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Ven y Sígueme

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¡Ven y sígueme!

Hora Santa Vocacional


I. Exposición del santísimo
Canto: Sacerdote Según el Corazón de Cristo
Invocación:
Guía: Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento
del altar
Todos:R/. Sea para siempre bendito y alabado (3)
Guía: Plegaria Vocacional Juvenil:
Dios Padre nuestro, auxilio de los jóvenes del mundo, mira con bondad y
amor a quienes tienen dudas, inquietudes frente al servicio, la entrega
generosa, la misericordia con quienes te necesitan. Ayúdalos a perseverar
en la esperanza y la caridad. Llama a los jóvenes a seguir a Jesús, tu Hijo.
Permite comprender en ellos, que vale la pena dar la vida, por ti y por toda
la humanidad. Concédeles ser generosos al llamado y responder con
prontitud a tu amor incondicional.
Acoge Señor, nuestra alabanza y oración. Permite que, a ejemplo de María,
Madre de la Iglesia, creemos en tu Palabra, que es viva y eficaz, para
preparar el camino en el servicio generoso-gratuito. Como los discípulos,
permítenos conocerte y prepararnos según tu voluntad. Que tu Espíritu
Santo, Señor se manifieste en nosotros y podamos discernir el camino que
debemos Seguir. Amén.
LECTOR: Señor Jesús, que has instituido el sacerdocio para continuar en la
tierra la obra divina de salvar a las almas protege a tus sacerdotes en el
refugio de tu Sagrado Corazón. Guarda sin mancha sus manos
Consagradas, que a diario tocan tu Sagrado Cuerpo, y conserva puros sus
labios teñidos con tu Preciosa Sangre. Haz que se preserven puros sus
Corazones, marcados con el sello sublime del Sacerdocio, y no permitas
que el espíritu del mundo los contamine. Aumenta el número de tus
apóstoles, y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro. Bendice Sus
trabajos y fatigas, y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación
de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna
en el Cielo.
Amén. (Santa Teresita).
Canto: “Espíritu de Dios” Athena
II. Proclamación de la palabra (DE PIE)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 9 - 13
“Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo,
sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» Él se levantó y
le siguió. Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron
muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus
discípulos. Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come
vuestro maestro con los publicanos y pecadores?» Mas él, al oírlo, dijo: «No
necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. Id, pues, a
aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio.
Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.» Palabra del
Señor
REFLEXIONEMOS 10 MIN (SENTADOS)
III. Meditación
LECTOR: Luego de escuchar la Palabra del Señor, meditemos en tres
verbos: Vio, Sígueme, se levantó.
VIO: La mirada de Jesús- ¿He sentido la mirada de Jesús en mí? ¿Qué
suscita en mi la mirada de Jesús?
La mirada de Jesús es tan profunda y serena, llena de ternura, bondad, luz
y vida. Su mirada nos busca entre la multitud y el bullicio de nuestra
realidad, se poza sobre cada uno de nosotros y nos hace saber sentir la
necesidad de acercarnos a Él. Es la mirada que toca tu vida y te dice: te
conozco más que tú mismo. Se quién eres, se de tus sentimientos, de tus
luchas, de tus triunfos y fracasos, de tus aciertos y desaciertos, conozco tus
virtudes y tus debilidades y aun así TE AMO.
Es la mirada que, no te condena o reprocha, al contrario, te perdona y te
habla con ternura, no te castiga, te corrige y te invita a confiar en su
misericordia, toma tus heridas, las sana y lava con su sangre y te conduce
hacia fuentes tranquilas y en verdes prados te hace reposar.
REFLEXIONEMOS 10 MIN
Canto: Un segundo
SÍGUEME
¿Qué voces estoy escuchando? ¿Cuál sigo?
Dios en su amor sigue llamando a los que ama, espera nuestra
disponibilidad para entrar en dialogo con Él. Sin embargo, los afanes de
cada día parece que nos arrebata la posibilidad de estar disponibles para
escuchar la voz de Dios, pero esto no nos puede desanimar, al contrario, la
bulla, el caos, los afanes, las preocupaciones etc., nos retan a buscar y
dejarnos encontrar por el Dios que habita en nuestro interior y que quiere
hablarnos. Sólo debemos en medio de los afanes de la vida cotidiana,
encontrar espacios para dialogar con Dios Padre: "Habla, Señor, que tu
siervo escucha" (1Sam 3, 10). Es en esos momentos de silencio y quietud
cuando tenemos más posibilidades de escuchar la voz de nuestro Padre
Dios, que siempre está dispuesto a dialogar con sus hijos. ¿Por qué no
buscamos esos momentos más a menudo? Así podríamos estar preparados
para escuchar su voz.
Hoy el Señor te habla, te dice “Sígueme” espera tu respuesta: ¿A quién
enviaré, y quién irá por mí? (Is. 6,8). Él necesita de Ti y de Mí para seguir
construyendo su Reino en medio de cada uno de nosotros, Su mensaje, Su
palabra aún no ha llegado a todos los hombres y mujeres.
REFLEXIONEMOS 10 MIN
Canto: LA LLAMADA
SE LEVANTÓ
¿De qué situaciones considero que Jesús debe levantarme? ¿que estoy
dispuesto a dejar atrás por un bien mayor? En nuestras vidas hay muchos
sucesos que no nos permiten movernos, y en nuestro interior se despiertan
sentimientos de tristeza, agobio, desilusión, sin sentido ni motivación. Hoy
Jesús nos habla, nos llama por nuestro nombre, nos da la mano y nos invita
a levantarnos, Él espera que tomemos la decisión, de dejar atrás todos
aquellos miedos y dudas que nos paralizan.
Abramos nuestro corazón a Jesús, él escucha desde lo más profundo del
ser. Entreguémosle la realidad que estamos viviendo hoy, que no nos
permite levantarnos para dar el paso y seguirle en libertad. La oración y el
silencio nos ayudan a acercarnos a Jesús entregarle nuestras aspiraciones,
sueños, proyectos para soltar comodidades, egoísmos, vacilaciones y todo
lo que perturbe nuestra disponibilidad a su llamado.
REFLEXIONEMOS 10 MIN
Canto: En mi Getsemaní
IV. Oración de fieles (DE RODILLAS)
A cristo, que sigue llamando oremos para que nos conceda ser fieles
testigos de su amor. A cada invocación respondemos:
HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA
 Te pedimos por el papa Francisco, para que con su ejemplo y
testimonio siga guiando a su grey y atraiga más vocaciones a la
iglesia. Oremos: HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA.

