Filosofia 2
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Filosofia 2
Regla de conducta dictada o promulgada por un poder legítimo para regular la conducta humana por medio de una
prescripción, autorización o prohibición. Presupone que su incumplimiento genera una sanción coercitiva.
Es un precepto o conjunto de preceptos, dictados por la autoridad, mediante el cual se manda o prohíbe algo acordado por
los órganos legislativos competentes, dentro del procedimiento legislativo prescrito, entendiendo que dichos órganos son la
expresión de la voluntad popular representada por el Parlamento o Poder Legislativo.
Una regla puede ser una norma o precepto, un modo establecido para la ejecución de algo, un método para realizar
operaciones matemáticas, la menstruación de una mujer, o un instrumento para medir o trazar líneas rectas, entre otras
cosas.
La “Austeridad Republicana” pasó de ser una narrativa para convertirse en una realidad. Desde la emisión de la Ley Federal
de Austeridad Republicana en el 2019, el sector público ha enfrentado una disminución del gasto sin precedentes en
algunos rubros. La Austeridad Republicana es entendida como una conducta que todos los poderes y órganos autónomos
deben acatar para “lograr combatir la desigualdad social, la corrupción y el despilfarro de bienes a través de una
administración eficiente y transparente de los recursos públicos”.
Mientras que el gasto del Gobierno federal no ha parado de crecer (hay 16 % de variación real entre el presupuesto ejercido
en 2019 y el presupuesto aprobado para 2023), los recursos destinados a sueldos, salarios, contratación de servicios e
insumos básicos para el funcionamiento del aparato público presentan recortes superiores a 80 % en dependencias como
Función Pública, Relaciones Exteriores y Oficina de Presidencia.
Al analizar los recortes en las cuentas públicas, informes financieros y presupuestos de egresos, los recortes son un
número más dentro de los miles de cifras reportadas. En el último informe de gobierno se mencionó que los ahorros
derivados de la política de austeridad ascendían a 300 mil millones de pesos. Sin embargo, al analizar a mayor detalle
encontramos que esta disminución del gasto ha tenido repercusiones importantes en temas como la ciberseguridad, las
remuneraciones de los funcionarios públicos, el mantenimiento de carreteras, los servicios públicos y los órganos
constitucionales autónomos.
La pregunta relevante entonces es ¿para qué es toda esta austeridad? No hay respuesta evidente que justifique todos los
recortes presupuestarios que se han hecho bajo esta bandera. La Ley en cuestión es clara al respecto de los diversos
objetivos y medidas de austeridad: la prohibición de vehículos de lujo, prohibición de seguros de ahorro, prohibición de
vehículos aéreos y gastos de oficina innecesarios son tan solo unos ejemplos de estas medidas. Sin embargo, no existen
reglas claras sobre la manera en que se deben utilizar los recursos que se logren ahorrar por medio del ejercicio de un
gasto austero.
Lo anterior tiene dos repercusiones claras: la posibilidad de una utilización de los recursos de manera discrecional y el
encubrimiento de recortes presupuestales bajo la bandera de la austeridad. El primer problema es consecuencia de una
regulación deficiente, más que un ejercicio eficiente y transparente del gasto. A pesar de que dentro de los motivos
originales de la Ley de Austeridad están la eficiencia y la transparencia, la realidad es que no sabemos con claridad a dónde
terminaron todos los recursos que se han ahorrado por medio de las medidas de austeridad.
El segundo problema está relacionado con la operación y funcionamiento de las instituciones públicas. Dependencias,
órganos desconcentrados, descentralizados y organismos autónomos han sufrido recortes con motivo de la implementación
de esta política de austeridad. Los casos del CONEVAL (dejó de evaluar algunos programas) y el INEGI (canceló censos y
encuestas) son tan solo ejemplos de lo que un gasto austero ha implicado para el país. En un contexto de austeridad,
parece incongruente que las instituciones que nos proporcionan mejor información para la toma de decisiones sean de las
más vulneradas.
En todo México aplican las disposiciones que establecen en materia de animales la Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente, la Ley General de Vida Silvestre y la Ley Federal de Sanidad Animal.
En estas leyes existen algunas disposiciones sobre bienestar animal, cuyo objetivo es evitar sufrimiento y dolor a las
especies animales en su interacción con el ser humano, como objeto de la actividad agropecuaria, científica o de
conservación ecológica.
En la Ciudad de México, nuestra Constitución Política “reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto”,
mandata que “deben recibir trato digno”. Así mismo, establece que todas las personas deben “respetar la vida y la integridad
de los animales” como seres sintientes, así como brindarles un “trato digno y respetuoso” en los términos que dispone esa
Constitución.
El Código Penal para el Distrito Federal, califica como delito al maltrato o crueldad en contra de cualquier animal y lo castiga
con cárcel y multa, ya sea por causarle lesiones de cualquier tipo sin que pongan en peligro la vida del animal, se le
impondrá de seis meses a dos años de prisión y de cincuenta a cien días multa. Si las lesiones ponen en peligro la vida del
animal se incrementarán en una mitad las penas señaladas. Además, advierte que a quien cometa actos de maltrato o
crueldad en contra de cualquier especie animal no humana provocándole la muerte, se le impondrán de dos a cuatro años
de prisión y de doscientos a cuatrocientos días multa, así como el aseguramiento de todos los animales que pudiera tener
bajo su cuidado o resguardo.
