relación,
libertad, don.6

Subjetividad se entiende como aquello que es irreductible en el


hombre, porque el hombre es una realidad profunda y compleja, capaz de
sobreponerse a todas las crisis y dificultades sobrevinientes (cf. GS 7,
10, 14). La subjetividad de la persona, tiene su mayor profundidad en la

__________
3
J. BARRACA, Vocación y persona..., 37.
4
J. BARRACA, Vocación y persona..., 36.
5
J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 11-12.
6
J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 13.
HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA VOCACIÓN 477

vocación; es en el acercamiento a la vocación, desde donde se puede


tratar con delicadeza las diferencias individuales; en la singularidad se
comprende su modo de entender, obrar, decir, sentir y vivir la vida.7 De
ahí que la filosofía le preste una atención muy particular.8
Es innegable que “todo ser humano tiene una vocación personal
por naturaleza. Por eso, se ha dicho: Dios no deja a ningún alma abando-
nada a un destino ciego: para todas tiene un designio, a todas, las llama
con una vocación personalísima, intransferible”.9 Ya lo decía Pedro Laín:
“Ni siquiera en las vidas más adocenadas falta por completo esa interior
vocecita que clara o turbiamente va dando sentido al dolor y al gozo de
cada día”.10 En expresión del Catecismo de la Iglesia Católica: “Todos
los hombres son llamados al mismo bien” (CEC, 1878).
Hasta tal punto es así que nuestra vocación, de algún modo, constituye la
estructura más honda de nuestro ser. El núcleo de nuestra existencia con-
siste en ser llamados; de ahí, el valor de la respuesta que a ello finalmente
otorguemos.11
Según Heidegger, el ente que somos es en cuanto precedido por una
llamada o in-vocación a ser-sí-mismo, qué es un fenómeno originario del
Dasein. Está in-vocación mana, por tanto, de ese mismo carácter de ser
que se muestra como posibilidad, no como lo ya dado en cuanto determi-
nado de antemano.12

Desde el nacimiento de la filosofía y durante todo su cauce, se ha


comprendido que todo hombre, pone su empeño en la búsqueda de la fe-
licidad. Ortega y Gasset, afirma que la felicidad surge cuando la voca-
ción y el proyecto vital confluyen. El hombre sólo puede experimentar la
felicidad, cuando logra la plena realización de su vocación, pues “en
realidad tan sólo en el misterio del Verbo se aclara verdaderamente el
misterio del hombre” (GS 22), en cuanto que “La razón más alta de la
dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con
Dios” (GS 19).
Nada acerca más a la felicidad que entregar la vida a aquello que
más le gusta.
__________
7
Cf. L. RULLA, Antropología de la vocación cristiana, I, 50.
8
Cf. J. BARRACA, Vocación y persona..., 37.
9
J. BARRACA, Vocación y persona..., 182.
10
P. LAÍN, La empresa de ser hombre, 7.
11
J. BARRACA, Vocación y persona..., 84.
12
J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 65.
478 L.A. SARMIENTO

El éxito consiste en encontrar un lugar en el cual uno se sienta


satisfecho. Si la felicidad consiste en dedicar la vida a aquello que apa-
siona. La pregunta subsiguiente es ¿Qué es eso que apasiona al ser hu-
mano? ¿Qué es eso que le gusta, le hace vibrar, lo que ocupa la mente,
los sentimientos y las acciones?13
Se plantea una filosofía de la vocación, en cuanto que “La filosofía
no es una ocupación más, ni tan siquiera la más excelsa del hombre, sino
que es un modo fundamental de su existencia intelectual. Por eso no nace
de un arbitrario juego de pensamientos, sino de la azarosa problemá-
tica”.14 “Ser filósofo es una forma de conducir la propia vida de manera
consciente, de darle un curso, una forma y una dirección a base de
constantes preguntas y escrutinios”.15
Ante la pregunta fundamental del hombre ¿Cuál es mi vocación?
Y las preguntas sucedáneas, “según Heidegger, no somos nosotros quie-
nes, nos planteamos preguntas. Las verdaderas preguntas se nos plantean
a nosotros”.16 En favor de la pregunta, siempre ha venido la filosofía. “La
filosofía como actividad que constantemente examina los conceptos bá-
sicos que dan significado sostén a nuestra vida en toda su diversidad es
filosofía de la cultura”.17 “De ahí que, aún dentro de la Iglesia, hay un
amplio margen para una investigación histórica de la vocación, de la
vida, de la religión”.18
De estas categorías que enumera Zubíri, como es evidente nos
quedamos con la vocación: “Se trata de un término que ha llegado a la fi-
losofía actual tras un largo camino muy vinculado a la teología, a la mís-
tica y a la religión”. 19 Por eso ahora se propone la elaboración de una
filosofía de la vocación, un estilo de pensar la realidad humana. Nuestra
vida corresponde a una llamada “que nos reclama respuesta, qué espera
solícita de nosotros algo, a menudo indefinible para nosotros mismos;
una vocación abierta y, sin embargo, singular a la par, en la que se mez-
clan, con frecuencia imprecisos, los tonos de las diversas voces, que nos
convocan”.20
__________
13
L. SARMIENTO, “Actores de una nueva educación”, 413.
14
X. ZUBIRI, Naturaleza, historia, Dios, 281.
15
W. EILENBERGER, Tiempo de magos, 109.
16
W. EILENBERGER, Tiempo de magos, 297.
17
W. EILENBERGER, Tiempo de magos, 117.
18
X. ZUBIRI, Naturaleza, historia, Dios, 180.
19
J. BARRACA, Vocación y persona..., 37.
20
J. BARRACA, Vocación y persona..., 34.
HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA VOCACIÓN 479