 Te pedimos por la iglesia, que su mandato misionero se extienda por


todo el mundo con vigor y entusiasmo sembrando cada día la palabra
de dios en los corazones de los hombres. Oremos: HABLA SEÑOR
QUE TU SIERVO ESCUCHA.

 Te pedimos por los obispos, en especial por Don José Armando


Álvarez Cano, por nuestros sacerdotes el padre Roberto párroco, y
vicarios padre Ignacio y padre Juan Francisco y diáconos, que la
meditación y lectura del evangelio haga crecer en ellos un fervoroso
amor a la eucaristía. Oremos: HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO
ESCUCHA.

 Te pedimos por todos los consagrados, para que muestren siempre el


rostro de misericordia, amor y bondad, que tú has infundido en ellos.
Oremos: HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA.

 Te pedimos por las familias, para que, siendo verdaderas iglesias


domésticas, difundan en la sociedad los valores cristianos. Oremos:
HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA.

 Te pedimos por los jóvenes, adolescentes y niños, que sienten el


llamado a la vida sacerdotal y religiosa, para que guiados por la
fuerza de tu espíritu santo respondan con generosidad, en especial
ponemos en tus manos santas a nuestras hermanas en Cristo Valeria
Diaz del Castillo y María Concepción Bolaños Martínez. Oremos:
HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA.

 Te pedimos por los aquí reunidos, para que seamos verdaderos


testigos de tu gracia. Oremos: HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO
ESCUCHA.

 Señor, tú que nos ha invitado a seguir tus pasos, haz que pongamos
nuestros trabajos, alegrías, y dones al servicio de tu Iglesia y de todos
los hombres. Oremos: HABLA SEÑOR QUE TU SIERVO ESCUCHA.

Oración por las vocaciones: (DE RODILLAS)


¡Oh Jesús, Pastor eterno de las almas!
Dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad.
Danos vocaciones, danos sacerdotes, religiosos y almas consagradas
santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu
dulce y Santa Madre. ¡Oh Jesús danos sacerdotes, religiosos y almas
consagradas según tu corazón! Amén.

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