En caso de que se haga uso de métodos que provoquen un grave sufrimiento al animal previo a su muerte, las penas se
aumentarán en una mitad. Se entenderá por métodos que provocan un grave sufrimiento, todos aquellos que lleven a una
muerte no inmediata y prolonguen la agonía del animal. Por actos de maltrato o crueldad, se estará a lo dispuesto en la Ley
de Protección a los Animales del Distrito Federal.
Asimismo, tenemos la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, que establece las disposiciones de orden
público e interés social para proteger a los animales, garantizar su bienestar, brindarles atención, buen trato, manutención,
alojamiento, desarrollo natural, salud y evitarles el maltrato, la crueldad y el sufrimiento.
Establece también los principios para proteger la vida y garantizar el bienestar de los animales; las atribuciones que
corresponde a las autoridades de la Ciudad de México en las materias derivadas de la Ley; la regulación del trato digno y
respetuoso a los animales; de su entorno y de sus derechos esenciales; la expedición de normas ambientales en materia de
protección a los animales para la Ciudad de México; el fomento de la participación de los sectores público, privado y social,
para la atención y bienestar de los animales domésticos y la promoción en todas las instancias públicas, privadas, sociales
y científicas, del reconocimiento de la importancia ética, ecológica y cultural, que representa la protección de los animales, a
efecto de obtener mejores niveles educativos de bienestar social.
Artículo 27 constitucional
De este artículo constitucional mexicano podemos resaltar los puntos más importantes como la propiedad de las tierras y
aguas que son de la nación y todos los recursos naturales reconocidos por el Derecho Positivo comprendidos dentro de los
límites de ésta, y que solo concede permiso o dominio a los particulares en ciertas restricciones también a los extranjeros
como consecuencia congregando a la propiedad privada como es conocida y reconocida por la ley, la cual está sujeta en
casos a expropiación por parte del Estado por motivos que la ley señale.
En la nación mexicana están contemplados como recursos naturales propios de la Nación y que son parte de la riqueza de
todos los ciudadanos mexicanos como las aguas contenidas en el territorio mexicano, el petróleo como recurso valioso en la
actualidad y que solo puede ser extraído por el monopolio del gobierno ya que es recurso de la nación y por relación
“también” de los mexicanos; así como también de los recursos mineros que se encuentren en subsuelo mexicano los cuales
en la actualidad son extraídos por compañías en su mayoría extranjeras por concesión del Estado mexicano a éstas,
aunque nuestra carta magna mencione que también es un recurso de los mexicanos y que no serán otorgadas concesiones
a la extracción de éstos minerales sino son mexicanos, claro estas concesiones son otorgadas por el Ejecutivo.
Haciendo señalamiento de nuevo a nuestro recurso más preciado, el petróleo, en la extracción de éste no se pueden dar
concesiones a particulares, sino que, el Estado tendrá que explotarlo de manera autónoma y soberana, pero también esto
no se ha podido cumplir en nuestros tiempos, porque al momento de que intervenga el sector privado en Pemex, nuestra
industria petrolera, ésta ya no intervendrá de manera “eficiente” en la administración de dicha empresa, sino, será el capital
privado el que empiece a controlar a Pemex; pero en ciertos rubros lo hace en la actualidad como en la renta de fletes para
transportar la gasolinas, las difíciles concesiones de las gasolineras a ciertos y pequeños grupos del país, pero en fin.
Para la obtención de la propiedad privada en México nuestra Constitución señala que sólo los mexicanos por nacimiento o
por naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho de adquirir de las tierras, aguas y sus accesiones; aunque
actualmente podemos conocer que saltando de ciertas medidas los extranjeros en México han podido obtener propiedades
mexicanas por medio de los fideicomisos. En conclusión, este artículo solo menciona de manera muy general lo que es y lo
que no es de México, y no nos muestra los sentidos que podemos tomar de dicho artículo constitucional, por ende, luego los
administradores del Estado pueden para bolearnos con el sentido de la ley.
En el antiguo, podemos apreciar que habla sobre las tierras y aguas son propiedad de la nación constituyendo a la
propiedad privada, nos dice que aun así la nación puede imponer a la propiedad privada, este articulo nos habla sobre el
beneficio, la distribución de la riqueza natural a la población, sus medidas y protecciones, ahí es donde se nota la primera
diferencia, en el texto antiguo habla más objetivamente sobre las tierras y agua, su protección para tener acabo un
desarrollo sustentable sin perjudicar al medio ambiente, poniendo sus medidas y reglas, los derechos de los dueños y sus
propiedades, en el que el articulo vigente engloba más al mencionar que esto está hecho “para el desarrollo de la pequeña
propiedad rural; para el fomento de la agricultura, de la ganadería, de la silvicultura y de las demás actividades económicas
en el medio rural, y para evitar la destrucción de los elementos naturales”. Se añadió las actividades económicas del medio
rural, como lo son la agricultura, ganadería, silvicultura y generalmente hablando de sus actividades económicas rurales.