2. EL MAL, NEGACIÓN DE LA VOCACIÓN

Desde la tradición bíblica, se ha inculpado al Demonio como el


intrigante, y al pecado como la causa de toda división. Si por el pecado
viene la división y la muerte, la unidad y la vida está en el hacer la vo-
luntad de Dios. Cuando el hombre escucha la voz de Dios, descubre y
vive su vocación. Quien vive en Dios, está abierto para construir la
comunión.
El hombre sólo puede experimentar la felicidad, cuando logra la
plena realización de su vocación, por tanto, el mal es todo aquello que
ensombrece, desvía y evita la realización vocacional de la persona. “El
mal no es sino privación de lo que un ser tiene y debe tener por naturale-
za”.21 La vocación es la dimensión esencial del hombre, “según esto, es
bien lo que tiene esencia”;22 y el mal será entonces lo que contradice la
vocación del hombre, lo que no tiene esencia, por tanto, lo que le impide
su plena realización.
En efecto, el hombre es la única criatura en la tierra a la que Dios ha
amado por sí misma; por tanto, no puede encontrarse plenamente a sí
mismo sino en la entrega sincera de sí mismo. El diálogo es paso obliga-
do del camino a recorrer hacia la autorrealización del hombre, tanto del
individuo como también de cada comunidad humana (UUS 28).

La vocación se pone siempre al servicio de la construcción del


cuerpo social, pero tiene como característica fundamental la singulari-
dad. No todos están llamados a cumplir la misma función en el cuerpo
(1Cor 12,14), no todos han sido dotados de los mismos talentos (Mt
25,14-30). Como dice Torres Queiruga: “Los pies del caballo son magní-
ficos para correr, pero por eso mismo no sirven para agarrar como los del
mono”.23 Este ejemplo, nos lleva a pensar en el hombre, como un ser li-
mitado. Un solo hombre no lo puede hacer todo, ni todos pueden hacer lo
mismo; cada uno responde a sus talentos y carismas; la vocación guarda
estrecha relación con dichos dones.
Los límites que le impone su naturaleza no pueden ser considerados
mal, son solamente límites. La raíz del mal hay que buscarla en la nega-
ción a aceptar la propia finitud y en la consiguiente ilusión de ser iguales

__________
21
TOMÁS DE AQUINO, Suma contra gentiles, III, 6.
22
TOMÁS DE AQUINO, Suma contra gentiles, III, 7.
23
A. TORRES, Repensar el mal, 66.
480 L.A. SARMIENTO