En la reforma uno nos habla sobre el derecho que, y lo que podemos poseer los nacidos mexicanos, podemos poseer
tierras, aguas, los extranjeros podrán hacer los mismo, siempre y cuando en relaciones públicas vayan a denominarse
mexicanos, así podrán tener los mismos derechos y podrán tener los mismos bienes y servicios, esto en el antiguo y vigente
es meramente parecidos. El segundo nos habla en el antiguo sobre las asociaciones o grupos de algún culto religioso o
cualquiera que tenga algún credo, esta nos dice que “no podrán en ningún caso, tener capacidad para adquirir, poseer o
ministrar bienes raíces, ni capitales impuestos sobre ellos; los que tuvieren actualmente, por sí o por interpósita persona,
entrarán al dominio de la nación concediéndose acción popular para denuncia los bienes que se hallaren en tal caso. La
prueba de presunciones será bastante para declarar fundada la denuncia. Los templos destinados al culto público son
propiedad de la nación, representada por el gobierno federal, quien determinará los que deben continuar destinados a su
objeto”.
En cambio, el vigente nos dice que las asociaciones religiosas que se constituyan en los términos del artículo 130 y su ley
reglamentaria tendrán capacidad para adquirir, poseer o administrar, exclusivamente, los bienes que sean indispensables
para su objeto, con los requisitos y limitaciones que establezca la ley reglamentaria. En el tres nos habla sobre todas
aquellas instituciones públicas o privadas en las cuales tengan por objeto el beneficiar a los necesitados, la investigación
científica o la enseñanza, no podrán adquirir más bienes y raíces que los indispensables para su objeto, pero podrán
adquirir, tener y administrar capitales impuestos sobre bienes raíces, siempre que los plazos de imposición no excedan de
diez años.
Y en la vigente nos dice que las instituciones con fines de beneficiar a los anteriores mencionados no podrán adquirir más
bienes raíces que los indispensables para su objeto, inmediato o directamente destinados a él, con sujeción a lo que
determine la ley reglamentaria. En la cuarto nos dice que las sociedades comerciales, por acciones, no podrán tener o
administrar fincas rústicas, por el hecho de que estas sociedades tienen por objeto explotar la industria fabril, minera,
petrolera cualesquiera que no sea la agroindustria, solo podrán adquirir los que sean de su misma extensión o lo que el
ejecutivo de unión o de los estados fijaran.
En cambio el actual nos dice que estas sociedades por sus acciones pueden ser propietarias de los terrenos rústicos,
solamente que esté fijo en su extensión y sea para el cumplimiento de su objeto, pero esto no habla sobre poder tener
tierras, o servir a la ganadería, silvicultura o forestales, siempre y cuando sean señalados y seguimos por como el articulo
XV lo marca, esta es regulada por la ley reglamentaria, toda propiedad accionaria individual correspondiente a terrenos
rústicos, será acumulable para efectos de cómputo. En la quinta en ambas es lo mismo, y lo que dice es que Los bancos
debidamente autorizados, conforme a las leyes de instituciones de crédito, podrán tener capitales impuestos sobre
propiedades urbanas y rústicas de acuerdo con las prescripciones de dichas leyes, pero no podrán tener en propiedad o en
administración más bienes raíces que los enteramente necesarios para su objeto directo.
En la séptima nos habla sobre los derechos que guardan el estado comunal, estos tendrán la capacidad para disfrutar en
común las tierras, bosques y aguas que les pertenezcan o que les hayan restituido o restituyeren. El ejecutivo federal se
evocará al conocimiento de dichas cuestiones y propondrá a los interesados la resolución definitiva, la proposición del
Ejecutivo tendrá fuerza de resolución definitiva y será irrevocable, de lo contrario será reclamar ante la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la actual dice que esta reconoce la población de ejidales y comunales y se protege su propiedad
sobre la tierra, tanto el asentamiento humano como para actividades productivas.
La ley protegerá la integridad de las tierras de los grupos indígenas. La ley, considerando el respeto y fortalecimiento de la
vida comunitaria de los ejidos y comunidades, protegerá la tierra para el asentamiento humano y regulará el
aprovechamiento de tierras, pequeña propiedad, y apoyará la asesoría legal de los campesinos. Son de jurisdicción federal
todas las cuestiones que, por límites de terrenos ejidales y comunales, cualquiera que sea el origen de éstos, se hallen
pendientes o se susciten entre dos o más núcleos de población; así como las relacionadas con la tenencia de la tierra de los
ejidos y comunidades. Para estos efectos y en general, para la administración de justicia agraria, la ley instituirá tribunales
dotados de autonomía y plena jurisdicción, integrados por magistrados propuestos por el Ejecutivo Federal y designados
por la Cámara de Diputados o, en los recesos de ésta, por la Comisión Permanente.