a Dios: poseedores de toda la verdad y administradores de toda la gracia


(cf. Gén 3,5). “No es la limitación, sino la autonomía para la que ha sido
hecha la criatura, lo que constituye el fundamento de la posibilidad del
mal”. 24 Las diferencias, son una gran riqueza en la construcción del
cuerpo social.
El hombre se encuentra entonces frente a “dos caminos” (Mt
7,13-14): 1) Responder a su vocación, lograr su realización y encon-
trar el sentido de la vida; 2) No aceptar su condición, es decir no res-
ponder a su vocación. Suena ilógico, hablar de no aceptación de su
vocación, pero la historia y las páginas de la biblia están tachonadas
por esa absurda obstinación (Sal 78,17; Mc 8,17-21; Hch 7,51; Rom
10, 21...). Porque el hombre es “terco como novilla indómita” (Os
4,16).
Se hace entonces necesario comprender el misterio de la libertad,
para poder comprender el modo como Dios se la ha jugado por el hom-
bre. “Crear a un hombre e interferir en su libertad son dos realidades
contradictorias, es una imposibilidad. De ahí que el poder de Dios se
manifiesta en su respeto a la libertad humana”.25 Podemos decir que Dios
es tan libre que puede hacer al hombre libre y que justo la divinidad de
Dios se muestra en esa libertad del hombre.
San Pablo, en sus cartas explica que el sentido de la libertad, es
para el bien y la unidad, no para el pecado y la división (Gál 5,1; 13; 15).
Qué más da, si todos somos de Cristo (1Cor 1,10-17); nos exhorta a
responder a las mociones del Espíritu (Gál 5,16ss). El hecho que haya
variedad de carismas, no puede llevar a la división, sino a la comple-
mentariedad, pues sabemos que el Espíritu es el mismo; de este modo,
por muy dispares que parezcan los miembros, todos en últimas forman
un solo cuerpo (1Cor 12,4-31). El verso 18 subraya el sentido vocacio-
nal, en cuanto que es Dios, quien pone cada uno de los miembros en el
cuerpo según su voluntad.
No obstante, muchas veces el hombre ni siquiera se pregunta por
la libertad, simplemente pasa de largo las mociones del Espíritu o como
dice J. Vidal “Cada ser humano ya había sido y es una palabra de Dios
dirigida a sus criaturas. Pero, en su libertad, el hombre ha podido negarse
a responder en coherencia a dicha palabra, llamada, vocación o mi-

__________
24
W. PANNENBERG, Teología sistemática, II, 185-186.
25
M. GELABERT, “¿Un Dios chapucero?”, 122.
HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA VOCACIÓN 481

sión”.26 En ese orden de ideas, podemos decir con Rouseau: “no busques
más al autor del mal, eres tú mismo”,27 cuando se niega a la santidad,
cuando se niega a la unidad, cuando se niega a descubrir la voluntad de
Dios en su vida; es decir su vocación.

3. FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO

Desde la cotidianidad de la Iglesia en Valencia, se ha planteado


que “El primer anuncio implique proponer un modo de ser y existir con
sentido, una antropología fundamentada en la trascendencia y en la esen-
cia de lo que somos y nos define”.28 En este marco y desde un proyecto de
investigación que tiene como propósito hacer una propuesta para educar
desde y para la vocación, se hace necesario optar por un concepto29 de
hombre.30 Se subraya aquí, que el hombre es un ser llamado y en relación
de causalidad.
Vocación, indica llamada en su más profundo significado, y en
el doble sentido de la libertad y de la responsabilidad. “Hay en el
hombre, por lo visto, la ineludible impresión de que su vida, por tan-
to, su ser, es algo que tiene que ser elegido”. 31 “Se trata de una rela-
ción personal, en la que el único que puede colmar mi dicha toma, de
alguna manera, la iniciativa y viene hacia mí para que yo libremente le
reciba, me encuentre con Él”. 32 “Debido a lo anterior, cuando experi-
mentamos el anhelo de nuestra felicidad, lo hacemos en la forma de
una llamada, una vocación, una interpelación que se nos dirige perso-
nalmente a nosotros”. 33
Dios habla y obra en lo íntimo del hombre y le llama en libertad a
la autotrascendencia del amor.
__________
26
J. VIDAL, La fe cristiana y sus coherencias, 18.
27
J. ROUSSEAU, “Profesión de fe del vicario Saboyano”, 74.
28
CONGRESO D IOCESANO DE LAICOS, Caminando juntos hacia un renovado pentecostés,
31.
29
“Ser humano pluridimensional: social, libre, necesitado, capaz...; llamado y en relación
de causalidad; constituido por cuerpo, alma y espíritu; movido por sentimientos; tendiente a aspira-
ciones y organizado por valores” (L. SARMIENTO, “Actores de una nueva educación”, 413).
30
El concepto de hombre: en el sentido inclusivo, optamos por el lenguaje bíblico de varón
y mujer (Gen 5,2; Gen 1,27).
31
J. ORTEGA Y GASSET, “Misión del bibliotecario”, 211.
32
J. BARRACA, Vocación y persona..., 143.
33
J. BARRACA, Vocación y persona..., 140.
482 L.A. SARMIENTO

Por la acción de dicha gracia se crea una unión dinámica entre Dios y el
hombre, por ella, la persona, tiene aprensión no solo de los valores natu-
rales sino también de los sobrenaturales, y está dispuesta a hacer el bien
que antes no estaba dispuesta a hacer.34

En palabras de Heidegger, es en la escucha de la voz de la con-


ciencia donde se le revela al hombre su más propio poder ser.
Afecta al todo de la existencia personal en cuanto advierte su final (ser
para la muerte) como su fin (ser hasta la muerte); de este modo, en con-
secuencia, la existencia personal se revela en su vocación más original
cómo entrega –respuesta al más propio poder– ser.35

La persona no se entiende fundamentalmente, porque de una parte


no conoce sus carismas personales y de otra no ha entendido a la socie-
dad en la que vive, ni conoce su engranaje de desarrollo. Si este es el
problema, ahí mismo está la solución: el ser humano se ve obligado a
hacer conciencia de sus aptitudes y de las relaciones de causalidad en la
que necesariamente se encuentra inmerso.
Es el esplendoroso esfuerzo del “Conócete a ti mismo”, tarea que
da valiosos frutos; cuyos resultados se potencian y acrecientan su sentido,
en la construcción social, cuando la persona descubre el propósito de su
vida. Citando a Nietzsche: “quien tiene un porqué para vivir, encontrará
casi siempre el cómo”36 como ampliamente lo desarrollan Pedro Laín y
Viktor Frankl entre otros autores.

4. PARA QUE TODOS SEAN UNO

La concepción filosófica, no riñe con la visión de los santos que


afirman que el propósito fundamental del hombre es glorificar a Dios,
ni con la teología; pues en “el origen de todo camino vocacional, está
el Emmanuel, el Dios-con-nosotros”. 37 Así lo reconocen los hombres
de buena voluntad (Lc 2,14), responsables de las comunidades cris-
tianas que en forma creciente “adoptan conjuntamente posiciones, en
nombre de Cristo, sobre problemas importantes que afectan a la voca-

__________
34
L RULLA, Antropología de la vocación cristiana, I, 312.
35
J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 69.
36
V. FRANKL, El hombre en busca de sentido, 78.
37
JUAN PABLO II, “La vida como vocación”, 3.
HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA VOCACIÓN 483

ción humana, la libertad, la justicia, la paz y el futuro del mundo”


(UUS 43).
Las cosas son objetos de la creación, pero al hombre se le ha dado
otra categoría: es sujeto, interlocutor de Dios, “Dios hablaba con Moisés
cara a cara, como quien habla con un amigo” (Ex 33,11); Dios siempre
dialoga con el hombre incluso en las peores circunstancias (Gén 3,9ss;
4,6ss; 1Re 19,4). La encarnación del Hijo, es la plenitud del diálogo de
Dios con la humanidad. “La actitud de "diálogo" se sitúa en el nivel de la
naturaleza de la persona y de su dignidad. Desde el punto de vista filosó-
fico, esta posición se relaciona con la verdad cristiana sobre el hombre
expresada por el Concilio” (UUS 32).
La vocación del hombre, como la entiende el Concilio Vaticano II,
se convierte en centro de vida y diálogo entre creyentes y no creyentes,
puesto que, en todos los hombres de buena voluntad, obra la gracia de
modo invisible; así que la vocación suprema del hombre en realidad es
una sola: la divina. “Cuando nos creó a su imagen y semejanza, su fin
era infinitamente superior a la perfección de la naturaleza. Solo existi-
mos para esa vida sobrenatural. Dios ha creado a los hombres para la
eternidad”.38
El hombre, es el único ser que es llamado, al único al que se le ha
dado el tesoro (Mt 13,44) de la vocación. Todos los hombres son invita-
dos “porque somos personas corpóreas, seres intelectuales y con iniciati-
va, capaces de comunicación personal de escucha y de respuesta”.39 La
escucha de la voz del que llama es la segunda nota de la vocación huma-
na, el modo más propio de ser sí mismo; equivale a tomar las riendas de
su existencia desde los principios de libertad y responsabilidad. 40 Reco-
nocer la trascendencia, es hacer conciencia que, para el hombre, “lo
esencial es la vocación”41 o “el sentido de la vida”;42 en palabras de la
Gaudium et spes:
La razón más profunda de la dignidad humana, está en la vocación del
hombre a la comunión de Dios. Ya desde su nacimiento es invitado el
hombre al diálogo con Dios: pues, si existe, es porque, habiéndole creado
Dios por amor, por amor le conserva siempre, y no vivirá plenamente con-
__________
38
R. SARAH – N. D IAT, Se hace tarde y anochece, 217.
39
J. BARRACA, Vocación y persona..., 40.
40
Cf. J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 79.
41
G. MARAÑÓN, Vocación y ética..., 45.
42
V. FRANKL, El hombre en busca de sentido, 78ss.
484 L.A. SARMIENTO

forme a la verdad, si no reconoce libremente este amor y si no se entrega


a su Creador (GS 19).

No queda duda que


Estamos hechos para vivir con Dios y alcanzar nuestra perfección en
Dios. Cuando Cristo explica a los hombres cuál debe ser su meta, no les
dice: sed plena y perfectamente hombres desarrollados hasta la perfección
de vuestra naturaleza humana, sino sed perfectos como vuestro Padre
celestial es perfecto. 43

Asumir la propia vocación y respetar la de los demás, es en última


instancia, el fin del movimiento ecuménico, que busca “el restableci-
miento de la plena unidad visible de todos los bautizados” (UUS 77),
como dice Juan Pablo II:
[Es Dios mismo quien] Nos revela que no estamos solos construyendo
nuestra vida, porque Dios camina con nosotros en medio de nuestros
quehaceres y si nosotros lo queremos, entreteje con cada cual una ma-
ravillosa historia de amor, única e irrepetible. Y al mismo tiempo, en
armonía con la humanidad y con el mundo entero.44

El amor es la categoría fundamental y unificadora de la vocación y


El amor se dirige a Dios como fuente perfecta de comunión (UUS 21).
El ecumenismo no es sólo una cuestión interna de las comunidades cris-
tianas. Refleja el amor que Dios da en Jesucristo a toda la humanidad, y
obstaculizar este amor es una ofensa a Él y a su designio de congregar a
todos en Cristo (UUS 99). Pues “la verdad debe buscarse de un modo
adecuado a la dignidad de la persona humana y a su naturaleza social”
(DH 3b). Y no hay mayor dignidad que el amor, pues “quien no ama no
ha conocido a Dios, porque Dios es Amor” (1Jn 4,8). Dios que nos amó
primero (1Jn 4,19).
En su infinita misericordia puede siempre sacar provecho incluso de las
situaciones que se contraponen a su designio, podemos descubrir cómo el
Espíritu ha hecho que las contrariedades sirvieran en algunos casos para
explicitar aspectos de la vocación cristiana (UUS 85).

Si bien, la unidad es obra del Espíritu Santo, su acción es mediada,


por tanto, el documento destaca la importancia de la contribución de los

__________
43
R. SARAH – N. D IAT, Se hace tarde y anochece, 52.
44
JUAN PABLO II, “La vida como vocación”, 3.
HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA VOCACIÓN 485

teólogos y de las facultades de teología para que con prudencia y actitud


de fe, den razón de su carisma o vocación en la Iglesia (cf. UUS 81).

CONCLUSIÓN

El saber que la vocación es lo más importante del ser humano y


que como categoría ha estado presente a lo largo de toda la historia de
la filosofía, lleva a “afirmar que hoy necesitamos desarrollar una autén-
tica filosofía de la vocación, en su sentido más profundo; cómo se han
desarrollado ya una filosofía de la verdad, del ser, de la felicidad y,
últimamente del diálogo o del encuentro”.45
La filosofía de la vocación, consistiría en una manera de pensar la
realidad humana desde la clave de ser llamados a una única vocación abier-
ta, singular y libre, pero que reclama respuesta. La vocación constituye un
verdadero signo de la cultura humana; de ahí que construir una filosofía de
la vocación, se puede convertir en uno de esos signos de los tiempos que
ayudan a que los creyentes en Cristo no permanezcan divididos, pues, la
unidad de toda la humanidad herida es voluntad de Dios (cf. UUS 1, 3 y 6).
Una filosofía de la vocación es el paso firme para llevar al hombre
a una nueva cultura, la cultura de la vocación. Cabiedas, hablando de
vocación, afirma que “La versión más lograda de la misma es aquella
que se identifica cómo cultura de la vocación, o cultivo de la llamada a
vivir la identidad de sí mismo en su desafiante intensidad de pérdida en
el otro para ganarse (Lc 9,25), de servicio al otro para engrandecerse
(Mt 20,27-28)”.46
La cultura de la vocación, es la manera de dar músculo y forma a
la filosofía de la vocación, es un intento por llevar una filosofía a la vida,
pues no bastan las buenas intenciones. “No todo el que me diga: "Señor,
Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de
mi Padre celestial” (Mt 7,21). “La coherencia y honestidad de las in-
tenciones y afirmaciones de principio se verifican aplicándolas en la
vida concreta” (UUS 74). Vivir una cultura de la vocación, se hace una
necesidad, “porque la vocación humana significa siempre libertad, y el
hombre es fundamentalmente libertad”.47
__________
45
J. BARRACA, Vocación y persona..., 40.
46
J. CABIEDAS, Antropología de la vocación cristiana, 18.
47
J. BARRACA, Vocación y persona..., 40.
486 L.A. SARMIENTO

BIBLIOGRAFÍA

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